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El nuevo juguete del señorito 3

en Gays

Una vez más, yo, Gilbert, les doy la bienvenida a la tercera parte de este relato tan particular. Antes de comenzar, deben saber que esta obra se acerca a su final, así que lamentamos decirles que el siguiente, será el último capítulo ya. Y ahora, unas palabras del autor.

 

La verdad es que no esperaba este exitazo en el segundo relato también… Cuando escribes relatos de un estilo como el mío la gente los suele encontrar raros y estoicos, pero al parecer este ha gustado, se deberá, supongo, a que aún no he matado a nadie, al menos a ninguna persona. Por ahora seguiré esa línea, a ver que tal va. Por cierto, ya tengo en mente un nuevo caso de Death’s detective, y lo publicaré tras el siguiente capítulo de El nuevo juguete del señorito.

 

Si os apetece, podéis comentar a través de email a la dirección de correo: latumbadelenterrador@gmail.com

 

Y ahora, sin más dilación, comenzaremos con el relato, por favor, leanlo con ganas.

 

El nuevo juguete del señorito

_______________

Un relato del Enterrador

 

 

 

“El conejo… El conejito… Mi dulce conejito… ¿Dónde estás? ¿Dónde… Estás? No te alcanzo… Por más que… Corro detrás de ti, huyes y no puedo alcanzarte… ¿Por qué huyes de mí… B-rabbit?”

 

-Señorito, el desayuno está listo…-dije entrando en la habitación.

 

-¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaagh!-gritó pegando un salto en la cama.

 

Llevaba ya varias semanas cuidando del señorito en la isla, pero todas las noches tenía pesadillas, no podía controlarse, gritaba y lloraba todas las noches.

 

-¿Dónde está? ¡¿Dónde está mi conejito!?-gritó el señorito.

 

Señalé a su lado nervioso y el señor cogió su peluche y lo abrazó con fuerza.

 

-No me abandones por favor, tú también no… Por favor… Tú también no…-dijo sollozando abrazado al conejo.

 

-Señor…-dije triste.

 

-Cuéntamelo, Gilbert… Por favor...-dijo sin mirarme a los ojos serio.

 

Cada vez que el señorito entraba en pánico le contaba la misma historia para intentar tranquilizarlo, una historia de mi invención, por supuesto, una historia de mentiras, mentiras para protegerle.

 

“Érase una vez un niño triste que habitaba solo en una isla, no había nadie con él y se sentía muy solo, su padre lo había abandonado en esa isla. Un día, un conejo se cruzó en su camino. El niño, al pensar que podría ser su amigo, lo siguió. Vio como el conejo se colaba en una madriguera y entró con él, dentro descubrió un mundo de fantasía y felicidad donde no volvería a estar solo nunca, un mundo ideal, un mundo “maravilloso”. Sin embargo, aunque el niño estaba rodeado de gente y todo el mundo era su amigo, el niño era infeliz, él quería estar con su padre.

 

El conejo fue hasta él y le dijo: “Si te portas bien, estoy seguro de que tu papá volverá contigo”. El niño sonrió por primera vez y cuidó su conducta mientras estaba en aquel maravilloso lugar, ayudaba a los demás, era educado, siempre sonreía, y jamás se quejó. Y entonces, su padre, arrepentido del mal que había hecho al ver que su hijo era un buen chico, fue a buscarlo a aquel mundo de fantasía. El conejo, con sus palabras, había salvado al niño, y el niño quiso despedirse de él.

 

-Gracias, conejito, sin ti papá no habría vuelto. ¡Me has salvado!-dijo el niño feliz.

 

-Yo solo quería lo mejor para ti, por eso siempre estuve a tu lado, fui tu amigo, tu sirviente, tu familia y tu juguete, porque te dejé que me usaras para conseguir la felicidad-dijo el conejo feliz.

 

-T-tú no eres un juguete… Eres mucho más… ¡Eres mi mejor amigo!-gritó el niño.

 

-Soy una distracción, un entretenimiento, un sustituto de tu padre, ¿para qué? Para llenar ese vacío, es posible que sea duro, pero yo estoy muy orgulloso de ser lo que soy, yo soy tu juguete-dijo el conejito sonriendo.

 

El niño se fue con su padre y dejó al conejo en aquel mundo de maravillas, jamás volvió a verle, pues jamás volvió a necesitarlo, ya tenía lo que realmente quería, a su padre. El conejo fue el caballero de aquel niño durante todo ese tiempo, lo protegió, lo quiso, y dejó que lo usara, el conejo quería a ese niño, y por eso quiso ser su juguete”.

 

-Sniff… Gilbert… Tú siempre dices que… Si me porto bien, papá volverá…-dijo aún sollozando.

 

-Así es, señorito-dije sonriendo.

 

-¿Tú eres… El conejito?-dijo serio.

 

-Señorito, que no le quepa la menor duda, yo soy su juguete, su sustituto, su amigo, y usted puede usarme para llenar ese vacío-dije serio.

 

-Gracias, Gilbert…-dijo triste abrazando al conejo.

 

Decidí dejarlo un rato a solas antes del desayuno para que se relajara, y cuando lo dejé solo el señor abrazó a su conejo con fuerza.

 

-Por favor, B-rabbit… No me abandones… Por favor, no me abandones, no me abandones… Gilbert…-dijo triste.

 

____________________

 

Otro día comenzaba para nosotros, el señorito decidió que veríamos como el juguete bailaba la samba encima de la mesa para nuestro deleite.

 

-¡Y UNA PUTA MIERDA PARA TI!-gritó el joven Cristian.

 

-Perdona… Creo que no te he oído bien…-dijo el señorito sonriendo.

 

-¡QUE ME COMAS LA POLLA, NO PIENSO HACERLO!-gritó el chico.

 

-Oh… Así que quieres repetir…-dijo el señorito mirando al otro chico con mirada lasciva.

 

-¡ME CAGO EN TU PUTA MADREEEEEEEEEEEEEEEEE! (2 semanas van ya, se me nota que ya estoy hasta los cojones de él….)-dijo el chico furioso.

 

Hubo un silencio, en el que miré al señor, con una expresión totalmente seria, mirando fijamente al juguete.

 

-J… JAJAJAJAAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJA. Pero qué gracioso eres… Me parto contigo-dijo el señor riéndose.

 

-(A ver si te ríes cuando te parta los dientes de una patada voladora….) No, no, no y no. ¡No pienso bailar!-gritó el vulgar chaval.

 

-Eres un peñazo…-dijo mirando al otro chico suspirando-Está bien…

 

-(¡¡¡¡¡¡ABLAHJADHASIDHLIDFAGFGUYASDIFYTADIFLASDTIFADT!!!!!) Siento mucho aburrirte…-dijo de mal humor.

 

Parecía que el señorito se lo pasaba bien, en dos semanas había cambiado mucho, antes era un chaval depresivo que solo lloraba y no miraba ni a la cara y ahora era un joven vivaracho que no paraba de sonreír.

 

-¡Nos vamos a dar un paseo, Gilbert!-dijo poniéndole el collar y la correa al juguete.

 

-(Esta clase de situaciones hacen que me hierva la sangre…) ¿¡Es que soy el perro!?-dijo molesto el otro chico.

 

-Diviértanse-dije sonriendo.

 

El señorito y su juguete fueron a dar un paseo por el bosque de la isla, mientras andaba, charlaban amigablemente.

 

-Puerco, cabrón, cazurro, gilipollas, maricón, chupapollas, cornudo, hijo puta, puto, imbécil, idiota, subnormal, lame-vergas, lame-culos, pendejo…-decía el juguete mientras avanzaban.

 

El señor sonreía mirando al frente ignorando los improverbios que soltaba su juguete, y de repente, un conejo se cruzó en su camino.

 

-Y también eres un choca-pijas… ¡Ah, y un…!-dijo el juguete, pero de repente, el señorito echó a correr tras el conejo y tiró de la correa.

 

El señor corrió tirando del juguete con todas sus fuerzas detrás del conejo, el pobre Cristian se estaba asfixiando de los tirones.

 

-¡Aaaaagh! ¡Aaaaagh! ¡Que me asfixiooooooo! ¡¿Qué coño haces!?-gritaba el juguete.

 

-Si lo cazo igual me lleva al País de las maravillas, ¡debo seguirlo!-dijo el señorito decidido.

 

-(Genial… Otro brote psicótico…) ¡Pero locooooo! ¡¿Cómo nos va a llevar a otro mundo!? ¡Estás pirado!-gritó el juguete.

 

-Gilbert me dijo que si seguía al conejo y era bueno, ¡papá vendría a por mí!-gritó el señorito.

 

-(¿Por qué a mí? No, en serio, lo pregunto, ¿por qué?) ¡Eso es mentira, gilipollas! ¡¿Cómo va a ser eso posible!?-gritó el chico.

 

Finalmente el conejo entró en un pequeño hoyo, y el señor saltó hacia el hoyo también.

 

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGH!-gritó el juguete.

 

-Pues… No entramos, jeje…-dijo el señorito, que había caído encima del juguete.

 

-¡Nada de jeje, ME CAGO EN TODOS TUS MUERTOS! ¡ES EVIDENTE QUE AHÍ NO CABE UNA PERSONA!-dijo Cristian señalando al agujero.

 

-Había que intentarlo-dijo el señorito levantándose y guiñándole un ojo.

 

El señorito y el juguete siguieron andando por el bosque y acabaron llegando hasta la playa.

 

-Vaya… ¿Y ahora a dónde vamos?-dijo el señorito indeciso.

 

-(¿Por qué siempre me pregunta si luego hacemos lo que le sale a él de la polla?) Ni idea…-dijo el juguete.

 

-¡Ya lo tengo, al faro!-gritó el señorito tirando del juguete.

 

-¡Aaaaaaagh! (Noche, navaja cuello del señorito, matar)-gritó el juguete ahogándose.

 

Corrieron por la playa hasta que llegaron al faro, que estaba vacío, ya que era totalmente informatizado.

 

-Oye… ¿Sabes lo que se cuenta de este sitio?-dijo el señorito con una sonrisa pícara.

 

-¿Una historia de miedo? Venga, chaval… ¿Crees que me vas a asustar con eso?-dijo el juguete tranquilo.

 

“Hace muchos años un hombre vivía totalmente solo en esta isla, ese hombre estaba totalmente loco, era un inglés que se había mudado aquí para poder vivir los años de su locura en paz. Salía todos los días a las cuatro a beberse su taza de té paseando por el bosque, decían que incluso les servía té a los animales, sus tazas estaban desperdigadas por todas partes.

 

-¡Oh, buenos días liebre! ¿Sabes que ahora ya no solo me cuelga un huevo? ¡Ahora son los dos! Jajajajaja-se rió aquel hombre sirviéndole el té a una liebre.

 

Dicen que un día, llegó al faro, el cual estaba vacío, y decidió subirse a la sala de control, donde estaba la bombilla y la luz que guiaba a los barcos. Pasó algo raro, esa bombilla le fascinaba, pero le daba miedo al mismo tiempo, se pasó horas mirándola, hasta que llegó la noche y la luz se encendió. Dicen que en aquel preciso instante, su locura desapareció.

 

-Margaret… Margaret… ¡MARGAREEEEEEEEEEEEEEEET!-Gritó.

 

El loco, había perdido a su mujer a manos de un asesino londinense conocido como “Jim el Degollador”. El hombre lo recordó todo, el dolor, la desesperación… Y las ganas de morir. Ni siquiera esperó a volver a casa, arrancó la bombilla y se sacó los ojos con ella, las cuencas sangrantes de sus ojos le daban un aspecto tétrico, pero lo que más miedo daba no era eso, sino, que aquel hombre, no se moría.

 

Cogió la bombilla de nuevo ante el incesante dolor y se rajó las venas del brazo, nada… Se rajó el pecho de cabo a rabo, nada… Se arrancó los pies, nada… finalmente, desesperado, y dolorido se tiró al mar desde lo alto del faro. Pero hay quien dice que sigue ahí, vivo… En el fondo del mar, esperando a que alguien lo mate, porque puede soportar el dolor de sus heridas, pero no la muerte de su mujer….”

 

-¡Jajajajajaja! ¡Vaya puta mierda de historia de terror!-se rió Cristian.

 

-¿Verdad?-dijo el señorito sonriendo-A mí también me lo pareció el día que Gilbert me la contó…

 

____________________

 

El señorito se tranquilizó después de que le contara esa historia, y vino al salón principal a tomar su desayuno abrazado a su peluche B-rabbit.

 

-Oye, Gilbert… ¿Por qué se llama B-rabbit? Rabbit es conejo, pero… ¿De qué es la “B”?-dijo el señorito triste.

 

-La “B” es de “black” que viene a significar “negro” en inglés-dije sirviéndole el té al señor.

 

-¿Negro?-dijo el señor mirando el peluche.

 

-Claro, es el conejo negro, hace referencia a su color-dije sonriendo.

 

-Si… Claro…-dijo mirando al suelo.

 

-¿Sabe? La gente adora a los conejos blancos, y normalmente no miran a los que son de otros colores, los conejos negros en especial son los más marginados. La gente suele pensar en un conejito blanco, pero los conejos negros también son conejos-dije sirviéndole el desayuno, unas tostadas de mermelada.

 

-Oscuridad…-dijo el señorito en voz baja.

 

-¿Cómo dice?-pregunté extrañado.

 

-El negro representa la oscuridad y el blanco la pureza, por tanto, la gente desprecia el negro, lo ven como algo malo e impuro, y adoran el blanco, que representa la pureza y el bien. El conejito blanco es el que guió a Alicia, pero… ¿Por qué tenía que ser blanco?-dijo el señorito.

 

-Lleva usted toda la razón, cualquier conejo negro podría haberla guiado igual de bien-dije sonriendo.

 

Este es el tipo de conversaciones que se tienen con los niños, supuse… Así que decidí seguirle el rollo durante un rato, después de todo, era su mayordomo, y mi trabajo era entretenerle.

 

-Tú eres mi conejo negro, Gilbert…-dijo el señorito tranquilo.

 

-¿C-cómo dice?-dije confuso.

 

-Eres mi B-rabbit… Me guías, pero guías mi oscuridad… Eres mi razón para vivir, sin ti, habría caído en el abismo hace mucho tiempo… Gracias, conejito-dijo el señor mirando al suelo.

 

-Oh, muchas gracias, señor…-dije sin entenderlo muy bien.

 

El señor desayunó tranquilamente, y por primera vez, me dijo que quería ver la isla, para conocer un poco los alrededores. Solo había otro edificio en la isla, el faro. Así que le llevé allí.

 

-Qué sitio tan bonito, ¿no cree, señor?-dijo mientras iba con él de la mano.

 

-Está oscuro… Y huele a pis…-dijo serio.

 

-Es que ha estado vacío mucho tiempo, y bueno, como usted ya sabe, los animales salvajes no entienden el concepto de “cuarto de baño”-dije sonriendo.

 

-¿Qué es eso, Gilbert?-dijo señalando a un objeto del suelo.

 

-¿Eh? Al parecer es una tetera rota, es de porcelana, y por el polvo que tiene encima, diría que lleva ahí un par de años-dije observando el objeto.

 

-¡Subamos al piso de arriba!-gritó el señorito.

 

Decidimos subir las escaleras del faro, y allí, en la planta más alta encontramos algo aterrador. La estancia entera estaba llena de sangre, y había dos ojos en el suelo, estaban en bastante mal estado, por el tiempo, pero se reconocía que eran ojos. Me quedé paralizado, pero el señorito me soltó la mano y se acercó al ojo, después lo cogió.

 

-No quería verse…-dijo serio.

 

-A-aaagh…-dije nervioso.

 

-¿Recuerdas que no quería que los conejitos me vieran y por eso les saqué los ojos? Esta persona pensó lo mismo que yo, pero él… ¡No quería ver en qué se había convertido!-dijo tirando ambos al mar por la ventana.

 

Me quedé sin habla, alguien se había suicidado allí, y se había tirado por la ventana tras el acto, la ventana estaba cubierta de sangre.

 

-Es evidente que es un suicidio, hay marchas de pies en el marco de la ventana, si lo hubieran tirado, no habrían dejado los pies marcados de sangre-dijo el señorito yendo hacia mí.

 

Entonces me cogió de la mano, sin mirarme siquiera y exclamó con la voz sin expresión alguna:

 

-Bueno… ¿Nos vamos ya?

 

____________________

 

Pasaron la tarde en el faro observando la marea, charlando sobre cosas que no tenían importancia, aún así, al señor parecía gustarle esa charla sin sentido.

 

-Y así, es como se prepara el pastel de algas-dijo el señorito sonriendo.

 

-(¿Acaso alguien te ha preguntado? Es más, ¿a alguien le importa cómo coño se prepare esa asquerosidad?) Ah, pues muy bien…-dijo Cristian mirando a otro lado.

 

-Vaya…-dijo el señorito mirando al cielo nocturno-Se ha hecho de noche… No me había dado cuenta…

 

-(Normal, estabas muy ocupado describiendo cómo hay que torturar al laga bien antes de matarla…) ¿Volvemos ya, no?-dijo el juguete cansado.

 

Hubo un silencio, el señorito miraba la Luna, que esa noche estaba en cuarto menguante, casi parecía como si fuera…

 

-Una sonrisa…-dijo el señorito mirando la Luna.

 

-¿Eing?-dijo el otro chico algo confundido.

 

-La Luna… Parece una sonrisa, ¿no te parece?-dijo el señorito sonriendo.

 

-(Otro brote… ¡¿Por qué va a parecer la puta Luna una puta sonrisa!?) Pues… No sé…-dijo sin mucho interés el juguete.

 

-Cheshire…-dijo el señorito.

 

-(A saber que significa eso en su idioma… Siempre se me ha dado fatal el inglés, y las matemáticas, y la geografía… Y la historia… Ejem… Acabamos antes si digo lo que sí se me da bien… Los deportes…) ¿Cheshire?-dijo el juguete mirando a su amo.

 

-Mi primer juguete… El gatito de Cheshire…-dijo el señorito sonriendo mirando al juguete.

 

-(A saber qué clase de perversión sadomasoquista le hizo al gato…) ¿E-es uno de los que vi c-colgados?-dijo Cristian nervioso.

 

-No. Cheshire no me miraba con pena, porque él estaba atormentado… Como yo… Él fue… Mi único amigo… El único amigo que he tenido jamás…-dijo el señorito mirando de nuevo la Luna.

 

-P-pero… ¿Q-qué fue de é-el?-dijo el juguete nervioso.

 

-Je… Volvamos a casa… Gilbert estará preocupado…-dijo el señorito levantándose y yendo hacia la puerta tirando del juguete.

 

Yo les esperaba en la entrada cuando llegaron, porque ya era bastante tarde y estaba a punto de ir a buscarles.

 

-Señorito… ¡¿Sabe qué hora es!?-dije en tono severo.

 

-Las 00:17:23… 24… 25…-dijo el señorito diciendo los segundos consecutivamente mirando su reloj de bolsillo.

 

-¡Si sabía la hora que era… ¿Por qué ha vuelto ahora?!-dije enfadado.

 

-Gilbert…-dijo sonriendo y mirándome fijamente a los ojos-¿Acaso estás gritando a tu amo y señor?

 

-Y-yo…-dije nervioso.

 

-Solo eres un simple conejo negro, no tienes autoridad sobre mí… Lo único que puedes hacer es guiarme, pero… ¿Sabes? Ya no te necesito…-dijo sonriendo.

 

-¿Otra vez lo del conejo?-dije extrañado-¡No diga tonterías! ¡Usted me necesita!

 

-Esta vez he acertado, Gilbert… Este juguete es el conejo blanco-sonrió el señorito.

 

-(Todo este simbolismo me va a hacer potar…) ¡Yo no soy un puto conejo! ¡Yo como conejos, no se si lo pillais!-gritó Cristian cabreado.

 

-¡Señor! ¡Deje ya de decir tonterías, conejo blanco, conejo negro! ¡Era una historia que me inventé porque a usted le encantaba el cuento de Alicia en el País de las Maravillas!-grité enfadado.

 

Su cara se puso seria de repente, me miró con ojos fríos como el hielo, como si pudiera matarme con la mirada, el juguete se puso tenso, y yo también… Pero ahora… No podía echarme atrás…

 

-¡Sé que aquello de un mundo de maravillas sonaba perfecto para escapar de su realidad, pero no es real! ¡Usted debe volver a la realidad! ¡Ningún conejo le devolverá a su padre! ¡Ni él ni yo somos conejos! ¡Somos dos juguetes suyos, si! ¡Pero no puede vivir eternamente pensando que somos los conejos que le devolverán a su padre!-grité enfadado.

 

El señor soltó la correa del juguete y se acercó a mí, con una seriedad absoluta, todo pasó tan rápido… No pude reaccionar, sus ojos… Sus fríos ojos me paralizaron… Alzó su mano hacia mí, y antes de darme cuenta, la metió en mi ojo. Un dolor indescriptible me embriagó, sus dedos retorciéndose dentro eran como cuchillas clavándose en mi ojo. Mientras, con el otro ojo, pude ver su mirada, fría y seria, castigándome.

 

-P-p-p-p-p-p-p-pero…. ¡¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿PERO QUÉ COÑOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!????????????-gritó el juguete asustado.

 

Sacó mi globo ocular con la máxima crueldad posible y se lo guardó en el bolsillo, yo caí al suelo, y él cogió al juguete y entró en la mansión sin mirarme siquiera.

 

-No vuelvas a mirarme con pena, Gilbert… Nunca…-dijo mientras se alejaba.

 

____________________

 

Llevé al señorito de vuelta a casa y telefoneé al señor sobre lo que vimos en el faro, el señor me dijo que un hombre que estaba loco se suicidó en el faro hace mucho tiempo, y que no se había molestado en mandar a nadie a limpiar el faro cuando compraron la isla.

 

Aquella noche, hubo una terrible tormenta, y como sabía que el señorito solía temer a los truenos fui a su habitación a ver cómo estaba, pero para mi desgracia, cuando llegué la habitación estaba vacía, solo había una nota encima de la cama.

 

“Off with his head” (“Que le corten la cabeza”)

 

Lo busqué por toda la mansión, pero no estaba, así que lo busqué en el bosque, pero nada. Solo quedaba un lugar donde mirar… El faro…

 

Cuando llegué estaba sobre el marco de la ventana mirando hacia abajo con lágrimas en los ojos.

 

-¡Señooooooooooor!-grité.

 

-¡NO TE ACERQUES!-gritó él sin mirarme siquiera.

 

-¡No lo haga, señorito! ¡Tiene mucho por lo que vivir!-dije yo llorando.

 

-¿Mucho? ¡No mientas, Gilbert! ¡No tengo NADA por lo que vivir! Estaría mejor muerto…-dijo alterado.

 

-P-pero… ¡Yo soy su conejo negro! ¡Soy su B-rabbit! ¡¿Recuerda!?-dije desesperado.

 

No dijo nada, simplemente señaló hacia atrás, y allí entre la sangre de aquel loco, estaba el peluche de B-rabbit, sin cabeza, el algodón de dentro estaba por todas partes… Había matado a su conejo…

 

-Señorito… ¡¿P-por qué!?

 

-Solo… Quiero… Morir… Por favor, Gilbert… Déjame… Morir…-dijo llorando.

 

-¡Su padre vendrá por usted, ya lo verá!-dije alterado-Si se porta bien…

 

-¡ESO ES MENTIRA! ¡PAPÁ NO VOLVERÁ NUNCA! ¡¡¡¡NUNCA!!!! ¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA! ¡NUNCA!¡NUNCA!-dijo fuera de sí.

 

-¡Yo le guiaré señor! ¡Le guiaré para que vuelva con su padre, se lo prometo!-dije llorando aún más.

 

-¿Y qué puedes hacer tú?-dijo triste-Ya intentaste hablar con él… Y no funcionó…

 

-¡Eso es porque falta el conejo blanco!-grité.

 

-¿El conejo… Blanco…?-dijo sorprendido.

 

-Yo puedo guiar su oscuridad… Pero también es necesario que alguien guíe su luz… ¡Así podrá volver con su padre!-grité.

 

Hubo un silencio sepulcral, entonces el señor se bajó de la ventana sin entablar contacto visual conmigo y rompiendo de nuevo en llanto.

 

-¡BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-Lloró.

 

Corrí a abrazarlo y lo envolví con mi cuerpo, aquel niño que era mi amo, yo era su juguete… Y debía guiarlo y protegerlo…

 

-¿Me lo prometes, Gilbert?-dijo llorando más-¿Prometes que si encuentro al conejo blanco, papi vendrá a por mí?

 

-Se lo prometo…

 

Entonces el señor se dio la vuelta y se abrazó a mí, pegó su cuerpo al mío con ansia, como si necesitara sentir otro cuerpo para sentirse lleno, yo no sabía lo que pasaría a continuación, y a día de hoy, aún me arrepiento de aquello…

 

Empezó a darme besos por todo el cuerpo aún llorando, lo cual lo vi normal viniendo de un niño, pero aquello era de todo menos normal. Sus besos fueron bajando, hasta que alcanzó mi pene, que permanecía dormido bajo mi pantalón. Comenzó a besarme el pene por la tela del pantalón.

 

-¿S-señor?-dije sorprendido.

 

-He leído esto en algunos libros… Dicen que da calor… Necesito calor…-dijo bajándome la cremallera.

 

Si les soy sincero, no sé por qué, pero… Me dejé llevar por aquel niño inocente que no sabía lo que hacía… Aquel niño ejercía un hechizo sobre las personas… Podía hacer que cualquiera hiciera lo que él quería…

 

Cuando me quise dar cuenta, ya tenía mi polla entre sus manos.

 

-Está caliente… Y está dura…-dijo tocándola.

 

-A-aaaagh….-gemí yo.

 

-Huele bien, Gilbert…-dijo olisqueando mi miembro.

 

Mi excitación crecía por momentos, mi mente me decía que estaba mal, pero mi cuerpo llevaba el control, no pude evitarlo, y acabó pasando, el señorito se llevó mi polla a la boca.

 

-O-oh, dios… D-dios…-dije muerto de placer.

 

Aunque era su primer vez, parecía saber hacerlo bastante bien, restregaba su lengua por el tronco mientras chupaba el pene en sí. Su pequeña lengua sabía moverse, me estaba llevando a unos niveles de placer inimaginables. Mi cuerpo se estremecía, mi temperatura subía como la espuma, me había hecho suyo, estaba completamente a su merced. Una vez se cansó se dio la vuelta y se bajó los pantalones.

 

-M-métela, Gilbert… P-por favor…-dijo el señorito entre jadeos.

 

No podía controlarme, sabía que le haría mucho daño, pero… Mi cuerpo no me respondía, solo seguía las órdenes de mi amo, de mi señorito…

 

Agarré su pequeño culito de niño y comencé a hacer presión con mi polla.

 

-¡Aaaaaagh!-gritó de dolor.

 

-¡Señorito! ¡¿Está bien!? ¡¿Quiere que pare!?-dije asustado.

 

-¡Ni se te ocurra! Quiero sentir el dolor… ¡Métela sin contemplaciones!-gritó el señorito.

 

No pude más, se la metí de una estocada, y gritó como jamás había oído gritar a nadie, entre lágrimas y sollozos me pedía más.

 

-Sniff… Más… Más… Q-quiero maś d-dolor… Al fin… ¡Al fin siento algo!-decía entre gemidos y sollozos.

 

Mi cuerpo no aguantó mucho su culo apretado, y al poco tiempo, me corrí en su interior, cuando la saqué un hilo de sangre salía de su culo, y en aquel momento me di cuenta de lo que había hecho.

 

-¡Dios mío, señoritoooooooo!-grité.

 

El señorito se desmayó y tuve que curarlo personalmente en la mansión, decidí que jamás volvería a hacer algo tan sucio con él, y él tampoco volvió a mencionarlo nunca, aunque a los dos días, que seguía en la cama, porque aún tenía dolores, si me dijo algo…

 

-¿Me ha llamado, señor?-dije entrando en la habitación.

 

-Gilbert… ¿Soy un chico malo?-dijo triste.

 

-¡P-por supuesto que no!-dije nervioso.

 

-Es que… He hecho cosas feas…-dijo apartando la mirada.

 

-No se preocupe, señor… Eso no volverá a repetirse, la culpa es mía…-dije haciendo una reverencia.

 

Hubo un silencio incómodo en la habitación, y entonces me acordé.

 

-¡Ah, por cierto, señor!-dije algo más animado-¡Encontré lo que me pidió! Mañana se lo traeré.

 

-¿En serio?-dijo feliz.

 

-Si, fue maltratado cuando era pequeño, y abandonado por su familia-dije serio-¿Cómo piensa llamarle?

 

-Le llamaré… Cheshire…-dijo el señorito con una sonrisa.

 

____________________

 

Al parecer aquí acaba el episodio, la próxima semana será el último ya. Este ha sido un poco más largo, a petición de uno de nuestros lectores, porque el autor le tiene mucho respeto y ha querido hacerle caso… Él sabe quien es, en fin… El mensaje del autor:

 

Lo sé, lo sé, puede que este episodio haya sido un poco raro, pero es que hay un paralelismo directo entre esta obra y Alicia en el país de las maravillas. Es una obra escrita de un perturbado para perturbados, ¿y qué mejor perturbado que Luke? Él busca refugio en ese libro, porque habla de un mundo de maravillas, donde todo es felicidad, donde a él le gustaría estar… Ademaś… Está “más loco que un sombrerero”. Espero que os haya gustado, el próximo episodio se centrará más en el presente que en el pasado, solo hablaré del pasado en el principio, porque así termino de explicar todo lo que tengo que explicar.

 

OS SALUDA

 

EL ENTERRADOR

 

Y con eso, nos despedimos hasta la semana que viene, este mayordomo tuerto se despide, no olviden comentar y valorar, siempre nos da una alegría, gracias.

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El diario de la inocencia de Justin Wright 7.5

El diario oscuro de Jack Faustus III

El diario online de Marcos García 12

El diario online de Marcos García 11

El diario online de Marcos García 10

El diario de aprendizaje de Rick Jones 12

El diario de poemas de Rick Jones 2

El diario de aprendizaje de Rick Jones 11

El diario de poemas de Peter Wright 1

El diario de aprendizaje de Rick Jones 10

El diario de la inocencia de Justin Wright 7

El diario de la inocencia de Justin Wright 6

El diario del ligoteo de Eric Lover 1

El diario del sacrificio de Mark Twin 3

El diario del sacrificio de Mark Twin 2

El diario del sacrificio de Mark Twin 1

El diario del director de Penélope Smith 1

Anuncio de El Enterrador

El diario de la inocencia de Justin Wright 5

El diario online de Marcos García 9

El diario del desprecio de Peter Wright 5.5

El diario del desprecio de Peter Wright 5

El diario oscuro de Jack Faustus II

El diario de aprendizaje de Rick Jones 9

El diario de aprendizaje de Rick Jones 8

El diario del desprecio de Peter Wright 4

El diario online de Marcos García 8

El diario online de Marcos García 7

El diario de la inocencia de Justin Wright 4

El diario de la inocencia de Justin Wright 3

El diario de la inocencia de Justin Wright 2

El diario de aprendizaje de Rick Jones 7

El diario online de Marcos García 6

El diario online de Marcos García 5

El diario online de Marcos García 4.5

El diario online de Marcos García 4

El diario del desprecio de Peter Wright 3

El diario del desprecio de Peter Wright 2.5

El diario del desprecio de Peter Wright 2

El diario del desprecio de Peter Wright 1.5

El diario del desprecio de Peter Wright 1

El diario de la inocencia de Justin Wright 1

El diario de aprendizaje de Rick Jones 6 y 6.5

El diario de aprendizaje de Rick Jones 5

El diario oscuro de Jack Faustus I

El diario online de Marcos García 3

El diario online de Marcos García 2

El diario online de Marcos García 1

El diario de aprendizaje de Rick Jones Extras -1-

El diario de aprendizaje de Rick Jones 4

El diario de aprendizaje de Rick Jones 3

El diario de aprendizaje de Rick Jones 2

El diario de aprendizaje de Rick Jones 1

The last laughter 4

The last laughter 3

The last laughter 2

The last laughter 1

Videogames and rock and roll KR: 08

VRR 09 Basket and rap!

Videogames and rock and roll KR: 07

Light and darkness together 8 (FINAL)

Light and darkness together 7

Light and darkness together 6

Videogames and rock and roll KR: 05

Light and darkness together 5

Sedientos de odio: odio al día de San Valentín

St Valentin special: Al least I have my cat

VRR 04 Basket and rap!

Light and darkness together 4

Videogames and rock and roll KR: 03

Light and darkness together 3

Videogames and rock and roll KR: 02

El nuevo juguete del señorito:Especial nochevieja3

El nuevo juguete del señorito:Especial nochevieja2

El nuevo juguete del señorito:Especial nochevieja1

Videogames and rock and roll 2: 01

Basket and rap! 4

Basket and rap! 3

Basket and rap! 2

Light and darkness together 2

Basket and rap! 1

Light and darkness together

Especial sedientos de odio: odio a ser violado

Videogames and rock and roll! Especial part 2

Videogames and rock and roll! Especial part 1

I will make you feel the darkness

Una vida vacía 8

Una vida vacía 7

Una vida vacía 6

Una vida vacía 5

Una vida vacía 4

Una vida vacía 3

Una vida vacía 2

Una vida vacía

Roger Flyer: El caso del colegio 1

La muerte del Enterrador

El nuevo juguete del señorito 4

El nuevo juguete del señorito 2

El nuevo juguete del señorito 1

Deaths detective parte 2 FINAL

Deaths detective parte 1

Sedientos de sangre 10

¿Amor o maldición? 2 Capítulo 10

Sedientos de sangre 9

¿Amor o maldición? 2 Capítulo 9

Sedientos de sangre 8

¿Amor o maldición? 2 Capítulo 8

Sedientos de sangre 7

Sedientos de sangre 7

¿Amor o maldición? 2 Capítulo 7

¿Amor o maldición? 2 Capítulo 6

Sedientos de sangre 6

Sedientos de sangre 5

¿Amor o maldición? 2 Capítulo 5

Sedientos de sangre 4

¿Amor o maldición? 2 Capítulo 4

Sedientos de sangre 3

Videogames and rock and roll! 10

¿Amor o maldición? 2 Capítulo 3

Sedientos de sangre 2

Videogames and rock and roll! 9

¿Amor o maldición? 2 Capítulo 2

Sedientos de sangre

Videogames and rock and roll! 8

Maldiciendo al destino VI

La academia del pecado FIN

¿Amor o maldición? 2 Capítulo 1

Videogames and rock and roll! 7

Academia Wellington, entrégate al pecado 9

¿Amor o maldición? Especial: el castigo

Videogames and rock and roll! 6

Academia Wellington, entrégate al pecado 8

¿Amor o maldición? Especial: Tweety solo

¿Amor o maldición? Especial: Kitty x Cathy

¿Amor o maldición? MERRY CHRISTMAS!

Videogames and rock and roll! 5

Academia Wellington, entrégate al pecado 7

Videogames and rock and roll! 4

Academia Wellington, entrégate al pecado 6

Videogames and rock and roll! 3

Academia Wellington, entrégate al pecado 5

Videogames and rock and roll! 2

Academia Wellington, entrégate al pecado 4

Maldiciendo al destino (Cap 4)

Videogames and rock and roll!

Maldiciendo al destino (Cap 2)

Academia Wellington, entrégate al pecado 3

Academia Wellington, entrégate al pecado 2

Academia Wellington, entrégate al pecado

La academia del pecado

Un cliente me usó como su juguete 3

Un cliente me usó como su juguete 2

Un cliente me usó como su juguete

¿Amor o maldición? Capítulo 13

¿Amor o maldición? Capítulo 12

¿Amor o maldición? Capítulo 11

¿Amor o maldición? Capítulo 10

¿Amor o maldición? Capítulo 9

¿Amor o maldición? Capítulo 8

¿Amor o maldición? Capítulo 7

¿Amor o maldición? Capítulo 6

¿Amor o maldición? Capítulo 5

¿Amor o maldición? Capítulo 4

¿Amor o maldición? Capítulo 3

¿Amor o maldición? Capítulo 2

¿Amor o maldición? Capítulo 1