Hoy os traigo una propuesta diferente. El caso es que me apetecía crear un extra para Marcos. Debo deciros que a los extras les dedico mucho menos tiempo que a los episodios normales, por lo que la calidad suele ser mucho menor. Con Rick y Peter apenas se notaba la diferencia, pero en este caso creo que sí se nota xD En fin, que no lo veáis como un capítulo importante, sino simplemente un pequeño relato humorístico sobre diferentes teorías. Espero que os guste.

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Diario de una adolescencia gay

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Un relato del Enterrador

El diario online de Marcos García 4.5: ¿Qué identidad online se esconde tras “Conejito amoroso”?

Antes de saber que mi acosadora era una malvada jovencita de mi propia ciudad, mi mente fantasiosa estuvo jugando con la identidad de “Conejito amorosa”, relacionándolo con algunos de mis conocidos. Como la vida no ha querido que esta historia salga bien y no he podido deleitarme con una bonita relación con ese chico perfecto, voy a rememorar, para su disfrute, cómo habría ido esta historia si el nombre escondido tras la nube de Internet hubiera sido otro.

Volvamos al momento en el que descubrí que la vida no es un cuento de hadas en el que uno siempre es la princesa y viene un príncipe a por él; el momento en el que me corrí.

-¡Aaaah! ¡Me corro, me corro!-solté finalmente.

-¿Tan pronto?-me respondió con sorna el chico al otro lado de la línea.

-¡Es que es una situación muy excitante! ¡Es normal!

Fruncí el ceño porque acababa de llamarme “eyaculador precoz” en toda mi cara, sin embargo, luego sonreí un momento porque me di cuenta de que era la primera vez que oía su voz. Era curioso, tenía un tono de voz algo prepotente, pero a mí no me importó, porque estaba bastante ilusionado por poder hablar con él al fin.

Su respiración seguía agitada, de modo que supuse que él seguía con la paja. Quería decir algo para excitarle, aunque como la vergüenza me podía, no me atreví a decir nada.

-Vamos-susurró con voz seductora-, ayúdame a correrme. Dime cosas.

Estaba nervioso, muy nervioso. Debía reaccionar rápido, así que mi cerebro no procesó lo que solté por la boca a continuación:

-¡Cosas!

Me ruboricé por completo y hasta oí grillos en mi cabeza. Estuve a punto de cortar, hasta el momento en el que oí su risa y me dijo que ya se había corrido.

-Lo siento de veras. Es que estaba nervioso y…

-Joder, una cosa es estar nervioso, pero es que decir eso...-se rió.

Me disculpé un montón de veces y él dijo que me perdonaba. Después, estuvimos un poco hablando, cosa que me sorprendió, porque no me veía capaz de mantener una conversación por vergüenza.

-Oye, tu voz me suena de algo. ¿Cómo dices que te llamas?

-Eh…-dudé sobre si darle mi nombre-, me llamo Rick Jones.

-Espera-se sorprendió-, ¡así me llamo yo!

No podía ser. Seguro que había muchos Ricks Jones por el mundo. Sí, claro, estoy seguro de que si lo buscas en google aparece un montón de gente, incluso tiene que haber algún tipo del universo Marvel que lleve su nombre porque son tantísimas personas en ese universo y es un nombre tan común que tiene que estar.

-Hostia, ¿eres tú, Marcos?-preguntó mi interlocutor.

Mi rostro palideció. Pero pensé que no podía ser, que seguramente habría muchos Ricks Jones por ahí que conocerían a muchos Marcos también de por ahí. No podía ser, no quería que fuera él. Vamos, antes me pego un tiro con una de las armas que en este país ven maravillosas.

-Qué fuerte, acabo de descubrir que soy maricón y ya tengo un novio en mi pueblo. Podemos salir si quieres. Ya sabes, para ir al cine y esas mierdas. Aunque lo más importante es follar, claro está.

Me iba a entrar un ataque de ansiedad de un momento a otro. De nuevo me dije a mí mismo que me tranquilizase, que seguro que muchos Rick Jones tendrán la misma personalidad que él… ¡Mierda, era él, no había duda! ¡El gilipollas más gilipollas, el payaso trágico, el Rick Jones de mi clase!

-Oye, Marcos, tú la chupas, ¿no? Es que hay tías que no lo hacen. Pero nosotros, al ser tíos…

-¡No puedes ser tú! ¡Esto tiene que ser una broma! ¡”Conejito amoroso” es dulce y sincero!-grité indignado.

-Ah, ¿eso? Es una táctica que uso para follar.

-P-pero… dijo que era hetero…

-Es que al principio andaba con dudas y luego me cosqué de que era maricón-me dijo indiferente.

-Pues yo no quiero estar contigo-espeté molesto.

-Hace un momento, cuando tenías la mano en la polla, no decías eso-se rió de nuevo.

-¡A la mierda!

Colgué y me desconecté. No quería saber nada de ése. Le pediría a mamá que nos mudáramos a España de nuevo y así se acabaría el problema, porque nadie en su sano juicio saldría con Rick Jones. Y dudo mucho que algún día llegase a tener dos pretendientes, ¡eso jamás ocurriría! ¡Jamás!

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Sólo de pensar en que pudiera ser él, un terrible escalofrío recorre mi cuerpo. Pero había, por supuesto, otras posibilidades. Volvamos al momento culminante.

-¡Aaaah! ¡Me corro, me corro!-solté finalmente.

-Esto… me parece muy bien, Marcos, pero yo te llamaba porque has sacado una nota especialmente mala en el último examen.

-¡¿B-brent?!

Es cierto que no se puede considerar que era “Conejito amoroso”, pero esa idea me perseguía en mis pesadillas.

-¡Podías haberme interrumpido antes!

-Es que… parecías tan concentrado...

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Otra idea terrorífica era la de un alumno aterrador que pudiera ser “Conejito amoroso”.

-¡Aaaah! ¡Me corro, me corro!-solté finalmente.

-¿Te he dado yo acaso permiso para correrte?-sentenció la voz al otro lado de la línea con tono dominante.

-¡¿A-axel?!

-Así es, García. Ahora tápate la punta de la polla y no te corras hasta que yo te lo diga.

-Sí, claro, como si fuera a…

-Si no lo haces, mañana te daré una paliza en cuanto te vea-espetó.

Temblando de miedo y aún un poco de excitación, no me quedó más remedio que hacerle caso y colocarme el dedo para impedir la eyaculación. Me sentía raro, muy raro y tenía muchas ganas de correrme, pero si no le hacía caso a ese sádico las consecuencias serían fatales.

-A partir de ahora quiero que te refieras a mí como amo-dijo serio.

-Sí.

-¿Sí... qué?

Si este tío no fuera mucho más fuerte que yo, juro que lo mataba.

-Sí, amo-respondí rabioso.

-Ahora llévate la mano atrás.

-Pero… yo nunca…

-Que te lleves la puta mano atrás, García-bufó.

Hice lo que me dijo y cuando me exigió que introdujera un dedo en mi interior, mi cuerpo comenzó a temblar porque no era como me esperaba. Era una sensación extraña, como si tuviera ganas de…

-¿Cuántas pollas has chupado, García?-preguntó de forma lujuriosa.

-Ninguna-respondí enfadado.

-Pero querrías chupar la mía, ¿verdad?

Yo sólo sabía que quería irme a dormir y olvidarme de todo.

-¡Responde o te corto las pelotas y te las coloco de pendientes!

Vaya imagen más desagradable…

-¡Sí, amo!-respondí aterrado.

-Si haces que me corra, dejaré que tú te corras.

-Espera, ¿llevas pajeándote desde que yo empecé?-pregunté sorprendido.

-Ejem.

Suspiré y le añadí la dichosa muletilla de “amo”. Entonces me contestó:

-Así es.

-¡Llevamos 30 minutos por lo menos! ¡Vaya aguante que tienes!

-O eso o que tú no me pones nada-espetó tajante.

Qué amable era este tío…

-Pues… eh… ¡Soy tu esclavo, amo! ¡Te voy a…!

-Lo que me estás dando ahora mismo es vergüenza ajena.

¿He dicho ya lo amable que es?

-¿Y qué digo?-pregunté molesto.

-Anda, córrete. Yo me voy a ver gente que sabe gritar de verdad por Internet-comentó aburrido.

-¡Espera! Quería decirte que no sabía que tenías un lado tierno.

-García, ¿quieres morir?-me volvió a amenazar.

Colgó después de eso, pero yo me tumbé en la cama satisfecho porque sabía que a pesar de que parecía un témpano de hielo con tendencias sadomasoquistas, en el fondo ese delincuente tenía corazón.

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Pero no todo fueron pesadillas y dolor al imaginar quién estaría al otro lado de la red, lo cierto es que también tuve alguna fantasía agradable.

-¡Aaaah! ¡Me corro, me corro!-solté finalmente.

-¿Te ha gustado?-escuché una voz dulce al otro lado.

-S-sí...-respondí algo avergonzado aún.

-A mí también. ¡Y tú también me gustas mucho, Marcos!

-Graci… ¡Espera, ¿cómo sabes mi nombre?-solté asustado.

-Siempre lo he sabido-se sinceró-. Yo te conozco desde hace mucho, así que sé cómo hablas y tu forma de ser, de modo que no tardé en darme cuenta.

Se me olvidó por completo que podía ser una amenaza en cuanto me dijo eso tan bonito. Mi sangre no americana estaba actuando, pues alguien de este país habría saltado la alarma por esto. Siempre están saltando la alarma por terrorismo o por cosas así cuando en realidad no hay nada que temer. Yo esperaba que ésa fuera una de las veces en las que no había nada que temer.

-¿Q-quién eres?

-Soy David-respondió tímidamente.

-¡¿D-d-d-d-d-d-d-david?!

¡¿El chico más guapo del instituto?! ¡¿Aquél en cuyos pectorales se podía rallar queso?! ¡¿El chico cuyo cuerpo parecía esculpido por un artista griego para representar en él todas las bondades del hombre?! Pues no caía en quién era…

-No me suena-me hice el interesante.

-¿Quéeeee?-protestó-. Bueno, es normal, teniendo en cuenta que tú eres genial y yo sólo soy mediocre.

¿Qué pasa? ¿Tienen ustedes algún problema? ¡Ésta es mi fantasía, así que yo decido lo que pasa! ¡Y en mis fantasías yo soy genial!

-Creo que me suenas de algo.

-¡Soy el que se sienta al lado de Jones!

Vaya por Dios, ¿por qué tenía que nombrar a ése precisamente? Decidí parar de jugar y decirle que sí lo conocía para que así no hablara de Jones.

-Ah, ya caigo. Eres un poco mono-le dije indiferente.

¿Un poco? ¡Parecía un Dios bajado del cielo!

-Gracias. Me hace muy feliz que tú precisamente me digas eso.

-B-bueno-me sonrojé-, ¿y ahora qué hacemos?

-No sé, ¿qué te parece si nos casamos? Yo soy un multimillonario de éxito, pero como soy muy excéntrico prefiero ir a un colegio público. Si nos casamos, podemos viajar a España y comprar una cabaña-chalet en los Pirineos para vivir allí en paz durante el resto de nuestra vida.

¡Oh, Dios! ¡Me encanta el David de mis fantasías!

-¡Sí, sí y mil veces sí!-grité emocionado.

Entonces llamaron a la puerta de mi habitación y al abrirla estaba él vestido de esmoquin y con un ramo de flores. Me sonrió y yo me sonrojé. Entonces sacó una caja del bolsillo y se arrodilló.

-Marcos García, ¿quieres casarte conmigo?

-¡Sí quiero!-sonreí tras abrir la caja y ponerme el anillo.

Nos fundimos en un apasionado beso y después me abrazó pegando la cabeza en mi hombro para susurrarme al oído:

-Ahora habrá que celebrarlo, ¿no? Arráncame la chaqueta y la camisa del traje.

Estuvimos toda la noche haciendo el amor y David me hizo vibrar como las cuerdas de un arpa. ¿Qué pasa? ¿Me he pasado? Bueno, déjenme disfrutar un poco, ¿no? Que el resto de mis fantasías han sido deprimentes. Si tuviera que elegir una, por supuesto, me quedaría con ésta.

Finalmente, David y yo nos fuimos a España y fuimos felices para siempre.

Aun teniendo en cuenta que las tres primeras fantasías eran horribles, las hubiera preferido a la realidad, pero lo que más feliz me hubiera hecho, sin duda, es que se cumpliera la tercera. En fin, queridos amigos, que tengan un buen día. Yo me voy a dormir totalmente solo, como todas las noches.

FIN

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Tras éste, quedan dos capítulos de Marcos y tras eso, volverá el diario de Rick Jones. Más o menos tengo pensada la distribución de los capítulos siguientes, pero aún no puedo decir nada porque no es seguro.

Gracias por leer.

OS SALUDA

EL ENTERRADOR