El ansiado regreso de Rick Jones ya está quí. Muchos querían saber qué pensaba Rick mientras Peter se masturbaba frente a él y se le declaraba, de modo que este capítulo será aclaratorio, para que entendamos el punto de vista de Rick. Siento deciros que este regreso será corto, pues tras este capítulo, volverá Justin, el hermanito de Peter.

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Diario de una adolescencia gay

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Un relato del Enterrador

El diario de aprendizaje de Rick Jones 7: Aprender a reflexionar

No entendía qué coño acaba de pasar. Mi corazón iba a mil por hora, pero por fuera parecía muy tranquilo. Era como si mis emociones estuvieran tan resguardadas en mi interior que no pudiera exteriorizarlas. Le había dicho todo eso a Peter sin pensar, porque estaba hecho un lío y porque quería salir rápido de ese baño. Iba andando y mirando hacia delante, y aún así no estaba en mí mismo. Mi mente andaba perdida en un mundo al que ni siquiera yo podía llegar. No sé qué mierda estaba pensando, porque no era consciente ni de eso. Me sentía como cuando te dan una noticia traumática. En ese momento dejas de percibir lo que sucede y hasta dejas de pensar para entrar en un estado de evasión total.

Joder, tenía que tranquilizarme. Yo jamás me ponía nervioso, no entendía por qué había decidido empezar ahora. En el camino al club de poesía intenté ordenar mis pensamientos como pude. Estaba confuso, muy confuso. ¿Peter de verdad había hecho eso delante de mí o había sido una alucinación? Miré hacia abajo y noté que mi polla estaba soltando líquido preseminal como una loca, así que me di cuenta de que todo había sido real. Seguro que me habría corrido sin tocarme de no ser por mi intento de concentración mental.

¿Por qué no le había dicho a Peter que sí? ¿Qué mierda me impedía no arrancarle los pantalones y follarme su culo como un poseso? La respuesta era sencilla. Sonreí al caer en la cuenta. Estaba claro que tenía miedo, miedo de tomarlo. Qué gilipollas… Todo este tiempo me lo había estado negando, pero estaba claro lo que sentía. Ahora no quería sólo su cuerpo, quería más de él y por eso no lo había aceptado. Tenía miedo de aceptar y luego darme cuenta de que sólo era un calentón y que de nuevo volvería a abandonarme.

Era curioso, porque yo ya estaba dispuesto a entregarme a una vida desdichada con Tom. Yo sabía que no sería feliz, pero al menos podría follar. No había nadie más, así que tenía que ser Tom. Supuse que estaba destinado a estar con esa puta locaza y a tener que aguantarme. Si era Peter el que me condenaba a esa vida de mierda tan perra, yo lo aceptaría y punto. Qué puto cursi me había vuelto… Antes me pasaba el día dibujando rabos y hablando de follar, y ahora sólo podía pensar en estar con Peter, tumbarnos juntos en el sofá, acariciar su pelo, llenarlo de besos, protegerlo. Seguro que el viejo Rick me habría dado una buena hostia, porque ahora follar era lo de menos.

¿Qué iba a hacer ahora? Muy sencillo, me propuse una cosa a mí mismo: quería que Peter me dijera que me quería, si me decía que me quería, volvería con él. Sabía que estaba siendo un cabrón por alargar esto, pero era por una buena causa, para que él aclarara sus sentimientos y para castigarlo un poco por hacerme sufrir. Sonreí al pensar eso último. Aunque me haga daño, aunque me haga sentir como una mierda o incluso me mate, siempre le perdonaré. Sé que sonaba como un puto masoca, y lo era, pero un puto masoca enamorado.

Finalmente abrí la puerta del club de poesía y la gente alzó la mirada hacia mí como se suele hacer cuando alguien entra en un aula.

-¡Riiiiiiiiiiickyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!-gritó Tom.

Mierda, me había olvidado de él. Ahora tenía un problema bien gordo.

-Has tardado mucho. Además, estás sudando. ¿Estás bien?-intervino Brent.

-Es que me ha entrado un apretón. Si la hubierais visto… Al final no sabía si bautizarla o tirar de la cadena-me reí.

-¡Qué vulgar! ¡I love it!

-En fin, os dejo solos-soltó Brent con cara de “demasiada información”.

-Darling, I gotta feeling that tonight’s gonna be a good night.

-No está mal la canción.

-No, tonto, me refiero a que tengo el presentimiento de que esta noche nos vamos a divertir.

-¿Y eso por qué?

-Porque ya va siendo hora de…

Joder, ahora el muy salido quería que me lo follara sin piedad. La última vez que metí mi rabo en esa enorme y fría caverna, no tocaba los bordes siquiera. No quería ni imaginarme la de terribles perversiones masocas que le habría hecho a su culo para conseguir eso. No voy a decir que me gusta abrir culos para que la otra persona sufra, sobre todo porque no quiero que nadie se acuerde de mis muertos, pero si no hay algo de resistencia, como que no hay mucho placer. Aunque tampoco creo que a él le diera mucho placer, porque su próstata debía de haber sido más golpeada que un viejo saco de boxeo de un gimnasio abierto desde los años 20.

En otras circunstancias hubiera aceptado y esa noche hubiera tenido sexo salvaje con Tom culo-cueva. Sin embargo, probablemente me habría imaginado que era Peter. Me parecía flipante, y aún así era cierto, Peter había desplazado de mis fantasías a todos los actores porno gay que me gustaban, Jessie Montgomery, Jake Ross, Damien Wolfe, Kyler Moss y bueno, muchos más que tantas veces me han acompañados en mis pajas.

-¿Tan hambriento estás de polla?

-¿Hambriento? Eso es poco. Estoy deseando hincarte el diente, Ricky. I’m so hungryyyy!

-Guárdate esos colmillos, chico crepúsculo, que ya los usarás esta noche.

Sonrió como el salido que era y nos pusimos a escribir más poesía. Miré preocupado hacia la puerta. No obstante, Peter no aparecía. Supuse que se había ido a casa tan orgulloso como siempre para no mostrarse débil ante mí.

“Rápida paja en el baño

nunca hace daño

y menos si se la hace un amigo sobre el váter,

sentado encima de ti y viendo cómo tu polla late”.

Sonreí triunfal y Tom se puso a soltarme comentarios sobre hacerlo en el baño o que nos hiciéramos pajas conjuntas. Suspiré cansado por lo pesado que era. Lo único bueno que tenía era que no hablaba en femenino, pero todos los demás rasgos de locaza los tenía. De repente, interrumpiendo nuestra conversación, apareció Peter en la puerta.

Entró con la cabeza agachada y una expresión de absoluta tristeza. Su cara estaba muy colorada y sus ojos estaban rojos, lo que me llevó a pensar que el muy hijo de puta había estado llorando. Verlo así hizo que mi interior se revolucionara mezclando varios sentimientos, pena, tristeza, ternura y el más fuerte de todos, ira.

-Ahora vengo, Tom. Tengo que hablar con Wright.

-¿Eh? Qué aburrido… No tardes.

Todo el mundo empezó a cuchichear y yo me levanté. En ese momento Brent se levantó también y se acercó a él, pero justo cuando estaba punto de tocar su brazo, le tiré a Peter del otro y le giré de nuevo hacia la salida. Miré a Brent totalmente furioso y éste me devolvió la mirada sorprendido.

-Ni se te ocurra tocarlo.

Dicho esto y sin que Peter dijera palabra alguna, salimos de la clase y le guié hasta uno de los armarios de la limpieza cercanos, donde podríamos hablar tranquilos.

-¡¿Se puede saber qué mierda te pasa, Wright?!

-No alces la voz-susurró mirando al suelo.

-¡Alzaré la voz si me da la puta gana!

Estaba furioso, y no era dueño de mis actos. Yo jamás había tenido mal temperamento, pero cuando se trataba de ese chico, simplemente me perdía.

-Ja-esbozó una sonrisa arrogante-. No sé a qué viene este numerito. Si querías que te la chupara no tenías más que decirlo, no hacía falta que me trajeras al cuarto de limpieza.

-Que te den.

-Eso es lo que quieres, ¿verdad? Quieres darme.

-Escúchame bien, jodido imbécil, no tienes derecho a estar así. Tú y yo no somos nada, así que no tienes derecho a llorar por mí.

-Qué hipócrita. Dices eso incluso cuando tú también has llorado por mí.

Me quedé en silencio. Supongo que el lunes yo también aparecí por clase con los ojos rojos, de modo que negarlo no iba a servir de nada. Viéndolo así, tan desamparado y triste me daban ganas de abrazarlo y no soltarlo jamás, pero no podía, no podía fallarme a mí mismo. Él debía decirme que me quería para que yo volviera a estar con él.

-Dime una cosa Wright, ¿tú me quieres?

Alzó la mirada con los ojos abiertos como platos, como si jamás se hubiera planteado esa pregunta. Reaccionó rápidamente y volvió a fruncir el ceño.

-¿Qué tonterías estás diciendo? Sólo eres un capricho, Jones, no te creas gran cosa-volvió a sonreír con superioridad.

-¿Eres de los que lloran por un capricho?

-¿Y quién ha dicho que yo haya llorado? Esto es porque me he metido una raya de cocaína.

Me pregunto por qué nos hacíamos tanto daño el uno al otro. Era obvio que sentía algo por mí, sin embargo, no quería aceptarlo el muy gilipollas. Por eso yo quería que se diese cuenta de lo que sentía antes de volver con él. Ahora ya no me conformaba con su cuerpo, lo quería todo de él. Era verdad la mierda esa que se decía siempre por ahí de que el amor es dolor. Él me hería a mí y yo lo hería a él. No obstante, yo sabía que si nuestro amor era puro, superaría todas las mierdas que se interpusieran ante él. Joder, cuando me pongo así de cursi me dan ganas de darme una hostia.

Lo miré con el ceño fruncido esperando que dijera algo más, pero volvió a mirar al suelo con el ceño fruncido. Joder, ¿por qué tenía que ponérmelo tan difícil? Extendí los brazos y lo abrazé pegando su cabeza a mi pecho. Sorprendido, giró ésta hacia arriba y se cruzó con mi sonrisa, cosa que le hizo mirar hacia un lado. Empezó a llorar, pero era de esos llantos que salían sin ruido. Sólo eran lágrimas cayendo, sin sollozos o lamentos.

-Como le cuentes esto a alguien, te mato-susurró.

-Es una pena, porque pensaba anunciarlo por telefonía.

-También sería una pena que yo te cortara los huevos.

-¿Qué ibas a hacer tú sin mis huevos?-sonreí.

-Idiota…

Estuve abrazándolo hasta que se tranquilizó. Ni siquiera me dio las gracias, simplemente salió del armario sin despedirse y volvió a la clase de poesía. Yo me quedé un poco más, pensativo, pensando en que no podría aguantar mucho sin que fuese mío. No me quedaba otra opción, tenía que ser fuerte para que fuera mío por completo.

Al salir del armario (Qué guay, ¿será una metáfora?) vi que estaban en la puerta los del club de poesía. Ya había terminado la hora, de modo que se iban a casa. Peter iba entre ellos. Me dedicó una fugaz mirada y se fue. Entonces yo entré y le dije a Tom que nos íbamos. Éste me preguntó qué había hablado con Peter y yo le dije que le había salido una almorrana y estaba muy avergonzado, por lo que había recurrido a mí, ya que le daba vergüenza ir al médico.

Esto pareció complacerlo, porque cambió de tema y nos pusimos a hablar sobre cuánto aguantaba sin correrme. Al salir del instituto vi a lo lejos a Peter caminando con su hermano menor, que estaba inflando los mofletes. Me reí porque seguramente ya se estarían peleando como siempre. Tom se enfadó porque decía que no le estaba escuchando. Me estaba contando las ventajas que tienen los vibradores a pilas frente a los que tienen toma de contacto.

Mientras me explicaba detalladamente que la toma de contacto se encontraba en el huevo izquierdo, apareció una cara familiar ante nosotros, Mickey Rooney.

-¡Hostia!-exclamé-. Rooney, ¿cómo te va?

-Bien.

-¡Nepheeeeeeeeeeeew!

Tom se lanzó a abrazar al chico. En serio pensaba que lo iba a estrangular y que luego Rooney me iba a denunciar a mí por el acoso sexual de ese tío. Frío como siempre y sin cambiar la expresión de su cara, abrazó también a Tom.

-Tío Tom.

Espera, ¡¿tío?! ¡¿Tom era el tío de Rooney?! ¡Pero si son totalmente opuestos! ¿Cómo coño van a ser familia? Me reí ante lo absurdo de la situación y esperé a que se separaran.

-¿Has venido a traerme un bocadillo, tío?

-¡Oh! E-esto…. bueno…-se separó del abrazo Tom.

-Qué va-sonreí-. Está aquí porque es mi nuevo follamigo.

-¿Eres gay?-preguntó Rooney a su tío.

Estaba a punto de descojonarme. ¿Entonces su familia no lo sabía? Por favor, si era evidente.

-¡Ricky!-protestó Tom.

-No me lo esperaba para nada.

-¿Y eso?-solté riéndome sin poder creerlo.

-Es la persona más masculina que conozco-me miró sin expresión en la cara.

Me pregunto cómo será la familia de Rooney para que Tom sea la persona más masculina que conoce.

-It’s not fair! It’s not fair! ¡¿Por qué se lo has dicho?!

-No creo que ser maricón sea algo por lo que haya que esconderse, ¿verdad, Rooney?

-No quiero volver a verte, tío-soltó serio.

-Whaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaat!!!!!!!!!!???? Noooooooooooooooooooo!!

-Era broma.

Ese tío volvía a caerme bien.

-Oh, nepheeeeew!!!! ¡No seas tan malo con tu viejo tío!-lo volvió a abrazar-. ¡Te quiero, te quiero!

-Yo quiero un bocadillo.

-Por cierto-comentó Tom separándose de su sobrino-. ¿De qué os conocéis vosotros dos?

-Una vez Ricky se vistió de mujer para mi disfrute.

-Jajajaja-me reí-. No fue para tu disfrute.

No me gustaba que me llamaran Ricky, aunque no podía decirle delante de Tom que no me llamara así, porque con lo exagerado que era seguro que me montaba una escena y no me apetecía oír sus mierdas. A veces me sorprende cómo la gente hace un mundo de las gilipolleces más estúpidas.

-¡¿Te vestiste de mujer?! ¡Eso es denigrante para los gays!

-Tú sí que eres denigrante para los gays-solté entre dientes riéndome.

Miré a Rooney para pedirle que me defendiera y vi que se estaba metiendo un bocadillo entre pecho y espalda el muy cabrón. Fruncí el ceño y le pregunté de dónde lo había sacado.

-Mientras hablabais he visto que había un bocadillo en el banco detrás nuestra y simplemente lo he cogido.

Eché un vistazo al banco y en él había un tío y una tía morreándose de la manera más salvaje, guarra y llena de saliva que existía. Eso me hizo pensar en Peter y en que me encantaría hacer cosas guarras con él.

-¿Y ésos te han dejado?

-Estaban concentrados.

-Vamos, que lo has robado-sonreí.

-Tiene corazoncitos-añadió.

Rooney nos dijo, escuetamente, como siempre, que se dirigía al club de teatro pero que llegaba un poco tarde porque había estado echándose la siesta y se había quedado dormido. Ese tío no podía tener la cara más dura… Volvió a decirme que podía volver al club de teatro si quería, pero yo sólo volvería si Peter quería y a su lado, está claro. Nos despedimos de él y salimos de allí rápido al ver que la pareja empezaba a gritar en todas direcciones porque se habían quedado sin almuerzo.

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-¿Y dices que te gusta mucho hacer deporte? Así no me extraña que tengas ese cuerpazo.

-Hombre, gracias, jaja.

-Siento tan guapo y tan atlético no sé por qué eres amigo de mi hermano. Es un desperdicio.

Al abrir la puerta de casa me encontré a la criaja en el salón charlando amigablemente con David mientras se tomaban un té. Le eché una mirada asesina a ésta de ésas que tan bien sabía poner Peter y ella sonrió ampliamente.

-Anda, pero si alguien ha decidido volver a casa.

-¿Qué pasa aquí?-fruncí el ceño.

-Pues verás, tío-sonrió David-, es que esta mañana me dejaste el libro de mates y se me había olvidado dártelo, así que he venido a devolvértelo.

Ya veo, así que el inocente y bienintencionado David había ido a mi casa como Caperucita roja, a cumplir con su objetivo, y la loba feroz de mi hermana pequeña le había apresado para saciar sus sucios deseos.

-Definitivamente, hermano, de tus amigos, éste es el que mejor me cae-sonrió pérfidamente.

-¡Oh, Dios, mío! ¡¿Ya te ha violado, David?! ¿Ha usado sus dildos asesinos o ha sido más delicada y ha usado solamente sus delicados dedos de reina del sadomasoquismo?

-No todos somos como tú, cabezón, que disfrutas más de entrar por la puerta de atrás.

-Qué bien os lleváis-se rió David.

-Sí, incluso recientemente estaba abrazado a mí con los ojos llorosos diciéndome que me quería. Me encantó ver cómo se arrastraba y me suplicaba mientras las lágrimas no paraban de brotar.

-Esa escena me suena. Creo que grité un par de veces “senpai, yamete kusadasai”. Pero la muy sádica no se detuvo.

David se rió y dijo que tenía que irse ya porque tenía trabajo, así que se levantó y se dirigió hacia la puerta.

-¿Otra vez al McDonald’s?-le acompañé.

-No exactamente. Tengo más de un trabajo.

-¿Y eso, tío?

-Bah, no quiero aburrirte con mis historias.

-¡No nos aburres!-intervino Maggie, comiéndoselo con los ojos.

-¡Atrás, lujuriosa sierva de Satán!-hice una cruz con los dedos.

Maggie me miró con cara de “no tiene ni puta gracia” y volvió al salón.

-Oye, David, soy tu amigo, puedes contarme lo que sea. Puedo ayudarte, ¿sabes?

-Lo sé, Rick-sonrió-, pero de verdad que no necesito ayuda.

-Vale, no te daré más la lata, pero no curres demasiado, que nos harás quedar mal a los vagos como yo, ¿vale?

-¡Claro!

David se fue y me quedé un poco preocupado. ¿Por qué no me contaba lo que pasaba? ¿Acaso no confiaba en mí? Puede que parezca un pasota, pero si un amigo me lo pide, no me importa ayudar. Estoy seguro de que si no hubiera estado inmerso en mis problemas con Peter, hubiera investigado lo que pasaba. Espera, puede que yo no tuviese tiempo, pero…

-¡Maggie!-la llamé.

-¿Me has llamado por mi nombre? Mala señal, eso es que me vas a pedir un favor.

-Necesito que espíes a David-sonreí.

-¡Lo haré!-soltó decidida-. ¡Pero no por ti, sino por mí! Porque si me llevo la cámara podré tener un montón de fotos.

-Los detalles te los dejo a ti. Ahora me voy a mi cuarto, cuando venga Tom, mi novio, me lo mandas para arriba, ¿vale?-bostecé.

-No soy tu secretaria-frunció el ceño-. Pero bueno, hoy estoy feliz por la misión que me has dado, así que lo haré.

Me fui arriba mientras esperaba a Tom, el cual ya se estaba retrasando mucho. Joder, se había ido a aparcar, no a buscar la puta ciudad perdida de Atlántida… No sabía si lo mejor era dejarle. Desde luego no me apetecía nada echarle un polvo, pero todavía me podía servir para poner celoso a Peter, así que no tenía muy claro qué hacer.

Seguramente si lo dejaba, me iba a montar una escena en casa y aunque mis padres habían salido a no sé qué cena con sus compañeros de trabajo, los vecinos podían enterarse, o incluso la enana podía chantajearme para que no contara lo que había pasado.

En realidad, lo único que yo quería era no tener que follar esa noche. Necesitaba ganar tiempo. Podría tirármelo sin más, sin embargo, no quería hacerle eso a Peter. Yo sólo lo había hecho una vez en mi vida, y fue antes de enamorarme de él. Por eso, me prometí a mí mismo que desde que me enamoré de él, no iba a follar con otro. ¡Peter Wright tenía la única cerradura por la que entraría mi llave! ¡Peter Wright tenía el único agujero en el que quería entrar!

Lo que yo no sabía mientras estaba divagando, era que algo estaba sucediendo en la planta de abajo:

Tom tocó al timbre y la enana, que estaba leyendo la revista “People”, la dejó sobre la mesa del salón y fue a abrir. Tom sonrió cuando la puerta se abrió y preguntó por mí.

-¿A quién dice que busca?-preguntó haciéndose la aturdida.

-A mi Ricky, claro está.

-Lo siento, pero aquí no vive ningún “Ricky”.

-¿Cómo que no? ¡Si lo pone ahí, en el buzón! ¡Pone claramente: Rick Jones! Don’t fuck me!

Entonces la criaja puso una cara de odio tremendo y miró fijamente a Tom.

-Ése es el nombre del perro.

-Are you fucking kidding me?

-Lo siento, pero aquí no tiene nada más que hacer. Váyase.

-Mira, niñata, yo…

-Váyase-pronunció lentamente-o llamo a la policía.

Tom la miró con cara de profunda desaprobación y la enana sonrió con maldad. Entonces el tipo de modales afeminados se giró y se fue. Pero evidentemente, la cosa no iba a quedar ahí, así que me envió un whatsapp.

TommyYourLovelyHoney

Ricky!!! D: Tu hermana no me deja entrar T.T

A lo que le llegó como respuesta:

Rick

Ya me he hecho una paja, así que largo.

Tom siguió mandando mensajes, pero ninguno llegaba a mi móvil. Intentó llamarme, pero al parecer el teléfono estaba apagado, así que acabó rindiéndose y se fue.

-Jeje-sonrió maléficamente la enana-, ¿a qué imito bien su forma de hablar?

Observó cómo el móvil se perdía en las profundidades del agua del váter y tiró de la cadena con una expresión triunfal. La muy hija de puta había hecho que mi precioso móvil se perdiera en las cloacas para que miles de ratas cabronas y cucarachas de mierda se lo comieran.

-Qué día tan feliz. Primero viene el super mega buenorro ése y ahora voy a seguir viéndolo mientras lo siga. ¡Y además me he librado del grano en el culo! Lo he hecho por el bien de mi hermano, claro, o quizás también un poco porque jamás hubiera podido aguantar a un cuñado así.

CONTINUARÁ….

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Ahora se abren muchos frentes divertidos, así que ya veremos qué pasa con esta gente. Lo malo es que habrá que esperar un poco, porque ahora vendrán algunos relatos de Justin.

No puedo terminar sin anunciar que a partir de ahora voy a publicar todos los lunes y viernes para coger un ritmo de publicación y de escritura más organizado. Espero que no sea una molestia para vosotros.

Muchas gracias por leer.

OS SALUDA

EL ENTERRADOR