Pues aquí lo tenéis, lo prometido es deuda. Os prometí que durante esta temporada incluiría algún capítulo de Sergio y Jose. También quiero avisaros de que algún capítulo más de Videogames no será de Max y Kevin. Atravieso un bajón creativo y lo mejor para curarlos es escribir algo diferente xD Así que igual innovo un poco. En fin, os dejo con el episodio.

Si queréis, podéis comentar a través de email a la dirección de correo: [email protected]

Videogames and rock and roll!:

Basket and rap!

_______________

Un relato del Enterrador

Capítulo 4: Infectado de celos

JOSE

Las mañanas se me hacían muy aburridas. Sergio estaba en clase y Pablo también. Solo podía sentarme a ver la tele hasta que llegara Sergio. Aunque podía dormir hasta que llegara, pero ese no era mi estilo. Soy un chico sano, ¡no una marmota!

Estaban echando el programa ese absurdo del perro y su blog. Menos mal que Sergio no estaba, si no, habría tenido que verlo. A él le encanta, ¡y no lo entiendo! Puse las noticias para ver si pasaba algo interesante en el mundo.

-El mundo sigue siendo una mierda-dijo la presentadora-No hay novedades.

-Vaya, qué directa…-dije pensativo.

-Atentados terroristas, ataques a ciudadanos por su color de piel, hambre en el mundo, guerras…-dijo la presentadora sonriendo.

-Vaya mierda, esto me está deprimiendo…-suspiré.

-¡Y ahora los deportes!-apareció un tío en pantalla-¡El equipo Saddist ha ganado la temporada!

-¡¿Qué dices?! ¡Genial!-dije animado.

Con la alegría de que mi equipo había ganado olvidé todo lo que habían dicho en las noticias. Vamos, que ahora me la soplaba. El equipo Saddist me gustaba mucho. Lo compró un multimillonario inglés hace un par de años y lo convirtió en el mejor equipo de la actualidad.

-¡Señor Saddist!-dijo una reportera-¿Qué tal su familia?

-Mi mujer está muy bien, gracias-sonrió el presidente del equipo.

-¿Es verdad que le puso los cuernos con un cura?-dijo un reportero de la prensa rosa.

La cara del presidente cambió. Su sonrisa se tornó en una cara de furia absoluta, miró a la reportera y exclamó:

-¡Como te atrevas a difamar cosas sobre mi familia me encargaré personalmente de destruir tu carrera!

-¡Señor Saddist!-gritó otro reportero impaciente-¿Y su hijo? Hace años que no aparece en público. ¿Dónde está Luke?

-¿Luke?-dijo sin expresión-¿Quién es ese? Yo no tengo hijo alguno.

De repente la tele se apagó.

-¡Noooo! ¡Cuando el culebrón estaba en lo mejor!-grité.

Miré a mi espalda y ahí estaba Sergio de pie, mirándome sin expresión.

-¿Por qué has quitado la tele? Con lo interesante que estaba lo del hijo del presidente…-dije molesto.

-¿Por qué Max Cool sabe donde tienes el punto G?-preguntó sin más.

-¿Que qué?-dije sorprendido.

-¡Responde!-dijo alzando la voz.

Sergio no solía alzar la voz. Aquello me sorprendió, pero no iba a dejar que me acusara de nada.

-No tengo ni puta idea de lo que hablas-dije borde-¿Quién ha dicho que él lo sepa?

-No me mientas. Hoy en clase Max me ha dicho que sabía donde estaba tu punto G-dijo cabreado.

-¡¿Y tú le crees?! ¡Es Max Cool! ¡Miente más que habla!-dije enfadado.

-¡Te acostaste con él, ¿verdad?!-dijo gritando.

-¡¿Cómo dices?!-dije levantándome con cara de mala hostia.

-Si no, ¿cómo iba a conocer tu punto G? Habéis tenido sexo, ¿verdad?-dijo mirándome fijamente.

-No me puedo creer que me estés acusando de haberme acostado con Max Cool. ¡Yo jamás caería tan bajo!-grité.

-Vosotros… Sois amigos desde hace mucho…-dijo con el ceño fruncido.

-Él no es mi amigo. Nunca lo ha sido. ¡Y jamás me he acostado con él! ¡Sobre todo porque yo antes era hetero! ¡¿No lo entiendes?! ¡EL ÚNICO TÍO CON EL QUE QUIERO ACOSTARME ERES TÚ!-dije ya fuera de mí.

Se quedó en silencio mirando al suelo. Decidí salir de ahí lo más rápido que pudiera, no me apetecía estar en la misma habitación que ese tío. Me encerré en nuestro cuarto y di un portazo. Entonces me tumbé en la cama para intentar tranquilizarme.

__________________________________________________________________________

PABLO

Me encantaba que mi hermanito me invitara con Sergio y con él. Últimamente me rondaba una cosa por la cabeza. La abuela y yo veíamos muchas noches una serie que se llama “Modern family”. En ella hay una pareja formada por dos chicos, ¡lo sé! ¡A mí también me sonaba raro, pero se ve que se puede! La abuela siempre dice que eso es antinatural y asqueroso, pero a mí me parece que esos dos son muy felices. ¿Serán Sergio y Jose como los de Modern Family?

La abuela me llevó hasta una vez más a la casa, pero nunca iba hasta la puerta conmigo. Siempre me dejaba en una esquina. Decía que a Jose no le gustaría verle, yo no entendía por qué, pero le hacía caso. Llamé al timbre y Sergio abrió la puerta.

-¡Sergio! ¡Hola!-sonreí.

-Hola. No sabía que venías-dijo tan seco como siempre.

-¿No te ha avisado mi hermano? Qué despistado-dije pensativo.

-Pasa-dijo indicándome que entrara.

Entré y fui al salón, pero mi hermano no estaba. Qué raro, teniendo en cuenta lo vago que es y que no puede salir de casa… ¿Dónde se habría metido?

-¿Y mi hermano?-preguntó a Sergio.

-Arriba. Dormido-dijo sin mucho interés.

-Mmm… ¡Entonces esperaré a que se despierte!-dije decidido.

-Siempre tan enérgico-me sonrió.

-¡Oh, Sergio! ¡Has sonreído!-dije sorprendido-¿Será señal de mala fortuna?

-Ni que fuera un espíritu maligno-dijo.

-¡Oh, ya es la hora de Doraemon! ¿Puedo verlo, puedo verlo?-dije suplicante.

-Claro-dijo poniendo los dibujos.

Me senté delante de la pantalla feliz como unas castañuelas. Sergio se fue a la cocina y me dejó solo.

-(Mmm… ¿Debería preguntarle a Sergio si son como los de Modern Family?)-pensé para mí.

-Helado-dijo colocando el helado junto a mí.

-¡De chicle! ¡Mi favorito!-dije feliz.

Se sentó a mi lado y miró los dibujos conmigo un rato.

-Kevin-señaló a la pantalla.

-¿Mmm? ¿Quieres decir que Nobita se parece a Kevin?-dije riéndome.

-Siempre quejándose y no haciendo nada-aclaró Sergio.

-Oye, Sergio. ¿Mi hermano y tú… Sois como los de Modern Family?-dije tímido.

-¿Modern… Family?-dijo confundido.

-Verás, hay una pareja en modern family que es de dos chicos, ¡y hasta tienen una hija juntos!-dije yendo a por todas.

-No-dijo pasando del tema.

-Jo… ¿En serio? A mí que me hacía ilusión conocer una pareja de dos chicos…-dije alicaído.

-Nosotros no tenemos hijos-añadió Sergio.

-¡Espera! ¿Eso quiere decir que sí que sois…?-dije sorprendido.

Sergio siguió mirando la pantalla, pero, ¡jaja! ¡Su sonrojo le delataba!

-¡Qué guay! ¡Qué guay!-dije saltando de la felicidad.

-Exagerado…-susurró.

-¡Es que ahora me podéis dar consejos!-dije contento.

-¿Co-consejos?-dijo mirándome con sorpresa.

-¡Claro! Yo también quiero salir con otro chico-dije decidido.

Me miró fijamente a los ojos, y yo le mantuve la mirada como todo un hombre. Su mirada no tenía expresión, parecía que me estaba desafiando, y entonces…

-E-eres muy joven…-se sonrojó-Aún no puedes elegir chicos o chicas.

-¡Sí que puedo! ¡La maestra dice que soy muy maduro para mi edad!-dije enfadado.

-Tu hermano… Háblalo con él-dijo nervioso.

-¿Seguro? ¿Quieres que le cuente que me has dicho que sois novios?-dije con una sonrisa maliciosa.

Me miró fijamente de nuevo, por lo que seguí.

-Si se entera de que me lo has dicho, se enfadará mucho contigo. Sin embargo, si me ayudas, no tiene por qué enterarse-dije sonriendo maliciosamente.

-P-pues… ¡Te quedas sin helado!-dijo quitándome el helado y comiéndoselo.

-¡Eh! ¡Eso era mío! ¡Malo! ¡Malo!-grité indignado.

-Te aguantas. No haberme chantajeado-dijo Sergio sin expresión.

-¿Entonces me ayudarás o no?-dije cruzando los brazos.

-No me queda otro remedio…-respondió suspirando.

__________________________________________________________________________

JOSE

Sin darme cuenta me quedé dormido. Al despertarme ya se me había pasado el mal humor, pero seguía molesto con Sergio. En ese momento recordé algo, ¡hoy iba a venir Pablo! Bajé corriendo al salón, pero cuando llegué solo estaba Sergio viendo al tele.

-Y así, niños, es como conocí a vuestra madre…-dijo el tipo de la tele-Ahí va… ¿Niños? Parece que han muerto. Supongo que durante estos nueve años que he tardado en contarles la historia debería haberles dado algo de comer…

-¿Ha venido mi hermano?-dije aún molesto con él.

-Las 21:30. Se fue-dijo como si fuera algo obvio que a esta hora no seguiría aquí.

-Entonces me vuelvo a dormir-dije enfadado.

No respondió. Siguió mirando como el tipo de la tele intentaba reanimar los cadáveres calavéricos de sus hijos. ¡Bah! ¿Quién le necesitaba? Si no confiaba en mí no merecía que me quedara a su lado.

Durante los días siguientes hablábamos lo justo. Lo cual producía muchísimos silencios incómodos, porque si Sergio ya habla poco cuando está de buen humor… ¡Pero no pensaba hablarle normal hasta que él no me pidiera perdón! ¡¿Cómo se atrevía a insinuar que yo me había acostado con Max sin pruebas?! ¡Qué asco!

Al cabo de una semana nada había cambiado, seguíamos enfadados. Ya ni comíamos juntos, cada uno se preparaba su comida. Eso era una alivio, estaba harto de tanto helado…

-Oh, estás aquí…-dije entrando en la cocina.

Rayos… Había esperado un rato para ir a la cocina a hacerme la cena para no encontrarme con él, pero se ve que hoy había llegado más tarde de clase de baloncesto.

-Hambre. Cocina-soltó.

-(A veces creo que lo hace a propósito para hacerme rabiar…)-pensé para mí.

Salí de allí cansado de sus tonterías cuando oí un golpe. Me asusté y volví corriendo a la cocina. Al llegar lo vi en el suelo desmayado.

-¡¿Qué cojones?!-corrí hasta él-¡Sergio! ¡Sergio!

Lo zarandeé para que se despertara, pero no reaccionaba. ¡Ese idiota…! ¡Tenía que llevarlo al hospital! Sin pensármelo dos veces lo cargué en mis brazos y salí en dirección al hospital.

__________________________________________________________________________

JOSE

-Mmm... -soltó abriendo los ojos.

-¡Sergio! ¿Estás bien?-dije preocupado.

-J-jose… ¿Qué pasa?-dijo confuso.

-Estamos en casa, en la cama. Resulta que te desmayaste-le informé.

-¿Me has traído aquí?-preguntó mirándome.

-Claro. Después de llevarte al hospital, por supuesto-dije suspirando.

-¡¿Hospital?!-dije incorporándose-¡Pero tú no puedes salir de casa!

-Túmbate, anda-dije empujándole-A ver, cuando te desmayaste eso ni siquiera pasó por mi cabeza. Solo el pensar que podías estar mal me hizo perder la cabeza. Me daba igual todo. Tenía que asegurarme de que estabas bien.

Se sonrojó y apartó la mirada.

-El médico ha dicho que llevas un tiempo sin comer. Además, tienes gripe. Idiota… ¿Se puede saber por qué no has comido?-dije enfadado.

-Sin ti…-susurró.

-Habla claro-suspiré.

-No quería comer sin ti…-dijo aún más avergonzado.

-Idiota…-suspiré de nuevo.

-¿Por qué te has preocupado por un idiota?-dijo serio.

-¿Que por qué? No sé. Supongo que porque aunque seas un idiota, no puedo vivir sin ti-dije pensativo.

-P-pero… Yo dije aquello tan horrible. Los celos… Me invadieron. Max dijo que sabía… Tu punto G… Y yo… Estaba tan celoso... Quiero decir, Max es una estrella… Es mucho mejor que yo… Sería normal que salieras con él y no conmigo. Yo solo soy un idiota celoso… Que no sabe mostrar sus emociones…-dije triste.

Me miró con aquellos ojos suplicantes que tantas veces me habían vuelto loco. Dios mío, ¿qué respuesta esperaba obtener de mí después de decir eso? Solo me daban ganas de violarle en aquel momento…

-Mira, varias cosas. Lo primero, Max es lo más bajo que hay en este mundo. Lo segundo, tú eres lo mejor que hay en este mundo, me da igual que a veces te cueste mostrar tus sentimientos. Cuando estabas celoso no te costaba tanto… Y tercero, Max es lo más bajo que hay en este mundo-aclaré los puntos.

-Jaja, eso ya lo has dicho-se rió aún con lágrimas en los ojos.

-¿Te cuento un secreto?-le susurre al oído-Odio a ese tío.

-Dime algo que no sepa-sonrió.

-Tienes que confiar en mí, Sergio. La base de una pareja es la confianza. Yo jamás te engañaría con nadie. Sabes que yo solo te quiero a ti. Si no confías en mí, no podemos estar juntos-le abracé.

-Lo siento… Es que… Tú eres una estrella… Y yo… No soy nada. No sé qué haces conmigo-dijo alicaído.

¿No es lo más adorable que hay en el mundo? Se siente inseguro porque cree que yo al ser una estrella merezco algo mejor que él, pero estoy seguro de que por mucho que busque, jamás encontraré alguien mejor que él para mí.

-Te quiero, Sergio-sonreí.

-Y-yo también te quiero-dijo mientras le besaba-E-eso quiere decir que… ¿Me perdonas?

-Te perdono. Y perdóname tú a mí por ponerme así. Es que estas cosas me ponen muy nervioso-dije arrepentido.

-Perdonado-sonrió-Ahora… ¿Podemos hacerlo?

-¿Hacer qué?-dije confundido.

-¿Qué va a ser?-dijo volviendo a su expresión sin expresión, valga la redundancia.

-¡Sergio! ¡Tienes gripe! ¡Estás con fiebre!-dije sorprendido-¿Cómo vamos a…?

Nunca debí haber bajado la guardia. En ese momento su mano ya estaba sobre mi polla.

-Por eso. La fiebre me pone caliente-dijo mirándome a los ojos.

-S-sergio… No juegues con fuego si no quieres acabar quemándote-dije nervioso.

-Quémame…-me miró desafiante.

-(En fin, ya soy oficialmente un depravado. Voy a follarme a un enfermo)-pensé para mí.

Le agarré de las piernas y lo alcé de forma que su culo se pusiera contra mí. Le bajé el pantalón del pijama (el cual, irónicamente, yo le había puesto) para no desvestirlo por completo y que se pusiera peor; y empecé a restregar mi polla por su culo.

-Mi primer sexo febril-dijo jadeando.

-Ya no hay vuelta atrás. Has despertado a mi polla, Sergio. Ya no hay marcha atrás-sonreí maliciosamente.

-Métela-susurró.

Concediéndole su deseo le metí la polla sin contemplaciones. Su cuerpo estaba más caliente de lo normal, probablemente por la fiebre. Su sudor empapaba mi cuerpo, y él jadeaba pidiendo que se la metiera más profundo.

-Estás hecho todo un pervertido… Primero helado en el culo y después sexo con fiebre…-dije en tono chulesco.

-¡Lo del helado fuiste t… Aaaaagh!-gritó.

-Lo siento, no te he entendido. Creo que el hecho de tener mi polla destrozándote por dentro te impide hablar-me reí.

Empecé a embestirlo como una bestia salvaje. Sabía que a él le gustaba duro. Mientras le daba por ese culito tan apetecible que tenía podía mirarle a la cara, sus ojos estaban llorosos, su cara estaba llena de sudor, y aún con todo, me parecía el chico más adorable del mundo.

Su visión me sobreexcitó y no tardé mucho en correrme. Después le agarré la polla y empecé a masturbarle. Jadeó aún más rápido y me miró a los ojos. Le di una sonrisa de medio lado y su cuerpo explotó, se corrió en su propio pecho. Con sus dedos cogió nuestras corridas y se las llevó a la boca.

-¿Ves como eres un pervertido?-sonreí.

-Calla…-se sonrojó.

__________________________________________________________________________

JOSE

-¡¿Se puede saber qué haces?!-dije furioso.

-Comeff hefado…-dijo con el helado en la boca...

-¡Tienes 40 de fiebre! ¡Y estamos en pleno invierno!-dije fuera de mí.

-Ah, ya sé lo que te pasa. También he hecho para ti-dijo señalando otro plato con helado de chocolate.

Suspiré y él siguió comiendo como si nada.

-Gracias-sonreí-Es mi favorito.

-Lo sé-dijo sin prestarme mucha atención.

A mucha gente le puede parecer que este tío es muy raro y que es un incordio, pero sinceramente… Yo ya no me imagino mi vida sin él…

-¿Y te vieron cuando fuiste al hospital?-preguntó Sergio.

-No te preocupes, nadie me reconoció por la calle-sonreí.

(Mientras tanto…)

-Hola, Rony-dijo un manager en el despacho de un fotógrafo.

-Ya, ahórrate tus diminutivos. Tengo una foto por la que me váis a pagar si no queréis que salga en los periódicos-dijo el fotógrafo decidido.

-¿Mmm? ¿Otra de Maxy borracho con algún tío?-suspiró.

-No. Una foto de DJ COCK llevando a otro chico en brazos-dijo el fotógrafo.

-Je… Para ser joven, aprendes rápido, Rony… Bien… Negociemos-sonrió el manager.

CONTINUARÁ…

__________________________________________________________________________

Y hasta aquí el capítulo de hoy. En el próximo seguiré con la venganza. Espero que os haya gustado.

OS SALUDA

EL ENTERRADOR