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El mal día de mi esposo

en Hetero: General

Cuando mi esposo llegó a casa le recibi con un beso y le dije que le había preparado la tina con agua tibia, ahí estuvo descansando un rato mientras yo sentada a un lado esuchaba como le había ido durante el día.

Al ver que aun estaba un poco mal humorado le propuse darle un masaje, minutos después estaba en la cama acostado boca abajo mientras yo iba trabajando en sus hombros y su espalda, poco a poco comecé a tocarlo por todas partes cosa que le estaba gustando.

En ese momento el contacto con su piel ya me había calentado un poco y muchas ideas comenzaron a pasar por mi cabeza así que decidí entrar en acción. Sin que el supiera lo que hacía (tenía los ojos cerrados) me saqué el vestido que llevaba puesto y llené mis pechos con el aceite que estaba usando y comencé a frotarle la espalda con ellos.

-  "Que rica estás mi cosita morbosa" dijo mi marido.

Le respondí que solo quería quitarle todo ese mal humor y bajé con mis pechos hasta sus nalgas frotandolas con ellos, le pregunté si estaba logrando mi objetivo y un profundo suspiro me indicó la respuesta. Seguí haciéndolo por un ratito, luego saqué mi ropa interior que ya estaba mojada y comencé a frotar mi vagina contra sus nalgas mojándolas con mis flujos que suelen ser muy abundantes.

-  "Oh cielo le voy a hacer un agujero a la cama con esta erección" respondió.

Le pedí que se volteara y enseguida me concentré en su sexo que ya estaba bastante duro, comencé a lamer y chupar sus huevos, subir y bajar con mi lengua por todo su pene que palpitaba de deseo, me acerqué a la punta y comencé a besarla como si fuésen sus labios acariciándola con mi lengua, sentía su respiración cada vez más agitada, mi boca se aferró a su pene como si quisiera alimentarme de su néctar sin parar de subir y bajar.

Fue entonces cuando con su voz muy agitada me dijo que estaba a punto de correrse, lo que me animó a succionarlo con más ganas hasta que su leche llenó mi boca y mi garganta. Nos fundimos luego en un beso, sabía que le gustaba el sabor de su néctar en mi lengua.

-  "Ahora te toca a ti hermosa".

Y se sentó al borde de la cama pidiéndome que me sentara sobre sus piernas. Comenzó a chupar y lamer mi cuello, bajó por mis hombros y llegó hasta mis senos, mis pezones se endurecieron aún más al contacto con su lengua, mientras sus dedos acariciaban mi vagina, mis gemidos eran constantes, me sentía volar de placer entre sus brazos. Ya su sexo se encontraba endurecido nuevamente.

- "Amor ¿ya estás listo de nuevo?" le pregunté.

El me dijo que mis gemidos lo volvían loco y continuamos tocándonos uno al otro con pasión. Entonces, me giré sobre sus piernas quedando de frente a su rostro y delicadamente introduje su pene dentro de mi.

Con mis piernas casi enroscadas en su cuerpo lo abrazaba mientras movía mis caderas, que rico se sentía estar llena de mi hombre. Mientras, el seguia empujándose contra mi, hundiendo su pene cada vez más profundamente mientra su boca seguía alternandose en mis pechos, así estuvimos hasta que finalmente explotamos en un orgasmo intenso y delicioso.

Luego, como nos gusta hacer a veces, el se tendió boca abajo en la cama y yo a su vez me tendí sobre el, descansando mi cabeza en la espalda hasta quedarnos dormidos.