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Que viva el sexo marital

en Textos educativos

Uno de los cometarios que recibí sobre mis relatos contenía la siguiente afirmación: es poco usual encontrar buen sexo marital en esta página. Lo que me llama la atención es que quien lo escribe tiene toda la razón; desde hace ya bastante tiempo el sexo marital dejó de ser hot para muchos.

En cierta forma, puede decirse que esta situación tiene sentido ya que las parejas casadas tenemos que luchar contra varios enemigos, la convivencia diaria, la rutina y el aburrimiento son algunos de ellos. Pero no todo es desventaja cuando se trata de sexo marital, así que hoy quiero presentar algunos elementos para pensar en el sexo con tu esposo(a) o tu pareja estable como una experiencia erótica de larga duración.

Seguramente, algunas personas casadas estarán de acuerdo conmigo, y lo que es más podrán pensar en muchos más argumentos. Otros por su parte, quizás resulten un poco contrariados y prefieran seguir llevando una vida más variada, lo cual es totalmente válido. Más aún, habrán algunos casados que estarán en desacuerdo, espero que luego de leer este escrito se detengan a pensar un poco un y le den una oportunidad a esa persona especial que duerme a su lado, recuerden que en algún momento sentiste que tenerlo(a) por unos momentos no era suficiente y pensaste que era mejor toda una vida.

1. El sexo marital no es rutinario: si tus gustos cambian, si las personas cambian como de hecho ocurre, entonces el sexo con tu pareja varía. Cuando esto no pasa así la falla no está en la cama sino en una mala comunicación, tan mala como para no sentarnos a analizar con madurez esos tabúes que no nos dejan probar cosas que nos parecen impropias (pero vaya que si deseamos probarlas). Mi esposo y yo comenzamos con un sexo muy tierno, romántico e inocente. Hoy en dia, me atrevo a decir que los niveles de fantasía y morbo han crecido al 100%.

2. Con tu pareja tienes confianza: esos rollitos de más, el temor de contagiarte de algo raro  por no decir peligroso, la vergüenza de pedir esto o aquello, entre muchos otros factores que normalmente molestan durante el sexo sencillamente desaparecen, con tu pareja te puedes mostrar tal y como eres, rendirte a tus deseos sin preocupaciones extras, y ya sabes lo que dicen, mientras menos ansiedad más lo disfrutas.

3. Hay un vínculo emocional: es cierto que el sexo sin amor ofrece mucho disfrute, pero  cuando además del placer físico hay compenetración el sexo te deja mucho más que orgasmos, la satisfacción sigue ahí luego de que te levantas de la cama. Aquellos que sintieron ese vacío que llenaron con café y cigarrillos luego de una sesión de sexo ocasional saben que su cajón de historias carece de algo que un millón de orgasmos sencillamente no reemplaza.

4. El sexo marital no es malo por la convivencia: lo que sucede es que llevamos los problemas de la convivencia a la habitación. Cierto, en el matrimonio no todo es miel sobre hojuelas y por lo tanto claro que habrán problemas. Ahora, si el número y duración de los problemas definitivamente afecta la cama es hora de buscar terapia no de culpar al sexo. Contrario a lo que se piensa comunmente, la convivencia diaria te da oportunidades para encender la llama. Llevar un desayuno a la cama totalmente desnuda, acariciar el pene de mi esposo sobre el pantalón antes de ir a trabajar para dejarle una "tarea pendiente" cuando regrese, meterme en la ducha cuando no lo espera y regalarle una sesión de sexo oral, son algunas de las cosas que me encantan y que el marco de la convivencia me permite hacer. Mejor aún, todas me llevan a disfrutar de buen sexo.

5. Los hijos no son una fórmula anti-sexo: hay padres que desde temprana edad enseñan a los hijos a respetar la habitación y privacidad de sus padres (ellos tienen sus espacio y tu el tuyo). Además hay abuelas, tías y demás familiares disponibles; no sugiero delegar la responsabilidad de su cuidado, pero nada impide que puedan pasar un fin de semana divertido en casa de los abuelos mientras sus papás tienen una mini luna de miel de vez en cuando. Cierto que hay familias que deben compartir la habitación con los hijos por que no queda de otra, pero en tal caso son las malas circunstancias y no los hijos quienes ocasionan el problema. Nosotros no tenemos hijos pero si conocemos a muchas parejas que los tienen y siguen disfrutando se su intimidad, quizás padres con hijos puedan adjuntar un mejor comentario.

6. El sexo marital no es rutinario: en todo caso lo que hay es falta de creatividad. Existen juegos y juguetes eróticos de todo tipo, posturas, lugares  y mil cosas que se pueden practicar. Por ejemplo, mi esposo y yo entramos juntos a esta página, escribo mis relatos junto con el y también leemos muchos de los excelentes escritos de esta página, vaya que nos han dado buena ideas. Cierto que a veces hay esposos(as) que están reacios a probar cosas, pero por lo general cuando les preguntas sobre sus fantasías también las tienen aunque sean sencillas, quizás comenzar por ahí sea la puerta de entrada a disfrutar de mucho, todo es saberlo conversar. Yo jamás pensé en tener sexo anal por ejemplo, y ahora lo disfruto enormemente.

Creo que si lo pensamos bien hay muchos más elementos a favor del sexo marital y bien vale la pena disfrutarlos.

Saludos.