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Entre el deseo y la ilusión II

en Hetero: General

Había pasado casi una semana desde aquel encuentro memorable, nos habíamos texteado algunas veces pero no nos vimos durante todo ese tiempo; un par de días después de mi visita pasé a buscar a Albanys pero puse una excusa para esperarla afuera, me sentía nerviosa de verlo y mucho más frente a ella. Estaba viendo una película en la televisión cuando sonó el teléfono y vi su nombre frente a la pantalla haciéndome ese nudito de mariposas en el estómago que solamente él podía provocar.

- Me has extrañado hermosa?

- Mucho con demasiado.

- A mi también me ha provocado mucho verte, pensé que ibas a subir a saludarme hace días cuando viniste a ver a Alba.

- En realidad íbamos de salida...y estaba nerviosa.

- Jajajajajaja después que me hiciste víctima de acoso sexual durante casi año y medio ahora me tienes miedo?

- Claro que no! jajajajajaja Pero si antes me costaba disimular lo mucho que me gustas ahora es más difícil y frente a Albanys pues me da cosita.

- La consciencia te delata...

- Un poquito, pero ese placer que me sabes dar lo vale.

- Y hablando de placeres ¿Puedes escaparte de la ciudad un par de días?

- Escaparnos? a dónde?

- Tengo un estudio pequeño a las afueras de Juan Griego, era mi lugar de trabajo cuando no tenía este departamento, a veces voy cuando necesito estar solo y concentrarme en algo, no es muy grande, pero tiene una habitación y lo necesario, pensé que podríamos estar ahí este fin de semana, si puedes venir claro.

- Tendría que arreglar un par de cosas primero, dame el día de mañana y si puedo resolver te aviso, tengo que inventarme algo.

- Y por qué no dices que te invitó un amigo a pasar unos días?

- Si Albanys te dijera que va a pasarse el fin de semana fuera de casa con un hombre al que no conoces, la dejarías?

- Es que no me gusta que le mientas a tu madre Tess, no es sano que te esté induciendo a eso.

- Vamos John, quieres verme o no?

- Pues claro que quiero...te estoy deseando como loco.

- Bueno, entonces deja que me haga cargo, y deja las angustias parternales que al fin de cuentas solo son un par de días.

- Ok, ok ya hablaremos de lo demás.

- Mmmmm yo no quiero ir a hablar contigo, quiero hacerte el amor.

- Jajajajajaja y yo a ti, supongo que me vas a dejar descansar de vez en cuando no?

- Te aconsejaría que duermas bien estos días porque tengo el presentimiento de que te vas a desvelar y mucho.

- Oh, oh, estoy en líos jajajajajajajaja, me llamas mañana?

- Si, resuelvo y te llamo.

Tenía una sensación extraña, la idea de estar con John el fin de semana me volvía loca, que el mismo me hubiese invitado me encantaba, pero reconozco que por momentos esa voz interior me decía que él era un hombre y que a veces del deseo pueden nacer otros sentimientos.

La mañana siguente cuando bajé a desayunar vi que mamá estaba tan atareada como siempre, llevaba poco más de tres años con un pequeño negocio para el montaje de eventos y ese mes tenía dos bodas, así que estaba más loca que de costumbre, era el momento propicio para buscarle una excusa sin que lo pensara demasiado.

- Esta semana está de locura, faltan menos de tres días para la boda en La Asunción y Mery todavía tiene el niño enfermo, así que me toca estar viajando para ver que todo vaya bien, hoy tengo que ir a ver lo de las flores, la vez pasada tuve que hacer magia porque faltaron ramos.

- Mamá no se por qué te angustias tanto, al final siempre te sale todo bien.

- Pero no es fácil... estaba pensando en si pudes ayudarme un poco ese día.

- Antes si Ma, pero en fin de semana no, precisamente te iba a decir que tengo que salir.

- Y a dònde vas?

- Necesito ir a Puerto La Cruz para buscar unas tesis en la Universidad.

- Vas a viajar a Puerto La Cruz? por qué no me habías dicho nada Tess?

- Iba a decírtelo mami, pero has estado tan loca con las benditas bodas que no quise decirte con tiempo y que lo olvidaras. No me vayas a decir que no, sabes que es importante, necesito ver las tesis, además ya he ido antes, siempre me quedo en el mismo lugar.

- Podría pedirle a Inés que vaya por ti, ella estudia allá y te puede mandar lo que necesites.

- No es buena idea mami, necesito ir yo para poder ver que tienen, tu amiga no sabrá exactamente qué requiero, además ellos no prestan las tesis fuera del campus.

- Bueno ni nodo, cuándo te vas?

- El sábado en la mañana...me instalo, voy a la biblioteca todo el día y si todo me sale bien me vengo el lunes.

- Por qué el lunes? no es mucho tiempo?

- Porque puedo estudiar el domingo un rato y comprar unas cositas...

- Bueno, pero ten cuidado por favor, ahora me voy tengo mucho que hacer.

____

Los días pasaron volando y por mucho que insistí mi mamá se empeñó en llevarme al puesto del Ferry esa mañana.

- A qué hora sales? me puedo quedar un rato si quieres.

- No mami no hace falta, compré para dentro de una hora y hoy es la boda en La Asunción, ya me trajiste hasta aquí, con eso me ayudaste basante (a alejarme de mi destino real, pensé).

Cuando por fin se fue llamé a John.

- Dónde estás? ya te estoy esperando hermosa.

- En el terminal de Ferrys

- Y qué haces ahí? ya no vienes?

- De hecho si voy, me puedes venir a buscar y luego te cuento?

John no tardó mucho en llegar a buscarme, se moría de risa cuando le conté cómo había terminado ahí.

- Si Mónica se entera de todo lo que inventaste me va a matar jajajajaja.

- No tuve otra opción, pero finalmente todo salió bien, está muy ocupada con lo de la boda, tu sabes el negocio que tiene para elaboración de eventos.

- Si, hasta que se entere de que el papá de Albanys -la amiguita de su hija- se la llevó a darse una escapadita, entonces montará un negocio de tiro al blanco.

Luego de una hora llegamos al pueblito de Juan Griego, nos detuvimos un poco más adelante en un pequeño centro comercial para abastecernos de lo necesario, no pude evitar sonreir con malicia cuando pasamos por la farmacia y le vi comprar varias cajas de preservativos y un tubo de lubricante.

- Y eso para qué es? (le dije señalando el tubo y fingiendo cara de inocente)

- Ah, no lo sabes? Descuida, pronto lo vas a saber.

- Pero yo ya vengo lubricada, por si te interesa...(le susurré en el oído).

Me miró con picardía, mientras yo me ponía de puntas para darle un corto beso en los labios, sentir esa intimidad con él me calentaba todavía más. Poco después llegamos al estudio.

Estaba ubicado en una urbanización pequeña con unas pocas casas aglomeradas frente a la ensenada, un poco más abajo estaba la playa, era casi como un espejo de color verde esmeralda debido al reflejo de la montañas que le rodeaban. Al entrar me encontré con un taller, muy parecido al que tenía en su casa, una habitación rústica llena de largos mesones y estantes llenos de todo tipo de cosas, caballetes con pinturas a medio hacer, herramientas de todo tipo; al fondo de la habitación había una escalera de caracol que daba hacia otra puerta, ahí estaba el departamento. Era un espacio no muy grande arreglado modestamente, al entrar estaba la cocina con estantes de cerámica, una mesita con dos sillas todo de madera rústica y al fondo detrás de una pared estaba la habitación con una cama grande y varios estantes de cemento donde se guardaban algunas cosas, a un lado había una puerta doble de vidrio muy amplia desde donde se podía observar toda la playa que a esa hora estaba sola con algunas lanchas atracadas en la orilla, John me comentó que los pescadores salían al anochecer para llegar a mar abierto, allí pasaban la noche pescando y regresban muy temprano con la salida del sol.

John estaba guardando algunas cosas en el refrigerador, mientras yo recorría el lugar y observaba las pinturas y trabajos colgados en las paredes, todo era sencillo pero muy organizado, entendí porque el lugar le resultaba un refugio de tranquilidad para trabajar.

- Aquí en el balcón voy a colgar una hamaca, te gustará mecerte conmigo y mirar el atardecer.

Salí corriendo hacia donde estaba y me colgué de su cuello subiendo las piernas hasta su cintura y comenzé a besarlo con muchas ganas, esos días sin su contacto se me habían hecho interminables, el me sostenía por las nalgas y se abría paso entre mis labios con su lengua dejando que la mordiera con suavidad.

- Me estás volviendo loco muchachita...

Por respuesta simplemente me saqué la blusa y continué con los besos, pasando mis dedos entre sus cabellos, me llevó a tientas y caimos en la cama, el masajeaba mis senos con firmeza hundiendo sus labios en mi cuello y yo metía las manos entre los dos para desnudarlo, sentía que la cuquita me palpitaba derramándose de flujos, casí me corro con el solo contacto de su verga erecta cuando se recostó desnudo sobre mi y pude sentir toda su dureza contra mi pubis, estaba loca de deseo.

- Cójeme John, ya no aguanto más estoy muy caliente.

Me abrí lo más que pude colocando mi pie sobre su hombro, invitándole a entrar, sintiendo como se iba ensanchando cada pligue de mi cuca por las embestidas de su verga, cerré los ojos, solo escuchaba su respiración pesada y el choque de sus bolas contra mis labios empapados, sentí como comenzó a estremecerse -estaba a punto de llegar- entonces respiré los más hondo posible dejando que el aire relajara mi cuerpo, entregándome a las olas de placer, fue un orgasmo delicioso. Todavía me sentía súper excitada, su verga continuaba dentro de mi palpitando con fuerza, abrí mis brazos y le dejé acurrucarse entre mis pechos, era demasiado rico sentir como se iba calmando mientras todavía seguía dentro, de pronto comenzó a bombearme de nuevo, lo sentía más profundo que nunca y no tardé en volver a correrme, me sentía todavía más sensible que antes y el orgasmo fue tan intenso que lo sentí desde el vientre hasta el ano, me hizo gritar a todo pulmón.

- Wow, nunca había llegado dos veces juntas.

El me iba acomodando sobre su pecho, acariciándome desde las nalgas hasta la espalda, viendo como mi piel se erizaba entre sus dedos.

- Te gustó?

- Demasiado, eres lo más rico del mundo.

- Jajajajajaja y tú que tanto sabes?

- Solo se que nunca antes había sentido tanto placer.

- Espera un momento, quiero mostrarte una cosa.

El morbo de verlo desnudo mientras revisaba los estantes junto a la cama era delicioso, jamás había deseado tanto a un hombre como a él, me había masturbado tantas veces pensando en su cuerpo desnudo, pero ahora ya no tenía que imaginarlo, tenía su piel grabada a fuego en mi cabeza.

Regresó a la cama como un libro grande forrado en cuero viejo, en realidad era un album de fotografías que comenzó a mostrarme. Había de todo un poco, fotos de sus años en la universidad, se había graduado de licenciado en artes en España, tenía recortes de prensa sobre las exposiciones que había presentado en distintas partes, también fotos de Albanys, incluso una medallita de plata correspondiente a su primera comunión que según me contó había tallado el mismo.

- Veo que siempre has sido un bombonazo de hombre, no?

- Jajajajajajajaja me haces sonrojar, pero gracias.

- Me imagino que debes haber tenido cientos de novias.

- Mmmm tanto como cientos no, pero si estuve con mujeres, no lo niego. Pero cuando conocí a Malena las cosas cambiaron, me di cuenta de que ya no quería seguir picando de flor en flor, quería un hogar, y mucho más cuando nació Alba.

- Y...qué pasó? por qué no funcionó?

- Fueron muchas cosas Tess, para comenzar vivir del arte resultó mucho más duro de lo que yo esperaba, y teniendo un hogar que mantener la presión era más todavía, Malena se frustraba cuando no podíamos tener todo lo que necesitábamos, yo tuve que buscar otros empleos para poder salir adelante, no parábamos de pelear, éramos muy jóvenes y no pensamos en las consecuencias, por eso es que ahora me tomo las cosas con más calma.

- Pero, supongo que sales con chicas por ahí.

- Mmmmm de momento estoy invirtiendo mis energías en las demandas eróticas de cierta amiguita.

- Jajajajajajajajaja pues esta amiguita tiene muchas demandas...

- Habías tenido antes un amigo con quien además tuvieses sexo Tess?

- No, pero me gusta, en especial si ese amigo eres tú...

- Pero, hay chicos más jóvenes, con quienes compartirás otras cosas y por ende pues serán más de tu tipo.

- Bueno, yo prefiero tener a un amigo de tu tipo, que lo hace rico y con quien puedo estar sin tantos líos.

John se quedó callado mirando hacia la ventana, era con si de pronto sus pensamientos lo hubiesen llevado lejos de dónde estábamos.

- Toc, toc, sigues aquí?

- Mmmmmm, quieres ir a la playa?

- Vale.

Me puse un vestidito corto de tela suave y unas sandalias planas, bajamos por una hilera larga de escaleras hasta la bahía y nos fuimos caminando por la playa. John comenzó a contarme cosas como siempre, me encantaba escucharle hablar sobre su vida, sobre todos los lugares en donde había estado, me contaba sobre Vernazza, un pueblito en Italia al frente de una bahía como esta, pero con un montón de casas amontonadas y llenas de colores a donde había ido una vez.

- De verdad no te aburro con mis cuentos?

- Para nada, me encanta escucharte, podría pasarme la vida en ello... Por qué te quedaste callado hace rato?

- Cuándo?

- Cuando hablábamos de ser amigos que tienen sexo...

- Es que me parece curioso cómo pasan las cosas, tengo amigos que matarían por salir con una chica como tú, joven, preciosa y tremenda, pero no logran mucho. En cambio yo que no te hubiera dicho nada por mi cuenta, te tengo aquí conmigo.

- Y por qué no he hubieses dicho nada?

- Porque según mis cálculos lo más probable es que me mandaras a un geriátrico.

- Jajajaja pues no lo hice. Y ya que estamos en eso de las confesiones, te puedo decir algo?

- A ver, dime...

- Te gusta este vestido tan cortito que me puse para ti?

- Claro que me encanta.

- Y qué dirías si te confieso que la ropa interior la dejé colgada en el marco de tu cama?

- En serio?

Mientras la picardía le brillaba en los ojos me agaché como si recogiera algo dejándole ver claramente mis nalgas y mi conchita desnuda.

- Ok, vamos a sentarnos un rato allá en este tronco.

- Jajajajaja qué te pasa? te cansasate de caminar?

- No es eso, es que si me siento no se nota la erección que me acabas de provocar.

- Ohhh jajajajajaja pero estamos solitos, nadie se va a dar cuenta.

- Pero, los pescadores ya están por bajar y eso de que me vean la "caña de pescar" levantada... no, no me gusta.

- Vamos a meternos en la playa, vente (le dije mientras corría a meterme al agua).

- Hey, no tengo traje de baño loquita!!! (me gritaba desde la orilla)

- Yo tampoco! no me vas a dejar solita, o si?

Dejó la camisa y el pantalón en la orilla y fue hasta donde estaba muerto de risa.

- Tu no crees que estoy muy viejo para nadar en calzoncillos?

- Mmmmm es verdad, la caña está más viva que la carnada (le susurraba en el oido mientras le agarraba con firmeza entre las piernas).

- Ahhhh, me tienes en tus manos muchachita.

- Te gusta que te masturbe así sobre los calzones?

- Uff estos calzones se me van a reventar.

Me sumergí para bajarlos hasta las rodillas, enseguida enrosqué mis piernas a su cintura dándole acceso al coño, él entró poco a poco y comenzó a moverse con suavidad mientras me daba besos tratando de que no se notara mucho lo que me estaba haciendo, aunque la playa estaba sola más arriba de nosotros habían otras casas con escaleras que bajaban a la orilla, por lo que cualquiera podía asomarse y mirar, pero si los movimientos no era muy fuertes simplemente nos verían abrazados, no estábamos demasiado profundo pues a esa hora la corriente era más fuerte y obviamente no estábamos para hacer natación.

- Epa John!

A lo lejos estaba un pescador que le había visto desde la orilla.

- ¿Qué haces por aquí?

- Vine a pasar unos días, guardame pescado mañana, si?

El hombre había seguido su camino hacia un bote más allá de nosotros, mientras yo seguía abrazada a él sin dejar de reir.

- ¿Qué te causa tanta gracia? (me decía mientras volvía a moverse con suavidad dentro de mi).

- Es que esto es lo más raro que me ha pasado en la vida, ver a mi hombre saludando a un pescador mientras me tiene penetrada con su propio arpón.

- Ah, soy tu hombre?

- Si te sigues moviendo así eres lo que quieras.

La sensación fría del agua y su verga tibia dentro de mi era deliciosa, tanto como el morbo de que pudieran vernos. Con cuidado abrí mi vestido para sacar mis senos y frotarlos contra su pecho, mientras John -que me tenía tomada por las nalgas- jugueteaba con su dedo en mi ano sin dejar de empujarse contra mi, no tardamos mucho en venirnos.

Cuando salimos ya el sol casí había bajado por completo, estaba empapada y tiritando de frío, así que John me dió su camisa, me saqué el vestido mojado con rapidez y me la puse, luego nos fuimos abrazados hasta la casa.

- Ve al baño y date una ducha nena, el agua está tibia, no quiero que te resfríes, vienes con mucho frío todavía.

- No me vas a acompañar?

- No, porque no quiero alargar el baño, en serio te puedes resfriar.

- Ya vas a ponerte en el modo papá jajajajajajaja recuerda que en todo caso eres mi papasito.

- Anda loquita, date un baño que voy a preparar algo para cenar, solo sexo y sin comer me va a acabar antes de terminar el fin de semana.

Me di una ducha larga, el agua tibia hizo que me relajara aun más, salí envuelta en una toalla y me recosté sobre la cama, podía escucharlo en la cocina moviendo cosas, pero antes de que regresara me había quedado profundamente dormida.

P.D.:

La semana pasada el relato salió dos veces, les pido disculpas por ello, espero que esta vez salga debidamente. Mis saludos.