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Mordiendo la almohada IV.

en Amor filial

Mordiendo la almohada IV.

En un segundo mi castillo de sueños se estaba derrumbando. Historias de Isabel.

Adrián estaba ayudándome con las tareas, en nuestro día a día solo éramos primos pero lo que estábamos sintiendo el uno por el otro era cada vez más fuerte, tanto que esa tarde no pudimos evitarlo y juntamos nuestros labios en un beso tan tierno y apasionado como todo lo que estaba pasando entre nosotros. Era solo un beso pero lo que nos interrumpió fue la voz de mi mamá.

- ¿Qué está pasando aquí?

Me quedé helada, era obvio que mamá había visto lo suficiente como para saber que el trato entre Adrián y yo iba más allá de lo familiar. Sentía demasiadas cosas en este momento, miedo por lo que pudiera pasar, tristeza de ver la cara de decepción de mi mami, rabia y rebeldía pues enamorarse no es un delito; quería salir corriendo, mis ojos se llenaron de lágrimas y de mis labios no podía salir palabra alguna.

- Tía, Isabel no tiene la culpa he sido yo quien me he enamorado de ella, fui yo quien se pasó de la línea ella no hizo nada. Se que no puedo pedirte que me entiendas, no te preocupes me iré hoy mismo.

- No Adrián, las cosas no son así. Yo lo amo mamá y si enamorarse está mal pues asumo mi responsabilidad.

Mi mamá nos miraba con incredulidad, no lucía enojada sino procupada y triste.

- No se trata de quién se enamoró de quien, ambos están en esto. Pero tu Adrián, Isabel es una muchachita y lo sabes, y sobre todo es tu prima Dios  ¿Qué va a decir tu mamá cuando lo sepa? ella te envió a estudiar y está tranquila pensando en que tu no estás solo sino con tu familia ¿Y ahora tu vienes y haces esto? Y tu Isabel, no hace mucho te hablé de este asunto ¿Por qué me mentiste? ¿Por qué no confiaste en mi?

- No lo hice porque sabía que en cuanto lo supieras iban a echar a Adrián.

- ¿Y qué esperaban, seguir así por cuanto tiempo? ¿Es que no comprenden todavía lo que están haciendo? Tu mamá es mi hermana Adrián, ustedes son primos.

- Tía lo entiendo, pero a veces el corazón se niega a comprender las cosas. Como ya te dije me voy, espero que algún día puedan perdonarme, incluso tu Isa no debí permitir que esto pasara.

- No, no, no, las cosas  no son tan sencillas. Te vas a ir Adrián, pero antes hay que dar la cara, esta noche cuando llegue el padre de Isabel se hablará del asunto. Quiero saber ¿Hasta donde ha llegado esto?

- Mami si lo que quieres saber es si aún son virgen lo soy, si algo ha respetado Adrián es eso.

- Esta tarde cuando llegue tío Alberto lo estaré esperando para dar la cara tía. Ahora te ruego me disculpes, voy a recoger mis cosas.

- Mami por favor me estás matando te lo juro.

- Isabel, esta no es otra de tus travesuras ni mucho menos uno de tus caprichos, esto es mucho más serio. Ahora tienes que afrontar las consecuencias de lo que hiciste, ambos defraudaron la confianza y el afecto de esta casa.

Sin decir ni una palabra más me fui a mi cuarto, la cabeza me daba vueltas y no podía pensar con claridad, no se cuánto tiempo lloré hasta que presa del agotamiento me quedé dormida. Mi sueño no fue nada placentero ni mucho menos mi despertar, me senté sobresaltada al escuchar los gritos de mi papá, estaba furioso.

- Cómo es posible, desgraciado! Vienes aquí y te beneficias de mi techo, de la comida que pongo en la mesa todos los días, de nuestra confianza y no conforme con eso te dedicas a seducir a mi hija!

- Tío Alberto por favor...

- No me llames tío! Yo no soy tu tío bastardo! Lárgate de mi casa! y agradece que no te mato aquí mismo porque tu madre no tiene la culpa de tener a un pervertido como hijo.

Traté de meterme cuando vi que mi papá se le iba encima para sacarlo a empujones, pero solo conseguí que me empujara a mi también, Adrián tomó sus cosas y salió enseguida mientras mi mamá todavía sostenía a mi papá del brazo pidiéndole que se calmara. Todavía recuerdo su mirada triste y angutiada, encontrarme con sus ojos en ese momento fue como si me atravesaran el corazón. Adrián se estaba yendo de mi vida y no tuve siquiera el derecho de despedirme.

- Y tu Isabel -mi papá me miraba furioso- ¿Este fue el ejemplo que viste en esta casa? ¿Cómo pudiste defraudarnos de esta forma? Te llenamos de mimos, de todo lo que has querido, pero se acabaron los privilegios, se acabó el celular, se acabaron las amiguitas, se acabó Internet, de ahora en adelante de la casa a la escuela y de la escuela a la casa, y si me entero de que buscas o te encuentras con ese tipo lo vas a lamentar.

Corrí hacia mi cuarto con la vista nublada, recuerdo que era viernes y pasé el fin de semana encerrada ahí, casi no probaba bocado y fue mucho lo que lloré. Una tarde mamá me llevó una taza de te y me dijo:

- Se que en este momento estás muy molesta y dolida hija, pero solamente queremos tu bien.

No pude responderle nada, quería decirle muchas cosas, gritarle lo mucho que amaba a Adrián y lo feliz que había sido entre sus brazos, pero simplemente no tenía fuerzas. En cuanto llegó el lunes, lo primero que hice al entrar a la escuela fue buscar a Mónica y mejor amiga, recuerdo que la abracé y lloré con ella durante un rato.

Fue una suerte que el profesor de la primera hora no se presentara por no se que razones, eso nos dió tiempo para conversar. Nos fuimos al patio y entre lágrimas le conté que desde hace meses estaba con Adrián y como lo habían echado. Mónica me escuchaba con paciencia, la verdad es que su apoyo fue muy importante para mi en ese momento.

- La verdad no entiendo Isa, no veo cual es el drama, mis papás también son primos y nadie dijo nada por eso ¿Por qué tus papás tienen esas ideas tan atrasadas?

- Y lo peor no es eso Moni, sino que mi papá me quitó el celular y también la conexión a internet, no he podido saber nada de Adrián, no se donde está viviendo o si regresó a casa de su mamá, no he podido decirle nada.

- Si yo pudiera buscarlo Isa sabes que lo haría...

- Si puedes, ve a la facultad donde estudia el debe estar yendo a clases y si no es así entonces estará su amigo Jorge Santos y el debe saber a donde se mudó, yo se que ellos tienen clase hoy en la tarde, por fa Moni tu sabes que si no fuera tan importante no te lo pediría.

- Tranquila Isa mañana mismo voy a buscarlo, y no te desesperes porque las cosas del corazón no se decretan y si lo de ustedes es serio ya les llegará el momento de estar juntos. Ahora quiero que hagas el esfuerzo trates de recuperarte y sobre todo de estudiar, que no se diga que por culpa de Adrián dejaste de ser tan aplicada como siempre.

Enseguida escribí una notita breve por si encontraba a Adrián, solo le decía que lo amaba, que estaba bien, que lo extrañaba horriblemente pero que sería fuerte para esperarlo pues estaba segura de que nos llegaría el momento de estar juntos y con la frente en alto.

Las horas se me hicieron eternas, Mónica se las arregló para hacerme saber que había tenido éxito aunque mi papá me suspendió las llamadas, mi mamá pasó a avisarme que ella había llamado y que me dejaba dicho que ya había encontrado "el libro" que necesitabamos para mañana y que nos veríamos temprano para estudiar.

En parte sentí alivio por saber que había dado con Adrián, pero la incertidumbre me mataba, recordaba las palabras de mi amiga (las cosas del corazón no se decretan) me ayudaban a tener ánimos. Cuando al fin vi a Mónica sentí que el corazón se me salía del pecho.

- Toma Isa, Adrián te mandó esta carta, está bien dentro de lo que cabe, se está quedando con Jorge su amigo y me pidió que te cuidara mucho.

Mis manos temblaban de emocion al abrir el sobre, sentada en el jardín de la escuela acompañada de mi amiga me dediqué a leer aquella carta.

"Isa mi amor, lo que más me preocupa en este momento eres tu, no sabes lo que hubiera dado para evitarte el mal rato que tuviste que pasar.... mi muchachita te extraño tanto. Fuí imprudente Isa, me confié demasiado cuando era yo quien tenía la responsabilidad de cuidarnos a los dos, te pido que me perdones.

Ya he hablado con mi mamá, quise hacerlo antes de que se enterara por medio de mi tía; ella se ha mostrado comprensiva. Naturalmente, está preocupada y apenada, ya conversó con tía y con tu papá, afortunadamente en buenos términos. Nena, por ahora no hay mucho que pueda hacer, quisiera ir y raptarte te lo juro pero con eso no haríamos más que agravar las cosas, nuestro amor es limpio Isabel y por lo tanto no podemos buscar las cosas como delincuentes.

He decidido retirar el semestre y regresar a mi casa por un tiempo, sinceramente no quiero seguir aquí sabiendo que no puedo verte. En cuanto las cosas se calmen estaré comunicandome contigo personalmente amor, por ahora agradezco mucho la voluntad de tu amiga al permitirme enviarte estas líneas. Te amo Isa, así como tu estás dispuesta a esperar yo también, por favor nunca lo dudes. Adrián".

Guardé esa carta junto con la cadenita que Adrián me había regalado, el tiempo poco a poco fue pasando y con ello las cosas en mi casa fueron volviendo a la normalidad, yo también me fuí tranquilizando. Como era de esperarse mis papás me fueron devolviendo las cosas y pude comunicarme con mi chico por teléfono y también por internet.

Recuerdo que una tarde estaba sola en casa cuando Adrián se conectó, estuvimos hablando largo rato, de la escuela, de como le estaba yendo con el cambio hacia la otra universidad, confesarnos el amor que nos teníamos como si fuera la primera vez.

- Isa, cada día estás más hermosa, ya no eres aquella muchachita que me hacía delirar, ahora eres la mujer que me vuelve loco.

- mmmmmmmm y como le gustaría a esta mujer darte algo que desde hace mucho es tuyo.

- ¿Todavía me deseas Isa?

- Claro que si, más que antes. Todavía recuerdo como tus manos recorrían mi cuerpo.

No pude evitar acariciar mis pechos sobre la ropa, el solo hecho de recordarlo hacían que una ola de calor me invadiera. El morbo fue aún más grande al ver la mirada lujuriosa de Adrián.

- Hey  loquita! por favor, mira que estás muy lejos y no soy de piedra.

- Yo tampoco amor, mira como me pones con solo recordarlo.

Enseguida me acerqué a la cámara para que viera mis pezones marcados claramente bajo la tela.

- Uff Isa, haces que se me acelere todo ¿Me dejarías mirar un poquito más?

Me levanté lentamente frente y me di vuelta. Llevaba un short bastante corto de color blanco bien ceñido al cuerpo, la tela dejaba ver muy bien el pequeño hilo dental que llevaba debajo.

- Ohhhhhhh Isa, wow. Ay nena, como me muero de ganas por romperte ese culito. Sigue bebé, sigue.

Poco a poco levanté mi blusa y me di vuelta, mis pezones apuntaban duros hacia la cámara, yo los acariciaba lentamente y sentía como Adrián suspendía su respiración. Observar su agitación, además de todo lo que le extrañaba me estaba haciendo mojar como nunca. Adrián no dejaba de decirme cositas y eso aumentaba mi calentura.

- Uy bebé, como me gustaría estar ahí contigo comiéndome ese par de botoncitos rosados. Mmmmmm tus pechos están más grandes, cierto?

- Si, me han crecido un poquito más ¿Por qué? ¿No te gustaban pequeños?

- No Isa, no es eso, además tu siempre los has tenido de muy buen tamaño, solo que ahora están... mmmmmmm se ven muy ricos ¿Quieres ver como me tienes?

Con mi sonrisa traviesa lo dije todo, Adrián bajó la cámara hasta su bóxer y el bulto se veía súper marcado, la forma de su pene grueso se dibujaba perfectamente en la tela. Mordí mis labios y halé mis pezones mientras lo miraba, lo que provocó en el un gemido de placer.

- Isa, vamos a jugar algo rico ¿Quieres?

- ¿Y eso qué es?

- Como estoy tan lejos de ti quiero que me prestes tus manos.

- ¿Qué?

- Si, tus manos, deja que ellas hagan lo que yo les pida.

- ¿Y qué les vas a pedir? le respondí con una sonrisita maliciosa.

- Por ahora quiero que te saquen los shorts ¿Me dejas?

Nuevamente, puse mi colita hacia la cámara y comencé a bajarlos. A propósito lo hice muy despacio, dejando que deseara cada centímetro de piel que le iba mostrando, dibujando con mis dedos la forma de mis nalgas y del hilo que se perdía entre ellas. Paso a paso, recorrí mi cuello, mis hombros, mis pechos mi vientre, todo como Adrián me lo pedía.

- Isa sácate el hilito por favor, mmmmmmmm.

Me sentía cada vez más excitada. Ahora sacaba mi hilo poco a poco, dejando que la tela saliera de entre mis nalgas como una flor que abre suavemente sus pétalos al sol.

- Recuéstate en la cama y acaricia tu ombligo. Así nena, ve bajando los dedos. Ohhh como me pones.

Con mis dedos toqué todo el exterior de mi conchita depilada que se erizaba deseosa al roce de mi piel. Adrián se masturbaba suavemente frente a la cámara, gotitas de humedad comenzaban a mojar su sexo.

- Vamos bebé, introduce tus dedos como yo lo hacía. Así nena, sigue, sigue.

- Ahhh, ahhh Adrián como te extraño, ahhhh necesito que me hagas tuya.

- Sigue bebé, no pares. Hala un poquito tus pezones, mete un dedito en tu culito anda, un poquito, tu puedes.

Enseguida me abrí un poco más, coloqué una almohada bajo mis nalgas para que Adrián pudiera ver mejor la abertura de mi ano. Con mis dedos mojados por el flujo de mi conchita comencé a explorar entre mi nalgas encontrando la resistencia de mi agujerito apretado que poco a poco iba recibiendo y abrazando con fuerza mi dedo, al principio con algo de dolor pero con el tiempo esa incomodidad se convertía en un placer muy erótico.

Seguía mirando hacia el monitor, la imagen de Adrián frotando su pene a un ritmo muy intenso era lo más excitante del mundo. Por un momento, casi pude sentir la agitación de su voz como si estuviera ahí. Fue como si sus dedos y no los míos estuvieran recorriendo cada pliegue de mi conchita y mi ano. No pude evitar cerrar los ojos y ceder a las contracciones voluntarias de mi cuerpo, mientras  mis dedos seguían empujándose entre los dos agujeros Los gemidos de Adrián me envolvían por completo. Cuando al fin abrí los ojos, pude ver su pene y sus dedos mojados de esa leche espesa y tibia que se iba resbalando cuesta abajo.

- Wow Isabel, en serio me enciendes, no veo la hora de hacerte mi mujer con todas las ganas del mundo.

Internet nos ayudó muchas veces en medio de tanto extrañarnos. El tiempo siguió pasando y nunca dejamos de comunicarnos, hasta que llegó el momento en que por fin volveríamos a estar cara a cara.

- Isabel, la próxima semana voy a la capital y lo primero que quiero hacer es verte.

Esas palabras me llenarían de emoción como ninguna otra cosa, ya les contaré lo que pasó entonces y cómo enfrentamos la oposción de nuestra familia. Espero que este nuevo capítulo les haya gustado, fue hecho con todo cariño para cada uno de ustedes.