miprimita.com

El pecado de lesbos: IV parte.

en Hetero: General

Sentí que me quitaba media tonelada de encima cuando le dije a Isabel que había estado con un hombre, necesitaba contarlo, organizar mis ideas, depurar el pensamiento, y quién mejor que mi querida Isa para entenderme.

- Isa, estuve con un hombre...

- Vaya, no me digas? y la de vaqueros a que hora me la vas a contar? jajajajajajajaja

- No, hablo en serio, si estuve con alguien...se llama Javier.

- Queeeeee?

Isabel se sentó de un salto sobre la cama, con los ojos tan abiertos que pensé que se le saldrían.

- Ari, en serio?

- Si, en serio.

- Un momento, pausa, pausa. Qué fue lo que pasó? Estabas ebria? El tipo se viste de mujer? No entiendo.

- Nada de eso.

Comencé a contarle con calma todo lo que había ocurrido, nuestra amistad desde hace tiempo, la salida de aquella noche, cuando nos tomamos la mano, en fin hasta lo que había ocurrido hace poco durante el viaje.

- Ok, primera pregunta, te gustó?

- Si, me gustó. No digo que fuese mejor o peor en compración con una mujer; fue diferente, pero me gustó.

- Con orgasmo y todo?

- Si, con orgasmo y todo.

- Y él te gustaba desde antes? Como hombre, quiero decir.

- Pues, básicamente sabía que era un hombre muy atractivo no lo niego, pero nunca lo vi como alguien que pudiera gustarme particularmente, tu sabes porque. Jamás me hubiese imaginado que el contacto con su piel, sus besos y toda la cosa me iban a gustar de esa manera.

- Pero pasó, quizás tenías la guardia baja, te confiaste porque nunca te había llamado la atención un chico y le dejaste acercarse demasiado, y cuando se acerca alguien que te gusta...

- Yo nunca lo vi con esos ojos Isa.

- O no te habías dado cuenta de que si lo estabas viendo de otra forma, tenía que haberte gustado mucho. Mira, si me lo preguntas te diría una sola cosa, a la gente nos gusta etiquetar todo, asignarnos roles y en ocasiones esas etiquetas nos limitan.

- A qué te refieres?

- A que el hecho de que siempre te hayan gustado las chicas y básicamente te hayas desarrollado en tu vida como lesbiana no implica que no te puedan gustar otras cosas, no hay nada escrito que te confine a estar solo con mujeres, por qué no simplemente ser más abierta y probar aquello que quieras o simplemente seguir a tus sentimientos?

- En cierto modo tienes razón.

- Y él qué dice?

- Ese es el punto, como te conté no dice nada. Luego de que estuvimos parecía tratarme normalmente, incluso como si nada hubiera pasado. Luego se puso tan raro durante el viaje, es como si la confianza se hubiera roto.

- Yo no diría que se rompió, pero obviamente ha pasado algo entre ustedes que no califica como común, es normal que las cosas se pongan raras en cierta forma. Además, sin caer en clichés ellos no son muy dados a conversar sobre lo que les pasa Ari.

- Y entonces? Lo dejo así?

- Claro que no, yo te diría que lo abordes directamente y le digas las cosas con honestidad, dile que sientes que las cosas están raras desde lo que pasó y quieres aclararlo.

- Gracias Isa, sabía que no ibas a juzgarme.

- Mmmmmm, no acostumbro juzgar a nadie, lo sabes, y mucho menos si me han cogido rico.

- Jajajajajajaja Isa tu no cambias, en serio.

- Y está bueno? lo tiene grande?

- Isabel!!! no me preguntes eso por favor!!!! jajajajajajajaj

- Ah no, por ahora te perdono pero a mi me tienes que dar los detalles aunque sea luego.

El resto de los días se me hicieron cortos y entre salidas, comidas familiares -y varias sesiones de sexo estrenando la cama nueva de Isabel- me llegó el tiempo de regresarme a la ciudad. No voy a negarles que me sentía algo asustada ante la idea de encarar a Javier y hablarle, es más no tenía del todo claro lo que iba a decirle, pero estaba decidida ante todo a ser honesta conmigo misma, no se trataba ahora de hacerme "la novia de Javier" o algo así, pero si necesitaba poner en claro los asuntos.

- En cuanto hables con el susodicho me llamas, quiero saber cómo te fue.

- Si Isa, ya te dije que si.

- Y dile que si quiere ser tu novio tiene que acostarse conmigo primero para hacerle control de calidad.

- Isaaaaa!!!!!

- Jajajajajajaja ya, ya, no dije nada.

- Quién te dijo que pretendo tener algo más con él?

- Lo se, solo te estoy jodiendo.

-----------------------

Llegué a mi departamento pasadas las cinco de la tarde y comencé por conectarme con el mundo, leer los mensajes de la contestadora, del celular, de las redes sociales, en fin. Tuve como para entretenerme por un buen rato entre un cotilleo y otro pero no encontré un solo mensaje de Javier, tenía claro que no era el chico de llamar o dejarte un mensaje, aunque sinceramente pensé que por lo menos me habría repicado. Siendo así las cosas, no quise darle demasiada importancia así que me dediqué a desempacar y a dormir temprano.

Me desperté con el sol bien alto a la mañana siguiente y me quedé en la cama mirando por la ventana hacia el pequeño jardín que hace las veces de área común dentro de las residencias, fue entonces cuando noté que al borde del ventanal había algo como un trozo de papel pegado al vídrio. Era una pequeña tarjeta de cartulina con un pajarito pintado a mano con una sola palabra escrita, "Arianna" ¿Javier me había dejado esto? Pudo venir a casa durante los días en los que no estuve, quizás al no encontrarme lo dejó, pero ¿Sin nada más escrito que mi nombre?

Me resultaba extraño y confuso, pero me ayudó a decidirme de una vez, así que tomé el teléfono y le marqué directamente a Javier. Mentiría si no digo que el corazón me dió un vuelco cuando le escuché al otro lado de la línea.

- Hola

- Hola Javier, cómo estás? Quería saber si podía conversar contigo hoy.

- Claro, dime.

- No por teléfono, me gustaría hablarte personalmente, puedes?

Luego de una breve pausa me respondió que si.

- Paso por tu casa en una hora.

Estuve tentada a decirle que prefería reunirme fuera, la idea de estar a solas con él me recordaba las palabras de Isabel: "tenías la guardia baja", pero me pareció poco prudente luego del impase que tuvimos, además tenía claro lo que estaba buscando, simplemente hablar.

Javier llegó como habíamos acordado, llevaba unos jeans gastados y una camiseta negra sutilmente ajustada que marcaba lo justo para notar su torso ancho y definido, el cabello recogido como siempre con tan solo un par de mechones negros sueltos y la suave sombra de una barba de varios días. Incluso dentro de su sencillez seguía siendo sumamente atractivo.

- Quieres tomar algo?

- Si, dame agua por favor.

Estaba sentado detrás de mi en el mesón, mientras yo buscaba los vasos y una jarra grande de agua en la cocina, cuando me volví tenía la tarjeta con el pequeño pájaro entre los dedos, la miraba con cuidado como estudiando sus trazos detalladamente.

- La dejaste tú, cierto?

- Si.

- Lo que no entiendo es porqué no me dejaste nada escrito.

- La tenía comnigo días antes de venir a buscarte, como no te encontré pensé en dejarte una nota pero me di cuenta de que no tenía con que escribirte, así que la saqué de mi bolsillo y la puse ahí, sabía que cuando la vieras ibas a saber que era yo.

- Si, me lo imaginé.

- Antes que digas nada, quiero pedirte disculpas por la forma en que me comporté el día del campamento, no tenía porque hablarte de esa forma.

- De hecho yo pienso que si tuviste alguna razón, solo que no supe cuál fue y me sentí bastante confundida, siento que las cosas se han puesto raras y no entiendo.

- Te gustó estar conmigo Arianna?

No esperaba que fuera tan directo y menos después de tanto hermetismo días antes, así que me sentí nerviosa.

- Yo estuve de acuerdo en todo lo que pasó Javier.

- Pero no te pregunté si estabas de acuerdo, te pregunté si te gustó estar conmigo.

- Si, me gustó Javier. Lo que no me gustó fue que te molestaras de pronto sin saber el por qué.

- Te incomoda que me acerque? Que te toque?

Javier susurraba las palabras a milímetros de mi cuello, podía sentir su aliento tibio chocando contra mi haciendo que mi piel respondiera ensegida.

- Me deseas peque? Dime si quieres que me aleje y lo hago ahora mismo.

Sentirlo tan cerca hacía que literalmente se me alborotara el cuerpo, estaba deseosa de probarlo, de volverme loca entre sus brazos y simplemente me dejé llevar. Me puse de pie frente a el lo más cerca que pude y comencé a besarle con suavidad desde la mandibula hasta bajar por su cuello mientras le acariciaba el pecho sobre la camisa. Entonces, Javier me alzó por la cintura, me sentó en el mesón y comenzó a buscar mis labios, apenas colocaba la punta de su lengua dentro de mi boca y retrocedía de nuevo, como esperando a que fuese yo quien le invitara a entrar.

- Puedo sacar tu blusa? me dejas?

- Claro que si.

Javier desnudó mi torso con esa delicadeza y ternura que me encanta, luego comenzó a besar mis senos con suavidad, a acariciarlos con sus manos rozando con cuidado mis pezones, los mamaba con suavidad haciendo que mis pezones se dispararan al contacto con su lengua tan tibia, mientras con sus manos me iba rozando apenas con las puntas de los dedos desde los hombros, los brazos, la espalda y la cintura. Estaba tan loca de ganas que como pude saqué la falda y el bikini quedando completamente desnuda, Javier me miró largamente haciendome mojar aún más.

- Me permites que te recueste sobre la mesa?

Por respuesta simplemente me fui tumbando hacia atrás, dejando que me recorriera el cuerpo con las manos. Luego estuvo largo rato chupando mi ombligo, mi vientre, la cara interna de mis muslos, sentía que iba a explotar sino atendía mi cuquita.

- Ahhh, Javi por favor.....

Enseguida buscó mi cuca y comenzó a besarla y chuparla por fuera, el contacto de su barba sobre mi piel depilada me hizo estremecer, poco a poco fue succionando mis labios, recorriendo cada pliegue con su lengua hasta que encontró ese punto en donde literalmente me desarmo haciéndome soltar un gemido largo y ronco, continuó acariciándome justo ahí, masajeándome con su lengua de arriba a abajo y en círculos mientras yo me aferraba a la mesa sin parar de gemir, hasta que sentí sus manos sosteniendome con fuerza para controlar el movimiento de mis caderas haciendo que me corriera en un orgasmo largo e intenso.

Me incorporé como pude, estaba temblando de pies a cabeza, comencé a besarlo con una lujuria loca, tratando de arrancarle la ropa, pero el me tomó de las manos.

- Quieres que me desnude para ti peque?

Se fue quitando toda la ropa frente a mi, dejándome ver lo hermoso y definido de su cuerpo, su pene grueso mirándome de frente con sus venas marcadas y su punta dura y brillante. Me abalancé sobre el y comencé a tocarlo por todas partes, a sobar su pene sin ningún pudor, quería probarlo todo, comérmelo como un dulce que se me antojaba demasiado. El solo me besaba con suavidad dejándose tocar, sentirlo temblar al contacto con mis manos era delicioso.

- Pídeme que te lo haga si quieres peque. Anda, quiero saber si lo deseas.

Me puse de espaldas a él, subiendo los pies en el escalón de la mesa para quedar a su altura con las piernas abiertas, Javier acariciaba mis nalgas y mi espalda y recostaba la cabeza de su pene contra los labios empapados de mi cuquita.

- Cójeme Javi, te quiero dentro por favor!!!! -le rogaba entre jadeos-.

Y atendiendo a mis palabras se fue abriendo paso, al principio con suavidad, luego con más fuerza mientras yo le rogaba que me partiera en dos y meneaba mi culo con fuerza haciendo que sus bolas chocaran contra los pliegues de mi cuca.

El orgasmo fue súper intenso y me hizo gritar como loca aferrándome a la mesa, haciendo que me mojara hasta las rodillas, sí no me hubiese tomado por la cintura creo que me habría desplomado. Javier se sentó en uno de los bancos atrayéndome a él, me senté sobre sus piernas y nos quedamos abrazados sin decir nada por un rato.

- Te gustó peque?

- Claro que si, me encantó y mucho.

- Quería que tu me lo pidieras, que lo desearas, estar seguro de que no te estaba llevando a hacer algo que no...

- Pero es que yo lo quise así Javier, desde la primera vez que estuvimos juntos, ¿Crees que me forzaste de alguna manera?

- No, no eso. Es que ... bueno, tu tienes tus gustos, yo los conozco bien.

- Fue por eso que te molestaste conmigo en la playa? No te quedes callado, necesito saber qué piensas tú Javi, me hace daño que no me lo cuentes.

- Yo pensé que te gustaba Camila tu amiga, que por eso me habías preguntado si me interesaba cuando estuvimos en la tienda... y luego cuando te besé, tu te fuiste, me dejaste solo.

- Pero no fue por Camila Javier, no te lo pregunté por esa razón, quería saber si a ti te gustaba ella.

- Y por qué?

- Dios Javier, porque me gustas, en serio no te das cuenta? Es verdad, yo misma no lo había notado, pero lo que pasó contigo la otra noche no me había pasado nunca con un chico, jamás. Para mi fue muy importante, y de pronto Camila andaba detrás de ti, yo no pretendía celarte Javi, pero te miento si te digo que no me interesaba saber qué pensabas tú. Y si salí corriendo en la playa no fue por ella, tuve temor de que los demás nos vieran y pensaran cosas y mucho más cuando yo misma no entendía lo que nos estaba pasando, lo último que quería eran chismes o preguntas.

- Disculpame peque, fui un imbécil. En todos estos días me he martirizado pensando en que un día puede aparecer una chica y entonces las cosas se pongan raras.

- Javier, si yo fuera heterosexual igualmente podría aparecer otra persona, no se trata de eso, no te parece que esto que nos está pasando es muy reciente como para pensar en esas cosas?

- Es que yo, peque tú lo sabes, no se trata solamente de que me gustas...

- Javi, todo esto es muy nuevo para mi, por favor solo te pido que tomemos las cosas con calma, dejémos que pase lo que tenga que pasar y que el tiempo aclare los sentimientos.

- Yo jamás te forzaría a nada que tú no quieras Arianna, simplemente no quiero que salgamos heridos.

- Ni tampoco yo Javi.

Esa tarde cuando Javier se fue nos despedimos con un beso largo y tierno, sabía lo mucho que me gustaba y lo bien que la pasaba con él, pero tenía muchísimas dudas. En mi cabeza retumbaban las palabras de Isabel sobre no etiquetarnos y seguir los sentimientos, pero en este punto sentía que había mucho que procesar.

Pero como siempre, la vida suele ser más complicada de lo que tenemos estimado. Esa misma noche recibí una visita que no esperaba y que me daría mucho más en qué pensar.

P-D.: Se que he venido publicando esta historia en categorías distintas, les ruego que me disculpen, pero debido a la temática me cuesta ubicarla en un solo lugar. Igualmente espero que les guste.