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El pecado de lesbos: II parte.

en Hetero: General

Esa tarde habiamos quedado de vernos todos en la cafetería, se acercaban las vacaciones de verano y estábamos planificando acampar por una semana en una bonita zona costera que tiene todo lo que se busca en un verano, lindas playas, rumba, licor, chicas, en fin, todo lo que nos gusta.

Había venido conmigo Camila, una morenita muy linda con un culo hermoso que estuvo viendo clases conmigo durante el semestre, ya le había presentado a los chicos hace tiempo y ahora la estaba invitando a venir con nosotros al viaje. Llegaron Josefina y Sofía con Esteban -su novio- y nos pusimos a hacer planes, poco a poco fueron llegando los demás y por último -como siempre- Javier.

Esta era la primera vez que nos veíamos desde esa vez en que terminamos en mi cama, nos habíamos saludado de pasada por los pasillos de la universidad pero nada más, salvo un día en que Javier -olvidadizo como de costumbre- dejó el carnet de la biblioteca y me pidió que le sacara un libro cuando nos vimos en el comedor, todo con la misma naturalidad de siempre, sin mención alguna de lo ocurrido, sin una mirada que indicara algo, simplemente seguíamos siendo los amigos de siempre. De pronto, el comentario de Camila me sacó de mis pensamientos.

- Y el friki va a venir con nosotros? -me dijo susurrándome al oído-.

- Pues claro, el friki es parte del grupo.

Al final de la tarde, cada quien volvió a sus asuntos y yo me fui con Camila quien se había ofrecido a llevarme a casa.

- Qué te pasa con Javier Mili?

- Por qué lo dices?

- Bueno, porque me preguntaste si "el frki" va con nosotros.

- Ah, es que si me pasa, me pasa de todo con él.

- Te gusta Javier?

- Claro que me gusta, a quién no? Bueno a ti no te gustará, pero creo que a más de una se le caen las pantaletas por ese caramelo de hombre.

- Vaya, no sabía que te gustaba tanto jajajajajaja, pues soy lesbiana pero no ciega, se que Javier es muy bien parecido.

- Tiene novia? Sale con alguien?

- Hasta donde se no, él es muy discreto con esas cosas. Salió con una profesora de la facultad pero no duró mucho, es lá última con quien salió según creo.

- Me imagino porque terminaron, seguramente la chica no quería que la vieran con él por todo eso de los profesores y los alumnos, y más con ese estilo friki que tiene, pero la muy vivaracha no se quiso quedar sin probarlo en la cama, cómo será haciendo el amor?

- Deliciosamente dulce -de pronto caí en cuenta de que había hablado de más-.

- Y tú cómo lo sabes si él no está dentro de lo que te gusta? O acaso eres Bi?

- No, no quise decir eso, solo que me imagino que ha de ser muy dulce porque Javier es así, no me lo imagino siendo rudo con una chica.

- Por mi puede darme de nalgadas si quiere jajajajajajaja. Alguna vez estuviste con un chico Arianna?

- No. Pero dime, finalmente vamos a ir el sábado a comprar los trajes de baño?

- Ok, cambio de tema... si, podemos ir en la tarde si quieres.

En otras circunstancias habría dicho que sencillamente no me apetecía hablar de mi privacidad con Camila, o que me sentía algo decepcionada al comprobar que durante el viaje estaría más pendiente de ligar con Javier que conmigo, pero no voy a mentirles. No, no siento que se trate de celos, pero de alguna forma pienso que lo que pasó con Javier es algo entre él y yo, algo que no quiero compartir con nadie, y si me lo preguntan, no me genera ánimos de hacerle la cobertura para que se ligue con una chica. Si Javier liga con alguien es su asunto, es libre de hacer lo que quiera, pero una cosa es no meterme en su vida y otra distinta es servirle de copiloto, con otros chicos lo he hecho, muchas veces, pero luego de lo que pasó no me place pensarme como cupido de Javier.

Pues, las semanas pasaron volando y al poco tiempo estábamos emprendiendo viaje rumbo a las maravillosas playas de Choroní. El viaje estaba resultando tan agradable como de costumbre, no habíamos parado de bailar, nadar, tomar sol y festejar; Camila se había dedicado a coquetearle a Javier de mil formas y él había sido amable con ella, aunque no me quedaba muy claro si estaba del todo a gusto o no. En más de una oportunidad los chicos se habían "desaparecido misteriosamente" por unas horas con alguna de las muchachas, luego de lo cual regresban haciéndose los locos, pero a decir verdad no vi que Javier hubiese entrado en el juego de las huídas furtivas, no es que estuviera pendiente de si lo hacía o no, pero estando en el grupo era obvio que todos sabíamos cuando alguien se iba a "peinar" con alguna chica.

Una noche quisimos preparar una fiesta en la playa, fuimos temprano al pueblo para comprar carne y lo necesario para hacer una parrillada, ese día me alejé del grupo por un rato para buscar una farmacia y Javier no tardó en seguirme.

- A dónde vas peque?

- Quiero ubicar una farmacia, no te preocupes regresaré a buscarlos en la plaza.

- Pero, te sientes mal?

- No, es solo que ayer en el desorden de la playa se me perdió un tubo de crema para el cuerpo y sino me pongo nada me va a salir escamas, además quiero comprar saldo para el celular.

- Yo voy contigo. No protestes, se bien de tu excelente sentido de la orientación y no quiero que pasemos dos horas esperando a que encuentres la plaza.

- Javier!!!! no te pases jajajajajajajaja

Estuvimos haciendo las diligencias sin mayor problema, hablando de trivialidades, pero la verdad es que me moría de ganas por saber si a Javier le estaban gustando los avances de Camila, así que decidí soltar un comentario al descuido para ver qué me decía.

- Camila ha estado un poco pendiente de ti, no? -le comenté mientras me hacía la desentendida mirando las cremas en un estante-.

- Si, voy a buscar un desodorante por allá.

Tuve la sensación de que Javier habia eludido el tema de forma muy discreta, pero después de todo le entendí, supongo que así como a mi no me parecía genial hacerle cobertura, posiblemente a él tampoco se le antojaba contarme si estaba o no ligando, además de por si era bastante reservado con esas cosas, en vista de lo cual decidí no preguntarle nada más.

Por la noche la fiesta había estado de lujo, Camila para variar había estado haciéndole ojitos a Javier y provocándole todo lo que pudo mientras estaban bailando. Por un momento me senté sola a la orilla de la playa para fumar un cigarrillo y al rato Javier se acercó hasta donde estaba.

- Me das un sorbo peque?

Le entregué el cigarrillo sin decir nada y él comenzó a aspirar el humo, la luz de la fogata iluminaba con suavidad su torso desnudo, las fuertes líneas de sus brazos y su pecho, la pantera negra que llevaba tatuada en su espalda y que había recorrido aquella noche con los labios. No quería recordarlo, pero tenía clavado en la memoria el olor de su cuerpo, el sabor suavemente salado de su piel, era como si martillaran mis sentidos una y otra vez.

- Camila es linda, pero no me gusta -soltó de pronto-.

- No te entiendo, es bonita pero no te gusta? suena contradictorio, no?

- No, ella no me gusta, me gusta otra.

Y tan pronto como había hablado se levantó y me entregó el cigarrillo.

- Estoy molido, me voy a dormir.

Javier se metió en la carpa de los chicos, y yo me quedé pensando. Qué quiso decir con eso de "me gusta otra"? Estaba hablando de mi? Desde que habíamos estado juntos aquella noche jamás le vi un gesto que me indicara alguna cosa, Javier seguía siendo mi amigo, el de siempre. Claro está, era obvio que por lo menos le gustaba de lo contrario no habría pasado nada, pero si hubiese algo más tendría que haberlo notado en algo, aunque fuese una mirada. Posiblemente estaba hablando de alguien más, bien sabía que odiaba comentar sobre sus conquistas, además había tomado demasiado como para reflexionar aquella noche. Finalmente, vi que Camila -cansada de que Javier solo fuera amable- se estaba ligado de lo lindo con Miguel y con mucho éxito, pues ni siquiera supe cuando se había acostado.

A la mañana siguiente amaneció lloviendo bastante, tanto que se nos estaba dificultando encender la cocinilla que habíamos llevado y los muchachos decidieron salir a comprar algo de comer, Estaban fue a la carpa de las chicas a preguntar por Javier pero no lo habíamos visto.

- Debe estar aprovechando las corrientes para surfear.

- Pero no es peligroso? el viento está muy fuerte? -dije yo-.

- No para nada, hemos montado olas con un clíma mucho peor que este y Javi es el más experimentado del grupo, ya regresará, si vuelve díganle que fuimos al pueblo a buscar algo caliente que comer.

Todas en general estábamos rendidas por la resaca de la noche anterior, y más que comer estábamos aprovechando el mal tiempo para dormir. Sin embargo, sentía que el oleaje estaba demasiado fuerte y me preocupaba pensar que Javier estuviese surfeando afuera, así que me quedé despierta. A los pocos minutos la lluvia comenzó a ceder, así que me puse un traje de baño y salí a caminar por la playa mientras las chicas dormían.

Como siempre voy a ser sincera, quería saber en dónde estaba Javier, quería verle a solas aunque no pensara en un razón particular para hacerlo. De pronto vi un bolso amarillo en la orilla, sabía bien que era el suyo, me senté junto al bolso tratando de encontrarlo y finalmente lo vi entre olas con su tabla. La fuerza de la marea había comenzado a disminuir, me quité las sandalias y me metí en la playa, no demasiado lejos de la orilla ya que para comenzar no tenía tabla y surfear sabía poco. Comencé a nadar, a gastar energías un rato, cuando de pronto me sentí sujetada por un pie y arrastrada hacia adentro, la mano que me había sujetado me soltó enseguida que llegué al fondo, me reincorporé para salir nuevamente y pude ver a Javier un poco más arriba.

- Estás loco? Me quieres ahogar?

- Jajajajajajajaja eso te enseña lo que le puede pasar a una chica que nada sola a esta hora.

- Javier no me hace ninguna gracia, me asustaste en serio.

Pude sentir sus brazos rodeando mi cuerpo, dejándome a centímetros del suyo y aunque el agua estaba helada por la lluvia juro que sentí calor.

- Sabes que no te haría daño peque.

Me había susurrado aquellas palabras tan de cerca, que solo tuve que levantar la cara para encontrarme con sus labios en un beso suave y cargado de pasión. No se si nos besamos por 1 o por 10 minutos pero el tiempo se me hizo eterno, tenía las piernas enrrolladas en su cintura y los brazos alrededor de su cuello, sentía sus manos sosteniéndome de las nalgas y su respiración agitándose conmigo. En ese momento recordé que estábamos relativamente cerca de la orilla, que alguna de las chicas podía levantarse o los muchachos podían llegar y cualquiera podía vernos desde la arena. Me solté con brusquedad y regresé corriendo al campamento; al principio pensé que Javier vendría detrás de mi, pero lo vi regresar a las olas. Entré a la cabaña tiritando de frío, ya las chicas se estaban levantando.

- Qué estabas haciendo Arianna? -Me preguntó Sofía sorprendida mientras me entregaba una toalla-.

- Estaba nadando.

- Con este frío? mira que nos queda una noche más acá, te puedes enfermar.

- Está bien, solo quería hacer un poco de ejercicio es todo.

Los muchachos no tardaron en llegar con el desayuno, pero lo que me dejaba helada era la indiferencia de Javier. Tenía claro que no iba a venir y saludarme con un beso -ni mucho menos era mi intención- pero es que ni siquiera me miraba de frente, cuando apenas minutos atrás nos habíamos besado con la misma pasión de aquella primera vez, entendía que cualquier cosa que quisiéramos hablar tendría que ser a solas y de momento eso no era posible, pero no lograba comprender cómo era capaz de ignorarme tan tranquilamente; definitivamente si buscaba disimular era un excelente actor.

Pensé que posiblemente se sintiera un poco confundido con respecto a las cosas que estaban pasando, sentí que necesitábamos aclarar las ideas. Por eso cuando tuve la oportunidad esa noche luego de la cena traté de acercarme a él para conversar. Aproveché un momento en que le vi un poco apartado revisando el celular, fuí y me senté junto a él.

- Me prestas tu cigarrillo para encender el mío?

Me lo entregó sin levantar la cabeza del móvil, concentrado en lo que estaba revisando.

- Quién es la otra que te gusta Javi?

Me miró a los ojos con una frialdad que me hizo arrepentirme enseguida de haberle preguntado.

- No eres tú si es lo que estás pensando, es otra persona y estoy tratando de escribirle un mensaje ahora.

- Vale, disculpa.

Nunca me había sentido tan cortada en toda mi vida y aunque traté de fingir normalidad volviendo a sentarme junto a los chicos no podía disimular el malestar. Me excusé alegando dolor de cabeza y me fui a acostar, me tapé hasta la cabeza con las sábanas y lloré por largo rato. No puedo comprender lo que le pasa, los hombres dicen que las mujeres somos complicadas, y cómo puede llamarse esto? Primero me busca, me dice que se muere de ganas por estar conmigo, me hace el amor, no me dice absolutamente nada, ahora vemimos aquí, en cuanto me ha visto sola se me acerca y me besa, me aturde, y ahora trato de acercarme y me dice que le gusta otra? Se molesta conmigo como si fuese yo quien invade su privacidad? Y no invadió él la mía en mi cama, con sus besos? Se supone que hice mal? La cabeza me da vueltas, escucho a las chicas cuando entran a dormir, me quedo quieta fingiendo estar dormida hasta que dejan de hablar y se acuestan, entonces Sofía se me acerca y me susurra al oído.

- Te sientes mejor nena?

- Si, ya estoy bien.

- Se que estabas llorando, ven voy a preparar un poco de manzanilla, acompáñame.

Me levanté sin decir nada y me senté en una silla frente a la fogata que aún ardía, viendo como Sofía preparaba el agua caliente.

- Toma, bebe un poco.

- Cómo supiste que estaba llorando?

- Porque te conozco desde la escuela Arianna, te vi muy incómoda cuando te fuiste a dormir.

Sofía pasó su mano por mi cabello, me abracé a ella y me derrumbé nuevamente.

- Si de verdad te quiere, si de verdad sienten algo importante, las cosas van a arreglarse, ya lo verás, no te desesperes.

- De quién me estás hablando? -Le dije algo sorprendida-.

- Pues de esa persona que te ha puesto así de triste, sea quien sea. Algunos comienzos son complicados. Recuerdas cuando me enamoré de Estaban? El tenía novia, te acuerdas?

- Si, iban a casarse.

- Ya lo ves, fue una etapa horrible para mi, tú fuiste testigo de cuánto sufrí entonces. Pero ya vez, el tiempo puso orden, siempre lo hace, tarde o temprano las cosas que hacemos dan su fruto cuando somos honestas con nosotras mismas, sigue a tus sentimientos y dale tiempo.

Agradecí que Sofía me acompañara sin preguntar, anuque me queda la duda sobre si notó alguna cosa, quizás había salido de la carpa en la mañana y me había visto con Javier, o se dio cuenta de que me había rechazado en la noche, no lo se pero me alegró mucho contar con su apoyo.

A la mañana siguiente llegó la hora de irnos, los muchachos peleando como siempre porque para variar no estábamos listas a tiempo y querían tomar carretera temprano, el desorden para recoger todo, los perdidos de siempre buscando el "algo de último momento". Javier indiferente como siempre y yo en el mismo plan, decidí ignorarlo discretamente y evitar todo lo posible sus majaderías. Habíamos ido en dos caminonetas, en una conducían Esteban y Adán, en la otra Miguel y Javier; originalmente vine con este segundo grupo, pero sinceramente no estaba de ánimos para intercambiar con él, así que le pedí a Sofía que me dejara acomodarme en su camioneta, y ella -que sabía bien que algo me había molestado- no tardó en cambiar a Jorge con los muchachos y dejarme con ellos. Cuando estábamos ya por arrancar, Javier se acercó a pedirme que me subiera.

- Vente que ya nos vamos.

- No, yo me voy en la otra camioneta, con ustedes se va Jorge que ya se está subiendo -le respondí sin siquiera mirarle-.

- Ok.

Giró en redondo y sin decir nada más se subió al auto, podía jurar -o más bien sabía- que estaba molesto.

Cuando llegué a casa ya era de noche y estaba agotada, preparé la bañera con agua caliente, me di un buen baño y me metí en la cama lista para dormir a gusto, entonces el sonido del teléfono me puso alerta ¿Sería él? Era Sofía, avisándome que habían llegando bien. Pasados cinco minutos suena de nuevo, me agito otra vez. Ahora era mi mamá para saber cómo había llegado del viaje.

- Bien mami, quiero ir a casa a pasarme los días con ustedes.

- Pensé que ibas a venir la última semana como siempre.

- No, el viaje me ha dejado cansada y quiero tumbarme en mi vieja cama y descansar, sino te molesta claro.

- Por supuesto que no nena, sabes que puedes venir cuando quieras.

Era lo mejor, pasar el verano en la ciudad era verme con los chicos e irremediablemente con Javier, algo que por ahora quería evitar. Me sentía dolida por todo lo que pasó, no esperaba para nada que me hablara de amor, ni siquiera yo sabía qué estaba siendo por él, pero hasta ahora nuestra amistad había sido honesta y sincera, precisamente había sido esa honestidad la que nos había dado licencia de estar juntos porque así lo quisimos, por lo que no podía comprender el por qué de este Javier cerrado y cortante, era como si me hubiese convertido en la culpable, pero yo no había estado en la cama sola.

No tardé más de dos días en tomar un avión e irme a casa de mis papás dejándo el teléfono guardado en una gaveta, quería perderme del mundo, por lo menos por unas semanas.