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Noche de baile

en Hetero: General

Era jueves en la noche y mientras cenábamos mi esposo y yo hacíamos planes para el día siguiente. Ese viernes sería feriado y ambos estaríamos libres luego del mediodía, queríamos hacer algo diferente, simplemente salir a divertirnos. Ir al cine, cenar, pasear por la playa, varias opciones fueron pasando hasta que finalmente nos decidimos, tendríamos una cena ligera en el café de siempre y luego iríamos a bailar, hacía ya bastante tiempo que no íbamos de baile.

Me arreglé para la ocasión, un vestido cortito de seda estampada en fondo naranja oscuro con algunos destellos discretos de brillo, la tela caía naturalmente por mi cuerpo marcando bien mi silueta sin ajustarse demasiado, el escote bastante bajo dejaba notar bien la forma de mis senos grandes, tacones altos, cabello suelto y un poco de maquillaje completaron el vestuario, el me encontró hermosa.

- Estás para comerte amor, me dijo.

La cena transcurrió tranquila, hablando animadamente. De vez en cuanto notaba como mi esposo bajaba la mirada hacia mis pechos, se lo mucho que le gustan y me encanta notar la forma en que me desea. Rato después nos fuimos a bailar.

Entramos tomados de la mano, el lugar estaba bastante lleno. Sin embargo, encontramos un lugar en donde sentarnos para tomar un trago, luego de un beso tierno en los labios me fui hasta el baño para refrescarme un poco. Al regresar a la mesa estaba sonando una canción  que nos encanta así que enseguida me invitó a bailar.

- Papi, antes de ir a la pista ¿Te puedes guardar esto en la chaqueta?, le dije a la vez que le entregaba algo que llevaba empuñado en mi mano.

El lo tomó enseguida para guardarlo, pero en cuanto notó que era suspiró de la impresión; le había entregado el pequeño hilo dental que traía puesto.

- Amor acaso tu.........?

- Si, me incomodaba la ropa interior así que me la quité para bailar, le dije con una sonrisa maliciosa.

- A veces pienso que quieres matarme de un infarto mi niña traviesa, me susurró al oido y mordió mi cuello.

- Tranquilo cielo, yo no busco que se te pare el corazón sino otra cosa.

- Pues ten cuidado porque lo estás logrando.

Enseguida nos fuimos a bailar, era delicioso sentirlo tan cerca, estrechando mi cuerpo al compás de la melodía, discretamente comenzó a acariciar mi cuerpo por encima de la ropa y vaya que comencé a calentarme, canción tras canción el baile se convirtió en una mezcla de deseo y sensualidad que iba creciendo minuto a minuto.

La pista estaba llena de parejas bailando a media luz, así que la gente no podía notar lo que hacíamos ni tampoco les interesaba mucho. Por eso, en un momento mientras sonaba una canción movida, me giré quedando de espaldas frente a mi hombre y comencé a bailar muy cerca frotando mis nalgas contra su pene al ritmo de la musica, el me tomaba más arriba de la cintura colocando sus dedos discretamente sobre mis pechos y moviéndolos suavemente.

- Nena me tienes demasiado caliente, si hubiera mayor cantidad de luz se podría notar algo grande allá abajo.

Me giré para abrazarlo y le dije al oido:  - pues te cuento que los muslos ya se me están mojando.

No hicieron falta muchas palabras, nuestras miradas hablaban más allá del ruido de la música, así que pagamos la cuenta y enseguida nos fuimos a casa. En cuanto cerramos la puerta tras nosotros David se lanzó a besarme como loco y me dijo.

- ¿Te parece si seguimos bailando? Ah, pero ... desnudos.

Enseguida puso música y comencé a bailar para él. Poco a poco, bajé el vestido hasta la cintura dejando mis pechos al aire, empecé a acariciarlos mientras seguía moviéndome al ritmo de la musica.

Luego me subí un poco la falda y desabroché mi liguero, coloqué mi pie sobre su rodilla y el se inclinó a besarlo para luego sacar la media lentamente, igualmente del otro lado. Saqué mi vestido y seguí bailando para mi esposo, tocando mi cuerpo al ritmo de la melodía. El estaba desnudo en el sofá sin dejar de mirarme mientras acariciaba su pene, era tremendamente caliente verlo masturbarse frente a mi, así que poco a poco introduje mis dedos en mi concha y comencé a acariciarme frente a el.

- Si amor, sigue no pares, wow como me estás poniendo.

Ahora, apoyé mi pie sobre el sillón y continué masturbándome, al principio con pudor y luego con más y más ganas hasta conseguir un suave orgasmo. No podía dejar de mirar como se tocaba hasta que comenzó a derramarse entre sus manos. Era la primera vez que nos tocábamos juntos.

Entonces, me acerqué a gatas para limpiar su pene con mi lengua. Luego, lo tomé de la mano para invitarlo a bailar y continué lo que había iniciado en aquel lugar. Comencé a mover mis caderas al ritmo de la música frotándome sobre su pene que se volvío a endurecerse entre mis nalgas. Me tomó de las manos, las subió hasta su cuello y comenzó a acariciarme desde los brazos, bajando por mi cuello, mis senos, mi vientre, mi monte depilado. Lo sentía moverse tan sensualmente, su pene duro seguía frotándose contra mis nalgas, yo solo seguía bailando con ojos cerrados presa de un inmenso placer.

Poco a poco entonces, fui abriendo las piernas mientras me inclinaba un poco sin dejar de bailar, sentí como su verga endurecida comenzaba a invadir mi concha hasta que entrò totalmente. Me incorporé lentamente, era deliciosa la sensación que sentía estando de pie penetrada por mi hombre.

Continuamos bailando, al principio suavemente luego con más y más ritmo, no se cuando el baile dejó de ser tal cosa para abrirle paso los movimientos acompasados de nuestra unión, ya no podían ocultarse los gemidos de placer. Mis piernas comenzaron a flaquear, ya no podía mantenerme en pie de lo excitada que estaba, entonces sentí sus brazos fuertes sosteniéndome mientras se giraba conmigo y me apoyaba en la pared hundiendo su pene con fuerza una y otra vez.

- No puedo más, fueron sus palabras.

Enseguida sentí como su semen tibio me llenaba por dentro haciéndome alcanzar un orgasmo largo, intenso y delicioso. Fue una experiencia muy sensual que llevo en mi recuerdo y que nos encanta repetir.

Esa noche nos dormimos tarde, luego de una ducha juntos la madrugada nos sorprendió bailando sobre la cama la danza que más nos gusta. David, te amo este relato al igual que los demás solo demuestra una cosa, cada momento a tu lado es una experiencia inolvidable.