miprimita.com

Fantasía cumplida

en Sexo Anal

Me encanta el trasero de mi esposo, sus nalgas bien formadas sostenidas por sus muslos gruesos tan masculinos,  en más de una ocasión me ha sorprendido mirándole cuando anda por la casa en ropa interior, siempre se ríe con esa dulzura que le caracteriza.

-  "Mi niña tremenda me encanta saber que me deseas", es lo que dice.

Había estado leyendo algunos artículos sobre el llamado punto G masculino que puedes alcancar con un masaje de prostata, una noche entre caricias se lo comenté a mi esposo sobre el asunto y le dije que me encantaría poseer su culito de esa forma, entre risas me respondió:

- "Bueno nenita a ti no puedo negártelo si lo deseas", esa sonrisa de picardía me indicaba que le parecía buena idea.

Fue entonces, durante una sesión de masajes cuando fui bajando poco a poco para concentrarme en sus nalgas, las recorría con mis manos una y otra vez, a veces con fuerza, otras suavemente, por momentos rozándole con mis uñas y viendo como se erizaba su piel de forma deliciosa.

Poco a poco iba dirigiendo mis caricias más hacia el centro de sus nalgas, mis dedos comenzaron a recorrer suavemente la abertura entre ellas, mi esposo abrió más sus piernas dándome un mayor acceso a lo que yo respondí:

- "Ahora vas a ver lo tremenda que puedo ser".

Tomé un tubo de lubricante que había llevado a la cama discretamente y comencé a colocarle abundantemente entre las nalgas, un gemido de mi hombre me indicó que ya sabía lo estaba pasando.

Comencé a acariciar en círculos la entrada de su ano con uno de mis dedos bien lubricado, se sentía apretado y firme pero poco a poco se fue relajando, le pregunté si le estaba gustando.

- "Si vieras lo duro que me tienes no tendrías que preguntar", me dijo entre suspiros.

Poco a poco mi dedo se fue abriendo paso dentro de su ano, un gemido y la tensión de su cuerpo me indicaron que sentía algo de dolor, le dije que se relajara, que yo iría poco a poco sin hacerle daño. En efecto mi dedo se movía muy suavemente e iba entrado casi milímetro a milímetro en la medida en que sentía que podía hacerlo.

Pasados unos cuantos minutos ya el culo de mi esposo recibía mi dedo con tranquilidad, así que pude iniciar la entrada de un segundo dedo con el mismo ritual de paciencia. Los suspiros y gemidos de mi esposo me indicaban como proceder. A todas estas, yo me sentía cada vez más mojada, estaba disfrutando con mucho morbo cada movimiento dentro de mi hombre.

Ya entonces, pasado el rato y con ambos dedos dentro de él pude comenzar a explorarle suavemente. Ahí estaba ese pequeño bulto endurecido a que debía consentir con mis caricias, comencé a masajearlo suavemente.

- "Amor, amor, wow que rico", decía mi hombre entre gemidos y con la respiración entre cortada.

De pronto se incorporó para mi sorpresa y sin decir una palabra me lanzó de espaldas sobre la cama. Estaba como fuera de si, se había escapado de mi control. Traté de balbucear unas palabras aun sorprendida pero al mirar hacia abajo quedé enmudecida de sorpresa y también de deseo, nunca había visto en mi esposo una erección de tal dureza y grosor, sin duda alguna había alcanzado un punto superior al de otras ocasiones.

Sentí el sonido de sus manos rasgando mi ropa interior, enseguida me alzó por las caderas y me penetró de forma furiosa, mi vagina sintió un poco de dolor que se convirtió enseguida en oleadas de placer que me recorrían en cada nuevo empuje de mi hombre, mi mente se nubló y creo que por unos momentos también mis sentidos.

No supe cuanto tiempo pasó, cuando volví en mi estábamos los dos abrazados, sentí como nuestra respiración se estaba calmando como las aguas se aquietan luego de una tormenta, mi esposo me miró a los ojos y me dijo que le había dado un placer maravilloso, que no pudo aguantarse las ganas de tomarme en ese instante. Nos prometimos volver a repetirlo y llevar la expriencia un poco más allá, ya les contaré lo que sucedió entonces.

A todas estas, hubo algo nuevo que descubrí, había escuchado de personas que pueden perder el sentido durante unos instantes tras un orgasmo intenso pero nunca me había ocurrido, no se como describirlo pero creo que nunca me había conectado de esa forma con mi hombre ¿Me volverá a ocurrir alguna vez?