miprimita.com

¡que bonito es soñar, coño, qué bonito es soñar!

en Sexo con maduros

1

Se me escapó un te amo mientras hablábamos por wahtsapp. Su reacción no fue ni mala ni buena. Solo que para ella un te amo significaba mucho y no concebía que sin conocerla se lo dijera. Olvidaos de todo lo que escribí sobre Diana. Todo fue ficción. No es mi sobrina, es una amiga con la que desde diciembre del año pasado tengo un relación algo peculiar. A veces soy para ella cómo un amigo, otras cómo un padre (debido a mi edad) y otras, las que más me gustan, amantes virtuales. No voy a decir cómo lo hacemos, pero lo hacemos. Ella vive con su novio. Yo estoy casado y tengo un hijo y tres hijas mayores que ella.

Todo empezó cómo empiezan algunas de estas cosas de la red... Uno que escribe un relato, otra que siente curiosidad y las cosas se me fueron de las manos. Empecé sintiendo cariño por ella porque conocerla era quererla. El cariño se hizo mayor de edad, y ahora la amo. No cómo quiero a mi esposa, que la quiero un montón. La amo cómo amé a mi esposa y cómo amé a mi primer amor. Este relato, que será el último que le escriba, es para decirle cómo me gustaría que fuera la primera vez de lo que nunca fue, poniendo palabras en su boca que nunca me diría.

2

Horas después de comer y de merendar juntos, Diana y yo paseábamos cogidos de la mano por la orilla del mar sintiendo bajo nuestros pies la frescura del agua y la suavidad de las arenas de la playa. Los graznidos de las gaviotas eran la música que nos acompañaba. Ella llevaba puesto un vestido blanco que le daba por encima de las rodillas y llevaba las sandalias en una mano. Yo llevaba puesto un pantalón marrón, recogido, y una camisa blanca y llevaba en una mano unos zapatos marrones. Puso su cabeza en mi hombro, y me dijo:

-¿Ves cómo podíamos hablar cómo amigos? Sin necesidad de nada sexual.

Cambié de tema.

-¿En nada podremos ver una bella puesta de sol?

-Ya estás escaqueándote.

-No me escaqueó. Es que no creo que sea el momento para decirte que te deseo.

-¿Me deseas? Si estoy gordita. Si me vieras desnuda ya no me desearías.

-La que te escaqueas eres tú, di que yo no soy lo que esperabas. Yo sabía lo que me iba a encontrar, a mi muñequita con sus tetazas, con su barriguita...

Me interrumpió.

-Barrigota, con las tetas decaídas y con estrías.

-Estoy cansado de saber cómo eres. Eres bella, muy bella, eres mi sueño erótico, mi muñequita morena. ¿Cogiste billete de tren de ida y vuelta?

-Sí, la vuelta es mañana.

-¿Dónde vas a dormir?

-¿Dónde me recomiendas?

-Hay un sitio discreto...

La pilló al vuelo.

-La habitación la quiero para mi sola. ¿Te decepciona que no la quiera compartir contigo?

-Yo usaría otra palabra.

-¿Cuál?

-Me jode... El Ciprés es un buen lugar, tiene buenas carnes, buenos pescados. los mejores mariscos, buenos vinos, confortable alojamiento y no es caro.

-¿Cenarás conmigo?

-Sí, yo me encargo de la cuenta.

Mirando para el horizonte, me dijo:

-Mira, se está poniendo el sol.

Miramos la puesta de sol y después la llevé al Ciprés en mi viejo Opel Corsa. Cenamos bien, y tomando el café, le dije:

-Fue un placer conocerte en persona. Espero que sigamos en contacto.

Sonriendo, me dijo:

-Mucha prisa tienes. ¿Te riñe tu esposa si llegas tarde a casa?

-No, además, hoy duerme en casa de mi hija. Ya lleva dos días haciéndolo. Se operó de apendicitis mi yerno y mi hija se queda con él en el hospital. Ella le cuida los hijos, o sea, nuestros nietos.

Lo soltó con la naturalidad de quien da las buenas noches.

-¿Quieres pasar la noche conmigo?

Había dicho las palabras mágicas. Mi sueño se iba a hacer realidad, la respuesta era obvia:

-Sí.

Llevé una botella de Rioja y dos vasos para la habitación. Posé los vasos y la botella sobre un mueble, me acerqué a ella y la besé sin lengua. Rodeó mi cuello con sus brazos y me besó con lengua, le correspondí. Mis piernas temblaron, temblaron mis piernas y todo mi cuerpo. Tenía entre mis brazos a la mujer que amaba, a mi muñequita morena. Sintiendo sus tetas apretadas a mi pecho el temblor dio paso al empalme. Paré de besarla, y le dije:

-Te quiero.

-Y yo a ti, bobito.

Me desabrochó los botones de la camisa, y después me la quitó. Le quité el vestido y se quedó con el sujetador rojo y las bragas a juego. Éramos casi de la misma estatura (ella era un poquito más baja). La llevé de la mano a la cama, se echó boca arriba sobre ella. Yo me quité los zapatos, los cacetines y el pantalón. Me eché a su lado y la besé en los ojos, ella volvió a rodear mi cuello con sus brazos y nos besamos con dulzura al principio y con ganas atrasadas después. Le quité el sujetador y vi sus grandes y bellas tetas con hermosas areolas marrones y gordos pezones. Las amasé con dulzura, le besé, lamí y chupe cada milímetro de ellas. Después bajé besando por su vientre y le besé y lamí el ombligo antes de bajar al paraíso soñado. Me metí entre sus piernas y besé su rodilla izquierda, subí besando por el interior de los muslos hasta llegar cerca de su coñito. Volví a hacer lo mismo con la otra pierna, después le eché las manos a las bragas, ella levantó el culo para facilitarme que se las quitara. Estaban un poquitín mojadas. Le pasé la puntita de la lengua por la raja, sin llegar a meterla dentro, y seguí haciendo lo mismo metiendo la punta un poquito más cada vez. Su cóñito acabó abriéndose cómo una flor. Estaba muy mojado. Le lamí los jugos y le di mis primeras lametadas al clítoris. Diana comenzó a gemir. Le cogí las tetas con las dos manos, y muy lentamente lamí desde el periné al clítoris. Así estuve hasta que la pelvis de Diana buscó mi lengua con su clítoris, dejé mi lengua sobre él. Comenzó a moverlo de abajo arriba cada vez más aprisa... Vi cómo arañaba con una mano el colchón de la cama y con la otra la almohada. Mordió la almohada. Sus piernas comenzaron a temblar, y solo pudo decir:

-¡Arrrrrrrrrrrrrg!

El resto fue una serenata de gemidos que dejaron mi polla dura cómo una piedra y mi boca dulce con el néctar que me había dado.

Al acabar de correrse, la besé, y le dije:

-¿Te apetece ahora un vino?

Me devolvió el beso, me miró para el empalme, y me dijo:

-Antes quiero hacer una cosa.

Me cogió la polla y lamió mis pelotas. Luego lamió desde las pelotas al glande, lo chupaba y me la meneaba al mismo tiempo. No hizo mil maravillas por que no duré nada. Me corrí en su boca cómo un bendito y ella se tragó la leche.

Al acabar, me dijo:

-Ahora, sí, ahora quiero ese vino.

Fui a echar dos vinos y agradecí el tiempo que me dio para recuperarme. Tenía una pastilla de viagra dentro de un papel de plata en un bolsillo del pantalón, pero con ella no quería usarla, y pensaba que tampoco la iba a necesitar, ella en sí era un afrodisíaco insuperable.

Al volver a la cama y verla desnuda desde una posición más elevada, me pareció aún más bella, pero no se lo dije. Le daría mil vueltas para llevarme a contraria. Le di su vaso de vino, y me dijo:

-Me gustó mucho lo que me hiciste.

La besé, y le dije:

-¿Cuánto, muñequita?

-Tanto cómo para ser la primera vez que me corro en la boca de un hombre.

Le volví a besar y después puse mi cabeza sobre sus deliciosas tetas, Diana acarició mi cabello.

Al ratito volvimos a entregarnos uno al otro. Le volvería a comer el coño para hartarme de su esencia de mujer, pero tocaba otra cosa aún más deliciosa, entrar dentro de ella. Quise que me follara ella a mí. Yo podría hacer una avería, correrme dentro de ella para poder reclamarla, pero sabía que si eso hacía, el cariño que sentía por mí se convertiría en repulsión. Le pregunté:

-¿Subes?

Bromeó.

-¿No tienes miedo a que te mate a polvos?

-Sería una muerte dulce.

Se rió.

-Sí que lo sería, sí.

Subió encima de mí y se metió la polla en el coñito mojado. Me folló lentamente, moviendo el culo de atrás hacia delante, de adelante hacia atrás y alrededor. Me dio sus peras a chupar y me besó. Me encontraba en la gloria. Jamás había sentido tanta dulzura en una mujer. Ya no era mi sueño erótico, ya no era mi muñequita morena, ya no era mi princesa, era una mujer ardiente que me lo estaba dando todo. Sentía sus jugos mojando mi polla y mi pelvis, bajar y mojar mi ojete. Veía sus pezones erectos, cómo astas de toro, que de vez en cuando empitonaban mis labios y que después los acariciaba mi lengua. Miraba a su cara morena, preciosa, rebosando gozo, miraba sus sensuales labios... Besaba las palmas de sus manos de tacto sedoso, acariciaba sus nalgas...Y me costaba creer que fuera tan afortunado.

A punto de correrse la miré a los ojos, semi cerrados, y le dije:

-Córrete otra vez en mi boca.

-Eres un goloso.

Sacó la polla de su coñito y me lo puso en la boca. Estaba encharcado. Mi lengua nadaba en sus jugos espesos y deliciosos, se la metí dentro de la vagina. Acomodó la pelvis hasta que quedó la mitad dentro y la otra mitad sobre su clítoris erecto y fuera del capuchón, se movió a su aire y se corrió de nuevo en mi boca. Sentí su jugo calentito caer en mi boca, sus gemidos de placer y sus temblores.

Al acabar de correrse, cayendo gotitas de jugo de su coño, le lamí el culo. Lo acomodó y dejó que jugara con él. Lamí y se lo penetré con mi lengua. Diana sabía lo que estaba buscando, y me dijo:

-En verdad que eres, eres...

-¿Cochino?

-Cochino, no, guarro, carajo, pero me gusta que lo seas. Te voy a complacer.

Acercó su gordo culo, si gordo y precioso, lo acercó a mi polla, la cogió e hizo círculos con ella en la entrada del ojete mientras yo jugaba con sus hermosas tetas, después metió el glande, sintió cómo latía, y me dijo:

-¿Te vas a correr?

-Sí.

Fue metiendo la polla y al llegar al fondo le llené el culo de leche. Me besó con dulzura mientras la llenaba. Después, sin dejar de besarme, comenzó a rozar su clítoris contra mi pubis. A mi polla no le dio tiempo a ponerse flácida. El ano la apretó de tal manera que no perdió su erección. Con sus tetas apretadas contra mi pecho, su coñito mojando mi bajo vientre, sus dulces labios en ms labios y su clítoris rozándose contra mi pelvis, se corrió, su culo apretaba y soltaba mi polla. Estaba teniendo su primer orgasmo anal, y por sus sacudidas y el bocado que le metió a la almohada, el placer que estaba sintiendo debía ser sublime.

Al acabar quedó tendida sobre mí, sin fuerzas y respirando con dificultad. Llevó así un par de minutos, luego levantó la cabeza, me besó, y dijo:

-¡Buffffffffffff!

Le pregunté:

-¿Otro vino?

Sonrió, y me preguntó

-¿Otro polvo?

-Si te empeñas...

Sacó la polla del culo, la limpió con la sábana, y la metió en el coño. Entró cómo un tiró, le di la vuelta y la follé, con cariño al principio, con besos dulces, y a lo bestia al final, con besos apasionados, cuando nos íbamos a correr los dos, la follé de nuevo con cariño y con besos dulces. Ahora fue ella la que Me dio la vuelta a mí. Se puso encima, y me dijo:

-Dímelo.

Sabía lo que me estaba pidiendo que le dijera, y se lo dije.

-Te amo.

Movió la pelvis de atrás hacia delante a mil por hora al tiempo que frotaba su clítoris contra mi pubis. La avisé:

-Me voy a correr, Diana.

-Dímelo otra vez.

-Te amo. ¡Me corro, Diana!

Me besó y metiendo mi polla hasta el fondo, se corrió conmigo.

-¡Qué bonito es soñar, coño, que bonito es soñar!

Quique.

 

 

-

Mas de QUIQUE

Adela

Bar de carretera

Un incesto muy peculiar

Orgía en el colegio

Jaqui

Virgos fuera.

Los ocho orgasmos de Ariadna

Aprendiendo a follar al marido de su prima

La joven venezolana

El obispo, el monaguillo y la monja albina

La Zurda, una guarra de cuidado

La cabrera y su hermano

Una historia diferente a todo lo que has leído

La bañera

Cuatro días de agosto

Jaqueline cumple una de sus fantasías

Pervirtiendo a Ángela

Mi obra más larga

La mudita

A ti, mujer.

Amor de padre, amor sin límites

Desvirgando a Sarita en el camposanto

Volver

Una virgen con tremendas ganas de ser desvirgada

Una tía necesitada y un sobrino complaciente

Bañada de semen en el cementerio (bien escrito)

De honrada a putón llegó con un calentón

No era un chalet, era una casa de putas

Era, es... y seguirá siendo preciosa

Laurita, el san bernardo y yo

Katiuska

Dos bombones de honduras

Mariel

La recatada, la chismosa y los pajilleros

Maricarmen

La media santa

Muñequita

Viciosas

Dos extraños

Sor anabel, pilar y el cura

Mi hermano, mi amante

Fin de semana en londres

El crucero

Trío inesperado

La francesa

De corrida en corrida a la hija se le iba la vida

Fina

Llámame j

Monjas calientes 2

Dos curas, un monaguillo y un viejo cura

Monjas calientes

El secuestro de rosa la mimosa

Esther, casada y mal follada

Carolina

El ladrón

Julia

El padre sabía de rectitud, la hija sabía latín

Viendo y hablando se puede acabar follando

Hacer el amor y follar todo es empezar

Sarita

La hija rebelde

Bañada de semen en el cementerio

Dos cuñadas y un destino

Dos vampiras mexicanas

María

Esther y su padre... un incesto inevitable

La trampa

Una noche movidita

Jugando con fuego

Lina maría

Eva - la osa

Un trío de sueño

Pablo y la obsesión por las tetas de su madre

La princesita de los dedos de oro

Una burra y un caballo para tres

Follando a bordo en el yate britania

La encerrona

El relato de los relatos

El fantasma

Riadna

Eusebio, su madre y sus perversiones

Mini orgía en el monte

Una noche inolvidable

Incesto tras incesto

Roxi

La roja, la rojita y la chochona

De orgasmo en orgasmo

La monja

La muerta de la curva

Greta y concha

¡¿no sabes meter con más ímpetu, capullo?!

Historia de un incesto

El encanto de los juegos de rol

Un encuentro en la isla de la toja

La viuda

El primer orgasmo de la tía verónica

Mi cuñada teresa y mi hermana lola

Incestos a pares

Del polvo en el cementerio a los polvos en mi cama

Desvirgando a mi sobrina nina

La morena

Dos historias paralelas

Violeta

Bajo los cerezos

Ocurrió en Venecia

Dulce

Fantasía

Ella y él

Princesa

Chiquita

Diana

La peregrina

Fin de semana en Caracas

Las 24 fantasías eróticas de rosa

Samanta, Hugo y sor piedad

Bella

La tía, el sobrino, la criada y el jardinero

De incesto en incesto

La cabaña

Angelita

Gordi 2

Gordi

Tigresa blanca

De chapero de aldea a gigoló de capital

La noche de las confesiones incestuosas

Yenny , la historia de un incesto

Atilana

El sueño

La cama de helechos y hojas de roble

Chus y cholo

Gigoló y pintor

Roxana

Lorena y gerardo, más que hermana y hermano

Estrella

Úrsula

Desvirgando a la hermana del cura

Chiquita

Marisa

Eva maría y enrique

Leonor

Mamba negra

La orgía

El cura vicioso

Adelita

Mimitos

Claudia. andrea. vicenta y mónica g t.

Tita

Virgen y cuarentona

Bibi

Las testigos de jehová

María

Incestos en la noche

Polvazos incestuosos

Don rubén ríos

Alma - belén el bomboncito y la yogurina

Lobas (el ermitaño 2)

El ermitaño

Juliana

Hace más de cuarenta años... 2

Hace más de cuarenta años...

Casilda

Muñequita 3

Muñequita 2

Muñequita

Aura

Mónica galán

Pajas con una lectora

El sonambulo

Trío interracial

Virginia

Emails reales (con la autorización de rita)

Gigoló por un día

Las 10 primeras veces de sara

Abigaíl

Ana

Bea, nina y su tío

Fresita, la lagarta, la bicha, y yo

Cosas de casa

Luisiña

Lidia, rebeca y una sorpresa

Rebeca y lidia - la gorda y la flaca

Venancia

Estefanía pervierte a su tía

Estefanía

La confesión

Leila

De virgen a putón verbenero

Loba ardiente ii

Loba ardiente

Celia

Eran las nueve de la noche

Tasy y zorra plateada ( anastasya y odette)

Berta, cenicienta de aldea

De sueños y brujas

Esperanza y caridad

Albina

Abi

Juana, la princesita de papá

De las pajas de gloria y otros vicios

Sor... presa

Conchita

El primer orgasmo de rocío

Andrés, roncaba

Aida

Agripina

Gloria

¿quién?

Camila -2-

Camila

El sueño de una tarde de verano -9- teatro -telón

El sueño de una tarde de verano - 8 - teatro

Elizabeth

Isidoro, marta, carol y aurora

El sueño de una tarde de verano - 7 - teatro

Jacinta, la mujer del capador

Las hermanastras - 3 -

El sueño de una tarde de verano - 6 - teatro

Las hermanastras - 2 -

Las hermanastras

Sebas y soraya

Don josé y las sumisas

El sueño de una tarde de verano - 5 - teatro

Jennifer

Casilda

El sueño de una tarde de verano - 4 - teatro

Mejillones para seis

Polvo para estrenar el año

Mejillones par seis

El folla abuelas

¿alguna vez has follado así ?

Marta y rosalía

Una novia para tres hermanos... y una hermana

Las trillizas se desmadran

Las trillizas

Alguien voló sobre el nido de arsenio

Andrés las náyades y la arpía

Chelsea

Asunción

Tres días de diciembre

El primer orgasmo lésbico de julieta

La virginidad de la sobrina de mi mujer

Mi tía virginia -6-

Abril -3-

Mi tía virginia -5-

Mi tía virginia -4-

Abril -2.

Mi tía virginia -3-

Mi tía virginia -2-

Mi tía virginia

Salomé

Salomé -2-

Abril

Josefa

El duque, la duquesa, el mayordomo y eva

Mejillones para cuatro -3-

Mejillones para cuatro -2-

Mejillones para cuatro

Carta de toñito a su padre

Susanita

Inés - 2 -

Inés

Las cuñadas

El vampiro vikingo - 3 -

La beata

Las hermanas

Obra de teatro - el sueño de una tarde de verano

El sueño de una tarde de verano - 3 - teatro

La pimera vez de rosaura

El sueño de una tarde de verano - 2- teatro

La noche de halloween

Kristel

La jaca

Tasy

De orgasmo en orgasmo

Muñeca

La puta de lujo

La rusita

Un viaje alucinante -2-

Un viaje alucinante

La vecina - 3 .

Olaf

Tres noches con luz

Rebeca

Cuatro días de primavera

El vampiro vikingo

Las primas - 2 -

Las primas

La juez del placer (n.o)

La revancha de estrella (nalgadas orgásmicas 2

El tenorio don quijote de la mancha 1

Historia de una muerte anunciada

4 días de invierno

Disfrutando del regalo

Ayla

Carmuchiña

Nalgadas orgásmicas

4 noches de veranio

Perdición

Nora

Obsesión

Spanish slipper - capítulo final

Spanish slipper - 4 -

Spanish slipper -3-

Spanish slipper -2- (zapatilla española -2-)

Spanish slipper

Las hijas de papá -2-

Confesiones entre una hermana y un hermano

Las hijas de papá

La noche de san juan

El hijo y la hija del conde

El maclaren

Lili -2-

La pulga

Lolita -2-

Julián. marta y sus hijos -2-

La putona de mi tia y la calentorra de mi prima

Julián. marta y sus hijos

El enano

Amalia

El eyaculador precoz

Sonia la sumisa -2-

LUISITA (Micro relato)

Sonia la sumisa

Sexo en acapulco

ZORRA PLATEADAo

El ladrón

Odette

Elvirita

Elvirita

Carolina -2.

Sonia -2-

Sonia

Carmiña

Lucrecia

La adivina -3-

Lolita

La vecina (2)

Lili

La vecina

La adivina -2-

Cristina -4- la verdad sobre cristina

Carolina

La adivina

Cristina -2-

Cristina -3-

Cristina -1-

Sandra

La sobrina de mi mujer

A mi amigo lo sedujo su hija