miprimita.com

Sor anabel, pilar y el cura

en Amor filial

Sor Anabel, una monja jovencita, natural de Cuba, se había torcido un tobillo bajando una de las escaleras que daban al altar de una iglesia parroquial gallega. Esperando para oír misa estaba Pilar, la hermana del cura del pueblo, una rubia, de estatura mediana (cómo Anabel) y con un cuerpo de escándalo. Llevaron a la monja a la sacristía entre Pilar y el cura. La sentaron en una silla, y le dijo el cura a su hermana, que era enfermera y curandera:

-¿Podrás curarla tú, Pilar?

-Sí, Matías, sí. Vete a decir misa.

El cura se fue. Pilar cogió un frasco con aceite consagrado, lo abrió, se untó las manos con él, le quitó la sandalia a la monja y comenzó a frotar el tobillo. Sor Anabel, le dijo:

-Me estoy mareado.

-Es normal que se maree, hermana.

La monja, con la frente sudorosa, se desmayó. Pilar, que le gustaban las mujeres más que a los niños los caramelos, después de poner el tendón en su sitio, le levantó un poquito el hábito y fue masajeando su pierna. La piel negra de la monja brillaba al ser oleada. Pilar le levantó el hábito hasta que las blancas bragas quedaron al descubierto. Le separó las dos piernas y se las masajeó. La monja seguía desmayada. Tiempo después le apartó las bragas hacia un lado y le abrió el coño peludo. Estaba llena de babas. Las lamió, miró y vio que sor Anabel era virgen. Quería que se corriera estando inconsciente... Lamió de abajo a arriba el clítoris de la monja, que comenzó a gemir en bajito. Pilar ya tenía las bragas encharcadas. Lamía mientras oía cómo su hermano, el cura decía:

-Pedid, y se os dará, buscad, y hallaréis, llamad, y se os abrirá...

Pilar le dijo a la monja:

-¿Me la das, Anabel?

Anabel, inconsciente, le respondió:

-¿Quien eres?

-Tu angelito de la guarda, dámela.

Anabel, abrió las piernas de par en par, Pilar lamió con celeridad, y la monja, tocándose las tetas por encima de hábito, echó la cabeza hacia atrás, y al más puro estilo Beata Ludovica Albertoni, jadeando cómo una perra le dio, le dio una corrida celestial, una corrida inmensa.

Al acabar de correrse la monja, Pilar, le bajó el hábito, Sor Anabel abrió los ojos, y le dijo a Pilar:

-Creo que acabo de pecar con una diablesa.

Pilar, le mintió.

-Debió ser el dolor al poner el tendón en su sitio el que la hizo delirar.

-¿Usted cree?

Pilar, siguió a lo suyo,

-Sí. ¿Se lo pasó bien con esa diablesa, hermana?

-Mucho. Necesito confesarme.

-¿Que quiere confesar?

-Lo que sentí. Lo que sentí tiene que ser pecado.

Pilar siguió enredando con ella.

-¿Y que sintió, hermana?

La monja se tapó la cara con las manos.

-Sentí. ¡Ay, no lo puedo decir! Me da vergüenza.

-Soy mujer, seguro que... A ver. ¿Sintió que se le mojaba el sexo?

Sor Anabel, se abrió.

-Sí, sentí cómo me mojaba, cómo mi sexo se abría y cerraba, era cómo si quisiera ser boca para comer algo. Me empezó a latir y a picar, mucho, mucho, mucho, y de repente algo explotó dentro de mi y sentí un placer tan grande que es algo indescriptible.

-Le he oído decir a mi hermano que usted en Cuba nunca saliera del convento. ¿Es cierto eso o salió alguna vez?

-Es cierto, nunca salí del convento. Cuando era un bebé me abandonaron en sus puertas.

-¿Y cómo fue que acabó en España en otro convento?

-El convento en que estaba cerró por falta de recursos y me enviaron a España.

-¿Quiere saber cómo se llama lo que sintió antes?

-Pecado, se llama pecado

-No, lo que antes sintió fue un orgasmo.

-¿Y no es pecado tenerlo?.

-No, un pecado es no tenerlo. ¿Cómo está ese tobillo?

-Ya no me duele.

-Póngase en pie y apóyelo.

Al apoyar el pie se quedaron cara a cara, Pilar le plantó un beso en la boca. La monja, temblando, le dijo:

-¡Eso es pecado!

Pilar le acarició la cabeza.

-¿Por eso tiembla, por que le gustó el pecado?

-¡Es usted mala, muy mala! He hecho voto de castidad.

Pilar, se quitó la careta.

-Pues te acabas de correr en mi boca.

La monja se llevó una gran sorpresa.

-¡¿Qué?! ¿Me provocó usted el orgasmo?

-Sí, soy una diablesa usando la lengua.

La monja se persignó. Pilar le metió otro morreo, esta vez con lengua.

Sor Anabel se limpió la boca con el dorso de la mano, y muy seria, le dijo:

-Es usted una asquerosa.

Pilar no quiso perder el tiempo.

-¿Follamos o no follamos? Tenemos unos veinte minutos antes de que vuelva mi hermano.

La monja puso las manos en posición de orar, se arrodilló, y mirando al techo dijo:

-Dios mío, ¿por qué me tientas de esta manera?

Pilar le quitó la cofia. La monja tenía un corte de pelo al dos.

-A ver, cabrona. ¿Quieres o no quieres?

Ya la tuteó.

-Eres el demonio en forma de mujer.

-Un demonio que te quiere comer la boca, las tetas, el coño, el culo, que te lo quiere comer todo.

Sor Anabel estaba otra vez cachonda. Se levantó. Pilar le quiso meter otro morreo, Pero fue la monja la que se lo metió a ella. Al acabar de comerle la boca, le dijo:

-¡Has despertado el monstruo que llevaba dentro!

Pilar ya la tenía donde quería.

-Cómeme, monstruo mío!

¡Joder! Se pusieron tan calientes que sus vestimentas desaparecieron de sus cuerpos en segundos. Normal era sacar en segundos un hábito, un sostén, unas bragas y una sandalia, lo que no fue normal fue la rapidez con que le quitó la blusa, la falda, el sujetador, las bragas y los zapatos la monja a Pilar. Creo que se moría por sentir el calor del cuerpo de la muchacha junto al suyo.

Si Pilar tenía un cuerpo de escándalo, la monja era una diosa de ébano.... Tetazas, culazo respingón... Labios gruesos... Estaba para follarla, repetir, repetir y repetir.

En la sacristía había una alfombra azul. Sor Anabel se sentó sobre ella. Pilar se sentó a su lado y le quiso comer aquellas tetas con grandes areolas negras y gordos pezones. La monja la empujó, se echó sobre ella, le sujetó las muñecas con las manos, y poniéndole una teta en la boca, le dijo:

-¡Mama, cariño!

Pilar no estaba para palabras dulces.

-Puta, llámame puta.

A Sor Anabel se llenó la boca cuando dijo:

-¡Mama, puuuuuta!

Pilar abrió la boca, la monja, le apretó la teta contra ella, se la mamó, después le dio la otra y acto seguido el coño. Pilar era caliente, pero la monja aún le ganaba. Le quitó el coño de la boca y le mamó las tetas, lamió sus areolas... Luego le soltó las manos, se metió entre sus piernas y le comió en coño. No sabía donde lamer y chupar, pero Pilar, la iba a escolar.

-El clítoris, guarrilla, lame y chupa el clítoris.

La monja, lamió y chupó... En unos minutos se corrió cómo una cerda. Pilar, al acabar de correrse, le dijo:

-¿Te gustó beber de una mujer?

-Mucho, pero me siento sucia.

-¿Nunca bebiste la leche de un hombre?

-¡Noooooo!

-¿Se la quieres mamar a mi hermano? Yo se la mamo.

-¡¿Tienes relaciones carnales con tu hermano?!

-Si, follamos cuando tenemos ganas.

-¡Ese es un pecado capital!

Pilar le quitó hierro al asunto.

-En todo caso sería un pecado de pueblo.

-¡Con esas cosas no se juega!

-¿Te apetece un trago, guarrilla?

Sor Anabel ya estaba liada.

-¡¿De leche?!

Pilar, rompió a reír.

-No, mal pensada, ese trago si te apetece lo tomas más tarde.

Se levantó. De una alacena quitó una botella de vino quinado, y medió dos cálices de plata con él. Se volvió a sentar sobre la alfombra y le dio uno:

-Toma.

-Gracias.

Ya estaban contentas cuando llegó el cura y las encontró en pelota picada.

-¡Vaya, vaya, vaya! Ganaste, Pilar. ¿Cómo la sedujiste?

Pilar miró para su hermano, un treintañero, más largo que un día de mayo y feo cómo una polla arrugada, y le dijo:

-Me debes el vestido, los zapatos y el bolso que yo elija.

La monja, molesta, dijo:

-Solo era una apuesta entre dos pecadores. ¡Qué bajo he caído!

El cura, se acercó a ellas y le dijo a la monja:

-Perdone, sor Anabel, pero la deseaba tanto que tuve que emplear a mi hermana.

-¿Le gusto, padre Matías?

-Más que al obispo los culos.

A la monja la sorprendió la comparación.

-¡¿El obispo...?!

-Sí, hermana, sí. En la Iglesia el que no se corre vuela.

-No lo entiendo.

-Que el que no folla se droga, o hace ambas cosas. Son muy pocos los puros y somos muchos los putos y las putas.

-¿Hay mucha monja pecadora?

El cura ya se pusiera cachondo. ¡Cualquiera no se ponía cachondo teniendo aquelllos dos monumentos delante! Le respondió:

Mucha, hermana, mucha

El cura se quitó la sotana. Su piel era blanca cómo la leche, y para que engañarnos, cuerpo de gimnasio no tenía, y su polla, su polla era una birria. La tenía salchichona, sí, salchichona, pues era cómo una de esas salchichas que vienen en paquetes de seis y son delgadas cómo dedos. A la monja le pareció un pollón.

-¡Jesús, qué grande!

El cura se dio cuenta de que era la primera que veía.

Pilar, se calló la boca, es más, cogió la polla y se la mamó a su hermano metiéndo todo dentro de su boca, polla y pelotas.

Al cura le encantaba. Al rato la sacó de la boca de su hermana y se la dio a mamar a la monja, que hizo lo mismo que le viera hacer a Pilar. El cura, le dijo:

-¡Ordeñe, hermana, ordeñe que este toro da muy buena leche!

¿Toro? No llegaba a becerro... Lo que sí era es un cabronazo vicioso y un cerdo de mucho cuidado.

-Levantaros, hijas mías.

Pilar, sabía lo que venia. Le dijo a la monja:

-Prepárate que te va a comer el culo para que yo te lo folle.

La monja la miró extrañada, y le dijo:

-¿Con qué? Tú no tienes pene.

Ya lo descubrirás a su debido tiempo.

-¿Me va a doler?

-No más de lo que te va a doler cuando te rompa el coño.

-¿Tú?

-El pichín, pero a ti te va a sobrar.

Ya de pie se metieron un morreo. Morreándose estaban cuando la monja sintió la lengua del cura lamer su ojete. A sor Anabel le hacía falta muy poco para ponerse a mil.

-¡Que sensación más agradable!

Pilar, le comió las tetas y después bajó lamiendo hasta llegar al coño mojado. Le hicieron un trabajo de lame y lame cojonudo. La monja, acabó diciendo:

-¡Esto si que es estar en el cielo!

No, aún no estaba, pero comenzó a volar hacia el cielo en el momento que el cura le metió un dedo en el culo y Pilar le chupó el clítoris.

-¡¡¡Vueeeeeeelo!!!

Echó una corrida inmensa... Pilar dejo que bajase por el interior de los muslos y llegase a los tobillos, después la lamió de abajo a arriba por las dos piernas y acabó lamiendo de nuevo su coño.

El cura, al acabar de correrse la monja y después de olear su polla, la cogió en alto en peso... En vez de metérsela despacito, se la metió de un golpe de riñón. Ni aceite ni hostias benditas. La rompió, literal, el coño de la monja sangraba y ella le mordió en el cuello con el dolor que sintió. Tanto el cura cómo la hermana eran unos cabronazos, ya que Pilar cogió en un cajón una vela, de esas que parecen que tienen rosca, la oleó y se la fue metiendo en el culo. La monja las estaba pasando putas... Pero tiempo después le empezó a gustar, los gemidos de dolor se volvieron de placer... Ya iba el cura cansado de tenerla en brazos y de follarla, cuando lo besó, y le dijo:

-¡Me voy, me voy, me voy! ¡¡Me voooooy!!

Y se fue la monja y se fue el cura dentro de su coño. Hasta ahí llegaba su maldad. Al sacar la polla del coño de la monja, que ahora tenía las piernas muy abierta, cayó una gran plasta mucosa, lechosa y sanguinolenta que le jodió la alfombra al cura.

Sor Anabel, después de correrse, y ya en el piso de la sacristía, le preguntó a Pilar:

-¿Y tú no lo quieres pasar bien?

-Claro que sí. A mí me encanta la doble penetración, con una polla y una vela.

La monja ya estaba desatada.

-¡Con dos velas te follaba yo a ti, puta!

Pilar, la retó.

-¡A qué no tienes coño para hacerlo!

-Claro que lo tengo, roto, pero lo tengo.

-Antes vamos a hacer una cosa. ¿Prefieres mamársela a mi hermano o meterle la vela en el culo?

La monja, sonrió con maldad, y le respondió:

-La vela, la vela, prefiero meterle la vela en el culo.

¿Le rompería el culo al cura o le metería la vela con suavidad?

Quique.

Mas de QUIQUE

Adela

Bar de carretera

Un incesto muy peculiar

Orgía en el colegio

Jaqui

Virgos fuera.

Los ocho orgasmos de Ariadna

Aprendiendo a follar al marido de su prima

La joven venezolana

El obispo, el monaguillo y la monja albina

La Zurda, una guarra de cuidado

La cabrera y su hermano

Una historia diferente a todo lo que has leído

La bañera

Cuatro días de agosto

Jaqueline cumple una de sus fantasías

Pervirtiendo a Ángela

Mi obra más larga

La mudita

Amor de padre, amor sin límites

A ti, mujer.

Desvirgando a Sarita en el camposanto

Volver

Una virgen con tremendas ganas de ser desvirgada

Una tía necesitada y un sobrino complaciente

Bañada de semen en el cementerio (bien escrito)

De honrada a putón llegó con un calentón

No era un chalet, era una casa de putas

Era, es... y seguirá siendo preciosa

Laurita, el san bernardo y yo

Katiuska

Dos bombones de honduras

Mariel

La recatada, la chismosa y los pajilleros

Maricarmen

La media santa

Muñequita

Viciosas

Dos extraños

Mi hermano, mi amante

Fin de semana en londres

Trío inesperado

El crucero

La francesa

De corrida en corrida a la hija se le iba la vida

¡que bonito es soñar, coño, qué bonito es soñar!

Fina

Llámame j

Monjas calientes 2

Dos curas, un monaguillo y un viejo cura

Monjas calientes

El secuestro de rosa la mimosa

Esther, casada y mal follada

Carolina

El ladrón

Julia

El padre sabía de rectitud, la hija sabía latín

Viendo y hablando se puede acabar follando

Hacer el amor y follar todo es empezar

Sarita

La hija rebelde

Bañada de semen en el cementerio

Dos cuñadas y un destino

Dos vampiras mexicanas

María

Esther y su padre... un incesto inevitable

La trampa

Una noche movidita

Jugando con fuego

Lina maría

Eva - la osa

Un trío de sueño

Pablo y la obsesión por las tetas de su madre

La princesita de los dedos de oro

Una burra y un caballo para tres

Follando a bordo en el yate britania

La encerrona

El relato de los relatos

El fantasma

Riadna

Eusebio, su madre y sus perversiones

Mini orgía en el monte

Una noche inolvidable

Incesto tras incesto

Roxi

La roja, la rojita y la chochona

De orgasmo en orgasmo

La monja

La muerta de la curva

Greta y concha

¡¿no sabes meter con más ímpetu, capullo?!

Historia de un incesto

El encanto de los juegos de rol

Un encuentro en la isla de la toja

La viuda

El primer orgasmo de la tía verónica

Mi cuñada teresa y mi hermana lola

Incestos a pares

Del polvo en el cementerio a los polvos en mi cama

Desvirgando a mi sobrina nina

La morena

Dos historias paralelas

Violeta

Bajo los cerezos

Ocurrió en Venecia

Dulce

Fantasía

Ella y él

Princesa

Chiquita

Diana

La peregrina

Fin de semana en Caracas

Las 24 fantasías eróticas de rosa

Samanta, Hugo y sor piedad

Bella

La tía, el sobrino, la criada y el jardinero

De incesto en incesto

La cabaña

Angelita

Gordi 2

Gordi

Tigresa blanca

De chapero de aldea a gigoló de capital

La noche de las confesiones incestuosas

Yenny , la historia de un incesto

Atilana

El sueño

La cama de helechos y hojas de roble

Chus y cholo

Gigoló y pintor

Roxana

Lorena y gerardo, más que hermana y hermano

Estrella

Úrsula

Desvirgando a la hermana del cura

Chiquita

Marisa

Eva maría y enrique

Leonor

Mamba negra

La orgía

El cura vicioso

Adelita

Mimitos

Claudia. andrea. vicenta y mónica g t.

Tita

Virgen y cuarentona

Bibi

Las testigos de jehová

María

Incestos en la noche

Polvazos incestuosos

Don rubén ríos

Alma - belén el bomboncito y la yogurina

Lobas (el ermitaño 2)

El ermitaño

Juliana

Hace más de cuarenta años... 2

Hace más de cuarenta años...

Casilda

Muñequita 3

Muñequita 2

Muñequita

Aura

Mónica galán

Pajas con una lectora

El sonambulo

Trío interracial

Virginia

Emails reales (con la autorización de rita)

Gigoló por un día

Las 10 primeras veces de sara

Abigaíl

Ana

Bea, nina y su tío

Fresita, la lagarta, la bicha, y yo

Cosas de casa

Luisiña

Lidia, rebeca y una sorpresa

Rebeca y lidia - la gorda y la flaca

Venancia

Estefanía pervierte a su tía

Estefanía

La confesión

Leila

De virgen a putón verbenero

Loba ardiente ii

Loba ardiente

Celia

Eran las nueve de la noche

Tasy y zorra plateada ( anastasya y odette)

Berta, cenicienta de aldea

De sueños y brujas

Esperanza y caridad

Albina

Abi

Juana, la princesita de papá

De las pajas de gloria y otros vicios

Sor... presa

Conchita

El primer orgasmo de rocío

Andrés, roncaba

Aida

Agripina

Gloria

¿quién?

Camila -2-

Camila

El sueño de una tarde de verano -9- teatro -telón

El sueño de una tarde de verano - 8 - teatro

Elizabeth

Isidoro, marta, carol y aurora

El sueño de una tarde de verano - 7 - teatro

Jacinta, la mujer del capador

Las hermanastras - 3 -

El sueño de una tarde de verano - 6 - teatro

Las hermanastras - 2 -

Las hermanastras

Sebas y soraya

Don josé y las sumisas

El sueño de una tarde de verano - 5 - teatro

Jennifer

Casilda

El sueño de una tarde de verano - 4 - teatro

Mejillones para seis

Polvo para estrenar el año

Mejillones par seis

El folla abuelas

¿alguna vez has follado así ?

Marta y rosalía

Una novia para tres hermanos... y una hermana

Las trillizas se desmadran

Las trillizas

Alguien voló sobre el nido de arsenio

Andrés las náyades y la arpía

Chelsea

Asunción

Tres días de diciembre

El primer orgasmo lésbico de julieta

La virginidad de la sobrina de mi mujer

Mi tía virginia -6-

Abril -3-

Mi tía virginia -5-

Mi tía virginia -4-

Abril -2.

Mi tía virginia -3-

Mi tía virginia -2-

Mi tía virginia

Salomé

Salomé -2-

Abril

Josefa

El duque, la duquesa, el mayordomo y eva

Mejillones para cuatro -3-

Mejillones para cuatro -2-

Mejillones para cuatro

Carta de toñito a su padre

Susanita

Inés - 2 -

Inés

Las cuñadas

El vampiro vikingo - 3 -

La beata

Las hermanas

Obra de teatro - el sueño de una tarde de verano

El sueño de una tarde de verano - 3 - teatro

La pimera vez de rosaura

El sueño de una tarde de verano - 2- teatro

La noche de halloween

Kristel

La jaca

Tasy

De orgasmo en orgasmo

Muñeca

La puta de lujo

La rusita

Un viaje alucinante -2-

Un viaje alucinante

La vecina - 3 .

Olaf

Tres noches con luz

Rebeca

Cuatro días de primavera

El vampiro vikingo

Las primas - 2 -

Las primas

La juez del placer (n.o)

La revancha de estrella (nalgadas orgásmicas 2

El tenorio don quijote de la mancha 1

Historia de una muerte anunciada

4 días de invierno

Disfrutando del regalo

Ayla

Carmuchiña

Nalgadas orgásmicas

4 noches de veranio

Perdición

Nora

Obsesión

Spanish slipper - capítulo final

Spanish slipper - 4 -

Spanish slipper -3-

Spanish slipper -2- (zapatilla española -2-)

Spanish slipper

Las hijas de papá -2-

Confesiones entre una hermana y un hermano

Las hijas de papá

La noche de san juan

El hijo y la hija del conde

El maclaren

Lili -2-

La pulga

Lolita -2-

Julián. marta y sus hijos -2-

La putona de mi tia y la calentorra de mi prima

Julián. marta y sus hijos

El enano

Amalia

El eyaculador precoz

Sonia la sumisa -2-

LUISITA (Micro relato)

Sonia la sumisa

Sexo en acapulco

ZORRA PLATEADAo

El ladrón

Odette

Elvirita

Elvirita

Carolina -2.

Sonia -2-

Sonia

Carmiña

Lucrecia

La adivina -3-

Lolita

La vecina (2)

Lili

La vecina

La adivina -2-

Cristina -4- la verdad sobre cristina

Carolina

La adivina

Cristina -2-

Cristina -3-

Cristina -1-

Sandra

La sobrina de mi mujer

A mi amigo lo sedujo su hija