miprimita.com

Aida

en Amor filial

Aida, una mujer de 34 años, alta, morena, delgada, con un tipazo, salió de su chalé en la sierra madrileña vestida con un traje gris, una blusa blanca, escotada, que dejaba ver el comienzo de unas grandes tetas, y unos zapatos de tacón de aguja del color del traje. Subió en su BMW azul y se dirigió al centro de la capital. El monumental atasco que se encontró no la molestó. Estaba perdida entre sus pensamientos. Se le hacía muy difícil de creer que su cuñada Soraya, viuda de su hermano Jorge, fuera la amante de su marido. Cierto que su cuñada tenía 24 años y fuera dama de honor de miss España, y que su hermano llevaba cuatro años muerto, pero ni la creía tan zorra a ella ni tan cabrón a su marido. A la cabeza le vino la despedida de soltera de la que iba a ser su cuñada. Ni caso le había hecho al boy. Estaba más interesad en ella, de hecho, en el lavabo la había besado, y después le había dicho que antes de casarse le gustaría tener una experiencia lésbica. Por supueto que le había dicho que no. Una sonrisa se dibujó en sus labios recordando la paja que se hiciera en la bañera al llegar a casa pensando en la que iba a ser su cuñada. Con lo de la paja se había olvidado momentaneamente de lo de su marido y su cuñada.

Después de haber aparcado el coche se fue al piso que estaba en la dirección que la había dado una amiga. Tuvo suerte, salía una mujer y pudo entrar sin tener que llamar al telefonillo. Llegó a la puerta del piso y tocó el timbre. Al ratito le abrió una rubia de más de un metro ochenta de estatura, de ojos verdes, tapada con una sábana. Era Soraya.

-Pasa, Aida. Sabía que acabarías por venir.

Aida entró en el piso. Desde luego su marido no escatimara en gastos. Le había puesto un piso de lujo.

Al llegar a la sala de estar, de dijo Soraya a Aida:

-Si estás aquí es porque te contó tu marido lo nuestro. ¿Qué te parece?

-¡¿Y aún lo preguntas?!

-¿No estás de acuerdo?

-¡¿Pero tú estás loca?! ¡Cómo voy a estar de acuerdo con que te acuestes con mi marido!

-Te informaron mal. Ya no me acuesto con él. Me acosté un mes hasta quedar embarazada! Como tú no puedes tener hijos, os lo voy dar yo.

Aída sumó dos y dos y le salió un vientre de alquiler.

-¿Y de cuánto tiempo estás?

-De dos meses. Me late que tu marido no te dijo nada. ¿Me equivoco?

-No te equivocas, no. Pensé que eras su amante.

Soraya se quitó la sábana de encima. Fue junto a Aida, le cogió una mano, se lo llevó a vientre, y le dijo:

-¿No quieres tocar a tu hijo?

Aida vio el cuerpo de Soraya, con sus tetas medianas, redonditas, con sus pequeñas areolas rosadas y sus pequeños pezones y su sexo depilado, y se dijo a si misma que si fuera hombre también la escogería..., que hostias. ¡La follaría hasta dejarle los ojos en blanco!

Aida tocó el vientre de Soraya.

-Aún no se nota nada.

Soraya le llevó la mano al coño. Lo tenía empapado. Aida miró para la sábana, volvió a sumar dos y dos y le salió que se estuviera masturbando.

-¿Interrumpí algo cuando llamé al timbre?

-Nada que no se pueda continuar.

-¡Yo me voy que te veo venir!

Aida se levantó y Soraya le plantó un beso en los labios. Cuando las lenguas se encontraron, Aida, sintió como se le mojaban las bragas.

-¿Lo hacemos?

-No soy lesbiana.

-Ni yo.

La volvió a besar.

-Ni bisexual.

-Para todo hay una primera vez.

-No sé. Es...

Le cerró la boca con otro beso.

-Te lo pasarás de película. Con sorpresa y todo.

-¿Qué sorpresa será esa?

La volvió a besar. Mejor dicho, se besaron.

-Ven conmigo y descúbrela.

Soraya cogió de la mano a Aida y la llevó a su habitación. Al entrar por la puerta. ¡Sorpresa! Encima de la cama estaban dos hombres en pelotas, uno africano, de unos 30 años, musculado, con una tremenda verga, y el otro francés, rubio, de unos 25 años y delgado, que también tenía una polla importante, pero que al lado de la otra se hacía pequeña. Al verlos, exclamó Aida:

-¡Te estabas tirando a esos dos!

-¿Quieres probar una doble penetración?

-¡No! Ni hacerlo contigo estando esos dos mirando. Me voy.

-¡Cogedla, chicos!

El africano y el francés saltaron de la cama y agarraron Aida por las muñecas. Soraya le dijo:

-Te voy a desnudar y te voy a follar.

-Vale, vale, pero ellos que no me toquen.

-Soltadla, chicos. Tu quédate, Pier.

La soltaron. El africano volvió a la cama.

Soraya besó a Aida. Le quitó la chaqueta. Se la dio a Pier, que la puso en una silla. La blusa y el sujetador, Pier, a lo suyo... Le chupó y magreó aquellas grandes tetas con areolas oscuras y pezones pequeños. Por último le quitó los zapatos, el pantalón y las bragas. Aida no era de las que se depilaban los pelos del coño. Soraya en cuclillas, le lamió el coño peludo.

-Me gusta el sabor de to coño, Aida.

-Me alegro.

Aida sintió la lengua de Pier en su culo. No dijo nada. Poco después, Soraya, cogió a Aida de la mano... Hizo que se echara boca arriba en la cama, metió la cabeza entre sus piernas y comenzó a comerle el coño. Aida tenía a un lado al africano y al otro al francés. Los dos estaban empalmados. Le acercaron las pollas a la boca. Aida apartó la cabeza poniendo cara de asco... Unos minutos más tarde, cuando estaba a punto de correrse en la boca de Soraya, cogió las dos pollas, una en cada mano, y masturbó y chupó la polla de Pier y la del africano, que apenas le cabía en la boca. Soraya, dejó de comerle el coño, y le preguntó:

-¿Te apetece ahora una doble penetración?

-Quiero correrme en tu boca. Quiero correrme follándome al moreno, y después, sí, después quiero correrme con una doble penetración.

-¿Cuánto tiempo llevas sin follar, Aida?

-Un mes.

-Pues parece que llevas años.

Aida, con una mano, llevó la cabeza de Soraya a su coño.

-Calla y come.

Soraya le siguió comiendo el coño, pero ahora muy lentamente. La lengua de Soraya tardaba más de cinco segundos en entrar y salir del coño de Aida, en recorrer los labios... Los movientos de la lengua por todo el coño eran como los movimientos de un caracol. Aida disfrutó de aquella dulce agonia, hasta que llegó el momento en que sintió el hormigueo en los pies, un hormigueo que le subió por las piernas. Luego sintió una explosión de placer, que la hizo sacudirse. Soraya la había llevado al orgasmo de una manera diferente. La corrida fue larga y abundante, una corrida que Soraya fue lamiendo y tragando con la misma lentitud que le había comido el coño.

Al acabar de correrse Aida, Soraya, se echó a su lado, y le dijo:

-Era una fantasía que pensé que nunca se haría realidad.

-¡¿Es el primer choho que comes?!

-Sí. Vi muchos videos de comidas de coño. Tiré muchas pajas, pero nunca antes había estado con una mujer.

-¿No te da reparo decir esas cosas delante de extraños?

-El moreno entiende muy poco español, y Pier ya sabe de que pie cojeo.

-¿Quieres que te lo coma yo? Tiene su morbo, y con mirones, más.

-Me encantaría. Empapada como estoy no te costará hacer que me corra.

Aida besó a Soraya... Le comió las tetas. Se puso a cuatro patas y empezó a comer su primer coño, un coño empapado. Lo lamió con la misma lentitud con que Soraya le acabara comiendo el coño a ella. Al rato, eclamaba Soraya:

-¡Dios, qué placer! Dame esa polla, Pier.

Pier le dio la polla a mamar.

Aida estaba que echaba por fuera.

-Yo necesito algo dentro, Soraya.

El africano, entendería poco el español, pero se colocó detrás de Aida y le puso la polla descapullada en la entrada del coño. Empujó un poquito y no entraba. Aida, poco a poco, fue empujando con su culo hasta que entró aquel cabezón. Al tenerla dentro, exclamó:

-¡¡¡Aaaaaaaah!!!

Soraya, le dijo a Aida:

-Al tener la cabeza dentro ya es todo disfrutar.

El africano se quedó quieto. Aida, ya aceleraba lamiendo el coño de Soraya, y cuanto más la metía y la sacaba, más le gustaba.

Al rato... Soraya dejó de mamar la polla de Pier, y le dijo a Aida:

-Si sigues me corro.

Aida, siguió y Soraya se corrió chillando como una loca.

Al acabar de beber la deliciosa corrida de Soraya. Aida quitó la tremenda tranca de su coño, y le dijo al africano:

-Ponte boca arriba, moreno.

El africano, o entendía bien el español, o leía la mente. Se echó boca arriba para que Aida lo cabalgase. Otra vez entró con trabajo la verga en el coño, pero una vez dentro, Aida, follando al africano, se deshacía en gemidos. Pier, sin decirle nadie nada, se colocó detrás de Aida y le lamió y le folló el culo con la lengua. Luego le puso la polla en la entrada del ojete, y Aida la fue metiendo a su aire. Folló a los dos. Al africano con el coño y al francés con el culo. Follándolos estaba cuando sintió que le ardía el coño. Era la leche del africano que se estaba corriendo dentro de ella. Pier también le estaba llenando el culo de leche. Sintiendo los latidos de las dos pollas dentro de su coño y de su culo, le subió una corriente por la espalda... El placer subió, subió y subió de intensitad, hasta que no lo pudo soportar y perdió el conocimiento.

Despertó media hora después. El africano y el francés ya se habían ido. Soraya, que estaba a su lado, vestida, le preguntó:

-¿Merendamos, Aida?

-¿Y tus amigos?

-Se fueron.

Le volvió a preguntar:

-¿Merendamos?

-Sí. ¿Te dije que Juan va en Paris en viaje de negocios?

-No. ¿Quieres dormir conmigo esta noche?

-¿Tú que crees?

Se agradecen los comentarios buenos y malos

Mas de QUIQUE

Adela

Bar de carretera

Un incesto muy peculiar

Orgía en el colegio

Jaqui

Virgos fuera.

Los ocho orgasmos de Ariadna

Aprendiendo a follar al marido de su prima

La joven venezolana

El obispo, el monaguillo y la monja albina

La Zurda, una guarra de cuidado

La cabrera y su hermano

Una historia diferente a todo lo que has leído

La bañera

Cuatro días de agosto

Jaqueline cumple una de sus fantasías

Pervirtiendo a Ángela

Mi obra más larga

La mudita

Amor de padre, amor sin límites

A ti, mujer.

Desvirgando a Sarita en el camposanto

Volver

Una virgen con tremendas ganas de ser desvirgada

Una tía necesitada y un sobrino complaciente

Bañada de semen en el cementerio (bien escrito)

De honrada a putón llegó con un calentón

No era un chalet, era una casa de putas

Era, es... y seguirá siendo preciosa

Laurita, el san bernardo y yo

Katiuska

Dos bombones de honduras

Mariel

La recatada, la chismosa y los pajilleros

Maricarmen

La media santa

Muñequita

Viciosas

Dos extraños

Sor anabel, pilar y el cura

Mi hermano, mi amante

Fin de semana en londres

El crucero

Trío inesperado

La francesa

De corrida en corrida a la hija se le iba la vida

¡que bonito es soñar, coño, qué bonito es soñar!

Fina

Llámame j

Monjas calientes 2

Dos curas, un monaguillo y un viejo cura

Monjas calientes

El secuestro de rosa la mimosa

Esther, casada y mal follada

Carolina

El ladrón

Julia

El padre sabía de rectitud, la hija sabía latín

Viendo y hablando se puede acabar follando

Hacer el amor y follar todo es empezar

Sarita

La hija rebelde

Bañada de semen en el cementerio

Dos cuñadas y un destino

Dos vampiras mexicanas

María

Esther y su padre... un incesto inevitable

La trampa

Una noche movidita

Jugando con fuego

Lina maría

Eva - la osa

Un trío de sueño

Pablo y la obsesión por las tetas de su madre

La princesita de los dedos de oro

Una burra y un caballo para tres

Follando a bordo en el yate britania

La encerrona

El relato de los relatos

El fantasma

Riadna

Eusebio, su madre y sus perversiones

Mini orgía en el monte

Una noche inolvidable

Incesto tras incesto

Roxi

La roja, la rojita y la chochona

De orgasmo en orgasmo

La monja

La muerta de la curva

Greta y concha

¡¿no sabes meter con más ímpetu, capullo?!

Historia de un incesto

El encanto de los juegos de rol

Un encuentro en la isla de la toja

La viuda

El primer orgasmo de la tía verónica

Mi cuñada teresa y mi hermana lola

Incestos a pares

Del polvo en el cementerio a los polvos en mi cama

Desvirgando a mi sobrina nina

La morena

Dos historias paralelas

Violeta

Bajo los cerezos

Ocurrió en Venecia

Dulce

Fantasía

Ella y él

Princesa

Chiquita

Diana

La peregrina

Fin de semana en Caracas

Las 24 fantasías eróticas de rosa

Samanta, Hugo y sor piedad

Bella

La tía, el sobrino, la criada y el jardinero

De incesto en incesto

La cabaña

Angelita

Gordi 2

Gordi

Tigresa blanca

De chapero de aldea a gigoló de capital

La noche de las confesiones incestuosas

Yenny , la historia de un incesto

Atilana

El sueño

La cama de helechos y hojas de roble

Chus y cholo

Gigoló y pintor

Roxana

Lorena y gerardo, más que hermana y hermano

Estrella

Úrsula

Desvirgando a la hermana del cura

Chiquita

Marisa

Eva maría y enrique

Leonor

Mamba negra

La orgía

El cura vicioso

Adelita

Mimitos

Claudia. andrea. vicenta y mónica g t.

Tita

Virgen y cuarentona

Bibi

Las testigos de jehová

María

Incestos en la noche

Polvazos incestuosos

Don rubén ríos

Alma - belén el bomboncito y la yogurina

Lobas (el ermitaño 2)

El ermitaño

Juliana

Hace más de cuarenta años... 2

Hace más de cuarenta años...

Casilda

Muñequita 3

Muñequita 2

Muñequita

Aura

Mónica galán

Pajas con una lectora

El sonambulo

Trío interracial

Virginia

Emails reales (con la autorización de rita)

Gigoló por un día

Las 10 primeras veces de sara

Abigaíl

Ana

Bea, nina y su tío

Fresita, la lagarta, la bicha, y yo

Cosas de casa

Luisiña

Lidia, rebeca y una sorpresa

Rebeca y lidia - la gorda y la flaca

Venancia

Estefanía pervierte a su tía

Estefanía

La confesión

Leila

De virgen a putón verbenero

Loba ardiente ii

Loba ardiente

Celia

Eran las nueve de la noche

Tasy y zorra plateada ( anastasya y odette)

Berta, cenicienta de aldea

De sueños y brujas

Esperanza y caridad

Albina

Abi

Juana, la princesita de papá

De las pajas de gloria y otros vicios

Sor... presa

Conchita

El primer orgasmo de rocío

Andrés, roncaba

Agripina

Gloria

¿quién?

Camila -2-

Camila

El sueño de una tarde de verano -9- teatro -telón

El sueño de una tarde de verano - 8 - teatro

Elizabeth

Isidoro, marta, carol y aurora

El sueño de una tarde de verano - 7 - teatro

Jacinta, la mujer del capador

Las hermanastras - 3 -

El sueño de una tarde de verano - 6 - teatro

Las hermanastras - 2 -

Las hermanastras

Sebas y soraya

Don josé y las sumisas

El sueño de una tarde de verano - 5 - teatro

Jennifer

El sueño de una tarde de verano - 4 - teatro

Casilda

Mejillones para seis

Polvo para estrenar el año

Mejillones par seis

El folla abuelas

Marta y rosalía

¿alguna vez has follado así ?

Una novia para tres hermanos... y una hermana

Las trillizas se desmadran

Las trillizas

Alguien voló sobre el nido de arsenio

Andrés las náyades y la arpía

Chelsea

Asunción

Tres días de diciembre

El primer orgasmo lésbico de julieta

La virginidad de la sobrina de mi mujer

Mi tía virginia -6-

Mi tía virginia -5-

Abril -3-

Abril -2.

Mi tía virginia -4-

Mi tía virginia -3-

Mi tía virginia -2-

Mi tía virginia

Salomé

Salomé -2-

Abril

Josefa

El duque, la duquesa, el mayordomo y eva

Mejillones para cuatro -3-

Mejillones para cuatro -2-

Mejillones para cuatro

Carta de toñito a su padre

Susanita

Inés - 2 -

Inés

Las cuñadas

El vampiro vikingo - 3 -

La beata

Las hermanas

Obra de teatro - el sueño de una tarde de verano

El sueño de una tarde de verano - 3 - teatro

La pimera vez de rosaura

El sueño de una tarde de verano - 2- teatro

La noche de halloween

Kristel

La jaca

Tasy

De orgasmo en orgasmo

Muñeca

La puta de lujo

La rusita

Un viaje alucinante -2-

Un viaje alucinante

La vecina - 3 .

Olaf

Tres noches con luz

Rebeca

Cuatro días de primavera

El vampiro vikingo

Las primas - 2 -

Las primas

La juez del placer (n.o)

La revancha de estrella (nalgadas orgásmicas 2

El tenorio don quijote de la mancha 1

Historia de una muerte anunciada

4 días de invierno

Disfrutando del regalo

Ayla

Carmuchiña

Nalgadas orgásmicas

4 noches de veranio

Perdición

Nora

Obsesión

Spanish slipper - capítulo final

Spanish slipper - 4 -

Spanish slipper -3-

Spanish slipper -2- (zapatilla española -2-)

Spanish slipper

Las hijas de papá -2-

Confesiones entre una hermana y un hermano

Las hijas de papá

La noche de san juan

El hijo y la hija del conde

El maclaren

Lili -2-

La pulga

Lolita -2-

Julián. marta y sus hijos -2-

La putona de mi tia y la calentorra de mi prima

Julián. marta y sus hijos

El enano

Amalia

El eyaculador precoz

Sonia la sumisa -2-

LUISITA (Micro relato)

Sonia la sumisa

Sexo en acapulco

ZORRA PLATEADAo

El ladrón

Odette

Elvirita

Elvirita

Carolina -2.

Sonia -2-

Sonia

Carmiña

Lucrecia

La adivina -3-

Lolita

La vecina (2)

Lili

La vecina

La adivina -2-

Cristina -4- la verdad sobre cristina

Carolina

La adivina

Cristina -2-

Cristina -3-

Cristina -1-

Sandra

La sobrina de mi mujer

A mi amigo lo sedujo su hija