Estaba de lo más apagada cuando llamo mi madre para decirme que habían decidido ella y su pareja regalarme unos días en un balneario por mi cumpleaños, me pidieron si podía el siguiente fin de semana, lo pensé unos minutos y decidí dejarme querer por mi madre y mi padrastro, seguro que el sitio valdría la pena el siempre tenía un gusto exquisito.

La semana siguiente pasaron a recogerme, como siempre me alegre de ver a mi mami y también a mi padrastro, nos llevábamos estupendamente, el hacía feliz a mi madre y yo encantada.

El sitio era lujo, por fuera era una preciosa construcción de piedra en una montaña rodeada de un verde bosque, un lago… bueno espectacular. Dentro no era menos bonito, altos techos, paredes de piedra y enormes butacones cálidos, fuera hacia frio, dentro la temperatura era ideal. Me gire hacia Julio mi padrastro y abrazándolo le dije:

-gracias, yo jamás me podría permitir algo así

-eres un encanto princesa, me encanta que te guste. En la cena te presentare al resto

Sabía que éramos un grupo, a ver si había alguien de mi edad con quien divertirme, estaba abierta a todo. Hacía ya unos meses que había roto con mi última pareja y estaba de lo más necesitada.

Nos dieron las llaves y subí a mi habitación. También un encanto, deje todo y leí el prospecto, con lo que habíamos pagado me entraba todo el circuito menos los tratamientos podía usar todas las instalaciones.

Me puse el bañador negro un cómodo vestidito y fui a por mi familia, ellos rehusaron ir ya, querían descansar un poco, quedamos en vernos más tarde y sino en la cena, también querían darme libertad y que fuera un poco por mi cuenta, me dijeron ambos.

-gracias de verdad, nos vemos en la cena.

Cuando baje seguí las indicaciones y llegue a un sitio donde había varias bañeras individuales de piedra, en cada una ponía las propiedades del agua, la temperatura y para las cosas que era favorable, elegí una y me metí dentro, estaba calentita y rápido mis músculos se relajaron, escuchaba la tranquila música, disfrutando de una tenue luz.

Eso era la gloria. Sin darme casi cuenta metí mis dedos bajo el bañador y mirando hacia ambos lado empecé a acariciarme lentamente, no buscaba el orgasmo era más un movimiento decadente, lento, relajante, hasta que un ruido me puso en guardia, un señor entro en la bañera de al lado y al meterse me sonrió, yo le devolví el saludo y este sorprendiéndome me dijo.

-puedes seguir a mí no me importa, es más estabas preciosa hace un momento, con los ojos cerrados y totalmente abandonada.

Me quería morir, ese hombre de profunda voz me había visto masturbarme, quería desaparecer de allí, nunca me había avergonzado tanto.

-no debí mirarte, siento haberte avergonzado

-no es culpa suya, esto es un sitio público. Le vuelvo a pedir disculpas

-no eso sí que no, he disfrutado viéndola, no se disculpe al menos.

No volvimos a hablar pero era consciente de sus continuas miradas, mi cuerpo estaba encendido por el calor de sus miradas y no nos engañemos mi entrepierna exigía terminar lo empezado.

Espere lo prudencial para no salir corriendo y diez minutos después salí de mi bañera y despidiéndome seguí al otro apartado, allí había más, decidí meterme en otra ya lejos de la mirada de ese señor.

Esta vez el agua estaba tan fría que mis pezones se endurecieron tanto que empecé a frotarlos, quería que bajaran y no se notaran tanto bajo el bañador, en esas estaba cuando de nuevo esa voz me dijo

-vaya sirenita tu siempre alegrándome la vista

De nuevo quería morirme, ese hombre me había cazado en otra actitud de lo más sexual, metí las manos en el agua y me hundí mas, esta vez él no se metió en ninguna, se acercó a la mía y se sentó al borde de la misma.

-tócate, me encantaría ver cómo te das placer, me concedes ese deseo, no te tocare?

Sus penetrantes ojos se paseaban por mi cuerpo, mis pezones aún se endurecieron más, ese hombre de unos cincuenta y cinco años no era mi tipo, pero esa mirada y esa voz me hacían estremecer.

Empecé a tocar mis pezones sobre el bañador bajo su atenta mirada, no me iba a tocar o sea que no me arriesgaba a nada y me ponía además que me mirara, eso me estaba excitando muchísimo.

Casi grite de alivio al pellizcarme los pezones, necesitaban esas caricias, ese calor, que directamente le sobraba a cierta parte de mi anatomía, sentía un calor subir de entre mis piernas. Seguía frotando mis pezones y con las piernas cruzadas me balanceaba un poco, pero quería más, necesitaba más.

-saca tus tetas enséñamelas princesa

Obedecí al instante, baje los tirantes y enrolle el bañador dejando mis pechos flotando en el agua helada.

-no quieres tocar tu coñito? Seguro que está caliente

Su voz era lo más sexi que había oído nunca, fuerte, ronca, pausada… mi mano descendió entre mis piernas y la metí dentro, empecé a pasar un dedo por mi rajita, lentamente lo deslizaba sin dejar de mirar a ese hombre que a su vez miraban mis manos.

-quítate el bañador preciosa, déjame verte desnuda

También lo hice, me lo quite

-abre las piernas, deje que el frio roce tu carne caliente, así preciosa más, ábrete mas

Era placentero notar ese frio sobre mi piel caliente y excitada

-ahora tócate ahora princesa

Yo ya jadeaba, estaba a cien.

-así acelera el movimiento, levanta las caderas y hunde un dedo en tu vulva

Que placer dios mío, frotaba la rajita y al llegar al sitio metía un dedo y lo sacaba al momento, subiendo mis caderas.

-eres preciosa, espectacular, maravillosamente caliente. Me dejas ser yo quien te penetre con un dedo?

No le conteste, abrí más mis piernas y con cada mano agarre un pecho, frote los pezones mientras movía mis caderas invitándolo, rápido lo capto, metió dentro su mano, toco mi rajita caliente, y se insinuó en la entrada de mi vagina, para volver a deslizar dos dedos, me moría por tenerle dentro, jadeaba ya sin vergüenza y el miraba, miraba

-ahora preciosa, quiero que te corras, hazlo

Y metió su dedo fuertemente, entro y salió, una, dos, tres, diez, once... veinte y mi cuerpo se retorcía, un fuerte orgasmo lo sacudió y ahora era mi voz la que decía

-mas, no pares. Por favor

Suplicaba casi al borde del sollozo y el obedeció, esta vez con dos dedos me penetro, mientras con la otra mano me estimulaba el clítoris, lo frotaba entre dos dedos, follándome con otros dos, hasta que de nuevo estalle. Él se llevó los dedos que habían estado dentro de mí a sus labios y los lamio, bajo mi atenta mirada, como me gusto verle saborearme en sus dedos

-buenísima princesa

Se levantó y salió de esa zona a una zona de pasillos con chorros de agua, con cubículos individuales cuando la intensidad y la temperatura te gustara, me coloque el bañador y le seguí. Andaba lentamente ante mí, los chorros estaban en sus piernas, más adelante en sus muslos y ya en la cintura, allí empezaban a los lados hendiduras en la pared como duchas por si querías disfrutar un rato de un masaje de agua.

Se giró, me miro y se metió en la siguiente, yo no lo pensé, al llegar a esa abrí y me metí con él, me apretó en la pared y su boca devoro la mía, me mordía, me lamia, me estaba volviendo loca, completamente loca, mi cuerpo se moría por sus caricias y el no racaneaba, me quito los tirante y el bañador cayó al suelo, sus manos me agarraron del culo y me apretaron a su erección.

-mira como me has puesto princesa

Besaba y mordía mi cuello, bajaba hacia mis pechos y también los mordió, los succiono y los beso, luego siguió hacia abajo, por mi ombligo, al que también adoro con su boca, los rizos de mi pubis se enredaban en sus dedos y tiraba de ellos, provocándome mil jadeos, hasta que note su boca entre mis piernas, me subió una pierna y me lamio, succiono  mi carne sensible tras los orgasmos anteriores y me penetro esta vez con su lengua, me corrí en un momento y siguió lamiendo hasta que grite de nuevo, una y otra vez me llevaba al límite, no sé cuántas veces hizo que me corriera con su boca, hasta le tire del pelo. Se levantó y le quite el bañador para ver por primera vez su polla dura, que rápidamente cogí en mi mano, empecé a masturbarlo mientras con la otra mano cogí sus testículos, grandes, llenos y calientes y también los acaricie.

-quiero estar dentro de ti, quiero penetrarte y notar como te corres con mi polla

Su voz de nuevo fundió mis neuronas, se bajó sentándose y yo tras el abierta me clave su polla, despacio hasta que el sin poder aguantar más, me agarro de la cintura y me empalo, yo movía mis caderas, notándome llena, su polla era grande, la mayor que había tenido dentro, sus manos se clavaban en mis costados y me corrí gimiendo y mordiendo su hombro ya que pasaba gente, se notaba que estaba ocupado y nadie molestaba, oí la voz de mi madre mientras cabalgaba sobre el buscando otro orgasmo ya había perdido de nuevo la cuenta cuando lo hice de nuevo.

Nos pusimos de pie y yo volví a acariciarlo

-estoy a punto pequeña no te resisto mas

Me arrodille y poniendo la cabeza de su polla entre mis labios, empecé a meterla en mi boca, le pellizque el culo y lo empuje tragándomela por completo, entraba y salía de mi boca forzado por mis manos en su culo, mis uñas se clavaban en su piel y el gemía, jadeaba y se balanceaba

-no aguanto más, voy a correrme

-hazlo –le dije tras metérmela de un golpe-

Le di unos toques con mi lengua y note su semen en mi boca, se agarró a mis hombros y se mordió la mano para no gritar su orgasmo, seguía corriéndose y yo lamí todo su semen sin dejar de masajear sus huevos.

-qué bueno, nunca me habían hecho nada parecido a esto

Yo sonreí, deje que el agua corriera por mi cuerpo y salí sin despedirme, solo una sonrisa y seguí el recorrido y sin ver a nadie conocido se habrían parado en algún sitio era una pasada el recorrido y daba a una enorme piscina, con varias piscinas dentro más pequeñas y elevadas, chorros de agua por todo, realmente espectacular.

Subí a una de las piscinas tras informarme al leer que el agua era con burbujas, una escalerita semi oculta me llevo arriba, abajo poniendo una cadenita indicabas que estaba llena, pero no la puse solo estaba yo. Era una gozada ver la otra piscina enorme desde allí arriba, me senté en el agua y rápidamente note las burbujas acariciar mi piel.

-hola de nuevo –me dijo mientras se quitaba el bañador-

Se sentó a mi lado y empezó a mordisquear mi hombro, a chuparlo, a lamerlo y a encenderme con eso, sus dedos ya buscaban de nuevo mi entre pierna palpitante aun, que al momento estaba de nuevo receptiva, yo sin vergüenza agarre su polla y empecé a masturbarlo, notando como crecía en mi mano de nuevo.

-nunca había reaccionado así, pero es que me enloqueces princesa. Ponla bien dura y cabalga sobre ella cielo

Así lo hice, me quite el bañador bajo su atenta mirada, me abrí ante el momento que el aprovecho para lamer mi rajita unos minutos y luego baje despacio clavándome su polla de nuevo bien dura, mi vagina se apretaba a ella y el placer era bestial notando las burbujitas del agua en mi culito.

-como te mueves pequeña, que placer me das. No pares nunca

Su boca mordisqueaba mis pechos cuando vi a mi familia con más gentes que serían seguro sus amigos, ese hombre me habría ahora el culito con ambas manos y el agua me hacía cosquillas hasta que su dedo se metió en mi cuevecita, me penetraba lentamente dilatándome, al principio dolía un poco pero poco a poco dejo de doler, me puso de rodillas en el asiento que había, donde él estaba sentado, me apoyo a la barandilla y poniéndose tras de mi me la metió de un golpe haciéndome gritar de placer, mi vagina le apretaba y el bombeaba, dentro, fuera, una, dos, diez y mis jadeos y su dedo de nuevo en mi culito siguiendo el ritmo de su polla, quince, dieciséis de nuevo otro orgasmo y su polla me abandona empuja en mi cueva recién estrenada, empuja, me duele, mucho, mucho.

-tranquila preciosa, tranquila confía en mí.

Empujaba despacio hasta que me relaje, sus dedos tocaban mi rajita y abajo hablaban, reían y hacían bromas, mientras ese hombre entraba más y más, hasta estar completamente dentro se paró unos instante y empezó a moverse lentamente, empecé a sentirlo bueno, me relajaba y empecé a moverme a su ritmo

-así putita mueve ese culo mi diosa apriétame la polla

Esa voz… me corrí en sus dedos, con su polla bien dentro de mi culo, se agarró de mi cintura y empujo bien adentro donde note su semen caliente

-si princesa, toma mi semen, que culo más estrechito, que buena estas.

Espero unos momentos y salió de mi interior, me beso los labios, metió su lengua dentro, fue casi más íntimo que el sexo anterior, ese hombre acababa de fundirme todos los plomos.

-tengo que irme

-yo también, hasta luego-le dije mientras bajaba-

-me llamo Fernando encantado de conocerte Andrea

-lo mismo digo

Bajo y mientras me acercaba al grupo y me los presentaban a todos recorde su última frase, como sabia mi nombre si no se lo había dicho? La última presentación fue Bárbara y  dijo mi padrastro:

-solo falta Fernando mi mejor amigo y el marido de Bárbara, mira allí viene tu marido

No tuve que girarme, ahora todo cuadraba, el sí sabía quién era yo. Acababa de tener el mejor sexo de mi vida con el mejor amigo de mi padrastro y el marido de la mejor amiga de mi madre.