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El Rincon de Lesbos (2 de 2)

en Lésbicos

La siguiente mañana empezamos a armonizar los sonidos con nuestras sensuales voces, mechando en tono bajo los pensamientos que en ese momento se suponía que pasaban por nuestras cabezas. Nos dio más trabajo eso, que la grabación en sí. Estuvimos todo el día, pero al fin nos pareció que habíamos conseguido algo que podía pasar por erótico. Y debía serlo porque en cierto momento, nos miramos preguntándonos si no valía la pena repetirlo.

Le hablamos a doña Elvira que teníamos una muestra, y nos citó para la noche siguiente en su casa.

Como la vez anterior, nos invitó a la misma sala, y nos trajo unas cervezas, había una luz pobretona que le daba una cierta sensualidad al momento.

-Les recomiendo que escuchen con los ojos cerrados, los sentidos tienen que estar centrados en el oído y en la imaginación, veremos si hicieron un buen trabajo. – prendió el equipo y se recostó con la cabeza tapada. Nosotras también con los ojos cerrados pretendíamos meternos en el ambiente creado.

Había puesto una música de fondo bien bajita pero que sugería la intimidad del encuentro, nos agarramos las manos y nos dejamos llevar más que por lo que escuchábamos, por lo que recordábamos. Los gemidos y nuestras propias palabras en off, nos traían a la mente cada momento. Sabíamos que doña Elvira no tenía la influencia de los recuerdos, tenía nada más que lo que escuchaba, por lo que no nos hacíamos ilusiones del efecto que podía tener.

Con Mirta. Como apretaba mi mano, no me cabía duda que estaba tan caliente como yo, no es que quisiéramos tener algo entre nosotras, pero después de lo que habíamos hecho, reconocíamos que no la habíamos pasado nada mal.

Para no tener un grabador profesional, la grabación había salido bastante bien, el único ruido de fondo era la musiquita que había puesto doña Elvira.

Ya estaba por concluir, cuando se empieza a escuchar un eco, era como cuando en el teléfono, escuchas tu propia voz. Los gemidos rebotaban haciendo que pareciera un trio o una orgía. No quedaba tan mal, pero no era lo que pretendíamos, y a lo último se escuchaba más fuerte el eco que nuestros gemidos. Abrimos los ojos y nos sorprendimos viendo que era doña Elvira que con la falda en la cintura, las piernas abiertas y una mano metida bajo las bragas, se estaba masturbando a lo bruta, mientras con la otra mano se magreaba las tetas, quien soltaba los dichosos gemidos.

No queríamos ponerla en evidencia. Termino la grabación y seguimos con los ojos cerrados como en trance.

-Eh, ¿no me digan que se quedaron dormidas? Joder, me hicieron pegar un calentón, que si no me hago un dedo, me queda un polvo atrancado por una semana. Me gustó, sí que me gustó, merece más que los quinientos euros, pero quizá tengamos que añadirle algo, por ahora les doy los quinientos y en unos días las llamo, por si hay que agregar alguna cosilla más.

Nos volvimos con los quinientos sin mucha ilusión de recibir más, pero bueno, tampoco era para despreciarlos, sobre todo por los momentos que pasamos.

 Ya casi nos habíamos olvidado de la grabación cuando recibimos el llamado de doña Elvira para que pasáramos por la emisora.

Acudimos con un poco más de expectativas. Nos recibió en una oficina muy bien decorada, tras un escritorio donde se la veía imponente, unos sillones para los invitados le daban calidez al lugar, era el sitio de alguien importante. Estaba la secretaria que se llamaba Marisa y después de los saludos, fue derecho al grano.

-Bueno chicas, parece que esto va a andar, y si lo reforzamos va a andar mejor – quedamos un poco azoradas pensando que más hacer.

- Doña Elvira, no sé; si quiere algo más erótico tendría que darnos el guion.

- No, no es erotismo lo que le falta, la verdad que no le falta nada, pero para que sea negocio habría que añadirle algo, y ese algo es propaganda, por ejemplo; cuando le ofreces cerveza, la voz en off señala “trae dos latas de estrella”, lo mismo cuando le dices del conjunto que le regalaste, dices la marca, así como en los demás productos que les tengo anotado.

- ¿Entonces esta no va? - pregunté  

- Claro que va, ustedes regrabaron las voces de fondo sobre el original, tomen este y lo vuelven a regrabar con estos cambios.

- Y para eso ¿no es mejor que los cambios lo hiciéramos en el dialogo? por ejemplo, decirle directamente “quieres una estrella” – le señaló Mirta

- Quedaría mucho mejor, pero sería mucho trabajo, en la emisora podríamos limpiarles el dialogo, pero es complicado.

- No se preocupe que nosotras ya tenemos los sonidos compaginados como para mezclar entre medio lo que queramos.

- Si es así muy bien, si quieren lo pueden hacer aquí.

- No en casa lo hacemos más tranquilas.

- Una pregunta doña Elvira, si este unitario lo pasa una sola vez, ¿cuánta gente cree que va a escuchar estas propagandas? Nosotras estudiamos comunicación y por lo que aprendimos no lo veo muy eficaz.

- Claudia, lo que hicieron ustedes está muy bien, y seguramente lo tengamos que pasar alguna vez más, pero el asunto no va por ahí, la intención es que se viralice por las redes, yo me voy a ocupar de eso y la cantidad de gente que lo escuche va a ser mucho más que la que vaya a escuchar la radio. Y las propagandas no las pueden evitar, les entra sin darse cuenta.

- Pero y cobrar ¿cómo cobra?

- Niña, sabemos la cantidad aproximada de gente que lo escucha. Lo que vendemos es el producto, ustedes van a ir en un porcentaje, y si esto anda bien, abra que inventar otros unitarios. Cuando traigan la grabación tienen mil euros más, después veremos cómo marcha.

Salimos mucho más contentas que cuando entramos, lo único que me quedo fue una duda, a ver si Mirta me la sacaba.

-Mirta, ¿dime una cosa? ¿cómo cuernos vamos a cambiar los diálogos? No veo donde tenemos los sonidos compaginados, vamos a tardar un año en hacer eso.

- Ay Claudia, Claudia, que bruta que eres. ¿cuánto tardamos en hacer la grabación? Medio día, pues ahora hacemos lo mismo y ya está.

- O sea, beso, chupada de tetas y demás.

- Y sí, mujer, por lo menos, lo que hicimos antes; si le agregamos algo más, será para mejor. ¿No me digas que por mil euros no vale el sacrificio?

- Sí que lo vale, pero me parece que te gusto mucho este papel.

- No me disgusta, pero si no quieres, probamos cambiando las partes de esta.

- No, que va, no vale la pena ni tanto trabajo ni tanto tiempo.

Esperamos al fin de semana para no tener que ir a la Uni, el viernes a la noche escribimos los diálogos, tratando de mechar sutilmente las propagandas en la conversación. Esa noche hicimos el primer ensayo. Mirta puso mucho empeño, y yo no quise quedarme atrás, nos quedamos a dormir en mi cama.

A la mañana nos duchamos para sacarnos el pegote de la noche, desayunamos y volvimos al trabajo. Se nos pasó la hora de comer, ya tenía los labios hinchados, de tanto besuqueo, y Mirta no los tenía mejor. Descansamos un poco a la tarde, preparamos una cena temprana, y a seguir con la labor. Mirta se lo había tomado muy a pecho, o mejor dicho, con mis pechos, le tenía que decir que no nos iba a alcanzar el tiempo, pero me respondía que en el ensayo no tenía importancia, que lo único que importaba era que se escuchara bien.

Cuando me tocaba a mí, la hacía sufrir haciéndole llegar casi al orgasmo, y cuando estaba por correrse lamerle en otra parte para no dejarla venirse. Se lo hacía un par de veces, después me daba pena y la ayudaba hasta lo último, era una delicia sentir como se corría, sabía tan rico y me hacía tanta gracia sentir cómo se estremecía, que me daba ganas de seguir. Pero tampoco se podía, estábamos trabajando.

Ese domingo fue una pasada, quedamos destruidas, cuando al fin nos pareció que quedó bien, ya tenía la entrepierna paspada. Mirta no estaba mejor, no tuvimos ni la voluntad de mecharle las explicaciones. Nos quedamos dormidas abrazadas.

El lunes faltamos a la Uni y nos dedicamos a terminar el trabajo. Nos quedó bastante bien, los nombres de los productos se oían con una naturalidad que los oyentes ni cuenta se debían de dar, pero subliminalmente les llegaba.

Le avisamos a doña Elvira que ya teníamos todo listo y allí nos fuimos. Nos atendió Marisa, nos hizo pasar y preparó todo para escucharlo, ya sabía de qué iba, lo único que tenía que comprobar era si las propagandas estaban bien incluidas, no cerró los ojos, ni se tapó la cara, pero en cierto momento nos pidió que volviéramos dentro de una hora, que la quería escuchar con más tranquilidad para ver si había que hacer algún cambio, y que Marisa se quedara para tomar nota.

Nos fuimos a esperar en una cafetería con la sospecha que la nota se la iban a tomar entre ellas. Volvimos pasado el tiempo requerido y nos volvió a atender una Marisa sonriente, se le notaban los colores en la cara, pasamos y doña Elvira nos recibió contenta.

-Chicas, tengo que reconocer que les salió muy bien, si no supiera que no son lesbianas, juraría que se hicieron el amor, se ve que tienen buena escuela, esto salió mejor de lo esperado, y eso de hacer algún unitario más creo que es factible.

- Pero ¿los argumentos de donde los sacamos? – pregunté

- Argumentos para darse un acostón los encuentras a cada paso, aparte que a quien las escuche, los argumentos es lo que menos les va a importar. Ahora se llevan los mil euros que les prometí, pero de ahora en más, si quieren van a ir a porcentaje de lo que saquemos de propaganda, y vayan pensando en otro unitario, yo les voy a arrimar ideas.

Salimos con los mil euros y con la promesa de que podíamos ganar más.

Ese fin de semana festejaban el día del orgullo, nos había avisado que la transmisión iba a ir a la una de la mañana. No quisimos cenar, directamente preparamos en la sala unas tapas y una botella de buen vino (teníamos más en el refrigerador) pusimos la tele, pasaban la fiesta, la estuvimos mirando hasta que empezó la transmisión en la radio, y la apagamos para dedicarnos a escuchar los frutos de nuestro esfuerzo, para eso ya una botella había pasado a mejor causa.

 Nos tomamos de las manos (ya se nos había hecho costumbre) Y con los ojos cerrados nos dispusimos a escuchar. Así con la tranquilidad de sentirnos en casa, las sensaciones penetraban con más fuerza; sí que habíamos hecho un buen trabajo, si hasta parecía que lo estábamos haciendo de nuevo, si no supiese que lo habíamos hecho nosotras, juraría que eran dos lesbianas de verdad, tenía razón doña Elvira.

No sabía porque, pero me estaba excitando, me arrimé a Mirta y apoyó la cabeza en mi hombro, le sentía la respiración alterada, la mía no estaba mejor y no solo la respiración tenía alterada, estaba sintiendo como me incomodaba la humedad en las bragas, como siguiera así iba a tener que ir a cambiarlas.

Cuando terminó nos quedamos mirando.

-Creo que hicimos un buen trabajo – dijo Mirta

- Mejor de lo que creía, si esto de verdad se viraliza, me parece que algún unitario más vamos a tener que hacer.

- Me parece que sí, y sería mejor si ensayamos alguna situación por las dudas ¿no te parece?

- Me parece bien, podía ser que estuviéramos viendo un video porno y nos, empezamos a calentar, y yo empiezo a tocarte.

- Y yo, te meto un beso así – me agarró de los pelos para aproximarme a su boca, que bruta que era, pero para la escena no estaba mal, estuvimos un buen rato enredándonos las lenguas hasta que se levantó y me dijo – en la habitación nos sale mejor – fuimos tomadas de la mano y nos tiramos en la cama. – Mirta estaba desatada; hacía como que me tenía un hambre que me tenía que comer o le pasaba algo, y yo hacía como que me pasaba algo si no me comía.

Nos desvestimos a velocidades supersónicas, debía estar haciendo el papel de una desesperada porque se salteó las tetas y metió la cabeza entre mis muslos y ahí ya no hubo humedad. La lengua de Mirta podía sacarle liquido hasta las piedras, yo no tenía una piedra allí, tenía una almeja chorreante, con una lengüeta que se peleaba con la lengua de ella, y no me importaba perder.

El primer orgasmo la pilló con mi clítoris entre sus labios, tuvo que ir a tapar la regadera de apuro, pero enseguida siguió como si no hubiese pasado nada y yo me volví a correr como si fuera la primera vez.

Le tuve que avisar que la parte de ella por ahora había terminado, que ahora me tocaba a mí. Parecía que no se daba cuenta, pero cuando entendió, no tardó nada en trepar hasta mi boca, morrearme a gusto, meterme las tetas hasta atragantarme y empujarme hasta su coño para que le hiciera lo mismo.

La verdad que no estuvo nada mal, quizá los gritos fueron un poco más de lo normal, pero los vecinos no se quejaron. Cuando nos tomamos un descanso, Mirta me dijo

- Fue una pena que no hubiésemos grabado el ensayo, nos hubiese servido para mejorar lo que hicimos

- Bah, ¿quieres qué te diga? Me perece que improvisando nos sale mejor

- Sí, tienes razón, aparte que para empezar en la sala, tenemos que colocar los micrófonos de otra manera.

Esa noche volvimos a dormir juntas, no me caía nada mal, pero tampoco que nos acostumbráramos.

El domingo fuimos al cine, y tratamos de saber si había alguna medición de audiencia, habían promocionado el audio como algo novedoso. Novedoso por lo viejo, pensábamos.

El martes en la universidad ya se hablaba del audio que corría por las redes, era notable como hasta gente que no se apartaban de lo tradicional, lo habían escuchado, muchos para criticarlo. Pero la propaganda les llegaba, (aunque no se dieran cuenta) a los que estaban a favor y a los que estaban en contra.

A los dos días nos llamó Marisa la secretaria, para pedirnos si podíamos pasar por la emisora, lógicamente le dijimos que sí. Nos fuimos apuraditas, ojalá fueran buenas noticias. Y lo eran, nada más llegar doña Elvira nos recibió sonriente con un beso a cada una.

-Chicas, esto fue un éxito, se está escuchando en Latinoamérica y hasta en USA por la colectividad hispana, vamos a tener que grabar algunos unitarios, con propagandas más internacionales. Desde luego que sus honorarios serían acordes, por ahora, por este tomen dos mil más, no contaba que iba a salir tan bien, por eso los contratos no son tan altos.

- Pero ¿para cuándo tendríamos que tener otro preparado?

- Vayan grabando y después veremos, no queremos saturarlos, pero tampoco que se olviden, yo voy a negociar con los anunciantes y después tendrán que argumentar las situaciones, para que en la trama vayan apareciendo los artículos que queremos promocionar.

Más contentas no podíamos salir, ganamos dos mil, y con promesas de que de ahí podía salir más. Decidimos tratarlo con seriedad. Íbamos a escribir los argumentos, tratando que las situaciones no fueran repetitivas y que las propagandas aparecieran de una manera natural, que no se notaran.

De ahí en más, las cosas se precipitaron, nos alcanzaron la lista de los productos, y doña Elvira nos aconsejó, que buscáramos situaciones creíbles, no importaba de donde, ya que como todo se desarrollaba en un momento tan corto era difícil que pudiéramos cometer plagio. Igual pensábamos que con nuestra fantasía alcanzaba.

Así vino una época de buenas proyecciones, cada quince días sacábamos un unitario, la grabación generalmente la hacíamos en un día, pero ensayábamos bastante, cuidábamos que todo saliera bien.

La emisora sacó un programa semanal “EL RINCON DE LESBOS” ahí pasaban nuestros unitarios, y a veces los repetían; entrevistas, consejos médicos, diferentes panelistas, con comentarios referentes al tema y a los problemas que acarreaba, eso le daba un viso de seriedad. Con nuestros cortos, pretendían afirmar que una cuota de erotismo era necesario en cualquier condición, para llevar una vida plena.

Llegó un momento en que nos ofrecieron hacer unos cortos en idioma inglés, ya que los patrocinantes comercializaban sus productos en esos países.

Nuestro inglés se podía decir que era muy bueno, pero queríamos probar antes de comprometernos de firme.

Estábamos en eso cuando leímos el anuncio de que, en una disco de ambiente, iban a actuar el grupo Las Transex. Un grupo nuevo que cantaba bastante bien, y que según decían ellas, eran transexuales. Teníamos curiosidad por conocer ese ambiente. Hacíamos de lesbianas y no conocíamos nada de eso

El local se llamaba EL PARAISO, abajo un cartel anunciaba “Aquí en el Paraíso el amor no tiene diferencia de género, porque el género es el amor”.

Sacamos las entradas que venían con una consumición, parece que eso era porque actuaba el grupo musical. Estaba el escenario y una pista pequeña de baile, que comúnmente sería más grande cuando no hubiera tantas mesas. Se ve que llegamos un poco tarde porque mesas libres no había ninguna.

Nos acercamos a la barra para pedir el trago correspondiente, pensábamos escuchar una entrada y nos pirábamos, ahí se bailaba poco y eso de estar tanto tiempo quietas no iba con nosotras. Estábamos paradas ahí cuando se nos acerca una rubia con un pantaloncito que le marcaba toda la raja.

- ¿Es la primera vez que vienen verdad?

- Sí, por qué – contesto Mirta

- Porque a clientes como ustedes cuando vienen la primera vez le hacemos una atención – llamó a uno de los camareros – Alberto, ponle una mesa cerca del escenario a las chicas, que no van a estar paradas mirando el espectáculo, - y dirigiéndose a nosotras – lo que quieran consumir va por cuenta de la casa, espero que disfruten, guapas.

Nos quedamos frías, en las discos que íbamos nosotras no nos trataban así ni la primera vez ni la última. Le preguntamos al camarero quien era esa diosa, terminamos sabiendo que era la dueña de todo el complejo.

 No quisimos aprovechar la ocasión ya que nuestra intención no era terminar borrachas. Escuchamos la actuación del grupo, que por cierto cantaba muy bien, y en un momento vimos cómo se acercaba la rubia a decirles algo.

Cantaron una canción más, y antes de bajarse la cantante tomo el micrófono y con voz melodiosa se dirigió a la audiencia

  • Querido público, tengo el placer de anunciarles que hoy nos visitan las diosas del amor, las que hacen que vibre el corazón de nuestras divinas. Con nosotras están, ¡Zulema Y Lucia! Las más hermosas y ardientes moradoras del Rincón de Lesbos.

Una ovación estalló entre el público, parecía que todas habían escuchado nuestro primer relato

Estábamos mirando quienes podían ser, cuando se apersona una de las integrantes y nos invita a subir al escenario, primero no queríamos, pero al fin, no sé cómo pero ya nos habían reconocido. Si era daño, ya estaba hecho así que ocultarnos solamente serviría para ponernos en ridículo, o que se burlaran en las redes. Subimos a saludar, y la anunciante que era una caradura, largo por el micrófono.

  •  Sé que todas estarían deseosas de besar los labios de nuestra querida Zulema, permítanme a mi tener ese placer

Y la cabrona me planto un beso; la verdad que fue más vistoso que intenso, me di cuenta que estaba actuando para quedar bien ella y yo, las otras tres chicas se hicieron las compungidas y también me besaron, fue entonces que Mirta, que no es corta se apropió del micrófono.

  • Claro a mí nadie me besa porque soy el patito feo

Una cantidad de mujeres se ofrecían para besarla y para lo que sea, creo que la salvó la que anunciaba, que la dio vuelta y le plantó un beso menos inocente que el que me dio a mí, atrás se le fueron las otras integrantes, cuando terminó la rueda, la que hablaba se volvió a dirigir al público.

  • Querida gente, tuvimos el gusto de gozar de los besos más deseables, pero ¿no sería el espectáculo erótico más esperado, ver como se besan nuestras hermosas enamoradas?

La gritería fue descomunal – “que se besen, que se besen” a esta altura del partido no necesitaban gritar tanto, pero nos hicimos desear un poco, al fin mostrando nuestra timidez, nos trenzamos en un beso para el libro Guinness, el aliento que recibíamos del público, nos daba gana de alargar el beso para contentarlos, y el aliento que recibía de Mirta en mi boca, me daba ganas de acortarlo para llevarla a casa a seguir buscando situaciones más avanzadas, se ve que el hacerlo en público me daba un morbo diferente.

Al fin nos bajamos en medio de una ovación, vino la rubia y como no quiere la cosa nos plantó un beso a cada una, la integrante del grupo vino a darnos las gracias por como habíamos llevado la charada y que no la dejáramos con un desplante, ya que sabían que no nos habíamos hecho conocer.

Después nos enteramos que Marisa que estaba en el evento haciendo de corresponsal le avisó a la dueña. Decidimos irnos, la jauría estaba sedienta, más de una quería robarnos un beso, no por lo que éramos sino por lo que representábamos. Antes de saber que hacíamos ese programa, nadie, daba una peseta por nosotras, ahora éramos las diosas del amor.

La dueña nos acompañó a la puerta, ella sabía lo molesta que era la gente con los famosos, y nuestra fama de quince minutos las incitaba a molestarnos, nos invitó a volver y no se privó de darnos un beso sospechosamente cariñoso.

-Puff, que noche, se descubrió nuestro secreto, no sé cómo le va a caer a doña Elvira, hasta ahora éramos unas desconocidas.

- Me parece que bien. Marisa no se hubiese atrevido a descubrirnos si pensara que le iba a caer mal a la doña, no me extrañaría que le hubiese preguntado por el móvil antes de divulgar la noticia, esas dos se la montan seguro.

Llegamos a casa, no teníamos sueño, preparamos un trago, queríamos cambiar opiniones de cómo iba a ser de aquí para adelante.

-Sí; ahora todos van a pensar que somos lesbianas. – señalé

- Bah, la verdad que no me importa que piensen lo que quieran; si nos sirve

- Tienes razón, mira las chicas esas de las Transex, las miré bien y se me hace que son chicas de verdad, no le noté nada raro.

- Es que saben esconderlo, o a lo mejor están operadas, porque iban a hacerse pasar por Transexuales si no lo son.

- Y quizá así se hacen más interesantes, míranos a nosotras; si nos vieran besarnos con un chico, ¿te crees que harían tanta bulla? Nos hicimos las lesbianas, y un poco más nos querían follar ahí mismo.

- Bueno, también la morreada que me pegaste, calienta un muerto.

- Porque tú, no, y más delante de todos, me dio un morbo que si no paras te como el coño en el escenario, menuda ganas me diste.

- Lo hubieras hecho, como estaba yo no me hubiese caído nada mal.

- No grites tan fuerte, que todavía no te salvaste de que te agarre.

- Si me quieres agarrar, no vas a tener que correr mucho, a no ser que quieras ir adelante y que no te agarre yo.

- Creo que lo mejor va a ser correr las dos para el mismo lado, a ver quién llega primera – y salí corriendo a mi habitación. No alcance a llegar a la cama que ya la tenía encima

- ¿Sabes? Me parece que tenemos que ensayar en inglés, - nos fuimos desnudando una a la otra

- A ver como se besa en inglés, - nos acostamos sin despegar los labios, ahora no había gente, pero me daba morbo lo mismo, a lo mejor era calentura nada más, bajaba pasando sus labios por mi cuello, cada vez era más sofisticada, no sé cómo hacía, pero lograba que se me erizara toda la piel, llegaba a mis tetas y ahí se estancaba, quizá de pequeña la criaron a biberón, porque si la dejaba me hacía correr de tanto mamarme. La separé me miró con una cara de pena como si le estuviera sacando el mejor juguete, sabía cómo quitarle esa cara, ahora fui yo la que agarraba sus pezones entre mis labios y hacía que se derritiera, gemía tan bonito, y no era en inglés, me fui a la fuente de sus gemidos, la besé, mi lengua hizo garabatos con la suya, nos apretamos con fuerza, le pregunté despacito,

- ¿En qué lengua quieres que ensayemos?

- Por mi si quieres puedes hacerlo en esperanto, yo voy a seguir con la lengua que tengo – se subió arriba mío, puso su coño en mi boca y fue a ocuparse a lo que iba. Sentía su lengua pasar por toda mi raja, abrir con prepotencia mis labios mayores e ir por más, llegó a donde sabía que iba a encontrar la parte más sensible, la lamía con energía, como cuándo quería que mis gemidos salieran fuertes en las grabaciones, ahora me lo estaba haciendo cómo para que algún vecino me grabe, pero después aflojaba y con extrema delicadeza lo arrullaba, lo mareaba con sus rodeos, haciéndome emborrachar de gusto.

En su culpa estaba su penitencia porque el repaso que le hacía yo a su almeja, era equivalente a la calentura que me producía ella, le metía la lengua a fondo, y cuando la sacaba era para prenderle fuego a su pepita. Los movimientos nuestros no se en que escala se podían medir, si era en la de Richter o en la Mercalli, pero el sismógrafo mío, anunciaba que se aproximaba un terremoto de grado diez.   

No sé cuál de las dos se empezó a correr primero, pero hubo un momento en que eso parecía el muro de los lamentos, aunque ahí no nos lamentábamos de nada. Cuándo nos calmábamos me gustaba acariciarla mientras uníamos nuestros sabores. Me quedé pensando que tenía la suerte de tener una amiga así, y que nuestra amistad fuera tan fuerte que para estar a gusto no nos importara hacer cosas que solo lo haríamos si fuéramos lesbianas.

Ya hace más de tres años que pasó esto. La facilidad de usar nuestras voces para simular situaciones, nos favoreció para doblajes más importantes, seguimos con los unitarios, y ahí, el poder hacerlos en inglés, nos abrió a un mercado más interesante al poder dirigir las propagandas hacia esos oyentes.

Nos ofrecieron hacer un video, pero no, eso era pornografía. Si, le pusimos la voz a uno, y nos pagaron muy bien, pero no seguimos porque a la larga también lo iban a asociar con nosotras.

Nos recibimos en nuestra carrera y doña Elvira nos propuso dirigir el Rincón de Lesbos, aceptamos y logramos crear un espacio amable donde recibimos preguntas de los oyentes, que contestamos con la máxima seriedad.

Con Mirta somos un dúo que nos complementamos muy bien, y sabemos cuándo una necesita de la otra.

Una noche salimos a ver si pillábamos algo, y tuvimos la suerte de enganchar a dos chicos simpatiquísimos y de muy buen ver, después de que los hicimos rogar un poco para convencernos, los llevamos a casa, servimos unos tragos, y nos sentamos en el sillón grande apretaditos como para calentar más el ambiente, estábamos en pleno manoseo, cuándo Carlos que era el que me había tocado, tuvo una ocurrencia y nos la dijo.

-Para hacer el momento más excitante ¿por qué no nos muestran como se la monta entre las dos? – nos quedamos sorprendidas, la furia me estaba ganando y sé que a Mirta peor, me contuve y le pregunté.

- ¿Tú dices una escena lésbica?

- Claro, sería de lo más excitante, dos mujeres tan hermosas dándose el lote

- Tienes razón, pero para eso primero nos tendrían que excitar ustedes mostrándonos como dos chicos tan apuestos se dan el lote, tú con tu amigo.

- Oye, que nosotros no somos homosexuales.

- No importa, es cuestión que pongan un poco de empeño, y vas a ver que nosotras ni cuenta nos vamos a dar.

- No, no vamos a hacer eso

- Pues entonces se terminó la reunión, fue un gusto y hasta nunca.

- Eh, ¿van a dejar que nos quedemos así?

- No, los vamos a dejar que se vayan así, y prueben de darse el lote entre ustedes, que a lo mejor se excitan más de lo que creen.

- ¿Y se creen que nos vamos a ir, así como así, porque ustedes lo digan?

- ¡No! ya avisé a los de seguridad con el móvil, son un poco rudos, pero con chicos tan lindos como ustedes suelen ser cariñosos, y a lo mejor se les hace excitante. ¡Ah! si no quieren excitarse con ellos les aconsejo que bajen por la escalera. - Salieron de estampida, ni saludaron.

Nos quedamos riendo, nos perdimos de echarnos unos buenos polvos (que tampoco sabíamos si serían tan buenos) pero no lo lamentamos.

-Mira los chicos que pretensiosos; la verdad que esto estaba para escribir un buen guion – me dijo Mirta

- ¿A sí, y cómo sería?

- Y yo te diría. Estos tontos me dejaron caliente, y lo único que tengo para sacarme la calentura eres tú, y te besaría así, y te auparía para llevarte a la habitación así, te desnudaría así

- Espera, ¿y yo qué, estoy pintada?

- Tú haz lo que te parezca, ahora te estoy mostrando lo que te haría yo.

- Pues te quiero mostrar lo que te hago yo – comencé a desvestirla mientras ella lo hacía conmigo, nos besamos con ganas de borrarnos la decepción que nos causaron esos borregos, y, a decir verdad, no perdimos nada con el cambio, estoy segura que los orgasmos que consiguió sacarme Mirta, no me los sacaban ni los dos juntos. Igual yo a ella, que en eso somos bastante agradecidas y si hay que meter mano o boca no le ponemos pega.

Después de esa decepción, no nos dio ganas de ir por más. Si entre nosotras la pasábamos muy bien, para que ir a buscar en otro lado

Ya tenemos buenos trabajos las dos, así que decidimos comprar un departamento donde estar más cómodas y que sea nuestro. También tiene dos habitaciones, pero la grande tiene el baño adentro. Primero no sabíamos quien se iba a quedar con esa, lo solucionamos fácil, dormimos juntas y ya está; aparte en esa hemos instalado todo para grabar, así que ensayamos y grabamos allí, y así a la mañana tenemos que hacer una cama sola.

 Los personajes nos absorbieron, estamos en un ambiente en que hay de todo.

En la ficción hacemos de lesbianas, y nunca falta la que nos tira los tejos pensando que lo somos, tanto así, que con Mirta ya empezamos a pensar en decir que somos pareja para que no nos molesten más. Ahora estamos tratando de escribir un libro con relatos eróticos o de tipo lésbico, no nos están saliendo muy bien, pero trataremos de mejorar; que como dijo no se quien, “caminar se aprende andando”.

Es algo raro, pero espero que a alguien le haya gustado

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