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Mi padrastro azota como nadie (9)

en Sadomaso

Peter se sorprendió mucho de ver ante la puerta de su casa a su amigo Richard pues no le esperaba hasta el día siguiente. Además le contrarió bastante verlo ahí con lo bien que se lo estaba pasando a solas con su hijastra.

- ¿Puedo pasar? Preguntó Richard al ver que él no se decidía

- Sí claro, pasa, estás en tu casa.

Richard pasó para dentro con gesto compungido.

- ¿Qué te pasa?, ¿a qué viene esa cara?

- Es,….es Alexa, ayer desapareció de casa y aún no ha vuelto,….. estoy buscando como un loco por todas partes,  pero es como si se la hubiera tragado la tierra.

Peter se quedó desconcertado.

- ¿Alexa?,… no te entiendo….está aquí, ¿dónde si no?

- ¿Qué? ¿Aquí?

- Claro,… vino ayer a entregarme tu nota y aceptó lo que le proponías.

- ¿Qué nota?, yo no te he escrito ninguna nota.

- ¿Que no?, ésta, y Peter se la enseño pues estaba allí mismo, en la mesa desde el día anterior.

Richard sólo necesitó un instante.

- Esto no es mío, Peter, ni siquiera es mi letra,….Dios, parece,… pero si es la letra de Alexa.

- ¿Entonces?...y de repente se hizo la luz ….claro, ..ahora lo entiendo,… la muy….me ha mentido.

Los ojos de Richard se deslizaron rápido por las palabras que estaban escritas y se fue quedando alucinado por lo que leía al mismo tiempo que le entraba un importante cabreo.

- Pero entonces esto que hay aquí escrito significa que,….¡cacho cabrón!  ¿qué le has hecho a mi hija?,…. ¿dónde está ella ahora?

Richard sospechaba lo que había pasado y le entraron ganas de liarse a tortazos con su amigo.

- Espera, espera un momento, no te pongas nervioso,…. yo no tengo la culpa, en ningún momento se me ocurrió  que la nota no fuera tuya… y he creído a tu hijastra. Es ella la que me ha engañado.

- Pero si ni siquiera es mi letra.

- Yo no conozco tu letra ¡cojones!, nunca la había visto y ahora haz el favor de calmarte.

- Ya estoy calmado, a ver.. ¿dónde? ¿dónde la tienes?.

- La tengo abajo… en el garaje.

- ¿En el garaje?, pero si es allí donde llevas a todas esas putas para…¿se puede saber qué le has hecho a mi hija?

- De todo, ya sabes cómo me las gasto.

- Te voy a..

- Eh, para, vamos a ver Richard, te vuelvo a decir que la culpa no es mía, Alexa nos ha mentido a los dos y se ha entregado ella misma.

- ¿La,.. la has torturado?

- Más de lo que te imaginas,.. pero te recuerdo que tú me llevas delantera en eso.

- Y claro, también te la habrás follado.

- Sí, más o menos como tú.

- Dios..

- Hay algo que no entiendo, ¿por qué lo ha hecho?, ¿qué sabía ella de mí? ¿le has contado algo?

- La verdad. Que eres un sádico y un pervertido de la peor especie, que eres un experto en torturas  y que te gusta atormentar a tus víctimas hasta extremos difícilmente soportables, lo pone en la nota.

- Ya. No pone todo eso.

- No, pero yo se lo expliqué a ella con todo lujo de detalles. El otro día cuando me llamaste me preguntó por ti pues le extrañó que te contara con tanta naturalidad lo que estaba haciendo con ella y no tuve más remedio que decírselo.

- ¿Y sabiendo eso, vino como vino y se entregó a mí como esclava?. Sí que es una masoquista tu hijastra como he visto pocas. Claro,.. además estar en mis garras  era la única manera de seguir siendo tratada como una esclava. Con su madre por casa era imposible.

- Su madre esta fuera, no llega hasta dentro de tres días,… también en eso te ha engañado.

- Sí, pero ahora que lo pienso tiene sentido,…. me parece que voy comprendiendo a Alexa mejor que tú.

- Yo también me voy dando cuenta de lo que pretende, y esta vez se ha pasado de la raya

- Ja, ja, creo que no para de provocarte para que le castigues cada vez con mayor dureza, pero esta vez creo que no se esperaba a lo que se  iba a enfrentar.

- Eso creo yo también, por cierto, ¿dónde dices que la tienes?. Quiero verla ahora mismo y ajustarle las cuentas.

- Ven, ven conmigo, está abajo.

Richard acompaño a su amigo al garaje y entonces pudo ver a su hijastra tal y cómo la había dejado.

La joven se sorprendió de verlo allí pues esperaba que aún tardara un poco más. En el plan que se había trazado para convertirse en la esclava del sádico amigo de su padrastro éste no tendría que aparecer por allí hasta el tercer día. De todos modos iba a dar igual un día más o menos.

Richard echó una ojeada al aparatoso instrumental de aquella sala y se quedó impresionado. Luego vio Alexa cabalgando  sobre el caballete y con los brazos colgados del techo. Su cuerpo desnudo se le mostraba retorcido en esa postura tan incómoda y dolorosa y surcado de marcas de latigazos. De todos modos lo que más le llamó la atención fueron los pechos de la joven ya morados por la falta de circulación. .

Su hijastra no se diferenciaba ahora de las modelos de bondage que aparecían en las páginas de la red que él tanto frecuentaba…la muchacha respiraba agitadamente sin poder controlar las babas que caían de su boca y miraba a los dos hombres con cara de circunstancias.

Eso le provocó a Richard una prometedora erección.

No hacía falta mucha imaginación para hacerse idea del tremendo martirio que estaba soportando Alexa….

- Desde luego, eres un bestia, le dijo a Peter, se nota que te has empleado a fondo con ella. Pero en lugar de liberar a su hijastra se puso a acariciar su espalda y trasero provocando que ella temblara al contacto de sus manos.

En realidad no estaba recriminando el sadismo de su amigo sino el hecho de que no le hubiera invitado a él a disfrutar de la fiesta.

- Veo que te he interrumpido en plena faena. ¿Qué te disponías a hacer ahora con ella?, dijo Richard observando el frasco lleno de agujas y las tenazas que se calentaban en un brasero incandescente.

- Pues ahora mismo le iba a clavar agujas de esas en los senos y luego las iba a introducir hasta una profundidad de dos o tres centímetros.

- Eso debe doler mucho ¿eh Alexa?

Ella le contestó algo incomprensible

- ¿Cuántas?.

- ¿Cuántas qué?

- ¿Cuántas agujas? Ahí  hay varias docenas.

- No sé,… empezaré por diez en cada pecho y luego ya veré.

- ¿Y las tenazas?

- Eso lo guardo para el final, son para calentar las agujas cuando las tenga clavadas dentro de las tetas,… imagínate lo que pasará entonces.

- Eres el tío más perverso que conozco,…. la verdad es que me gustaría ver cómo lo haces.

Alexa miró angustiada a esos dos hombres hablar de esa manera del martirio que estaba soportando. No se imaginaba que su padrastro iba a reaccionar  así e intentó decirle algo. Sólo que a causa de la mordaza no se le entendía nada.

- Da igual que protestes, Alexa, lo que has hecho merece un castigo y ahora mismo te lo vamos a aplicar. Está visto que contigo no podemos andarnos con chiquitas.

- Oye Richard ¿Después del castigo te la vas a llevar a tu casa?.

- Sí claro….o no….,mejor no,….. tal y como están las cosas mejor es que te encargues tú de ella.

- ¿Por cuánto tiempo, una semana,… dos?

- No sé,….déjame pensar…. En realidad será mejor que la tengas aquí por tiempo indefinido, yo vendré también y entre los dos trataremos como se merece a nuestra pequeña zorra, ¿verdad pequeña?. Y diciendo esto le acarició la cabeza

Peter sonrió con sadismo mientras experimentaba una gran erección

Por su parte, al oir esas palabras la joven fingió alarma aunque en el fondo era lo que deseaba. De hecho si se la hubiera llevado su padrastro planeaba volver a escapar para entregarse otra vez a Peter

- A mí no me parece mal, dijo Peter disimulando, pero antes de decidirlo quiero que sepas que si se queda aquí tengo planeado crucificarla ahí fuera.

- ¿Qué?

- Lo que oyes, si la dejas aquí pienso someterla al suplicio de la cruz durante dos o tres días seguidos, ….lo que aguante. Eso lo dijo a posta mirando sádicamente a la joven.

Alexa a su vez volvió a mirar a ambos respirando muy ansiosa.

- Además tengo previsto invitar a unos amigos al evento.

- ¿Cómo?, ¿va a venir más gente aquí a ver lo que haces con ella en la cruz?.

- Más bien a tomar parte en ello, no creas que se van a limitar a mirar. Son aficionados a la crucifixión, bueno en realidad son unos auténticos obsesos y por cierto son aún más sádicos que yo. En cuanto les diga lo que pienso hacer con esta preciosidad dejarán lo que tengan entre manos y vendrán corriendo a ponerle las garras  encima….. Por supuesto tú también te puedes unir a la fiesta.

- Vaya,… muchas gracias,… pero eso de la crucifixión, no sé ..¡no me digas que vas a usar clavos con ella!.

- No, claro que no, por esta vez  usaremos cuerdas, pero no creas que lo de los clavos es necesariamente lo peor. El suplicio de la crucifixión es en sí mismo un castigo terrible, Alexa colgará de la cruz en una postura antinatural, muy  incómoda y al de pocas horas le dolerá horriblemente hasta el último músculo de su cuerpo. Además estará completamente desnuda a la intemperie expuesta al frío helador de la noche y  al calor del día.  Cuando lleve varias horas crucificada  estará dispuesta a vender a su madre con tal de que la bajemos de la cruz.

- Sigue, cuéntame más, dijo Richard con la polla dura sólo de imaginárselo.

- También tendrá terribles problemas de asfixia  y falta de respiración, pero eso se puede aliviar de diferentes maneras para que aguante más tiempo y además se le puede dar de beber o suministrar estimulantes para evitar que se quede inconsciente y para  que el tormento sea aún más largo.

- Ya veo, ¿y eso es todo?

- No claro,.. no podemos dejar que la víctima se aburra ahí colgada. Una vez crucificada se le podrán añadir los tormentos adicionales que se nos ocurra. Mis invitados se ocuparán de eso de mil amores, ja, ja.

- No sé, me parece un castigo muy duro.

- Creo que después de cómo nos ha engañado, tu hijastra se lo merece, con creces ¿no crees?

- Sí, la verdad es que sí que se lo merece.

- Luego, después de eso la puedes dejar aquí y aunque venga tu mujer podrás venir cuando quieras y como tú dices,  entre los dos seguiremos educándola. Como ves tengo aquí todo lo necesario para eso.

- ¿Qué opinas tú, cariño?, dijo Richard acariciando a Alexa en la cara con el dorso de la mano, yo creo que te lo mereces. Y la bella joven no respondió que no.

- Muy bien, entonces estamos de acuerdo, haz con ella lo que gustes Peter. Por cierto, eso que tienes ahí es un potro de tortura, ¿no?.

- Sí, lo he hecho yo mismo.

- ¿Y funciona?

La pregunta casi ofendió a Peter.

- ¡Claro que sí!, funciona a la perfección.

- ¿Lo has probado ya con ella?

- Aún no, pero tenía intención de usarlo cuando terminemos con lo de las agujas.

- Te lo iba a proponer, siempre me han dado mucho morbo los potros de tortura y se que a mi pequeña Alexa también, un día me lo confesó, ¿verdad que sí pequeña?  

La joven bajó la mirada, le avergonzaba que su padrastro hablara así de sus íntimos deseos masoquistas.

- Y ahora procede por favor, clávale la primera aguja, estoy impaciente por oir gritar a esta zorra.

- Ja, ja, por ¿cuál quieres que empiece?

- Por el izquierdo, creo que lo tiene más sensible.

- De acuerdo.

- AAAAAHHHHHHH

Peter le clavó la aguja en la mitad del pecho pero lejos del pezón. El metal traspasó fácilmente la piel gracias a que el pecho de Alexa estaba muy turgente  y el dolor fue relativamente soportable, además ahora que estaba su padrastro delante la joven quería hacer ver que aguantaba más.

- Vamos ahora tú, le dijo a Richard, ya ves que es muy fácil.

- De acuerdo, ahí va.

Richard se ocupó del pecho derecho pero cuando iba a clavarle la primera aguja su amigo le detuvo.

- Alto, no tan cerca del pezón, eso lo dejaremos para el final, ya verás qué divertido.

- AAAAHHHH

Richard le clavó la aguja y la introdujo unos tres centímetros. Los pechos de Alexa eran lo suficientemente grandes para que no hubiera peligro de tocar ningún órgano vital pero no convenía arriesgarse. Los dos hombres pasaron así un buen rato introduciéndole diez agujas en cada pecho y como cada vez se acercaban más a los sensibles pezones de la muchacha ella gritaba cada vez más fuerte y temblaba de dolor intentando asimilar el tormento.

Por fin las diez últimas agujas las reservaron para la punta de los senos lo cual debería ser infinitamente más doloroso y cruel. Sin embargo, antes de eso le quitaron los anillos de castrar.

Dichos anillos de goma aprisionaban tan fuertemente la base de los pezones que a los hombres les costó mucho sacarlos tirando con los dedos. Ya podemos imaginarnos el tremendo dolor que sintió Alexa mientras se los quitaban a tirones.

- AAAAYYY, UUUAAA

La joven no paró de dar alaridos llorando hasta que le extrajeron los anillos de goma y luego volvió a gemir cuando le masajearon los pezones con los dedos para que recuperaran su ser y volviera la circulación.

No obstante el tormento que había ideado Peter iba a ir in crescendo, pues ahora tocaba clavarle las cinco agujas restantes en cada pecho. Por indicación de Peter estas cinco agujas las clavaron en las aureolas y directamente en los pezones hacia el interior del pecho.

- AAIIIIAAAAAA

Esta vez Alexa no pudo reprimir sus alaridos en ningún momento pues los dos hombres se las clavaron a la vez totalmente transidos de lujuria y sadismo. La joven lloraba y pedía piedad a voz en grito mientras veía los gestos sádicos de esos dos hombres al torturarla.

Por fin, cuando se calmó, la muchacha dejó de gritar pero otra vez se puso a llorar de continuo sin posibilidad de consuelo.

- Oh, vamos pequeña, tienes que aprender a soportar el dolor, dijo hipócritamente su padrastro, sino nunca serás una buena esclava.

Entonces le llegó el momento a las tenazas candentes.

Estas eran unas tenacillas pequeñas que se podían manejar con una sola mano como si fuesen tijeras gracias a sus mangos en forma de anillos. Las tenacillas  llevaban un buen rato calentándose en las brasas y las puntas ya estaban de color rojo.   

Previsoramente Peter había traido unos guantes de cocina para no quemarse las manos y fue a buscar otros para Richard.

Entre tanto éste observaba satisfecho los pechos de Alexa que seguían de color azul y ahora estaban erizados de agujas metálicas.

- Observa cómo se hace, dijo Peter calzándose los guantes, entonces el tipo sacó la tenacilla de las brasas y atrapó con ella una de las agujas.

Como por arte de magia en unos pocos segundos Alexa fue crispando su rostro y miró angustiosamente a su padrastro. Y esa mueca se desfiguró en un indescriptible gesto de dolor y un alarido que les puso los pelos de punta. La chica siguió gritando y retorciéndose haciendo chocar su entrepierna contra el caballete y no se calmó hasta que el calor fue remitiendo.

Inmediatamente Peter devolvió la tenaza al braserillo y cogió en su lugar otra que ya estaba al rojo.

Segundos después Alexa estaba otra vez berreando como una histérica y debatiéndose de dolor sobre sus ataduras.   

Su padrastro estaba encantado del resultado, ese Peter sabía muy bien lo que hacía.

- Ahora tú, Richard. Ocúpate del otro pecho. El padrastro no se hizo de rogar y atrapó con una tenaza una de las agujas que había introducido momentos antes. Ahora la joven sufría doblemente con ese calor insoportable que venía de las dos mamas alternativamente o  a la vez.

Para desgracia de la chica, los hombres contaban con diez tenacillas de manera que aunque al principio sólo usaban dos a la vez, llegó un momento en que llegaron a usar cuatro a dos manos turnando una con otra a medida que se enfriaban.

Para la pobre Alexa el resultado era bestial pues no paraba de gemir ni llorar desesperada sintiendo que los senos le ardían por dentro.

- ¿Quién te ha enseñado este tipo de torturas?, preguntó Richard cada vez más excitado y aumentando la cadencia con la que cambiaba las tenacillas.

- Oh precisamente es una de las personas que voy a invitar para la crucifixión de Alexa. Se  llama Stephen y es un viejo podrido de pasta que lleva toda la vida en el BDSM. Sólo que él practica la tortura de formas aún más intensas y perversas.

- ¿Ah sí?, ¿cómo?.

- A él le gusta clavar agujas más largas y traspasar los pechos de parte a parte.

- Dios, eso tiene que ser muy doloroso.

- Lo es, de hecho, en cuanto vea los pechos de nuestra querida Alexa se lo querrá hacer con toda seguridad. Espero que no tengas problema en eso.

- Por supuesto que no, además  no quiero perdérmelo.

- Ja, ja Alexa, tu padrastro se está volviendo más sádico que yo. Mira Richard, ahora le vamos a hacer algo más fuerte, suelta las tenacillas y cogemos cada uno dos nuevas. Se trata de pinzar lo dos a la vez las agujas que tiene en los pezones.

Los dos hombres cogieron cada uno dos tenacillas candentes y a la de tres atenazaron cuatro o cinco agujas de las que estaban clavadas en las aureolas y los pezones de la chica, y  allí las dejaron el tiempo suficiente para que la esclava visitara el infierno.

- IAAAAAAAA

La pobre Alexa soltaba ahora alaridos sin parar mientras todo su cuerpo temblaba espasmódicamente chocando una y otra vez contra la cuña del caballete. Los hombres fueron sustituyendo las tenacillas por otras del brasero pero mordieron con ellas las mismas agujas para mantener ese calor insoportable el mayor tiempo posible.

Hasta tal punto la torturaron que se terminó saturando su sistema nervioso y tras poner los ojos en blanco Alexa se desmayó.

Los dos hombres rieron de gozo y se dieron un palmetazo para celebrarlo, entonces Richard reparó en el charco de orina que había bajo el caballete.

La tortura de las agujas podía haber continuado si hubieran despertado a la joven, pero Peter aconsejó a Richard que lo dejaran por el momento y permitieran descansar unas horas a la esclava. De este modo le sacaron las agujas de los pechos y le desinfectaron las heridas. También le quitaron los cintos de cuero que habían restringido la circulación en sus tetas.

Finalmente la bajaron del caballete. Aparte de sus senos Alexa tenía la entrepierna enormemente irritada y también era una fuente de dolor.

Una vez liberada, Richard la cogió en brazos y aún inconsciente la acostó sobre el potro de tortura.

Entre los dos hombres se apresuraron a atar a su víctima al ingenio. Richard  cerró el cepo que aprisionaba sus tobillos por los agujeros extremos del mismo de modo que ella quedó con las piernas abiertas en V. Mientras tanto  Peter ató sus brazos muertos a las esposas conectadas a la soga que se enrollaba en el cilindro.  Hecho esto, los dos accionaron el cilindro del potro y dieron varias vueltas a éste hasta que el cuerpo de la chica quedó estirado sobre la tabla y completamente inmovilizado.

Luego, alejándose dos pasos Peters cogió el teléfono móvil y sacó una fotografía de la chica.  

Entonces los dos hombres dejaron en paz a su víctima y se fueron arriba para que ella pudiera descansar y estuviera lista y consciente  para afrontar su siguiente suplicio.

Mientras Alexa se recuperaba de los brutales tormentos de ese día  Peter y Richard planificaron su futuro inmediato tomando unas birras en la cocina.

Peter tenía fijación sólo por una cosa.

- ¿Para cuándo programamos el castigo de Alexa?

- ¿Te refieres a la crucifixión?

- Sí

- Dejame ver, su madre llegará dentro de tres días. Necesito que entonces mi hijastra se encuentre  en casa para que no pueda sospechar nada. Ese mismo día Alexa puede venir aquí con la excusa de lo del trabajo.  Como dice la nota, a su madre le diremos que el trabajo es fuera de la ciudad y Alexa tendrá que estar fuera de su casa durante semanas o meses.

- Ja, ja, tu casa está solo a doscientos metros de aquí, si su madre lo supiera….

- Deja eso ahora… por tanto puedes hacer la invitación a tus amigos para dentro de tres días y disponer de mi hijastra como quieras a partir de esa fecha.

Peter estaba como si le hubiera tocado la lotería.

- Ya verás Richard, dijo bebiendo del botellín. Alexa será una buena esclava, lo lleva en la sangre.

- No sé, me preocupa someterla a torturas tan brutales, ¿no se echará atrás y lo confesará todo?

- ¿Bromeas?, aunque no lo ha dicho con esas palabras, ella misma ha pedido ser sometida al suplicio de la cruz voluntariamente.  Como te digo creo que le gusta la esclavitud y creo que cada vez le gustará más. Hazme caso Richard, tu hijastra necesita que le de caña gente que sepa.

- Pues hoy ha tenido para hartarse, lo de las agujas ha sido una pasada.

- No te creas, hay cosas peores. Muy bien Richard, entonces si me permites voy a realizar las invitaciones para dentro de tres días.

Peter escribió a sus sádicos amigos un whatsapp en el que les comunicaba la invitación y las fechas para celebrar en su casa una sesión de BDSM, por supuesto totalmente gratuita.

Hay que tener en cuenta que eso de compartir sesiones y esclavas lo solían hacer mucho entre ellos y normalmente Peter siempre iba de prestado. Ahora sin embargo, iba a ser el anfitrión.

En la invitación telefónica el hombre especificó lo siguiente:

- Datos de la voluntaria; nombre: Alexa, 18 años, raza blanca (adjunto fotografía de  desnudo integral), esclava amateur y experiencia muy limitada en bondage aunque ha recibido entrenamiento severo en los últimos días.  La voluntaria  se declara masoquista y sumisa.

- Expectativas y preferencias: la voluntaria no pone ningún límite a ser usada sexualmente como prefieran sus verdugos, asimismo tampoco pone límites a las humillaciones que pueda recibir. Respecto a la tortura en sí, la voluntaria tampoco ha especificado ningún límite ni en la intensidad  del suplicio ni en la duración del mismo por lo que éste queda a la voluntad de los verdugos. Esto significa que la voluntaria renuncia al privilegio del safeword de modo que sólo sus amos podrán interrumpir los tormentos que se le apliquen.

Se sugiere una sesión de bondage de 72 horas seguidas sin interrupciones a no ser que la voluntaria sea incapaz de soportarlo, aunque en este caso se le proporcionarán estimulantes. Como decimos en ningún caso gozará del privilegio de una safeword por lo que sus previsibles ruegos y peticiones de piedad serán desoídos por los verdugos.

El castigo fundamental consistirá en la crucifixión con cuerdas en muñecas y tobillos por petición expresa de la voluntaria. También por deseo propio y de sus amos, la voluntaria será crucificada completamente desnuda sin poder ocultar su sexo durante el trance. El bondage se efectuará en una cruz baja de dos metros de alta como mucho para facilitar ulteriores tormentos sobre su cuerpo. Estos podrán llegar al grado  de “severos” y se sugiere la siguiente lista de instrumentos: látigos de cualquier tipo menos los de tipo flagrum, varas, fustas, palas, etc. También se permiten tenazas, peines de puas, punzones, agujas, pinwheel, prensas de senos, picanas eléctricas, ramas de espino, dildos y peras vaginales o anales. Durante el suplicio no se descarta el anillado de la voluntaria  o el uso de hierros y agujas candentes, líquidos o sustancias irritantes  como agua salada, vinagre, hortigas, inyecciones salinas, etc.  Tampoco se descarta el uso de electrodos pero todo ello supervisado por los amos de la esclava.

Preferencias: la voluntaria solicita a sus verdugos ser follada por todos ellos antes y durante su crucifixión cuantas veces quieran y de la manera que deseen: vaginal, anal, facial, doble penetración o una combinación de todo ello. También ruega que se le permita tener orgasmos libremente  y que sus torturadores centren su atención y habilidad en sus pechos que ella declara  ser naturales (vease la fotografía adjunta) y según sus propias palabras, muy sensibles.

Los invitados podrán sugerir otras torturas para aplicar a la voluntaria cuya viabilidad se estudiará en su caso.

Por último la voluntaria desea que sus verdugos disfruten de su tortura.

- ¿Qué te parece Richard?

- Me parece bien, ¿te contestarán?

- ¿Bromeas?, arderán de impaciencia cuando vean la foto y ese pedazo de cuerpo que tiene.

Peter mandó los mensajes y efectivamente les faltó tiempo para contestar y aceptar encantados.

El viejo Stephen solicitó además que le pudieran acompañar cuatro ayudantes que normalmente trabajaban a su servicio a los que calificó como “expertos verdugos”.

Por supuesto tanto Richard como Peter accedieron a su demanda.

Cuatro horas después los dos hombres estaban de vuelta en el garaje para otra sesión de bondage con Alexa. Los dos acudieron completamente desnudos y con una buena provisión de bebidas pues esperaban que el trance fuera largo.  Esta vez ella recibiría tormento en el potro de tortura.

(continuará).

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