El Legado X
Debo salir de Aquí:
I
Salgo del baño tambaleándome como si me encontrase bolo. Creo que Javier se la creyó. Antes de salir me cercioré de tener bien oculta la ramita. Como era pequeña, no se notaba en lo más mínimo.
Sígame por favor. me dijo Javier.
Tengo hambre le dije desganado, como sin fuerza.
Precisamente ahora la señorita Sonia le tiene preparado el desayuno. el desayuno. Si, aprovecharían el desayuno para drogarme otra vez. Metí la mano entre mi bolsillo y arranqué una de las hojitas. Fingiendo tos, la metí en mi boca y la guardé entre el paladar. Javier caminaba delante de mí, así que no se dio cuenta.
¿y Sonia?
Ella le está preparando el desayuno.
Llegamos hasta la habitación y el tocó la puerta. Esta se abrió levemente. Intercambió palabras silenciosas con alguien, Sonia, diciéndose "El señor Medina ya está aquí". "Dame un minuto Javier, por favor." Esperamos afuera más o menos unos 5 minutos, y después la dulce voz de Sonia nos llamó melosamente: "Adelante".
Javier me abrió la puerta sonriendo socarronamente. Entré y la vi, se miraba muy hermosa. Su delicado cuerpecito blanco se encontraba enfundado en un corsé de cuero, muy apretado y que le marcaba una cintura bastante estrecha. Sus senos la descubierto, con aros metálicos en los pezones, con una cadena unida a cada uno de ellos. Ambas cadenas se unían a otra, que a su vez se unía con una más gruesa que salía del grueso collar de cuero rojo puesto en su cuello. Su sexo, desnudo, con sus adornos colgando libremente. Sonia era una hermosa travesti.
Llevaba los genitales completamente depilados. Toda ella estaba perfectamente depilada. Una anilla de metal rodeaba la base de su pene y testículos, apretándolos bastante. Se miraba muy erótica con su palomita erecta, aprisionada por la anilla. De esta salía otra cadena que colgaba con hacia el suelo, sin tocarlo. Del otro lado, salía otra cadena que se unía a un grueso consolador verde que se enterraba entre su ano, vibrando intensamente. Estaba visiblemente excitada.
Sonia no era una perra como las otras, según explicó el Machetero. Sheny era una esclava un poco más libre, pues ella tenía control sobre su vida, por lo menos el que su amo le daba. Trabajaba para el, y el la apreciaba por su eficiencia. Ella era una especie de asistente. Le llevaba las cuentas, le hacía de secretaria, sirvienta, etc. Y por las noches calentaba su cama. Sonia jugaba un papel muy importante en la organización del machetero a pesar de su concisión de esclava. Tenía autoridad y un limitado poder de decisión sobre el resto de secuaces. Era como una esclava griega, en donde uno de estos podía ocupar un cargo público muy importante, sin ser un hombre libre. Eso sería lo único que lo diferenciaría del resto.
Me hizo una señal de que me sentara a su lado. Del otro, tenía un plato con un desayuno que se miraba suculento.
Anoche quedé con ganas de más, Salva.
¿Sí? dije yo haciéndome el adormilado.
Si es usted un prodigio. tomó la cuchara y me ofreció un bocado. Lo tomé para despistar. Yo tomé uno y se lo ofrecí ¡bingo! Lo rechazó.
No Salva, soy una esclava y no puedo comer del mismo plato de mi amo.
Pero yo te invito. le dije.
No no, no es correcto
Sonia
Es que es una falta de respeto. me llevé el bocado a la boca, tragándolo junto con la hojita. No quise insistir más pues sería sospechoso.
Sonia me siguió alimentando en la boca, mientras sobaba clandestinamente mi entrepierna y lanzaba furtivas miradas al bulto que se me estaba formando allí. Si quería escapar de allí, tendría que utilizar toda mi habilidad, todo mi poder, que apenas estaba aprendiendo a usar. Pero bueno, después de todo, soy el heredero del Ladrón de Almas. Algo tenía que hacer.
II
Sonia me seguía dando la comida en la boca, bocado a bocado. Se le notaba que ardía en deseos de ser mía, como anoche. Su pequeño pene estaba enrojecido como un tomate. De verdad estaba necesitada.
Las imágenes de la noche anterior se repetían una y otra vez en mi mente. Tuve que tener mucho cuidado de parecer narcotizado, pues estaba seguro de que en el desayuno se encontraba la droga. Recordé a Sheny llorando, al Machetero extasiado, y a mí, cogiendo como un desesperado con las perras que me llevó.
Entró al salón un hombre alto, de tez blanca, delgado y nervudo. Era Javier, pero no lo sabía en ese momento. Traía una cadena en las manos, con la que jalaba algo, pero ¿qué? a medida que penetraba al salón, mi duda se disipaba. Eran 3 mujeres, encadenadas del cuello y manos, avanzando trabajosamente de rodillas en el suelo.
¿Qué le parece señor Medina? ¡No le parecen una maravilla! Torres se reía a carcajadas, de verdad se extasiaba de ver a esas mujeres en ese estado tan lamentable Sonia, por favor, háblale al Salvador espero que no le moleste que lo llame por su nombre háblale sobre las perras por favor se recostó sobre el sillón, con una sonrisa de oreja a oreja, feliz, realizado.
Señor Medina, inició Sonia con voz de vendedora de productos de belleza permítame presentarle a las 3 perras del señor Carlos Torres, entrenadas personalmente por su dueño. Javier las soltó de la cadena, y Sonia procedió a levantar a la primera el nombre de esta es Marta, puede ver su cabellera negra, perfectamente lacia hasta media espalda, cuidada con esmero. Ella es especialmente buena en todo lo relacionado con juegos bucales. Sus medidas son 82, 58, 87, y mide 1.62 mt. La siguiente se llama Eloisa, pero responde también al apodo de "tragasables". Su fuerte también son los juegos bucales, como su apodo lo indica. Ella es bastante más alta y corpulenta que Marta, con 1.78 mt. de estatura sus medidas también son muy pronunciadas: 98, 64, 97. Ella tiene una elegante cabellera castaña teñida, alisada y cuidada con esmero. Y la última perra del amo Carlos Torres responde al nombre de Tonina. Se trata de una hembra de 1.68 mt., de piel morena clara, cabello negro lacio hasta los hombros, cuidadosamente recortado en capas. Sus medidas son 92, 61, 90 y ella está especializada en la cópula, pues cuenta con una musculatura excelente, una óptima condición física y una figura estilizada y muy hermosa.
Espero que mis perras sean de su agrado Salvador Marta, la "Tragasables" y Tonina estoy especialmente orgulloso de ellas, son la perfección en el arte de someter y dominar personas, en el fino arte de la doma, de la domesticación de hembras humanas.
¿Qué era todo esto? ¿Estaban tratando de venderme ganado? ¿Cómo era posible que trataran de esta manera a 3 mujeres, 3 seres humanos? Me asqueaba eso. Y pensar que lo mismo pretendía hacerle a Sheny me ponía peor. " hembras humanas.", ¡qué tipo tan sucio y asqueroso. Juro que si no hubiese estado tan drogado, me le hubiese tirado encima y lo hubiese partido a la mitad al hijo de puta ese, lo juro. Mientras, Sheny seguía temblando en mis brazos. El vibrador que tenía dentro de su sexo se encontraba tirado en el suelo.
III
Mis ojos se encontraban clavados en el horizonte blanco de las paredes de mi habitación, con la mente perdida, pensando, reflexionando. Tenía que hallar una manera de salir de allí y de sacar a Sheny conmigo. Pero ahora ya no sería tan sencillo. No podía darle la espalda a las 3 mujeres que el Machetero tenía como perras, no. Y sobre todo, no podía irme sin mi hermana.
¿Por qué mi hermana, qué tenía que ver ella en todo esto? Seguramente el machetero la llevó allí para ver hasta qué punto podía llegar yo, en el mejor de los casos, pues esto quería decir que no esperaba que escapara de los efectos de la droga. Pero, si la trajo como un método de coacción en mi contra, sería una prueba de que ya estaba preparado para que detener cualquier intento de huída. Debía conducirme con absoluto cuidado, con pies ligeros y guantes de seda.
Por lo pronto era importante que no se dieran cuenta de que ya no me encontraba drogado. Creo que el hecho de que la paloma no se me hubiera parado todavía resultó ser muy conveniente. Sonia estaba arrodillada frente a mí, lamiéndome el sexo, chupándomelo intensamente. Lo metía dentro de su tierna boquita y jugaba con mi glande dentro de ella. Se esforzaba mucho por ponérmela dura, se le notaba la excitación. Sin embargo mi pene seguía dormido. Fue porque me hallaba muy metido dentro de mis cavilaciones, pero fue muy conveniente. Creo que la hizo suponer que me encontraba peor de lo que estaba, pues con mi agudo oído le pude escuchar: "me pasé con la droga".
"¡Pues si palo querés, palo te voy a dar!" me dije para mí. Si, mi engaño estaba funcionando. Por ahora debía seguir así, sin levantar sospecha. Me la iba a jugar ahorita. ¿Hasta dónde podría controlar mi poder? Estaba a punto de averiguarlo. Si lograba nublar y dominar la mente de Sonia, tendría una inmejorable oportunidad. Después de todo, soy Salvador Medina, el nieto de Emilio Medina y heredero del Ladrón de Almas
CONTINUARÁ
Gran Jaguar
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