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Cadejo (06: Paola)

en Gays

Cadejo

06: Paola.

Angélica reapareció, y aportó nuevos datos la búsqueda de Arturo, más no respuestas a las preguntas. De hecho, ahora había más preguntas. Su esposa y sus cuñadas era putas de lujo antes de que el llegara a sus vidas. Fueron compañeras de batalla de Wendy y de Angélica y, aparentemente, nunca salieron de ese mundo. Y el que sabía más, casi todo quizá, Bertrand Ochrier, se encontraba en Francia por unos 6 o 7 meses y no había forma de localizarlo allá. Arturo se desesperaba.

Pero bueno, por lo menos ahora el camino que debían seguir estaba un poco más claro. Para poder tener más oportunidades de averiguar el paradero de sus hijos, tendrían que meterse a bucear dentro de ese mundo. Sin embargo esto venía acompañado de sus propias dificultades. Una de ellas era el hecho de que Arturo y Angélica podían se reconocidos. No podían olvidar que las cuñadas de Arturo, Patricia y alba, seguían metidas en todo eso, y que probablemente varios conocidos de ellas. Aparte, Angélica ya se había dado color de que buscaba a su prima, no la iban a recibir con los brazos completamente abiertos. Y por si fuera poco, tenían que esconder a Pablo, una razón más por la que no podía meterse en ese submundo así por así. Sería muy sospechoso que el tío del muchacho desaparecido fuese un prestigioso puto.

Pero no todo estaba perdido, siempre queda un sin embargo en casi todas las situaciones, por muy difíciles que sean. Angélica era más inteligente de lo que parecía. Su amplio conocimiento de ese mundo probaría ser muy valioso.

No podemos salir como putos de lujo así de fácil, no. Pero sí podemos hacerlo de incógnito…

¿De qué? – preguntó Arturo.

¿Cómo hacerlo de incógnito? – preguntó Julio también.

Miren, Arturo puede meterse en ese mundo de una manera fácil, como un misterioso prostituto, cuya cara nadie ha visto. Coge, cobra y se va, nadie sabe nada sobre el, es solo sexo.

¿Cómo así? – preguntó Arturo nuevamente.

Mirá vos, estar con un desconocido enmascarado en la cama transmite un morbo muy grande. Entre un ambiente de pervertidos puede que funcione.

Nada de que pude… ¡va a funcionar! Arturo, ¿te das cuenta del físico que tenés? Por sobre tu ropa se pude saber que sus muy musculoso. Ahora de pene no sé cómo serás, pero de cuerpo estás muy bien para meterte en esto.

Pero… ¿tener sexo con alguien cuya cara no se ve?

¡Ja! Para un morboso era algo muy sugestivo…

Si, y considerando que a dónde te vas a meter es un mundo de morbosos pervertidos, es perfecto. – agregó Julio.

Si… ahora solo necesitamos de una buena labor de marketing… ¿verdad Julio? – dijo Angélica a su esposo, que no vio la manera de decirle no.

Ese día, Arturo dejó a Pablo con Julio y su esposa, ese era el lugar más seguro para el. Sobre todo después de que Patty llegó a buscarlo con un policía. En cuanto Arturo llegó a su casa, la llamó haciéndose el que no sabe nada:

Aló…

Aló, ¿Patty?

¡Arturo!, hola…

Mirá, me dijo la vecina que me viniste a buscar con un policía… ¿pasó algo?

Si… Pablito desapareció…

¡¿Qué?!

Desapareció Arturo…

¡¿Cuándo?!

Hoy… se salió del colegio y nadie sabe nada de el. No ha llamado y no sé en donde está.

Pero Patty, si fue hoy que desapareció, de seguro anda en la casa de algún su amigo.

Talvez pero… pero… ¿y su no?

Pues entonces si preocupate… ¿por eso me viniste a buscar con un policía?

Pensé que tal vez se habría ido contigo, pues con Alba no estaba.

Patricia, mejor ponete a llamar a las casa de sus amigos y no te pongás con la vida en un hilo. ¿Ya llamaste a sus amigos?

No… pero no creo que esté allí.

¿Cómo sabés?

¡Porque lo sé!… ¡Una madre sabe esas cosas!

¡Lo único que tenés es miedo y ni mierda más!

Arturo mirá…

Te voy a agradecer si no volvés a venir a mi casa acompañada de la policía otra vez, por favor.

Arturo, ¿de verdad no sabés nada? por favor, decímelo.

No, no sé… el no se comunicó conmigo, no sé dónde pueda estar…

¡Arturo por lo que más querrás! ¡Si sabés algo me lo tenés que decir! – le dijo casi gritándole iracunda.

¡No se nada Patty, nada! ¡Vos sabés que te lo diría de inmediato, adoro a ese muchacho! Te aseguro que se fue con sus amigos, está en la edad… no te pongás así todavía.

Si, si… perdón Arturo pero es que estoy desesperada…

Hablaron por un rato más, luego colgaron. Patty se quedó llorando por su hijo, aunque a Arturo sus lágrimas le sabían de cocodrilo. "Desesperada… bueno está, lo dio para pagar una deuda y ahora está desesperada por el… ¡ja!" se dijo Arturo en su interior. Y es que no podía dejar los sentimientos de encono contra su cuñada después de haber escuchado lo que esos hombres le hicieron a su sobrino.

Eran 3 hombres los que se lo llevaron. El que apodan Caimán, el negro y otro más que iba manejando. Aparte, dejaron otro más dentro de la casa vigilando que todo anduviera con normalidad allí.

Llevaron a Pablito hasta un elegante hotel del centro de la ciudad. Subieron con el hasta la suite en donde lo esperaba Mario Rodríguez, la Culebra. Lo acompañaban otros 2 guardias.

Mmmm… que bien está el muchachito… si… pero, ¿dónde está lo extraordinario de lo que me habían hablado?

Creo que lo lleva entre las piernas señor… ¿me permite? – preguntó el negro, pidiendo permiso para desnudar al muchacho. La Culebra le dio su venia con un ademán y se quedó frío al ver el largo péndulo de carne flácida que colgaba entre sus piernas.

¡Me voy a divertir con el! Je, je, je… ¡Definitivamente me voy a divertir con el!

Imagínela dura jefe… – dijo sonriente el negro.

Traigan a la perra para que la ponga dura.

Del interior de la suite apareció una mujer, ataviada completamente de cuero. Vestía un apretado corsé negro hasta el cuello, en donde terminaba en un grueso collar café de cuero también. Una abertura en el medio del pecho, unida por tensas correas rojas, dibujaba un llamativo escote, que mostraba bastante de 2 gordos y prominente senos. Espalda destapada hasta la mitad, traía la cara cubierta por un antifaz rojo. Traía también un calzoncito del mismo color, muy delgado y apretado que cubría unas prometedoras partes íntimas. La mujer era de piel morena clara, probablemente blanca pues se miraba bronceada, y muy voluptuosa.

Sujeta a una cadena, la mujer traía a otra, en calidad de perra. Completamente desnuda, tan solo traía un collar de perro rojo. Su cara dibujaba innumerables noches de no dormir, noches de lujuria, años de ser una cosa, una esclava. Sus senos grandes colgaban y se meneaban a cada paso, y su trasero, igualmente grande y firme, mostraba líneas y cicatrices de azotes. Era una esclava auténtica, una mujer deshumanizada completamente, sin alma ni voluntad, ávida de sexo y amante del dolor. Solo vive para su señor y este hace lo que se le da la gana con ella, entre peor se le trate, mejor. Estaba completamente rapada. Pablo miraba asustado, sabía lo que le harían y lo aterraba la idea.

La mujer ataviada en cuero llevó a la perra hasta los pies de Pablo, esta de inmediato lo comenzó a mamar. No usaba las manos, era solo una perra, una simple perra y las perras no usan las manos. No tienen manos, tiene patas.

La esclava mamaba muy bien a Pablo, a pesar del temor que sentía su pene comenzó a tomar forma, a levantarse con el siguiente regocijo de la Culebra. Nunca había estado frente a un pene de tales dimensiones, lo excitaba. Sin embargo a el no le gustaba agarrar vergas, mucho menos chuparlas. De lo que el disfrutaba era del morbo que experimentaba al tener a un ser así, a sabiendas de que podía hacerle lo que quisiera.

Una vez que Pablo alcanzó los 30 cm. que le eran habituales, y los 6 que tenía de grosor, el amo dijo:

Miremos qué es lo que pude hacer con ella.

La dominatriz le pidió ayuda a 2 de los presentes para vestir adecuadamente a la víctima. El Caimán y el Negro miraban desde una esquina, cada uno al lado de la puerta. Detrás del amo estaban otros 2, y un tercero sentado en el fondo.

La mujer desnudó a Pablito, lo dejó completamente desnudo. Su blanquecino cuerpo se miraba sexy ante su respiración agitada que lo sacudía suavemente, en un sensual tremor que le recorría la espalda. La mujer también le colocó un arnés en los testículos, este era un curioso ajuar de dominación genital. Era una anilla metálica que cerró alrededor de la base de su pene, apenas so cerró. Tuvo que ir varias veces a buscar una más grande. Una cuerda blanca salía de ella, esta se amarró alrededor de sus huevos. Era un efectivo sistema para mantener una erección de pié por u tiempo prolongado.

Luego le puso un collar de perro y una cadena. Le ordenó que se pusiera en 4 y lo paseó por la habitación. La Culebra se regocijaba mirando como su largo pene se meneaba como un pesado péndulo y rozaba con la fría superficie del piso. Veía con calentura como las venas de su enrojecido pene parecían querer estallar. A Pablo le molestaba esa anilla. No era que en otras circunstancias no hubiese disfrutado de llevarla, pero es que lo apretaba demasiado. No era de su talla.

La mujer lo hacía avanzar a la par de la perra, que lo volteaba a ver en ocasiones, impresionada del tamaño de su sexo. ¿Estaría temerosa?, quién sabe, aunque era obvio que sería ella quién tendría que recibir ese portento de pene.

Dieron una vuelta por el salón hasta terminar frente al amo, que descansaba expectante sobre un cómodo sillón.

"Que la monte" ordenó. 2 de los guardias ayudaron a la meretriz a ponerlo sobre la perra, esta ni se inmutó, sabía que si lo hacía avergonzaría a su amo y el castigo sería severo. La mujer tomó el pene de Pablo y lo chupó un poco, luego lo frotó y lo puso en la entrada del sexo de la infeliz esclava que sintió como esa tremenda tranca comenzaba a avanzar, lentamente, entre su sexo.

"¡Qué le de más duro por la gran puta!" rugió la Culebra, y Pablo sintió un fuerte azote en sus nalgas. La dominatriz lo estaba fustigando con un chicote para que acelerara. El muchacho obedeció y le empezó a dar duro, metía y sacaba su tremendo palo del interior de esa desgraciada que gemía y se lamentaba como una desesperada, como si la estuvieran torturando de la peor manera. Pablo la sujetó de los senos para poder asirse mejor y realizar una penetración más violenta. Después de todo temía del castigo que pudiera merecer si no lo hacía.

Pablo sentía como sus 30 cm. laceraban a la mujer. Ella no estaba humedecida en lo más mínimo y el roce de tan tremendo animal raspaba y erosionaba rápidamente las delicadas paredes vaginales. La perra gemía, gritaba y lloraba, el dolor era cada vez más insoportable, pero ni así se movía ni un centímetro. Estaba aferrada al suelo dispuesta a aguantar hasta la muerte si era necesario.

La Culebra lo miraba todo feliz, alucinado. Le hizo una señal a la dominatriz, quien se arrodillo y se puso a lamer el culito del niño. Trataba de introducir su lengua y de meterle saliva por el orificio. Mientras, Pablo seguía cogiéndose salvajemente a la mujer, que continuaba con los gritos de dolor. El creía que ya la había desgarrado o algo así.

Pablo estuvo así como por 10 minutos, pero no pudo acabar, la anilla se lo impedía.

La Culebra se puso de pié y se empezó a despojar de sus ropas. Sus guardaespaldas lo secundaron. Quedó desnudo con su cuerpo moreno y sin gracia, 1.68 de carne suave y lampiña, que ni siquiera estaba coronada por un buen pene. su pene era tan normal y fuera de lo normal que no siquiera vale la pena comentarlo en este relato. No así el del Caimán, que exhibía una poderosa verga de 20 cm. de largo y regularmente gruesa. Ya la tenía parada al igual que el Negro, que la tenía de 17. Pero el mejor de todo era uno que llamaban Macanudo, pues la tenía de 20 cm. y más gruesa que la del Caimán.

La meretriz sacó la verga del niño del sexo de la esclava y la puso en la entrada de su ano. Con un fuerte azote en sus nalgas hizo que el muchacho le clavara de un sólido golpe la verga hasta la base entre el culo a esa desdichado. Esta gritó como nunca, sus ojos parecían querer salírsele y daba la impresión de querer arañar el piso. El dolor era insoportable de verdad. Pablo la violó por más de 15 minutos así, luego paró.

Lo sentaron en un rincón mientras miraba como las 2 mujeres les chupaban las vergas a todos. Eran 6 hombres. La perra sin usar las manos como siempre, y la dominatriz como toda una maestra, parecía querer tragárselas. Pasados unos 10 minutos las 2 se fueron con Pablo y le chuparon la verga entre ambas hasta dejársela duro otra vez. Entonces vino lo peor…

Acostaron a Pablo en un sillón. La dominatriz se sentó sobre su madero y lo comenzó a cabalgas con grandes esfuerzos. Pero entonces sintió algo. Un pene estaba tratando de entrar entre su culito.

Pablo tiró a la puta y se quiso quitar, pero el Caimán lo sujetó de los brazos y lo dejó inmóvil.

Mirá putito, si no te dejás te vamos a obligar y eso te va a gustar menos. mejor dejanos trabajar a gusto, ¿oíste? – le dijo la Culebra.

Pero Pablo no quiso aceptar ser violado y tuvo que ser amarrado, sus manos quedaron tras su espalda, sujetas por un lazo. El Caimán y otro más lo agarraban de las piernas para que no tirara patadas. Fue entonces que sintió como un hierro al rojo vivo, cuando una de las vergas taladró hasta el fondo de su ano. Es cierto, ya había cogido con Arturo y había perdido su virginidad con el, pero no lo había obligado. De hecho el había propiciado esos encuentros y los disfrutó a tope. Luego, la dominatriz se sentó encima de su pene hinchado y tieso y lo comenzó a cabalgar, gimiendo ruidosamente como si cagara adobes. Bueno, casi era un adobe sobre lo que se había ensartado.

La violación fue bárbara. Mientras la mujer lo montaba, la perra le mamaba las vergas a los demás hombres para ponerlas duras antes de hacerlo suyo. Primero fue Mario Rodríguez, "La Culebra", quién lo poseyó. Le metió hasta el fondo su paloma, una verga que pasaba sin pena ni gloria. Le dio como un animal mientras el desgraciado de Pablito gritaba del sufrimiento.

¡¡¡¡YA NO!!!! ¡¡¡¡YA NO!!!! ¡¡¡¡AAAGGHHHH!!!! ¡¡¡¡YA NO!!!! ¡¡¡¡SE LO SUPLICO, YA NO!!!!

¡Sufre perro!… ¡Te gusta perra! ¡Yo sé que te gusta!… ¡Sos igual a tu madre hijo de puta!

El tipo terminó dentro del condón entre espasmos y gruñidos de victoria. Luego le tocó al Negro, que puso un bonito pene azabache de 17 cm., medianamente grueso, en la entrada del ano de Pablo. Lo atravesó como un salvaje y le comenzó a dar durísimo haciendo gala de un físico envidiable. El degenerado se dio la grande con el, y se tardó 15 minutos en llegar al final, que también eyaculó furiosamente dentro del condón.

Pablo estaba molido, pero todo apenas estaba empezando, pues ahora le tocaba al siguiente. Este era otro de los guardias, que lo violó pero Sin mayor convicción ni argumento (léase pene). El siguiente si que tenía. Era una inmensa tranca de 20 cm. bastante gruesa. Cuando Pablo la sintió entrar, vio estrellas y todo se le nubló. Entró a un estado letárgico en donde sentía y percibía lo que pasaba a su alrededor, pero no podía hacer nada. Estaba dormido pero despierto, presente pero ausente.

El Macanudo (que así apodaban a ese infeliz) le dio como por 20 minutos hasta que se hartó y se hizo la paja y terminó en un vaso. El siguiente fue el Caimán, que exhibiendo un pene de 18 cm. lo penetró sin contemplaciones y lo violó como se le dio la gana.

Una vez que una de las palomas terminaba, otra tomaba su lugar, no dejaban descansar ni un minuto a su sufrido recto, que palpitaba en carne viva. Perdió la cuenta de cuantos de esos cerdos pasaron por encima de el, se quedó en el Macanudo. Al final fueron más de 2 violaciones por tipo, pues mientras uno lo violaba, daba tiempo para que los otros se recuperaran. Los cerotes se vaciaron en el.

Luego lo llevaron el vilo hasta la bañera, y allí su humillación continuó. La Culebra sacó su pene, al igual que el resto de sus 5 guardias, y orinaron sobre su indefensa víctima. Lo empaparon de sus sucios miados, mientras le decían que era tan cerdo como su madre, que a ella se la cogían por montones, que era un auténtico hijo de puta, que ella lo tenía bien entrenado, y cosas por el estilo.

Luego, la dominatriz trajo a la perra. Metió en su boca los condones llenos de semen, y le hizo tomar el que estaba en el vaso, pera que después ella se lo pasara a la boca del Pablo en un largo y profundo beso. Los tipos estallaron en vítores para la puta por su gran idea. La perra llenó la boca de Pablito de la esperma de sus captores, el casi vomita pero se contuvo, no quería arriesgarse. La esclava jugó con el fluido dentro de la boca de el, y luego lo obligaron a tragarlo todo. Luego salieron las 2 mujeres. Pablo quedó hecho un charco de semen y de orines, se sentía el ser más sucio y asqueroso del mundo.

Sacaron a Pablo del hotel y se fueron. Los mismos 3 hombres que llevaron a Pablo a ese sitio lo devolvieron a su casa, en donde su madre lo aguardaba atemorizada. Arturo los vio llegar, pero no vio la cara embadurnada de su sobrino. Patricia quiso consolarlo, pero este no le dijo nada, ni se inmutó, era como si nada hubiese pasado.

Pablo… ¿amor?… perdoname pero no lo pude evitar… mirá, solo van a ser otras 2 veces y asunto terminado… ¿Pablo?… Pablo amor, hablame… – pero nada, Pablo se negaba a dirigirle la palabra a su mamá.

Arturo apretaba los dientes, estaba recostado sobre su cama. Tenía que conseguir venganza también para su sobrino, no podía dejar que lo que esos desgraciados le hicieron se quedara así nada más. Algo tendría que hacer con esa banda de perversos.

¿Cómo está Pablo?

Mejor, mejor… ya se ve más tranquilo, ya está más relajado.

Era un sábado, una semana después de que llevara a Pablo a casa de su amigo Julio para esconderlo. Arturo se reunió con su el en un café, cerca de un edificio que albergaba una importante empresa cervecera. Había estado esperando que la mujer de este se recuperara para comenzar el plan que tan cuidadosamente estaban elaborando. Pero a pesar de lo cuidadoso, ese plan todavía tenía serias lagunas que no podrías llenarse sino hasta iniciarlo.

Angélica quiere que vayás a almorzar con nosotros hoy.

¿Si?, pues si no es mucha molestia…

No vos, con vos no… ella quiere enseñarte algo…

¿Qué?

Solo te voy a decir que ya resolvió el problema de que alguien pueda reconocer a Pablito.

¿Y cómo?

Eso te lo va a decir ella.

Arturo se extrañó de eso, no sabía que esperar. Continuaron platicando:

Pues como te decía Arturo, el trabajo no es una inversión segura desde el principio, pero si le metemos el acelerador y logramos que la cosa camine, tené por seguro que será un negocio redondo.

¿Pero decime, es legal todo esto, verdad?

Si, si vos, 100% legal. Parece sospechoso, ¿verdad?

Si.

Pero no te preocupés, ya yo revisé todos los documentos pertinentes y les saqué copias, todo está en orden. Son un grupo de inversionistas japoneses. Nosotros solo seremos como los gerentes en Guatemala de sus industrias… obviamente bajo estricta supervisión de estos.

Los 2 amigos siguieron hablando animadamente. Por fin le había salido un buen trabajo a Julio, como el gerente de una empresa de tecnología japonesa que deseaba incursionar en Guatemala. Al fin iba a poder darle la solvencia económica que el deseaba a su familia. Además, pensaba jalarse a su amigo para que se olvidara de la prostitución y de esa venganza que deseaba.

Platicaron no solo de negocios, sino también de viejos tiempos. Julio y Arturo se conocían de casi toda la vida. Habían vivido en el mismo barrio y estudiado en la misma escuela, pero en grados diferentes. Arturo era 4 años mayor, y bastante más corpulento. Julio tenía 34 años y medía 1.71 mt. Era delgado y menudo, de tez morena clara, ojos cafés y vivaces. Tenía un nene de 2 años con Angélica.

Arturo… oíme…

No, no Julio, por favor, no insistás.

Pero esa venganza que querés… ni siquiera sabés contra quien será ni como lo harás…

Mirá, no pudo quedarme aquí solo mientras mis hijos están sufriendo quién sabe qué cosas.

¿Y cómo los pensás salvar si no sabés ni quién los puede tener?

Por eso no puedo dejar de putear, necesito estar dentro de ese mundo para saberlo.

¿Y el trabajo que te ofrezco?

Julio… mirá, sos un gran amigo pero no puedo parar ahora, no puedo dejar esto por un lado, no puedo.

¿Entonces seguirás como un puto?

Si…

Mirá, si estás dispuesto a esto, dejame ayudarte… – Arturo lo vio extrañado, pues el se oponía a que todo aquello siguiese.

¿Cómo me vas a ayudar?

No sé… como pueda…

Pero, ¿Y no decías que no te querías involucrar más?

Arturo, Angélica no va a dejar esa vida nunca, ya está visto que no puede… está atrapada en ella.

Pero te ama Julio…

Si yo sé, pero eso no cambia que no va a poder salirse de ese pozo oscuro. ¿Querés oír lo que me dijo anoche?

Si claro.

Estábamos platicando en el cuarto… ella todavía no sale mucho de alli pues los golpes todavía le duelen. Me senté en la cama a su lado, volteaba la cara para que no viera. Estaba llorando, no le podía ver el rostro pero sabía que estaba llorando. Le tomé la mano y ella me correspondió tímidamente.

¿Por qué haces esto? – me preguntó.

¿Hacer qué?

Esto… estar conmigo…

Porque te amo Angélica.

Pero soy una puta…

Mirá amor…

Una puta de lo peor. Te he engañado Julio, muchas veces y vos lo sabés pero parece que no lo querés aceptar.

…-… – callé.

Soy puta porque no tengo la fuerza para salir de esa mierda… me… me entregué a muchos, demasiados… hice lo que me pidieron y ellos me hicieron de todo. Me revolcaba a diario con uno, dos, tres… con muchos Julio. Yo ya no era una persona, solo una cosa… ¿Cómo me podés amar así?

No sé… pero lo cierto es que te amo y no voy a encontrar a nadie como tu…

Tan puta nunca…

No, no… a nadie con tus cualidades… que te revolcás con muchos, que te gusta ser dominada, eso ya lo sé. Pero también se como sos en verdad…

¿Y cómo soy en verdad?

Tremendamente tierna y cariñosa… me encanta verte arrullás a Julio Alfredo. Me deleitaba verte amamantándolo, con tantos mimos… tus ojos encendidos de amor mirándolo con orgullo. Me encanta verte feliz, espléndida bajo el sol. Y sobre todo, el cariño y el amor que me prodigás…

¡¿CUÁL POR LA GRAN PUTA?! Julio, yo te amo, pero no comprendo como lo podés sentir después de todo lo que hago…

¡Solamente lo siento, punto!

Continuamos con la discusión. Ella estaba desesperada, completamente decepcionada de sí misma y temía a rabiar que yo me decepcionara de ella. Se sentía aterrada de que yo llegara algún día y le dijera que era una puta asquerosa y que nunca la quería volver a ver. Por supuesto, eso no iba a pasar, desde que decidí andar con ella sabía bien como había sido su vida y lo acepté. Aunque claro está, yo esperaba que pudiera dejarla.

Es inútil Julio, tu no sabés todas las veces que traté de abandonar esa vida, incluso antes de conocerte…

Pero hacelo por mí, por tu hijo…

¡Por ti y por el nene es que me fui! Julio por favor, ya no tengo fuerzas, ya no. La presión y la tristeza de saber que te estoy fallando ya no la aguanto, porque no hay nada que yo desee más que hacerte feliz y se que estoy haciendo todo lo contrario…

Entonces…ñ – callé, no sabía si continuar.

…¿?…

…-…

¿Entonces?

Respondeme algo Angélica… pero quiero que sea con la verdad…

Si, claro…

¿Jamás podrás salir de esa vida?

Julio, si creyera que todavía puedo, nunca jamás me habría ido de tu lado.

¿Y vas a continuar con Arturo esta locura de su venganza?

Es que no puedo dejar a Wendy… no puedo amor, no puedo, la Culebra tiene que pagar…

Entonces ya está decidido…

No porque quiera, snif, snif… – estaba cubierta en llanto – es que ya no pude ser de otra manera… snif, snif…

Entonces ya esta decidido… yo no me conformaré con dejar que te pudrás en esa vida nunca, y me voy a quedar contigo…

¿Qué?

Que me voy a quedar contigo, no voy a permitir que te metás sola en eso, yo me quedo junto a ti. Te voy a ayudar…

¿Pero y si me vuelvo a meter con otro?

Primero me pedía permiso…

¡¿Que qué?

Lo que oíste. Es que es algo que yo tenía que haber previsto, y ahora no puedo solo hacerme de la vista gorda y mandarte a la mierda, simplemente no puedo. Así que si no te puedo sacar de allí, pero tampoco estoy dispuesto a que te alejés, voy a ser parte de eso.

No, no entiendo…

Si querés prostituirte, yo voy a ser tu administrador y no volverás a coger con nadie que yo no apruebe primero, y lo que ganés como prostituta se irá para la casa como el sueldo extra. Las fiestas, las orgías, solo si estoy presente o si te di permiso primero. Y sobre todo, nunca vas a traer a nadie a la casa, a nadie, ni permitiremos que Julio Alfredo se meta en este mundo, ni que se entere hasta que tenga edad para comprenderlo… ¿está claro?

Julio, ¿te das cuenta de lo que estás diciendo?

Si Angélica, te digo que no te puedo abandonar, pero tampoco puedo permitir que sigás adelantes en esto y te autodestruyás. Me voy a quedar junto a ti cuidando que eso nunca ocurra… pero que algo te quede claro, seguís siendo mi esposa y tenés las mismas obligaciones que antes, como tal y como madre. Y si te enredás con algún tipo sin preguntarme primero, lo tomaré como una traición. Está claro.

¡¡¡Julio, te amo!!!

Se que podrá parecer una estupidez Arturo, una degeneración, pero la verdad no había otro camino.

Bueno, mientras vos sepás a qué te estás metiendo. Si, lo sé, yo estuve allí acordate.

Si.

Después de esa plática, Arturo y Julio partieron a la casa del segundo. Arturo sentía mucha curiosidad por saber qué era lo que Angélica había planeado.

Llegaron y pasaron a la sala. Angélica bajó, apoyándose en un bastón pues aun sentía gran dolor.

Hola Arturo.

Hola Angélica.

Hola amor.

Hola amor, no deberías haberte levantado.

No me siento tan mal, de verdad.

Platicaron un rato de cosas intrascendentales que no vale la pena incluir en este relato. Entonces Arturo, carcomido por la curiosidad, preguntó:

Angélica, ¿qué era lo que me querías enseñar, que Julio me dijo?

La mujer lanzó una mirada cómplice a su esposo y sonrió pícaramente. Volteó a ver a Arturo y luego a las gradas que iban al segundo piso. Los García Madrigal vivían en una casa grande y amplia, con un jardín grande y ambientes amplios. Julio se sentía especialmente orgulloso de poder tener a sus seres amados en un lugar tan hermoso.

Pablito, ¿ya estás listo? – le gritó la señora de García a Pablo en el segundo piso.

Si Angélica, ya estoy.

Pues bajá amorcito…

Unos minutos después irrumpió en la sala un Pablito irreconocible, dejando a Arturo con la boca abierta en un gesto de franca estupidez. Venía ataviado en un vestido azul estampado en flores hasta 2 dedos sobre las rodillas. Dejó a Arturo con los ojos cuadrados y con la boca abierta babeando profusamente. Zapatillas bajas caqui descubiertas, sin calcetas. Piernas depiladas, blancas y tersas, torneadas y largas. Brazos gráciles, carita de bebé, un par de ojazos verdes que brillaban como el sol. La cara discretamente maquillada (como una niña entrando a la pubertad), apenas con sombras de tonos azules y labios delineados y resaltados con uno de esos pintalabios humectantes que casi no tiñen, pero que si resaltan y dan brillo. Traía una peluca rubia que hacía que sus ojos brillaran aun más y estaba elegantemente peinada. Era una niña exquisita.

Arturo no salía de su asombro, y en su cara se dibujaba la sorpresa más grata que había tenido hasta entonces, Pablo se alegró.

Hola tío… – le dijo en una voz melosa y aguda, no la de siempre.

Ya le estoy enseñando como fingir su vos y hacerla más aguda y femenina. – dijo Angélica orgullosa de su creación.

…!!… – Arturo no salía de su asombro y no atinaba a articular palabra alguna.

¿Y bien? ¿Cómo me veo tío?

Bellísima… perdón, bellísimo…

Bellísima está bien Arturo… – agregó angélica – ahora ella es Paola, ya no Pablito, je, je, je, je…

Paola… – repitió este para sí, mirándolo con ojos codiciosos.

¿Qué te parece tío? ¿Creés que me puedan identificar?

N… no-no… no creo Pablo.

Paola tío.

¡Y hasta la voz cambias patojo!

Patoja, patoja tío… y si, la cambio o no sería buena mi transformación.

Arturo se puso de pié y se acercó a el, Pablo lo esperó recostado contra la pared. El corpulento hombre lo abrazó con ternura, estaba feliz de verlo. Pablo le correspondió el abrazo, feliz de estar con el. Arturo, dejándose llevar por la lujuria, lo tomó de la cintura como si se tratase de una niña verdadera, que lo parecía, y se quedó mirándolo a esos 2 hermosísimos ojos verdes. Pablo se sintió en las nubes, volaba alto en los brazos de su tío. Pero entonces se percataron que no estaba solo y que Julio los miraba junto con su esposa.

¡Bueno!… Organicémonos muchá, organicémonos… – dijo Julio en tono jocoso y con ademanes payasos, recordando un conocido chiste rojo e interrumpiendo a la pareja – Angélica, nosotros hacemos mal tercio aquí… vámonos antes de echarles tierra…

No´mbre Julio, no, es que… mirá… – trató de justificar algo Arturo, estaba colorado como un tomate.

No-so-tros-nos-va-mos-a-fue-ri-ta-un-ra-ti-to – dijo Julio canturreando como un niño pequeño, recordemos que Julio era un tipo bullanguero, extrovertido y escandaloso.

¡Duro con él campeona! – gritó Angélica a Pablo, o mejor dicho, a Paola, mientras salía del brazo de su esposo en dirección al jardín.

Arturo se quedó en la sala abrazando a su sobrino/sobrina, rojo como un tomate. Pablo, o mejor dicho, Paola, se quedó allí abrazado tiernamente a el. Recostaba su carita sobre el pecho fuerte y musculoso de su tío y se aferraba a sus brazos como una mujer enamorada. Se sentía bien, se sentía muy bien, estaba seguro que nadie lo podría reconocer disfrazado así. Y en los brazos de su poderoso tío, se sentía más mujer todavía, la hembra más femenina de este mundo.

CONTINUARÁ…

Gran Jaguar

Pueden hacer sus comentarios y sugerencias al correo que aparece arriba, quisiera saber lo que piensan de esta serie y de qué manera se pude mejorar. De antemano gracias.

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Amigas Íntimas (03)

Amigas Íntimas (02)

Amigas Íntimas (01)

Mi Vida junto a mi Hijo

El Regalo de Cumpleaños (2)

El Regalo de Cumpleaños (1)

Sandra y Sergio

Mi Madre

El Legado (14: El Señor de Los Horcones)

El Legado 13, Colmillos y Garras

El Legado (12: Decadencia)

El Legado (11: Negra Mirada)

El Legado (10: Debo Salir de Aquí)

El Legado (09: El Machetero)

El Legado (08: El Diablo menea la Cola)

La Emperatriz

El Legado (07: Perdición)

El Legado (06: El Ladrón de Almas)

El Legado (05: La Batalla de los Chamanes)

El Legado (04: El Viaje)

El Legado (03: Maldito)

El Legado (02: Lujuria)

El Legado (01: El Talismán y la Luna Llena)

Una Novia para toda la Familia

El Juego de la Perversión (07 - Final)

El Juego de la Perversión (06)

El Juego de la Perversión (05)

El Juego de la Perversión (04)

El Juego de la Perversión (03)

El Juego de la Perversión (02)

El Juego de la Perversión (01)

El Cuarto Azul (2)

El Cuarto Azul (1)

El Semental de las Mayén, Epílogo

El Semental de las Mayén (12 - Final)

El Semental de las Mayén (11)

El Semental de las Mayén (10)

Violada por 3 de mis Alumnos

El Semental de las Mayén (09)

El Semental de las Mayén (08)

El Semental de las Mayén (07)

El Semental de las Mayén (06)

El Semental de las Mayén (05)

El Semental de las Mayén (04)

La Muerte del Gusanito

El Semental de las Mayén (03)

El Semental de las Mayén (02)

El Semental de las Mayén (01)

Juanita de la Bodega

La Marrana

Mi Hijo Disfruta de mi

Hombre para Todas

El Sacrificio de mi Mamá

La Caperucita Roja y el Lobo Feroz

Abnegada Esposa, Madre y Puta (II)

Abnegada Esposa, Madre y Puta (I)

Mi Perrita Faldera

Feliz Cumpleaños

La Caperucita Roja (01: y el Viejo Verde)

Aprendiendo a Portarse Mal

Milo, el Empalador - La Bruja de Druesselshare 03

Milo, el Empalador - La Bruja de Druesselshare 02

Milo, el Empalador - La Bruja de Druesselshare 01

Un Niño Panameño

La Clínica del Hipnotizador