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Amigas Íntimas (02)

en Lésbicos

Amigas Íntimas

02

Hola, nuevamente les saluda Lucía Lima para continuar con mi historia. El tiempo pasó y nuestra amistad (entre Cindy y yo) creció. Ella huía de su ex novio (que regresó a buscarla) y yo seguí con el mío, que tenía desde hacía un año. Esa es otra historia que les contaré otro día. Continué con mi vida como siempre la había llevado, sexo con mamá, con Diana, con algún amigo, con mi novio.

Cierto día ella fue a visitarme a mi casa pero yo no estaba. Mamá le dijo que había salido con Allan, un amigo. Mamá sabía bien que el era mi novio y no lo quería (tenía toda la razón), y Cindy sabía que era mi novio y tampoco lo quería (también tenía toda la razón), pero la primera ignoraba que la segunda ya conocía toda nuestra vida. Ella sabía más o menos por dónde me mantenía con el para no ser visto por lo que fue a buscarme.

El lugar era una de las habitaciones de la posada. Era un cuarto que me gustaba mucho porque estaba aislado del resto, al fondo de la casa y bien amueblado. En realidad no era un cuarto para alquilar, solamente cuando la posada estaba llena. Mamá lo usaba para llevar allí a sus múltiples amantes, al igual que Diana. Cindy me llegó a sorprender en los brazos de Allan, que me usaba como piñata sin tener piedad de mí, mientras yo gemía y ahogaba verdaderos berridos.

¡Oooohhhhh! ¡Oooohhhhh!… ¡Allan, Allan!… ¡Mmmmmm!…

Aguantámela un ratito más amor… solo un ratito más… ¡Ooohhhh, qué rico!

¡Oooohhhhhmmmm!… ¡Oooohhhhhmmmm!… Ya… ya-ya… ya llevás más de una… de una… hora… allí… ¡Oooohhhhhmmmm!… metidoooooo…

¡Ya casi! ¡Ya casi!

¡Oooohhhhhmmmm!… ¡¡¡POR DIOOOOOOOOOOSSSSS!!!

¡Solo un poquito nene!… ¡Solo un poquito!

¡¡¡Mmmmmm!!! ¡¡¡Mmmmmm!!! ¡Allan!… ¡Allan…no me vayás a romper…! ¡¡¡Mmmmmm!!! ¡Ya no aguanto amor! ¡Ya no aguanto!

Un poquito más por favor… un poquito más…

¡Oooohhhhhuuuuughhhhhhhaaaaaaa!…

¡Ya casí Lucy! ¡Ya casí!

¡¡¡¡AAAAOOOOOUUUUUUGGHHHHH!!! ¡¡¡AMOR, YA PORFAVOOOORRRR!!!

De nada servían mis súplicas, solo lo incitaban a más, lo hacía sentir grande, poderosos. Allan fue mi novio por más de un año, yo lo amaba. Pero por azares del destino (fortuna lo llamo yo) nos dejamos. Cindy, mamá y Diana respiraron profundo pues sabían que no me hacía bien su amor. Era un mulato alto y fornido de 17 años, con unos huevos enormes y un pene descomunalmente grueso.

Me tenía sobre la cama, boca abajo con las nalgas paradas y empinadas, entre las cuales hincaba su poderoso miembro barrenándome literalmente. Me tenía sujeta de los brazos para que no me moviera, pues sabía que quería que terminara ya. Levantaba las caderas despacio, sacando poco a poco su falo de mis entrañas para que sintiera hasta el último centímetro, para luego dejarlo ir de golpe, arrancándome gemidos de dolor. Yo trataba de ahogar esos gemidos pues sabía que si mamá nos veía armaría un gran escándalo. Ella de verdad no aprobaba mi relación con Allan.

Cindy llegó a presenciar el final, todavía vio como me metía tan violentamente su miembro por la vagina por unos 5 minutos, y luego como Allan me empalaba por el ano sin tener cuidado siquiera y sodomizaba por los últimos 10 minutos. Entonces Allan comenzó a jadear, su respiración se tornó muy agitada y sus ojos parecieron trabarse, para luego jalarme del pelo y literalmente tirarme en el piso. Frotando un poco su gigantesco aparato escupió su semen hirviente dentro de mi boca abierta, que ya lo esperaba con la lengua afuera.

¡¡¡OH, LUCY, LUCY!!!

¡¡¡DALE ALLAN, INUNDAME!!!

¡¡¡¡AAAAAAAHHHHHH!!!! – sus cálidos chorros caen de su pene hinchado, inundando por completo mi cavidad bucal, me dejo chorreando semen.

En cuanto hubo saciado sus deseos carnales conmigo, Allan recordó que tenía una cita importante y se le hacía tarde. Tomó su ropa vistiéndose con premura, me dio un beso y salió corriendo dejándome toda asquerosa. Me dejó con el culo abierto como una reposadera y deseando algo de cariño y de ternura. Pero así era el, siempre era así. Una vez saciado no le importaba nada más.

No vio a Cindy porque ella se había escondido en un armario que había afuera de la habitación, desde allí lo vio pasar corriendo. Salió entonces y entró al cuarto, observando como Allan me había dejado. Me puse roja, verde y blanca cuando la vi entrar. De verdad que no me gustó que me viera así. Bueno, ya me había visto coger antes con mamá o Diana, incluso con un amigo, siendo sometida, pero nunca en condiciones tan desastrosas.

¡Te tenés que deshacer de esa bestia rápido!

Allan no es una bestia… solamente es un poco brusco…

¡Es una bestia! ¡Una bestia peluda y brusca!

Bueno, la cosa es que me vestí y salimos, fuimos a tomarnos un helado.

Como un mes después de eso, fui a buscar a Cindy a su casa. Yo seguía con Allan, el continuaba teniendo plena acceso a mi pobre y maltratado hoyito. Como el timbre de su casa no servía, me trepé un roble alto que crecía bajo la ventana de Cindy. Si ella estaba allí (y casi siempre estaba escuchando música) le podría tocar a la ventana y ella me dejaría entrar. Pero lo que vi fue otra cosa.

Allí estaba ella, en efecto, pero no estaba sola. Se encontraba con Mike, aquel novio que la había dejado hacía poco. Sabía que tenía nuevo novio, pero no me quiso contar de quien se trataba. Comprendí rápidamente la razón, Mike era un tipo que no le convenía, como Allan a mí, alguien que seguro solamente la usaría para hacer lo que se le diera la gana. Tiempo después me confesó que se había ido con el porque, de un modo, se sentía todavía atada a el y no le pudo decir que no, recuerden que fue su primera vez.

Mike se hallaba arrodillado sobre la cama, con las piernas separadas y el cuerpo ligeramente inclinado hacia atrás, sosteniéndose con sus manos sobre su cintura. Cindy se encontraba en 4, con el cuerpo en posición horizontal y el miembro de Mike adentro de su boca.

Los 2 estaban completamente desnudos y podía ver cómo Cindy se esforzaba en brindarle el mayor de los placeres. En mi opinión lo estaba logrando. Esa visión me resultaba tan excitante. Ver a mí mejor y más amada amiga haciéndole un mamey de campeonato a ese hijo de la gran puta no me excitó en lo más mínimo, si no su actitud, tan entregada, tan amante. Su cuerpo de 12 años, delgado, apenas iniciando la pubertad, se veía precioso en esa pose. Y Mike, por muy mal que me cayera aquel hijo de puta, tengo que aceptar que hacía juego con ella, estaba muy bueno.

Pronto el se puso detrás de ella y le hincó un bonito pene. Le empezó a dar duro, durísimo. Lo que antes fue una facies de excitación y placer en ella, se había convertido en una de dolor. No estaba disfrutando de el encuentro, en realidad era más bien una competencia para demostrarle que si podía bastarse para el. Nunca pensé que la hubiese afectado tanto su abandono.

Los embates de las caderas del tipo sonaban como aplausos cuando se estrellaban contra el sexo de mi amiga, que se mantenía en pié no sé cómo. Gemía dolorosamente con esa aguda y hermosa voz que tenía, casi gritando. Su ceño estaba completamente arrugado y su tez enrojecida hablaban de un terrible esfuerzo físico. Sus pequeños senos rebotaban por todos lados, su suave cuerpo se estremecía a cada arremetida, Mike la quería destrozar.

La colocó en diversas posiciones, las que Cindy aceptó mansamente como una perrita bien amaestrada. La última de estas fue poner a mi amiga sobre su espalda, sostenida sobre sus hombros, con las caderas en alto y las puntas de sus pies sobre la cama. Mike se puso en cuclillas sobre ella, apuntando y sosteniendo su garrote con la mano y enterrándolo entre su vagina adolorida. Ella continuaba gesticulando dolorosamente, aparte de la incómoda pose que su noviecito la obligaba a mantener. Mike se encontraba puesto de espaldas a la ventana, por lo que no me podía ver y yo si a el, especialmente a su culo redondo y bien formado, con un agujerito muy apetecible. Me habría gustado aparecer de improviso por atrás y meterla un consolador de un golpe seco, para que sepa lo que se siente.

Pero en ese preciso momento, Cindy volteó a ver a la ventana y me clavó los ojos…

Me quedé fría, paralizada, estática, pálida. Cindy también, su faz revelaba una gran sorpresa y una profunda vergüenza, ella hubiera deseado con el alma que yo nunca hubiese visto todo aquello. Abrió tremendamente los ojos y se cara se vistió de miedo, pero de ese miedo lleno de vergüenza como dije, de tristeza y desazón.

No hizo nada, se quedó allí como estaba permitiéndole al desgraciado de Mike partirla a la mitad como se le daba la gana. No se atrevió a pararlo, ni siquiera se permitió hacer gestos que pudieran delatar mi presencia, no quería que su novio me viera pues sabía que se pondría violento. Solo cerró los ojos, volteó la cara y se dejó. Tan solo una lágrima pudo escapar del férreo dominio sobre si misma que pretendía imponer.

Mike terminó minutos después. Se puso de pié sobre la cama y dejó caer su pene sobre el cuerpo magullado de Cindy, que continuaba con la cara volteada, el gesto fruncido y aguantándose las gana de llorar. Mike se vació por completo, no le quedó ni gota de semen en su interior.

¿Qué? ¿No te gustó? – le preguntó bruscamente cuando se dio cuenta de la lágrima sobre su mejilla.

Si… si me gustó…

¿Pero qué?

Es que… fuiste muy duro…

¿Muy duro? – repitió burlonamente - ¿Y por eso estás llorando? Algún día te voy a dar razones para que llores… – le dijo amagándola con el puño en el aire.

Yo bajé del árbol y me fui a la tienda de enfrente. Minutos después lo vi salir de la casa como si nada. En cuanto se hubo alejado un trecho, volví al árbol y me subí nuevamente. Allí seguía Cindy, agazapada sobre su cama, abrazando sus piernas con sus brazos y llorando. Restos del semen de esa basura humana continuaban adentro del condón, tirado sobre su cama. Consideré que lo mejor era irme sin que me viera, no quería avergonzarla más y ya no deseaba continuar observando ese patético espectáculo. Pero lo malo es que ella si me vio a mí. Se tapó la cara y se volteó sobre su cama a llorar. Me sentí de lo peor, pero no sabía qué hacer, ni como… solo me fui.

Continuaré con este relato más adelante. Como siempre les recuerdo que si tienen comentarios o sugerencias que hacerme, las hagan a mi correo electrónico gran_jaguar@terra.com. Gracias.

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