Lidia seguía en la misma postura, un consolador en su culo, pinzados sus pezones y labios vaginales, colgando las pesas, le dolía.

La separaron un poco de su madre, ya no podía lamer a su madre. Su padre continuaba azotando a su esposa y su hermano se acercó a la joven, le metió la polla en la boca.

Así estuvieron un rato. Luego los hombres se intercambiaron. Pero su hermano desató a la madre y le quito las pinzas y las pesas.

Su padre se separo y se tumbo. Acto seguido su madre a una orden de su hijo, se sentó sobre el miembro del hombre, introduciéndole bien a fondo en su vagina. Comenzó a moverse, mientras que besaba a su esposo. El joven se acercó a su madre y la fue penetrando lenta mente por el ano.

Lidia observaba todo. Una mujer con dos pollas dentro. No sabia que eso era posible, ella que seguía siendo virgen. Se excito muchisimo, si eso era posible.

Sintió envidia, deseaba sentir un miembro viril dentro de ella, pero su padre parecía que se lo negaba.

Al rato su hermano se retiró. Su madre seguía cabalgando a su padre. Vio como salía semen del ano de su mami, menuda puta y penso que la envidiaba ella también quería ser una puta. La puta de su padre y de su hermano.

El joven le acerco el pene a la boca y dijo:

-Limpialo.

Así lo hizo. Se esmero y recreo con cada lamida. Mientras que no quitaba ojo a sus padres.

La mujer pidió permiso para correrse, se le concedió. Acelero sus movimientos y comenzó a gritar. Luego se derrumbo sobre su esposo. Este seguía con la polla dentro. Cuando la sacó, su mujer se la limpio sin que se lo ordenaran.

La joven vio la cara de su madre. Era una mezcla de felicidad y vicio.

Descansaron un poco, tomaron una bebida, mientras Lidia seguía atada y con los dolorosos pesos en sus pechos y coño.

Su padre dijo, dirigiéndose a su esposa:

-Quitale las pinzas a la perra.

Cuando Lidia lo oyó, sintió una agradable sensación. Le gusto que su padre la llamara perra, por que eso era, una perra caliente y salida, que deseaba ser follada cuanto antes.

Respiro cuando le quitaron las pinzas y las pesas.

Los tres se pusieron detrás de ella, con lo cual no veía lo que hacían. Sintió como el consolador de su culo era metido y sacado. Me están follado, penso la joven. La molestaba un poco, pero era agradable.

Al rato, noto como sacaban del todo el pene de goma. Comentaron algo, pero no entendió nada.

Recibió unos azotes en el culo. No eran de castigo, si no, como para relajar los glúteos, Unas manos le separaron las nalgas y el frío del lubricante. Noto algo en la entrada de su ano, algo caliente, no era un consolador.

Por fin me van a meter una polla, penso Lidia. Lo deseaba mucho, pero también tenia cierto reparo por las cosas que había leído sobre estos temas.

No sabia quien de los dos era el encargado de abrirle el culo, pero fue delicado. Apretaba un poco y paraba, De vez en cuando sentía molestias, pero con las paradas se le quitaban. No supo cuanto tiempo paso hasta que oyó decir la tiene toda dentro. Casi se corre con el comentario. Comenzó el mete saca.

Lidia, se dijo, ya te están follado. De forma delicada y despacio. Al final su ano se acopló al pene que la penetraba y entraba y salía sin problemas. Estaba terriblemente excitada.

Abrió los ojos y tenia junto a su boca una polla. Reconoció el pene de su padre. Así que era su hermano quien la follaba.

-Lidia –dijo éste- como no vas a poder pedirlo, tienes permiso para correrte todas las veces que puedas.

Acto seguido le metió el miembro en la boca.

Tengo dos pollas dentro de mí, como mi madre, penso. Bueno no igual pero casi.

A medida que su hermano le penetraba su excitación aumentaba, era tremenda. Estaba disfrutando y mucho. Se noto como más llena y al poco  noto el semen en sus entrañas. Casi se corre y fue consciente que no iba a lograr su deseado orgasmo con solo ser follada analmente.

Su padre ocupó el sitio de su hermano. Entró con facilidad aunque su pene era más grueso pero su hijo había abierto el camino. A pesar de ello, Lidia, tubo algunas molestias,  más fuertes que las primeras.

Su hermano se puso frente a su cara con la polla en la mano. Se acerco y la joven comenzó a limpiar de semen del miembro.

-Muy bien hermana –dijo-

Su padre no era tan delicado, sacaba la polla hasta el borde y de un golpe la metía entera. Eso la excitaba más aun, si esto era posible.

Estaba como loca. Su cuerpo rezumaba excitación por todos sus poros. Estaba disfrutando sexualmente como nunca, pero le faltaba algo para poder llegar a explotar.

No iban hacer nada para ayudarla, se preguntaba. Teniendo permiso para tener uno o varios orgasmos, iba a perder la ocasión por su falta de experiencia.

Había desistido de llegar. Se dedico a disfrutar de lo que estaba sintiendo.

De pronto sintió que alguien se metía debajo. Solo podía ser su madre ya que los dos miembros viriles los tenia dentro de ella. Comenzó a lamer su mojado clítoris.

No tardo ni veinte segundos en explotar. Fue un orgasmo salvaje. Las piernas le flaquearon, casi se le doblan, pero su padre le sujetó mientras dejaba de bombear en su interior y además su madre estaba de bajo.

Sin darla tiempo a recuperarse, la desataron. Penso que ya terminaron la noche, que no había sido nada mala.

-¿Qué eres? –pregunto su padre-

Se quedo mirándoles, no sabia a que se refería.

-Vuestra sumi –comenzó a decir, pero calló-

Se dio cuenta de otra cosa.

-Soy –reinició la respuesta- una perra. Una perra en celo y caliente –concluyo.

-Me gusta hija.

Ahora con tu madre vais a realizar un 69, Lidia tu ponte arriba y con el culo levantado.

Las dos mujeres obedecieron con entusiasmo. A la joven le gustaba la forma en que su madre la comía el coño, seguramente había comido muchos.

Aunque estaba recién corrida seguía muy excitada. Al poco tiempo estaba otra vez a punto.

-Despacio –dijo la chica-

Su madre obedeció. Disfrutaba con la lentitud, su cuerpo iba incresciendo. Su padre y hermano observaban a las mujeres.

Se estaban recreando en la comida de vaginas. Tenían la cara chorreando de jugos

Lidia notó que iba a llegar, comenzó lentamente, saliendo de dentro, como si naciera en los huesos y fue avanzando hasta llegar a su piel. Se derrumbo sobre su madre que al momento también llego.

Tras un par de minutos de descanso, su padre, comento ahora me toca a mí, ponte a cuatro patas hija.

Una vez en posición, la penetro el ano. Lentamente la follo el culo ya abierto. Luego fue aumentando el ritmo. Le prohibió tocarse el clítoris.

Lidia se fue excitando también lentamente, estaba como una moto, salida del todo. Quería mas, mucho más, movía sus caderas, deseaba otro orgasmo.

Al cabo de un rato se dio cuenta así no iba a llegar.  Estaba muy bien, disfrutaba, pero no se iba a correr.

Su padre se vacío dentro de ella.

Quedo rendida.