Había pasado algo más de un mes desde que me había atrevido a abusar de mi primera mujer. El hecho en sí fue agradable pero no me llenó de satisfacción. Lo que si resultó  muy excitante fueron las masturbaciones recreando la violación de aquella mujer.

Decidí repetir de nuevo la experiencia pero saliendo a cazar y no un poco de casualidad como fue aquella primera vez.

Era un viernes  dado que era día de mucho movimiento nocturno. Quede con unos amigos a primera hora para tomar unas copas y hacer tiempo. En el local donde estábamos había unas cuantas chicas que me gustaron mucho pero ni me plantee actuar allí. Lo considere arriesgado.

Simulé que me estaba cargado de alcohol para tener la disculpa de irme pronto y solo. Salí a la calle y deambule acechando,  pero no encontré ninguna posible candidata.

Subí a mi coche para cambiar de zona de copas, a ver que me encontraba.  Vi algunas posibilidades pero me parecieron algo peligrosas. Era un novato en esto y tenía miedo, no del fracaso si no de ser pillado en plena faena.

Aburrido decidí irme a casa y dejarlo para otra ocasión. Enfile hacia mi destino y cuando pasaba por una calle divise a una chica que caminaba sola. La sobrepase y recordé que un poco más adelante había un parque. Pensé rápidamente y decidí que por intentarlo no perdía nada.

Estacione el auto y me escondí, agazapado detrás de una esquina del último edificio que estaba antes del jardín. Me puse el pasamontañas y preparé las cosas que llevaba. Estaba nervioso.

Nada más pasar la joven me abalance hacia ella. Le tape la boca con la mano y con la otra saque un trozo de cinta adhesiva  que puse en sus labios para sellarlos y tener las manos libres.

La fui empujando para ir hacia una zona tranquila y alejada del posible transito. La tire al suelo y me senté encima de ella. Como es lógico forcejeamos, se resistía. Su cara asustada me excitaba. La di dos bofetadas para que se estuviera quieta. Aproveche para subirle la camiseta que llevaba y comencé a manosearle los pechos. Luego saque sus tetas del sujetador.

Ella trataba de darme patadas en la espalda, pero no lo conseguía. La gire y hundí su cara en el suelo. Junte sus manos por la espalda y con otro trozo de cinta se las sujete. Volví a hundir su cara en la tierra y con la otra mano le di varios azotes en el culo. Estaba muy excitado.

Me puse a un lado y la gire de nuevo. Su cara reflejaba miedo y además había comenzado a llorar, sabía que era inevitable que la poseyera.

Le quite las sandalias que calzaban sus pies. Luego la baje el pantalón y las bragas. Comencé a acariciarle los pechos. Fui subiendo la mano hasta su garganta e hice un poco de presión. Con la otra mano acaricie sus muslos y coño. Jugué con los labios vaginales. Si ella hacia algún movimiento raro o intentaba zafarse yo presionaba un poco en su garganta y rápidamente volvía a estarse quieta.

Comencé a pasar mi dedo por su clítoris. Evidentemente no pretendía masturbarla pero tenía la esperanza que lubrificara algo y fuera más fácil penetrarla.

Al poco introduje un dedo en su vagina. No estaba húmeda pero tampoco seca del todo. Insistí en mis tocamientos en el clítoris.

Consiguió darme un golpe con una pierna. Me enfadó. La agarre del pelo y la incorpore dejándola sentada en el suelo.

La abofetee la cara dos veces y mientras que la retorcía un pezón, le dije que si volvía a intentar algo así, lo iba a pasar muy mal, que más le valía no cabrearme.

Pareció que entendió lo que se le podía venir encima y se quedo quieta. Seguí un rato más sobándole las tetas y metí dos dedos en su coño, fallándoselo.

La tumbe en el suelo, le saque los pantalones y las bragas, Levante una de sus piernas metiendo mi brazo para evitar que la bajara y con la otra mano me agarre la polla para guiarla hacia su vagina y poco a poco la fui penetrando. Era un violador no un sádico y no deseaba hacerla daño sin necesidad.

Comencé a moverme y la chica se dejo hacer. Me lo estaba pasando mejor que mi anterior forzamiento de una mujer. Entonces se me ocurrió decirla al oído:

- Si te mueves me correré antes.

Comprendió inmediatamente a lo que me refería y movió las caderas. Me incorpore un poco para facilitarle la labor. Yo baje el ritmo ya que me faltaba poco.

Aunque deseaba alargarlo, no era el sitio más adecuado para ello por lo que decidí proponerle una cosa que era lo que más deseaba porque nunca lo había hecho. He dicho proponerle a pesar de estar violándola y no ser una cosa propia de mi condición.

Mientras que la penetraba con suavidad, la dije:

-Me importa un pepino si te preño, pero te has portado bien y me parece que  mereces algo como un premio. ¿Prefieres que me corra en tu coño o en tu boca?

Intento hablar pero con la boca sellada por la cinta no podía, así que le dije que si quería en la boca asintiera con la cabeza.

Evidentemente asintió. Me retire de ella mientras que la agarraba del pelo y la puse de rodillas.

Mientras que la sujetaba del pelo, le quite la mordaza y acerque su cara a mi pene. Le dije que me mamara la polla.

Se la metió en la boca, pero antes me rogo que la avisara cuando me corriera. Era un detalle que no me incomodo lo mas mínimo por lo que le dije que lo hacía bien lo haría.

Vaya que lo hizo bien o me lo pareció a mi, repito que era la primera mamada  que me hacían en mi vida. Como la tenia cogida por el pelo apretaba su cara contra mi pene y testículos. Eso me gusto mucho y me excitaba cada vez.

La avise de que me corría, trato de sacarse mi polla pero la sujete fuerte y deje todo mi semen en su boca. La mantuve así hasta que termine. Un placer inmenso me recorrió. Desde luego el mejor polvo de mi vida.

-Trágatelo –la dije-

Cuando termino de tragar mi semen y sin soltarla del pelo la tire al suelo, boca abajo. Puse mi pie en su espalda mientras que me componía la ropa. Ella estaba prácticamente desnuda.

Corte la cinta con la que había atado sus manos.

-Vístete despacio y recuerda una cosa se dónde vives (era mentira, pero me pareció era necesario meterle algo de miedo)

Salí lo más rápido que puede me monte en coche y muy contento enfile el camino hacia casa.