miprimita.com

El hombre de mi vida

en Grandes Series

EL HOMBRE DE MI VIDA

Capitulo 1

Me llamo Sabrina, tengo 30 años y soy profesora. Soy una chica bastante normal, ni muy delgada ni gorda, mido 1,65, soy morena de pelo largo y ojos castaños. Como veis bastante normal. Lo que voy a contar me pasó hace un par de años. Tras aprobar las oposiciones para maestra, entré en un instituto público de una ciudad a unos 300 kilómetros de donde vivía, así que tuve que trasladarme allí. No conocía a nadie en aquella ciudad, así que al principio me sentía un poco sola. Por eso cuando cada mañana al pasar frente a un edificio en obras que estaban pintando no podía evitar fijarme en aquel chico, era uno de los pintores, era alto, moreno, con los ojos negros y una sonrisa perfecta. Cada vez que pasaba junto a la obra de camino al instituto no podía evitar mirarle, él también me miraba y me sonreía.

Así iban pasando los día y yo me aburría, así que una noche en que estaba hastiada me puse mi vestido más sexy y salí a dar una vuelta. Estuve caminando un rato hasta que me entró sed, por lo que decidí entrar en un pub, así también podría bailar y quizás conocer al alguien pensé. Me dirigí a la barra y pedí un gin-tonic, y entonces le vi, estaba allí con una amigos tomando unas copas. Iba con un traje y corbata y su pelo bien peinado, estaba guapísimo con su pelo negro y recién afeitado.

Al verme me sonrió y luego se acercó a mí:

¡Hola preciosa! – dijo acercándose a mi - ¡Te invito!.

Gracias. – le dije.

¿Cómo te llamas?

Sabrina ¿y tú? – le pregunté

Antonio.

Nos dimos un beso en cada mejilla y luego me preguntó:

¿Qué haces tan sola?

Es que me aburría en casa – le expliqué – y he decidido salir a dar una vuelta.

Estuvimos un rato hablando de nosotros y así me enteré de que tenia unos 34 años y que tenía una empresa de rehabilitación de fachadas junto con su hermano Juan (cinco años mayor que él). Entonces pusieron canciones lentas y Antonio me preguntó:

¿Bailamos?

Vi que unas cuantas parejas bailaban en el centro del local así que respondí :

Vale.

Nos dirigimos hacía la improvisada pista y empezamos a bailar. Antonio me cogió por la cintura y me apretó contra él, y nuestros cuerpos empezaron a restregarse el uno contra el otro y poco a poco comencé a sentir como su sexo se erguía y se ponía duro.

Así sus manos empezaron a acariciar mi espalda y abrazarme contra él, sentí sus labios húmedos sobre mi nuca besándome y como poco a poco subían hasta mi oreja y mordían mi lóbulo, lo que hizo que mi cuerpo se erizara y el deseo me invadiera.

¿Quieres que te diga algo? – me preguntó Antonio al oído.

¿Qué? – dije yo.

Que me gustas desde la primera vez que te vi. – me confesó.

Tú a mi también.

Y te deseo desde esa primera vez.

Yo a ti también

¿Qué tal si vamos a un lugar más tranquilo? – me propuso.

Vale - acepté.

Salimos a la calle. Y entonces él dijo:

Mi coche está en ese callejón. ¿Vamos a tu casa?

Bueno. – respondí.

Nos dirigimos hacía el vehículo cogidos de la mano y cuando llegamos junto a un Córdoba blanco nos detuvimos y Antonio abrazándome me besó, lo que me hizo sentir su erecto falo sobre mi vientre y entonces dirigiendo mi mano hacía él empecé a masajearlo por encima del tejano que llevaba.

¿Qué haces? – me preguntó sorprendido.

¿Por qué esperar? – le respondí yo – este callejón es bastante solitario ¿no crees?

Y sorprendiéndome a mi misma por la reacción, me agaché y bajándole la cremallera del pantalón saqué su sexo erecto y empecé a lamerlo, primero la punta muy suavemente y luego pasando la lengua por su tronco poco a poco, seguidamente volví a subir por el tronco y al llegar al glande me lo introduje en la boca.

¡uhm!¡ uhm! – gimió Antonio en señal de aprobación mientras yo chupaba y mamaba aquel pene largo y grueso, succionándolo como si fuera un helado.

¡Oh, Dios! ¡Qué boca! – exclamó Antonio loco de deseo.

Yo sentía el ansia de ser poseída por aquel sexo, así que lo extraje de mi boca y poniéndome en pie le besé y le dije.

Hazme tuya.

Entonces Antonio me hizo girar y ponerme de espaldas a él y luego me empujó lentamente para que me inclinara sobre el capó. Sentí su mano acariciando mi culo por encima de la falda y luego me la subió hasta la cintura, me bajó las bragas y las dejó caer al suelo, noté su mano recorriendo la raja de mi culo y después sus dedos acariciando mis labios vaginales e introduciéndose luego en mi interior, u a continuación los sacó y dirigiéndolos a mi clítoris lo acarició suavemente. Acto seguido sentí su sexo intentando introducirse en mi vagina y entonces Antonio me cogió por las caderas y comenzó con aquel dulce mete-saca. Sentía aquel caliente sexo entrando y saliendo de mi vagina una y otra vez, primer en un lento movimiento que fue aumentando de ritmo poco a poco, haciendo que mi cuerpo se estremeciera de placer.

¡Oh, ah! ¡Qué bueno! – gimió Antonio.

¡Uhm, sigue, sigue! – musité yo sintiendo aquel grueso miembro penetrándome una y otra vez, sintiendo los huevos de Antonio golpeando mi clítoris, lo que hico que en pocos segundos alcanzara mi primer orgasmo.

Cuando dejé de convulsionarme tras el éxtasis Antonio sacó su miembro de mi, dejó que me incorporara y tras girarme nos besamos apasionadamente.

Acaricié su miembro aún erecto, mientras nos besábamos sin parar. Y sin saber como me vi empujada hasta el capó del coche, sentí el frío metal sobre mi culo y cuando Antonio y yo dejamos de besarnos, me tumbé sobre el capó.

Ahora me toca gozar a mi – dijo llevando su sexo erecto hasta mi vagina y penetrándome sin piedad.

Yo abrí las piernas para recibirle, mientras él empezaba a moverse muy despacio, deslizando su verga hacía el interior de mi vagina y extrayéndola suavemente. Siguió con ese lento movimiento durante algunos segundos, dejando que mi cuerpo disfrutara del momento. Poco a poco fue aumentando el ritmo, empujando con más rapidez, lo que incrementó más el placer de mi cuerpo. Entonces empezamos a gemir ambos al unísono, mientras él empujaba y yo me convulsionaba.

¡Oh, ah! – gemía yo.

¡Oh, si, córrete! – musitaba Antonio - ¡Córrete!.

El orgasmo iba creciendo poco a poco en mí, a la vez que sentía como el sexo de Antonio se hinchaba en mi interior. En pocos segundos sentí como su leche caliente me llenaba a la vez que mi vagina explotaba en un maravilloso orgasmo. Cuando terminamos, Antonio sacó su sexo de mi, me ayudó a incorporarme y abrazándome me dijo:

Ha sido el mejor polvo de mi vida.

Nos vestimos y subimos al coche.

¿Te llevo a casa? – me preguntó mi amante.

Si, por favor.

Me llevó hasta casa y a pesar de que le invité a subir no quiso.

Bueno, ¿por lo menos volveremos a vernos pronto? – le pregunté.

No, si,.... bueno, no sé, ya veremos – me respondió evasivamente.

¿Hay algún problema? ¿Quizás no te gusto?

¡Oh, no! Me gustas mucho – trató de tranquilizarme él – ya te lo he dicho, pero es que... Bueno, hoy no quiero estropear este maravilloso momento ¿no crees? Ya hablaremos en otro momento – dijo misteriosamente.

Bueno, vale, ya sabes donde vivo – le dije antes de bajar del coche- puedes venir siempre que quieras. Hasta luego. – me despedí dándole un beso en la mejilla y salí del coche.

Aquella noche dormí tranquila y feliz.

Mas de Erotika

Atada (capitulo 8 sonia)

ATADA VII El club

Atada vi (un oscuro deseo)

CAPITULO 6 Un oscuro deseo

Atada v

Atada iv

Atada III

Atada ii

Atada

Dos hombres distintos

La venganza IV (cómemela como tu sabes)

LA VENGANZA 3 (Fóllame el culo)

La Venganza 2 (En mi boca)

La venganza (entre mis piernas)

Atada 2

El diablo vestido de mujer 2

Cediendo a sus deseos

La fantasía de mi novio

Bajo la mesa

El diablo viste de mujer

Atada

Memorias de una sumisa (3)

Memorias de una sumisa (2)

Memorias de una sumisa

A 500 km de ti, contigo

Traición

Amantes (5)

Cristales rotos

En sus ojos

Unidos

Imágenes (2: La venganza)

Imágenes (1: el castigo)

La cliente

Historia del acto sexual (4: el sexo)

Historia del acto sexual (3: las caricias)

Historia del acto sexual (2: el beso)

Historia del acto sexual (1: la mirada)

Con ese traje

Destino

El dulce nombre de Marcela

Desnudo

Amantes (4: Yana, tú y yo)

El triángulo (3: Pablo)

El triángulo (2: el novio de mi hija)

El triángulo (1: aquella mujer)

En manos del enemigo

Amantes (3)

Entre dos hombres (3 y último)

Entre dos hombres (2)

Buscando la pasión

Inspección ocular

Entrevista de trabajo

Le encantaba mirarme (3 y último)

Le encantaba mirarme (2)

Le encantaba mirarme (1: una mamada sensacional)

Mujer con zapatos de tacón

Secretaria y amante (10 y último: libre)

Secretaria y amante (9: fóllale el culo )

Secretaria y amante (8: hagamos un 69)

Secretaria y amante (7: Desnúdate)

Secretaria y amante (6: te voy a follar como...)

Secretaria y amante (5: Quiero que seas mía)

Secretaria y amante (4)

Secretaria y amante (3)

Amantes (2)

Secretaria y amante (2)

Secretaria y amante

Sumisamente tuya

Los nuevos valores de TR

Amantes

Un día cualquiera

Comprometidos (3: Perverso)

Comprometidos (2: el reencuentro)

Comprometidos

Intercambio

El amante compartido

La jovencita descarada

Despedida de soltera

A ti

Por el amor de mi hijo.

El reclinatorio

El vouyer

Examen oral

Hoy serás mi esclavo

Algo más

Solamente una vez

Hermanos

Sorpresas te da la vida

La paciente lasciva

Contra el plagio

Carolina, 16 años de vicio y el descaro...

Gracias a todos

Cazador Cazado

El primer día (5: Nuevos horizontes)

Entrevista con Ds1

El primer día (4: La sombra de una duda)

Juego de seducción

Mi perverso favorito

El primer día (3: Amandonos)

El primer día (2: Sintiéndonos)

El primer día (1: Conociendonos)

Algo diferente

Cediendo a sus deseos

Muerte

El sexo a través de la historia

Los juego de Aecio y Kacena

Contaré las horas

¡Maldito cabrón!

Dolor y placer

Calor

Magnetismo

Nuestra Travesura

Diosa

Al sol del verano

A 300 por hora, detrás de tí

Mathew

Un simple mortal

Amor a dos bandas

Vale la pena amarte

Sólo tú

El más dulce tabú

Amores que matan

Poesía Virtual

Nuestra Pequeña Isla

Cuando Sociedad encontró a Erótika

Angel

Una larga noche

Siete besos

Maldito oceano atlantico.

Infiel

Trio virtual

El nuevo instrumento de Data

El pirata y la princesa

Labios de fresa

¡Vaya con la nena!

La srta. Bibiana

Rafa, Mario y Sara

La tarde aburrida de Wilma

Mousse de chocolate

Una chica para Rafa

Imaginandote a solas

Desierto de amor

Mi fantasía erótica

La mesa de billar

El helado (2: Irene pierde su virginidad)

El helado

Las apariencias engañan: La boda

Comprometidos

El desconocido

El novio de mi amiga

Una noche loca

Abuelo

La fiesta

Al calor del amor en un bar

El amigo de mi padre

El técnico de la nevera

El secuestro

Vacaciones en Cuba

Pasión en la cocina

La pasión nos venció

Una nueva experiencia con Maripaz

Mi primera experiencia lésbica

Vaya noche

El cliente de Francisco

El presidente y la secretaria

La encerrona

El modelo

La Fantasía de mi novio

El hombre de mi vida (5 - Final)

Mi ginecólogo

Buscando un semental

El hombre de mi vida (4)

El hombre de mi vida (3)

El hombre de mi vida (2)