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La mesa de billar

en Sexo Anal

LA MESA DE BILLAR.

Dedicado a mi amigo y compañero Perraca por ser mi inspiración.

Mirando su culo redondo y tan bien puesto, Nacho sólo podía imaginar y desear penetrarlo, lo había deseado desde el primer día que la vio en aquel mismo bar jugando al billar, pero nunca lo habían echo. Después de aquella primera vez en que la vio, Nacho se acercó a Gloria y se presentó, luego le propuso jugar una partida de billar y desde entonces se habían hecho inseparables, eran tal para cual. Ahora tres años después estaban apunto de casarse, su vida sexual era perfecta, pero Nacho seguía soñando con poseer aquel culo.

Gloria observando la bola negra pensó que el billar que le llevarían aquella misma tarde a la casa iba a quedar perfecto en la sala, y por fin, iba a poder hacer realidad su sueño, ser poseída encima de la mesa del billar y a ser posible por el único agujero que aún conservaba virgen. Seguro que Nacho no se resistiría ante aquello.

¿Nos vamos a casa, preciosa? – le preguntó Nacho a Gloria – Es tarde.

Vale.

Salieron del local y se dirigieron al coche. Nacho arrancó y salieron en dirección hacía la casa de Gloria. Cuando llegaron Nacho acompañó a Gloria hasta el portal y tras cerrar la puerta la abrazó y empezó a acariciar su cuerpo.

Nacho, que pueden pillarnos – se quejó la muchacha.

Pues que nos pillen – dijo él y siguió besándola y acariciando su culo redondo que le volvía tan loco.

Despacio Nacho dirigió su mano derecha hacia la bragueta de ella y le bajó la cremallera, cuando introdujo la mano dentro, sintió la suave piel de Gloria y luego el pelo púbico. Gloria nunca llevaba bragas bajo los pantalones y eso a Nacho le encantaba. Buscó el clítoris y empezó a acariciarlo, mientras apoyaba su cabeza sobre el hombro de Gloria, y esta, apoyaba su cuerpo sobre la pared y subía su pierna hasta la cadera de Nacho, para que este pudiera acceder más fácilmente a su sexo. Nacho movía sus dedos muy hábilmente por el ya húmedo sexo de Gloria, y esta empezó a gemir excitada, sentía aquellos dedos recorrer su sexo y su cuerpo se erizaba. Nacho introdujo uno de sus dedos en la vagina de Gloria y lo movió muy lentamente, lo que hizo que Gloria gimiera nuevamente. Gloria abrazada a Nacho se dejaba hacer, sentía aquel dedo provocándole una maravillosa sensación en su sexo. Nacho decidió introducir otro dedo y empezó a moverlos como si fueran un pene, dentro y fuera, dentro y fuera, acariciando el femenino sexo de su chica de aquella manera, podía sentir como su vagina se contraía, indudablemente esta a punto de correrse. Gloria tuvo que morderse los labios para no gritar, no quería que nadie la oyera. En pocos segundos alcanzó el orgasmo y se abrazó a Nacho. Luego lo besó y esté sacó la mano del caliente refugio.

Buenas noches, princesa. – se despidió el chico abrazándola.

Buenas noches.

Se separaron y Gloria entró en el ascensor, mientras Nacho salía del portal.

Gloria cenó con sus padres y hermanos y después de fue a dormir.

Al día siguiente, Gloria se levantó temprano para ir al piso. Había pedido fiesta en el trabajo para poder ir a recibir la mesa de billar. Sobre las diez llamaron al interfono, y abrió en menos de media hora la mesa de billar estaba instalada en la salita. Cuando los operarios se hubieron marchado, Gloria llamó a Nacho.

¡Hola preciosa!

¡Hola! ¿podrás venir a comer? – le preguntó a su novio.

No lo sé, ¿por qué?

Porque tengo algo que enseñarte – le respondió con picardía Gloria.

Vale, iré. – le respondió Nacho, pues sabía que cuando Gloria ponía aquella voz era porque quería sexo.

A las dos Nacho llegó a la casa. Gloria le estaba esperando impaciente, sentada en el sofá, cuando oyó las llaves girando en la cerradura, se levantó de golpe.

¡Hola! – saludó Nacho.

¡Hola! – respondió ella, saliendo a recibirle.

Se abrazaron y Gloria lo besó con pasión, con tal pasión que Nacho casi se queda sin respiración. Cuando se separaron Gloria lo cogió de la mano y le dijo tirando de él:

Ven.

Gloria lo llevó hasta la salita. Nacho al ver la mesa de billar se quedó sorprendido. No sabía que decir.

¿Te gusta? – le preguntó Gloria.

Nacho se acercó a la mesa y la tocó y observó.

Es fabulosa. Eres maravillosa, cariño. – dijo Nacho cogiendo a Gloria de la mano y acercándola hacía él, la abrazó y la besó con pasión.

¿Vamos a estrenarla? – propuso la muchacha insinuante.

¿Cómo la estrenamos? – preguntó él sobándole el culo.

Gloria volvió a besarlo y lo hizo apoyarse sobre la mesa, volvió a besarlo, luego descendió besando su cuello, le fue desabrochando la camisa, mientras descendía beso a beso por su torso, hasta alcanzar el pantalón, se arrodilló frente a él y le desabrochó el cinturón, luego le bajó la cremallera y finalmente el botón, dejando al descubierto sus calzoncillos rojos. Gloria dejó caer el pantalón al suelo, besó el masculino miembro por encima de los calzoncillos, lo mordió y Nacho observándola gimoteó. Gloria lo miró y pensó que estaba guapísimo con aquella barba y aquel bigote que se había dejado desde hacía unos meses. La muchacha metió los dedos por la goma del slip y empezó a bajarlo cuidadosamente, el masculino sexo se puso totalmente erguido frente a su boca al ser liberado. Gloria bajó los calzoncillos hasta los tobillos del chico y luego cogió el erecto miembro con su manos, guió su boca hasta la punta y sin dejar de observar a Nacho, se lo metió en la boca. Empezó a chuparlo, pasando la lengua por el glande, formando círculos, luego se lo sacó de la boca, y siguió lamiendo el tronco hasta llegar a la base, lamió un huevo y luego el otro. Nacho estaba encantado con aquella sesión de sexo, Gloria sabía como excitarlo y llevarlo hasta la cima del placer. Ésta seguía lamiendo sus huevos, volvió a lamer el tronco, esta vez en sentido ascendente hasta llegar de nuevo al glande, volvió a metérselo en la boca y empezó a chuparlo como si fuera un helado. Nacho estaba en el séptimo cielo, sentía aquella boca húmeda y caliente alrededor de sus sexo y eso lo volvía loco.

¡Uff, para, que me voy a correr! – tuvo que avisarla, no quería correrse aún, quería disfrutar de aquel momento, hacerle el amor a Gloria, despacio y con calma y si ella se dejaba, desvirgar su culito.

Gloria se puso en pie y besó a su novio con desesperación. Cuando se separaron ella le dijo:

Nacho quiero que me lo hagas por el culo.

El chico se quedó sorprendido, pero a la vez estaba feliz.

¿De verdad?

Sí, llevó mucho tiempo soñando que me lo haces por ahí encima de una mesa de billar, por eso la compré.

¡Que sinvergüenza eres, cariño!.

Volvieron a besarse y Nacho entretanto le desabrochó la cremallera del vestido que llevaba. Luego le quitó las mangas y lo dejó caer al suelo dejando a la chica completamente desnuda, ya que no llevaba nada.

Has vendido preparada ¿eh?

Sí.

Entonces, la hizo poner de cara a la mesa, situándose tras ella. Empezó a besarle el cuello y fue descendiendo poco a poco por su espalda hasta llegar al culo. Gloria se dobló sobre la mesa de billar, sintiendo la fría tela sobre sus pequeños y delicados senos, mientras Nacho besaba su culo centímetro a centímetro, lamió las nalgas de la muchacha y haciéndola abrir levemente de piernas acarició su sexo, que estaba húmedo de excitación. Nacho separó las nalgas y empezó a lamer el ano con pequeños y pausado lametones, luego la introdujo un poco y Gloria emitió un pequeño gemido de aprobación, tras el cual sintió los dedos de Nacho intentando abrirse camino en aquel estrecho agujero. Nacho se puso en pie, mientras seguía moviendo los dedos en el interior del apretado orificio, se dobló sobre la espalda de su novia y le besó el cuello, luego le preguntó al oído:

¿Te gusta?

Sí. – respondió ella ronroneando excitada.

Nacho sentía su sexo totalmente erecto y algo dolorido por la excitación que le producía pensar que por fin iba a penetrar aquel agujero. Sacó los dedos del estrecho refugio, se irguió y guiando su pene, lo restregó por el culo de la muchacha, por su rajita y por su ano. Y cuando Gloria esperaba ansiosa que empezara meterlo en el estrecho agujero, Nacho lo guió hasta la vagina y la penetró. Gloria gimió y Nacho empezó a moverte dentro y fuera de la muchacha tratando de excitarla y lubricar el miembro lo máximo posible, cada vez aceleraba más sus movimientos y en pocos segundos empezó a sentir la húmeda vagina convulsionarse alrededor de sus sexo, Gloria se estaba corriendo. Cuando la muchacha terminó de convulsionarse, Nacho sacó su polla de ella, la guió hasta el agujero trasero y con mucho cuidado empezó a introducirla. Gracias a los jugos de la muchacha, el pene entró suavemente y con facilidad, lo que animó a Nacho a seguir y poco a poco fue introduciendo su pene en aquel estrecho agujero. Cuando la tuvo dentro por completo, se dejó caer sobre la muchacha, la rodeó con sus brazos y la abrazó y besó diciéndole:

Te quiero.

Luego sujetándola por los hombros empezó a empujar, primero despacio para no hacerle daño y luego aumentando el ritmo poco a poco. Nacho se sentía en el séptimo cielo, sentir la estrechez de aquel agujero alrededor de su sexo era algo totalmente distinto a todo lo que había probado antes y le encantaba, sentir aquel calor, aquella presión. Gloria por su parte, también estaba sintiendo un nuevo placer que nunca antes había sentido, totalmente diferente. Ambos gemían sintiendo el placer y se movían rítmicamente, sintiéndose el uno al otro. Sus cuerpos recibían y se daban placer mutuamente, en un baile de pasión que poco a poco les fue llevando al éxtasis final. Un éxtasis, que nunca antes había sentido ninguno de los dos, y que les llenó de placer. Cuando ambos dejaron de convulsionarse, Nacho se separó de su chica, se vistió al igual que Gloria y le dijo su novia:

Ha sido el mejor polvo de mi vida.

Sabía que te gustaría – apostilló ella.

Nacho abrazó a Gloria y le susurró al oído:

Gracias, cariño – luego se separó de ella y preguntó - ¿comemos? Tengo hambre.

Pues vamos a comer.

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