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Mi historia (03: Marzo 2001)

en Grandes Series

01. Semana del 5 al 11 de Marzo

La semana anterior, final de febrero y principio de Marzo, deparó una nueva amante para mi. No la quería pero aún así me la folle y jugué con ella. Era todo nuevo para mi. Así el lunes la evité parapetándome en que me gustaba una casa de las que habíamos visto. Lo cual por otro lado era cierto. Así llegó el nuevo mes.

Ese lunes me levanté muy pronto y fui a la oficina. Estuve mirando números de la empresa y números personales. La casa que me gustaba costaba 900.000 euros y pensé que si hacía una oferta por 800.000 podría conseguirla. Tenía 400.000 euros ahorrados pero no quería gastar en ella más de 200.000 así que tendría que pedir una hipoteca de 600.000 pero debía tener una comisión de cancelación total y parcial baja porque en cuanto tuviera mi casa o la de mis padres vendida me la quitaría de encima. El euribor estaba por los cielos entonces. A 4,82%. Una hipoteca con un diferencial del 1% serían 5,82%. A 30 años 600.000 euros y la hipoteca me salía de uso 3.500 euros. Puesto que mi sueldo era de 5800 era seguro que me la daban (que tuviera una empresa ayudaba pues podía amenazar a los bancos con los que trabajaba con que me llevaba las cuentas de la empresa si no me la daban y, al fin y al cabo, tenía mi otra casa como garantía). Estaba decidido. Por otro lado me llamaba la atención lo fácil que se llevaba Belén 40.000 euros. Decidí hablar con Mike y Raquel para comprar parte de ese negocio y modernizarlo. Fijamos una reunión para el jueves. Al final se me hicieron las 8 en la oficina. Me fui a casa, vi un poco la tele, cené y a la cama.

El martes me pasé con Raquel por la oficina de Belén para comentarla que casa había decidido comprar. Igualmente me reuní con Belén y el marido para decirles que queremos hacerles una oferta por un % no de control de la sociedad. Ambos se miraron extrañados. Les dije que me dieran números de años anteriores y haríamos una oferta. Aceptaron y me comentaron que los números me llegarían al día siguiente. Ya solo con Belén y Raquel las anuncié que la casa que me gustaba era un ático de 4 dormitorios y 3 baños en el barrio de Almagro con una enorme terraza de 80m2. Belén me dijo que para ella ese piso es ideal. A mi me encantaba que tuviera dos plazas de garaje. Raquel sugirió que fuéramos a verlo. Belén estuvo de acuerdo y salimos en mi coche. Me sentía como el chófer pues ambas se sentaron atrás. De la oficina de Belén cerca del Paseo de la Habana a el barrio de Almagro a esas horas no había mucho tráfico. Además lo bueno es que podíamos usar una de las plazas. Al llegar a la casa y salir del coche Raquel se agarró a mi brazo y me dio un beso en la boca. Belén miró con algo de envidia. Me estaba empezando a molar ese juego. Sonriendo a Belén Raquel la dijo que nos enseñara el piso que su marido, por mi, había hablado muy bien de el. Subimos a verlo con Raquel siempre agarrada a mi brazo. No se si estaba siendo posesiva o estaba intentando calentar a Belén. Belén parecía estar encantada con el juego pues se paso todo el tour de la casa diciendo "a su marido y a usted" y cosas por el estilo. Incluso en una de las habitaciones dijo que sería ideal para cuando nos decidiéramos a tener un hijo. Yo empezaba a flipar. La casa estaba totalmente vacía excepto por los baños,la cocina y un sofá que habían dejado en el salón. Tras el tour Raquel me llevo al sofá y me sentó sentándose ella al lado invitando a Belén a sentarse al otro lado mio. Empece a pensar que iba a ser algo mas que un juego dialéctico. Las dos estaban ciertamente guapas. Belén iba más formal con un pantalón negro y botas negras por dentro del pantalón. Completaba el atuendo con una camisa negra y un chaleco a cuadros negros y blancos muy pequeños y acompañado por un cinturón negro estrecho. Raquel iba con vaqueros y una camisa azul bastante ajustada. Complementaba su look informal con unas sandalias de tacón de cuero marrón y un cinturón del mismo material. Raquel le dijo a Belén:

– Verdad que mi marido es muy guapo

– Sin duda, tiene usted mucha suerte

– Pues no se lo va a creer pero lo mejor lleva siempre oculto. ¿Quiere verlo?

– Claro, me encantaría – dijo Belén

Raquel se agachó un poco y empezó a desabrochar mi cinturón y mi pantalón. En nada de tiempo me encontraba con el pantalón por debajo de las rodillas y mi calzoncillo bajando. Hasta ese momento Belén mantenía una cierta distancia dentro del juego que estaban disfrutando.

– Puedo ayudarla – dijo Belén

– Quítele la camisa – respondió Raquel

Y eso hizo, lanzo sus manos a mi camisa y empezó a desabrochar botón a botón mi camisa acariciando mi pecho. Cuando estaba prácticamente desnudo ambas se levantaron y alejándose unos dos metros se dieron un beso ardiente en la boca que duro unos 45 segundos. Mi pene reacciono de manera contundente y se puso muy duro. Tras dejar el beso ambas se quitaron su propia parte de arriba quedando en sujetador y luego, acercándose volvieron a besarse para quitarse el pantalón la una a la otra mientras volvían a besarse. En menos de un santiamén estaban ambas desnudas y me di cuenta, de inmediato que estaba todo preparado. Belén llevaba ropa interior negra con detalles blancos y Raquel exactamente la misma ropa interior pero blanca con detalles negros. Ambas notaron que me había dado cuenta, se dieron un nuevo beso y se acercaron a mi. Belén cogió mi polla y se la puso en su boca y empezó a mamármela. Era la primera mamada que me hacía, el otro día solo follamos. Mientras Raquel me besaba en la boca y dirigía mi mano a su coño. Estuvimos así un rato hasta que ambas cambiaron posiciones. Cuando mi pene estaba ya bien duro tras ambas mamadas Raquel se levantó y se puso encima mía. Mi mano ahora exploraba a Belén mientras que mi boca besaba a ambas alternadamente. Tras cabalgarme un rato Raquel le tocó el turno a Belén que me montó con mucha fuerza y constancia. Tras estar ambas encima mía se salieron y empezaron a mamármela entre las dos. A veces se turnaban y otras veces cada una cogía media circunferencia que acababan en un beso en la boca cuando llegaban a la parte de arriba de mi pene. Era increíble y me iba a correr. Ambas siguieron con ese juego pero acercándose a mi para que pudiera meter mi mano en los coños de ambas y seguimos así hasta que ambas se corrieron. Mientras se corrían hicieron un esfuerzo por seguir con mi mamada doble y, en nada de tiempo me corrí yo poniéndolas hasta arriba de semen. Ambas se sentaron y Belén fue la primera en hablar

– ¿Ahora que?

– Ahora nada – dije yo – Raquel es mi amante y la quiero. Tu eres una chica guapa a la que me follaré cuando me apetezca y con suerte seremos socios pero no puedo mantener infinitas amantes regulares.

– Pero yo te quiero – dijo Belén

– Y te lo agradezco – dije sonando como un verdadero gilipollas – lo más que puedo hacer es comprometerme contigo a hacerlo, al menos, tres veces al año. ¿Te parece?

– Me tendrá que parecer – dijo resignada – De todas formas esto me ha encantado.

Descansamos los tres y nos fuimos a trabajar que era casi la una y ya era hora. El resto de la tarde lo pase currando en la oficina.

Al día siguiente, miércoles, llegaron los números de la inmobiliaria. Tenía una facturación más que decente para una empresa de 5 trabajadores pero como los comerciales (cuatro entre los dos contratados, Belén y el marido) van a comisión los gastos también son altos. Decidí estudiarlos con Mike y Raquel.

La mañana del jueves tuve varias reuniones y, después de comer, nos reunimos para echar el vistazo a los números de la empresa de Belén y su marido. Facturaba alrededor de 100.000 euros pero gastaba 75.000 al mes. Así la rentabilidad no era muy alta. Teníamos dinero en el banco y queríamos gastarlo. Decidimos ofrecer 500.000 euros por un 40%. Y sería oferta única. Si la rechazaban no habría contra oferta. Se lo haríamos saber.

El viernes fue un día normal y corriente, mucho curro porque el lunes Raquel y yo nos íbamos a visitar distribuidores a Barcelona. Volveríamos el miércoles y pasaríamos dos noches en Barcelona. Como supondréis no era nuestra primera vez pero si la primera tras la muerte de Lucía.

El sábado me levanté sin mucho que hacer. Leía el periódico cuando recibí una llamada de Belén. Fue muy escueta. A las 8 en la casa que quería comprar. En el portal. Como supondréis allí estaba puntual. Ella llegó y por primera vez la vi vestida de fin de semana. Vestía unos vaqueros negros con un abrigo de color marrón oscuro. El mismo color que las botas planas de estilo ecuestre que llevaba. Las botas tenían hebillas en la parte exterior de estas. Al entrar en el portal y quitarse el abrigo pude apreciar que no llevaba jersey y directamente tenía una camisa de color azul celeste y varias pulseras en forma de aro dorado. Los pantalones llevaban un cinturón muy grueso con una hebilla circular muy grande de color dorado. Al subir arriba y entrar se tiro a mis brazos justo al cerrar la puerta. Me dio un beso y me dijo:

– Hoy Juan va a ver el fútbol con unos amigos tengo que estar en casa a las 12 y he pensado darte una sorpresa. Traerte a tu nueva casa. Han aceptado tu oferta de 750.000 euros.

– Mi oferta era de 800.000

– Pensé que mejor 750.000 y coqueteando un poco con el dueño aceptó

– ¿Te lo tiraste?

– No, mi coño a partir de ahora es solo tuyo. Aunque lo quieras pocas veces al año. Juan lo tiene en usufructo pero es tuyo

– Te hubiera dejado que te lo tiraras si el precio hubiera bajado a 700.000 – dije riendo

– Puedo intentarlo dijo con cara de vicio

– Dejalo

Tras esas palabras no pude mas que besarla y llevarla hasta el salón donde la tumbé en el sofá y la empecé a besar. Ella se agarró a mi cuello y me besaba locamente. Poco a poco fui desabrochando su camisa y cuando estuvo fuera pasé al cinturón que protegía su pantalón. Ella me quitó el jersey y el polo que llevaba de una sola vez y bajos sus manos inmediatamente a hacer conmigo lo que yo hacía con ella. Pronto estaba taladrándola y así me mantuve durante 3 horas. En esas tres horas la dije lo que la íbamos a ofrecer cerca de un orgasmo y ella me dijo que me regalaba la empresa si hacía que se corriera otra vez. Lo conseguí, pero no iba a admitir que me la regalara, lógicamente. Eso si, tras el orgasmo me dijo que se haría la loca pero que cuando llegara la oferta estaría a favor de aprobarla frente a su marido. Primero por mi y segundo porque era razonable.

El domingo lo pasé descansando de cara a la semana que se me echaba encima.

02. Semana del 12 al 18 de Marzo

A las 10 de la mañana estaba en Barajas esperando a Raquel para coger el puente aéreo de las 11 para Barcelona. Llegamos sin problemas y algo antes de la una estábamos entrando en nuestro hotel, el Meliá Barcelona, donde teníamos dos habitaciones reservadas. Por las noches dormiría conmigo pero había que mantener las formas. El teléfono de su habitación lo redirigíamos a su móvil.

A las tres teníamos la primera reunión y luego teníamos dos mas a las cinco y a las siete. Cuando salimos de la última reunión era poco después de las ocho y fuimos a cenar al paseo marítimo. A las diez y media estábamos de vuelta en el hotel preparando las reuniones del día siguiente. A las once y media estaba ella con un camisón nuevo que había comprado para esa noche y acariciándome en la enorme cama. A las doce y media, tras una hora de pasión, estábamos listos para irnos a dormir juntos y descansar.

A las 9 de la mañana sonó el despertador. No teníamos prisa pues la primera reunión del día era a la 1 seguida de una comida con esos clientes que si los conseguíamos serian un gran avance no solo en Cataluña sino también en la Comunidad Valenciana y Baleares. De la comida salimos a las 4 con muy buenas expectativas. Tendríaque volver Raquel a cerrarlo. Solo teníamos una reunión más a las 7 que fue corta y beneficiosa y volvimos al hotel a cenar en la habitación para aprovechar el tiempo y pasar horas en la cama juntos. Entre besos, arrumacos, mamadas y polvos pasamos mas de 4 horas y poco después de la medianoche nos fuimos a dormir. Esa noche no hubo sorpresa en cuanto a camisón se refiere.

A las 8 del miércoles sonó el despertador. Desayunamos e hicimos el check out para partir hacia nuestra última reunión a las 10 cerca del aeropuerto en un polígono. Tras esta fuimos al aeropuerto y cogimos el siguiente vuelo del puente aéreo disponible. A las 4 ya estaba en la oficina pero salí de ella pitando porque a esa misma hora tenía la firma en el notario de la compra de mi nueva casa. Al salir de la compra me fui con Belén a su oficina donde nos esperaba su marido, Mike y Raquel. Allí les hicimos la oferta. Les dijimos que no habría contraoferta y que lo pensaran. Tras esta reunión se habían echo las nueve de la noche y me fui a casa a descansar.

El jueves, quince de marzo, curré desde muy pronto y hasta muy tarde. Estuve en la oficina a las ocho y media y no salí hasta las nueve de la noche cuando me fui con algo de prisa a casa de mis exsuegros pues había quedado para cenar. Una vez allí hablamos de negocios, de si ya tenía alguna chica a la que hubiera echado un ojo y recibí una invitación formal para asistir a una reunión de accionistas de la empresa de importación aunque aun no este cerrada la herencia. Igualmente me dijo que a la semana siguiente fuera a la división de banca privada de un banco para que empezaran a gestionarme el dinero para cuando me llegara la herencia. Le dije a mi suegro que un amigo dirigía una sucursal y que le llamaría. La sobremesa se alargó bastante y no llegué a casa hasta la una de la mañana.

El viernes estaba cansadísimo tras una semana de mucho curro y poco descanso. Decidí dormir un poco más y llegar a la oficina a las 10 de la mañana. Tras tomarme un café y revisar correos empece a ver el estado de mis finanzas personales. Tenía aproximadamente 200.000 euros para invertir y una hipoteca de 550.000 euros pero pronto debía vender mi casa y la de mis padres y heredar los 3,2 millones que tenían entre depósitos y acciones. Con una idea general de lo que tenía llamé a mi amigo Antonio. Es uno de mis mejores amigos de la facultad y aun nos veíamos al menos una vez al mes. La última vez fue, si lo recordáis, cuando jugué un partido de futbito el mes pasado.

A las 2 me reuní con Mike y Raquel para ver las cuentas de febrero. Fue un mes no muy allá con solo 45.000 euros de beneficios. Si Belén aceptaba la oferta íbamos a pagarles casi el 100% de lo que teníamos en banco. Era un poco locura pero no nos importaba pues la empresa ya estaba en beneficios todos los meses. Igualmente se decidió que íbamos a crear una nueva empresa que englobara nuestra participación en la inmobiliaria y nuestro 100% en la empresa de importaciones. Además desde esa empresa matriz crearíamos cualquier nueva empresa. Acordamos que el equipo de Mike llevaría el proceso del papeleo de creación de la nueva empresa.

Ese fin de semana descansé excepto por el partidito que me volví a echar con Antonio y el resto de los amigos de la carrera. Me dediqué a sacar de mi casa toda la ropa para llevarla a la nueva. Me llevó varios viajes y un poco de cansancio pero conseguí llevarme no solo la ropa sino los libros, DVDs y casi todo lo que me quería llevar. La mayoría de lo que se quedó no lo quería en la nueva casa.

03. Semana del 19 al 25 de Marzo

El lunes por la mañana me levanté pronto y fui a la oficina a terminar algún asunto pendiente para, a media mañana ir a una tienda de camas cercana a la oficina para comprar una cama para mi casa nueva. Para la habitación principal compre una cama de 1,8 metros y para la de invitados una de 120. En otra de las habitaciones montaría un despacho y otra quedaría momentáneamente vacía. Compre igualmente un juego de sabanas y edredones para ambas camas y volví a la oficina para seguir con un día muy poco movido. Por la tarde me llamaron de la tienda de camas. Tenían el pedido listo y podían enviármelo mañana. Quedé en la casa a las 11 de la mañana.

El martes a las 8 y media estaba en la oficina pues a las 10:30 tenía que salir para ir al piso a recibir la nueva cama. Cinco minutos antes de partir entró Raquel en mi despacho. Vestía una falda color crema que podríamos describir como lapicero hasta media falda y con vuelo desde ese punto. Quedaba unos 5 centímetros por encima de su rodilla. Llevaba también una camiseta negra acompañada por una americana negra con rayas blancas. Calzaba unos zapatos negros con tacones de 10 centímetros y abiertos por delante permitiendo ver dos de sus bien cuidados dedos. Si no tuviera que irme la hubiera dicho que cerrara la puerta con el pestillo. Ella fue la primera en hablar:

– Venía a hacerte una visita pero me dicen que sales ahora

– Si, me traen las camas nueva a la casa

– Voy contigo. Voy a por el abrigo.

Y se fue sin darme opción a decir un pero. Que no lo hubiera dicho, pero no me dio la opción. Cinco minutos después estábamos en mi coche camino de mi casa nueva. Llegamos cuando quedaban, teóricamente, 10 minutos para la llegada de los transportistas Y digo teóricamente porque tuvimos que esperar 30 minutos ya que llegaron 20 minutos tarde. Estuvieron unos 20 minutos subiendo las camas. En ese tiempo me dio tiempo a conocer a mis vecinos de enfrente (la casa tenía dos pisos por rellano en cada una de las cuatro escaleras que tenía). En realidad solo conocí a la mujer. Una ama de casa de 40 años nada atractiva cuyo marido trabajaba en el mundo de la construcción. Creo que me dijo que tenía una empresa de materiales de construcción. Se notaba que eran nuevos ricos. Me preguntó si Raquel era mi esposa. La dije que no, que solo era mi socia en la empresa que teníamos. No era mi estilo de amistad pero no me disgusto. No seríamos amigos pero seguro que como vecinos nos llevaríamos muy bien. Cuando acabaron los operarios Raquel se ofreció a montar las dos camas con la ropa que compré. Una vez ambas estuvieron montadas Raquel se acercó a mi, me beso en la boca y me cogió de la mano llevándome hasta mi habitación nueva. Una vez allí empezamos a besarnos junto a la cama y yo la reitre la chaqueta. Ella empezó a pasar sus manos por mi cuello mientras nos besábamos y la senté en la cama. Estando ella sentada me desabrocho la camisa y me la quitó sin dejar de besarme. Ya con la camisa quitada la tumbé en cama y seguimos con el beso pero ahora yo buscaba su raja por debajo de la falda. Levanté su camisa hasta justo por encima de sus pechos sin quitársela y, por atrás, la desabroche el sujetador. Me retiré un poco y la sonreí. Ella se levantó un poco y la quité la camisa el sujetador. Tras eso volví a besarla. Estábamos mucho rato besándonos y separándonos para mirarnos. Los dos estábamos desnudos de cintura para arriba pero nos lo tomábamos con calma. Empecé a jugar con sus senos y pronto se levantó ella un poco para permitirme desabrochar su falda y quitársela quedando con un tanga negro muy pequeño que procedí a quitárselo. Estaba espectacular tumbada en mi nueva cama totalmente desnuda excepto por sus zapatos. Procedí a desabrocharme el pantalón y quitármelo quedando en unos calzoncillos Calvin Klein. Ella empezó a jugar con mi pene a través del calzoncillo y me dijo que me lo quitara rápidamente. Eso hice y volví a besarla. Estando yo encima de ella me hizo girar 180 grados quedando ella arriba. Felinamente fue pasando su lengua por mi cuerpo hasta llegar a mi pene que se introdujo en mi boca. Luego lo metía y sacaba y jugaba con su lengua por toda su extensión. Estuvo cerca de 10 minutos jugando con mi pene hasta que se subió encima mio y empezó a cabalgar. No paraba de gemir y de decir cosas como "Te quiero" o "Amor mio". Estaba a punto de correrme y decidí decírselo. Ella me dijo que también estaba cerca que lo haríamos a la de tres. Empezó a contar y al llegar a tres solté un torrente de semen en su interior. Se echó sobre mi sin sacar mi pene y empezó a besarme. Así nos mantuvimos cerca de una hora. Y hablamos mucho. Me dijo que era curioso que me amabas mas que a nadie pero no quería ni remotamente ser mi esposa. Igualmente me dijo que sabía que yo necesitaba una mujer pero que por favor, antes de oficializar ninguna relación la permitiera dar su opinión. Yo la comenté que su opinión era muy importante para mi. En eso y en todo. Tras la charla postcoital decidimos ducharnos y volver a la oficina. Seguí currando toda la tarde hasta las cinco cuando me fui pues, a las seis, era la reunión de accionistas de la empresa a la que mi suegro me había invitado.

Fui a la reunión de la empresa de mi suegro sin derecho a voto y vi claramente la tensión entre mi exsuegro y sus socios Rodrigo y Marcos. Al salir de la reunión fui a cenar con mi suegro y le dije que veía lo que le ocurría en la empresa. Que confiara en mi. Me dijo que lo hacía y me insistió en que rehiciera mi vida.

Al día siguiente había quedado a la una con mi amigo Antonio para ver si podían llevar mis cuentas como hombre rico que era. No dudaba que el fuera capaz pero quería ver que podía ofrecerme pues el era el director y no la persona que llevaría mis cuentas. Al llegar a la oficina de banca privada que estaba por la zona de Nuevos Ministerios me atendió en recepción una chica joven que me preguntó quien venía a ver. La comenté que tenía una reunión con Antonio y me hizo pasar a una sala de espera. No pasaron más de cinco minutos cuando llegó Antonio y nos fundimos en un abrazo. Me acompañó por un pasillo con despachos a ambos lados. Todos mas o menos del mismo tamaño. Al fondo había dos despachos un poco más grandes que eran el de Antonio y el del subdirector. Me estuvo contando que cuando heredara sería el mejor cliente de esa sucursal y que si decidía ir con ellos no me iban a defraudar. Que iba a poner en mi cuenta a dos chicas. Una como primaria y otra como secundaria. Que no me iba a arrepentir de estar con ellos. Que una tenía 25 años y la otra iba a cumplir 24. Que eran muy jóvenes pero tras estudiar ambas en Londres ahora estaban en esa oficina ya que es donde mandaban a terminar de formarse a las personas mas brillantes. Que ellos eran la cantera de la élite en Banca Privada de ese banco. Seguimos charlando cuando llamaron a la puerta y entraron las dos chicas. Antonio me dijo que eran brillantes pero se le olvidó comentarme que estaban buenísimas. Las dos. Hacían que Raquel pareciera casi fea. Estaba lejos de ser normal. Una era rubia con el pelo rizado y de unos 1,72 metros que unido a sus tacones de unos 8 centímetros la elevaban hasta mi 1,8. La otra era algo mas baja y rondaría el 1,7 sin llegar a el. Calculo que 1,69 y también gastaba unos tacones altos. Ambas vestían con traje de chaqueta muy elegante. La rubia llevaba pantalón y americana mientras que la morena usaba un traje gris de faldas lapicero hasta justo debajo de sus rodillas. Debajo de la americana llevaba un top blanco. Un cinturón de cuero marrón sujetaba su falda. El mismo material que sus zapatos. Las dos eran guapísimas pero mi mente rápidamente decidió que quería a la morena de primaria. Antonio me las presentó. La morena se llamaba Rocío y la rubia Laura. Estuvo contándoles mi situación durante un buen rato y Rocío tomo la palabra. Dijo que ella sería mi contacto principal y que le gustaría que marcáramos al menos dos fechas al mes para quedar y ver la evolución de las inversiones. Me alegré de que fuera a verla tan a menudo y de que ella fuera la primaria. Comenté que en principio podíamos quedar el primer y tercer miércoles de cada mes hacia la una. Ella pareció estar de acuerdo. Tras cerrar unos detallitos mas me fui a comer con Antonio. Una vez estuvimos en la mesa hablé con Antonio.

– ¿Todas las tías de tu oficina son así?

– Y los tíos. En nuestro banco seleccionamos siempre la gente mas lista para Banca Privada pero de entre los listos solo un 10% pueden trabajar en banca privada así que se elige al 10% con mejor presencia.

– ¿Y no te dan ganas de liarte con alguna?

– Esto no lo sabe nadie aún tío pero estoy liado con Laura. Bueno, lo sabe Rocío ya que ambas se cuentan todo. Por eso te puse a Rocío de primaria. Ambas trabajan siempre juntas pero mejor que no pareciera que se lo daba a Laura por ser mi novia. Que en algún momento tendremos que hacerlo público.

– Pues felicidades tío. Además genial, a mi me ha gustado Rocío pero no se si es muy ético intentar ligarme a mi asesora.

– No es muy ético pero cuando lo consigas te pongo a Laura y punto. Porque has de saber que es soltera.

– Me cuesta creerlo.

– Creelo. Pero date prisa, este tipo de chicas tienen muchas pretendientes. Y solo tiene 23 añitos. Cumple 24 pronto.

– Gracias por la info. - dije

Terminamos de comer hablando un poco de todo y me fui a la oficina a seguir currando.

El jueves fue un día que parecía en el que no iba a pasar nada hasta que me llama Belén a las diez de la noche y me dice que aceptan la oferta. Me alegro mucho y cuando cuelgo llamo inmediatamente a Mike y Raquel. Le doy tres vueltas y vuelvo a llamar a Mike, Belén y Raquel para invitarles a una fiesta el viernes por la noche en mi nueva casa. Será en el salón a picotear pues solo tengo sofá y mesa de centro. Todos aceptan.

Al día siguiente estuve currando en la oficina hasta que todos se fueron a casa. Se quedó la oficina sola y decidí irme a preparar la fiesta. Pase por Mallorca para comprar algo de picar y luego a El Corte Inglés para comprar bebidas y alguna que otra cosilla como servilletas de papel, vasos,... A las seis llegué a casa cuando sonó el telefonillo. Era Raquel que venía a ayudarme a montar la fiesta. Dejó el abrigo en el recibidor junto con su bolso y pude apreciar lo guapa que iba. Y aun así recordaba que Roció estaba aun mas buena. Llevaba un pantalón de pana marrón con un cinturón marrón oscuro bastante grueso a juego con sus botas de tacón que llevaba por dentro del pantalón. En su torso vestía una camisa de rayas azules y blancas y un jersey azul oscuro cuyas mangas eran cortas. Puede parecer raro pero la quedaba bien. Completaba su atuendo con un pañuelo de la misma tonalidad que el jersey. Vio que lo tenía todo controlado y como quedaba aun un rato para que llegaran los otros invitados lo que hizo fue sentarme en el sofá, bajarme el pantalón y mamármela. Me sentía en el cielo ya que tenía una mujer sexy a mi disposición que tomaba la iniciativa a la hora de darme placer. En treinta minutos eyaculé y no dejó rastro de la corrida ingiriéndolo todo. Me sonrió y se fue a por su bolso donde llevaba un cepillo de dientes. Se aseo y esperamos a que llegaran los demás. La fiesta fue, la verdad, todo un éxito.

Al día siguiente me fui a ver muebles a El Corte Inglés y terminé de amueblar el salón y las tres habitaciones que iba a usar. La cuarta por ese momento no iba a usarla. También compre una tele para el salón y otra para el dormitorio principal. Fue muy productivo pero no pude hacer nada más en todo el día.

El domingo hice mi maleta pues la siguiente semana me iba a Nueva York con Mike para hablar con proovedores y asistir a una feria de alimentación en Nueva Jersey. A la una del mediodía fui a la oficina donde me reuní con Raquel y Mike para preparar la semana. Pedimos unas pizzas, trabajamos y a las cinco estábamos listos para irnos. Mike salió volando y Raquel y yo nos quedamos solos. Como no podía ser de otra forma acabamos ambos en la mesa de reuniones de mi despacho follando. Fue un polvo que no recuerdo mucho, casi mecánico, de despedida por una semana.

04. Semana del 26 de Marzo al 1 de Abril

El lunes a las once estábamos Mike y yo en Barajas para facturar nuestras maletas ya que el vuelo salía a la una para JFK. Tras facturar nos dirigimos al lounge de Business y tomamos unas cocacolas mientras con los portátiles revisábamos la estrategia de esos días. Llegamos allí a las 3 hora de Nueva York y nos dirigimos al hotel donde descansamos un poco antes de cenar pronto e irnos a la cama para evitar el jet lag todo lo posible.

De Martes a Jueves estuvimos enlazando reunión tras reunión tanto en la feria o en la ciudad de Nueva York. Salíamos del hotel a las ocho y no llegábamos hasta las once cuando tomábamos algo ligero para cenar mientras revisábamos lo ocurrido ese día antes de irnos a descansar.

El viernes lo dedicamos a comprar regalos. Yo siempre compraba regalos para mis padres, Lucía y Raquel. De repente me di cuenta que solo me quedaba Raquel. Para evitar esa sensación de soledad decidí comprar regalos también para la hija recién nacida de María y, ya que estaba, le compraría algo a la hija mayor que iba a cumplir siete años pronto. A Raquel la compré ropa interior muy sexy y a las dos hijas de María ropa de Tommy Hilfiger. A las siete llegamos a JFK para coger el avión que salía a las ocho y media y llegaba a Madrid a las diez de la mañana mas o menos. Del aeropuerto a casa a dormir sin paradas intermedias.

El domingo me levanté pronto y fui a casa de Raquel con la excusa de darle unos papeles. Cuando José Carlos se despistó la dí, además, su regalo. Me dio un beso en la boca y me fui a casa de María. Vivían en el barrio de Arguelles cerca de Ferraz y, sorprendentemente, no me costó mucho aparcar. Al llegar bese a María y di la mano a Arturo. La hija mayor Elena vino a darme un beso y la di su regalo. Se puso muy contenta y fue a probárselo. El regalo de la pequeña se lo dí a María. Me dijeron que no tenía porque haberlo hecho pero les dije que les tenía muy abandonados y quería que supieran que eran una parte muy importante de mi vida. María bromeó con que ya pronto la tendría en la oficina y es que se reincorporaba el lunes 30 de abril.

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