miprimita.com

Mi historia (21: Septiembre 2002)

en Grandes Series

01. Semana del 2 al 8 de Septiembre

Empezaba septiembre y con ello volvía Rocío al Masters y la rutina de los meses no veraniegos. Ese lunes teníamos la firma de la compra de la nueva empresa de calzado y complementos que habíamos comprado. Era un desembolso grande para nosotros 1,8 millones y yo tuve que aportar 500.000 euros para poder comprarlo pero era una buenísima compra. Aportaba una gran cartera de clientes y proveedores y no teníamos que contratar personal. Tras la compra fuimos a comer compradores y vendedores. Tras la comida Mike, Ángel, David y yo nos sentamos a ver la estrategia a seguir. Lo primero era preparar un tour por todos los proveedores y que estos fueran visitados por Ángel y David. Esa noche fuimos Rocío y yo a cenar para celebrar la nueva compra. Yo estaba muy contento y, al llegar a casa, llevé a Rocío directa a la cama.

El martes no ocurrió nada especial. Curré hasta tarde aprovechando que Rocío estaba en el Masters y pasé a recogerla a la salida. Cuando llegamos a casa hicimos una ensalada para cenar. Tras ver una peli en la tele nos fuimos a la cama.

El miércoles trabajé con Ángel y David organizando el viaje que la semana que viene les tendría toda la semana fuera visitando a los fabricantes de la empresa de distribución e calzado y complementos que habíamos comprado. Por la tarde Rocío y yo fuimos a casa de Mariano y Manuela y aprovechamos un rato la piscina antes de pasar a cenar. No les veíamos desde hacía casi un mes, cuando estuvimos con ellos en Menorca, y les estuvimos contando como avanzaba la boda. A ninguno de ellos pareció preocuparles una boda de 430 personas y eso creo que tranquilizo algo a Rocío. No quería mas roces con ella por la boda. A eso de la una de la mañana volvimos a casa para descansar.

El jueves fue un día normal de oficina. Trabajo en cantidad pero nada que se pueda considerar destacable ocurrió. María me llamó para echarme la bronca por perderme su cumpleaños que iba a ser una comida el domingo.

– Es la despedida de mi mejor amigo y espero que esta sea la única vez que se case. Siento que coincida con tu cumpleaños, lo sabes, pero no he tenido mas remedio.

– ¿No podías haber buscado otro fin de semana? Al siguiente cuando se van las niñas, por ejemplo – dijo María

– Lo siento preciosa. Rocío estará allí – dije – Te prometo que te compensaré

– Mas te vale – dijo

La pregunté un poco por su hija para calmarla. Rocío iría a su cumpleaños. Y yo también. Pero eso ella no lo sabía. Al llegar a casa cenamos Rocío y yo y, tras ver un poco la tele fuimos a la cama. En la cama hablamos sobre la sorpresa a María.

– Yo cuando he hablado con ella parecía enfadada. Decía que en nuestra pareja yo parecía su única amiga – dijo Rocío

– ¿En serio te ha dicho eso? ¡Que es un cumpleaños! Es mas, su cumpleaños es el lunes.

– Te quiere mucho. Me pondría muy celosa de tu relación con ella si no fuera porque yo también la quiero. A ella y a todos. Me has metido en una especie de película de El Padrino donde todos somos una gran familia.

– A mi me tienes que perdonar pero cuesta aun creer lo bien que te llevas con María y con Raquel sabiendo lo que sabes.

– Solo porque se que me quieres a mi. A ellas se que las quieres de otra manera y que lo vuestro es solo sexo. Puramente físico. Se que si te pidiera que rompieras esa parte de tu relación con ellas lo harías y, precisamente por eso, no me veo obligada a pedírtelo.

– Lo que tu quieras pero me sigue pareciendo raro.

Nos miramos un rato a los ojos y nos sonreíamos mientras nuestras manos jugaban con el cabello de los otros. Poco a poco empezamos a besarnos. Primero piquitos cortos, luego besos con roces de lengua y, por fin, besos pasionales con intercambio constante de saliva. Nos besábamos con pasión y nuestras manos ya buscaban rincones mas erógenos del otro. Mi mano jugaba en las proximidades de su coño, a veces tocaba su braguita y volvía a acariciar su muslo mientras ella acariciaba mi pene por encima del calzoncillo. Mi polla poco a poco iba creciendo hasta llegar a un tamaño bastante considerable si bien no totalmente erecta aun. En ese momento decidí llevar mi mano a su conejo de manera permanente y acariciarla con ternura por encima de su braguita. Ella a su vez llevó la mano a mi polla y empezó a hacerme una pequeña paja por encima del calzoncillo. Mientras mi mano derecha estaba en su conejito, aun por encima de la braga, la izquierda se dedicó a intentar subirla el camisón y sacárselo. Ya sin camisón la hice ponerse a cuatro patas en la cama y jugué con su braguita haciendo que esta entrara entre sus labios para, así, calentarla un poco mas de lo que ya estaba en esos momentos. Rápido la quité el sujetador, pasando a besar sus deliciosos pechos para, posteriormente, quitarla la braguita. Ya sin braguita y con ella a cuatro patas en la cama, bese alrededor de su coño pero ella no estaba por la labor de dejarse hacer y se puso de rodillas delante mío para bajarme el calzoncillo. Con el calzoncillo a la altura de mis rodillas se tumbo en la cama y, llevando su cabeza a mi polla, yo estaba arrodillado, me empezó a mamar un rato. Me dio bastantes lengüetazos hasta que la tumbé sobre su espalda y fui yo el que me lancé a su coño para darle lengüetazos de arriba a abajo. Muy largos pero no muy profundos. Ella con su mano en mi cabeza me apretaba para que metiera mi lengua en su interior pero a mi me apetecía jugar con ella. Seguí lamiendo un buen rato hasta que ya ella no aguantó mucho mas y abriendo mas las piernas cogió mi cabeza y, con cierta fuerza, me apretó contra su coño. En ese momento ya no iba a jugar mas y metí mi lengua en el interior de su coño jugando un poco. Lo suficiente como para arrancar de ella tres o cuatro gemidos. Cuando saqué mi lengua y volví a los lametazos largos ella me apartó de ella, me tumbó sobre mi espalda y me empezó a mamar la polla con cierta fuerza. Tras un ratito mamando se subió sobre mi, llevo mi polla a su conejo y empezó a cabalgar. Ella llevaba el ritmo. Yo gemía como loco y ella no mucho menos. Tras un ratito se corrió espectacularmente pillándome desprevenido pues me encantaba correrme con ella. Cuando vi que acababa su orgasmo la tumbe en la cama con su espalda sobre esta y pasé a follarla con fuerza con sus piernas abiertas alrededor de mi cuerpo. A la vez que la follaba nos besábamos y acariciábamos con amor. Tras unos pocos minutos me corrí en su interior gritando y gimiendo como no si no hubiera mañana. Desgraciadamente no pude sacarla un segundo orgasmo y caí derrotado a su lado. Descansé un segundo y ella llevó mi mano a su conejo. Mientras nos besábamos la acaricié y metí tres dedos en su interior que se movieron a toda velocidad. A los pocos minutos se corrió con mi mano y, de manera un poco artificial, conseguí su segundo orgasmo. Un final perfecto para una noche maravillosa. Abrazados caímos dormidos.

El viernes me despedí de Rocío pues ese fin de semana me iba con mis amigos a la despedida de soltero de Antonio en mi casa de Menorca. Volábamos todos a las cuatro. A las tres, cuando salía Antonio de trabajar estaba yo esperando en la puerta con un taxi. El no sabía nada y yo ya tenía una maleta suya que Laura me había dado un rato antes. Justo a las tres entre en la oficina y me lo llevé. Le dije al subdirector que cerrara el que me lo llevaba y, como ya estaba avisado, se echó a reír. Con prisa el taxista llegó al aeropuerto media hora antes del vuelo. Ya teníamos las tarjetas de embarque y nos encontramos con todos en la puerta de salida del avión. Antonio no paraba de decir que eramos unos cabrones y en un momento de tranquilidad llamó a Laura para despedirse aunque, como era evidente, ella ya lo sabía todo. Tras llegar a Maó cogimos tres coches que tenía alquilados y me siguieron hasta mi chalet. Una vez allí nos dividimos. Casi todas las habitaciones tenían dos camas que se convertían en cama de matrimonio excepto un par de ellas. Por razones logísticas alguien tenía que dormir en una cama de matrimonio con otro. Puesto que Antonio y yo eramos mejores amigos y la cama de mi habitación era la mas grande decidimos que durmiéramos juntos. Nos empujaron a ambos a la cama y nos sacaron algunas fotos. Alguna vez habíamos ido, cuando éramos mas jóvenes, a algún festival de música con la tienda de campaña y eso si era dormir juntos, pegados casi. Todos se quedaron bañando en la playa mientras yo fui de vuelta al aeropuerto a recoger a Ramón y a Pablo ya que ambos llegaban de Barcelona. Una vez los recogí fuimos a comprar cena, desayunos y comida para el día siguiente así como suficiente alcohol y refrescos para esa primera noche. Llegamos a las ocho a mi casa y bajamos rápido a la playa para aprovechar el último baño. Antonio se alegro de verlos y yo saludé a algún amigo que estaba por la playa. Esa noche, barbacoa, muchas risas, bromas al que se casaba y alcohol. Yo que no bebo mucho me tomé cuatro copas. Alguno debió beberse diez casi seguro.

Llegó el día fuerte de la despedida y fuimos levantándonos todos mas bien tarde. Según nos levantábamos íbamos dando buena cuenta del café, comíamos algo y nos acercábamos a la zona de la piscina. A eso de la una y media estábamos ya todos alrededor de la piscina y a las dos ya teníamos la parrilla encendida. La barbacoa se extendió hasta las cuatro. Tras la barbacoa mas risas, mas bromas y mucha piscina. A eso de las ocho todos nos fuimos a duchar pues dijimos a Antonio que nos íbamos a cenar a Ciudadela. Estábamos todos vestidos, incluyendo Antonio cuando, entre todos, le agarramos y le llevamos al salón donde le dejamos en calzoncillos y le vestimos de gladiador. No era un traje de gladiador sexy ni nada por el estilo era un disfraz normal. Llamaría la atención, por supuesto, pero no era demasiado fuerte. Durante el camino en coche al restaurante nos iba insultando a los que íbamos en el mismo coche que el. En la comida, al tener un sitio apartado para nosotros lo pasamos de miedo. También lo pasamos bien de copas aunque Antonio no lo pasó tan bien al principio. Con dos copas ya todo daba igual. El tenía barra libre. Si quería una copa me la pedía y yo pagaba. Ya me tocaría luego pedir pasta a todos para repartir el gasto. Acabamos en mi casa a las ocho de la mañana tras tomar unos churros en un bar del pueblo. Ya en la habitación estuve hablando con Antonio hasta las nueve cuando caí dormido. Fue una fiesta agotadora pero tremendamente divertida.

Yo me levanté a las diez y media, tras solo dormir hora y media para ir hacia el aeropuerto. Ya me había despedido de Antonio la noche anterior. Yo y otro chico teníamos el vuelo de vuelta a las doce y media mientras que los demás cerrarían la casa para coger el vuelo a las seis, los que volvían a Madrid y a las ocho, los que iban a Barcelona. Medio muertos los dos dormimos en el avión hasta que a las dos aterrizamos en Madrid. Me cogí un taxi y fui directo a casa de María. Llamé a Rocío y la dije que me pasara a María. Esa era la señal que indicaba que ya estaba en el portal. Mientras hablaba con ella, que se mostraba algo seca aunque la llamara para "estar con ella ese día", Arturo me abría el portal desde el telefonillo. Una vez subí me abrieron la puerta sin llamar y besé a Rocío que me dijo al oído que iba a flipar. Estaban todos y nadie, excepto Rocío y Arturo, sabían que iba al cumpleaños. Colgué con María mientras Arturo y Rocío volvían al salón. Tras dejar pasar un par de minutos cuando oí que debían estar todos en el salón hice acto de presencia:

– Me haréis un hueco en la mesa, ¿no? - dije dando un susto a alguno que estaba de espaldas a la puerta

María me miró como sorprendida pues la acababa de decir que estaba en Menorca. Miró a Arturo y a Rocío y en ambos vio una sonrisa enigmática.

– Sois todos tontos – dijo María sonriendo

Me acerqué a ella y la di un beso en la mejilla

– Feliz cumpleaños – dije

– Gracias. Ahora me siento mal. Estarás matado

– No me perdería tu cumpleaños, tonta. Me sorprende que pensaras que me lo iba a perder.

– ¿Cuanto has dormido? - dijo Rocío

– Una hora y media y una cabezadita en el avión

– Vamos que esta noche te entretiene la tele – dijo Arturo mirando a Rocío sacando las risas de todos

Pasé a saludar a todos nuestros amigos y empezamos a comer. Como íbamos a ser muchos ese día solo estábamos amigos de María y Arturo pues la comida con la familia la habían celebrado el día anterior. Eramos mayoría del trabajo pues apenas había dos parejas que no eran del trabajo de María. El resto del cumpleaños fue genial y, como predijo Arturo, una vez llegamos a casa Rocío fue entretenida por la tele pues yo estaba en la cama a las diez de la noche y totalmente destrozado.

02. Semana del 9 al 15 de Septiembre

No era persona el lunes. Dormí diez horas y, aun así, estaba bastante cansado. Aun peor, fue un día muy normalito. Hasta aburrido y no ayudaba con el sueño que tenía que fue atacado con varios cafés a lo largo del día. Por la tarde Rocío y yo fuimos a dar un beso a María en su cumpleaños y luego a casita a descansar. Ese día Rocío me trató a cuerpo de rey. Ella hizo la cena y recogió la mesa. Yo se lo agradecí en la cama como pude pero seguro que ella se quedó a medias.

El martes día diez se reincorporaba Raquel a la empresa, solo un par de meses tras haber dado a luz. Mike y yo queríamos que estuviera mas tiempo de baja pero ella se negaba. Tampoco queríamos cabrearla. Si que aceptó que entraría tarde, hacia las diez, y que, exceptuando si teníamos alguna comida importantísima, nunca se iría después de las tres de la tarde. Toda la mañana estuvimos hablando de como plantear el año 2004. Los tres estábamos de acuerdo en montar tres empresas nuevas volviendo a nuestro objetivo inicial y pensamos en fortalecer el núcleo del holding aunque pensaríamos como y el jueves veríamos que ideas teníamos. Tras la reunión Raquel se fue a casa y Mike y yo a comer donde intercambiamos ideas. Los dos queríamos fortalecer el holding y eso se tenía que hacer con recursos humanos. Decidimos darle una vuelta cada uno en privado y el jueves con Raquel tendríamos que tomar decisiones. Trabaje hasta tarde y espere en casa a que llegara Rocío del Masters para cenar.

El miércoles yo ya tenía una idea que aportar el jueves en la reunión y el día fue monótono como pocos. Como ese día Rocío no tenía masters nos fuimos a cenar fuera. Ese fin de semana ella tenía la despedida de Laura y sería el segundo fin de semana sin estar juntos.

A las diez de la mañana en mi despacho, el jueves, vimos que hacer para que el holding pudiera hacerse cargo de tres nuevas empresas y gestionar las ya existentes. Queríamos una buena estructura en el holding para poder soportar el peso de tanta empresa. Tras un poco de cháchara sobre temas no relacionados yo fui el primero en hablar.

– Necesitamos al menos una persona mas en el holding, quizás dos. Y ambas han de ser de alto nivel y de confianza

– Mi propuesta entonces viene el caso – dijo Raquel – Yo había pensado en subir a Marga al holding a un puesto al nivel del de Ana en la estructura. Con subida de sueldo por supuesto. Marga y Alberto son mas importantes que Ana. Eso lo tengo claro.

– No estoy de acuerdo – dijo Mike

– Que claro lo tienes – dije yo – A mi no me parece mal. Sois pareja y cuando os vais de vacaciones os vais dos de tres de los directivos de la empresa que ahora mismo esta facturando la mitad de los ingresos y que aporta casi todos los beneficios que tenemos. Cuando estuviste fuera pude trabajar con los segundos de Alberto y Marga y me gusto mucho lo que vi.

– No si yo en eso puedo estar de acuerdo. Amo a Marga, pero precisamente ese amor no puede hacer que parezca que la ascendemos mientras que dejamos a Alberto en su puesto. Marga es mi novia, quizás la mujer de mi vida, pero para la empresa Alberto es igual de importante.

– ¡Que frío eres! – dijo Raquel

– ¡Que frío ni que leñes! – intervine – Tiene mas razón que un santo.

– Pues subimos a Alberto – dijo Raquel – Yo obviamente pensaba que ambos subieran al mismo sueldo. Sus sueldos deberían ir siempre parejos

– No arreglas el problema de cuando nos vamos ambos de vacaciones – dijo Mike

– ¿Nos tiramos a la piscina? - dije

– Me das miedo – dijo Raquel

– Alberto y Marga. Subimos sueldo a 100.000 euros. Ambos al holding. Uno como Director de B2C y otro como Director de B2B.

– Me da un poco de miedo – dijo Raquel - Cuando tu y yo lo dejamos no me importó tanto. Marga y Alberto dan la talla. ¿Elena y Jorge la dan?

– Yo creo que si – dije

– Es un riesgo – dijo Mike – Pero no me parece mal. Ya quedan pocos mercados por abrir y para mantener dan la talla de sobra. El lunes ya está todo listo para que se empiece a vender Holanda y Bélgica. Hagámoslo. El recorrido de nuestra joya de la corona es limitado. Ya no va a crecer exponencialmente. Nuestras posibilidades mas reales de crecimiento está en los nuevos negocios.

– Perfecto pues ni una palabra a ninguno de ellos hasta el lunes 23. Para que empiecen el día 1 de octubre. Y eso va por ti – dije mirando a Mike – Que no se te escape la semana que viene cuando estáis de vacaciones.

Seguimos hablando de otros temas y nos fuimos los tres a comer. Estábamos de subidón pero a la vez algo nerviosos. Sacábamos a nuestros dos empleados mas valiosos de nuestra empresa mas rentable. En principio debía ser bueno para las otras empresas. Desde luego era un riesgo. Esa noche esperé a Rocío con la cena y tras esta la lleve a la cama y la hice el amor. Fue muy pasional. Necesitaba descargar adrenalina y, además, no iba a volver a verla en todo el fin de semana ya que se iban a una casa rural en Salamanca.

El viernes, tras despedirme de Rocío pasionalmente esa mañana, tuvimos reunión mensual, con Raquel de vuelta en la oficina y Ana presentándonos unos números. Históricamente nosotros en Agosto siempre perdíamos pasta pues muchas empresas cerraban ese mes. Este año, al tener negocios que no eran tan estacionales esperábamos no perder tanto dinero. Y no solo perdimos menos sino que tuvimos beneficios. Apenas 30.000 euros de 1,2 millones de facturación pero no perder fue una gran noticia. La reunión se extendió mas de lo normal pues, una vez se fue Ana, terminamos los detalles de la incorporación de Marga y Alberto al holding e hicimos un poco de brainstorming sobre nuevas empresas. Esa noche fui a ver a María y estuve jugando con Elena y Marta. Pronto me volví a casa y me fui a dormir.

El sábado Antonio y yo, aprovechando que nuestras novias estaban en la despedida de Laura, fuimos a jugar al futbito con nuestros amigos e hicimos una barbacoa en mi casa todos los que jugábamos. Tras la comida tomamos unas copas y a eso de las ocho todos se fueron yendo pues, la mayoría, tenían planes para el sábado. Yo una vez se fueron me tumbé en el sofá del salón y me trague dos pelis antes de irme a la cama. Pasé unos meses en soledad un año antes y ya me había medio acostumbrado a ella pero llegó Rocío y un momento sin ella era una pequeña tortura.

El último día de la semana Rocío volvería de la despedida de Laura, en principio hacia las nueve de la noche. Puesto que estaba solo me había invitado Raquel a comer en su casa con José Carlos y la niña. Estuve con ellos hasta las ocho o así y me fui para casa para poder apurar el final del fin de semana con Rocío. A las ocho y media llegué a casa y encendí la tele mientras esperaba a Rocío. Solo unos minutos después de las nueve oí como se abría la puerta de casa y, unos instantes después, aparecía Rocío en el salón. Me vio en el sofá esperándola, me sonrió y, tras dejar su bolsa de viaje en el suelo, se acercó a mi corriendo y se sentó sobre mi, con cada una de sus rodillas a los lados de mi piernas. Llevaba una falda blanca unos cuantos dedos por debajo de la rodilla con bastante vuelo. Acompañaban la falda un polo, de Ralph Lauren rosa sin mangas, un cinturón negro bastante ancho y unas sandalias blancas de unos tres centímetros de tacón. Era un tacón raro para ella pues o llevaba zapatos planos o se ponía de seis centímetros para arriba. Me besó con una pasión que no esperaba. Al menos no esperaba esa pasión sin antes decirme, al menos, hola. Seguimos unos cuantos minutos besándonos hasta que dije:

– Hola, se te ha olvidado saludar

– No se me ha olvidado es que vengo muy caliente - dijo

– Vaya, ¿me tengo que preocupar?

Me miró y volvió a besarme con pasión durante unos segundos.

– No te pega ser inseguro – dijo ella – Sabes que para mi tu eres todo lo que necesito.

– ¿Entonces? ¿Como te has puesto así?

– Lorena – dijo ella

– La que tiene el novio ese rubio un poco regordete

– Ya no lo tiene. Desde hace dos semanas. Hemos estado en un bar en el pueblo donde estaba la casa rural y hemos sido todas acosadas. Un poco a lo bestia, la verdad. La mayoría tenemos novio y pasábamos mucho pero se ve que Lorena necesitaba caña. Estuvo tonteando con un chaval monillo, bastante mas joven que nosotras de como mucho veinte años y la hemos perdido de vista. A eso de las cinco estábamos Laura y yo en la habitación que compartíamos hablando y riendo. Estábamos algo contentas por el alcohol cuando hemos empezado a oír pequeños gemidos que pronto han sido gritos bestiales. Laura y yo nos mirábamos y nos quedamos flipadas. No nos tocamos ni nada aunque a ratos me entraron ganas pero no parábamos de reírnos. Estuvieron follando unas cuatro horas y hasta después de las nueve no hemos podido quedarnos dormidas.

– Voy a tener que darle las gracias a Lorena entonces

– Callate y sigue que a veces eres un poco pesado

Y llevó su boca a la mía y sus manos al borde de mi polo. Me quitó el polo rápidamente dejándome desnudo de cintura para arriba. Yo la besé mientras levantaba su polo. Se lo saqué rompiendo el beso y, ya con ambos polos tirados por los suelos, saque sus tetas del sujetador, sin desabrocharlo, y empecé a mamarlas. Su pasión me había desatado y rápidamente llevé la mano a su entrepierna. Empecé a jugar con su tanga y su coño y, no se como, me lo cargue. Alternaba los besos en la boca con las chupadas a sus tetas y las miradas en sus ojos. Todo ello con mi mano en su coño jugueteando y metiendo dedos. Ella suspiraba cuando mi boca no estaba en la suya y llevó una de sus manos a mi polla. Me acariciaba al tiempo que yo tocaba su conejo. No tardé mucho en quitar mi mano de su coño y sustituirlo con mi boca. Besaba su coño mientras acariciaba las tetas al principio pero pronto dejé los besos para pasar a jugar con mi lengua que intentaba hacerse un hueco en su interior. Ella empezó a mover su cuerpo como si mi lengua fuera la polla y la estuviera follando. Era una sensación rara. Un par de veces a lo largo de la mamada saqué la cabeza y me acerqué a su boca para besarla. Ella seguí intentando tocar mi polla pero la costaba. Aún así fue capaz de, tras un rato de dedicación mía a su conejo, quitarme el cinturón y desabrochar mi pantalón. Me apartó de su conejo e incorporándose me hizo levantarme y quitarme los pantalones y calzoncillos. Nos besábamos mientras hacíamos esto y ella, tras la operación, se tiró a mi polla. Primero acariciándola a lo largo de toda su extensión para luego llevar su boca a ella y empezar a mamarla con pasión. Yo estaba de pie y ella sentada junto a mi. Acariciaba la cabeza de ella, su precioso pelo moreno, pero no la marcaba el ritmo. Dejé que ella, en un día de tanta pasión fuera la que marcara el ritmo. Volvimos a ponernos en pie tras un rato y la bajé la falda mientras ella se quitaba el sujetador. Del tanga destrozado no quedaban rastros, estaría por el suelo. Quedamos ambos desnudos excepto por los zapatos y la arrodillé en el sofá. En esa posición lleve mi boca de nuevo a su coño y chupé con locura hasta que ella empezó a gritar que la follara. En ese momento la agarré de la cintura y la giré y cargue sobre mi dejándome caer sobre el sofa con ella sentada sobre mi. Apunté mi polla a su coño con su ayuda y la hice empezar a cabalgar sobre mi. Los gritios de ambos eran bastante agudos y repetitivos. Ella estaba como loca y no dejaba de pedir mas. Era el momento de torturarla un poco y saque mi polla de ella para besarla. Ella no tardó en protestar

– Fóllame

– ¿No quieres un poco de ternura?

– No. Quiero de ti lo que tuvo Lorena del niñato ese

Me hizo gracia y reí un poco. Volví a penetrarla y, tras las primeras cabalgadas me dejé caer sobre un costado quedando detrás de ella. En esa posición penetrarla era fácil y nos permitía besarnos. Seguro que el chaval ese no besaba a Lorena como yo besaba a Rocío. Lo nuestro en esos momentos era pasión desbordada con continuas penetraciones duras pero tenían sus pequeños destellos de ternura en forma de besos a mi Diosa. Dejé los besos y me concentré en penetrarla lentamente y hasta el fondo para pasar a folladas mas cortas y duras. Pero no pude aguantar mucho sin volver a besarla aunque la estuviera penetrando con cierta violencia. Ella se incorporó un poco y me tumbó sobre el sofá echándose sobre mi para chuparme un rato la poya. Me gustaba pero tenía otros planes. Me levanté y, estando como estaba de rodillas, me acerqué por detrás para penetrarla duramente. La agarraba de pelo y nalgas. A ratos echaba su cabeza para atrás de cara a, así, poder besarla, sin dejar de penetrarla en ningún momento. Las penetraciones eran cada vez mas cortas y violentas y nuestros gemidos debían oírse en todo el edificio. Se salió de mi y me tumbó en el sofá para cabalgarme. Ya estábamos ambos desatados y, lógicamente, terminamos corriéndonos. No se quien se corrió antes pero desde luego fue bastante cercana mi corrida y su orgasmo. Una vez acabó la follada quedé dentro de ella y pase a besarla de nuevo durante unos minutos. Quizás un cuarto de hora. Tras esos minutos nos miramos, recogimos las ropa desperdigada por el salón y nos fuimos a la cama. Eran mas o menos las diez y teníamos bastante noche por delante. No fue hasta después de las doce que quedamos dormidos.

03. Semana del 16 al 22 de Septiembre

Esa semana estaban Mike y Marga de vacaciones. Raquel y yo ayudaríamos a Alberto en lo que necesitara ya que ese lunes llegarían a las tiendas los primeros pedidos de las dos o tres marcas de productos Holandeses y Belgas que íbamos a distribuir. Hable varias veces con Alberto y comí con el en el VIPS. No hubo problemas. Lo cual era normal pues Mike era un perfeccionista, como Raquel y yo, y lo había dejado todo atado y bien atado. Por la tarde aproveché que todo estaba muy calmado para salir de la oficina hacia las siete e ir con Rocío a comprar el regalo del cumpleaños de Arturo que era el viernes pero se iba a celebrar el domingo con una comida. Tras comprar el regalo nos fuimos a cenar algo y luego a casa y a la cama donde, quizás influidos aun un poco por el polvo de la noche anterior, hicimos el amor.

El martes no fui a la oficina pues me iba a Bilbao a dar una charla en una asociación de empresarios. Para nuestros sector Bilbao era fundamental por el puerto, importante vía de entrada de productos del norte de Europa en España. Por otro lado no teníamos muchos distribuidores en el País Vasco y me vendría bien conseguir alguno. Tras el viaje en avión y una charla entretenida, me invitaron a comer con otras veinte personas. De las veinte salí con la sensación de que haríamos negocio con unas cinco o seis. En el último vuelo del día volví a Madrid. Una vez alcanzamos la altura encendí el portátil y plasmé en un documento a quien había conocido y que podíamos hacer con ellos. Al día siguiente se lo pasaría a Raquel y Alberto y dejaría que ellos, con mi ayuda, intentaran ir abriendo esos frentes. Cuando llegué a casa eran casi las doce y Rocío estaba a punto de irse a la cama. Yo estaba muy cansado y fui con ella. Abrazados caímos dormidos.

Monótono, aburrido, cualquier adjetivo es valido para definir el miércoles. No estuve carente de trabajo pero me pasé todo el día leyendo contratos y, la verdad, esta lejos de ser glamouroso. Cuando noto en la gente admiración o incluso envidia por ser un empresario de moderado éxito siempre pienso en estos días. Por la noche me fui con Rocío a cenar a una terraza a relajarnos. Ese fin de semana teníamos viaje a Menorca con sus padres y vuelta en el avión de las doce del domingo para poder comer con Arturo. Tras la cena un poco de relax con un paseo, un polvo corto pero intenso y a dormir.

El jueves fui a casa de María. Quería decirla que subiríamos a Alberto y Marga antes de que ellos lo supieran. Para mi María era importantísima en la empresa. Era nuestra confidente y eso no se paga. Hasta ahora había sido mi secretaria pero tenía que empezar a entender que su nuevo trabajo, como jefa de las secretarias del holding y todas las recepciones y como asistente personal nuestra, iba a tenerla un poco menos cerca de mi. Ya no iba a estar en mi puerta siempre lista para ayudar y, sobre todo, escuchar. Vestía una falda estampada verde bastante vaporosa hasta la altura de los gemelos y una camiseta de tirantes blancos. Nos sentamos en el sofá con dos cafés y se lo conté.

– Me parece genial – dijo – Esos dos van a ser importantes para la empresa y para nuestro grupito

– Para mi es importante que tu estés de acuerdo – comenté

– Yo casi os apoyo ciegamente – dijo

– Pues no lo hagas – dije – Si algo no te cuadra dilo. Tu opinión nos interesa.

Me miró con cara dulce y me besó. Yo la devolví el beso y nos reímos.

– Ya estoy con la píldora – dijo

– ¿Entonces ya podemos?

– Aun no – dijo – Pero dentro de poco ya si. Si quieres ya sabes.

– No me voy a negar – dije sonriendo

Y ella, como una felina, se arrodilló en su sofá y puso sus manos en mi cinturón quitándome así el pantalón. Empezó a bajarme el pantalón mientras me miraba a los ojos sonriente.

– No me puedo creer lo enganchada que estoy a ti - dijo

– Tampoco creo que sea para tanto

– Esto no se lo hago a mi marido

Y tras decir eso ya tenía mis pantalones a la altura de los tobillos y mi polla erecta se mostraba en todo su esplendor. Jugó con mi polla subiendo y bajando su mano a lo largo de toda su extensión. La daba besitos en la cabeza y empezaba a meterse solo el capullo en su boca mientras sus ojos no se despegaban ni un segundo de los míos. Mis manos se posaron en su media melena y la ayudaban a marcar el ritmo en el que se metía mi polla en la boca. Pronto sacó su boca de mi polla y se sentó sobre mi en el sofá y me besó en la boca mientras jugaba con mi pecho. Pude notar perfectamente en mi desnuda polla su raja. Me quitó el polo que vestía ese día y, tras darme un largo beso, se arrodillo en el suelo junto a mi. Beso mi abdomen y los alrededores de mi polla para pasar pronto a darme una mamada increíble metiéndose una buena parte de mi pene en su boca a la vez que, con la mano, me hacía una pequeña paja. A ratos dejaba de tragarse mi polla para pasar la lengua por toda la longitud de mi pene. Yo estaba disfrutando pero quería mas y la levanté levantándome yo también. La quité su top y desabroché el cordón que sujetaba su falda cayendo esta al suelo. Estando yo desnudo y ella en ropa interior blanca se volvió a arrodillar y a chupar mi polla con lametazos y penetraciones de mi pene en su boca. Estos cada vez eran mas violentos pero tenía que, cada cierto tiempo, parar para coger aire. Esos momentos los aprovechaba para pajearme un poco. Se levantó y volvió a sentarse sobre mi. Me besó con fiereza y apartó un poco su braguita con una mano mientras, con la otra, apuntaba mi polla a su coño. Poco a poco se dejó penetrar por mi y empezó a botar.

– ¿Pero no decías que no podíamos? - pregunté extrañado

– No puedo no sentirte un poco dentro – dijo entre gemidos tras un rato cabalgándome

– Ya me salgo

Y lo hizo. Se bajó de mi como una experta jinete baja de su caballo y, arrodillándose en el suelo, llevó su boca a mi polla. Mientras me la mamaba con fiereza yo acariciaba su pelo y ella tocaba su coño. La avisé que no tardaría en correrme y solo unos minutos después eché una buena cantidad de semen en su boca. Se la trago toda y, tras darme un pico recogió su ropa y se fue del salón. Al rato volvió aseada y vestida. Volvía a parecer la perfecta esposa y madre de familia que era. Ese rato lo aproveché yo para vestirme.

– Me encanta hacerlo contigo – dijo – Pero en estos momentos me siento mal. Por Arturo pero también por Rocío. Se ha convertido, junto con Raquel, en mi mejor amiga. Pero no pienso renunciar a estos momentos a menos que tu me lo pidas

Y me sonrió y decidí no pedírselo. Hablamos algo de la empresa y de como a ella solo le quedaba un mes para reincorporarse. Tras tres cuartos de hora más en su casa charlando sobre nuestras cosas y la empresa me fui a la oficina donde estuve currando hasta las diez de la noche, momento en el cual me fui a casa para hacer la cena y tomarla con Rocío.

El viernes fui cerrando temas relativamente pronto pues a las cuatro salía nuestro vuelo para Menorca y debía estar en el aeropuerto hacia las tres de la tarde. Cuando llegué ya me esperaban Rocío y sus padres listos para embarcar. Desde la puerta de embarque llamamos Rocío y yo a Arturo para felicitarle por su cumpleaños y quedamos en vernos el domingo en su casa. Una vez en Menorca cogimos el coche de alquiler y fuimos hacia mi casa haciendo alguna pequeña parada para que los padres conocieran un poco la isla. Cuando llegamos a la casa, hacia las seis y media, se la enseñamos y nos cambiamos para bajar un rato a la playa. Era ya Septiembre avanzado pero por suerte hacía buen tiempo como para bañarse en la playa. Presenté a los padres de Rocío a los pocos conocidos que, a esas alturas, aun estaban en Menorca y a eso de las nueve volvimos a casa para preparar la cena. La cena fue muy tranquila y hablamos de la boda. Rocío y yo dimos una muy buena imagen de sintonía tras el espectáculo que montamos delante de sus padres la última vez que se habló de la boda. Es cierto que nos estresaba un poco pero no es menos cierto que nos queríamos con locura. A la una de la noche nos fuimos todos a la cama.

Nada verdaderamente especial ocurrió el sábado. Mañana y tarde en la playa, comida en un restaurante de la zona y cena en casa volviendo a hablar de la boda pero esta vez tratando otros temas como nuestros respectivos trabajos. Habían sido un par de días agradables con los padres de Rocío. Creo que me unió un poco mas a ellos pues nunca había estado con ellos a solas ya que o estaba el hermano y la cuñada o estaba Diana o estaban los tres.

El domingo tras levantarnos tranquilamente cogimos el coche de alquiler y volvimos al aeropuerto. Lo ideal hubiera sido coger uno de los vuelos de la tarde pero teníamos el cumpleaños de Arturo y teníamos que coger el de las doce. No obstante, para los padres tampoco era tan malo pues así podían comer con su hijo Jorge cuya mujer estaba, a esas alturas, embarazada de casi cuatro meses. Al llegar a Madrid pasamos rápido por casa, dejamos nuestras maletas, cogimos el regalo de Arturo y nos fuimos a casa de María y Arturo a celebrar el cumpleaños de este último. Mientras yo charlaba con casi todos los invitados sobre nuestra boda Rocío ayudaba a María y Raquel a terminar la comida mientras Elena jugaba con ella. Durante la comida los temas fueron diversos. Nuestra boda, las recién nacidas de María y Raquel, las recientes vacaciones de Mike y Marga,... Un poco de todo. Tras la comida pasamos a tomar el café en los salones y a entregar los regalos. Nosotros le regalamos una raqueta de tenis de las buenas y unas zapatillas para que jugara con su hija pues sabíamos, nos lo había chivado María, que su raqueta se había roto y las zapatillas eran un complemento. Esa noche llegamos a casa algo cansados y nos fuimos a dormir sin hacer el amor.

04. Semana del 23 al 29 de Septiembre

Mike, Raquel y yo quedamos para desayunar el lunes y terminar de detallar el cambio de Alberto y Marga antes de hacerlo público. Cuando salimos del VIPS llamé a Alberto y le dije que cogiera a Marga y que nos esperaran en la sala de reuniones del piso en el que estaba mi despacho. Una vez entramos los tres ya nos esperaban Alberto y Marga hablando.

– Os veo mas tranquilos – dije – La ultima vez que os llamamos así estabais acojonados.

– Si. ¿Deberíamos estar inquietos? - dijo Alberto claramente bromeando

– No. Me alegro que ya estéis en nuestra onda. Para Marga supongo que es mas fácil con su chico siendo Mike. Me alegro que tu también confíes en nosotros.

– Os preguntareis para que os hemos llamado – dijo Mike

– La verdad es que si – dijo Marga

– Voy a resumirlo yo – dijo Raquel – Recordareis que hace poco os dijimos que erais muy importantes y estuvisteis en la entrevista de Ana aunque vosotros pensabais que era vuestra superiora. En ese momento os dijimos que no mirarais la estructura ya que a vosotros os poníamos donde creíamos que podéis rendir mas para la empresa en cada momento. Ahora os necesitamos en otro sitio.

– Ok – dijo Alberto

– Menuda manera de resumir tienes – dije – Voy a resumir yo. Os subimos al holding con nosotros. La empresa de importaciones cada vez tiene menos mercados nuevos que abrir y avanzar en mercados abiertos es mas fácil. Sois demasiado buenos para eso. Alberto tu serás Director de B2B y tu Marga Directora de B2C. Resumiendo mucho tu Alberto serás la persona encargada de todos los negocios nuevos que vendan a empresas y tu Marga de los nuevos que vendan a consumidores. Para que quede claro, sois jefes de los jefes de esas empresas pero ellos no deben sentir que sois jefes sino aliados. Vuestra labor es auditarlos, ver que hacen todo bien, dar ideas, ayudar en las ventas y, si fuera necesario, darles tirones de las orejas.

– Lo que vosotros mandéis – dijo Alberto

– Me asusta que Mike no me dijera nada en la vacaciones – dijo Marga

– Yo se lo prohibí – dije – Sabes que me gustan las sorpresas

Y todos reímos con este comentario. Estuvimos hablando un poco mas de sus nuevas responsabilidades hasta que yo volví a hablar.

– Estas nuevas responsabilidades van unidas a un aumento de sueldo. - dije yo - Vais a pasar a cobrar 100.000 euros. Y ya sois los mejor pagados tras nosotros. Confiamos mucho en vosotros. Demostrarnos que no estamos equivocados. Raquel os dará esta tarde un cursillo acelerado de las nuevas empresas y Alberto, tu y yo nos vamos mañana a Barcelona. Dormiremos dos noches. Vete a contárselo a Celia anda.

Mientras Alberto se lo contaba a Celia, Mike y Marga hablaban como pareja y yo decidí que para mi se había acabado la reunión. Dejé a Mike anunciar a los subdirectores de la empresa de importaciones que pasaban a directores. Me fui a seguir trabajando y esa noche celebré lo que yo veía como un avance de la empresa con Rocío. Ya en la cama hicimos el amor con pasión pues estaríamos dos noches separados.

La mañana del martes había quedado con Alberto en la oficina para ir a una feria de franquicias en Barcelona. Aun no estaban en su nuevo puesto, oficialmente empezarían el martes siguiente que era uno de octubre, pero Raquel no queríamos Mike y yo que viajara así que me llevé a Alberto. Veríamos franquicias tanto para B2B como para B2C. Podría haber venido Marga también pero decidimos entre Mike y yo que con uno era suficiente. A las doce íbamos camino del aeropuerto y me contaba, como amigo no como jefe, que sentía tras la noticia del día anterior y como veía que íbamos en serio cuando les decíamos a el y a Marga que eran importantes. Una vez en el aeropuerto y ya con nuestros asientos del puente aéreo fuimos a la sala VIP pues teníamos aun treinta y cinco minutos para el vuelo y terminamos de hablar de nuestras vidas. Yo le conté como iba nuestra boda y que a veces Rocío se ponía algo tensa. El me comentaba que quería casarse con Celia y que suponía que lo haría antes o después. Yo le intenté dar un empujón. Celia me parecía muy buena para el. Una vez en Barcelona dejamos las maletas en el hotel y nos fuimos a la feria para hacer los primeros contactos. Fue una tarde de feria no muy estresante. Fuimos recogiendo información de manera casi compulsiva para estudiar esa noche en el hotel sin entrar en muchos detalles. Al llegar al hotel fuimos a mi habitación y con dos sillas en la mesa de trabajo empezamos a revisar una a una las franquicias de las que habíamos cogido información mientras cenábamos del servicio de habitaciones. Alberto tenía la cabeza muy bien amueblada. Tenía 28 años pero entre su experiencia con nosotros y que era un chico bastante curioso y leía mucho de economía, empresa y tendencia casi todo lo que aportaba era bueno. En comparación Marga era mucho menos analítica pero, a cambio, tenía una intuición brutal. Las veces que la había visto en reuniones siempre me sorprendía como sabía en cada momento que quería oír el cliente. Redujimos las casi ochenta empresas de las que cogimos información a una docena y nos fuimos a dormir pues al día siguiente estaríamos en la feria todo el día.

El miércoles hablamos mas en detalle con todas las empresas. Cuando veían a dos jóvenes de 28 y 29 años recién cumplidos no parecían muy interesados. Cuando les contábamos como era nuestra empresa cambiaban las caras. De las doces ese día visitamos nueve y nos gustaron cuatro. Serían candidatas a entrar en nuestro catálogo de empresas. La feria cerró a las ocho y tras pasar por el hotel a dejar nuestras cosas nos fuimos los dos a cenar con mi amigo Pablo. Antes de salir a cenar llamé a mi futuro suegro pues era su cumpleaños. Me comentó que nos esperaba a Rocío y a mi en Cuenca ese fin de semana. Como es lógico estaríamos allí.

A las nueve de la mañana del jueves estábamos de vuelta en la feria pero esta vez con nuestras maletas pues, tras ver a las tres empresas que nos faltaban, volveríamos a Madrid. De las tres nos gustaron dos lo cual es un porcentaje mucho mejor que el del día anterior. A las tres estábamos en el avión de vuelta a Madrid encantados porque llevábamos información de seis franquicias con las que, en principio, estaríamos cómodos desarrollando negocios. Se me hicieron las ocho en la oficina y no sabía si seguir trabajando o irme para casa cuando entró Raquel en mi despacho.

– ¡Hola! - dijo ella cerrando la puerta con seguro

– Hola preciosa – dije - ¿Que haces aquí?

– José Carlos está con la niña mientras yo he estado en la peluquería. He acabado antes de lo esperado y he aprovechado a ver si estabas aun aquí. Mira que le estas echando horas últimamente

– Con Rocío en el Masters no tengo mucho mas que hacer.

– Podrías echarme un polvito – dijo sonriendo y sentándose en mi regazo.

– Vaya, ya estas lista – dije

– Si, José Carlos y yo ya hemos echado un par. No es lo mismo, aun me noto muy dilatada pero viviré con ello hasta que se vaya volviendo a cerrar.

Y sin decir nada mas empezamos a besarnos. Ella vestía un vestido negro, con unos zapatos de tacón negros y un cinturón negro muy fino. Mis manos fueron rápidamente al borde de su vestido y empecé a jugar con sus piernas. Movía mis manos arriba y abajo de sus muslos haciendo que en cada subida y bajada la falda quedara unos centímetros mas arriba. Ella mantenía sus manos en mi cuello acariciando mi pelo a la vez que nuestras bocas se juntaban con pasión. Tras un rato de besos mi mano llegó a las proximidades de su interior. Me sorprendió que no llevara tanga. Y ella debió notarlo.

– Tengo algo de prisa – dijo sonriendo – He pasado por mi despacho y me he quitado el tanga.

Se levantó de mi regazo y me empezó a quitar el pantalón. Una vez lo tuve a la altura del tobillo junto a mis calzoncillos se subió encima de mi y enfiló mi polla a su conejo. Lentamente se dejó caer y si noté, inmediatamente, que estaba mas amplio de lo que recordaba en ella. Pero no me importaba. Con cada una de mis manos en uno de sus glúteos ayudé a que subiera y bajara sobre mi polla. Me cabalgaba con lentitud mientras nos besábamos. Ella a veces rompía el beso para gemir pero yo rápidamente volvía a ocupar su boca con mi lengua. Estuvimos así durante un buen rato hasta que ella me dijo que se iba a correr. Yo no podía aguantar mucho mas y, en cuanto noté que empezaba a correrse, me dejé llevar. Eché todo mi semen en su interior y volví a besarla. Tras un rato con ella sentada sobre mi con mi polla totalmente ensartada en su coño ella se levantó, me dio un pico, se despidió y salió para irse a casa con su marido e hija. Yo fui a asearme y seguí trabajando un rato. Esa noche volví a hacer la cena para Rocío. A pesar de ser día de masters hicimos el amor.

El viernes en la oficina nos reunimos Raquel, Mike, Marga, Alberto y yo para repasar lo que habíamos visto en Barcelona. Tras ponerles a todos al día Alberto y Marga se fueron a seguir preparando a sus sustitutos mientras Mike, Raquel y yo tratábamos un poco mas en detalle el tema de estas empresas que habíamos visto. La decisión final de que negocio lanzaríamos sería de Mike, Raquel y mía aunque tendríamos muy en cuenta la opinión de Marga y Alberto. No obstante ellos serían mucho mas importantes una vez estuviera decidido el negocio a lanzar. A eso de las tres me fui a buscar a Rocío a su trabajo y nos fuimos a Cuenca. Al día siguiente se celebraba el cumpleaños de su padre. Esa noche la pasamos hablando en el jardín donde aún se podía estar relativamente bien. Ese fin de semana era casi seguro el último en el que iríamos a Cuenca y no haríamos algo de la boda. Decidimos tomárnoslo de relax.

El sábado teníamos doble celebración del cumpleaños del padre de Rocío. Por la mañana hicimos las compras necesarias para la cena barbacoa que se haría en su casa con todos los amigos del padre. Una vez todo estuvo comprado fuimos a un restaurante a celebrar la comida mas familiar. Era un año de cambios. El padre cumplía 60 años, la mujer del hermano estaba embarazada de casi cuatro meses y nosotros a ocho meses de casarnos. Todo esto hizo que la comida fuera algo mas filosófica de lo normal y se hablara mucho de futuro, de familia, de amor, de esas cosas. Fuimos a comer a casa donde le dimos los regalos y esperamos la llegada de los primeros invitados. La noche se alargó hasta las dos de la mañana. La única que se fue un poco antes fue Maria Rosa algo revuelta por el embarazo. Jorge, su marido, se iba a ir con ella pero insistió en que se quedara.

Cuando nos levantamos el domingo María Rosa y Jorge ya se habían ido pues tenían algún compromiso en Madrid. Nosotros comimos con los padres de Rocío y ya por la tarde volvimos a Madrid llevando a Diana a su casa. Una vez en casa descansamos, cenamos e hicimos el amor sin excesiva pasión, la verdad.

05. Semana del 30 de Septiembre al 6 de Octubre

Si no fuera porque entró el dinero del reparto de dividendos de la empresa de abogados de la que herede la participación de mi padre, el lunes hubiera sido un día totalmente insignificante en el trabajo. Eran 100.000 euros que pasé a invertir con la ayuda de Rubén. Esa tarde Roció y yo fuimos a una tienda de la que nos habían hablado para ver invitaciones de boda. Cuando volvimos a casa, tras cenar, no lo teníamos nada claro. Rocío tenía las ideas mucho mas claras que yo pero aun así ver casi 100 modelos distintos de invitaciones era mucha tela que cortar. Decidimos que queríamos un estilo moderno con pinceladas clásicas y, a partir de ahí, volveríamos otro día a la tienda para refinar mas nuestra elección.

Tenía pinta la semana de monótona. El martes ayudamos a Marga y Alberto a hacerse con su nuevo puesto en nuestra planta. Alberto supervisaría la empresa de importación de moda, la inmobiliaria y la empresa de diseño y programación. Marga las franquicias de moda, los restaurantes y las zapaterías. Tuvimos una reunión con los jefes de todas las empresas y les explicamos que no les poníamos un jefe más sino que Raquel y yo íbamos a llevar mas la visión estratégica y general de la empresa y que el día a día lo coordinarían ellos. Serían nuestros interlocutores. Que todos conocieran a Alberto y Marga y que fueran muy respetados, desde el principio todo el mundo había visto que les tratábamos casi como si fueran socios, hizo que no hubiera problemas en la aceptación de ellos en sus nuevos puestos. Esa noche Rocío tenía masters. Es mas, esa semana tenía masters viernes y sábado también. Tras cenar juntos en casa nos fuimos a dormir tranquilamente.

Miércoles y Jueves los pasé con Marga y Alberto viendo como hacer las cosas entre los tres y manteniendo reuniones con los jefes de las otras empresas. Todo parecía ir bien. Se notaba que tanto Marga como Alberto habían estudiado algo el fin de semana anterior las particularidades de cada empresa. Me sentó especialmente bien ya que les dio mucha credibilidad de cara a los que iban a ser, a fin de cuentas, sus subordinados por muy puestazo que tuvieran los otros. Cada vez que trabajaba codo a codo con ellos tenía mas claro lo importante que eran para la empresa.

El viernes trabajé hasta tarde y fui a buscar a Rocío al masters con la que fuimos juntos a cenar y pasar un rato juntos. Pero hasta no muy tarde pues el sábado tenían Laura y ella Masters de nuevo.

El sábado cuando desperté Rocío ya se había ido al Masters. A la una me empecé a duchar y me preparé pues había quedado en recoger a Antonio en su casa para ir a recoger a nuestras novias. Estaban a una semana de su boda y ese fin de semana era nuestro. Yo era el mejor amigo de Antonio y Rocío la mejor amiga de Laura. Era normal que ese sábado lo pasáramos con ellos. El domingo sería el día que pasarían con los padres de ambos. Tras recogerlas fuimos a un restaurante a comer y la charla con el café se alargó hasta las tantas cuando, por favor, nos pidieron que dejáramos el restaurante. Lo cierto es que ya era tarde y, por las molestias, dejamos una buena propina. El resto de la tarde y noche la pasamos en casa de ellos hasta que, a eso de la una de la mañana nos despedimos para irnos a dormir pues al día siguiente teníamos una comida en casa de Mike y Marga.

A las diez de la mañana del domingo ya estábamos Rocío y yo en pie desayunando antes de prepararnos para ir a comer a casa de nuestros amigos. Sería algo antes de la una cuando estábamos entrando en la casa de Marga que es donde vivían tras el paso por la casa temporal alquilada que tuvo Mike tras su separación. Poco a poco llegaron Alberto y Celia, María, Arturo y las niñas y Raquel y José Carlos con su bebé. A eso de las tres nos sentamos todos a comer, sin saber muy bien que celebrábamos pero se notaba que estábamos todos de muy buen humor. Podíamos estar celebrando el ascenso de Alberto y Marga pero era lo de menos. Lo importante era estar un rato juntos, pasarlo bien y hacer equipo. Ya en los cafés habló Mike:

– Esto parece una celebración y no sabéis que celebramos, ¿verdad?

– Pues si – dije yo mirándole divertido

– Mi abogado me ha dicho que para finales de Noviembre el divorcio será efectivo – dijo Mike

– ¡Eso es lo que celebramos! - dijo Raquel

– No – dijo Mike – Celebramos que aprovechando mi divorcio Marga y yo nos casaremos el diez de enero. Es un viernes y será por lo civil que yo ya he gastado todas mis tiradas con la iglesia – dijo echándose a reír Mike

Todos nos quedamos parados, unos segundos, hasta que yo me levanté, estaba a dos sitios de el, y lo abrace. Todos pasaron a hacer lo mismo y a repartir besos a la pareja a diestro y siniestro.

– Eres la leche – dije cuando ya estábamos todos mas tranquilos – No podías esperar a que me casara yo

– Podía esperar – dijo mirándome con cara de broma – Pero nuestra boda va a ser mucho mas pequeña y tras tu bodorrio iba a parecer un bautizo

Todos reímos y nos mostramos muy contentos. Yo especialmente estaba encantado. Me jodió en su momento como empezaron, siendo el jefe Mike, pero lo cierto es que adoraba a Marga casi tanto como quería a Mike. Después de Antonio, Mike era mi mejor amigo. Casi mas un hermano. La noche acabo tarde. Sobre todo para los que no teníamos hijos que nos quedamos en casa de ellos hasta las doce pasadas. Cuando llegamos a casa Rocío y yo fuimos directos a la habitación y nos abrazamos. Ese día vestía Rocío bastante informal con un polo rojo, unos vaqueros azules y unos botines planos de color marrón. Yo vestía parecido con vaqueros, polo azul y zapatillas casuales de Tommy. Una vez en la habitación la bese con pasión y levantándola en brazos la senté junto al borde la cama. Jugábamos de tal manera que a veces ella se tumbaba, otras veces se sentaba e incluso se levantaba. Nos besábamos con pasión mientras nuestras manos acariciaban todos los rincones del otro. Pronto ambos nos quedamos sin los polos y mientras ella acariciaba mi pecho yo jugaba a alternar besos en la boca con mordiscos en los pezones. Algunos de mis mordiscos empezaron a sacar de ella gemidos profundos que solo eran parados por besos en su boca que nos los paraban sino que los acallaban. La puse en pie y, mientras nos besábamos íbamos desabrochando los pantalones vaqueros del otro. Nos quitamos pantalones, ropa interior y calzado a toda prisa y volví a recostarla en la cama con los pies colgando. Nos besamos con intensidad y cuando separé mi boca de la suya empecé a bajar por todo su cuerpo dando besos en cada parte el. Cuello, pezones, abdomen, hasta llegar a su conejo. Una vez allí pasé a besar su conejo. Un par de veces eran besitos, pasé luego a recorrer todo el exterior con la lengua para , finalmente, meter esta todo lo profundamente que podía. Los movimientos de mi boca y lengua junto con el efecto succión empezaron a dar sus frutos y ella llevo sus dedos a su coño para masturbarse ayudándome en mi tarea de sacar su primer orgasmo. Orgasmo que noté que llegaba pues cada vez esa zona estaba mas humedecida. En unos minutos empezó a correrse con mi boca y uno de sus dedos jugando por su coño y mis manos pellizcando sus pezones. Tras su corrida se tumbo en la cama mirando hacia mi boca abajo y, quedando su cara a la altura de mi polla, empezó a chupármela. La mamada era sensacional y yo, que ya estaba caliente de solo haberla oído gemir con mi chupada, me estaba poniendo enfermo. Mi pene creció hasta su tamaño máximo y la dije que me iba a correr.

– No lo hagas- dijo ella – Fóllame.

Ante esa petición uno no puede hacer otra cosa y la senté al borde de la cama llevando mi polla a su coño. Juguetee un rato en la entrada de su conejo para, rápidamente, pasar a follarla con violencia. La penetraba con ella echada hacia atrás y gimiendo y yo apenas siendo capaz de controlar mi cuerpo para no correrme. Creí tenerlo todo controlado y quise que ella llevara un rato la voz cantante. Me eché sobre ella, la bese, y ella puso sus piernas alrededor mía. En esa posición me levanté, con ella totalmente empalada, y me eché sobre la cama con ella sobre mi. No quedamos perfectamente colocados pero rápidamente ella se puso en posición de poder cabalgar y empezó a montarme como si yo fuera su potro. Estuvimos así un rato hasta que la avisé

– Me voy a correr

– Hazlo cariño – dijo – Estoy a puntito. En cuanto lo hagas llego contigo

Así no pude hacer otra cosa, tras dos o tres cabalgadas mas, esta vez con mi mano en su culo controlando los movimientos, me corrí en su interior y, tras notar el segundo o tercer chorro, ella también se corrió pasando a masajear mi polla con su conejo. Era una sensación genial y ambos nos recostamos en la cama para besarnos durante un rato. Nos mirábamos a los ojos y notábamos que podíamos volver a hacerlo, incluso hacerlo toda la noche, pero eran ya mas de la una de la mañana y al día siguiente teníamos que trabajar. Dimos por terminada la noche abrazados en la cama y quedando así dormidos.

Mas de relatador74

Mi historia (81: Septiembre 2007)

Mi historia (80: Agosto 2007)

Mi historia (79: Julio 2007)

Mi historia (78: Junio 2007)

Mi historia (77: Mayo 2007)

Mi historia (76: Abril 2007)

Mi historia (75: Marzo 2007)

Mi historia (74: Febrero 2007)

Mi historia (73: Enero 2007)

Mi historia (72: Diciembre 2006)

Mi historia (71: Noviembre 2006)

Mi historia (70: Octubre 2006)

Mi historia (69: Septiembre 2006)

Mi historia (68: Agosto 2006)

Mi historia (67: Julio 2006)

Mi historia (66: Junio 2006)

Mi historia (65: Mayo 2006)

Mi historia (64: Abril 2006)

Mi historia (63: Marzo 2006)

Mi historia (62: Febrero 2006)

Mi historia (61: Enero 2006)

Mi historia (60: Diciembre 2005)

Mi historia (59: Noviembre 2005)

Mi historia (58: Octubre 2005)

Mi historia (57: Septiembre 2005)

Mi historia (56: Agosto 2005)

Mi historia (55: Julio 2005)

Mi historia (54: Junio 2005)

Mi historia (53: Mayo 2005)

Mi historia (52: Abril 2005)

Mi historia (51: Marzo 2005)

Mi historia (50: Febrero 2005)

Mi historia (49: Enero 2005)

Mi historia (48: Diciembre 2004)

Mi historia (47: Noviembre 2004)

Mi historia (46: Octubre 2004)

Mi historia (45: Septiembre 2004)

Mi historia (44: Agosto 2004)

Mi historia (43: Julio 2004)

Mi historia (42: Junio 2004)

Mi historia (41: Mayo 2004)

Mi historia (40: Abril 2004)

Mi historia (39: Marzo 2004)

Mi historia (38: Febrero 2004)

Mi historia (37: Enero 2004)

Mi historia (36: Diciembre 2003)

Mi historia (35: Noviembre 2003)

Mi historia (34: Octubre 2003)

Mi historia (33: Septiembre 2003)

Mi historia (32: Agosto 2003)

Mi historia (31: Julio 2003)

Mi historia (30: Junio 2003)

Mi historia (29: Mayo 2003)

Mi historia (28: Abril 2003)

Mi historia (27: Marzo 2003)

Mi historia (26: Febrero 2003)

Mi historia (25: Enero 2003)

Mi historia (24: Diciembre 2002)

Mi historia (23: Noviembre 2002)

Mi historia (22: Octubre 2002)

Mi historia (20: Agosto 2002)

Mi historia (19: Julio 2002)

Mi historia (18: Junio 2002)

Mi historia (17: Mayo 2002)

Mi historia (16: Abril 2002)

Mi historia (15: Marzo 2002)

Mi historia (14: Febrero 2002)

Mi historia (13: Enero 2002)

Mi historia (12: Diciembre 2001)

Mi historia (11: Noviembre 2001)

Mi historia (10: Octubre 2001)

Mi historia (09: Septiembre 2001)

Mi historia (08: Agosto 2001)

Mi historia (07: Julio 2001)

Mi historia (06: Junio 2001)

Mi historia (05: Mayo 2001)

Mi historia (04: Abril 2001)

Mi historia (03: Marzo 2001)

Mi historia (02: Febrero 2001)

Mi historia (01: El comienzo)