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Relatos Históricos: Franco ha muerto, viva el gay

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Me resulta curioso poder escribir algo como esto en una época en que no tengo que preocuparme por acabar ante un pelotón de fusilamiento. Es extraño no tener que preocuparme de tener que ocultar mis sentimientos como antaño.

El Caudillo de España, Francisco Franco, está muerto. Vivimos en democracia y sólo hace unos meses se aprobó la ley que permite casarse a las personas como yo. Si me hubiesen contando algo así hace treinta años me hubiese reído y le hubiera dicho que tuviese cuidado con que le oyese alguien. Pensar que ni tan siquiera había libertad de expresión...

A veces, al levantarme al lado del hombre que es mi pareja, no puedo evitar pensar en lo que fueron aquellos tiempos, lo que fue sentirme perseguido, incomprendido, repudiado, considerado un criminal junto con proxenetas, explotadores de menores de edad y vagos. No sólo se nos consideraba delincuentes, sino además enfermos mentales.

Podría reírme de todo aquello, si no fuese porque esos recuerdos traen a mi cabeza la imagen de Armando, mi primer amor y primer amante.

Jamás podré olvidar sus profundos ojos negros de mirada viva e inteligente, su rubio cabello siempre perfectamente peinado, su cara casi lampiña y aniñada, su jovial sonrisa y su duro y bien formado cuerpo a causa de los trabajos en el campo en su juventud y de los ejercicios en el ejército unos años más tarde.

Tal vez una de las pocas cosas que Franco hizo bien tras la guerra civil fue el volcar sus esfuerzos en la reconstrucción de un País que había quedado asolado. Viviendas, caminos, iglesias, ferrocarriles, la industria, los campos...todo estaba en la ruina. Una gran parte de la población había sido muerta o exiliada. Y el General puso manos a la obra para que el País saliese de nuevo a flote. Debía educar a su pueblo para que éste hiciese resurgir una nación prospera.

El ejército fue un gran apoyo para el Caudillo y se encargó de que los analfabetos hombres del campo pasaran a formar parte de sus filas. Se aseguró de que ninguno de sus nuevos soldados tuviese siquiera un permiso o pudiesen licenciarse sin antes haber aprendido a leer y escribir y algo de matemáticas.

Así fue como mi querido Armando pudo pasar de ser un pobre campesino en la miseria, sin conocimientos, a ser un soldado capaz de redactar sus propios informes. Si bien es cierto que su nivel de vida mejoró, lo mismo no pasó con sus manos, que aun expertas en el arte de acariciar, nunca fueron suaves, tan acostumbradas como acabaron al tacto de su arma.

Lo que nadie parecía notar era que esas caricias que prodigaba mi buen Armando, no tenían como destino la piel de una mujer, sino la mía. La de otro hombre...

1.954 fue el año de nuestra desgracia. Fue el año en que el cabrón de Franco aprobó la extensión de la ley contra los vagos y maleantes, en la cual incluía a como delincuentes a los homosexuales.

Confesar nuestro amor era imposible. Nadie podía saberlo si no queríamos ser detenidos, encarcelados y separados. Lo menos que nos podía pasar, si alguien nos denunciaba, es que termináramos en lo que llamaban un centro de reeducación, lo cual en realidad equivalía a ser condenados a trabajos forzados en alguna de las colonias agrícolas. Aunque nuestro peor temor era que Armando, al ser un soldado del Caudillo, acabase ante un pelotón de fusilamiento por alta traición.

Escondidos como los ladrones y los asesinos teníamos que vivir nuestro amor y nuestra pasión...

Las persecuciones y las redadas se sucedían una detrás de otra. Las mujeres acusadas de homosexualidad no eran encerradas en cárceles sino que eran enviadas a manicomios y tratadas como enfermas mentales. Los hombres eran directamente encarcelados y condenados a trabajos forzados. La sola mención del Fuerte de Pardaleras en Badajoz, un antiguo baluarte militar del siglo XVIII convertido en prisión para homosexuales, hacía que se me helasen las venas.

Pese a ello, al ver que teníamos suerte y nadie parecía notar nuestra relación, nuestra guardia se relajó. Nos volvimos descuidados sino en nuestras citas, sí en nuestras maneras. Así que un día, ocurrió...

Aquella tarde, al pasar por el cuartel, entré como tantas otras veces, pues me ganaba los garbanzos trabajando de recadero, con la excusa de dar una carta al Cabo Armando Álvarez Romero. Lo que en realidad le di fue una carta en el que le citaba para esa noche, aprovechando que tenía permiso, y hacía una pequeña descripción de cómo pensaba hacerle gozar. ¡Valiente idea la mía! Y valiente idea la de él: guardar la nota en vez de romperla en mil pedazos.

Armando no apareció aquella noche...

No me alarmé. No era la primera vez que algo así sucedía, así que pensé que, como otras veces, su noche de permiso habría acabado convirtiéndose en una visita al calabozo por alguna falta.

Esperé un par de días antes de ir por el cuartel para "entregar otra carta" al Cabo. Fue entonces cuando el soldado de guardia me contó que El Cabo Armando Álvarez había sido arrestado por sodomita.

A pesar de todo lo que sentí en aquel momento, conseguí de alguna manera que el centinela me contase lo que había ocurrido como si de simple curiosidad morbosa por mi parte se tratase.

Armando había guardado aquella condenada nota en uno de los bolsillos del uniforme. Mientras hablaba con otro cabo, se le cayó al suelo y éste la recogió. Bromeando con Armando sobre una posible novia, el cabo comenzó a leer la misiva en voz alta.

No me atrevo a poner aquí las palabras subidas de todo que yo le había escrito, pero aquella nota dejaba muy claras las inclinaciones sexuales de Armando. ¿Cómo pude ser tan estúpido de hacer algo así...? Condené al hombre que quería de la forma más ridícula y absurda que alguien pueda imaginar.

 

Durante unas semanas, permanecí escondido convencido de que vendrían a por mí, pero al ver que nada ocurría, quedé convencido de que Armando no había confesado quien le había escrito aquello.

Mi pobre Armando... Nunca volví a verle...

Sólo tuve dos noticias sobre él. La primera fue que había sido llevado al temido Fuerte de Pardaleras con una condena de cuatro años de trabajos forzados.

Lloré como un niño. Me sentí culpable de todo lo que había pensado. Me intentaba consolar diciéndome a mí mismo que al menos no lo habían declarado un traidor. Me sentí tentado de confesar, con la intención de que al menos me llevaran a su lado. Pero fui un cobarde, un maldito y ruin cobarde. Lo reconozco. Aún hoy no me he librado de esa vergüenza. ¿Ése era el tan grande amor que yo sentía por Armando? Nunca he llegado a perdonarme aquello y creo que nunca lo haré.

La segunda noticia que tuve de él fue aun peor. Armando había muerto. Unos decían que había sido un accidente en el campo de trabajo, pero las malas lenguas contaron que había sido el cabecilla de una revuelta en la que algunos presos habían intentado luchar por el derecho a tener relaciones sexuales y lo habían ejecutado.

Nunca llegué a saber la verdad...

De hecho poca gente de hoy en día sabe lo que supuso ser lo que se llamaron presos sociales en los tiempos de Franco, el calvario que vivieron por culpa de una legislación represiva llena de una falsa moral.

Cuando por fin el dictador murió y se instauró la monarquía y la democracia, los presos políticos fueron rehabilitados social y moralmente, pero no así los presos sociales y a mi entender, tal vez porque de cierta forma yo fui una victima, a día de hoy esta rehabilitación sigue sin haberse realizado del todo.

Por suerte las generaciones que vienen ahora recibirán otro tipo de educación, más tolerante, más libre, menos hipócrita, que permitirán que un amor como el que Armando y yo compartimos, no se rompa por unas simples letras en un trozo de papel.

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Revisión de las normas

Gracias por participar del XX Ejercicio de Autores

Aprender a contracorriente [gatacolorada]

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En las crisis ganan los banqueros[ana del alba 20]

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Liberar tensiones [Bubu]

Parásito [SideShift]

El Sacrificio de mi Mamá [Garganta de Cuero]

Ladrona [Neón]

Maldita Crisis [EROTIKA]

Las ventajas del poder [gatacolorada]

La crisis del coño [ana del alba 20]

¿Por Qué Lloras? [Silvade]

del amor. La máquina [erostres]

Los viajeros temporales [Estela Plateada]

Relato casi erótico [Alba_longa]

Grande y felicísimamente armado [voralamar]

El Fotógrafo [Vieri32]

¿Algo para reír o para llorar? [MilkaMousse]

Nyotaimori [Ginés Linares]

Muñecos Rotos [pokovirgen]

Relación de relatos del XX Ejercicio de Autores

XX Ejercicio de Autores

XX Ejercicio de Autores: Votación de tema

Propuesta de ideas para XX Ejercicio de Autores

Gracias por participar en el XIX ejercicio

Legión de Ángeles

Eva al desnudo

En el fondo de su mente

Las viejas tamaleras

Una canción en 100 años

Del amor, la guerra y otras lindezas

Canción de despedida

Noches de luna llena

Almas

El sobre azul

Nunca subas a la chica de la curva

Aunque tu no lo sepas

El Cid

La puta de mi novia y su despedida

Por toda la casa

El suicidio del Samurai

Causa y efecto

La fiesta de Navidad

Diálogos para un ejercicio

La barbería

Por los beneficios

Cenizas del deseo

M & M… y sí, son unos bombones adictivos

Lazos oscuros y desconocidos

Relación de relatos del XIX ejercicio

XIX Ejercicio de autores

XIX Ejercicio de autores: Votación de tema

Propuesta de ideas para XIX Ejercicio de Autores

Brevísimo balance del XVIII Ejercicio de Autores

Pínchame, amor (Segunda parte)

Noche mágica

Con todos ustedes....¡el increíble bebé barbudo!

Extraños en la noche

Noche de suerte

Por fin pude ver a mi esposa montada en un joven

La chica de la revista

Vida de casado

Una manera de sentir

Trovadores de la noche

Después de la feria según Lucas

Después de la feria según Marcos

La morochita villera

Cómo recuerdo el día en que llegó a mi casa

Amo las mujeres que desagradan a otros

¡Pínchame, amor! (1)

La primera noche de mi nueva vida

La mejor noche de un actor porno

La prueba

Paparazzi

Ivette, mi princesa árabe

El montoncillo y la gata

Pasión y lujuria en la Barceloneta

Relación de relatos del XVIII Ejercicio de Autores

Noticias sobre el XVIII Ejercicio de Autores

XVIII Ejercicio de autores

XVIII Ejercicio: Votación del tema

Propuesta de ideas. XVIII Ejercicio de Autores

Crucigrama. GatitaKarabo.

Flores. Dark Silver.

¡Maldita sea! Izar

Fugados. Dark Silver.

Superbotellón. MariCruz29

El Pelao. GatitaKarabo.

Raquelísima. Moonlight.

Oración. Masulokunoxo

El despertar. GatitaKarabo

Media tarde. Trazada.

La noche es bella. Lydia

Apetecible. Paul Sheldon.

Play. Un Típico Sobi.

Zanahorias de Haití. Masulokunoxo.

Charla de alcoba. Trazada.

XVII. Ejercicio de autores.

XVII Ejercicio. Votación del tema.

Propuesta de ideas. XVII ejercicio de autores

PsicóTRico.

Mi primer día.

Desde el fondo de la pecera

Un chico normal

La increíble historia de Mandy y su locura felina

Carta blanca

Amigo mío, ¿qué hice mal?

La psicología del miedo

El diablo nunca

El salto atrás de Paco.

Contacto humano

Identidad

Una muñeca vestida de azul.

AVISO - XVI Ejercicio - RELATO PSIQUIÁTRICO

XVI. Ejercicio de autores. Relato psiquiátrico

Votación del tema. XVI Ejercicio

Propuesta de ideas. XVI ejercicio de autores

¿Qué es el ejercicio?

La leyenda del demoniaco jinete sodomizador

¿Por qué las ancianas tienen obsesión...?

El visitante

Amantes en apuros

El hotel

El cementerio

La leyenda urbana de TR, ¿Quién es el Calavera?

Mascherata a Venezia

La cadena

Mujer sola

Electo ateneo

La Dama de los Siguanes

Libertina libertad

Máscaras

El engaño del Cadejo

Los veintiún gramos del alma

Examen oral

En el espejo

El Greenpalace

Una leyenda urbana

Sorpresa, sorpresa

Gotitas milagrosas

Información del XV ejercicio

XV Ejercicio de autores - Leyendas urbanas

Propuestas e ideas para el XV ejercicio de autores

Cambio de carpas

Con mi pa en la playa

Con sabor a mar

La luna, único testigo

Duna

Selene

Acheron

Una noche en la playa

¿Dónde está Fred?

Fin de semana en la playa

La noche del sacrificio

Nuestra playa

Aquella noche en la playa

La indígena

Sacrificio a la luna

El Círculo de Therion

Hijo de puta

Como olas de pasión

Hija de la luna

XIV ejercicio de autores – ampliación de plazo

La noche de los cuernos

Citas Playeras S.A.

Yo quería y no quería

XIV Ejercicio de Relatos Una noche en la playa

Información sobre el XIV Ejercicio de Relatos

Inocente ¿de qué?

La soledad y la mujer

Una oración por Rivas

El te amo menos cotizado de la Internet

Esquizos

Mi recuerdo

Pesadilla 2

Dios, el puto y la monja

Ella

Pesadilla (1)

Remembranzas

Nada es completo

Hodie mihi cras tibi

Pimpollo

Un momento (3)

Hastío

La sonrisa

Tu camino

Duelo de titanes

La madre de Nadia Lerma

XIII ejercicio sobre microrelatos

Mujer Amante - Vieri32

No tengo tiempo para olvidar - Lymaryn

Un ramito de violetas - Lydia

Palabras de amor - Trazada

Bend and break - GatitaKarabo

Tú me acostumbraste - Avizor

Por cincuenta talentos de plata - Estado Virgen

Äalborg [Sywyn]

Mi encuentro con el placer [Apasionada29]

El peor pirata de la Historia [Caronte]

El pirata que robó mi corazón [Lydia]

A 1000 pies de altura [Lymarim]

Trailer [Zesna]

Me aburrí muchísimo [Parisién]

U-331 [Solharis]

En el océano de la noche [Kosuke]

Sansón y Dalila

Kitsune

El sueño de Inocencia

La esencia de Zeus

Ángeles y demonios

Lilith

Hércules y las hijas del rey Tespio

Invitación para el X Ejercicio: Mitología Erótica

Aun no te conozco... pero ya te deseo

Tren nocturno a Bilbao

He encontrado tu foto en Internet

Entre tres y cuatro me hicieron mujer

Memorias de un sanitario

Sex-appeal

Sexo, anillos y marihuana

Talla XXL

Goth

Cayendo al vacío

Afilándome los cuernos

Plumas y cuchillas

IX Ejercicio: 2ª Invitación

IX Ejercicio de relatos eróticos

Pesadillas de robot

Mi dulce mascota

Promethea

Déjà vu

Involución

Eros vence a Tanatos

El instrumento de Data

Fuga de la torre del placer

El corazón de Zobe

Comer, beber, follar y ser feliz

El caminante

Pecado

Maldito destino

Decisión mortal

Madre

Yo te vi morir

Angelo da morte

Azul intenso

Pecado y redención

Mátame

Cuando suena el timbre

El último beso

El purificador

Ella quería tener más

Mi instinto básico

Hospital

Fábula de la viuda negra

Por una buena causa

Seven years

El opositor

¿Tanto te apetece morir?

Satanas Death Show

Días de sangre y de swing

Voy a comprar cigarrillos y vuelvo

Relatos Históricos: La copa de Dionisios

Invitación para el nuevo Ejercicio sobre CRÍMENES

Relatos Históricos: Al-Andalus

Relatos Históricos: 1968

Relatos Históricos: Qué golfa era Carmela

Relatos Históricos: Campos de Cádiz

Relatos Históricos: El soldado

Relatos Históricos: El beso

Relatos Históricos: El primer vuelo

Relatos Históricos: 1929 en Wall Street

Relatos Históricos: En bandeja de plata

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Relatos Históricos: Tenno Iga No Ran

Relatos Históricos: Mar, mar, mar

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Relatos Históricos: Cantabria indomable

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Registro de tráfico ilegal - por Esther

Llámame si quieres - por Solharis

Una noche de invierno - por Dani

Clásico revisitado - por Desvestida

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Lengua bífida - por Alesandra

Obediencia - por Némesis30

Hotmail - por Espir4l

Recuerdos - por Némesis30

Ese día estaba yo muy ansiosa - por Esther

Una noche de primavera - por Dani

La sopa - por Solharis

Diez minutos - por Sasha

Celos - por Scherezade

25 líneas dulcemente apasionadas - por Alesandra

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Ciber amante - por Scherezade

Una noche de otoño - por Dani

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La mujer de las pulseras - por Yuste

Los pequeños detalles - por Némesis30

Sola - por Scherezade

La oportunidad llega sola - por Elpintor2

Por el bien común - por Wasabi

La vida en un segundo - por Iván Sanluís

La ciclista - por Genio

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45 segundos a euro - por Alesandra

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No soy tuya - por Donnar

Más que sustantivos - por Wasabi

Maldito alcohol - por Lachlainn

El preso - por Doro

De ocho a ocho y media - por Superjaime

Esperando - por Scherezade

Ladrón de coches - por Sociedad

Taxista nocturno,servicio especial - por ElPintor2

No me importa nada más - por Hera

Una noche de verano - por Dani

Vampirillos - por Desvestida

Siempre hay un hombro amigo - por Yuste

En mi interior - por Nemésis30

Almas - por Egraine

El tren de lavado - por Lydia

Despertar placentero - por Lince

Piel de manzana - por Sasha

Me fascina - por Erotika

Hace muchos años - por Trazada30

El dragón - por Lobo Nocturno

La fila - por Locutus

La cita - por Alesandra

Tardes eternas - por Ornella

La realidad supera la imaginación - por Genio

Instinto primario - por Espir4l

La sorpresa - por Solharis

38. La verdad en el fuego

Gönbölyuseg

Carta a un desconocido

Enfrentarse al pasado

Alejandría

La venganza de Aracne

Un relato inquietante

El libro maldito de Bartholomeus Nazarí

El apagón

El pasillo oscuro

Ejercicio 2 Las apariencias engañan - Va la novia

Naufragios: Libertad

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Naufragios: Naufragio

Naufragios: Háblame del mar, marinero

Naufragios: Enemigos

Naufragios: La Invitación

Naufragios: El naufragio del Zamboanga