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Venceremos... venceremos... algún día

en Bisexuales

Los veinte niños han dejado de cantar, la noche ha entrado en el autobús con la luz apagada, quedan seis horas para llegar a destino, la pequeña cuidad donde se va realizar el concurso de coros infantiles con edades entre nueve y once años.

Juan no puede dormir, sabe que la tentación está ahí y su mente lucha entre ceder y resistir. Ha sido una constante en su vida desde los 17 años. le ha ocurrido otras veces, no muchas , tres para ser exacto, sólo una vez evitó el peligro, en otras dos se vio inmerso en el placer prohibido, que le arrasó y lo llevó al límite de su resistencia y al borde de romper todo lo que tenía y quería.

Esta vez no podía huir de la tentación, tenía que hacer el viaje, dos de sus hijos, Luís y Mariana, participaban en el coro, por lo que le tocaba ser padre cuidador. Además en el concurso debía haber tres mayores por coro y guitarras. Y los mayores del grupo eran una madre: Josefina, soprano. Un padre :él, bajo y la guitarra y el padre Nicolás, tenor y guitarra.

Fue en la primera comunión de Mariana, donde se habían conocido, era el cura encargado de la catequesis de los niños. Hay algo que no se pude evitar, el descubrimiento del igual cuando te saludas. Eso le ocurrió con Nicolás. Los dos vivían escondidos, negándose a si mismos. Lo notó al darse la mano y mirarle los ojos verdes atigrados, una corriente de entendimiento surgió entre ambos. Se separaron asustados por sus deseos, esos deseos que tenían encerrados en lo profundo de su mente. La fiesta en el patio de la iglesia, donde se hizo un desayuno en común de todos los niños y padres, la vivió como esos momentos que la luz te deslumbra, haciéndote sentir incomodo pero gratificado.

Al final del desayuno llegó el principio de su unión, cuando Nicolás con una sonrisa que dejó al descubierto sus dientes blancos y perfectos entre la barba candado anunció una sorpresa : los niños iban a cantar. Lo hicieron con una mezcla de buenas intenciones y resultados mediocres. Contó luego a los padres su intención de crear un coro infantil para la iglesia, y ahí Simone,su mujer fue de las primeras, por no decir la primera, en aplaudir y sostener que era una magnífica idea. Y entre risas comenzaron todos a probarse como cantantes, él no participaba, salió a la calle a fumar un cigarrillo. Fue su mujer la que fue a buscarle, le obligó a volver y a participar. Juan no quería pero no pudo evitarlo, la música le envolvió y cantó acompañando algunas canciones de los chicos y grandes.

El padre Nicolás se le acercó y con su voz de tenor y su sonrisa en la boca y los ojos le dijo:

-“Eres un bajo muy bueno, debías ...”-

Su mujer no le dio tiempo a seguir, no sólo cantaba bien, además tocaba la guitarra, así le había conocido, en un grupo folk aficionado, cantando por los bares. Total que sin darse cuenta se encontró con una guitarra y montando un dúo con Nicolás. Les aplaudieron y cuando se unió Josefina, la madre de Luisito, empujada también por su marido, aquel pequeño desayuno se convirtió en un recital de viejos éxitos. Y sin buscarlo ni quererlo se vio metido en la aventura del coro.

A la noche, al acostarse , notó a Simone caliente, con ganas de sexo, él también estaba caliente, aquel cura le había excitado, hacía mucho tiempo que no se sentía así. Simone se desnudó, paseó exhibiéndose ante él, mientras Juan se quitaba la ropa. Le envió una mirada pícara, sacando un condón de su mesilla y entregándoselo, luego se colocó en la cama a cuatro patas, moviendo el culo insinuante. Juan se colocó el perservativo y la penetró con cuidado , sintiendo como el esfínter femenino iba acariciando su verga engomada.

La tomó pensando en el sacerdote, despacio, deleitándose en los gemidos roncos de la mujer.

Quería a Simone, su padre cuando se la presentó, sólo hizo un comentario:

-“No tiene pinta de tía, es guapa de cara, pero flaca, alta ..”-

-“ Papá, no te das cuenta que se parece a la de Alien”-

-“Un aire si se da, pero a mi gustan con más carnes, como tu madre, de joven decía que se parecía a la Sofía Loren”-

Eran felices, llegó el primer hijo, a todos se les calló la baba. Estaba embarazada del segundo, cuando ella le propuso que se lo hiciera por detrás, por el culo. Ante su cara de asombro, le contó que en la peluquería habían comentado que a los hombres les encantaba y que era una manera de evitar que buscaran fuera lo que podían tener en casa. Que se daba cuenta cómo le miraban las clientas en el bar- restaurante y que no quería que no se le pasara por la cabeza andar con otras. Aquella fue la primera vez de otras muchas. A Juan le volvía loco, pensaba que era ese hombre atractivo que había acudido al bar por la mañana al que penetraba, al que poseía con ardor. A ella le gustaba, le hacía sentirse perversa, pecaminosa, como cuando le propuso meterle los dedos para acariciarle la próstata mientras le comía la verga. Se corrió salvaje en la boca golosa de la mujer.

La iluminación de la carretera al circunvalar un pueblo en el camino le permitió comprobar que Nicolás tampoco dormía, se imaginó que debía estar dando vueltas, lo mismo que él, a la noche que les esperaba, juntos , en la misma habitación, porque el sacerdote también sentía esa atracción, ese …por qué no decirlo...amor que le inundaba, que había ido creciendo a lo largo de un año, en el que estaban juntos, jueves por la tarde, ensayos, y domingo por la mañana, coro en la misa de doce, cuando se encontraban. Al principio se huían, pero poco a poco, como si ambos supieran dominar sus miedos y sus deseos, se fueron abriendo, gustándose, dándose cuenta que no era sólo el físico , el de dos hombres, próximos a lo cuarenta, hermosos, altos, fuertes, con cuerpos hechos para despertar la pasión, también estaba su manera de ser, las risas con las ocurrencias de los niños, el cariño común al dirigirlos el canto, el juntar sus voces y sus guitarras, el saberse almas hermanas.

Las paradas de los semáforos al entrar en la ciudad de destino, le despiertan. Llegan enseguida al hotel, es un dos estrellas, parece limpio. Empieza la operación de bajar del autobús, mantener a los chicos en orden, repartirlos cuatro por habitación, separados los chicos de las chicas, ayudarles a desempacar la ropa, hacer que se lavaran... procuraba estar ocupado...no quiere quedarse solo con el sacerdote, pero no pude evitarlo. El dormitorio que comparten tiene dos camas, Nicolás deja sus cosas en la de la izquierda...Juan está angustiado, le tiene a su lado, están solos...decide ir al baño, se quita la camisa y se lava la cara con agua fría, cuando sale su compañero le está esperando. No puede evitar contemplar el torso musculoso de Juan, moreno, con el vello que extiende por el pecho, donde los pezones están duros por la excitación. Se quedan un buen rato mirándose , sin decir ni hacer nada. Llaman a la puerta, abren, es Josefina.-

-“Chicos, vamos a por nuestras bestezuelas que tenemos una hora para llegar a la iglesia en nuestro horario de ensayos. Juan , la verdad es que estás buenísimo, Simone te tiene que vigilar. ¿ No le parece, padre?.”-

Los tres se ríen, siempre la mujer ha sido la animadora del grupo. Juan cambia la camisa por una camiseta azul cielo, que se le ajusta al cuerpo marcando sus pectorales.

Van poniendo en marcha a los chicos del coro, por fin salen. La capilla del colegio donde se va a celebrar el concurso está cerca, van andando, llegan entre risas y gritos. Dentro reina una gran algarabía, alrededor de cien niños hablan, se saludan. Los mayores encargados de cada grupo van logrando imponer un poco de orden. Después el nombre de cada coro, por orden alfabético, marca cómo se distribuirán los ensayos, que consisten en comprobar las condiciones acústicas del templo. A Nicolás , Josefina y Juan les parecen suficientes, tienen claro que lo que pretenden es participar, no sueñan con ganar, es la primera vez que viven esas historias. Llega la hora de comer, todos los niños van al comedor escolar, mientras los mayores lo hacen en el de profesores.

A Juan le agrada la camaradería que se da entre todos, hombres ,mujeres, seglares y religiosos. Hay madres, padres, curas y monjas, un grupo que devora las viandas: gazpacho, tortilla de patatas y filetes empanados, beben agua, tinto de verano o cerveza. De postre melón y luego café. Los organizadores han preparado una vista a la cuidad para los niños, les dejan libres hasta las ocho de la noche.

Josefina dice que se va a acostar, no ha pegado ojo en toda la noche Juan prefiere dar un paseo, tiene miedo de lo que puede ocurrir si va al dormitorio con Nicolás. Caminan juntos, hablan de naderías. Son dos hombres hermosos, dos machos que hacen que las miradas femeninas se vuelvan a mirarlos cuando pasean. Juan con sus vaqueros y su camiseta, Nicolás con su sotana negra.

Paran en una terraza, Juan va a pedir un café cuando Nicolás pide dos güisquis, J&B con hielo y agua. Les traen unas aceitunas de aperitivo, Juan no sabe por qué pero cuando las muerde piensa en los testículos del sacerdote, la misma forma pero grandes, cargados de esperma.-

-“Juan, yo soy sacerdote....lo decidí muy joven....estoy realizado siéndolo...nada ni nadie va a hacer que me separe de mi vocación....”-

No le ha dicho nada, no se ha insinuado y ya le está rechazando. Por un lado le duele, por otro le alegra, ninguno de los dos quiere pasar la raya del deseo a la acción.

.-“ Padre, yo también soy feliz,.... quiero a mi familia, son mi vida”-

Los dos saben que se han rechazado, lo han dejado muy claro. Deben seguir su camino, no importa la atracción que sientan, Juan se sonríe triste , no es sólo atracción, ni un calentón, ama a Nicolás, y debe renunciar a él.

Hablan del concurso, creen haber escogido bien las tres canciones de libre elección y han practicado hasta el agotamiento el “Ave María”, la tensión flota entre ellos, pero aplacada, cuando se levantan para volver hacia el colegio para esperar a los niños, su andar tiene la tristeza de la frustración.

La alegría de los chicos y las risas de Josefina se les contagian, deciden ir a comer hamburguesas, hay que obligar a Juan, que detesta ese mundo que invade y compite con su establecimiento clásico, el típico bar que da comidas.

Mariana y Luís hacen reír a todos cuando amenazan con contar a su abuelo donde han estado y encima “ papá, ¡has tomado coca -cola!”, Josefina les obliga a prometer que será un secreto del grupo, sólo podrán contárselo a mamá. A Juan le inunda la ternura al pensar en Simone.

Cuesta llevar al grupo al hotel, y aún más lograr que se vayan a la cama, que no alboroten y que se duerman. Josefina, Juan y el padre Nicolás deciden tomarse una copa en el pequeño bar del hotel, se beben un gin-tonic, se relajan y tararean viejas canciones, juegan a empezar y seguir acertando tras las primeras notas. Gana la mujer. La acompañan a su habitación. Y van hacia su cuarto, alegres, la música les ha hecho olvidar o mejor mitigar sus deseos, convirtiéndolos en camaradería.

Pero deben tener cuidado, lo que sienten está entre ellos, no se puede evitar.

Juan decide dormir con la camiseta y en calzoncillos, Nicolás se quita la sotana, debajo, una camiseta sin mangas y un slip.

Juan mira asombrado el muslo del sacerdote, un circulo de llagas da la vuelta a toda la pierna.

-“ Nicolás ¿ Qué es eso?”-

Se queda callado, no dice nada, sólo le mira con una enorme tristeza en sus enormes ojos verdes. Se levanta la camiseta y un cinturón de heridas cubre su cintura.

-“ Ya te he dicho, que soy sacerdote....debo reprimirme”-

Juan está shoqueado, no se imaginaba, no creía que hubiera gente así. ¡Cómo debía ser su pasión para necesitar los cíngulos represores! Respira hondo, no puede evitar que ojos se llenen de lágrimas.

Le sale del corazón, de lo más profundo de su alma, es como un torrente de dulzura y amor lo que le lleva a agarrar al sacerdote por los hombros. Están uno frente al otro, las miradas transmiten lo que sienten. No se dicen nada, como el imán y el hierro no pueden evitar juntar sus cuerpos, sentir el uno al otro, y besarse. Es un beso largo, esperado, han sido meses de desearse, de irse amando en silencio, ahogando sus sentimientos, en ese beso se dan por completo, no saben que va a ser de ellos, pero ese largo instante los dos saben que les acompañará toda su vida.

Se separan sin respiración, jadeantes, con ansia se quitan las camisetas. Juan siente la piel del torso poderoso de Nicolás rozando la suya. Las manos acarician las espaldas desnudas en un apretón que parece romperles, mientras de nuevo, se vuelven a fundir en un beso que les transporta al firmamento.

-“ Juan....yo no voy a dejar de ser cura ….”-

Juan sostiene la mirada turbia del sacerdote, una sonrisa curva sus labios dejando ver sus dientes blancos, recorre su filo con la lengua sonrosada, incitando a su amor a otro beso, y con voz muy suave le dice:-

Señor cura, ni yo a mi familia. Así que ...dígame donde está el problema...Eso sí...padre le voy a hacer una mamada de polla que no le va a quedar gota de leche. Y dos ordenes: como me entere que te vuelves a poner un cilicio te forro a hostias ….la segunda tiene que ver con la caridad cristiana o con la justicia divina. Yo te la voy a dejar seca...pero padre ...usted también me la va a chupar hasta llevarme al cielo”-

Nicolás se ríe y cariñoso le abraza, mientras Juan aprovecha para bajarle el slip y agarrarle la verga.

 

 

En el bar de Juan salen tortillas de patata, raciones de jamón, de chorizo, de queso, se beben cañas, tintos de verano ( los mayores) , fantas y coca colas los niños. Es Luís, el marido de Josefina, el que propone el brindis:

-“Por el padre Nicolás que ha montado un coro de campeones”-

Josefina recostada en Simone, cómplice, amiga, le cuenta el ritmo, la alegría de las guitarras, y cómo su marido y el padre transmitieron una marcha al coro que los hizo ganar y como al final, con la medalla en la mano, se largaron con “We shall overcome”, que apenas habían ensayado, cómo los críos y ella los siguieron y cómo la iglesia se había caído a aplausos.

-“Sabes... ese cura tiene alma, vida ….y se le ve todo amor y comprensión. La verdad es que voy a dejar de confesarme con don Francisco y lo voy a hacer con él....seguro que algunas cosas que hago con mi marido y que intenta que me arrepienta, a Nicolás le parecen más normales”- le susurra Josefina a Simone, tapándose la cara para que su amiga vea como con la boca hace muecas indicando una chupada de verga.

- “Me has dado una idea... la verdad es que don Francisco es demasiado antiguo”- tanto que nunca ha sido capaz de confesarse las veces que Juan la toma por detrás. Aunque le gusta, no sabe si está bien dejarse sodomizar, le suena a Sodoma y Gomorra.

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XX Ejercicio de Autores

XX Ejercicio de Autores: Votación de tema

Propuesta de ideas para XX Ejercicio de Autores

Gracias por participar en el XIX ejercicio

Legión de Ángeles

Eva al desnudo

En el fondo de su mente

Las viejas tamaleras

Una canción en 100 años

Del amor, la guerra y otras lindezas

Canción de despedida

Noches de luna llena

Almas

El sobre azul

Nunca subas a la chica de la curva

Aunque tu no lo sepas

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La puta de mi novia y su despedida

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Cenizas del deseo

M & M… y sí, son unos bombones adictivos

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Relación de relatos del XIX ejercicio

XIX Ejercicio de autores

XIX Ejercicio de autores: Votación de tema

Propuesta de ideas para XIX Ejercicio de Autores

Brevísimo balance del XVIII Ejercicio de Autores

Noche mágica

Pínchame, amor (Segunda parte)

Con todos ustedes....¡el increíble bebé barbudo!

Extraños en la noche

Noche de suerte

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La primera noche de mi nueva vida

¡Pínchame, amor! (1)

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Ivette, mi princesa árabe

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Pasión y lujuria en la Barceloneta

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Noticias sobre el XVIII Ejercicio de Autores

XVIII Ejercicio de autores

XVIII Ejercicio: Votación del tema

Propuesta de ideas. XVIII Ejercicio de Autores

Crucigrama. GatitaKarabo.

Flores. Dark Silver.

¡Maldita sea! Izar

Fugados. Dark Silver.

Superbotellón. MariCruz29

El Pelao. GatitaKarabo.

Raquelísima. Moonlight.

Oración. Masulokunoxo

El despertar. GatitaKarabo

Media tarde. Trazada.

La noche es bella. Lydia

Play. Un Típico Sobi.

Apetecible. Paul Sheldon.

Zanahorias de Haití. Masulokunoxo.

Charla de alcoba. Trazada.

XVII. Ejercicio de autores.

XVII Ejercicio. Votación del tema.

Propuesta de ideas. XVII ejercicio de autores

PsicóTRico.

Mi primer día.

Desde el fondo de la pecera

Un chico normal

La increíble historia de Mandy y su locura felina

Carta blanca

Amigo mío, ¿qué hice mal?

La psicología del miedo

El diablo nunca

El salto atrás de Paco.

Contacto humano

Identidad

Una muñeca vestida de azul.

AVISO - XVI Ejercicio - RELATO PSIQUIÁTRICO

XVI. Ejercicio de autores. Relato psiquiátrico

Votación del tema. XVI Ejercicio

Propuesta de ideas. XVI ejercicio de autores

¿Qué es el ejercicio?

La leyenda del demoniaco jinete sodomizador

¿Por qué las ancianas tienen obsesión...?

El visitante

Amantes en apuros

El hotel

El cementerio

La leyenda urbana de TR, ¿Quién es el Calavera?

Mascherata a Venezia

La cadena

Mujer sola

Electo ateneo

La Dama de los Siguanes

Libertina libertad

Máscaras

El engaño del Cadejo

Los veintiún gramos del alma

Examen oral

En el espejo

El Greenpalace

Una leyenda urbana

Sorpresa, sorpresa

Gotitas milagrosas

Información del XV ejercicio

XV Ejercicio de autores - Leyendas urbanas

Propuestas e ideas para el XV ejercicio de autores

Cambio de carpas

Con mi pa en la playa

Con sabor a mar

La luna, único testigo

Duna

Selene

Acheron

Una noche en la playa

¿Dónde está Fred?

Fin de semana en la playa

La noche del sacrificio

Nuestra playa

Aquella noche en la playa

La indígena

Sacrificio a la luna

El Círculo de Therion

Hijo de puta

Como olas de pasión

Hija de la luna

XIV ejercicio de autores – ampliación de plazo

La noche de los cuernos

Citas Playeras S.A.

XIV Ejercicio de Relatos Una noche en la playa

Yo quería y no quería

Información sobre el XIV Ejercicio de Relatos

La soledad y la mujer

Una oración por Rivas

Inocente ¿de qué?

El te amo menos cotizado de la Internet

Esquizos

Dios, el puto y la monja

Pesadilla 2

Ella

Mi recuerdo

Remembranzas

Nada es completo

Pesadilla (1)

Un momento (3)

Hodie mihi cras tibi

Pimpollo

La sonrisa

Hastío

La madre de Nadia Lerma

Duelo de titanes

Tu camino

XIII ejercicio sobre microrelatos

Mujer Amante - Vieri32

No tengo tiempo para olvidar - Lymaryn

Un ramito de violetas - Lydia

Palabras de amor - Trazada

Bend and break - GatitaKarabo

Tú me acostumbraste - Avizor

Por cincuenta talentos de plata - Estado Virgen

Äalborg [Sywyn]

El peor pirata de la Historia [Caronte]

Mi encuentro con el placer [Apasionada29]

El pirata que robó mi corazón [Lydia]

A 1000 pies de altura [Lymarim]

Trailer [Zesna]

Me aburrí muchísimo [Parisién]

U-331 [Solharis]

En el océano de la noche [Kosuke]

Sansón y Dalila

Kitsune

Ángeles y demonios

El sueño de Inocencia

La esencia de Zeus

Lilith

Hércules y las hijas del rey Tespio

Invitación para el X Ejercicio: Mitología Erótica

Aun no te conozco... pero ya te deseo

Tren nocturno a Bilbao

Entre tres y cuatro me hicieron mujer

He encontrado tu foto en Internet

Memorias de un sanitario

Sexo, anillos y marihuana

Sex-appeal

Talla XXL

Goth

Cayendo al vacío

Afilándome los cuernos

Plumas y cuchillas

IX Ejercicio: 2ª Invitación

IX Ejercicio de relatos eróticos

Pesadillas de robot

Mi dulce mascota

Promethea

Déjà vu

Involución

Eros vence a Tanatos

El instrumento de Data

Fuga de la torre del placer

El corazón de Zobe

Comer, beber, follar y ser feliz

Pecado

El caminante

Maldito destino

Decisión mortal

Yo te vi morir

Madre

Angelo da morte

Pecado y redención

Azul intenso

Cuando suena el timbre

Mátame

El último beso

El purificador

Mi instinto básico

Ella quería tener más

Fábula de la viuda negra

Hospital

Seven years

Por una buena causa

El opositor

¿Tanto te apetece morir?

Días de sangre y de swing

Voy a comprar cigarrillos y vuelvo

Satanas Death Show

Relatos Históricos: La copa de Dionisios

Relatos Históricos: Al-Andalus

Invitación para el nuevo Ejercicio sobre CRÍMENES

Relatos Históricos: 1968

Relatos Históricos: Qué golfa era Carmela

Relatos Históricos: Franco ha muerto, viva el gay

Relatos Históricos: El soldado

Relatos Históricos: Campos de Cádiz

Relatos Históricos: El beso

Relatos Históricos: El primer vuelo

Relatos Históricos: 1929 en Wall Street

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Relatos Históricos: Tenno Iga No Ran

Relatos Históricos: Mar, mar, mar

Relatos Históricos: Un famoso frustrado

Relatos Históricos: Cantabria indomable

Relatos Históricos: Clementina

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Relatos de Terror: No juegues a la ouija

Relatos de Terror: Sombras

Relatos de Terror: Lola no puede descansar en paz

Relatos de Terror: Rojo y diabólico

Relatos de Terror: Asesino

Relatos de Terror: Aquel ruido

Relatos de Terror: Estúpido hombre blanco

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Relatos de Terror: Confesión

Relatos de Terror: No mires nunca atrás

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Relatos de Terror: La playa

Lengua bífida - por Alesandra

Trescientas palabras - por Trazada30

Hay que compartir - por Espir4l

25 líneas dulcemente apasionadas - por Alesandra

Celos - por Scherezade

Diez minutos - por Sasha

La sopa - por Solharis

Una noche de primavera - por Dani

Ese día estaba yo muy ansiosa - por Esther

Recuerdos - por Némesis30

Hotmail - por Espir4l

Obediencia - por Némesis30

Por un puñado de euros - por Yuste

Trópico - por Trazada30

Registro de tráfico ilegal - por Esther

Llámame si quieres - por Solharis

Una noche de invierno - por Dani

Clásico revisitado - por Desvestida

Esa sonrisa divertida - por Trazada30

Mi obra de arte - por Lydia

La mujer de las pulseras - por Yuste

En el coche - por Locutus

Despertar - por Espir4l

Ciber amante - por Scherezade

Una noche de otoño - por Dani

45 segundos a euro - por Alesandra

16 añitos - por Locutus

La ciclista - por Genio

La vida en un segundo - por Iván Sanluís

Por el bien común - por Wasabi

La oportunidad llega sola - por Elpintor2

Sola - por Scherezade

Los pequeños detalles - por Némesis30

Ladrón de coches - por Sociedad

Taxista nocturno,servicio especial - por ElPintor2

Necesito una verga - por Esther

No soy tuya - por Donnar

Más que sustantivos - por Wasabi

De ocho a ocho y media - por Superjaime

Esperando - por Scherezade

Maldito alcohol - por Lachlainn

El preso - por Doro

No me importa nada más - por Hera

Una noche de verano - por Dani

Vampirillos - por Desvestida

Siempre hay un hombro amigo - por Yuste

En mi interior - por Nemésis30

Almas - por Egraine

El tren de lavado - por Lydia

Despertar placentero - por Lince

Piel de manzana - por Sasha

Me fascina - por Erotika

Hace muchos años - por Trazada30

El dragón - por Lobo Nocturno

La fila - por Locutus

La cita - por Alesandra

Tardes eternas - por Ornella

La realidad supera la imaginación - por Genio

Instinto primario - por Espir4l

La sorpresa - por Solharis

38. La verdad en el fuego

Gönbölyuseg

Carta a un desconocido

Enfrentarse al pasado

Alejandría

La venganza de Aracne

Un relato inquietante

El libro maldito de Bartholomeus Nazarí

El apagón

El pasillo oscuro

Ejercicio 2 Las apariencias engañan - Va la novia

Naufragios: Libertad

Naufragios: Outdoor Training

Naufragios: Crucero de Empresa

Naufragios: Naufragio

Naufragios: Háblame del mar, marinero

Naufragios: Enemigos

Naufragios: La Invitación

Naufragios: El naufragio del Zamboanga