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Afilándome los cuernos

en Hetero: Infidelidad

"Y no me servirá de mucho, pues los míos no son de manso buey sino de indigno cabrón, pues cabrón es el que consiente y yo he consentido. Forzado por las circunstancias, pero ello no aminora mi culpa, mi resentimiento ni mis deseos de venganza.

Mi caso es, por poco habitual, más denigrante…."

Así rezaba, literalmente, uno de los párrafos de la carta que recibí de mi amigo Abundio y que finalizaba amenazando con cometer una barbaridad para restituir su perdido honor:

"Pienso morir embistiendo con estos cuernos que afilo cada día con la rabia y la vergüenza de mi hombría herida"…

Temiendo que cometiese una autentica animalada, aparejé un largo fin de semana en Mallorca. Una elaborada excusa calmó las iras de mi mujer y a las cinco de la tarde de un viernes del mes de julio me encontré sacudiendo el badajo de la campana que anuncia las visitas en el lujoso chalet que Abundio y su dulce esposa poseen a la orilla del mar en Port de Pollensa.

La aparición de la sirvienta, una exuberante mulata dominicana con minifalda y blanca cofia, rompió el elaborado discurso que había preparado para enfrentarme a la dueña de la casa.

-Los señores no se encuentran (me informó con radiante y blanca sonrisa y caribeño acento) pero me han instruido para hacerle pasar a su habitación y complacerle en lo que el señor desee… ¡uy!... Bueno, el señor me entiende… ¿verdad?

No, la verdad es que no entendía demasiado el sentido real del ofrecimiento. Ante todo me sorprendía la presencia de la mulata. La señora Catalina era la sirvienta de la pareja desde hacía muchos años y ambas partes parecían contentas y satisfechas. Pero lo que más me sorprendía era la mulata en sí misma. Abundio conoce perfectamente mis gustos en cuanto a mujeres se refiere y Gladis se ceñía a ellos en su totalidad.

-No, no te entiendo pero es igual.

Seguí a la fámula por el cuidado césped sin separar los ojos del perfecto y redondo trasero que la morena movía con estudiada sensualidad.

La habitación de invitados estaba en la planta baja, junto a la piscina, y con acceso directo a ella. Decidí darme un baño.

Gladis permanecía junto a la puerta y yo, aunque intuía algo peligroso y desconocido, comencé a desnudarme.

-¿Qué, te animas?-pregunté por pura rutina aunque ya conocía la respuesta-

En un abrir y cerrar de ojos se había desembarazado de la poca ropa que llevaba encima y se había lanzado a la piscina desde donde me hacía insinuantes señas.

Como un cordero que llega al matadero, asumiendo mi condición de victima propiciatoria, me lancé yo también, desnudo, al agua.

La suavidad de la piel de una mulata es algo proverbial pero el contacto con el agua la vuelve enloquecedora para mis sentidos. Retozamos como dos delfines en la amplia alberca y finalizamos revolcándonos sobre la grama como dos cerditos.

Me ofreció su fresco y depilado sexo que yo devoré con ansiedad mal contenida mientras ella se retorcía de placer con espasmos que me obligaban a mezclar sus dulces jugos con briznas de hierba en una sensual y jugosa ensalada de placer.

A cuatro patas, como una perra en celo, me pidió penetrarla sin más juegos y la ansiosa verga penetró hasta lo más profundo de su ser.

No fue largo el embate y cuando ya el último chorro de semen había llegado a su destino, sonaron unos aplausos y unas contenidas risas desde la terraza de los anfitriones.

Allí estaban ellos, cámara en ristre, terminando de registrar para la posteridad aquel polvo salvaje.

Aun no me había repuesto de la conmoción (nuestras relaciones hasta entonces habían sido de lo más convencional) cuando la pareja apareció junto a nosotros totalmente desnuda y con la evidente intención de proseguir la fiesta que Gladis y yo habíamos comenzado.

Mari Carmen, la dulce, sensual y voluptuosa Maika a la que yo siempre había deseado y respetado, me dio la bienvenida en el borde de la piscina con un largo y apasionado beso que se prolongó mientras nos hundíamos en el agua tras el empujón conjunto de Abundio y la mulatita.

Al emerger y casi sin respiración me topé con la elaborada felación que Gladis estaba procurando a Abundio que, en el séptimo cielo, solo pudo dedicarme una débil sonrisa y un gesto con un guiño hacia su mujer, como animándome a proseguir aquella prometedora e insólita relación.

Recapitulé, mientras Maika, con el rabillo del ojo puesto en la mulatita, imitaba con éxito sobre mi polla la sublime mamada que estaba proporcionado a su marido. Si Abundio, me dije, está quejoso de su comportamiento como esposo al consentir la infidelidad de su mujer… ¿A que viene esto?

Indudablemente había sido victima de un complot tramado por aquel cabrón que, conocedor de todas mis debilidades (incluida la de mi profundo sentido de la amistad) no había dudado en involucrarme en un peligroso juego del que yo desconocía las reglas y que solo acababa de comenzar.

Mi otra patente debilidad es el sexo en grupo y por eso me dediqué en cuerpo y alma a gozar de aquella maravillosa oportunidad de practicarlo desechando los turbios pensamientos que nublaban mi mente.

Maika resultó ser (como yo había imaginado) una amante excepcional y con un cuerpo maravilloso a pesar de sus treintaymuchos años. Su hermosa y carnosa vulva me enloqueció nada más que rozarla con la punta de mi lengua. No tardó en humedecerse con su abundante y aromático fluido mientras que el clítoris se endurecía de una manera portentosa. La postura en que nos encontrábamos, favoreció el que Gladis ensalivase mi ano con su lengua haciéndome sufrir un placentero espasmo y que Abundio metiese su verga en la boca de su mujer que finalizó el buen trabajo iniciado por la caribeña.

Mientras mi amigo se recuperaba, acabé la faena en el dulce coñito de Maika mientras Gladis volvía a poner su calvo sexo al alcance de mi juguetona lengua que supo llevarla a un nuevo orgasmo.

Siguieron las mujeres dándose placer a solas mientras yo me encaraba con Abundio:

-¿Quieres explicarme que significa todo esto?-le pregunté con seriedad-

-No me negaras que Gladis es tu tipo… ¡eh, picarón! –Respondió mirando abstraído a las dos fogosas hembras-

-Si, Gladis es un portento pero Maika….Maika es lo mejor que me he tirado nunca-le dije enfáticamente para hacerle salir de su ensueño-

-Si, folla como una puta con cualquiera que se le ponga a tiro.

-No te creo, dije, te ha sido fiel toda la vida.

-Cuando te escribí la carta estaba totalmente desesperado. Realmente iba a hacer una barbaridad pero una visita al sicólogo me hizo ver las cosas con otra perspectiva y decidí que si mi mujer y yo debíamos convivir con su recién diagnosticada ninfomanía, era mejor que todo quedase dentro de un círculo íntimo, además, el siquiatra dice que probablemente sea un desarreglo temporal (y el fue la primera victima del furor uterino de Maika). Si tenía que follar desmesuradamente mejor que lo hiciese con mis mejores amigos y tu eres el primero entre ellos. Lo de Gladis es más complicado porque Maika ha contraído también ciertas tendencias lesbicas con las que la señora Catalina no estaba de acuerdo de ninguna manera. La verdad es que a la hora de seleccionarla nos gustó a los dos…y además es una sirvienta excepcional.

Disfrútalas todo lo que puedas esta noche y mañana por la mañana te ruego que te despidas sin resentimiento pues llega Felipe desde Valencia para proseguir con esta dura terapia que nos hemos impuesto.

Preparó Gladis una afrodisíaca cena que sirvió cubierta solo por un delantalito que pretendía cubrir sus vergüenzas y que solo conseguía excitarme más y más hasta que, con un langostino en una mano, utilicé la otra para constatar la creciente humedad de su vulva. Engullí el langostino, me chupé satisfecho los dedos de ambas manos y salté sobre ella para poseerla en el suelo del mismo comedor.

Abundio y Maika, excitados ante aquella escena, nos imitaron con celeridad y prosiguió el fornicio hasta el amanecer

Salí de la casa cansado pero compensado por aquella ración extra de sexo y con el convencimiento de haber descubierto el origen de aquella celebre frase: "ERES MÁS TONTO QUE ABUNDIO".

 

 

Epilogo

La terapia aplicada a Maika se prolongó durante algunos meses en los que, los fines de semana acudía, solicito, al domicilio de mis amigos.

Mi mujer se cansó de soportar la impuesta soledad y a un marido derrengado tras sus viajes a Mallorca, actualmente, afilo mis cuernos…

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Relato casi erótico [Alba_longa]

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Muñecos Rotos [pokovirgen]

Relación de relatos del XX Ejercicio de Autores

XX Ejercicio de Autores

XX Ejercicio de Autores: Votación de tema

Propuesta de ideas para XX Ejercicio de Autores

Gracias por participar en el XIX ejercicio

Legión de Ángeles

Eva al desnudo

En el fondo de su mente

Las viejas tamaleras

Una canción en 100 años

Del amor, la guerra y otras lindezas

Canción de despedida

Noches de luna llena

Almas

El sobre azul

Nunca subas a la chica de la curva

Aunque tu no lo sepas

El Cid

La puta de mi novia y su despedida

Por toda la casa

El suicidio del Samurai

Causa y efecto

La fiesta de Navidad

Diálogos para un ejercicio

La barbería

Por los beneficios

Cenizas del deseo

M & M… y sí, son unos bombones adictivos

Lazos oscuros y desconocidos

Relación de relatos del XIX ejercicio

XIX Ejercicio de autores

XIX Ejercicio de autores: Votación de tema

Propuesta de ideas para XIX Ejercicio de Autores

Brevísimo balance del XVIII Ejercicio de Autores

Pínchame, amor (Segunda parte)

Noche mágica

Con todos ustedes....¡el increíble bebé barbudo!

Extraños en la noche

Noche de suerte

Por fin pude ver a mi esposa montada en un joven

La chica de la revista

Vida de casado

Una manera de sentir

Trovadores de la noche

Después de la feria según Lucas

Después de la feria según Marcos

La morochita villera

Cómo recuerdo el día en que llegó a mi casa

Amo las mujeres que desagradan a otros

¡Pínchame, amor! (1)

La primera noche de mi nueva vida

La mejor noche de un actor porno

La prueba

Paparazzi

Ivette, mi princesa árabe

El montoncillo y la gata

Pasión y lujuria en la Barceloneta

Relación de relatos del XVIII Ejercicio de Autores

Noticias sobre el XVIII Ejercicio de Autores

XVIII Ejercicio de autores

XVIII Ejercicio: Votación del tema

Propuesta de ideas. XVIII Ejercicio de Autores

Crucigrama. GatitaKarabo.

Flores. Dark Silver.

¡Maldita sea! Izar

Fugados. Dark Silver.

Superbotellón. MariCruz29

El Pelao. GatitaKarabo.

Raquelísima. Moonlight.

Oración. Masulokunoxo

El despertar. GatitaKarabo

Media tarde. Trazada.

La noche es bella. Lydia

Apetecible. Paul Sheldon.

Play. Un Típico Sobi.

Zanahorias de Haití. Masulokunoxo.

Charla de alcoba. Trazada.

XVII. Ejercicio de autores.

XVII Ejercicio. Votación del tema.

Propuesta de ideas. XVII ejercicio de autores

PsicóTRico.

Mi primer día.

Desde el fondo de la pecera

Un chico normal

La increíble historia de Mandy y su locura felina

Carta blanca

Amigo mío, ¿qué hice mal?

La psicología del miedo

El diablo nunca

El salto atrás de Paco.

Contacto humano

Identidad

Una muñeca vestida de azul.

AVISO - XVI Ejercicio - RELATO PSIQUIÁTRICO

XVI. Ejercicio de autores. Relato psiquiátrico

Votación del tema. XVI Ejercicio

Propuesta de ideas. XVI ejercicio de autores

¿Qué es el ejercicio?

La leyenda del demoniaco jinete sodomizador

¿Por qué las ancianas tienen obsesión...?

El visitante

Amantes en apuros

El hotel

El cementerio

La leyenda urbana de TR, ¿Quién es el Calavera?

Mascherata a Venezia

La cadena

Mujer sola

Electo ateneo

La Dama de los Siguanes

Libertina libertad

Máscaras

El engaño del Cadejo

Los veintiún gramos del alma

Examen oral

En el espejo

El Greenpalace

Una leyenda urbana

Sorpresa, sorpresa

Gotitas milagrosas

Información del XV ejercicio

XV Ejercicio de autores - Leyendas urbanas

Propuestas e ideas para el XV ejercicio de autores

Cambio de carpas

Con mi pa en la playa

Con sabor a mar

La luna, único testigo

Duna

Selene

Acheron

Una noche en la playa

¿Dónde está Fred?

Fin de semana en la playa

La noche del sacrificio

Nuestra playa

Aquella noche en la playa

La indígena

Sacrificio a la luna

El Círculo de Therion

Hijo de puta

Como olas de pasión

Hija de la luna

XIV ejercicio de autores – ampliación de plazo

La noche de los cuernos

Citas Playeras S.A.

Yo quería y no quería

XIV Ejercicio de Relatos Una noche en la playa

Información sobre el XIV Ejercicio de Relatos

Inocente ¿de qué?

Una oración por Rivas

La soledad y la mujer

El te amo menos cotizado de la Internet

Esquizos

Dios, el puto y la monja

Pesadilla 2

Ella

Mi recuerdo

Remembranzas

Nada es completo

Pesadilla (1)

Un momento (3)

Pimpollo

Hodie mihi cras tibi

La sonrisa

Hastío

Tu camino

La madre de Nadia Lerma

Duelo de titanes

XIII ejercicio sobre microrelatos

Mujer Amante - Vieri32

No tengo tiempo para olvidar - Lymaryn

Un ramito de violetas - Lydia

Palabras de amor - Trazada

Bend and break - GatitaKarabo

Tú me acostumbraste - Avizor

Por cincuenta talentos de plata - Estado Virgen

El peor pirata de la Historia [Caronte]

Mi encuentro con el placer [Apasionada29]

Äalborg [Sywyn]

El pirata que robó mi corazón [Lydia]

Trailer [Zesna]

A 1000 pies de altura [Lymarim]

Me aburrí muchísimo [Parisién]

U-331 [Solharis]

En el océano de la noche [Kosuke]

Sansón y Dalila

Kitsune

Ángeles y demonios

La esencia de Zeus

El sueño de Inocencia

Lilith

Hércules y las hijas del rey Tespio

Invitación para el X Ejercicio: Mitología Erótica

Tren nocturno a Bilbao

Aun no te conozco... pero ya te deseo

Entre tres y cuatro me hicieron mujer

He encontrado tu foto en Internet

Memorias de un sanitario

Sexo, anillos y marihuana

Sex-appeal

Talla XXL

Goth

Cayendo al vacío

Plumas y cuchillas

IX Ejercicio: 2ª Invitación

IX Ejercicio de relatos eróticos

Pesadillas de robot

Promethea

Mi dulce mascota

Involución

Déjà vu

El instrumento de Data

Eros vence a Tanatos

Fuga de la torre del placer

El corazón de Zobe

Comer, beber, follar y ser feliz

El caminante

Maldito destino

Pecado

Yo te vi morir

Madre

Decisión mortal

Angelo da morte

Cuando suena el timbre

Pecado y redención

Mátame

Azul intenso

El purificador

El último beso

Ella quería tener más

Mi instinto básico

Fábula de la viuda negra

Hospital

Seven years

Por una buena causa

¿Tanto te apetece morir?

El opositor

Voy a comprar cigarrillos y vuelvo

Días de sangre y de swing

Satanas Death Show

Relatos Históricos: La copa de Dionisios

Invitación para el nuevo Ejercicio sobre CRÍMENES

Relatos Históricos: Al-Andalus

Relatos Históricos: Qué golfa era Carmela

Relatos Históricos: Franco ha muerto, viva el gay

Relatos Históricos: 1968

Relatos Históricos: El soldado

Relatos Históricos: Campos de Cádiz

Relatos Históricos: El beso

Relatos Históricos: 1929 en Wall Street

Relatos Históricos: El primer vuelo

Relatos Históricos: Así asesiné al general Prim

Relatos Históricos: El primer gaucho

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Relatos Históricos: La maja y el motín

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Relatos Históricos: Las prisioneras de Argel

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Relatos Históricos: Tenno Iga No Ran

Relatos Históricos: Un famoso frustrado

Relatos Históricos: Mar, mar, mar

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Relatos Históricos: Cantabria indomable

Relatos Históricos: El caballero don Bellido

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Relatos Históricos: Alejandro en Persia

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Relatos de Terror: Nuria

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Relatos de Terror: El nivel verde

Relatos de Terror: El bebé de Rosa María

Relatos de Terror: Aquella noche

Relatos de Terror: La puerta negra

Relatos de Terror: Sombras

Relatos de Terror: No juegues a la ouija

Relatos de Terror: Rojo y diabólico

Relatos de Terror: Lola no puede descansar en paz

Relatos de Terror: Aquel ruido

Relatos de Terror: Asesino

Relatos de Terror: Estúpido hombre blanco

Relatos de Terror: Fotos en tu desván

Relatos de Terror: Confesión

Relatos de Terror: Despertar

Relatos de Terror: Viaje sin retorno

Relatos de Terror: No mires nunca atrás

Relatos de Terror: La pesadilla

Relatos de Terror: La playa

Obediencia - por Némesis30

Por un puñado de euros - por Yuste

Trópico - por Trazada30

Registro de tráfico ilegal - por Esther

Llámame si quieres - por Solharis

Una noche de invierno - por Dani

Clásico revisitado - por Desvestida

Lengua bífida - por Alesandra

Hotmail - por Espir4l

Recuerdos - por Némesis30

Ese día estaba yo muy ansiosa - por Esther

Una noche de primavera - por Dani

La sopa - por Solharis

Diez minutos - por Sasha

Celos - por Scherezade

25 líneas dulcemente apasionadas - por Alesandra

Hay que compartir - por Espir4l

Trescientas palabras - por Trazada30

La mujer de las pulseras - por Yuste

Mi obra de arte - por Lydia

En el coche - por Locutus

Esa sonrisa divertida - por Trazada30

Una noche de otoño - por Dani

Ciber amante - por Scherezade

Despertar - por Espir4l

Los pequeños detalles - por Némesis30

Por el bien común - por Wasabi

La oportunidad llega sola - por Elpintor2

Sola - por Scherezade

La vida en un segundo - por Iván Sanluís

La ciclista - por Genio

16 añitos - por Locutus

45 segundos a euro - por Alesandra

Necesito una verga - por Esther

No soy tuya - por Donnar

Más que sustantivos - por Wasabi

Maldito alcohol - por Lachlainn

De ocho a ocho y media - por Superjaime

Esperando - por Scherezade

Ladrón de coches - por Sociedad

El preso - por Doro

Taxista nocturno,servicio especial - por ElPintor2

Siempre hay un hombro amigo - por Yuste

Una noche de verano - por Dani

Vampirillos - por Desvestida

No me importa nada más - por Hera

En mi interior - por Nemésis30

Almas - por Egraine

El tren de lavado - por Lydia

Despertar placentero - por Lince

Piel de manzana - por Sasha

Me fascina - por Erotika

Hace muchos años - por Trazada30

El dragón - por Lobo Nocturno

La fila - por Locutus

La cita - por Alesandra

Tardes eternas - por Ornella

La realidad supera la imaginación - por Genio

Instinto primario - por Espir4l

La sorpresa - por Solharis

38. La verdad en el fuego

Gönbölyuseg

Carta a un desconocido

Enfrentarse al pasado

Alejandría

La venganza de Aracne

Un relato inquietante

El libro maldito de Bartholomeus Nazarí

El apagón

El pasillo oscuro

Ejercicio 2 Las apariencias engañan - Va la novia

Naufragios: Libertad

Naufragios: Outdoor Training

Naufragios: Crucero de Empresa

Naufragios: Naufragio

Naufragios: Enemigos

Naufragios: Háblame del mar, marinero

Naufragios: La Invitación

Naufragios: El naufragio del Zamboanga