miprimita.com

Ella quería tener más

en Otros Textos

Era la noche que Carmen estaba esperando. Su mirada, si es que alguien hubiese estado allí en ese instante y lugar, era terrible: Los ojos desorbitados y una expresión de miedo era lo que había en su cara, que la oscuridad se encargaba de ocultar. Cubierta solo por una camisa larga, que tapaba lo necesario, salió de su cuarto, buscando algo...

 

¿Cómo empezó todo?

 

*****

Eran momentos difíciles. Carmen había terminado la secundaria hacía un año, y quería seguir estudios universitarios, como todo joven de su edad que ansía "ser un profesional y salir adelante", aunque eso solo sea pretexto para, más que nada, salir de casa y conocer gente.

Vivía prácticamente sola, pues la madre estaba casi todo el tiempo fuera de casa, en varios empleos mal pagados con los que podía pagarle, ajustadamente, los estudios escolares a Carmen y lo necesario para, más que vivir, sobrevivir.

- ¡¡Pero mamá!!--

- ¡Sabes que no puedo pagarte la universidad! ¡Con las justas pude pagarte el colegio!

- Pero puedo pedir beca...

- ¿Y si te la quitan por bajo rendimiento? ¿Ya no te acuerdas de cuando salías mal en el colegio?

Los pocos momentos que madre e hija compartían se centraban en el mismo tema: Carmen quería estudiar en una universidad particular, lo que implicaba pagar mensualidades que estaban fuera del alcance de ambas, mientras que la madre le insistía en que primero se busque un trabajo con el cual pueda ayudar al mantenimiento de ambas, con lo cual se liberaba de hacer un pago más a fin de mes, lo que les dejaría un poco más de dinero para el hogar, que últimamente hacía mucha falta...

- ¡Si estudio en una particular voy a encontrar trabajo más rápido! ¡¡Hazme caso!!

- Bueno, ya... Si quieres estudiar en una universidad particular, te quedas sin ropa y sin comida... ¿Eso quieres?

Discusión terminada, y hasta la próxima en que ambas se vuelvan a encontrar...

 

*****

Llegó hasta una puerta. Abrió y la volvió a cerrar al instante. No era el lugar al que quería entrar, obviamente. Siguió su camino, tratando de llegar a donde se proponía.

Llegó al salón de la casa. Se sintió cansada y se recostó en el sofá, recordando nuevamente todo lo sucedido...

 

*****

Habían pasado unos cuantos meses. La relación entre la madre y la hija se había deteriorado por completo, aunque no solo por las discusiones por el capricho de Carmen por sus estudios. Consiguió un trabajito en un pequeño restaurante de barrio, pero rápidamente se sintió incapaz de seguir con ello y abandonó. Lo mismo para otros varios pequeños empleos. No llegó a reunir ni para darse un gustito. Obviamente, su madre no soportaba la idea de que ella no aporte nada.

Todo ello impactó en las relaciones con sus amigos, para los cuales ya no era la chica alegre de siempre, sino la viva imagen de la frustración y el aburrimiento. No era la chica salida que siempre terminaba hablando de las fiestas del fin de semana, y su animosidad se le echaba de menos.

Incluso con su pareja, un joven que nadie sabía de dónde había salido, que le llevaba unos 5 años de ventaja y que era famoso en su barrio porque todas las chicas de allí habían pasado no solo por sus manos.

- No, por favor... Hoy no... –La mano del muchacho rebuscaba bajo la blusa, tocándole uno de sus pechos.

- No digas eso... Yo sé que te gusta esto.

- Por favor, no... No me siento bien.

El joven metía la otra mano por debajo de la minúscula falda de Carmen, acariciando los muslos, acercándose descaradamente a la entrepierna, a la cual llegó rápidamente.

- ¡¡¿Qué te pasa, idiota?!!

Dicho esto, le metió una sonora cachetada que le dolió más en el orgullo propio que en la mejilla. Se arregló rápidamente, antes de salir de la casa del muchacho.

- ¡¡Se acabó!! ¡No me vuelvas a buscar más!

- ¡¡Vas a volver, puta!! ¡Ya vas a ver, no puedes estar sin mí!

El joven, herido en su orgullo, no soportaba ser humillado de esa forma por una chica. Quiso salir a acecharla, a enseñarle "quién mandaba". No pudo: Una frenada brusca con la motocicleta, sin llevar casco, a toda velocidad...

Ella no regresó ni para su entierro.

 

*****

Sintió una humedad allí, mientras a su mente venían las imágenes del ya muerto muchacho. Pura ironía, no recordaba su nombre, pero sí las varias cosas que hacían en privado. No solo las caricias con las cuales solía "debilitarla", sino también la forma brutal en que la embestía, las varias poses que probaron. Ella chillando, pidiéndole más suavidad, pero él, a cambio, se volvía más salvaje.

No pudo evitar la tentación de masturbarse allí echada en el sofá, acariciándose, mientras seguía recordando.

Una vez que terminó de "divertirse", siguió repasando esas vivencias que la habían llevado a esta situación...

 

*****

Fue un sábado. Su madre debía de llegar, como máximo, a las 8:00 PM. Ya eran las 11:00 PM y ella seguía sola en la casa, viendo lo poco que le ofrecía la paupérrima programación de la TV de señal abierta, aburriéndose como nunca. Pero tampoco podía negar que estaba preocupada por su madre... ¿Qué le habría pasado? Intentó llamarla al móvil, pero estaba apagado. Recordaba las últimas noticias: Mujeres asaltadas, violadas, asesinadas...

Tuvo miedo. Por primera vez en años, tuvo miedo. Ella, quien nunca le hizo ningún asco a ningún tema "fuerte", estaba asustada no porque podría quedarse sola en el mundo, sino porque si la mamá desaparecía, ¿quién le iba a sostener la vida? Tendría que resignarse a lo que sea, incluso a vender su cuerpo. De hecho, había barajado esa posibilidad, pero se veía al espejo y no era como aquellas chicas esculturales que solía ver en las revistas de jovencitas...

- Si tuviera que meterme de puta, quisiera que sea de alto vuelo...

Por su apariencia, estaba cerca-al-imposible que ello suceda. Ni alta, ni esbelta, ni de ojos claros. Lo máximo que podría ser: Puta de la calle, por la que darían 2 monedas y ya, y con el riesgo de pescar alguna enfermedad...

- No me gusta esta vida de mierda... Yo no debí nacer aquí...

Sus reflexiones se vieron interrumpidas por el ruido de un automóvil que se estacionaba frente a la casa, apuntando sus luces hacia la fachada. Lo vio, y se sorprendió de saber que no era un taxi. Y luego, oyó el ruido de las llaves dando vuelta en la cerradura, y vio a su madre entrando en la casa, visiblemente mareada y desarreglada.

- ¡¡Mamá!! ¡¡Qué te pasó!! ¡¿Dónde has estado?!

- Ay, hija... Fui a divertirme y ya... ¿O no puedo?

- Es que pensé que te había pasado algo... ¿Y de quién era ese carro? Cuenta, cuenta...

- Es de un amigo...

- ¿Un amigo?

Hablaron poco, pero distendidamente. El tal amigo era conocido del administrador del lugar en donde la madre trabajaba. Por allí podría ella lograr un aumento de sueldo, o quizás un (inmerecido) ascenso...

Pasaron algunos días en los cuales la situación mejoró. Ahora la madre traía más dinero a la casa; no es necesario explicar de dónde.

 

*****

Vio la foto de su madre sobre una mesita. Aún le sorprendía, luego de tiempo, el parecido que ambas tenían.

"¡Qué mierda de vida esa!", murmuró... "¡Qué tiempos aquellos!"

 

*****

Carmen estaba sola en la casa, su madre le había dicho que el mencionado amigo pasaría por allí para dejar unos documentos importantes, así que no tuvo otra opción más que quedarse sola, escuchando una canción de moda en el ya viejo receptor de radio que tenía en su cuarto, bailando sola, imaginándose el día en que pueda hacerlo en una discoteca de moda, lejos, muy lejos de su cada vez más decadente barrio.

Sus movimientos y pensamientos fueron interrumpidos por el ruido del timbre, un ruido horrible que resonaba hasta el fondo de la casa, y que oírlo era de por sí, un fastidio. Seguramente era él, el mencionado amigo de la abundancia, la gallina de los huevos de oro de la madre.

- ¿Hola, tú eres Carmen? Tu mamá me dijo que te diera unos documentos...

- ¿Usted es Antonio?

- Ah sí, sí... Pase.

Antonio, que se llamaba el amigo de la madre, era un señor ya entrado en años, unos 55 más o menos pero que, a pesar de todo, se mantenía con una buena apariencia que cautivaba a chiquillas y señoras. Y la madre de Carmen no fue la excepción... Ni tampoco ella misma.

Pensó rápidamente: ¿Y si lo hacía quedarse un rato más? ¿Por qué no darse un gustito con ese señor tan guapo y con dinero, todavía? Pensó que, seguramente, si se juntaba con él, le daría uno que otro incentivo... Sería cuestión de ver...

- Bueno, yo solo venía a dejar este sobre y me iba.

- ¿Está apurado? Si quiere puede quedarse un rato a esperar a mi mamá... –Pura excusa.

- Ah, bueno, gracias...

- Le acompaño, si quiere.

Se sentaron los dos juntos, en un sofá algo viejo.

- Y bueno... ¿Qué relación tienes con mi mamá? –Se hizo la tonta, pero quiso saber qué se traía Antonio entre manos

- Bueno, ella es una buena amiga mía, no creo que--

- ¿¿Tan buena amiga es que la traes en tu carro a las 2 de la mañana??

- Esteee... Yo...

Se hizo un breve silencio en la sala. Pillado el tío. Finalmente, ella se decide:

- ¿Vas a ser mi nuevo papá? Yo nunca conocí a mi papá, mi mamá dice que está muerto, pero no sé...

- Pues no lo sé... Depende de si ella quiera algo serio...

Y otro silencio...

- ¿Te gusta mi mamá?

- Pues sí... Es muy bonita. ¿Sabes? Te pareces mucho a ella.

- ¿Sí?, Oye, y qué te parece ella cuando... Ya sabes, cuando están juntitos y solitos.

- ¿Qué dices?

- Estamos en confianza, ¿no? Mira, no se lo digo a nadie, ¿sí?

- Bueno, no sé qué decirte...--

- Ya bueno, no importa... Más bien... ¿Te hubiera gustado sentirla más joven? –Ataque directo, lo tenía encerrado

- ¿Más joven? ¿Cómo así?

Rápidamente, Carmen se sentó sobre Antonio, casi como montándose sobre él, pero con la ropa aún puesta, pero notando ya la dureza del bulto que Antonio tenía allí debajo.

- Si tú dices que yo soy como mi mamá... ¿No te gustaría probar lo mismo a lo que ella fue?

- Pues--

De un beso en la boca, lo silenció, mientras se deshacía de su blusa, invitándole a probar de sus pechos, no tan grandes pero firmes. Antonio se olvidó inmediatamente de todo y empezó a manosear a Carmen a su entero gusto, le subió la minifalda, para pasar a masajearle las nalgas, haciendo que ella suelte algunos gemiditos de placer. Al mismo tiempo, ella restregaba su entrepierna contra el paquete de su maduro amante, provocándose una excitación que iba creciendo, y que amenazaba con salirse de control...

- Aquí no, vamos adentro...

Fueron juntos hacia el cuarto de la joven, adornado con pósters de cantantes, actores, ídolos adolescentes que formaban parte de sus fantasías secretas, con los que se imaginaba compartiendo la cama a la hora de dormir. Esta vez, esos muchachos de plástico podían irse a pasear.

En el acto, Carmen se desnudó y quedó expuesta ante Antonio, quien no perdía detalle de la escena que la muchachita le estaba dando, sobre todo cuando le bajó los pantalones y empezó con una mamada que le hizo recordar tiempos gloriosos. Ver la boquita de la nena metiendo y sacando el señor miembro con unos ánimos que no los veía en una chica desde hacía mucho tiempo lo excitó aún más.

Pero no terminó hasta sacarle todo el semen. Una vez que lo tuvo "bien armado", hizo que Antonio se eche en la cama. Lentamente, lo fue montando hasta que sus cuerpos chocaron. Entonces, Carmen se empezó a mover sin parar, como si estuviese poniendo a prueba la experiencia de su amante. Y no la defraudó. La cama rechinaba con los movimientos casi salvajes que ambos hacían, amenazando con romperla.

- Dímelo, dímelo... ¿¿Quién te lo hace mejor? ¿¿Quién??

- Tú, obviamente... Carmen... ¡¡Qué rica estás!!

Estuvieron mucho tiempo en ello, probando varias poses sobre la cama, que aguantaba increíblemente el peso de ambos cuerpos y las fuerzas que ambos hacían con sus movimientos. Incluso, Antonio se dio el lujo de explorar analmente a la muchacha, algo que ella tenía reservado para muy pocos de sus amantes, y algo que él no probaba desde hacía años...

Tuvieron que ser bastante cuidadosos con los gemidos. Casi silenciados, por temor a que los vecinos se den cuenta, y se vuelva un chisme de mercado.

Cuando terminaron, ambos habían quedado exhaustos sobre la cama, tendidos, pero conscientes de que tendrían que ocultar su relación.

- ¿Vas a volver por mí?

- Sí, no te preocupes. Mañana a la misma hora, ¿te parece?

- Sí, sí... Te espero.

Antonio salió de la casa, y dejó a Carmen durmiendo sobre su cama, enfundada en un olor a sexo que envolvía el ambiente, como dejando constancia de lo que allí había sucedido. Ella solo esperaba a que regrese, a ver si podría sacarle algo para algún capricho...

 

*****

Repasó con la mirada el salón. Decidió que esa era la clase de vida que se merecía, y no la miseria que pasaba junto con su madre. Se enorgulleció, incluso, de haber logrado llegar hasta donde estaba, a pesar de haber hecho ciertos "sacrificios"...

 

*****

- ¡¡Me tienes harta!! ¡¡A dónde te vas hasta tan tarde, ¿se puede saber?!!

El haberse enrollado con Antonio le había permitido obtener, a veces, algunos regalitos suyos sin que nadie se enterase de ello. Ello le había permitido ya no tener que depender de si había dinero o no en casa cuando quisiera darse un capricho. Eso sí, a veces Carmen se pasaba del límite y creía ya tener su propia vida.

- ¡¡¿A ti qué te importa?!! ¡Es mi vida y hago lo que me da la gana!

- ¡¡Soy tu madre, no me hables así!!

- ¡Y acaso yo te decía algo cuando llegabas con tu amiguito a las 3 de la mañana!

- ¡Niña igualada! ¿Qué te crees, ah?

- ¡¡Basta ya, me tienes cansada con tus reglas!!

- ¡Es mi casa y aquí mando yo! ¡Si no quieres obedecer, te largas, ¿entiendes?! ¡¡Te largas!!

- ¡¡Sí, pues, me largo ¿ya?!! ¡¡Me largo de aquí, ojalá no vuelva a verte nunca!!

Dando un portazo, Carmen se marchaba de su casa, quizás definitivamente, o quizás no... Tomó el móvil que Antonio le había regalado para comunicarse sin tantas complicaciones y marcó su número.

- ¿Qué pasó, amor?

- Nada, es que la vieja me quiere botar de la casa.

- ¿Y eso por qué?

- No, es que está molesta porque salgo a divertirme y ya. ¿Acaso no puedo? Mira, si no te molestia, ¿puedo irme contigo?

- Bien, bien... ¿En dónde estás ahorita? Te recojo ahora mismo.

- No, mira... Vas mañana al parque que está a la vuelta y de allí nos vamos, ¿sí?

 

*****

Carmen lo tenía casi todo. Ropa de marca. No había necesitado prepararse para ingresar a ninguna universidad. No necesitaba ser profesional, consideraba. Todos los caprichos que ella quería, solo con pedírselos a Antonio... ¿Y la madre?

 

*****

Carmen volvió a casa, y abrió la puerta sin hacer mucho ruido, para que su madre no se diera cuenta.

- Que no me vea la vieja –Murmuró.

Pasó cerca del cuarto en que estaba su madre. Ella estaba encerrada, seguramente lamentándose de lo que acababa de suceder, o llamando a alguien para desahogarse.

Carmen se dirigió a su cuarto para dormir, pero antes de que pudiera entrar...

- ¿Regresaste? ¿No que te ibas? –La madre provocaba con esas palabras.

- Me quedo a dormir, no te hagas ilusiones.

- Vas a volver, ahora te haces la valiente, pero seguro que luego vuelves llorando--

- ¡¡Ya basta, ¿sí?!! ¡¡No me molestes!!

Carmen empujó con violencia a su madre hacia el piso, tratando de demostrarle que no era ninguna llorona. Se intercambiaron golpes, insultos y gritos.

- ¡¡ESTAS LOCA!! ¡¡VIEJA LOCA!!

Los insultos se prolongaron por unos minutos más, hasta que Carmen, fuera de sí, le reventó un vaso de vidrio en la cabeza a su madre. Aprovechándose de que ella estuviera tratando de limpiarse de los pedazos de vidrio roto, se dirigió a la cocina por un cuchillo.

Regresó increíblemente rápido y, antes de que la madre pudiera darse cuenta de lo que estaba por venirse, Carmen ya la estaba atacando sin miedo. Uno, dos, tres... Las puñaladas se sucedían una tras otra. Estuvo un buen tiempo hundiendo el cuchillo en lo que ya era un irreconocible cadáver, sin sentir asco ni miedo de lo que sucedía.

Luego de unos minutos, se dio cuenta de lo que había hecho. Mejor dicho, de lo que NO había hecho, que era matarla sin rastro. Vio sus ropas y el piso manchados de sangre. El cuchillo y varias cosas más con sus huellas. Tenía que eliminar las evidencias. Sin pensarlo dos veces, arrastró el cadáver de su madre hacia una especie de patio pequeño, en donde había una vieja cisterna en desuso.

Sacó fuerzas de donde pudo y logró abrir la tapa de la cisterna, y luego arrojó allí el cuerpo, junto con el cuchillo filoso que había utilizado. Luego de taparla, se desvistió y quemó sus ropas en un rincón del patio, junto con un montón de ramas secas y basura para disimular. Finalmente, limpió esforzadamente el piso, como nunca lo había hecho antes. ¡Listo! A su parecer, había limpiado la evidencia.

No durmió. Durante esa noche, se dedicó a hurgar entre las cosas de su madre. Encontró una caja con 2000 dólares dentro y se la llevó consigo, junto con algunas ropas que le envidiaba. Todo lo puso en una mochila, y esperó al día siguiente, cuando Antonio la recogió sin preguntar nada.

Su nueva vida había empezado.

*****

Nunca nadie logró enterarse de lo que hizo con su madre. El caso, como en la mayoría de casos, estuvo un tiempo en la comisaría y luego pasó al archivo.

Y desde entonces han pasado 5 años... Todo este tiempo, ha vivido a expensas de Antonio, como la reina que siempre quiso ser. Pero ella quiere más. Ya lo convenció de ser su única heredera, y ahora que ha conocido a aquel muchachito en el club... Antonio ya no le sirve más.

Antes de que pudiera intentar algo, la puerta de la casa se abrió, y apareció Antonio, con una pistola en una mano y una terrible expresión en la cara.

- ¡¡Maldita zorra!! ¡¡ Vas a morir!!

Por más que se haya visto con el muchachito a escondidas, Antonio terminó enterándose de todo. Ya había ajustado cuentas con él, ahora solo faltaba resolver el problema con Carmen...

Sin perder tiempo, Antonio se abalanzó sobre Carmen y le golpeó la cabeza con el arma, tratando de debilitarla. Intentó ahorcarla, pero sus fuerzas no le resultaron suficientes.

Pero, como una revelación, surgió la cisterna de la casa. Logró llevarla, a rastras, hasta allí, y luego de abrir la tapa, la metió de cabeza.

Y mientras ella se dirigía, irónicamente, a un lugar como el que ella había utilizado para ocultar a su madre, se lamentó. Vio que Antonio llevaba guantes y su arma, un silenciador. No dejaría evidencia alguna de haberla matado.

Antes de terminar de caer en el nivel de agua, solo pudo pensar una cosa...

"Perdóname, mamá..."

Apenas terminó de pensar en ello, dos disparos terminaron con su vida.

Y es que ella quería tener más, pero terminó perdiéndolo todo... Incluso la vida.

Mas de EJERCICIO

La asombrosa historia de la Thermo mix

La verdadera historia del Inquisidor Ortuño

Vengándome de Sara

He visto el futuro

La tormenta

El Monasterio del Tiempo

La cuenta atrás

Bucle

Ejercicio XIXX: Cambio de fecha.

Ejercicio XXIX: Viajes en el tiempo

Ejercicio XXIX

Redención

Los pecados capitales de una madre

Manos

El poder de Natacha

El hombre que me excita

El toro por los cuernos

Valentina

Pulsión maternal

XXVIII Ejercicio: Los siete pecados capitales

La hormiga

Masturbación fugaz

Las musas (¡y su puta madre!)

Querido Carlos...

Asmodeo

En la oscuridad

La maldición

El desquite de Érica

Eva Marina

La viuda

Noche de copas

La despedida

La llamada

Cine de madrugada

La pareja de moda

Testigo 85-C

Diez minutos

Las tetas de Tatiana

Por el cuello o por los cojones

Fisioterapeuta

Guapo, rico y tengo un pollón

Inmóvil

¡Siéntate bien!

La obsesión de Diana

El Cuerpo

Descenso

Mía (Ejercicio)

Serrvirr de ejemplo

La espera

Despatarrada

Primera infidelidad

Caricias

Mi amante, Pascual

Sexogenaria

La heteroxesual confundida.

La ira viste de cuero

Homenaje

Indefensa

Reencuentro

XXVII Ejercicio: relación de relatos

XXVII Ejercicio de Autores: microrrelatos

El principio del fin

Como Cristiano Ronaldo

Supercalientes

Paso del noroeste

Pérdida personal

Naufraghost

Marinos y caballeros

La manzana, fruta de pasiones y venganzas

El naufragio del Te Erre

En un mundo salvaje

La última travesía del “Tsimtsum

Sentinelî

Me llamaban Viernes.

Naufragio del Trintia: Selena y Philip

La isla

El huracán Francine

Fin

La sirena del Báltico

Nunca Jamás

El Último Vuelo del Electra

Relatos XXVI Ejercicio

Naufragios: Namori se está ahogando

Naufragios: amantes en potencia

Naufragios: Libertad

Naufragios: Outdoor Training

Naufragios: Naufragio

Naufragios: Crucero de Empresa

Naufragios: Háblame del mar, marinero

Naufragios: Enemigos

Naufragios: La Invitación

Naufragios: El naufragio del Zamboanga

Homenaje a todos

XXVI Ejercicio de Autores

Final del Ejercicio XXV

Sus ojos

Vecinos de dúplex en la costa

Pauline o la lascivia del poder

¡No hay huevos!

La hermana mayor que todos compartimos

Ana y la pausa de los anuncios

Moonlight

Guerrera en celo

Aburridas

El canalla

Y todo por una apuesta

Un gol por la escuadra

Dos primos muy primos

Mi hija apuesta por nuestro futuro

La puerta oscura del transexual

Relación de relatos del Ejercicio XXV

Ejercicio XXV

Final del ejercicio XXIV

El fin del racionamiento

Amores eternos

La clínica

Halley

La mujer más guapa del mundo

Cuatro años y un día

El hombre de mi vida

Algo muy especial.

Marcha atrás

El friki

El payaso y la preñada

Justicia o venganza

Noche de cuernos

Velocidad de escape

Mi adorable desconocida

Accidente a plena luz

Relación del relatos del XXIV Ejercicio de Autores

XXIV Ejercicio de Autores

Votación temas XXIV Ejercicio de Autores

Convocatoria ejercicio XXIV

Final del XXIII Ejercicio

El holandés errante

El Pirata

El torero

En el cielo

Campanilla y el sexo

Ser Paco Payne

Príncipe azul

Silvia salió del armario

Cambio

Mátame suavemente

Un divertido juego

Tres palabras

El semen del padre

Salvajes

Día de la marmota

Los tres Eduardos

Sheena es una punker

El legendario guerrillero de Simauria

El converso y la mujer adúltera

Órdago a todo

La bicicleta

Janies got a gun

Difurciada

Relación de relatos del XXIII Ejercicio

XXIII Ejercicio de autores de Todorelatos

Votación de las propuestas para el XXIII Ejercicio

Convocatoria del XXIII Ejercicio de Autores

La historia del monaguillo o el final del XXII

La reducción

Es palabra de Dios

Tren de medianoche

Hermana mayor

Una historia inmoral

Venceremos... venceremos... algún día

El vicario

Cielo e infierno

Reencuentros en la tercera fase

La Señora Eulalia

La pregunta

Juguetes rotos

Génesis 1,27

La entrevista

La mafia de los mantos blancos

Las cosas no son tan simples

XXII Ejercicio: lista de relatos

XXII Ejercicio de Autores de TodoRelatos

Votación de las propuestas para el XXII Ejercicio

Convocatoria del XXII Ejercicio de autores

Avance del XXII Ejercicio

Resultado del XXI Ejercicio de Autores

Con su blanca palidez

Adios mundo cruel

Tribal

Mi sueño del Fin del Mundo

El Pianista Virtuoso

A ciegas

La Ceremonia

Blanca del Segundo Origen

Hotel California

El tren del fin del mundo

100 años después

El fin del mundo. La tormenta solar perfecta.

Un último deseo

El convite

Demiurgo

Diario

El Gato de Chesire

Relacion relatos XXI Ejercicio

XXI Ejercicio de Autores

Votaciones para el XXI Ejercicio de Autores

Propuesta de ideas para el XXI Ejercicio Autores

Revisión de las normas

Gracias por participar del XX Ejercicio de Autores

Aprender a contracorriente [gatacolorada]

Vida estropeada [Estela Plateada]

En las crisis ganan los banqueros[ana del alba 20]

El rescate de Benilde [voralamar]

Se alquila habitación [Ginés Linares]

Sin tetas no hay trabajo [doctorbp]

El Préstamo [Lydia]

Liberar tensiones [Bubu]

Parásito [SideShift]

El Sacrificio de mi Mamá [Garganta de Cuero]

Ladrona [Neón]

Maldita Crisis [EROTIKA]

Las ventajas del poder [gatacolorada]

La crisis del coño [ana del alba 20]

¿Por Qué Lloras? [Silvade]

del amor. La máquina [erostres]

Los viajeros temporales [Estela Plateada]

Relato casi erótico [Alba_longa]

Grande y felicísimamente armado [voralamar]

El Fotógrafo [Vieri32]

¿Algo para reír o para llorar? [MilkaMousse]

Nyotaimori [Ginés Linares]

Muñecos Rotos [pokovirgen]

Relación de relatos del XX Ejercicio de Autores

XX Ejercicio de Autores

XX Ejercicio de Autores: Votación de tema

Propuesta de ideas para XX Ejercicio de Autores

Gracias por participar en el XIX ejercicio

Legión de Ángeles

Eva al desnudo

En el fondo de su mente

Las viejas tamaleras

Una canción en 100 años

Del amor, la guerra y otras lindezas

Canción de despedida

Noches de luna llena

Almas

El sobre azul

Nunca subas a la chica de la curva

Aunque tu no lo sepas

El Cid

La puta de mi novia y su despedida

Por toda la casa

El suicidio del Samurai

Causa y efecto

La fiesta de Navidad

Diálogos para un ejercicio

La barbería

Por los beneficios

Cenizas del deseo

M & M… y sí, son unos bombones adictivos

Lazos oscuros y desconocidos

Relación de relatos del XIX ejercicio

XIX Ejercicio de autores

XIX Ejercicio de autores: Votación de tema

Propuesta de ideas para XIX Ejercicio de Autores

Brevísimo balance del XVIII Ejercicio de Autores

Pínchame, amor (Segunda parte)

Noche mágica

Con todos ustedes....¡el increíble bebé barbudo!

Extraños en la noche

Noche de suerte

Por fin pude ver a mi esposa montada en un joven

La chica de la revista

Vida de casado

Una manera de sentir

Trovadores de la noche

Después de la feria según Lucas

Después de la feria según Marcos

La morochita villera

Cómo recuerdo el día en que llegó a mi casa

Amo las mujeres que desagradan a otros

¡Pínchame, amor! (1)

La primera noche de mi nueva vida

La mejor noche de un actor porno

La prueba

Paparazzi

Ivette, mi princesa árabe

El montoncillo y la gata

Pasión y lujuria en la Barceloneta

Relación de relatos del XVIII Ejercicio de Autores

Noticias sobre el XVIII Ejercicio de Autores

XVIII Ejercicio de autores

XVIII Ejercicio: Votación del tema

Propuesta de ideas. XVIII Ejercicio de Autores

Crucigrama. GatitaKarabo.

Flores. Dark Silver.

¡Maldita sea! Izar

Fugados. Dark Silver.

Superbotellón. MariCruz29

El Pelao. GatitaKarabo.

Raquelísima. Moonlight.

Oración. Masulokunoxo

El despertar. GatitaKarabo

Media tarde. Trazada.

La noche es bella. Lydia

Apetecible. Paul Sheldon.

Play. Un Típico Sobi.

Zanahorias de Haití. Masulokunoxo.

Charla de alcoba. Trazada.

XVII. Ejercicio de autores.

XVII Ejercicio. Votación del tema.

Propuesta de ideas. XVII ejercicio de autores

PsicóTRico.

Mi primer día.

Desde el fondo de la pecera

Un chico normal

La increíble historia de Mandy y su locura felina

Carta blanca

Amigo mío, ¿qué hice mal?

La psicología del miedo

El diablo nunca

El salto atrás de Paco.

Contacto humano

Identidad

Una muñeca vestida de azul.

AVISO - XVI Ejercicio - RELATO PSIQUIÁTRICO

XVI. Ejercicio de autores. Relato psiquiátrico

Votación del tema. XVI Ejercicio

Propuesta de ideas. XVI ejercicio de autores

¿Qué es el ejercicio?

La leyenda del demoniaco jinete sodomizador

¿Por qué las ancianas tienen obsesión...?

El visitante

Amantes en apuros

El hotel

El cementerio

La leyenda urbana de TR, ¿Quién es el Calavera?

Mascherata a Venezia

La cadena

Mujer sola

Electo ateneo

La Dama de los Siguanes

Libertina libertad

Máscaras

El engaño del Cadejo

Los veintiún gramos del alma

Examen oral

En el espejo

El Greenpalace

Una leyenda urbana

Sorpresa, sorpresa

Gotitas milagrosas

Información del XV ejercicio

XV Ejercicio de autores - Leyendas urbanas

Propuestas e ideas para el XV ejercicio de autores

Cambio de carpas

Con mi pa en la playa

Con sabor a mar

La luna, único testigo

Duna

Selene

Acheron

Una noche en la playa

¿Dónde está Fred?

Fin de semana en la playa

La noche del sacrificio

Nuestra playa

Aquella noche en la playa

La indígena

Sacrificio a la luna

El Círculo de Therion

Hijo de puta

Como olas de pasión

Hija de la luna

XIV ejercicio de autores – ampliación de plazo

La noche de los cuernos

Citas Playeras S.A.

Yo quería y no quería

XIV Ejercicio de Relatos Una noche en la playa

Información sobre el XIV Ejercicio de Relatos

Inocente ¿de qué?

La soledad y la mujer

Una oración por Rivas

El te amo menos cotizado de la Internet

Esquizos

Mi recuerdo

Pesadilla 2

Dios, el puto y la monja

Ella

Pesadilla (1)

Remembranzas

Nada es completo

Hodie mihi cras tibi

Pimpollo

Un momento (3)

Hastío

La sonrisa

Tu camino

Duelo de titanes

La madre de Nadia Lerma

XIII ejercicio sobre microrelatos

Mujer Amante - Vieri32

No tengo tiempo para olvidar - Lymaryn

Un ramito de violetas - Lydia

Palabras de amor - Trazada

Bend and break - GatitaKarabo

Tú me acostumbraste - Avizor

Por cincuenta talentos de plata - Estado Virgen

Mi encuentro con el placer [Apasionada29]

El peor pirata de la Historia [Caronte]

Äalborg [Sywyn]

El pirata que robó mi corazón [Lydia]

A 1000 pies de altura [Lymarim]

Trailer [Zesna]

Me aburrí muchísimo [Parisién]

U-331 [Solharis]

En el océano de la noche [Kosuke]

Sansón y Dalila

Kitsune

La esencia de Zeus

El sueño de Inocencia

Ángeles y demonios

Lilith

Hércules y las hijas del rey Tespio

Invitación para el X Ejercicio: Mitología Erótica

Aun no te conozco... pero ya te deseo

Tren nocturno a Bilbao

He encontrado tu foto en Internet

Entre tres y cuatro me hicieron mujer

Memorias de un sanitario

Sexo, anillos y marihuana

Sex-appeal

Talla XXL

Goth

Cayendo al vacío

Afilándome los cuernos

Plumas y cuchillas

IX Ejercicio: 2ª Invitación

IX Ejercicio de relatos eróticos

Pesadillas de robot

Mi dulce mascota

Promethea

Involución

Déjà vu

Eros vence a Tanatos

El instrumento de Data

El corazón de Zobe

Fuga de la torre del placer

Comer, beber, follar y ser feliz

El caminante

Pecado

Maldito destino

Yo te vi morir

Decisión mortal

Madre

Angelo da morte

Azul intenso

Cuando suena el timbre

Mátame

Pecado y redención

El último beso

El purificador

Mi instinto básico

Hospital

Fábula de la viuda negra

Por una buena causa

Seven years

El opositor

¿Tanto te apetece morir?

Satanas Death Show

Días de sangre y de swing

Voy a comprar cigarrillos y vuelvo

Invitación para el nuevo Ejercicio sobre CRÍMENES

Relatos Históricos: La copa de Dionisios

Relatos Históricos: Al-Andalus

Relatos Históricos: 1968

Relatos Históricos: Qué golfa era Carmela

Relatos Históricos: Franco ha muerto, viva el gay

Relatos Históricos: Campos de Cádiz

Relatos Históricos: El soldado

Relatos Históricos: El beso

Relatos Históricos: El primer vuelo

Relatos Históricos: 1929 en Wall Street

Relatos Históricos: En bandeja de plata

Relatos Históricos: Así asesiné al general Prim

Relatos Históricos: El primer gaucho

Relatos Históricos: Yo, el Rey

Relatos Históricos: La maja y el motín

Relatos Históricos: El niño del Kremlin

Relatos Históricos: Tenno Iga No Ran

Relatos Históricos: Las prisioneras de Argel

Relatos Históricos: Un truhán en las Indias

Relatos Históricos: Mar, mar, mar

Relatos Históricos: Un famoso frustrado

Relatos Históricos: Clementina

Relatos Históricos: El caballero don Bellido

Relatos Históricos: Cantabria indomable

Relatos Históricos: En manos del enemigo

Relatos Históricos: Nerón tal cual

Relatos Históricos: Alejandro en Persia

Relatos Históricos: El juicio de Friné

Relatos de Terror: Ojos violetas

Relatos de Terror: Silencio

Relatos de Terror: Nuria

Relatos de Terror: El bebé de Rosa María

Relatos de Terror: El nivel verde

Relatos de Terror: La puerta negra

Relatos de Terror: Aquella noche

Relatos de Terror: Sombras

Relatos de Terror: No juegues a la ouija

Relatos de Terror: Rojo y diabólico

Relatos de Terror: Lola no puede descansar en paz

Relatos de Terror: Aquel ruido

Relatos de Terror: Asesino

Relatos de Terror: Fotos en tu desván

Relatos de Terror: Estúpido hombre blanco

Relatos de Terror: Despertar

Relatos de Terror: Confesión

Relatos de Terror: No mires nunca atrás

Relatos de Terror: Viaje sin retorno

Relatos de Terror: La pesadilla

Relatos de Terror: La playa

Registro de tráfico ilegal - por Esther

Llámame si quieres - por Solharis

Una noche de invierno - por Dani

Clásico revisitado - por Desvestida

Trópico - por Trazada30

Por un puñado de euros - por Yuste

Lengua bífida - por Alesandra

Obediencia - por Némesis30

Hotmail - por Espir4l

Recuerdos - por Némesis30

Ese día estaba yo muy ansiosa - por Esther

Una noche de primavera - por Dani

La sopa - por Solharis

Diez minutos - por Sasha

Celos - por Scherezade

25 líneas dulcemente apasionadas - por Alesandra

Hay que compartir - por Espir4l

Trescientas palabras - por Trazada30

Mi obra de arte - por Lydia

Esa sonrisa divertida - por Trazada30

Ciber amante - por Scherezade

Una noche de otoño - por Dani

Despertar - por Espir4l

En el coche - por Locutus

La mujer de las pulseras - por Yuste

Los pequeños detalles - por Némesis30

Sola - por Scherezade

La oportunidad llega sola - por Elpintor2

Por el bien común - por Wasabi

La vida en un segundo - por Iván Sanluís

La ciclista - por Genio

16 añitos - por Locutus

45 segundos a euro - por Alesandra

Necesito una verga - por Esther

No soy tuya - por Donnar

Más que sustantivos - por Wasabi

Maldito alcohol - por Lachlainn

El preso - por Doro

De ocho a ocho y media - por Superjaime

Esperando - por Scherezade

Ladrón de coches - por Sociedad

Taxista nocturno,servicio especial - por ElPintor2

No me importa nada más - por Hera

Una noche de verano - por Dani

Vampirillos - por Desvestida

Siempre hay un hombro amigo - por Yuste

En mi interior - por Nemésis30

Almas - por Egraine

El tren de lavado - por Lydia

Despertar placentero - por Lince

Piel de manzana - por Sasha

Me fascina - por Erotika

Hace muchos años - por Trazada30

El dragón - por Lobo Nocturno

La fila - por Locutus

La cita - por Alesandra

Tardes eternas - por Ornella

La realidad supera la imaginación - por Genio

Instinto primario - por Espir4l

La sorpresa - por Solharis

38. La verdad en el fuego

Gönbölyuseg

Carta a un desconocido

Enfrentarse al pasado

Alejandría

La venganza de Aracne

Un relato inquietante

El libro maldito de Bartholomeus Nazarí

El apagón

El pasillo oscuro

Ejercicio 2 Las apariencias engañan - Va la novia

Naufragios: Libertad

Naufragios: Outdoor Training

Naufragios: Crucero de Empresa

Naufragios: Naufragio

Naufragios: Háblame del mar, marinero

Naufragios: Enemigos

Naufragios: La Invitación

Naufragios: El naufragio del Zamboanga