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La barbería

en Fetichismo

Ahí va mi relato, Muneta querida. Al final he conseguido sacar tiempo y acabarlo antes del plazo de presentación, así que tienes varios días para leérmelo y aconsejarme.

Menos mal que me avisaste por teléfono de lo del ejercicio, que ni me había enterado y de verdad que me apetecía un montón participar. Gracias por explicarme lo de las bases, las fechas de entrega, el tema y todo eso… –por cierto, collons, ¿a qué cabronazo se le ocurrió un tema tan difícil? Y recollons… ¿cómo es que votaron esa propuesta?- , vale… de todas maneras, ya está hecho y te confieso que mola, o sea, que el temida tiene su morbo… No hace falta que te diga que me he puesto cachondona escribiéndolo y he tenido que parar a… ya sabes qué, jeje…

Si hay algo que no ves bien, o ves alguna falta que se me haya escapado o alguna cosa rara, me lo indicas… ya sabes que confío en ti plenamente. Sé implacable y brutalmente sincera en tus críticas. Sé una puta despiadada y cruel, sé una zorra sanguinaria, como tú sabes serlo, y despelleja mi relato con objetividad. Sé una bicha carbona, pero honesta. O sea, sé Moonlight.

Escribe tus comentarios entre paréntesis y en negrita. ¿Vale? Recuerdo que un autor me contó que en una ocasión se equivocó de documento y envió a TodoRelatos la revisión de su relato, con los comentarios y correcciones del amigo, jajaja. Hace falta ser gilipollas…

Bueno, no te digo más… Recuerda que dispongo de poco tiempo para corregirlo, así que, porfi, léemelo cuanto antes, ¿vale?

Gracias miles, por anticipado. Un besote de la Gateta pa’ la Muneta.

*+*+*+*+*

LA BARBERÍA

 

El poste de barbero, ese tradicional cilindro rojo, blanco y azul da vueltas hipnótico. A pesar de ser tan tarde, el letrero de “abierto” sigue insistiendo en la puerta. El hombre consulta su reloj. Es puntual a su cita. Empuja, la puerta cede y se oye el tintineo de la campanilla. (Gateetaaaa… ¿una barbería tiene campanilla?)

La chica no habla, simplemente cierra la puerta, baja las persianas y le indica al cliente que se siente en uno de esos sillones antiguos de barbero. Puede apreciar que la chica tiene una cabellera espesa, oscura y rizada, antes de que ella le haga apoyarse en el reposa-cabezas y ponga un paño fresco sobre sus ojos, y una toalla cálida y húmeda en su cara. No necesita ver el frasco para distinguir (el) aroma inconfundible del lubricante preafeitado Floid, el tradicional, su favorito. La muchacha sabe lo que hace. Retira la toalla caliente, se aplica unas gotas de loción sobre la palma de la mano y empieza a tasajear su rostro, para conocer la espesura del vello, (para) aprender las curvas, los recodos de la cara, captando con sus sabias yemas dónde crece el vello más duro, dónde crece a contrapelo. Antes de afeitar, hay que conocer y respetar la barba.

Sentir la suavidad de los fríos dedos de la muchacha sobre la superficie áspera de su piel hace que el hombre deje escapar un ligero suspiro de placer. La chica se aleja y vuelve con el cuenco, una brocha sencilla de pelo de tejón y un tubo de crema Trumper, aroma de sándalo.

El hombre entreabre los ojos bajo el paño ligero de gasa y la silueta de la mujer se le dibuja con el torso desnudo, mujer de pechos opulentos de pezones grandes y negros que se agitan gozosos, como si en lugar de mover la brocha enérgicamente batiendo la espuma, estuviera masturbándose. Una falda vaporosa de velos de gasa es su único atuendo, velos indiscretos que descubren al moverse la gran mata oscura de pelo rizado de su pubis.

La espuma ya está lista. La muchacha se sitúa detrás del hombre, se inclina un poco y procede con el enjabonado, con sutiles movimientos longitudinales. Los pechos desnudos y su larga melena rozan su nuca y el bulto del pantalón comienza a hacerse más evidente, alcanzando el nivel máximo de excitación cuando oye el “risc risc” de la hoja de la navaja pasando por la tira de cuero una y otra vez para asentarla.

La chica, con un ligero toque, hace que incline la cara. Deja los dedos cerca de su nariz, manteniéndole la cabeza inclinada y comienza a pasar el frío filo; roces cortos, constantes, cuidadosos y sensuales, primero a favor del pelo, con suavidad. La polla le va a hacer estallar el pantalón. Nunca ha estado tan excitado y la cosa sólo acaba de comenzar. Mientras la chica prosigue con el siguiente enjabonado, él tantea y roza la piel de los muslos de la muchacha. Le gustan sus piernas firmes. Sigue subiendo la mano. La navaja vuelve a rasurar, ahora ya a contrapelo para apurar al máximo, mientras la mano del hombre disfruta sumergiendo los dedos entre los rizos tupidos del coño de su barbera. La muchacha se deja hacer y se mantiene serena y profesional en su labor. Cualquier precipitación podría ser fatal y provocar un cortecito indeseado. Finalmente acaba el afeitado con el delicado rasurado del cuello.

El hombre cierra los ojos bajo la gasa fresca que aún los cubre, sumido en varios placeres. Siente el frescor y el aroma de la loción aftershave de aloe vera sobre su rostro recién afeitado. Siente la suavidad sutil de la melena sedosa de la chica, que no deja de acariciar; siente los labios de ésta, arrodillada a los pies del sillón, subir y bajar a lo largo de su polla. No va a tardar mucho en correrse.

La cabeza morena sube y baja con movimientos rápidos, sensuales y constantes, como cuando pasaba la navaja sobre su piel. Se va a correr ya… Tensa las piernas contra el suelo, agarra a la chica fuertemente por el cabello mientras se impulsa con las caderas, metiéndole la polla más profundamente en la garganta. La muchacha trata de tensar el velo del paladar y los músculos de la faringe para impedir que la polla le penetre demasiado, le roce el nervio vago y le provoque náuseas. Afortunadamente, el hombre afloja un poco en sus embistes cuando se está corriendo o los chorros de abundante semen le hubieran salido por la nariz. Tiene la boca llena de leche. Mira al hombre, pero como éste no le dice nada, no se lo traga. Sólo se lo traga en el caso de que el cliente se lo pida. Se levanta pues y entra en el baño, donde lo escupe sobre la pila y se enjuaga la boca con un colutorio mentolado. (Creo que sería mucho más excitante si él le pide que se lo trague todo. A mí, al menos, me molaría más así)

La joven vuelve al salón con una bandeja, que deja al lado del aguamanil y de la banqueta. Abre los velos de su falda y se sienta sobre una especie de silla alta de ducha con respaldo y reposa brazos, de esas cuyo asiento tiene forma de U para facilitar la higiene íntima. Hay una tina vacía debajo del asiento. El hombre se sienta sobre la banqueta y revisa los objetos de la bandeja: una toalla, unas tijeritas, una esponja, jabón de afeitar femenino “Piel de Seda” y una maquinilla de color rosa, con cabezal basculante y barras protectoras. La chica abre las piernas, las flexiona y apoya los talones sobre los extremos del asiento. Frente a él, la maravillosa visión de un hermoso coño increíblemente peludo.

Procede a cortar primero los rizos con las tijeretas. Desearía en esos momentos ser un Eduardo Manostijeras y hacer una obra de arte en esa frondosidad salvaje, pero se limita a recortar el vello en el pubis y alrededor de los labios mayores, vello que cae sutilmente sobre la tinaja como lluvia de confeti oscuro. Vierte un poco de agua caliente de la jarra sobre el pubis, luego pasa la mano. El pelo, cortado a pocos milímetros de la piel, raspa bastante, pero la sensación es tan morbosa como cuando los rizos se le enredaban entre los dedos. Desecha la esponja. Es más placentero enjabonar el coño con la mano.

Los dedos espumosos resbalan y sondean entre los pliegues más íntimos, buscando el clítoris. Cuando es localizado, un dedo se entretiene jugueteando con él, con ligeros toquecitos al principio y movimientos circulares y lánguidos después. La muchacha deja escapar un suspiro intenso. Nunca antes se había excitado con un cliente. Normalmente tampoco un cliente emplea mucho tiempo en otra cosa que no sea su propia excitación. No sabe si le gusta o no… Cree que no debería sentir placer. Fingirlo, sí, evidentemente, para que el cliente quede contento. Sentirlo de verdad no le parece que sea profesional. Pero no puede hacer nada para remediarlo. Su cuerpo responde a las caricias expertas del hombre y está más mojada por sus fluidos que por el agua y jabón.

Se muerde los labios cuando el dedo abandona su clítoris, deseando pedirle que siga, pero se mantiene en silencio y quietecita mientras el hombre agarra la maquinilla y comienza a depilar el pubis. Primero lo hace hacia abajo, cada tres o cuatro pasadas, moja la maquinilla en la tina para limpiarla de jabón y pelos. Luego continúa afeitando hacia arriba, a contrapelo. Seguidamente, y ayudándose de la otra mano para separar los pliegues, procede a rasurar el vello de los labios mayores con sumo cuidado hasta dejarlo todo peladito. Aprovecha también para rasurar unos cuantos pelillos que crecían alrededor de la zona anal. Enjuaga el jabón con el agua ya tibia de la jarra y lo seca con la toallita. La crema posterior, de base acuosa, tiene textura de gel y el aroma dulce de la vainilla.

Tras despojarle de tanto pelo, el coño parece más desnudo, más inocente, más vulnerable. Todo es carne suave, húmeda y tersa, carne que los dedos no se cansan de tasajear, de acariciar, de tocar, de explorar muy lentamente, de hundirse dentro, todo muy despacio, como una dulce tortura, mientras la chica se agita en la silla deseando que no pare, que siga, que siga, que meta los dedos hasta el fondo, que continúe acariciándole el clítoris más rápido, más, más rápido… Pero el hombre retiene su orgasmo una y otra vez y sigue acariciando el clítoris y hundiendo los dedos en su vagina de manera sosegada, disfrutando sin prisa de la sensación de un perfecto coño recién rasurado. La muchacha ya no puede más y el orgasmo es tan intenso que jadea, tiembla, se agita, grita y acaba perdiendo el control completamente.

Al hombre le excita tocar el coño afeitado y hacer que la chica se corra antes de follársela. La joven respira tratando de recuperar el aliento y él le sonríe acariciando su melena oscura. Es tan suave… Vuelve a estar de nuevo empalmado. Quiere metérsela por detrás, para ver cómo, mientras se la folla, su melena rizada oscila y se agita embravecida; ansía montarla por detrás, meterle la polla en el culo y agarrarla de los cabellos, como si estos fueran las riendas del carro desbocado de su deseo. Quiere hacerlo y lo hace, porque el que paga manda y el cliente siempre abandona la barbería complacido con el servicio.

La campanilla vuelve a tintinear y el cliente sale, no sin antes pagar lo acordado. Una buena cantidad de dinero en las manos de la muchacha, que vuelve a contarlo. Ampliar el negocio con clientes especiales de horario nocturno le ayudará a pagar la cantidad ingente de letras que se le van acumulando e incluso a tener beneficios por fin este año. Tiene el ano algo dolorido, pero está satisfecha y se sonríe. Esta vez ha valido la pena, por varios motivos, no sólo el económico.

El hombre se aleja silbando la obertura de “El Barbero de Sevilla”. Podría haberle preguntado al menos su nombre, o haberle dicho el suyo… pero… ¿Para qué? Sólo es una desconocida más. Otra puta. Sólo eso.

FIN

-Vale, Gateta, está muy bien… pero mientras estaba leyendo se me escapaba la risa… -y, bueno, sí, el flujo también- pero lo siento, me temo que ha habido una confusión. El tema es “Dos personajes que se AFECTAN sin llegar a conocerse”, y creo que tú me entendiste por teléfono “Dos personajes que SE AFEITAN sin llegar a conocerse”. Joder, lo siento, pero creo que el relato no vale para el ejercicio, porque ya ves, los personajes no se afectan para nada. En todo caso, puedes cambiar un poco el final o la historia para que sí que haya algo de influencia mutua, ¿no? Trata de arreglarlo.

Un besito. Sonia

 

-Pues sí, Moon. Ya decía yo que el tema era “pelúo”… Vale, mejor me callo que ya hemos tenido bastante bronca por teléfono, porque encima te ríes, capilla… pero sigo insistiendo que la culpa no es mía, que no tengo tapones en los oídos, es que tú lo pronunciaste mal… dijiste “SE AFEITAN, SE AFEITAN” pero me da lo mismo. Pienso enviar el relato igualmente y cambiando el final para que estos dos se afecten a pesar de ser unos completos desconocidos.

La chica resulta que se enamora de él, pero no vuelve a verle, y por eso le entra una depresión de tres pares de cojones; y con la depresión, la ansiedad; y con la ansiedad, el estrés; y con el estrés, la alopecia. Se queda calva y tiene que cerrar el negocio, pasando a engrosar las listas del paro. Entonces funda la asociación “peladas sin pelas y sin pelos” para apoyar a chicas con su mismo problema, calvas y en el paro.

El tío, que también se había enamorado de ella, vuelve al otro verano, pero en lugar de la barbería se encontró una sucursal del Banco Hispano-Americano. Su memoria vengó a pedradas contra los cristales, y sabe que no lo soñó, protestaba mientras le esposaban los municipales. En su declaración alegó que llevaba tres copas y escribió esa canción en el cuarto donde aquella vez le afeitaba la chocha…

Y la canción, evidentemente, fue un éxito y ganó un par de Grammys latinos y otro par de chocolatinas, y hasta grabó una versión hip-hop con la colaboración de Pit Bull Teda Alas, otra versión disco con Lady Gaga Telorito y hasta el David Bra-Guetta le hizo un featuring, o sea, un ft. El tío se hizo de oro y, como era tan filántropo como tricofílico donó muy buena parte de su capital a la fundación “peladas sin pelas y sin pelos”. Hala.

¿Qué me dices del final? ¿A que está chulo? Ambos viven felices, uno cantando y ganando discos de oro, platino y rodio y la otra, como mujer realizada e independiente, presidenta de su ONG. ¿Qué no se quedan juntos? Pues no, en este relato no, porque no me dejan, pero si me da la gana los junto en otro relato. Hala. Pues eso, que lo escribo así. Ya te lo enviaré para que me lo acabes de corregir.

Un beso de la Gateta.
Pido cita con el otorrino. Tú pídela con el logopeda, xd

-(Estás zumbada)

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El Sacrificio de mi Mamá [Garganta de Cuero]

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Maldita Crisis [EROTIKA]

Las ventajas del poder [gatacolorada]

La crisis del coño [ana del alba 20]

¿Por Qué Lloras? [Silvade]

del amor. La máquina [erostres]

Los viajeros temporales [Estela Plateada]

Relato casi erótico [Alba_longa]

Grande y felicísimamente armado [voralamar]

El Fotógrafo [Vieri32]

¿Algo para reír o para llorar? [MilkaMousse]

Nyotaimori [Ginés Linares]

Muñecos Rotos [pokovirgen]

Relación de relatos del XX Ejercicio de Autores

XX Ejercicio de Autores

XX Ejercicio de Autores: Votación de tema

Propuesta de ideas para XX Ejercicio de Autores

Gracias por participar en el XIX ejercicio

Legión de Ángeles

Eva al desnudo

En el fondo de su mente

Las viejas tamaleras

Una canción en 100 años

Del amor, la guerra y otras lindezas

Canción de despedida

Noches de luna llena

Almas

El sobre azul

Nunca subas a la chica de la curva

Aunque tu no lo sepas

El Cid

La puta de mi novia y su despedida

Por toda la casa

El suicidio del Samurai

Causa y efecto

La fiesta de Navidad

Diálogos para un ejercicio

Por los beneficios

Cenizas del deseo

M & M… y sí, son unos bombones adictivos

Lazos oscuros y desconocidos

Relación de relatos del XIX ejercicio

XIX Ejercicio de autores

XIX Ejercicio de autores: Votación de tema

Propuesta de ideas para XIX Ejercicio de Autores

Brevísimo balance del XVIII Ejercicio de Autores

Con todos ustedes....¡el increíble bebé barbudo!

Noche mágica

Pínchame, amor (Segunda parte)

Extraños en la noche

Noche de suerte

Por fin pude ver a mi esposa montada en un joven

La chica de la revista

Vida de casado

Una manera de sentir

Después de la feria según Lucas

Trovadores de la noche

Después de la feria según Marcos

La morochita villera

Cómo recuerdo el día en que llegó a mi casa

Amo las mujeres que desagradan a otros

¡Pínchame, amor! (1)

La primera noche de mi nueva vida

La mejor noche de un actor porno

La prueba

Paparazzi

Ivette, mi princesa árabe

Pasión y lujuria en la Barceloneta

El montoncillo y la gata

Relación de relatos del XVIII Ejercicio de Autores

Noticias sobre el XVIII Ejercicio de Autores

XVIII Ejercicio de autores

XVIII Ejercicio: Votación del tema

Propuesta de ideas. XVIII Ejercicio de Autores

Crucigrama. GatitaKarabo.

Flores. Dark Silver.

¡Maldita sea! Izar

Fugados. Dark Silver.

Superbotellón. MariCruz29

El Pelao. GatitaKarabo.

Raquelísima. Moonlight.

Oración. Masulokunoxo

El despertar. GatitaKarabo

Media tarde. Trazada.

La noche es bella. Lydia

Play. Un Típico Sobi.

Apetecible. Paul Sheldon.

Zanahorias de Haití. Masulokunoxo.

Charla de alcoba. Trazada.

XVII. Ejercicio de autores.

XVII Ejercicio. Votación del tema.

Propuesta de ideas. XVII ejercicio de autores

PsicóTRico.

Mi primer día.

Desde el fondo de la pecera

Un chico normal

La increíble historia de Mandy y su locura felina

Carta blanca

Amigo mío, ¿qué hice mal?

La psicología del miedo

El diablo nunca

El salto atrás de Paco.

Contacto humano

Identidad

Una muñeca vestida de azul.

AVISO - XVI Ejercicio - RELATO PSIQUIÁTRICO

XVI. Ejercicio de autores. Relato psiquiátrico

Votación del tema. XVI Ejercicio

Propuesta de ideas. XVI ejercicio de autores

¿Qué es el ejercicio?

La leyenda del demoniaco jinete sodomizador

¿Por qué las ancianas tienen obsesión...?

El visitante

Amantes en apuros

El hotel

El cementerio

La leyenda urbana de TR, ¿Quién es el Calavera?

Mascherata a Venezia

La cadena

Mujer sola

Electo ateneo

La Dama de los Siguanes

Libertina libertad

Máscaras

El engaño del Cadejo

Los veintiún gramos del alma

Examen oral

En el espejo

El Greenpalace

Una leyenda urbana

Sorpresa, sorpresa

Gotitas milagrosas

Información del XV ejercicio

XV Ejercicio de autores - Leyendas urbanas

Propuestas e ideas para el XV ejercicio de autores

Cambio de carpas

Con mi pa en la playa

Con sabor a mar

La luna, único testigo

Duna

Selene

Acheron

Una noche en la playa

¿Dónde está Fred?

Fin de semana en la playa

La noche del sacrificio

Nuestra playa

Aquella noche en la playa

La indígena

Sacrificio a la luna

El Círculo de Therion

Hijo de puta

Como olas de pasión

Hija de la luna

XIV ejercicio de autores – ampliación de plazo

La noche de los cuernos

Citas Playeras S.A.

XIV Ejercicio de Relatos Una noche en la playa

Yo quería y no quería

Información sobre el XIV Ejercicio de Relatos

La soledad y la mujer

Una oración por Rivas

Inocente ¿de qué?

El te amo menos cotizado de la Internet

Esquizos

Dios, el puto y la monja

Pesadilla 2

Ella

Mi recuerdo

Remembranzas

Nada es completo

Pesadilla (1)

Un momento (3)

Hodie mihi cras tibi

Pimpollo

La sonrisa

Hastío

La madre de Nadia Lerma

Duelo de titanes

Tu camino

XIII ejercicio sobre microrelatos

Mujer Amante - Vieri32

No tengo tiempo para olvidar - Lymaryn

Un ramito de violetas - Lydia

Palabras de amor - Trazada

Bend and break - GatitaKarabo

Tú me acostumbraste - Avizor

Por cincuenta talentos de plata - Estado Virgen

Äalborg [Sywyn]

El peor pirata de la Historia [Caronte]

Mi encuentro con el placer [Apasionada29]

El pirata que robó mi corazón [Lydia]

A 1000 pies de altura [Lymarim]

Trailer [Zesna]

Me aburrí muchísimo [Parisién]

U-331 [Solharis]

En el océano de la noche [Kosuke]

Sansón y Dalila

Kitsune

Ángeles y demonios

El sueño de Inocencia

La esencia de Zeus

Lilith

Hércules y las hijas del rey Tespio

Invitación para el X Ejercicio: Mitología Erótica

Aun no te conozco... pero ya te deseo

Tren nocturno a Bilbao

Entre tres y cuatro me hicieron mujer

He encontrado tu foto en Internet

Memorias de un sanitario

Sexo, anillos y marihuana

Sex-appeal

Talla XXL

Goth

Cayendo al vacío

Afilándome los cuernos

Plumas y cuchillas

IX Ejercicio: 2ª Invitación

IX Ejercicio de relatos eróticos

Pesadillas de robot

Mi dulce mascota

Promethea

Déjà vu

Involución

Eros vence a Tanatos

El instrumento de Data

Fuga de la torre del placer

El corazón de Zobe

Comer, beber, follar y ser feliz

Pecado

El caminante

Maldito destino

Decisión mortal

Yo te vi morir

Madre

Angelo da morte

Pecado y redención

Azul intenso

Cuando suena el timbre

Mátame

El último beso

El purificador

Mi instinto básico

Ella quería tener más

Fábula de la viuda negra

Hospital

Seven years

Por una buena causa

El opositor

¿Tanto te apetece morir?

Días de sangre y de swing

Voy a comprar cigarrillos y vuelvo

Satanas Death Show

Relatos Históricos: La copa de Dionisios

Relatos Históricos: Al-Andalus

Invitación para el nuevo Ejercicio sobre CRÍMENES

Relatos Históricos: 1968

Relatos Históricos: Qué golfa era Carmela

Relatos Históricos: Franco ha muerto, viva el gay

Relatos Históricos: El soldado

Relatos Históricos: Campos de Cádiz

Relatos Históricos: El beso

Relatos Históricos: El primer vuelo

Relatos Históricos: 1929 en Wall Street

Relatos Históricos: Así asesiné al general Prim

Relatos Históricos: En bandeja de plata

Relatos Históricos: El primer gaucho

Relatos Históricos: Yo, el Rey

Relatos Históricos: El niño del Kremlin

Relatos Históricos: La maja y el motín

Relatos Históricos: Un truhán en las Indias

Relatos Históricos: Las prisioneras de Argel

Relatos Históricos: Tenno Iga No Ran

Relatos Históricos: Mar, mar, mar

Relatos Históricos: Un famoso frustrado

Relatos Históricos: Cantabria indomable

Relatos Históricos: Clementina

Relatos Históricos: El caballero don Bellido

Relatos Históricos: En manos del enemigo

Relatos Históricos: Nerón tal cual

Relatos Históricos: Alejandro en Persia

Relatos Históricos: El juicio de Friné

Relatos de Terror: Ojos violetas

Relatos de Terror: Silencio

Relatos de Terror: Nuria

Relatos de Terror: El bebé de Rosa María

Relatos de Terror: El nivel verde

Relatos de Terror: La puerta negra

Relatos de Terror: Aquella noche

Relatos de Terror: No juegues a la ouija

Relatos de Terror: Sombras

Relatos de Terror: Lola no puede descansar en paz

Relatos de Terror: Rojo y diabólico

Relatos de Terror: Asesino

Relatos de Terror: Aquel ruido

Relatos de Terror: Estúpido hombre blanco

Relatos de Terror: Fotos en tu desván

Relatos de Terror: Despertar

Relatos de Terror: Confesión

Relatos de Terror: No mires nunca atrás

Relatos de Terror: Viaje sin retorno

Relatos de Terror: La pesadilla

Relatos de Terror: La playa

Lengua bífida - por Alesandra

Trescientas palabras - por Trazada30

Hay que compartir - por Espir4l

25 líneas dulcemente apasionadas - por Alesandra

Celos - por Scherezade

Diez minutos - por Sasha

La sopa - por Solharis

Una noche de primavera - por Dani

Ese día estaba yo muy ansiosa - por Esther

Recuerdos - por Némesis30

Hotmail - por Espir4l

Obediencia - por Némesis30

Por un puñado de euros - por Yuste

Trópico - por Trazada30

Registro de tráfico ilegal - por Esther

Llámame si quieres - por Solharis

Una noche de invierno - por Dani

Clásico revisitado - por Desvestida

Esa sonrisa divertida - por Trazada30

Mi obra de arte - por Lydia

La mujer de las pulseras - por Yuste

En el coche - por Locutus

Despertar - por Espir4l

Ciber amante - por Scherezade

Una noche de otoño - por Dani

45 segundos a euro - por Alesandra

16 añitos - por Locutus

La ciclista - por Genio

La vida en un segundo - por Iván Sanluís

Por el bien común - por Wasabi

La oportunidad llega sola - por Elpintor2

Sola - por Scherezade

Los pequeños detalles - por Némesis30

Ladrón de coches - por Sociedad

Taxista nocturno,servicio especial - por ElPintor2

Necesito una verga - por Esther

No soy tuya - por Donnar

Más que sustantivos - por Wasabi

De ocho a ocho y media - por Superjaime

Esperando - por Scherezade

Maldito alcohol - por Lachlainn

El preso - por Doro

No me importa nada más - por Hera

Una noche de verano - por Dani

Vampirillos - por Desvestida

Siempre hay un hombro amigo - por Yuste

En mi interior - por Nemésis30

Almas - por Egraine

El tren de lavado - por Lydia

Despertar placentero - por Lince

Piel de manzana - por Sasha

Me fascina - por Erotika

Hace muchos años - por Trazada30

El dragón - por Lobo Nocturno

La fila - por Locutus

La cita - por Alesandra

Tardes eternas - por Ornella

La realidad supera la imaginación - por Genio

Instinto primario - por Espir4l

La sorpresa - por Solharis

38. La verdad en el fuego

Gönbölyuseg

Carta a un desconocido

Enfrentarse al pasado

Alejandría

La venganza de Aracne

Un relato inquietante

El libro maldito de Bartholomeus Nazarí

El apagón

El pasillo oscuro

Ejercicio 2 Las apariencias engañan - Va la novia

Naufragios: Libertad

Naufragios: Outdoor Training

Naufragios: Crucero de Empresa

Naufragios: Naufragio

Naufragios: Háblame del mar, marinero

Naufragios: Enemigos

Naufragios: La Invitación

Naufragios: El naufragio del Zamboanga