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El visitante

en Sexo con maduras

El Visitante

Mamá… ¿de verdad no querés venir a almorzar con nosotros?

No nena, gracias…

¿Y no quiere que seamos nosotros los que vengamos a comer aquí con usted?

No Jorge, muchas gracias…

¡Pero mamá, ¿por qué hacés esto?! – callé, no supe que decirle – ¡Le diste el día libre a Ixcamil y te vas a quedar completamente sola el resto del día, cuando deberías…!

Chicos, ya sé que tienen razón, pero… bueno… por favor, déjenme, de verdad, no me pasa nada…

¡Pero mamá!

Creo que hasta que me muera Virginia, creo que hasta que me muera…

Mi hija y mi yerno trataron de hacerme entrar en razón unos minutos más, pero me mantuve firme, al final se retiraron a su residencia. Y yo, como cada año, me dirigí a mi dormitorio, ubicado en el segundo nivel de ese viejo y hermoso caserón en el que mi amado Fer y yo criamos a nuestros hijos. Entré, dejé mi bolso sobre la cómoda, me desvestí y me puse un viejo y raído camisón y me acosté en mi lecho, sobre uno de mis costados… esperando. Pasó un buen rato, como una hora, aunque ahora no recuerdo bien, cuando sentí a Fernando acostándose a mi lado, viéndome con ojos de amor.

Fernando, te amo y te extraño mucho… ojalá estuvieras aquí siempre, todos los días como antes… ¿por qué tuviste que abandonarme?

No me contestó, nunca lo hacía, solo se me quedaba viendo con los mismo ojos y el mismo gesto. Me levanté de la cama, estaba acalorada, de reojo vi que se sobaba la verga parada por encima del pantalón. En realidad no la podía esconder (ni quería), era una vergota enorme. Fui directamente al ventanal que daba al jardín, un área de la casa repleta de flores que cuidaba con esmero. Me hice la desentendida, más por no saber que hacer que por desinterés… porque no había ningún desinterés allí, pero igual nunca me atrevía a tomar la iniciativa.

Como ya sabrás he hecho algunas cosas… no muy buenas últimamente. No sé cómo volver a ser como antes, creo que no podré, pero el amor que siento por ti no ha cambiado nada. Te amo Fer. – le dije, pero nuevamente no recibí respuesta alguna.

Fingía estar viendo al jardín, trataba de pensar en otra cosa, de olvidarme de mi excitación. Entonces sentí 2 manos que me rodeaban desde atrás por la cintura. Volteé sobresaltada, él me conocía muy bien, sabe que me encantan esas muestras espontáneas de cariño de su parte, y que ahora, ese día, esa caricia la sentía hasta en el alma, necesitaba tanto de él que me dejé llevar.

Mi vulva reaccionó al instante, reclamando la presencia de ese pene amado. Empezó a palpitar, a calentarse y a llenarse de sangre, y mi corazón se aceleró, así como mi respiración, me temblaba el pulso, estaba bastante mal. Y Fer estaba igual pues me veía preciosa, de pié frente a la luz que entraba por la ventana, con mi raído y viejo camisón puesto, que se transparentaba. No llevaba ni ropa interior y mis enormes tetas se veían esplendorosas, jugosas, mis sus grandes nalgas suculentas, como chuletas de la carne más fina. Y era carne que se encontraba ardiendo… ardiendo por él.

Las manos de Fer empezaron a acariciar el vientre de su mujer, como a mi tanto me gustaba. Entrelacé mis manos con las de el, dejándome llevar por las caricias, sentía su pene tieso debajo de mi ropa, luchando por entrar debajo de mi falda. Me encantó la manera en que este me presionaba por atrás, estaba tan dura. De repente, sin saber bien cuando, me dio la vuelta, quedando abrazada de frente a el. Empezamos una especie de danza, meneándonos al ritmo de la música que mi alma tocaba. Hacía bastante que no me sentía así, como flotando, los 2 nos habíamos distanciado. Por la edad, decíamos, esas cosas ya no se debían hacer.

Sentía mi cuerpo suave y cálido, de hembra en celo, quería entregárselo a mi marido, mi amado y poderoso macho. Quería rabiosamente estar en sus manos, enredada entre sus brazos y piernas, ser su mujer otra vez. Nuestras bocas se buscaron, se toparon en un beso dulce, beso que me hacía falta desde hacía bastante. La verdad, Fernando y yo habíamos perdido el romanticismo que tuvimos y caímos en una rutina sofocante, a tal punto que ya no sabíamos como seducir al otro, lo habíamos olvidado. Luego sobrevino… bueno… me dejó.

Me pegaba a su cuerpo caliente buscando el contacto de su miembro con mis genitales cada vez de forma más desesperada y franca, casi me colgaba de su cuello. Terminé frotando mi vulva contra su pene parado, casi gemía, casi pujaba, necesitaba ser penetrada y lo necesitaba rápido.

Fernando me tomó del cuello y con delicadeza, pero con fuerza, me fue empujando hacia abajo, sabía lo que quería y me dejaba mansamente. Me puso de rodillas frente a el, mirándome con autoridad desde arriba, sentí esa mirada tan arrebatadoramente masculina y viril, que me mojé más. El se abrió la bragueta del pantalón y dejó salir un tieso, duro y grueso falo de 20 cm., venoso, enrojecido. Lo tomé y me lo llevé a la boca. Recordé que cuando estábamos junto tan solo una vez traté de hacerle sexo oral, pero me dio tanta vergüenza que salí corriendo. Y bueno, Fer nunca me obligaba a hacer nada. Pero esta vez era diferente, estaba dispuesta a todo por el. Empecé a lamer el glande grueso de ese pene, como si se tratara de un helado, sentía sus manos acariciarme el cabello, agarrármelo con dulzura, sentía su mirada bañándome y quemándome.

No sabía bien qué hacer, pero estaba dispuesta a hacerlo lo mejor que podía. Me metía la cabeza y la lamía mientras chupaba suavemente. Fernando tomó su pene de la base y lo sacó de mi amorosa cavidad bucal, ofreciéndome los testículos. Yo, obediente como era, me puse a lamerlos con suavidad, temerosa de lastimarlos. Luego Fer me volvió a dar la verga en la boca y empezó a cogerme por allí y yo me dejaba sin oponer resistencia, a pesar de que sentía que a veces no me dejaba respirar.

Me la sacaba por intervalos para restregarla sobre mis senos, para luego volvérmela a meter. Eso me gustó, por lo que, desabrochando mi camisón para dejarlo caer al suelo, le dejé sueltos mis pechos gigantes para que cada vez que Fer lo hiciera, yo los tomara y los untaba con saliva para suavizárselos al glande de mi esposo, mis senos quedaron brillosos.

Me tuvo así como por 30 minutos, yo estaba completamente fuera de mi, como en otro mundo, tanto que si él hubiese empezado a fustigarme con furia, a mi me habrían parecido delicadas caricias llenas de amor. Y cuando Fernando me sujetó del pelo con más fuerza, bombeando su pene con mayor velocidad y brusquedad, me sentí más de su propiedad. Y cuando este comenzó a eyacular en mi boca fue ver el cielo con estrellas y todo.

Sentí ese semen como si fuera néctar de los dioses, muy espeso y caliente, tan delicioso que podría fácilmente hacerme adicta a el. Fer eyaculó tanto y tan duro, que su semen se salía de mi boca y se regaba sobre mis senos y cuello, dejándome cubierta de el, con la cara toda embarrada también. Y mi boca estaba repleta, yo no sabía que hacer con eso, así que al final me lo tragué. Pero quedé pasmada y estupefacta, el pene de mi Fer seguía durísimo, y el no tenía cara de estar satisfecho.

Fernando me tomó de la mano y me puso de pié. Con gentileza me llevó hasta la cama, me quitó el camisón y me acostó. Yo le abrí las piernas anhelante por recibirlo adentro de mi. El se terminó de quitar la ropa, se subió encima de mi cuerpo, colocó la punta de su pene en mi dulce entrada del placer… y me empaló hasta el fondo. Me puse a gemir con fuerza, nunca había sentido su pene tan duro y grueso, sentía que me estaba partiendo en 2 a pesar de estar tan mojada. Y el me barrenaba sin compasión, se sostenía en sus brazos y me lo metía en fuertes embestidas, sacándolo rápidamente y volviéndomelo a meter con fuerza.

Me poseyó por 30 largos y deliciosos minutos, yo tuve orgasmo tras orgasmo, al quinto los dejé de contar. Y gemía y gemía como una loca, respirando con dificultad, muy aceleradamente, cubierta de sudor y de semen. No me di cuenta de cuando fue que el acabó por segunda vez. Al fina quedé profundamente dormida entre sus brazos… y cuando desperté, ya no estaba, me dejó sola… tal y como estaba desde hacía un año.

. . . . .

¿Aló?

Aló, Beatriz, ¿cómo estás?

Hola Jorgito, ¿cómo estás, cómo está Virginia, todavía enojada?

Más preocupada que enojada, de hecho… Bea, yo sé que debe ser muy difícil para ti, una vida al lado de alguien no se puede dejar atrás así de fácil, pero no te aislés, tu hija te necesita mucho… después de todo Fer era su padre, y haberlo perdido en ese accidente fue muy duro para ella también… para todos, tú ya sabés que Fer y vos son como mis padres…

¡Ay Jorgito, no sé si lo voy a poder dejar ir algún día! – le dije rompiendo en llanto finalmente – ¡Lo extraño mucho, mucho… y hoy, que era su cumpleaños, pues… es que… es como si le hubiese querido dar el regalo que nunca le di en vida! – Jorge me oía en silencio y pacientemente, mi hija tenía mucha suerte de tenerlo a su lado – ¿Será que mañana puedo comer con ustedes?

Yo mismo te voy a traer… es más, ¿no querés pasar la noche con nosotros?

Dudé, no sabía qué responderle. Pero en ese momento volteé hacia atrás y allí lo vi, a mi Fer… completamente desnudo y con una tremenda erección, viéndome en total silencio.

Gracias Jorgito, pero no… hoy no puedo… tengo una visita…

Garganta de Cuero.

Pueden enviarme sus mensajes y opiniones a mi correo electrónico, garganta_de_cuero@latinmail.com, besos y abrazos.

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Gracias por participar del XX Ejercicio de Autores

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Sin tetas no hay trabajo [doctorbp]

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El Sacrificio de mi Mamá [Garganta de Cuero]

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La crisis del coño [ana del alba 20]

¿Por Qué Lloras? [Silvade]

del amor. La máquina [erostres]

Los viajeros temporales [Estela Plateada]

Relato casi erótico [Alba_longa]

Grande y felicísimamente armado [voralamar]

El Fotógrafo [Vieri32]

¿Algo para reír o para llorar? [MilkaMousse]

Nyotaimori [Ginés Linares]

Muñecos Rotos [pokovirgen]

Relación de relatos del XX Ejercicio de Autores

XX Ejercicio de Autores

XX Ejercicio de Autores: Votación de tema

Propuesta de ideas para XX Ejercicio de Autores

Gracias por participar en el XIX ejercicio

Legión de Ángeles

Eva al desnudo

En el fondo de su mente

Las viejas tamaleras

Una canción en 100 años

Del amor, la guerra y otras lindezas

Canción de despedida

Noches de luna llena

Almas

El sobre azul

Nunca subas a la chica de la curva

Aunque tu no lo sepas

El Cid

La puta de mi novia y su despedida

Por toda la casa

El suicidio del Samurai

Causa y efecto

La fiesta de Navidad

Diálogos para un ejercicio

La barbería

Por los beneficios

Cenizas del deseo

M & M… y sí, son unos bombones adictivos

Lazos oscuros y desconocidos

Relación de relatos del XIX ejercicio

XIX Ejercicio de autores

XIX Ejercicio de autores: Votación de tema

Propuesta de ideas para XIX Ejercicio de Autores

Brevísimo balance del XVIII Ejercicio de Autores

Con todos ustedes....¡el increíble bebé barbudo!

Noche mágica

Pínchame, amor (Segunda parte)

Noche de suerte

Extraños en la noche

Por fin pude ver a mi esposa montada en un joven

La chica de la revista

Una manera de sentir

Vida de casado

Después de la feria según Lucas

Trovadores de la noche

La morochita villera

Después de la feria según Marcos

Amo las mujeres que desagradan a otros

Cómo recuerdo el día en que llegó a mi casa

La primera noche de mi nueva vida

¡Pínchame, amor! (1)

La prueba

La mejor noche de un actor porno

Paparazzi

Ivette, mi princesa árabe

El montoncillo y la gata

Pasión y lujuria en la Barceloneta

Relación de relatos del XVIII Ejercicio de Autores

Noticias sobre el XVIII Ejercicio de Autores

XVIII Ejercicio de autores

XVIII Ejercicio: Votación del tema

Propuesta de ideas. XVIII Ejercicio de Autores

Crucigrama. GatitaKarabo.

Flores. Dark Silver.

¡Maldita sea! Izar

Fugados. Dark Silver.

Superbotellón. MariCruz29

El Pelao. GatitaKarabo.

Raquelísima. Moonlight.

Oración. Masulokunoxo

El despertar. GatitaKarabo

Media tarde. Trazada.

La noche es bella. Lydia

Apetecible. Paul Sheldon.

Play. Un Típico Sobi.

Zanahorias de Haití. Masulokunoxo.

Charla de alcoba. Trazada.

XVII. Ejercicio de autores.

XVII Ejercicio. Votación del tema.

Propuesta de ideas. XVII ejercicio de autores

PsicóTRico.

Mi primer día.

Desde el fondo de la pecera

Un chico normal

La increíble historia de Mandy y su locura felina

Carta blanca

Amigo mío, ¿qué hice mal?

La psicología del miedo

El diablo nunca

El salto atrás de Paco.

Contacto humano

Identidad

Una muñeca vestida de azul.

AVISO - XVI Ejercicio - RELATO PSIQUIÁTRICO

XVI. Ejercicio de autores. Relato psiquiátrico

Votación del tema. XVI Ejercicio

Propuesta de ideas. XVI ejercicio de autores

¿Qué es el ejercicio?

La leyenda del demoniaco jinete sodomizador

¿Por qué las ancianas tienen obsesión...?

Amantes en apuros

El hotel

El cementerio

La leyenda urbana de TR, ¿Quién es el Calavera?

Mascherata a Venezia

La cadena

Mujer sola

Electo ateneo

La Dama de los Siguanes

Libertina libertad

Máscaras

El engaño del Cadejo

Los veintiún gramos del alma

Examen oral

En el espejo

El Greenpalace

Una leyenda urbana

Sorpresa, sorpresa

Gotitas milagrosas

Información del XV ejercicio

XV Ejercicio de autores - Leyendas urbanas

Propuestas e ideas para el XV ejercicio de autores

Cambio de carpas

Con mi pa en la playa

Con sabor a mar

La luna, único testigo

Duna

Selene

Acheron

Una noche en la playa

¿Dónde está Fred?

Fin de semana en la playa

La noche del sacrificio

Nuestra playa

Aquella noche en la playa

La indígena

Sacrificio a la luna

El Círculo de Therion

Hijo de puta

Como olas de pasión

Hija de la luna

XIV ejercicio de autores – ampliación de plazo

La noche de los cuernos

Citas Playeras S.A.

Yo quería y no quería

XIV Ejercicio de Relatos Una noche en la playa

Información sobre el XIV Ejercicio de Relatos

Una oración por Rivas

Inocente ¿de qué?

La soledad y la mujer

El te amo menos cotizado de la Internet

Esquizos

Dios, el puto y la monja

Ella

Pesadilla 2

Mi recuerdo

Remembranzas

Nada es completo

Pesadilla (1)

Pimpollo

Hodie mihi cras tibi

Un momento (3)

Hastío

La sonrisa

Tu camino

La madre de Nadia Lerma

Duelo de titanes

XIII ejercicio sobre microrelatos

Mujer Amante - Vieri32

No tengo tiempo para olvidar - Lymaryn

Un ramito de violetas - Lydia

Palabras de amor - Trazada

Bend and break - GatitaKarabo

Tú me acostumbraste - Avizor

Por cincuenta talentos de plata - Estado Virgen

El peor pirata de la Historia [Caronte]

Mi encuentro con el placer [Apasionada29]

Äalborg [Sywyn]

El pirata que robó mi corazón [Lydia]

A 1000 pies de altura [Lymarim]

Trailer [Zesna]

Me aburrí muchísimo [Parisién]

En el océano de la noche [Kosuke]

U-331 [Solharis]

Sansón y Dalila

Kitsune

El sueño de Inocencia

La esencia de Zeus

Ángeles y demonios

Hércules y las hijas del rey Tespio

Lilith

Invitación para el X Ejercicio: Mitología Erótica

Aun no te conozco... pero ya te deseo

Tren nocturno a Bilbao

He encontrado tu foto en Internet

Entre tres y cuatro me hicieron mujer

Memorias de un sanitario

Sex-appeal

Sexo, anillos y marihuana

Talla XXL

Goth

Cayendo al vacío

Afilándome los cuernos

Plumas y cuchillas

IX Ejercicio: 2ª Invitación

IX Ejercicio de relatos eróticos

Pesadillas de robot

Mi dulce mascota

Promethea

Déjà vu

Involución

El instrumento de Data

Eros vence a Tanatos

Fuga de la torre del placer

El corazón de Zobe

Comer, beber, follar y ser feliz

Pecado

El caminante

Maldito destino

Yo te vi morir

Decisión mortal

Madre

Angelo da morte

Pecado y redención

Mátame

Cuando suena el timbre

Azul intenso

El purificador

El último beso

Ella quería tener más

Mi instinto básico

Fábula de la viuda negra

Hospital

Seven years

Por una buena causa

El opositor

¿Tanto te apetece morir?

Satanas Death Show

Días de sangre y de swing

Voy a comprar cigarrillos y vuelvo

Relatos Históricos: Al-Andalus

Relatos Históricos: La copa de Dionisios

Invitación para el nuevo Ejercicio sobre CRÍMENES

Relatos Históricos: Franco ha muerto, viva el gay

Relatos Históricos: Qué golfa era Carmela

Relatos Históricos: 1968

Relatos Históricos: El soldado

Relatos Históricos: Campos de Cádiz

Relatos Históricos: El beso

Relatos Históricos: 1929 en Wall Street

Relatos Históricos: El primer vuelo

Relatos Históricos: Así asesiné al general Prim

Relatos Históricos: El primer gaucho

Relatos Históricos: En bandeja de plata

Relatos Históricos: Yo, el Rey

Relatos Históricos: La maja y el motín

Relatos Históricos: El niño del Kremlin

Relatos Históricos: Tenno Iga No Ran

Relatos Históricos: Un truhán en las Indias

Relatos Históricos: Las prisioneras de Argel

Relatos Históricos: Mar, mar, mar

Relatos Históricos: Un famoso frustrado

Relatos Históricos: Cantabria indomable

Relatos Históricos: El caballero don Bellido

Relatos Históricos: Clementina

Relatos Históricos: En manos del enemigo

Relatos Históricos: Nerón tal cual

Relatos Históricos: El juicio de Friné

Relatos Históricos: Alejandro en Persia

Relatos de Terror: Ojos violetas

Relatos de Terror: Silencio

Relatos de Terror: Nuria

Relatos de Terror: El nivel verde

Relatos de Terror: El bebé de Rosa María

Relatos de Terror: La puerta negra

Relatos de Terror: Aquella noche

Relatos de Terror: Sombras

Relatos de Terror: No juegues a la ouija

Relatos de Terror: Lola no puede descansar en paz

Relatos de Terror: Rojo y diabólico

Relatos de Terror: Asesino

Relatos de Terror: Aquel ruido

Relatos de Terror: Fotos en tu desván

Relatos de Terror: Estúpido hombre blanco

Relatos de Terror: Confesión

Relatos de Terror: Despertar

Relatos de Terror: No mires nunca atrás

Relatos de Terror: Viaje sin retorno

Relatos de Terror: La pesadilla

Relatos de Terror: La playa

Por un puñado de euros - por Yuste

Trópico - por Trazada30

Registro de tráfico ilegal - por Esther

Llámame si quieres - por Solharis

Una noche de invierno - por Dani

Clásico revisitado - por Desvestida

Lengua bífida - por Alesandra

Obediencia - por Némesis30

Hotmail - por Espir4l

Recuerdos - por Némesis30

Ese día estaba yo muy ansiosa - por Esther

Una noche de primavera - por Dani

La sopa - por Solharis

Diez minutos - por Sasha

Celos - por Scherezade

25 líneas dulcemente apasionadas - por Alesandra

Hay que compartir - por Espir4l

Trescientas palabras - por Trazada30

Esa sonrisa divertida - por Trazada30

Una noche de otoño - por Dani

La mujer de las pulseras - por Yuste

En el coche - por Locutus

Ciber amante - por Scherezade

Despertar - por Espir4l

Mi obra de arte - por Lydia

Los pequeños detalles - por Némesis30

Por el bien común - por Wasabi

La oportunidad llega sola - por Elpintor2

Sola - por Scherezade

La vida en un segundo - por Iván Sanluís

La ciclista - por Genio

16 añitos - por Locutus

45 segundos a euro - por Alesandra

Necesito una verga - por Esther

No soy tuya - por Donnar

Más que sustantivos - por Wasabi

Maldito alcohol - por Lachlainn

El preso - por Doro

De ocho a ocho y media - por Superjaime

Esperando - por Scherezade

Ladrón de coches - por Sociedad

Taxista nocturno,servicio especial - por ElPintor2

No me importa nada más - por Hera

Una noche de verano - por Dani

Vampirillos - por Desvestida

Siempre hay un hombro amigo - por Yuste

En mi interior - por Nemésis30

Almas - por Egraine

El tren de lavado - por Lydia

Despertar placentero - por Lince

Piel de manzana - por Sasha

Me fascina - por Erotika

Hace muchos años - por Trazada30

El dragón - por Lobo Nocturno

La fila - por Locutus

La cita - por Alesandra

Tardes eternas - por Ornella

La realidad supera la imaginación - por Genio

Instinto primario - por Espir4l

La sorpresa - por Solharis

38. La verdad en el fuego

Gönbölyuseg

Carta a un desconocido

Enfrentarse al pasado

Alejandría

La venganza de Aracne

Un relato inquietante

El libro maldito de Bartholomeus Nazarí

El apagón

El pasillo oscuro

Ejercicio 2 Las apariencias engañan - Va la novia

Naufragios: Libertad

Naufragios: Outdoor Training

Naufragios: Crucero de Empresa

Naufragios: Naufragio

Naufragios: Háblame del mar, marinero

Naufragios: Enemigos

Naufragios: La Invitación

Naufragios: El naufragio del Zamboanga