La rabia me inunda al pensar que una vez, sin tú saberlo, me encadenaste a ti. Más rabia me da cuando sé que fui yo sola la que me encadené al fuego de tus piernas, sin ayuda de nadie. Nunca pensé que eso me sucedería. Eres un hijo de puta.
Rabia que me controla y escupe su fuego a través de mis ojos, ojos que ya jamás volverás a ver, porque odio mirarte a la cara. Me has utilizado sólo porque yo te lo permití. Rabia y vergüenza siento ahora, por haber sido tan gilipollas de creer, una vez más, en el poder de las palabras. Nada existe, la vida es un engaño. Yo misma lo soy. Todo fluye, nada permanece.
Pero hay algo en la química que mueve el mundo algo que te esclaviza, que determina si te sientes feliz o triste en tu micro mundo de mierda. Gracias a ti salí de la agonía y ahora, de un paso en falso, caigo desde una altura interminable, directa al abismo donde va todo lo perdido. Allí donde las personas se arrojan como si fueran objetos, allí donde la supernova que explotó se transforma en polvo, allí donde la nada es una realidad. Un cementerio de cristales rotos.
Todavía eres joven, pero supongo que sabes de lo que te hablo.
Rabia, ira, me consumo yo misma en espirales negras. Las lágrimas queman los ojos, abrasan las mejillas. Tengo un arañazo dentro que me hace llorar, que me hace desear aullarle a la luna como una loba solitaria pero en realidad soy una perra, eso es lo que soy. Una perra que ni siquiera se lame las heridas, que grita por dentro sin que nadie la oiga. Cómo te odio.
Déjame hacer algo positivo con mi ira ¿realmente hay algo positivo que pueda hacer?
Sí, "amigo" porque cuando se vaya el fuego, sólo quedarán las cenizas y con las cenizas sí que no se puede hacer nada, nada bello al menos, nada que merezca la pena. Una estatua de ceniza es lo que quisiera que fueras, destruirla de un empujón y bailar sobre ella la danza del olvido.
Sí, tú no lo sabes, pero me has clavado una lanza. Eso no suele ocurrir, porque mi escudo rara vez desaparece. A partir de ahora no seré tan confiada, tendré más cuidado. Pero seguiré siendo la misma gilipollas de siempre. Me esfuerzo por ello, no creas a mí misma me resulta amargo pensarlo. Si dejo de ser esta gilipollas, envejeceré para siempre.
Te he dado el poder de que me dejes tirada, de hacerme sentir "abandonada" dios mío, qué mal me encuentro. Qué error.
No volverá a suceder.
Borraré tu huella de mi alma, no puedo soportarte.
La rabia me rasga, se apodera de mí. Solo tengo palabras para romper, cegar, gritar y he de apretar los dientes.
Ahora deseo que sigas lamentándote, como hiciste aquella vez que me conociste ya que a través de tus heridas fue como te las ingeniaste para llegar hasta mí. Qué perdido parecías.
Qué mierda tan enorme.
Hasta nunca.