miprimita.com

El Gran Juego IV: La temida enculada

en Sexo Anal

Nayat abrazó con la lengua el sobrecargado clítoris para sentir como las contracciones de Eva se iban espaciando, cediendo poco a poco. Selló con los labios la húmeda vagina y presionó fuertemente con la lengua en su interior, a fin de prolongar aún más el último estallido del orgasmo.

Eva se retorcía con las piernas abiertas sobre la colchoneta, apretando contra su sexo la cabeza del cazador. Las olas de placer iban y venían…se trataba de un placer sucio a golpe de lengua, un placer que abarcaba la raja entera de su coño pero también su sorprendido y ya algo dilatado ano…tórrido agujero que, babeante, continuaba clavándose en los enhiestos dedos del cazador con cada rebote, hasta el punto de notar cada anguloso nudillo incrustado en su interior.

--Vamos, vamos…--resolló Nayat restregando la boca contra el acalambrado coño, con los ojos entrecerrados, los dientes apretados, afanado en meter y sacar los dedos una y otra vez del cuerpo de Eva—córrete, mi amor…córrete, puta…

Levantó levemente la cabeza y desde aquel lugar entre las piernas de ella contempló las últimas sacudidas del voluptuoso cuerpo.

Eva abrió a su vez los ojos, sintiéndose observada en medio de su orgasmo. Encontrarse con la mirada fija de Nayat escrutándola desde su sexo abierto, y con la torva sonrisa jadeante que dejaba entrever parte de sus dientes, le hizo retorcerse de nuevo en un último espasmo. Se agitó y culeó salvajemente para deleite del cazador, incrustándose en los lentos aleteos de su lengua tanto como en sus rígidos dedos.

Apenas la infeliz mujer hubo terminado de correrse, Nayat le asió los tobillos con fuerza y de un súbito impulso levantó sus piernas en vilo, para comenzar a lamerle el ano con total comodidad. Las rodillas de Eva cayeron a la altura de su frente, quedando su culo abierto y desprotegido completamente a disposición de los dedos y la lengua del cazador, quien la acariciaba y chupaba cada vez con más codicia.

De pronto, las nalgas de Eva se agitaron al sentir que Nayat las separaba con ambas manos haciendo gala de cierta brusquedad.

--¿Qué…qué vas a hacer?—jadeó con la voz rota por el deseo y por la sorpresa.

Nayat sonrió mientras contemplaba la enrojecida raja del culo de su compañera.

--Voy a hacerte un dedito hasta que te corras de nuevo, mientras te como el culo…--murmuró a través de su sonrisa—tranquila, putita, ya verás cómo te gusta…

Acto seguido, sin más dilación, Eva sintió la caricia endurecida y húmeda de la lengua del cazador entre sus nalgas, deteniéndose unos segundos a las puertas de su agujero. Gimió sin poder controlarse mientras Nayat le acomodaba las caderas, sujetándola por detrás de las rodillas con su mano izquierda, y deslizaba entre los pliegues de su sexo un experto dedo de su mano derecha.

--Relájate, puta—murmuró entre dientes. Aunque lo dijo con suavidad, sonó más a orden que a consejo…

No bien hubo dicho esto, el cazador volvió a la carga, volcando sus babeantes fauces en las inmediaciones del tembloroso ano. Lo encontró delicioso y abierto, y su erección se engrosó aún más al saborear sus paredes angostas, húmedas y palpitantes. El olor a culo excitado empapó su nariz, y deseo inmediatamente clavar allí la polla a estallar. Tuvo que hacer verdaderos esfuerzos por controlarse y continuar lamiendo aquel túnel chorreante con olor a establo, cada vez más ansioso, cada vez más anhelante.

Trepó con los dedos por el muslo de Eva, a ciegas, hasta alcanzar su entrepierna; palpó el engrosado clítoris y lo frotó directamente con la punta de su dedo, arrancándole a su compañera un nuevo gemido estentóreo mientras se entregaba por completo a él abriendo las piernas al máximo.

La mujer gozaba como una auténtica cerda para regocijo de Nayat… levantaba su culo en pequeños botes para sentir más profundamente la lengua del cazador, como si quisiera hacerla suya…parecía que le enloquecía sentir aquellos rápidos movimientos dentro de sí. Nayat lamía entre jadeos aquella raja caliente, separando ambas nalgas a tensión, alternando suaves y húmedos círculos con la punta de la lengua circundando el esfínter con cálidas penetraciones que empapaban el angosto conducto, lubricándolo de saliva.

--Aaaarggg…hmmmm…Ohmmmm…

Eva se agitaba sobre la colchoneta empapada, arqueaba la espalda en un ángulo imposible, se retorcía y gemía con los dientes apretados como una burra cachonda durante el apareamiento. Nayat ya no la masturbaba; había dedicado por entero la mano derecha a mantenerle abierto el culo, separando bien las nalgas para poder penetrar la abertura entre ellas con total libertad…todo el placer que Eva sentía se originaba dentro de su ano expuesto, motivada por aquella boca acariciadora, por aquellas húmedas penetraciones a golpe de lengua.

Nayat emergió del húmedo pozo y tragó saliva.

--¿Te está gustando, zorra?—rezongó con voz acuosa.

Incapaz de hablar, sintiéndose de nuevo al borde del orgasmo, Eva movió en el aire las caderas por toda respuesta en busca de aquella lengua que sólo por unos instantes la había abandonado. El coño y el culo le temblaban, le ardían.

Pero en lugar de volver a lamer, Nayat la penetró el ano de golpe con dos de sus dedos. Eva sofocó un grito y se quedó quieta cuando sintió aquella súbita rigidez rompiéndola el culo con decisión. Los dedos entraban y salían con una facilidad deliciosa del resbaladizo túnel…Nayat se sintió morir.

--Me estoy follando tu culo con los dedos, puta—masculló, mientras le masajeaba el enrojecido ano para volver a penetrarla con fuerza--…me pregunto cuántos dedos te caben ya en este culito de cerda…

Sacó los dedos y se los humedeció en la boca, a fin de lubricarlos un poco más, para continuar follando el apretado anito hasta el fondo, introduciéndolos hasta los mismos nudillos que golpearon entre las nalgas de Eva, clavándose en la húmeda raja del culo.

--¿Te hace daño?—gruñó mientras movía los dedos a derecha e izquierda, tratando de ensanchar aún más el esfínter.

Por toda respuesta, Eva apuntaló los codos en la colchoneta para sostener su propio peso y se separó ella misma violentamente las nalgas, entregándole a Nayat el dilatado agujero para que lo tomara como quisiera.

--Hmmm…--gimió el cazador, inclinándose sin poder contenerse para olfatear de nuevo aquella sudorosa raja entre las dos montañas de carne—vamos a probar un dedito más…

Lamió de nuevo sin poder evitarlo, y a continuación introdujo de nuevo dos dedos en el oscuro agujero, para luego añadir un tercero despacio…no quería por nada del mundo destrozarla el culo si todavía éste no estaba lo suficientemente dilatado…ya habría tiempo para follárselo salvajemente cuando su polla entrara sin problemas.

Sin embargo, el culo de Eva aceptó encantado los tres dedos de Nayat, casi sin oponer resistencia. El cazador se movió despacio dentro de ella, sintiendo una deliciosa presión que poco a poco, más rápido de lo esperado, fue aflojándose entre tanta humedad y tanto entrar y salir…

--¿Quieres un poquito de mi polla?—preguntó, ardiendo en deseos de comenzar a follarse de verdad aquel culito.

Eva se retorció contra su mano y se clavó aún más en sus dedos, abrazándolos con su apretada humedad.

--Contesta, putita…--Nayat se mordió el labio luchando por contenerse y sacó los dedos para darle una suave nalgada—tengo que saber lo que deseas…

Eva reaccionó ante aquella frase con nuevos botes de gozo, llevando uno de sus propios deditos con vicio hacia su coño humedecido necesitado de caricias. Al contemplar aquello Nayat bufó de deseo con una excitación que casi le sobrepasaba, y se tocó a sí mismo por impulso. Pasó levemente la mano con un rápido movimiento sobre sus pelotas, y las notó calientes, a tensión contra la palma de su mano. Cerró de nuevo el puño en torno al tronco de su miembro y se masturbó moviendo la piel hacia arriba y hacia abajo un par de veces, sintiéndose al borde del precipicio cuando pequeñas gotitas de humedad—incapaces de preñar—asomaron al inflamado glande.

--Contesta, mi amor—la espoleó con voz ronca, dándole una nalgada más fuerte que tensó el cuerpo de Eva en una instantánea convulsión.

--Sí…--consiguió articular esta con la voz goteante. Un hilillo de baba se escapó de entre sus labios al hablar—quiero tu polla…por favor…

La piel le quemaba en el lugar donde la mano del cazador acababa de estrellarse, perlada de un suave resplandor rojizo.

--Ohhhhmmmggg…--Bufó Nayat. La demanda de Eva había sonado casi como un ruego, casi como un sollozo.

Sin poder esperar más se arrodilló frente a las piernas elevadas de Eva y la asió de las caderas con fuerza para atraerla hacia él. Eva tembló al notar la piel de los muslos de Nayat contra sus nalgas, y elevó la pelvis para nivelar su ano ante la gruesa polla que tanto necesitaba.

--Tranquila, mi dulce putita…--gruñó el cazador entre dientes—poco a poco…--tomó aire trabajosamente--poco a poco…

Cuadró el culo de Eva contra sus caderas tensas y guió la punta de su miembro con la mano entre las ávidas nalgas.

--Ohhh…--gimió cuando sintió aquel calor latente, al comenzar a follarla suavemente con la punta del glande.

Empujó un poco con la pelvis, a fin de asegurarse el inicio de la penetración, y agarrando a Eva de la cintura la atrajo de nuevo hacia sí. La mujer abrió las piernas y descansó la columna lumbar a lo largo de los muslos del arrodillado cazador, dejando caer los brazos perezosamente a lo largo del cuerpo.

--Quítate la camiseta…--murmuró Nayat—quiero ver cómo se mueven tus tetas mientras te doy por el culito…

Embriagada por la placentera sensación que le producía tener el inicio del esponjoso glande dentro del culo, Eva se despojó como pudo de dicha prenda, obediente.

--Ohh,…qué bien…--jadeó Nayat, al contemplar las globosas y blancas formas que asomaban prácticamente fuera del sostén, agitadas por la fuerte respiración—sácate las tetas, vamos…--exigió—quiero verlas bien…

La puta sacó sus generosos pechos igual que tiernos flanes coronados por los endurecidos pezones, que quedaron desbordando el sostén como si éste se tratara de un arnés absurdo de encaje blanco.

--Uuufff…

Nayat comenzó a follarla con cierta delicadeza, despacio, tan solo insinuando el glande. Extendió la mano y pellizcó con fuerza el pezón que le quedaba más cerca, moviendo las caderas rítmicamente, pasándose la lengua por los labios y cerrando los ojos. Dios, cómo estaba disfrutando.

Avanzó un poco más, introduciendo unos centímetros del grueso capullo de su pene dentro de aquel goloso culito…

Eva se agitó al empezar a sentirse desgarrada por aquella presión que no admitía réplica.

--Tranquila, tranquila putita…--Nayat retrocedió inmediatamente, permitiendo de nuevo que sólo el inicio de su glande socavara las codiciadas profundidades—sólo la punta, no te preocupes…por ahora sólo la punta…

Eva abrió más las piernas y abrazó con ellas las caderas del cazador, que se movían despacio adelante y atrás bombeándola suavemente. Era un verdadero placer sentir aquella cosa gorda e inflamada dentro del culo, a pesar de la presión…

Nayat comenzó a moverse más rápido, luchando contra sí mismo para no destrozar a Eva con una penetración brusca y definitiva. Se moría de ganas de clavarse allí…pero no, no podía hacerlo todavía.

--Aún no estás lo suficientemente dilatada, mi amor…--murmuró, conmovido por la entrega de su amante, que aceptaba de buen grado el incipiente dolor que le provocaban los pocos centímetros de polla que se introducían en ella—Tranquila…

Salió de ella y la contempló con ojos brillantes.

--Ponte a cuatro patas…--murmuró con suavidad—y espérame un momento…

Agarró su erección palpitante y se levantó para voltear de nuevo el reloj de arena, en cuyo lóbulo superior sólo quedaba un insignificante montoncito de fino polvo roja. "Qué rápido se extingue el tiempo" se lamentó, y volvió a colocarlo sobre el escritorio. La arena comenzó de nuevo a resbalar rauda por el pequeño estrechamiento de cristal…"ya es la tercera vuelta…"

Sonriendo, se giró hacia Eva y comprobó que le esperaba en la posición que él le había encomendado.

--Qué dócil eres, mi putita…--murmuró, acercándose a ella—no tienes por qué serlo…si algo no te apetece, tan sólo dímelo…

Eva torció la cabeza hacia él para mirarle a los ojos, y esbozó una sonrisa febril. Por primera vez tuvo una vista completa del cuerpo desnudo de su ángel, de sus angulosos hombros por los que se derramaba su pelo oscuro, de sus brazos firmes, de su engrosado falo pulsante surcado de venas cuyo goloso glande apuntaba a ella dulcemente…

--Ven…--musitó Nayat, colocando la silla que había junto al escritorio de frente a su compañera, apoyando el respaldo contra la pared y ofreciéndole el asiento tapizado—descansa aquí los brazos, cariño…no quiero que te canses…pero antes ábrete el culito tú misma para que pueda ver cómo estás…

Eva gateó con las rodillas acercándose a la silla, y arqueó la espalda elevando el trasero para mostrárselo mejor a su ángel. Nayat tembló y su abdomen se contrajo de pronto provocándole un jadeo, al sentirla tan cachonda.

--Qué caliente estás, puta…

Se colocó detrás de ella a tiempo para ver cómo separaba sus nalgas con sus propias manos mostrándole el tímido agujerito levemente ensanchado.

--Hmmm…

Nayat se agachó y escrutó en la oscuridad para comprobar el grado de dilatación de aquel culo que tanto deseaba follarse.

--Bien…

Se irguió de nuevo.

--Cierra los ojos, putita—murmuró con una sonrisa—te estás portando muy bien y voy a darte una sorpresa…

Buscó en el suelo a pocos pasos, allí donde había dejado los objetos que con anterioridad había sacado del armario. Caviló durante unos instantes y finalmente escogió uno de ellos que—o al menos eso le pareció—tenía las proporciones adecuadas para lo que se disponía a hacer.

--Ábrete más el culo…--jadeó, colocándose de nuevo detrás de ella al tiempo que bañaba el objeto con el gel lubricante—y disfruta…

Eva separó aún más sus nalgas, mostrando la enrojecida raja, tensando al máximo la piel que circundaba el oscuro y dilatadito ano. De hecho se abrió tanto y con tanto empeño, que un leve gas escapó a traición con un sonido parecido a un susurro.

La pobre mujer se tensó inmediatamente al sentir aquel escape involuntario.

--Lo siento…--murmuró, muerta de vergüenza.

Nayat sonrió y la besó levemente en la encrespada espalda.

--No pasa nada, amor…es normal después de penetrarte tanto…no te preocupes por eso, sigue disfrutando.

--Lo siento…

Sin soltar sus nalgas, Eva elevó aún más el trasero para mostrarle a su ángel lo que le pedía, sintiéndose vagamente culpable.

--No te preocupes…--reiteró Nayat—me encanta que seas tan humana…

"Tan cerda" estuvo a punto de decir, pero no quería que Eva se sintiera peor.

Dicho de esto le lamió de nuevo la raja del culo, demostrándole que aquel escape le importaba bien poco, y acto seguido penetró de nuevo en su ano con los dedos impregnados en el denso gel.

--Voy a lubricarte un poquito más…

Tapizó a conciencia las paredes del recto tenso, y cuando consideró que era suficiente introdujo en él, poco a poco, la punta de algo suave y compacto, duro…

Eva gimió y se movió levemente en torno a aquel objeto cuya punta ahondaba en sus profundidades.

--Ahh…--sofocó un gemido--¿qué…qué es esto?...

--Es un dilatador, putita…--murmuró Nayat, introduciendo lentamente el consolador unos centímetros más adentro—te voy a dejar el culo tan abierto como el coño de una vaca…

Se acercó más a Eva y deslizó los dedos entre sus muslos, sujetando el consolador con la mano izquierda, y comenzó a masturbarla con la mano derecha desde atrás. Acarició tiernamente los inflamados labios menores y dejó que la punta de su dedo se deslizara sola, guiada tan solo por la humedad, hacia el abultado centro de su placer.

--Vamos a ver si con esto te empapas otra vez…--musitó con dulzura—quiero que me dejes el dedo empapado, puta…

Eva gimió y movió las caderas en torno a las flexibles caricias del cazador, con el culo lleno de polla ficticia. Nayat aprovechó para ahondar unos centímetros más con el consolador hacia dentro.

--Cómetelo, puta…--continuó hablándole mientras poco a poco metía el objeto con firmeza, sin dejar de masturbarla. El culo de Eva estaba tan lubricado que chorreaba goterones de gel que se estrellaban contra la colchoneta—cómetelo entero…

El ano de Eva comenzó a gozar, adaptándose a la insistente presión. Poco a poco la tensión inicial fue dando paso a la glotonería, al deseo de engullir aquella cosa, de sentirla dentro del culo en toda su plenitud…

Nayat deslizó el consolador hasta la mitad con un movimiento algo más brusco, sintiendo que el cuerpo del objeto—ligeramente más grueso que la punta—se deslizaba prácticamente sin resistencia dentro del recto untado de gel.

--Eso es…--jadeó, frotando su erección contra la parte posterior del muslo de Eva. Gimió al sentir el calor de la piel directamente en su polla y se restregó contra la trémula carne—Deja que entre…

Eva ya no podía elevar más las nalgas. Los dedos de Nayat la guiaban de nuevo lentamente hacia el orgasmo y la presión que sentía en su culo al abrirse camino el resbaladizo objeto le estaba produciendo un placer completamente nuevo, oscuro e irrefrenable. Deseó tener el coño lleno de otro objeto similar…o de la enhiesta y gruesa polla de Nayat. Imaginó que era precisamente el miembro del cazador el que le rompía el culo…y se movió bruscamente para clavarse más aquel objeto endiablado, obviando la leve molestia de su ano a tensión, deseando devorar aquel falo de plástico duro…

Nayat culeó furioso contra el muslo de Eva al sentir su excitación. Sumergió de golpe el objeto dentro del goloso culo casi en su totalidad, pudiendo rozar la húmeda raja con la mano que lo sujetaba.

--Ya está, puta…--jadeó, clavando su húmedo glande en algún lugar de su piel—te lo has comido…

--Hmmmm…

Eva gimió al sentir los dedos del cazador paralizados por un instante dentro de su coño mojado y abierto por la excitación. Se movió, con aquel objeto clavado en su culo, para mostrar su protesta, buscando de nuevo la estimulación…

El cazador no se hizo esperar. Sujetó con suavidad el dildo para que no resbalara hacia fuera—aunque estaba claro que el culito de Eva ya no lo iba a rechazar—y penetró suavemente con la punta de sus dedos la chorreante vagina.

--¡¡¡Hmmmmmmmmm!!!—Eva rugió como un animal, con los dientes apretados, y comenzó a moverse enloquecida contra aquel dedo que tan solo se insinuaba en su entrada.

--¿Quieres más, cariño?—preguntó Nayat, la voz entrecortada por la tensión.

--¡¡¡Síííí…!!!—Exclamó ella, casi con desesperación, bañando con sus flujos los dedos de su ángel.

--¿Te duele el culito?—jadeó Nayat, masturbándola con empeño, frotando directamente el demandante clítoris con decisión.

--¡¡No!!—Gritó Eva, moviendo las caderas de forma automática.

--¿Te gusta?

--¡¡Sííí!!

El cazador detuvo en seco sus caricias, dejando a su pobre víctima de nuevo al borde, al límite. Un toquecito más, un leve roce…y Eva se precipitaría de nuevo al punto de no retorno, al orgasmo que ya se perfilaba en sus húmedas e inflamadas entradas.

Se inclinó sobre ella, grabando sobre la piel de su espalda las rápidas respiraciones, y se acercó a su oído.

--¿Te parece que cambiemos esta cosa por mi polla, para que pueda follarte y acariciarte bien a gusto?

Eva gimió largamente y culeó furiosa buscando de nuevo el dedo de Nayat.

--Vale…--resolló el cazador.

Temblando por el ansia, extrajo de un tirón el consolador manchado de lubricante y de oscuras interioridades, provocando en su compañera un aullido goteante de placer.

--Qué guarra eres, puta—gimió mientras dirigía el palpitante glande a las puertas de su ano—eres una cochina…cómo me gustas…

Situó la húmeda punta de su miembro dentro del dilatado ano, y sin poder aguantar más tiempo penetró el culo de Eva con un golpe seco de caderas.

--Hmmmmmm…--gimió esta al recibirle, notando la dureza intrusa que se clavaba en ella sin miramientos. El diámetro de la polla de Nayat era algo mayor que el del juguete…pero qué placer la estaba dando…

Eva le acogió en sus cálidas profundidades sin apenas resistencia, pero con apremio. El cazador estuvo a punto de derramarse en el mismo momento en que notó el abrazo de aquel ano que se contrajo inmediatamente, nada más sentirle dentro. Se mantuvo quieto unos instantes, palpitando dentro del culo de su compañera, tanto por no querer lastimarla como por evitar explotar en una monumental corrida.

--Tranquila, mi amor…--murmuró, acariciando torpemente la torneada cintura de su amante, mareado por el deseo—si te duele dímelo…

--No…--la negativa de ella se ahogó en una especie de lloriqueo—fóllame más, por favor…

--Dame un momento, cariño…--jadeó Nayat, reptando con los dedos más allá del palpitante estómago de ella para masajearla el coño, cuyos labios mayores se perfilaban engrosados e ingurgitados ahora que su culo estaba lleno de polla—acabo de penetrarte y quiero aguantar…--lanzó esta última escusa entre dientes, sin poder evitar dar un nuevo golpe de cadera contra las temblonas y abiertas nalgas.

--Qué caliente tienes la raja del culo, zorrita…

Era cierto. Sentía aquel lugar abierto entre las nalgas como fuego líquido contra su abdomen. Culeó una vez más, bombeando su miembro hasta el fondo de aquel túnel de oscura miel.

Eva se movió contra él, pidiéndole más.

--Dame bien por el culo…--jadeó de pronto—quiero que me folles el culo hasta que te corras, Nayat…

--Uuuaaafff…

El cazador no pudo esperar más.

Perdiendo casi la noción de sí mismo, cerró su mano izquierda en torno a la cadera de Eva como si de una garra se tratase, y atrajo aquel insolente culo hacia su pelvis, clavándose dentro por completo. Sin relajar la presión de sus dedos sobre la piel, comenzó a darla, una y otra vez, golpeando fuertemente las caderas contra su culo provocando un sonido semejante a palmadas huecas, arremetiendo contra Eva hasta el punto que ésta tuvo que abrazarse a la silla para no caer…Si la silla no hubiera estado apoyada contra la pared, probablemente ambos hubieran perdido el equilibrio.

Eva comenzó a gemir de manera constante, respirando entrecortadamente, disfrutando de la follada. También ella golpeaba, también iba al encuentro del estómago duro como una tabla empapado por sus propios jugos.

Nayat movía la mano rítmica y mecánicamente dentro del coño de Eva, mientras la sujetaba con la otra mano para que no se le escapara. Entraba y retrocedía una y otra vez, sabiendo que si salía del todo para penetrarla de golpe se correría sin remedio.

--Me voy a correr dentro de poco, Eva…--jadeó pronunciando por primera vez su nombre--¿Quieres que me corra aquí, dentro del culo?

--¡¡Sííí!!—Chilló ella culebreando, revolcándose contra la raíz de su polla a reventar—córrete dentro, Nayat, por favor…

BUM, BUM, BUM…

Las embestidas cada vez eran más secas y vigorosas, a medida que el cazador daba rienda suelta su deseo y se dejaba arrastrar por él, dejando su cerebro de coordinar cada uno de sus movimientos.

--Eva…cariño…

No le dio tiempo a decir más. Sintió una tensión brusca en el abdomen, así como un placer intensísimo, como cosquillas violentas, que ascendía desde sus testículos hasta el troco recio de su pene sin posibilidad de vuelta a tras… Asió las caderas de Eva con ambas manos y arremetió de golpe contra ella, de forma brutal, comenzando a derramarse en chorros calientes mientras la enculaba bien, bombeando una y otra vez, desbordando con su leche el tierno culito que le abrazaba contraído por el orgasmo que a su vez sacudía las caderas de Eva y le guiaba hacia dentro, hasta el fondo de su culo.

--Ahhhhhhhhhhmmm…

El cazador dejó escapar un gemido prolongado, animalesco, cuando sintió que finalmente explotaba, disparando densos cuajarones que parecían no terminar nunca…

Sin dejar de cabalgar a su compañera enérgicamente, azotó con rabia su nalga derecha, en la cúspide del placer. Sus afilados caninos asomaron entre sus labios entre abiertos, mostrándose en su total extensión más allá de las retraídas encías, produciéndole un nuevo espasmo a caballo entre el dolor y el goce. Agarró los cabellos de Eva con una mano y tiró fuerte; clavó las uñas de su otra mano sobre la tersa piel de su cintura hasta hacerla gritar…la odió y la amó al mismo tiempo…

--¡Qué perra eres!—gritó mientras luchaba por destrozarla en las últimas acometidas, vagamente consciente de lo que hacía o decía, sabiendo aún así el principal riesgo que entrañaba su estado…

--¡¡Hijo de puta!!—Bramó Eva, en la cima de su propio orgasmo, masturbándose furiosamente mientras sentía el semen caliente de Nayat inundándola por dentro, las uñas clavadas y los azotes—Hijo de puta…

Muchas gracias por haber llegado hasta aquí…CONTINUARÁ.

Mas de Dark Silver

Nuestra Perra: XV

Nuestra perra-XIV

Nuestra perra: XII

Nuestra perra-XIII

Nuestra perra -II

Nuestra perra: introducción.

Nuestra perra-I

Nuestra perra-IV

Nuestra perra -III

Nuestra perra-XI

Nuestra perra-X

Nuestra perra-IX

Nuestra perra-VIII

Nuestra perra-VII

Nuestra perra-VI

Nuestra perra-V

Sonia y Joan

Y qué más dan churras que merinas

Fight (2)

Fight!

Nimbo (6: Llámame Amo)

Nimbo (2: El primer juego como Estaño)

Nimbo (5: El regreso del Señor G)

Nimbo (4: Una oportunidad y un gran error)

Nimbo (3: no hay mal que por bien no venga)

Nimbo: cadenas de libertad

Gabriel

Los ojos de la tierra

La fiera sola

Canción del ángel custodio

Fabián se desata

Mujer sola (3)

Mujer sola (2)

Mujer sola (1)

Orgía en el contenedor

Las tribulaciones de Txascus

El Gran juego III: Quiero tu culo.

El Gran Juego II: En la guarida del monstruo

El Gran Juego

Piano, piano...(2)

Rabia

Piano, piano

Sexcitator: Epílogo (cago en la leche, por fin!!)

Ayer llorabas entre mis brazos

Sexcitator (5: El desafío final)

Sexcitator (4: Lo imposible es posible)

Infierno (2): Annunziatta

La voz que me excita

Un encuentro inesperado

Sexcitator (3: Fuerzas de flaqueza)

Entrevista a Cieguito

Infierno (1): La mansión de las perversiones

¿Crees?

Mi querido amigo Silver (9): ten mucho cuidado

Sexcitator (2): El desafío continúa...

Darkwalker

Mi amante del mar

Mi querido amigo Silver (8): me estás matando

Sexcitator

¡Alex, viólame, por favor!

Soy tu puta

Mi querido amigo Silver (7): En solitario.

Mi querido amigo Silver (6): fiebre

Esta tarde he visto tu sonrisa

Mi querido amigo Silver (5): una buena follada

Mi querido amigo Silver (4): en la boca del lobo

Mi querido amigo Silver (3): Frío en Agosto

Mi querido amigo Silver (2): Hablar en frío.

Mi querido amigo Silver