Servicio Doméstico
"Se busca empleada doméstica sin retiro, para atender a tres
varones jóvenes en todas sus necesidades. Muy buen sueldo. Únicamente domingos
libres. Concertar entrevista telefónica al 5773 - xxxx
Este es un aviso que apareció en la sección de avisos clasificados de un
conocido diario de la ciudad. Germán Hansel recibió tres llamados respondiendo
al aviso.
El primero de ellos era una joven que buscaba ubicarse como empleada para
quehaceres domésticos solamente. No era lo que se buscaba. El segundo llamado se
trataba de una puta que no tenía intenciones de hacer ninguna otra tarea que no
fuera la sexual. Tampoco era lo buscado.
Finalmente llamó Vicenta Santibáñez, joven de 21 años, nacida en Madrid, que
había servido en una casa de familia compuesta por el matrimonio, una hija de 19
años y un hijo de 15. Aparte de sus tareas domésticas, debía satisfacer la
curiosidad del varón. Había tenido que desnudarse varias veces delante del joven
y la había penetrado en tres oportunidades, sin acabar en su interior.
A Germán le pareció que podía ser la candidata ideal para lo cual la citó para
una entrevista al día siguiente.
A media mañana se presentó Vicenta, luciendo una corta pollera a cuadros y
camisa blanca. Sus un metro sesenta y cinco centímetros de altura, sus ojos
negros y las medidas ( 93 65 y 98) hacían un conjunto apetecible. Germán
explicó que debía atender a Santiago, (20 años), Ariel (18 años) y Nicolás (Nico
de 15). Sería su trabajo arreglar sus habitaciones, planchar la ropa y acceder a
sus requerimientos sexuales. Debía tener en cuenta que Nico no había tenido aun
relaciones sexuales, por lo cual debía actuar con cierta delicadeza.
Debería trabajar de lunes a sábado inclusive, teniendo libre el domingo. Vicenta
estuvo de acuerdo en las condiciones y aceptaba el ofrecimiento. Antes de
arreglar la contratación Germán quiso conocer algo más de su cuerpo por lo que
le pidió que se desnudara para observar con detenimiento sus intimidades.
Vicenta sin vacilar comenzó a quitarse la ropa, quedando solamente con unas
diminutas bragas.
La tetas de Vicenta eran muy firmes y tenía una muy bien torneadas piernas. El
culo parecía también muy firme y Germán le pidió que se sacara la bombacha. Así
lo hizo y pudo comprobar la excelente figura de la muchacha. Sí le indicó que
debía tener la concha depilada para facilitar la entrada y vista de sus
intimidades. Germán tocó los pezones e introdujo un dedo en la apretada vagina
que estaba algo húmeda.
Aprobado el examen físico de Vicenta quedaron en que comenzaría al día siguiente
su tarea. La instalación de un espiral en su vagina evitaría la posibilidad de
embarazo. Los días de menstruación y de acuerdo con los requerimientos de los
jóvenes, debía tener preparados las otras dos entradas.
La condición importante que puso Vicenta era no ser tratada como una puta y nada
más. Si bien su trabajo implicaba que una parte de su tiempo debía ceder su
cuerpo, ella no era una puta. Así también lo entendió Germán, quién le dio las
seguridades que de ninguna manera sería considerada una ramera, sino una
compañía para los muchachos.
Germán les anunció a sus hijos que a partir del día siguiente tendrían una nueva
mucama, sin darles detalles del acuerdo de otros servicios. Ya los muchachos
avanzarían por sí solos en los requerimientos. Casualmente la habitación
destinada a Vicenta era contigua a los tres dormitorios de Santiago, Ariel y
Nico.
El primer día de Vicenta fue de mucho trabajo como mucama. Los tres varones
tenían ropa por todas partes, que había que acomodar y lavar y planchar. Ya el
segundo día tuvo tiempo libre. Los únicos que estaban en la casa eran Vicenta y
Nico. Ya estaba terminando la habitación de Nico cuando sintió una mano que se
deslizaba por debajo de su falda para acariciarle el culo.
-Nico, no te portes mal.-
-No me porto mal. Solo quiero tocarte el culo y la conchita.-
Acarició el culo y luego deslizó la mano hacia delante tocándole los labios a
través de las bragas y notó que estaba depilada.
-Veo que no tienes pelitos por aquí. Vas a tener que mostrarme.-
-Si no se lo dices a nadie, ahora me iré a duchar. Te dejaré estar en el baño.
¿Quieres?-
-Por supuesto!. Ya la tengo dura.-
-Despacio Nico. No te permitiré más que me veas desnuda.-
Se dirigieron a la habitación de Vicente. Esta comenzó a quitarse la ropa.
Terminó sacándose el corpiño y la bombacha en el baño ante los ojos desorbitados
de Nico, que no pudo contenerse y acarició las tetas. La muchacha se metió
debajo de la ducha.
Luego de secarse, Nico comenzó a recorrer todo su cuerpo con las manos. Pasar
los dedos por esa concha depilada, apoyar sus labios en los duros pezones y
sentir el palpitar de Vicenta excitaba más aun a Nico. La mucama le propuso que
volvieran al baño que ella le ayudaría a masturbarse. Nico accedió. Con dos o
tres movimientos de la mano de Vicenta sobre el pene de Nico bastaron para que
saliera un potente chorro.
Vicenta volvió a la habitación y comenzó a vestirse.
-Tienes un cuerpo magnífico. ¿me dejarás verte desnuda, acariciarte otras partes
con frecuencia?
-Todo depende si te portas bien y no me das mucho trabajo con tu habitación. Yo
quiero cuidar el trabajo y no por complacerte a ti dejaré de hacer el trabajo de
mucama y que tu padre me eche.-
-Está bien, no dejaré desordenado pero tú tienes que dejarme tocarte.-
-Trato hecho, pero debemos ser discretos. No sé que diría tu padre si me ve
dejándome sobar las tetas o el culo en su propia casa.-
-En todo caso se las agarraría conmigo. Déjame meterte la mano debajo de la
bombacha otra vez. Esa conchita depilada me vuelve loco.-
-Nico, creo que por hoy es bastante. No soy una puta para que me estés tratando
así. Una tocadita nada más, como la que has tenido. Luego te olvidas del
asunto.-
Como comienzo no estaba mal. Nico era un poco tímido. Había que ver qué pasaba
con Santiago y Ariel. Tenía la intuición que Ariel estaba muy caliente y con
unas ganas bárbaras de cogérsela.
Por la noche llegó Santiago. Le pidió que le indicara, en su dormitorio dónde
había puesto su ropa que no la encontraba. Es realidad era una excusa para que
Vicenta fuera a allí. Una vez en el lugar y luego de encontrar su ropa,
acercándose por atrás le apoyó su duro pene contra el culo mientras con las
manos acariciaba las tetas por encima del vestido. Muy pronto lo desabrochó
parcialmente para llegar a los pezones sin impedimento alguno.
Vicenta dejó hacer. Santiago bajó las manos para acariciarle el interior de sus
muslos, Le sacó el vestido y Vicenta quedó con su ropa interior. Siguió con la
exploración de todas las partes de Vicenta y concluyó quitándole toda su ropa.
Así desnuda la acostó en su cama y quitándose sus propias prendas se tendió a un
costado de la mujer continuando con las caricias.
Poco después la calentura de Vicenta también se hacía evidente. Su vagina estaba
muy húmeda y gozaba enormemente las chupadas de sus pezones. Instantes después
sintió el viril miembro penetrando en su interior.
Había tenido experiencias sexuales anteriores, pero quizás por el tamaño del
pene, quizás por el precalentamiento con Nico o simplemente por las ganas de
coger, se sintió gozosa como nunca lo había hecho antes. El orgasmo fue casi
simultáneo.
-¿Te la han metido alguna vez por el culo, Vicenta?- preguntó Santiago.
-No, nunca. Supongo que me va a doler un poco, sobre todo con esa polla gruesa
que tienes.-
-Quizás la primera o segunda vez. Luego no. Me parece que tú también quieres
experimentar el sexo, así que lo mejor será coger con mucha frecuencia.-
-Las veces que tú quieras, pero no debes olvidar que debo hacer la tarea de la
casa. Mi primera obligación es tener la casa en orden.-
-Estás completamente equivocada. Tu primer tarea será separar tus piernas
bueno,
ya nos vamos a organizar para que tengas un tiempo libre. Te digo que esa
conchita así afeitada me pone muy nervioso. No te sorprendas si en cualquier
momento te meto una mano debajo de la falda y las bragas para acariciarte.-
-Santiago, no quiero parecer una puta. Podemos tener nuestros momentos íntimos
pero debemos ser discretos.-
-Sí, sí, ser discretos, pero vamos a coger en abundancia. Ahora me voy a dormir.
Mañana debo asistir a la Universidad y quiero estar descansado. Prepara tu
culito...En cuanto te descuides te la meto por atrás.-
-Eres un atrevido. Estaré atenta. Veo que tendré que tener el agujero siempre
bien lubricado cuando andas tú cerca.- Y cerrando la puerta enfiló para su
propio dormitorio.
Cuando estaba abriendo la puerta, apareció Ariel que se metió también en el
dormitorio.
-Vicenta, estaba buscando la oportunidad para hablar contigo. Tengo un problema
muy serio.-
-Me asustas, ¿Qué te pasa?-
-Que cuando estabas acomodando mi dormitorio esta mañana te has agachado y vi
que tenías una bombachita blanca transparente, y me ha calentado mucho. Ahora
que estamos en tu dormitorio me podrías mostrar la ropa interior que usas.-
-El problema muy serio que tienes es que quieres cogerme. ¿Me equivoco? Eres un
calentón. Estos hermanos no me dan tregua.-
-No, no te equivocas. Quiero desnudarte y acabar dentro de tu vagina.-
Veo que eres muy rápido. No pierdes tiempo. Hoy he tenido un día muy agitado.
¿Qué te parece si cogemos mañana por la mañana?-
-Creo que no aguanto. Si estás cansada, aunque sea sácate la bombacha y te la
pongo de parado contra la pared. Descargo la leche y mañana a la mañana, más
tranquilos, cogemos en la cama.-
-Bueno, bueno, el señor está verdaderamente muy apurado. Será mejor
tranquilizarlo. Anda, clava aquí y acaba de una vez, pero te diré que no me
gusta esta forma de coger.-
-No lo tomes a mal. Ya cogeremos más tranquilos mañana. Ahh!, veo que tienes la
conchita depilada. Y como para no calentarse al instante!! Bueno, abre un
poquito más las piernas. Quiero penetrarte bien a fondo.-
-Que chorro!, me has llenado la vagina de semen. ¿Cuánto hace que no coges?-
-Desde el sábado a la noche. Lo hago con mi novia sólo una vez por semana. Es
muy poco y no me alcanza.-
-Bueno Ariel, ahora déjame acostarme, quiero descansar.-
Ariel se retiró un poco más tranquilo. Tendría en casa una vagina bien
predispuesta. Su padre había elegido bien. ¿Le habrá advertido a Vicenta que él
se le iba a tirar?. Creería que no. El viejo muchas veces no se daba cuenta de
nada...
Por su parte Vicenta estaba un poco sorprendida. Si iba a juzgar por lo ocurrido
el primer día de trabajo, podía pensar que gran parte de su tiempo se la iba a
pasar cogiendo, sin embargo pensó que esto era así por la novedad de una
conchita predispuesta en la casa. Había que ver cómo serían los días
subsiguientes.
En la mañana del día subsiguiente Germán llamó a Vicenta a su despacho.
-Has estado dos días trabajando con nosotros. Quiero que me cuentes cómo van las
cosas.-
-Sr. Germán, en el día de ayer tanto Ariel como Santiago descargaron su leche
dentro mío. Nico me pidió que me desnudara y me estuvo acariciando un rato pero
hasta allí llegó la cosa.-
-Bien, está dentro de lo previsto. ¿Te sientes cómoda con los muchachos?-
-Sí, son muy respetuosos pero muy calientes. Veremos Nico qué me pide hoy. Si
quiere coger, ¿accedo o demoro un poco en abrirme de piernas?-
-Trata de demorar un día. Quiero me tengas informado una vez por semana, cuántas
veces has tenido trato íntimo con cada uno, qué te han solicitado, etc.-
-Muy bien señor. Seré discreta pero estará al tanto de todo.-
Luego del almuerzo llegó Nico del colegio. Estuvo atento a los movimientos de
Vicenta. Cuando ésta se dirigía a su habitación, corrió tras ella.
-Me dejarás jugar como ayer, Vicenta?-
-Si, pero debes portarte bien.-
-Está bien, pero sácate la ropa rápido. Quiero observarte bien la conchita.-
Vicenta se quitó lentamente la ropa se acostó sobre la cama para finalmente
quitarse la bombacha. Levantó y abrió bien las piernas quedando su sexo
totalmente expuesto a la curiosidad de Nico, que lo tocaba casi con miedo.
-Vicenta, ¿me vas a dejar que te clave mi pija?-
-Poco a poco, Nico. Por ahora te dejo que me mires y que me toques. Si quieres
mete un dedo adentro de la vagina. Más adelante veremos.-
Nico comenzó a hurguetear en la vagina hasta que introdujo si pulgar totalmente.
Ver esa conchita pelada, con su dedo adentro lo excitó. Se movió hasta alcanzar
con sus labios los pezones que ahora estaban erectos y muy duros. Chupaba como
un niño tomando la teta.
-Para Nico, que vas a dejarme un moretón con el chupón que me estás dando en las
tetas.-
Ahora mordisqueaba esos impertinentes pezones que invadían su boca. Mientras
tanto seguía con su dedo jugando en la vagina. Vicenta sintió que se le venía el
orgasmo. Quiso evitarlo pero no pudo, Las contracciones se sintieron en el dedo
de Nico, que se sorprendió de esta novedad para él. A su vez su excitación llegó
a tal nivel que apenas sintió la mano de Vicenta a través del pantalón, el
orgasmo también le llegó a él, volcando su leche en el calzoncillo y el
pantalón.
-No te preocupes Nico. Te lavaré esas prendas y nadie sospechará qué pasó. Me
parece que andas muy caliente. Debes calmarte.-
-¿Puedo volver a la noche, luego que todos se acostaron para que cojamos.? Tú
sabes que nunca lo hice.-
-Hagamos una cosa Nico. Dejémoslo para mañana cuando vuelvas del colegio. Y
estaré acomodando tu habitación. Tú entras, cerramos la puerta y nos divertimos
un rato. Tus hermanos no estarán y tu padre estará haciendo la siesta.-
-Vicenta, eres un fenómeno. Ven a mi habitación para llevarte esta ropa
manchada. ¡No se lo digas a nadie!-.
Esa fue una noche tranquila para Vicenta. Santiago le acarició el culo y las
tetas mientras andaban por el pasillo de vuelta de la cena. No se le insinuó
para coger. Para Ariel esa era la noche de satisfacción adicional a la de los
sábados, con su novia.
Vicenta ocupó la mañana siguiente en tener todo ordenado antes del almuerzo, así
podía dedicar parte de la tarde a Nico.
Luego del almuerzo llegó Nico, que se encontró con Vicenta en el comedor. Por lo
bajo le comentó.
Apenas puedas ve a mi dormitorio. Luego voy yo.-
Minutos después Vicenta se dirigió al dormitorio de Nico. Éste pasado, un
momento, se levantó de mesa y disimulando la erección que se insinuaba debajo de
su pantalón, también se dirigió hasta allí.
-Nico, ¿qué quieres hacerme? ¿
Me quieres desnudar tú?-
-No es una mala idea. Serás mi esclava y deberás obedecerme. Ahora, muéstrame
las tetas.-
-Sí Señor- y comenzó a desabrocharse la camisa y sacarse el corpiño. ¿Está bien
así Señor?-
-Levántate la falda quiero ver ese culito envasado en la bombacha blanca que
llevas.-
-Ahora sácate la falda, las medias y te quedas con las bragas solamente.-
-Bien, ahora quítate todo y te acuestas en la cama.-
-Pídeme que te coja-
-Señor, Estoy necesitada de sentir su abultado miembro en mi interior. ¡No me
haga sufrir más! Cójame, métemela bien adentro. Estoy desesperada por
recibirla.-
-Muy bien esclava. Así me gusta, que obedezcas mis órdenes.-
Y comenzó el juego sexual. Vicenta estaba divertida jugando a la esclava y Nico
estaba tan obsesionado que no sabía por dónde comenzar a tocarla. Finalmente
Vicenta fue acomodando a su compañero y lo ubicó para iniciar la penetración.
Nico estaba tan excitado que no se dio cuenta cuando la tenía toda adentro.
Finalmente comenzó el movimiento de vaivén. Poco después acababan ambos con un
satisfactorio orgasmo.
Vicenta, conocedora del organismo masculino se quedó quieta unos minutos para
luego comenzar a chuparle el pene. La reacción fue casi inmediata. Otra vez al
palo y se reinició la segunda vuelta. Otro orgasmo de Nico, que le hizo prometer
a su "esclava" que por la noche volverían a tener sexo.
-No te olvides que no eres el único que quiere usar mi
conchita. Debo cumplir con todos y tú has recién comenzado a coger. Ya habrá
tiempo para seguir teniendo sexo.-
Luego de la cena Vicenta fue requerida por Santiago. Cogieron pausadamente y
aunque tenía el culo con vaselina, por las dudas, fue penetrada solamente por
vagina. Terminado el polvo con Santiago se dirigió al dormitorio que Nico que
estaba aguardando expectante.
-Nico, ¿te molestaría si te echas un polvo conmigo?.- Preguntó Vicenta
picaronamente
-¿Molestarme?. Desnúdate enseguida que ya te la estoy metiendo...Lo de esta
tarde fue espectacular!-
Vicente se desnudó mientras hacía lo propio Nico. Se metieron en la cama y el joven acariciaba apasionadamente el cuerpo de Vicenta. Sus tetas le eran amasadas una y otra mientras al mimo tiempo su otra mano explorada otras partes del cuerpo.
Vicenta evitaba ser penetrada para excitar más a Nico, aunque
finalmente se dejó vencer separando sus piernas y recibiendo el pene de Nico,
que rápidamente se corrió en la vagina.
Así terminó la noche. Con pocas variantes fueron los días sucesivos. Si no era
Nico, era Santiago o si no era Ariel. Frente a esta situación, Vicenta los
convocó a los tres para el sábado luego del almuerzo en su dormitorio.
Los he reunido a los tres para que nos organicemos. No escapa a ninguno de los
tres que no me están dando respiro con las cogidas. Lo mejor será que tengamos
un día para cada uno. Podría ser lunes y jueves para Nico, martes y viernes para
Santiago y miércoles y sábado para Ariel. Así durante el día que les toca pueden
requerirme en cualquier momento que estaré a disposición de quién le
corresponda.
-Cómo, ¿Nico también te está cogiendo?- Peguntó Santiago.
-Claro, ya tengo 15-
-Bueno aceptamos tu propuesta. Pero los días que nos toca harás cualquier cosa.
Chuparla, recibirla en el culo o en la vagina, según nuestro gusto.- Comentó
Ariel.
-¿Y si se entera el viejo?, nos mata a todos- dijo Nico.
-No te preocupes Nico. Tu padre sabe todo lo que pasa. Cuando me contrató me
indicó claramente que tendría que satisfacer a los tres en todo lo que
quisieran. Así debo pasarle un informe semanal de los polvos que cada uno se
echa conmigo, si es por vagina, culo o boca y todo otro detalle que considere de
interés.-
-No me digan, el viejo es un genio!!!. Lo tenía todo calculado y yo que creía
que no se daba cuenta de nada. comentó Ariel.
-Ustedes saben que son las primeras veces que se la meto en la concha. ¿También se la puede coger por el culo?¿Cómo se hace?.- preguntó Nico algo intrigado.
-Creo que Vicente no estrenó el culo con ninguno de nosotros, pero lo hará pronto. Tú Nico, deja que Vicenta te indique cuándo se la puedes meter por atrás. No seas apurado.- comentó Santiago.
Vamos a festejar. Vicenta denúdate. Te cogeremos los tres.
-De ninguna manera me desnudaré estando los tres aquí y que luego me cojan.
Quiero cierta intimidad. Comenzaremos a coger mañana, pero siempre de a uno y
por separado. Ahora cada uno a su cuarto. Buenas Noches!-
-No puedes dejarnos así a todos. Aunque sea un polvito rápido.-
-Nada de polvito rápido. Cada uno a su dormitorio. Ahora no
cogeré con ninguno de ustedes.-
El día siguiente, correspondía estar a servicio de Santiago. Vicenta tenía la
vaselina a mano porque seguramente, tal como se lo había adelantado, se la iba a
meter también por el culo.
Alrededor de las 6 de la tarde llegó Santiago de la facultad. Le dijo a Vicenta
que se daría una ducha y que la esperaba en su habitación. La muchacha corrió a
su propia habitación y también tomó una ducha, se puso una bombacha de reducidas
dimensiones, una pollera corta y una camisa de tela muy fina que marcaba
notablemente los pezones. Se perfumó, tomó el frasco de vaselina y se dirigió a
la habitación del joven.
Santiago esta con una bata de seda roja. Ni bien entró Vicenta la besó y comenzó
a acariciarle el culo debajo de la pollera. Notó de inmediato las reducidas
dimensiones de la bombacha calentándolo aun más. Comenzó a desvestirla
quitándole prenda a prenda lentamente hasta que finalmente quedaron al
descubierto esos rojos labios interiores que asomaban entre los blancos pliegues
de la vulva, que comenzó a acariciar, mientras le besaba los pezones.
Transcurridos unos minutos y cuando también Vicenta estaba muy caliente, ella
tomó el frasco de vaselina y se lubricó cuidadosamente el ano, inclinándose
hacia delante para ofrecérselo a Santiago.
-Tú querías estrenar mi agujero. Ya está lubricado pero recuerda que nunca lo hice por atrás. Te pido que me penetres despacio. Creo que puede doler mucho.-
-Yo también es la primera vez que la meto por el culo. Seré cuidado en clavarte.-
Santiago acercó su pene y lentamente fue introduciéndolo en
el apretado agujero. Vicenta sentía como se le iba abriendo el culo y al mismo
tiempo sentía el dolor de la dilatación. Algunas lágrimas abandonaron sus ojos
pero a pesar del dolor seguía gozando de las caricias que su clítoris recibía de
las puntas de los dedos de Santiago y los besos que éste le daba en cuello.
Finalmente todo el pene estaba adentro. Santiago comenzó con el movimiento de
entrada y salida ayudado por Vicenta que había superado el dolor inicial. Nunca
había imaginado poder recibirla por el culo resultando luego una sensación
excitante. Ella misma estaba a punto de acabar. No sabía si por las sensaciones
el culo, los dedos en su clítoris o las otras caricias que recibía en las tetas
y los besos en su nuca. No se pudo contener y Vicenta acabó con contracciones
que se Santiago sintió sobre su pene introducido en el recto.
Retiró de inmediato su pene del culo, la dio vuelta y se la introdujo en la
vagina, mientras la acostaba sobre la cama. Continuó con el movimiento que
volvió a excitar a Vicenta. Poco después acaban, Primero Santiago y luego
Vicenta, con un inolvidable orgasmo.
Había sido una experiencia nueva para Vicenta. Pasada la excitación de la
cogida, comenzaba a sentir nuevamente el dolor en el culo. El miembro de
Santiago era de generosas dimensiones, especialmente su diámetro. La dilatación
había sido importante y ahora sentía sus efectos pero estaba satisfecha de su
nueva experiencia y de haber complacido a Santiago.
Ahora esperaba nuevas órdenes para ver qué le pediría.
Santiago se tomó un descanso mientras abrazaba y acariciaba el perfumado cuerpo
de la mujer.
-Vicenta, luego de la cena te espero aquí otra vez. No quiero volver ahora con
otro polvo. Prefiero una sesión luego.-
-Como quieras Santiago. ¿Vengo directamente para a aquí o prefieres que me ponga
alguna ropa en especial?-
-Quiero que vayas a cenar y luego vengas para aquí, pero que estés todo el
tiempo sin las bragas. Eso sí, no uses esa pollera tan corta porque con
cualquier movimiento, en la cena se verá que estás desnuda.-
-Como tú quieras. Veo que imaginación no te falta. Luego nos vemos. ¿Puedo
decirte algo? Me gustó la entrada por el culo, pero todavía me duele. Me
pregunto, ¿Por qué quererme coger por atrás cuando dispones de mi coño a tu
gusto?-
-Porque es algo poco común para mí. Había leído algo de penetrarlas por el culo y quería saber qué se sentía.-
-Ahora ya lo sabes y yo también. Procuraré tenerlo siempre
bien limpio por si ustedes me lo requieren.-
Así, terminaron de cenar y casi de inmediato Santiago se retiró a su dormitorio.
Estaba algo ansioso esperando la llegada de Vicenta. Una tenue luz iluminaba el
ambiente cuando tocaron a la puerta y entró la muchacha. Ella luego de darle un
beso le preguntó si deseaba que hiciera algo así como un strip tease con música.
Si bien nunca lo había hecho podía ensayarlo en esta oportunidad.
Santiago se sentó en la cama para apreciar el espectáculo. Primero se quitó los
zapatos, luego las medias. Continuó por la blusa, luego el corpiño. Finalmente y
luego de muchas vueltas, la falda. Vicenta quedaba así totalmente desnuda ante
los ávidos ojos de Santiago que ya se notaba el bulto en sus pantalones. Vicenta
se arrastró sobre la cama, bajó el cierre del pantalón y la cintura del boxer.
Apareció ante ella un pene erecto. Abriendo su boca lo introdujo todo lo que
pudo hasta sentir la punta en su garganta.
Lo lamió y acarició con la lengua largo rato. Algunas gotas de semen se
deslizaban hasta su garganta apreciando su sabor. Finalmente comenzó a pasar la
lengua desesperadamente por la glande. El pene parecía que iba a estallar.
Santiago retiró el pene de la boca de Vicenta buscando su vagina, que penetró
sin dificultad. Estaba muy húmeda y lubricada. Los movimientos de Santiago eran
lentos para prolongar el goce del polvo. Tampoco Vicenta quería correrse muy
pronto. Estaba disfrutando más que otras veces. Luego de bombear regularmente
Vicenta no se pudo contener y se corrió. Poco después lo hizo el joven,
descargando una importante cantidad de leche.
Santiago quedó largo rato sobre Vicenta, que acariciaba su espalda. Ambos habían
gozado del polvo.
-Ahora quiero acabar en tu boca. Chúpamela hasta que se ponga dura y salga el
chorrito de leche.- Ordenó Santiago.
-¿Quieres que me trague tu leche?. Nunca lo he hecho. Contigo estoy haciendo
cosas que nunca había hecho ni pensaba que alguna vez podría llegar a hacerlas.-
-Sí, quiero que te tragues la leche y me la limpies con la boca. A ver cómo te
portas...-
Vicenta de inmediato se puso el flácido pene de Santiago en la boca. No habrían
pasado 30 segundos que ya estaba tomando un tamaño que ocupaba toda la boca de
la que parecía una experta chupapijas.
-Sigue, sigue así, que me gusta. Quiero llenar tu boca de leche.-
Vicenta seguía lamiendo y acariciando con la lengua el pene de Santiago. Ahora
lo introducía y lo sacaba con rapidez, rodeándolo con los labios. Poco después
sintió un líquido caliente que mojaba su paladar. Tragó y procedió a retirar
todo resto de semen. Sus labios y comisuras quedaron con restos blancos.
-Me gusta mucho cómo te has portado. Tanto a la tarde como ahora me has hecho
gozar mucho. Te estás ganando el premio a la gran cogedora.-
-Hago lo que puedo Santiago. Cada día me gusta más el trabajo en esta casa y
debo procurar que todos estén satisfechos. Así es que me esmero en el trabajo.-
-¿Te duele todavía el culo?-
-Sí, me duele, aunque menos que cuando nos despedimos a la tarde. Espero que
Ariel no me exija lo mismo mañana, que es su turno. Presiento que el jueves, con
Nico otra vez vaselina. Quedó impresionado cuando hablaste de metérmela por el
culo.-
-Le diré a Ariel que mañana le de descanso a esa parte de tu cuerpo.
Posiblemente el jueves, con el turno de Nico, ya no te duela y te la pueda poner
sin problemas. Veré cómo estoy de ánimo el viernes para metértela o no. Debes
tener la vaselina siempre preparada.-
-Está bien. Si mañana Ariel me da descanso en el culo, creo que no tendré
dificultades si Nico me lo pide. ¿Crees que debería comprarme un consolador para
usar en el culo y así que se vaya dilatando?-
-No, no es necesario. Poco a poco nuestros penes te dejarán el culo en
condiciones sin necesidad de métodos artificiales. Si te la metiéramos muy de
vez en cuando, sí convendría que te pusieras un consolador para dilatarte un
poco el culo, pero con la frecuencia que entraremos por atrás, no hace falta-
-Bien, si estás satisfecho, me voy a mi dormitorio. Quiero descansar que ya es
tarde. Veo que mi ano será un objetivo frecuente de las envestidas de los
chicos.-
-Sí Vicenta, ve a la cama y que sueñes con los angelitos y recuerda tener tus
agujeros siempre listos, como los boy scouts. Te aseguro que los usaremos
todos.-
-Creo que voy a soñar con otra cosa, cilíndrica y bien carnosa...-
-Nos dices a nosotros, pero creo que tú también eres insaciable.-
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Era el día de Ariel. Ni bien regresó de sus obligaciones invitó a Vicenta a su
habitación.
-Te voy a desnudar lentamente y me quedaré con tu bombacha de recuerdo-
-Pero Ariel, he usado esa bombacha todo el día!. Si quieres te doy una limpia.-
-No, quiero ésta que estás usando ahora.- y comenzó a sacarle las distintas
prendas mientras acariciaba todo su cuerpo.
Santiago me dijo que no te la metiera por el culo porque estarías algo dolorida.
¿Es así?-
-Sí, todavía me duele el culo. Ayer por primera vez la recibí por atrás. Te pido
por favor que uses mis otros agujeros pero no el culo. Creo que me dolería
mucho. Santiago la tiene gruesa y, como te dije, fue mi primera vez por atrás.-
-Está bien. Por hoy te la voy a meter en la boca y la vagina. Resulta que mi
novia no quiere que se la meta por el culo, por lo cual espero hacerlo contigo.-
-Bien Ariel, te prometo que a partir de la próxima todos mis agujeros estarán a
tu disposición. Tendré el frasco de vaselina preparado para la entrada por esa
puerta .-
Comenzó la mamada y luego la penetración por vagina. Estuvieron cogiendo más de
tres horas en las cuales Ariel acabó tres veces. Ensayaron muchas posiciones y
las tetas de Vicenta fueron sobadas en abundancia.
Luego fueron a cenar y finalizada la misma cada uno se
dirigió a su habitación. Ariel aprovechó a sobarle el culo a Vicenta y
despedirse de ella. Había sido un día agotador.
El día siguiente era para Nico. Vicenta sabía que sería una jornada muy larga.
Nico ese día no tenía clases en el colegio y suponía que la requeriría varias
veces en el día.
Apenas se despertó, a eso de las 9 de la mañana, llamó a Vicenta a si
dormitorio.
-Vicenta, quiero que me enseñes muchas cosas hoy. Quiero comenzar por tocarte
por todas partes y besarte y chuparte tus partes más sensibles, pero quiero que
me enseñes qué se siente cuando me la mamás y qué se siente cuando te la meto
por el culo. Escuché que Santiago te lo iba a hacer.-
-Bien. Vamos por partes. Primero me desnudo y juegas un buen rato con mi
cuerpo.-
-Sabes, me gustaría atarte a la cama para que no puedas defenderte de mis
tocadas. Así serás mi esclava completamente. ¿me dejas?-
-No Nico. Eso no me gusta. Comenzarás atándome. Luego me vas a querer amordazar,
luego azotarme y terminarás matándome. Eso no está dentro del trato. Te acepto
que me hagas lo que quieras pero nada de ataduras ni castigos. El primer día
comenzamos que me llamaras esclava, ahora quieres atarme. Nada de eso Nico.-
-Está bien, a ver esa conchita depilada.- y comenzó a tocarla en los labios
exteriores y los interiores. El clítoris comenzó a aparecer firmemente fuera del
pliegue exterior. Luego siguió con otras partes, le besó y chupó los pezones y
sus lenguas jugaron un largo rato.
Vicenta bajó su boca y engulló todo el pene de Nico. La excitación del joven
llegó a límites que no pudo contener la salida de su leche que inundó la boca de
Vicenta. Ésta saboreó lo recibido y se lo tragó.
-¿Te tragaste mi esperma?-
-Sí. No creas que tiene mal sabor. Cuando una mujer está muy caliente y recibe
la leche en su boca es agradable tragarla.-
-Ahora te voy a chupar yo la concha.-
-Bien hagamos un 69 para ver si te excitas de nuevo y puedes metérmela por la
concha.-
Y así comenzó un nuevo juego. Una vez que estaba nuevamente dura, la penetró por
vagina acabando ahora con un modesto chorrito mientras que Vicenta llegó con un
buen orgasmo.
-Nico, por la noche ya estarás en forma de nuevo como para metérmela por el
culo, ya que estás tan intrigado por esa posibilidad.-
-¿Te va a doler cuando te la meta por el culo?-
-Sí un poco, pero tu hermano Santiago ya me ha dilatado bastante el agujero.
Podríamos decir que tus dos hermanos son culo-aficionados. También Ariel quiere
metérmela por el culo y me ha pedido que tenga siempre el frasco de vaselina a
mano.-
-Vicenta, antes de la noche quiero tenerte desnuda otra vez en mis brazos.
Acariciarte el culo, las piernas, las tetas, el vientre, la concha. Acariciarte
toda.-
-De acuerdo. A las tres de la tarde vengo y me desnudo aquí, dejándote mi cuerpo
a tu disposición. Pareces insaciable.-
-Insaciable no, Vicenta, calentón nomás-
Llegada la hora señalada Vicenta cumplió con lo prometido. No cogieron dejándolo
para la noche, pero Nico no dejó parte íntima de Vicenta sin acariciar, tocar,
besar y chupar. Durante la cena Nico ya estaba excitado pensando en la nueva
experiencia que le tocaría vivir.
Luego de la cena se dirigieron al dormitorio de Nico. Ya Vicenta se desvestía
con una rapidez asombrosa. Debía quedar totalmente desnuda dos o tres veces por
día.
Tal como estaba previsto, luego de un poco de juego, Vicenta se puso vaselina y
poco después sintió el pene de Nico entrando en su culo. Mientras la tenía
adentro Nico le acariciaba el clítoris. La excitación de ambos aumentaba.
Vicenta cerró todo lo pudo el culo para hacer gozar más a Nico. Por su parte
éste tocaba con frenesí por momentos los labios interiores de la concha de
Vicenta y por momentos los pezones y las tetas. Poco más tarde sentía el líquido
caliente que llenaba su recto, mientras ella misma sentía las contracciones de
su concha mientras acababa.
En forma similar pasaron los días. Al concluir la cuarta semana desde la llegada
de Vicenta a la casa, éste es el informe que pasó de lo ocurrido en la última
semana al Señor Germán:
Lunes, día de Nico. Por la mañana, antes del desayuno, chupada de pija. No
acabó. A su regreso del colegio, me la metió por el culo y acabó y luego me
chupó la concha. Por la noche. Cogida por vagina.
Martes, día de Santiago. Regresó de sus obligaciones a la tarde. Debí desnudarme
haciendo streap tease con música. Luego debí chupársela. Acabó en mi boca. Por
la noche, cogida por vagina.
Miércoles, día de Ariel. Ni bien llegó me la metió por el culo, mientras me
tocaba la concha. Me hizo acabar así. Por la noche primero por vagina y luego
nuevamente por el culo. Previamente a la penetración por atrás una chupada para
lograr una buena erección.
Jueves día de Nico. Acabó tres veces en vagina. Me metió solamente un dedo en el
culo y me chupó las tetas. Quedá una marca en el seno izquierdo.
Viernes, día de Santiago. Una acabada en la vagina y otra en la boca. Apenas me
la puso por el culo, pero la sacó de inmediato sin acabar en ese agujero.
Sábado, día de Ariel. Entrada dos veces por el culo sin correrse. (Parece que
tiene una obsesión con mi culo) pero acabó en la vagina las dos veces. Me ordenó
que me limpiara bien y me chupó la concha hasta hacerme acabar.
Estaba terminando el informe semanal cuando le avisan Vicenta que tiene un
llamado telefónico.
Qué raro. Si nadie tiene este número de teléfono. ¿Quién me podrá estar
llamando? Pensó.
-Hola!-
-¿Vicenta?
-Si,¿ quién habla?-
- Carla Benvenutti, La novia de Ariel.-
-¿Cómo?-
-No te asustes Vicenta. Te llamo para pedirte un consejo. Ya sé lo que hace
Ariel contigo y no me preocupa, ya que como sólo cogemos una vez por semana, él
se queda con ganas de más y lo hace contigo. Pero quiero preguntarte algo.-
-Sí, dime.-
-Ariel te la mete por el
. culo? Siempre me lo pide pero yo no se lo he
permitido. ¿Te duele mucho cuando te la pone?-
-Sólo las primeras veces. No te pierdas de hacerlo. Algo que te aconsejo es que
te compres un consolador no muy grueso y te lo pongas en el culo al acostarte.
Como estás cogiendo con Ariel sólo una vez por semana te va a resultar más fácil
si primero te lo pones unos días y luego te penetra Ariel. Los días sucesivos te
lo pones a la noche para que no se te cierre el culo.-
-¿Crees que no se me abrirá demasiado si me lo pongo todas las noches y luego
Ariel no sienta nada cuando me la mete por el culo?-
-De ninguna manera. Así evitarás el dolor de las primeras veces, podrás gozar y
dejarás tu culo en condiciones como para que Ariel lo sienta apretado. No
olvides de lubricarlo para una entrada más fácil y placentera.-
-No sabes cuánto te agradezco tu consejo. Siempre me pareció un poco sucio que
me la pusiera por el culo, pero él insiste tanto... que por eso me animé a
llamarte. Debo estar preparada para que me duela la primera vez.-
-Te insisto Carla en que te compres un consolador y te lo metas en el culo antes
que te perfore Ariel. El pene de Ariel es de un diámetro considerable y te
dilatará el agujero del culo mucho. Mejor empezar con algo más chico. ¿Para qué
sufrir la primera vez que te abra el culo? Mejor tenerlo listo antes.-
-Recibirla por el culo es una experiencia que ninguna mujer
debería dejar de tener. Si luego lo hace con frecuencia o no por allí es una
cuestión personal. Recibirla por atrás te hace sentir dominada y al mismo tiempo
poderosa porque das placer al hombre que te está cogiendo. Es una sensación muy,
no sé cómo decirlo
muy gratifiocante.-
-Una cosa más Vicenta. ¿Han acabado alguna vez en tu boca?-
-¿Alguna vez?. Ya ni sé cuántas veces han acabado en mi boca y he tragado la
leche caliente de los hombres. Al principio me disgustaba un poco, pero ahora no
sólo que me encanta sino que además le paso la lengua hasta que no quede ni una
gota. Ese es otro de los prejuicios de las mujeres. Muchas veces se niegan a
chuparla y tragarse el semen. ¡No saben lo que se pierden!. A Ariel se la he
chupado muchas veces. A él le gusta llegar hasta mi garganta con la punta, lo
cual le resulta fácil, ya que la tiene bastante larga. Su semen tiene un gustito
algo salado que me encanta.-
-¡No te pierdas eso! Sentir la leche que llega a tu garganta, saborearla y luego tragarla es otra de las sensaciones que ninguna mujer debería desaprovechar. Hazlo que no te arrepentirás.-
-¿Ariel tiene una leche de sabor distinta a otros hombres?-
-No tengo experiencia de tragar leche más que de los tres
hermanos. Tienen sabores algo diferentes, de otros hombres no puedo decirte
nada,-
-Y ya que estamos de confidencias,¿ te han atado a la cama como juego para
simular una violación?-
-No, nunca. No me gusta el sado aunque sé que a algunas personas sí. ¿Te lo ha
pedido Ariel?-
-Sí y a mi me encantaría, pero me da vergüenza. Me gustan las esposas, las
cuerdas, los látigos y todo eso pero nunca me animé a hacerlo. ¿Cuál es tu
consejo?-
-Si te gusta no te lo pierdas. Dile a Ariel que quieres que te viole, estando tú
esposada o atada. Puedes decirle que aceptas también que estando así indefensa
puede violarte el culo y entonces la hacen completa y te libras del compromiso
de aceptar ser cogida por atrás. Te la mete por allí porque no podías
defenderte
Para completar le dices que si chillas, entonces tome el látigo y te
castigue por no obedecerlo o te cuelgue de las muñecas mientras usa tu cuerpo.-
-Me da un poco de miedo que use el látigo. ¿Mira si le gusta mucha y comienza a azotarme sin piedad? ¿O me uelga de las muñecas y me deja así por horas?-
-No creo que corras ese peligro. Ariel es un joven muy bueno
y no querrá hacerte daño. Es sólo una fantasía de ambos.-
-He visto en alguna revista que a veces las cuelgan de los tobillos. ¿Qué
opinas?
-No sé qué decirte. Nunca me lo hicieron y no me gustaría que me lo hicieran. Mi
consejo es que vayan poco a poco. Si estar colgada de las muñecas te gusta,
mientras te acaricia o te castiga, puedes probar con que te cuelgue de los
tobillos, pero en todo caso debes ir despacio. Como te dije, a mí no me gusta.-
-Le pediré que me viole estando yo encadenada o atada. Así no puedo resistirme a
me coja aun por el culo. Así no será mi responsabilidad, como tú me has
aconsejado.-
-¿Has visto que las mujeres siempre encontramos la manera de hacer lo que
queremos y justificarlo? Creo que puede hacer feliz a Ariel con estas
propuestas. Te agradecerá que le permitas cogerte por el culo. -
-Bien Vicenta, te reitero mi agradecimiento. Si me surge alguna duda te llamo
otra vez, No le digas nada a Ariel que me estoy preparando el culo para que me
penetre por ahí. Quiero darle la sorpresa.-
-Por supuesto, no le diré nada de tu llamado, Carla. Será una grata sorpresa
para él. Espero además que se calme un poco y me dé un poco de descanso. En la
medida que satisfaga su necesidad sexual contigo me requerirá menos. Ya tengo
bastante con los otros dos hermanos. ¡No te imaginas lo que es Nico! ¡Una
máquina de coger y tocar!-
-Voviendo a Ariel, quizás sea al revés. Se caliente más y más y tengas que
servirlo más.-
-Espero que no Carla. Como te dije, tengo bastante con los otros dos. Bueno, un
beso.-
-Hasta pronto Vicenta.-
FIN