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Las Vacaciones de Julieta VI

en Amor filial

Las Vacaciones de Julieta VI

Autor: Ricardo Erecto

Nuevamente el padre de Julieta gozó del cuerpo de Cintia con sus ojos vendados para evitar que lo reconociera. Primero un polvo por la vagina, luego una mamada hasta dejarla en condiciones otra vez y penetración anal final, con descarga de semen en el culo.

Terminada la cogida fue en busca de Marcos.

-Han sido unos polvos magníficos.-

-Lo importante es que haya gustado a ti. Tengo una duda desde el día que trajeron a Julieta. Cuando debió desnudarse delante de ti y de mi hermana al ingresar a esta casa, vi que la miraste de una manera un tanto especial.-

-Nunca la había visto, ya de adolescente, desnuda. Tiene un cuerpo hermoso, que me recordó a su madre cuando la conocí y debo reconocer que… debo reconocer que… está  para cogerla. Por eso pensé lo afortunado que eras tú al disponer de ella.-

-Ella es mi esclava y debe obedecer todo lo que le ordeno como ha sido con Cintia. Podrá haberle gustado o no que la cogieras pero lo que tiene que tener en claro cualquier esclava que debe aceptar lo que se le ordena. Si quieres cogerte a Julieta, ¿Cuál es el impedimento?-

-¡Que es mi hija!-

-Ese no es un impedimento ahora. Suponte que invito a amigos a una fiesta y le ordeno que satisfaga a todos los que le piden cogerla. Ella no podrá negarse y deberá aceptarlo, lo mismo que si quieres cogerla tú.-

-Es un poco fuerte eso. Si se entera tu hermana, creo que se enojará mucho.-

-Pues tendrá que desenojarse. Ahora Julieta es mi esclava, ella lo quiso y sabía que su cuerpo ya no le pertenecía, que me pertenece a mí y hago con ese cuerpo lo que quiera y ahora quiero que su padre se la meta bien adentro.-

-Marcos, no sé que decirte.-

-¿Te gustaría o no cogerla?-

-Si… Si, claro que me gustaría.-

-Pues aquí tienes dos jovencitas, ahora esclavas, que gustosamente entregarán sus cuerpos para lo que yo les ordene y les ordenaré que se dejen coger por ti. Así de sencillo.-

-Marcos, es algo que debo elaborarlo. Comprenderás que no es sencillo para mí.-

-¡Olvida que es tu hija! Piensa que es una hembra a la cual puedes acceder sin dificultad. Si quieres hasta puedo hablar con mi hermana y decirle que es Julieta la que quiere acostarse contigo.-

-¡Estás completamente loco! Muy pronto se enteraría que no es así.-

-Pues, como otras veces, te equivocas. Puedo ordenarle a Julieta que llame a su madre y le pida encarecidamente que te convenza quela cojas. Sería como “sacrificarte” porque la “nena” lo pide.-

-Eres un hipócrita. Julieta no pedirá nunca semejante cosa.-

-Hipócrita o no, me creo un hombre práctico. Regresa a tu casa, pero no te sorprenda que mi hermana te pida que vengas a cumplir el deseo de Julieta. Déjalo por mi cuenta.-

El giro que había tomado todo este asunto, sorprendió al padre de Julieta. No podía creer que su hija, aun presionada por su tío, se animara a decirle como si nada “Mamá, quiero que papá me la ponga bien adentro”. Eso era impensable.

Marcos decidió hablar con Julieta en términos tales que ella debiera aceptar su orden.

-Julieta, he pensado algo que no había contemplado previamente. Para verdaderamente completar tu entrenamiento como esclava, tu padre debe cogerte.-

-¿Papá cogerme? Estás loco tío. Papá nunca aceptaría semejante cosa.-

-Si tu madre le pide que te use sexualmente, él no podrá negarse.-

-¿Cómo crees que mi madre le va a pedir semejante cosa?-

-Porque tú se lo digas.-

-¿Qué yo le pida a mamá que papá me la ponga?-

-Exactamente. Tú deberás llamarla y decirle que quieres que tu padre te use como a una puta.-

-¡Pero tío…!-

-Pero tío nada. Llamarás a tu madre y le dirás eso, que debe convencer a tu padre para que coja, por la concha, por el culo y que se la mames, tal como haría una puta.-

-No puedo decir eso.-

-Me parece que olvidas tu condición de esclava. También le dirás que quisieras que se coja Cintia.-

-Pero tío, yo no puedo pedirle que mi papá me rompa el culo.-

-¿Por qué no? Eres mi esclava y obedecerás mis órdenes. Ya solamente por haber cuestionado mi orden recibirás un buen castigo.-

Por su negativa inicial recibió veinte azotes, muy fuertes, en el culo. Luego quedó meditando sobre el llamado que debería hacer. ¿Ella debería pedirle que su padre se sacrificara, cogiéndola? Si no lo lograba era posible que Marcos descargara su ira con ella. Debería apelar a cualquier medio para que finalmente su madre convenciera a su padre. Era un camino largo y difícil, pero no tenía alternativa. Demoró la llamada tratando de elaborar la estrategia

Pasaron dos días más y Marcos intimó a Julieta a cumplir su orden. Llamó a su madre.

-Mamá, quiero hablarte de algo importante. Según me dice Marcos es importante para completar mi formación de esclava sumisa, que tenga relaciones sexuales con otro hombre aparte de Marcos.-

-¿Y quién quiere que sea el que abuse de ti?-

-Eso es lo difícil, pero lo necesito y tú debes ayudarme.-

-Yo estoy siempre dispuesta a ayudarte y si tú me lo pides, no puedo negarme. ¿Qué necesitas que haga?-

-Mamá. Me resulta difícil decírtelo, pero necesito que papá se acueste conmigo.-

-¿Qué tu padre se acueste contigo? ¡Nunca lo aceptaría!-

-Mamá, debes convencerlo. Te lo pido por favor, necesito completar mi formación y para ello papá debe cogerme y deberá coger también a Cintia.-

-Pero ¿cómo crees que podré convencerlo de semejante cosa?-

-Papá hará lo que tú le pidas. Te ruego que lo convenzas para que venga un día aquí y me haga suya.-

-¿Estás segura que Marcos sabe todo esto?-

-Sí, ha sido él el que me intimó para completar mi entrenamiento.-

-¿Él está por allí? Quiero hablarle.-

Se puso Marcos al teléfono.

-Marcos, ¿Crees que mi marido debe acostarse con Julieta?-

-Absolutamente seguro. Tu marido debe venir aquí, y cogerse a Julieta como si fuera una puta y ella deberá complacerlo en lo que quiera. Más aun deberá cogerla no solamente por la concha sito también por el culo, como se le puede pedir a una puta.-

-¿Cómo lo voy a convencer?-

-Ese es un asunto tuyo. Julieta necesita que el sábado próximo tu marido esté aquí para abusar de ella.-

-Me desconciertas, pero hablaré con él para convencerlo si no hay otra alternativa.-

-No, no hay otra alternativa.-

Así finalizaba la conversación telefónica. La hermana de Marcos estaba desconcertada. ¿Cómo le podía pedir a su marido que se cogiera a su hija?-

Apenas regresó le indicó que debía hablar de inmediato con él.

-¿Qué pasa? ¿Por qué tanto apuro?-

-Es algo muy importante para Julieta. Para completar su entrenamiento Marcos me ha dicho que debes ir el sábado a su casa y…  debes ir  a… debes ir a su casa para cogerte a Julieta.-

-¿Cogerme a Julieta?-

-Sí, cogerte a Julieta como si fuera una puta, textuales palabras de Marcos y quizás también a Cintia.-

-Pero ¿Qué dice Julieta de todo esto?-

-Fue ella la que me habló para que te convenciera que fueras a cogerla. Creo que debes ir. Entiendo que será un esfuerzo para ti, pero es un pedido de nuestra hija.-

-Voy a llamar a Marcos. Esto me parece un poco raro.-

Se pone en comunicación con su cuñado.

-Marcos, tu hermana me ha dicho que habló con Julieta y contigo para pedirle que yo tuviera relaciones con Julieta. ¿Es así? ¿Ella necesita que yo lo haga?-

-Absolutamente. Necesita que la cojas para completar su entrenamiento. Primeramente será que la cojas pero luego quizás haga falta algo más.-

-¿Y ella acepta esta situación?-

-No solamente que la acepta sino que le ha pedido a la madre que te convenza de hacerlo. No puedes negarte por Julieta.-

-Si es así, iré. ¿Será más de una vez?-

-Seguramente sí. Estos son  procesos que toman tiempo. Conviene que vengas el sábado a la mañana. Quizás debas hacer algo con Cintia también.-

-El sábado estaré por allí.

Efectivamente el sábado siguiente, el padre de Julieta se dirigió a la casa de su cuñado. Indudablemente era hábil en manejar a Julieta. A las diez de la mañana entraba en la casa.

-Primero quiero hablar contigo. Has visto que fue la misma Julieta la que llamó a mi hermana para que vinieras. Debes recordar de pedirle todo lo que quieras, que ella no se opondrá a nada. Imagina que es una puta. Desde ya podrás usarle el culo y si te place también podrás darle algunos azotes.-

-Recuerda que las tetas las tiene para que tú las uses como quieras, acariciándolas, pellizcándolas o azotándolas. Todo el cuerpo estará tu entera disposición. Ella te espera en el dormitorio. Estará completamente vestida y tú decidirás si le pides que ella se desnude o la desnudas tú. Ve y cumple tu sueño.-

El padre de Julieta se dirigió a la habitación en que se encontraba su hija. Al entrar, ésta se acercó y abrazándolo comenzó a besarlo en la boca, introduciendo su lengua entre los labios.

-¡Cuánto me alegro que hayas venido! Lo necesito para completar mi formación como esclava. Estoy a tu entera disposición para lo que quieras hacerme. ¿Quieres que me desnude yo o prefieres hacerlo tú?-

-Prefiero hacerlo yo, ir quitándote todas las prendas hasta bajarte las bragas para que me ofrezcas tu conchita.-

-También puedes usar tanto mi boca como el agujerito del culo. Es todo tuyo, para que los uses como quieras.-

Comenzó aflojándole los botones de la camisa, abriéndola. Las tetas de Julieta estaban cubiertas por el sostén. Comenzó a acariciarlas por encima de la prenda. Luego le quitó completamente la camisa y aflojó el gancho del sostén. Las tetas de la muchacha ya estaban duras y los pezones prominentes. Entonces su padre bajó la cabeza y comenzó a chupar primero los pezones y luego pasar sus labios por toda teta. Julieta dejaba hacer y no podía evitar su excitación. Nunca hubiera imaginado semejante escena.

Mientras continuaba con su boca en las tetas de su hija, pasó su mano debajo de la falda hasta alcanzar la bombacha, acariciando el culo por encima de la misma. Luego buscó la abertura de la pierna e introdujo su mano debajo de las bragas para acariciar el culo. Su excitación iba en aumento y apoyó el falo, ya duro, contra el pubis de la muchacha.

El paso siguiente fue quitarle la falda. Ahora Julietavestía solamente la bombacha. Una mano se introdujo por encima del elástico de la cintura acariciando los glúteos se introdujo en la raya del culo, alcanzando el ano. Instintivamente Julieta empujó hacia delante, sintiendo más acabadamente el bulto sobre el pubis.

Lentamente comenzó a bajar las bragas de la joven hasta dejarlas a la altura de las rodillas. Ahora su mano se dirigió directamente a la concha separando los labios exteriores con el dedo índice. El flujo vaginal brotaba del interior dela concha. Alcanzó el clítoris que comenzó a masajear. En ese momento Julieta abrazó a su padre y sus bocas se unieron. La lengua de la muchacha se introdujo en la boca mientras su excitación aumentaba.

No hubo más demora y luego de quitarle la bombacha completamente la recostó en la cama y se ubicó sobre ella. Continuaban besándose mientras la penetraba. La pija estaba dura como hacía tiempo no lo lograba. Comenzó el movimiento lento, suave, armonioso para prolongar el placer del polvo.

Ambos estaban muy excitados y Julieta se movía como un felino en celo. Cerró los ojos y olvidando quién la estaba cogiendo quería gozar del momento. Su concha apretaba la pija como si fuera el primer polvo. Por su parte su padre sentía esa concha que lo hacía disfrutar como aquellas primeras veces que cogió a su mujer. No demoraron en correrse ambos aunque Julieta fue la primera en hacerlo.

Una vez que eyaculó, quedó sobre la muchacha varios minutos, sintiendo las tetas sobre su pecho hasta que la pija, ya flácida, se salió de la concha.

-Papá, ¿te has sentido cómodo? ¿Te ha gustado? Sabes que esto es parte de mi aprendizaje y si hice algo mal debo corregirlo y seguramente Marcos luego me castigará. Dime la verdad, ¿lo hice como tú lo puedes esperar de una puta?-

-Mucho mejor que una puta. Una profesional no le pone tanta pasión a lo que hace. Ha sido un excelente polvo.-

-Quiero ponérmela en la boca, para levantarla de vuelta y que me la puedas poner por el culo. ¿No te molesta ponérmela por atrás?-

-No, al contrario. Me va gustar mucho sodomizarte, abrirte ese agujerito que tienes atrás, pero quiero acariciarte más, acariciarte las tetas, el culo, la espalda, ¡todo!-

-Yo también quiero sentir tus caricias. Hace mucho que mis tetas están algo abandonadas. Solamente he recibido algunos azotes por no portarme bien, pero tus caricias me reconfortan, así como los besitos que me diste en los pezones.-

Continuaron tocándose las distintas partes del cuerpo. Su padre acercó el dedo índice al ano y comenzó a introducirlo lentamente.

-Allí hay un franquito con vaselina. Pone un poquito en el agujero así entra más fácil. Me gusta que me metas un dedo en el culo, pero después quiero tu pija toda adentro.-

-No te preocupes hija, que yo también quiero metértela por el culo, bien adentro y gozar de lo apretadito que estará ese agujerito.-

Luego Julieta se puso la pija en la boca y comenzó a lamerla con su lengua. Pudo saborear alguna gota de semen que comenzó a salir mientras se ponía más dura. Su padre le indicó que se pusiera en cuatro y comenzó a empujar para penetrarla por el ano. La muchacha relajó el agujero y lentamente se fue introduciendo el miembro hasta quedar completamente adentro. La tomó de las caderas y comenzó a meterla y sacarla lentamente, queriendo disfrutar de cada bombazo, como le hubiera gustado hacerlo veinte años atrás con la madre de Julieta.

Sin prisa continuó el movimiento hasta que finalmente se corrió dentro de las tripas. Julieta se deslizó para quedar sobre la cama con el culo empalado por la pija. Ambos permanecieron quietos disfrutando del momento. Poco después, ya con la pija sin fuerza, la retiró del culo.

-¿Lo hice bien? ¿Has quedado conforme con mi comportamiento?-

-Sí, claro. De todas maneras es Marcos el que debe decidir luego que le contemos cómo lo hemos hecho.-

-Sin duda él quiere que sea una esclava completa y por eso te ha pedido que me cogieras. ¿Te ha dicho que me podías castigar si así lo deseabas?-

-No creo necesario castigarte. Lo has hecho bien.-

Poco después entró en la habitación Marcos, que, dirigiéndose a su cuñado le preguntó:

-¿Cómo se ha portado la esclava? ¿No hubo nada que creas deba ser castigado?-

-No, se ha portado como una verdadera puta. No tengo nada que agregar.-

-Sin embargo un par de azotes en el culo siempre conviene darle para que recuerde su condición ¿Quieres dárselos tú?-

-No, no podría azotar con la fusta a mi hija.-

-Entonces lo haré yo.-

Tomó la fusta y le descargó dos fuertes azotes en el culo que dejaron sendas marcas.

-Para continuar con el entrenamiento de Julieta, tendrás que volver el próximo sábado para cogerla nuevamente, pero te propongo que te quedes hasta después del almuerzo para volver a cogerla a la hora de la siesta.-

-¿Cogerla otra vez? He usado sus tres agujeros. ¿No crees que es abusar mucho de ella?-

-Nunca se abusa de una esclava. Si no quieres, no lo hagas, pero eso demorará su entrenamiento.-

-En ese caso no puedo negarme. Te imaginas que no fue fácil decidirme cuando tu hermana me propuso que cogiera a Julieta, pero si es por su bien, no puedo negarme.-

Entonces intervino Julieta.

-Papá, por favor, tienes que hacer lo que Marcos indique. Es por mi bien. Sé que quizás no te resulte fácil cogerme, pero piensa que soy una puta, simplemente una puta que tiene que sacarte la leche porque si no el amo me castigará. No debe importante si quiero o no quiero coger contigo, lo importante en mi entrenamiento.-

-Quédate tranquila. Te cogeré todas las veces que sea necesario para que Marcos no te castigue. Si te parece podemos tomar una ducha juntos para sacarnos los restos de semen que tenemos.-

Se retiraron al baño. Marcos sonreía. ¡Qué buen actor había resultado su cuñado! Algo similar podía decir de su sobrina ¿o era que realmente le gustaba que su padre la cogiera? Si era así, resultaba que todos gozaban con la situación, aunque lo disimularan.

El almuerzo fue algo particular. Julieta estaba sentada a la mesa completamente vestida aunque con una ropa algo provocativa. Marcos y su cuñado a cada lado y el servicio era prestado por Cintia que permanecía solamente con un tanga puesto. Se sorprendió al ver al padre de Julieta y sintió algo de pudor tener que presentarse así, pero trató de hacerlo como algo natural.

Julieta, como correspondía a una esclava, permanecía callada, mientras Marcos y su padre dialogaban. En un momento su amo dijo:

-Creo que sacaremos a Julieta como una esclava extraordinaria, pero hay que trabajar un poco más en sus modales de esclava y puta. Por eso es muy importante tu colaboración.-

-Si crees que puedo ayudar en eso, cuenta conmigo. Entenderás que no es sencillo para mí, pero todo sea por ella.-

-Otra cosa cuñado. Tú conoces Cintia desde hace tiempo. Ahora puedes apreciar mejor su cuerpo. Quisiera que hicieras el esfuerzo y también te cogieras a ella.-

-¿Crees que ella aceptará que yo se la meta? No quisiera que se genere un conflicto.-

-Te pregunto ¿Crees que ella puede negarse? El castigo que recibiría por poner la menor objeción a una orden mía, le quitaría todas las ganas de rebelarse. ¿Tú estarías dispuesto a cogerla?-

-Si crees que puedo ayudarte, sí-

-Bien, entonces, tal como habíamos planeado, esta tarde te coges a Julieta. Te puedes quedar a dormir aquí y mañana lo dedicas a Cintia. Yo hablaré con mi hermana para comunicarle que te quedarás esta noche para cogerla.-

-¿No deberíamos tener la opinión de Julieta?-

-No importa su opinión.-

-Si quieren saber lo que pienso, no como esclava sino como hija, me parece muy bien que mi amiga sea cogida por mi padre. Ella lo conoce desde hace mucho tiempo y estoy segura que será un honor tener tu pija adentro.-

-Por ahora no le diremos nada a Cintia. Mañana por la mañana comenzarás a cogerla. Recuerda que será por la concha y por el culo y si no te obedece adecuadamente, el látigo la hará entrar en razón.

Continuará

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