Educación Sexual
Autor: Ricardo Erecto
El Director General del Colegio Santa Magdalena Inmaculada envía una invitación a los padres de las alumnas del curso del último año con el siguiente texto:
“El Director General del Colegio Santa Magdalena Inmaculada, Dr Juan Ramón Martínez Igarreta tiene el agrado de invitar a ambos padres de la alumna ….. a concurrir a esta Sede a fin de informar sobre temas relacionados con la Educación Sexual de su hija.”
“Dicha reunión se llevará a cabo con el Reverendo Luís Rodrigo Villaverde, Director de Relaciones Institucionales de este Colegio.”
Algo sorprendidos los padres de trece alumnas concurrieron el día de la cita. El Reverendo comenzó su exposición.
-Nos hemos reunidos aquí para informarles el resultado de la revisión ginecológica que la semana pasada, el médico del Colegio, Dr, Juan Martín Lacalle, con todas las alumnas del último curso.
-De las dieciocho alumnas que integran el último curso, se comprobó que trece, precisamente las hijas de ustedes, permanecen vírgenes.
-La Dirección de esta Institución considera que en los tiempos en que se vive, resulta riesgoso que las jovencitas permanezcan en ese estado, ya que seguramente tendrán sus primeras relaciones sexuales con otros jóvenes inexpertos que pueden causar graves daños a su salud física y mental.
-Por ese motivo pensamos que quienes mejor pueden llevar a cabo esa tarea son los padres de sus compañeras.
-Como estamos completamente en contra de cualquier relación incestuosa hemos pensado en el siguiente diagrama.
-Si ordenamos los apellidos de las jóvenes por orden alfabético, pensamos que el padre de la primera de la lista tendría relaciones con la segunda de la lista y así sucesivamente hasta llegar a la última, cuyo padre tendría relaciones con la primera.
-Consideramos además que una sola vez es muy poco para impartir una adecuada educación sexual, por lo cual la segunda vez, el padre de la primera se relacionaría con la tercera de la lista y así sucesivamente hasta que todos los padres de las compañeras hayan fornicado con su hija. Esto demandará, por una simple cuenta matemática, doce encuentros.
-A fin de tener una situación distendida, pensamos que será mejor que el encuentro se prolongue desde el viernes por la noche hasta el sábado por la mañana. Al efecto hemos hecho un primer contacto con el Hotel “Las Olas” que dejaría a un precio muy accesible las habitaciones por ese tiempo con reserva por las doce semanas.
-Creo que será una buena oportunidad que las jóvenes conozcan los secretos del sexo de la mano de personas con cierta experiencia y con la delicadeza que corresponde, como si se trataran de sus propias hijas.
-Quizás las que tengan alguna objeción sean las madres de las muchachas, pero les pedimos que sepan comprender la situación y que es por el bien de sus propias hijas.
-Hemos analizado las diferentes alternativas anticonceptivas y hemos llegado a la conclusión que lo mejor serán las pastillas anticonceptivas de manera que las jóvenes puedan recibir directamente el semen en sus cuerpos de manera segura. ¿Alguna pregunta?
Una madre viuda fue la que hizo la primera pregunta.
-Reverendo Villaverde. Soy viuda y por supuesto no tengo marido. ¿Qué haré en ese caso?
-Hemos tomado en cuenta su caso, señora y permítame preguntarle si actualmente no tiene usted pareja o persona de su confianza para asumir el rol de padre.
-No, estoy sola y no tengo familiares que puedan cumplir ese rol
-En ese caso yo propongo que lo asuma el Dr. Lacalle, hombre de treinta y cinco años que cumplirá el papel a la perfección.
Un padre fue el siguiente en preguntar.
-¿La penetración será solamente vaginal?
-No. Pensamos que el primer día sea sexo oral, el segundo sexo vaginal y oral y el tercero anal, vaginal y oral. Los sucesivos días será responsabilidad de cada varón el tipo de sexo que quiera instruir a su alumna. Por lo tanto todas tendrán, el primer día, solamente sexo oral, lo cual no impedirá que la joven pueda permanecer total o parcialmente desnuda, a criterio de cada uno de ustedes. El segundo día será el de rotura de himen de todas y el tercero de apertura de ano.
-Algo que omití decir es que las jovencitas deberán aceptar las órdenes que se impartan en cuanto a vestimenta, comportamiento y otras cuestiones, mientras permanezcan en la habitación del hotel. Es decir no podrán oponerse a permanecer todo el tiempo desnudas si así lo requiere su instructor, ofrecer su cuerpo tanta veces como sea necesario y poner el mayor empeño en su tarea.
-Si todos están de acuerdo, el viernes próximo las jovencitas los esperarán en la habitación del hotel. El conserje sabrá cada padre a qué habitación debe dirigirse.
Todos los padres estuvieron de acuerdo y alguno debió disimular una incipiente erección. Las que no estaban para nada de acuerdo eran las madres, que debían compartir a su hombre con jovencitas que podrían poner en peligro sus propios matrimonios, pero el Dr. Martínez Igarreta gozaba de gran prestigio y era conocida su religiosidad, que nadie puso en duda, que lo propuesto sería lo mejor para esas muchachas.
Luego de firmar ambos padres la conformidad del procedimiento, todos se retiraron a sus casas. Varios de ellos tuvieron una noche de sexo como hacía algún tiempo que no ocurría.
El problema surgió al día siguiente de la reunión. Las cinco alumnas que no eran vírgenes, también querían tener una educación sexual adecuada a los tiempos que se vivían, solicitando al Director General no ser discriminadas y ser ellas también incluidas en la ronda de educación.
Así entonces se llamó nuevamente se llamó a todos los padres para ampliar el número de encuentros, que ahora subían de doce a diecisiete, cuidando solamente que los padres de las ya desvirgadas se entrecruzaran con las alumnas que tenían el himen roto.
Así comenzó la ronda de encuentros íntimos de los padres varones con las compañeras de sus hijas. Fueron diecisiete fines de semanas en los cuales hubo una transmisión de conocimientos verdaderamente importante. Difícilmente las muchachas hubieran podido aprendido más en tan poco tiempo. Habían experimentado lo suficiente como para afrontar su vida sexual casi sin sorpresas.
Por otro lado los varones involucrados renovaron sus energías amatorias y también sus propias mujeres salieron beneficiadas, incrementando la frecuencia e intensidad de los contactos sexuales con sus parejas. En definitiva, todo un éxito.