Las Trillizas

Capítulo I. Se Inician como Putas.

Lupe Burundarena era una activa mujer de unos 45 años que manejaba con habilidad el mejor prostíbulo de la ciudad. Ella misma había sido puta, reconocida como una de las mejores en sus años de juventud, pero ahora su tarea era de "madama" y de criar a sus tres hijas, trillizas.

Julieta, Pilar y Soledad desconocían quién era su padre y vivían en un ambiente de putas, chulos y clientes. Como legalmente no podían ejercer la profesión hasta los 18 años, algunas incursiones en el mundo de la prostitución debieron ser reservadas y protegidas de la vista del grueso de los clientes.

Lupe les permitió, cuando las trillizas cumplieron 14 años, a que hicieran la primera mamada. Ya habían ensayado con pijas de goma de la manera que su madre les había enseñado.

Justamente al día siguiente de cumplir 14 y cuando los ecos del festejo se habían apagado, Julieta pasó a una habitación con un viejo conocido del lupanar para hacer su primer mamada. Era la primera vez que veía una pija erecta de carne. La acercó a su boca y con la lengua comenzó a acariciarla. Se sentía eufórica. Estaba entrando en el mundo de los adultos y se sentía más importante con esa pija dura en la boca.

Poco a poco fue introduciéndola en su boca hasta que gran parte de la misma fue introducida. Mientras con la lengua continuaba acariciándola comenzó en movimiento de entrada y salida. Poco después el hombre se corría sobre la cara de Julieta.

Algo similar ocurrió con Pilar y Soledad ese mismo día. Sin embargo, todo indicaba que Julieta había hecho la mejor mamada. Por su parte Lupe estaba orgullosa de la primera incursión de sus hijas como putas. La retribución fue significativa y el dinero era algo muy valorado por la "madama"

Continuaron con sexo oral casi a diario, siempre con clientes destacados y conocidos, pero ante la insistencia de éstos en usar las conchas de las jovencitas, Lupe era inflexible. "Hasta que no cumplan los 15 años, nadie se va a coger a mis nenas".

Finalmente llegó el día del cumpleaños número 15. Hicieron una pequeña fiesta en la que participaron, por lo menos de a ratos, las putas del lupanar y algunos clientes conocidos. Ya hacia el final Lupe anunció:

-Mañana las nenas estarán disponibles para ser desvirgadas. Ese es un premio muy especial y habrá que pagarlo muy bien. No es frecuente que en un prostíbulo se pueda acceder a una puta virgen. Por lo tanto el precio será alto.-

Efectivamente al día siguiente se presentaron diez interesados en desvirgar a alguna de las trillizas. Lupe, rápida para los negocios y en vista de la demanda por sus hijas, decidió organizar una pequeña subasta.

Así, pasaron todos a un saloncito privado donde se acomodaron los clientes. Lupe tomó la palabra.

-Dada la importancia que tiene desflorar a mis hijas, he decidido que quién lo haga sea aquel que valora realmente el hecho. Por lo tanto haré pasa a cada una de ellas y ustedes ofertarán cuánto están dispuestos a pagar por cogerlas por primera vez.-

Así invitó primero a Pilar que se presentara solamente con las bragas puestas, mostrando su cuerpo semidesnudo.

-Como ustedes saben, ésta es Pilar y está dispuesta a poner su concha por primera vez al mejor postor.-

Luego de tres o cuatro ofertas, Lupe le pidió a Pilar que se quitara las bragas y mostrara su cuerpo completamente desnudo. Así lo hizo y aparecieron algunas ofertas más, llegando al precio de cinco mil dólares por pasar la noche con ella.

-Ahora vamos a ver qué ofertas hay por la conchita de Julieta, que también ustedes conocen.-

Invitó a Julieta a que entrara al saloncito y que se quitara la ropa para que los clientes pudieran mejor observar sus atributos. Así lo hizo la joven, quedando también completamente desnuda.

Ahora quedaban 9 interesados pero solamente dos jovencitas por coger. La puja fue un poco más importante y finalmente quién decidió pagarle a Lupe cinco mil seiscientos dólares tendría el derecho de penetrar por primera vez en la vagina de la trilliza.

La puja por la tercera (Soledad) se haría más importante todavía. 8 clientes y una sola puta. También Lupe la invitó a que se desnudara y mostrara sus encantos indicando a los asistentes que era la última puta virgen por la cual podrían ofertar.

Comenzó en dos mil dólares pero rápidamente alcanzó los seis mil, precio en el cual finalizó la subasta.

¿Por qué la primera vendió su virginidad en dos mil y la tercera en tres mil? ¿Oferta y demanda? Nadie podría afirmarlo. Las tres hermanas tenían las mismas características.

Así los tres hombres con las tres hermanas se dirigieron a habitaciones especiales en las cuales pasarían la noche.

De esta manera las tres perdieron su virginidad cuando recién habían cumplido los 15 años Estas desvirgadas de las "nenas" de la casa aportaron importantes ingresos para Lupe de los afortunados "desflorantes".

Posteriormente continuaron como "putas especiales", como las denominaba su madre, y las reservaba para esos clientes de mucho dinero que estaban dispuestos a pagar buena lana por gozar de las jovencitas.

Las tres siempre estaban recién bañadas y perfumadas cuando debían atender a algún cliente, recibiéndolos en habitaciones especiales reservadas para ellas con sábanas bordadas y lujosas y un agradable perfume floral en el ambiente. Sin duda, eran muy apreciadas por los que podían acceder a sus cuerpos. Eran putas de "alta gama". De todas maneras cada una de ellas no recibía más de uno o, a lo sumo, dos clientes en la semana, todo esto antes de cumplir los 16.

Al cumplir 16 años, se iniciaría una nueva etapa para ellas. Luego de esa fecha podrían ser sodomizadas por los clientes.

Las tres estaban excitadas esperando el día de su cumpleaños para así poder convertirse en putas completas, aunque deberían todavía hacerlo de manera discreta por no tener la edad permitida. Las tres preguntaban a su madre las sensaciones de recibirla por el culo y cómo mejor aprovechar esa nueva experiencia.

Aprovechando lo sucedido cuando cumplieron los 15 años, cuando fueron desvirgadas. Lupe, con un mes de antelación, se comunicó con los posibles candidatos a sodomizar a sus hijas, invitándolos a la fiesta que daría para celebrar los 16 años y a su término, proceder a la subasta de sus culitos.

Tanto Julieta como Soledad tenían los agujeros extremadamente cerrados, no así Pilar que cuando apenas tenía 13 años le gustaba meterse cosas en el culo. En vista de estas prácticas Lupe le compró un consolador muy fino para que no se privara de meterse cosas por el agujero pero que no se dilatara excesivamente el mismo.

Ninguno de los clientes sabía de estas prácticas de Pilar por lo cual el interés por romperles el culo a cualquiera de las tres era similar.

Y llegó el día de los 16 de las trillizas. A la fiesta concurrieron 22 asiduos clientes del lupanar con intenciones de participar en la original subasta. Al finalizar la fiesta, Lupe se dirigió a los presentes.

-Tenemos aquí el culo de tres jóvenes putas que pueden ser estrenados por ustedes. Tendrá derecho aquel que esté dispuesto a pagar más por estrenar esos estrechos agujeros.-

-Hay 22 interesados y solamente tres culitos, los de Julieta, Pilar y Soledad, pero ustedes ya las conocen y saben cómo se comportan en la cama. Espero que no sean egoístas en los valores de lo que paguen por estrenarlos.-

Y dirigiéndose a sus hijas les preguntó cuál de ellas quería ser primera en la subasta. Soledad, ansiosa de estrenar su culito, pidió ser la primera. Entonces Lupe comenzó con la subasta.

-Las tres putas cuyos culos vamos a subastar son muy conocidas de ustedes. Por supuesto la subasta de hoy además de poner sus culos por primera vez, ustedes podrán usar también sus conchas y sus bocas.-

-Soledad, para aquellos que no conocen exactamente tu entrada posterior, por favor muéstrales lo estrecho que es el culito que van a desvirgar.-

Soledad se puso de espaldas, de agachó ligeramente levantando el transparente vestido y bajándose las bragas con sus manos separó las nalgas dejando a la vista de todos el ano.

-¿Cuánto pueden ofertar por cogerse ese culito? ¿Tres mil? ¿Cuatro mil? Vamos señores, ofertes por Soledad.-

Uno de los asistentes ofertó cuatro mil pero rápidamente aumentaros las ofertas hasta llegar a los seis mil quinientos dólares por pasar una noche con Soledad, incluyendo la penetración anal por primera vez.

El ganador de la subasta no quiso demorar y de inmediato se retiró a la habitación de Soledad para gozarla.

Luego siguió el turno de Pilar. También mostró el ano como lo había hecho su hermana y Lupe pidió que ofertaran.

-Recuerden que éstas no son putas cualesquiera. No solamente son mis hijas y las he instruido convenientemente sino que la naturaleza le ha dado un cuerpo hermoso para ser usado. Escucho ofertas.

Por su parte estaba exultante. Tanto tiempo esperando que una pija se introdujera en el su culo y ahora por fin iba a concretar su sueño. Las ofertas se ubicaron alrededor del valor de su hermana, y la subasta se concretó en seis mil seiscientos dólares. El comprador también se retiró de inmediato a la habitación de Pilar.

-La última puta en subastar su uso completo, Julieta.-

Y dirigiéndose a Julieta le dijo:

-Por favor Julieta, desnúdate completamente por si alguno de los presentes olvidó alguna de las partes de tu cuerpo.-

Julieta obedeció de inmediato y en menos de un minuto estaba completamente desnuda frente a los 20 hombres que iban a pujar por su cuerpo. Ella también estaba excitada por lo que estaba viviendo. Por fin podría ser una puta que ofreciera todo su cuerpo para el gozo de los clientes. Si bien todavía no podría mostrarse en el salón del prostíbulo de su madre, por su edad, sí podría hacerlo de manera más reservada.

Posiblemente Julieta tenía el mejor cuerpo de las tres. Sobre todo su culo que era firme, de muy buenas formas y que lo movía al caminar que era un placer verlo.

-Espero las ofertas por romperle el culo a Julieta. Muchos de ustedes lo desean. ¡Anímense! Julieta estará muy gustosa de ofrecérselo así como sus otras partes femeninas para el gozo de ustedes.

Era la última posibilidad de desvirgar el culo de alguna de las hijas de Lupe. La subasta cerró en siete mil dólares.

Así finalizaba la fiesta de cumpleaños de las trillizas.

Entre los 16 y los 18 años continuaron las trillizas ofreciendo sus cuerpos de putas a clientes reservados. Por sus conchas desfilaron las más variadas pijas, desde jovencitos que debutaba, a instancias de sus padres, con algunas de las trillizas, hasta hombres mayores que soñaban en cogerse una jovencita, difícil de conseguir en otro lado.

El mismo día del cumpleaños de 18 varios hombres se acercaron al prostíbulo para gozar a alguna de las hermanitas. Los que no pertenecían al círculo íntimo y que ya se habían cogido a las hermanitas, esperaban hacerlo ese día. El comisario, dos diputados, el intendente y un juez de paz fueron los primeros, de las personas destacadas del lugar, en cogerse a las hermanas ya mayores de edad.

Las tres estaban felices de tener tantos interesados en sus cuerpos y el lunes siguiente por la mañana, momento de descanso de sus conchas, hacíeron el balance de cuál de las tres había tenido más clientes

El trabajo era intenso. Debían trabajar doce y quince horas por día, debido al gran requerimiento que tenían sus cuerpos.

Tres semanas más tarde de su debut oficial tuvieron una sorpresa mayor a la que podían imaginar. Su madre les anunció:

-¿Ustedes recuerdan al Comendatore Michelángelo Pierini? ¿Tú, Julieta, lo recuerdas?-

-¡Cómo me voy a olvidar! Fue el primero que me la metió por el culo, pagando siete mil. Recuerdo que cuando vi semejante verga me asusté, pero me puso crema en la entrada, y mientras me penetraba, con una mano me acariciaba el clítoris y con la otra los pezones. Me corrí dos veces antes que él descargara la leche en mi culo. Fue una experiencia inolvidable. Además varias veces vino a usar mis servicios. Me ha cogido unas cuantas veces.-

Y dirigiéndose a Pilar y a Soledad les preguntó también si lo recordaban. Pilar respondió primero.

-Sí, estuvo hace un mes, más o menos, antes de cumplir los 18, por eso lo hicimos en privado. La verdad es uno de los mejores clientes. ¡Tan afable, tan caballero! Te coge como si estuviera enamorado de una. Es un placer servirlo. Y la tiene de un tamaño que se la siente muy bien adentro.-

-¿Y tú Soledad?-

-¡Tiene una verga que llena muy bien mi conchita, como dice Pilar! Quizás esa sangre italiana que lleva adentro lo ayuda, pero ¡Qué bien coge! Hace dos semanas que no me pide que lo sirva. Espero que vuelva pronto a usar mi coño. Creo que el sueño de toda puta tener como cliente al Comendatore.-

La noticia, hijas mías, es que he firmado un contrato con el Comendatore para que ustedes tres lo sirvan de manera permanente. Se irán a vivir con él y estarán siempre a disposición de sus caprichos. Tiene una casa muy espaciosa y hay dos mucamas que atenderán las cosas de la casa y ustedes sólo tendrán que satisfacerlo con sus cuerpos. ¿Qué les parece?-

Casi al unísono dieron gritos de alegría. ¡Serían las putas exclusivas de Michelángelo!

-¿Y por cuanto tiempo es el contrato?-

-No tiene límite de fecha. El día que el Comendatore se canse de ustedes las enviará de vuelta sin reclamo alguno. Nosotras no podemos rescindir el contrato. Mientras él quiera usarlas como putas, ustedes estarán a su servicio. Les adelanto que es muy conveniente. Pagará 12.000 euros mensuales y cubrirá todas las necesidades de ustedes en ropa, comida, alojamiento y diversión. ¡Imaginen, 12.000 euros limpios de todo gasto!-

-Ha sido una muy buena negociación. Michelángelo conoce bien sus cuerpos y como brindan los servicios, por eso paga tanto. Eso sí, deberán portarse bien porque si no lo hacen tiene derecho a castigarlas.-

-¿Y qué castigo nos aplicará?-

-Eso queda a su criterio. Las castigará como crea conveniente. Creo que la vara en el culo será lo más frecuente.-

-Ya estoy mojando las bragas. Voy a extrañar tener varis y distintas vergas entre mis piernas todos los días, pero es excitante tener la de Michelángelo. ¿Cuándo comenzamos?- preguntó Soledad

Mañana vendrá por aquí para llevarlas. Espero que se comporten como buenas putas, como les he ensañado, de manera que no dé por terminado el contrato. 12.000 es mucho dinero y no debemos perderlo. Ahora vayan a arreglarse el cabello, depilarse el pubis y quedar bien descansadas para mañana. No trabajen más por hoy.

Imaginen que el primer día será arduo. Tú Julieta debes estar atenta para chuparla y mantenerle la verga siempre erguida. También deben tener el culo ligeramente lubricado con crema por si quiere sodomizarlas. Recuerden que las primeras impresiones valen mucho.-

-Pero Michelángelo ya nos conoce bien. No recuerdo bien cuantas veces estuvo conmigo, pero habrán sido unas doce o quince veces. Creo que tanto con Soledad como con Julieta fueron otras tantas veces.-

-Seguro que las conoce, por eso las alquila, pero recuerden que la función de una puta es agradar, agradar y agradar. Siempre causar buena impresión y adelantarse a los caprichos del hombre. Así triunfarán en la vida como verdaderas putas profesionales.-

Capítulo II. Se Inicia una Nueva Vida

A media mañana del día siguiente llegó Michelángelo a buscar a las putas que había alquilado. Las tres jóvenes estaban esperando con sus mejores ropas de calle, compradas el día anterior. Fue recibido con cierta algarabía y cordialidad.

-Michelángelo, usted se lleva a mis tres preciosas hijas. ¡Un verdadero tesoro! Verá que se comportarán como las mejores putas de las que ha gozado.-

-No me cabe duda. Por eso he firmado el contrato. Conozco a las tres y las he probado en la cama y me satisfacen. ¿Conocen ellas los detalles del contrato?-

-¿A qué detalles se refiere?-

-A que puedo rescindirlo en cualquier momento y que recibirán un castigo si no me satisfacen adecuadamente.-

-Por supuesto que eso lo conocen. Pero no se preocupe, harán el máximo esfuerzo por complacerlo. Así siempre les he enseñado a todas las putas y a ellas en particular, cómo deben comportarse con los clientes.-

-Bueno Lupe, me voy llevándome estas tres preciosas niñas para disfrutarlas. Ven a visitarnos cuando quieras.-

Muchas gracias Comendatore. Algún día que usted lo disponga voy a visitarlas.-

-Mis putas, las llevaré a almorzar a una tratoría en la cual he reservado mesa.-

Así se retiran de la casa, Michelángelo, Julieta, Pilar y Soledad. Llegaron al restaurante y se ubicaron en la mesa reservada para 7 personas. Julieta preguntó:

-¿Vendrán a almorzar otras personas?-

-No. He reservado para siete por lo que les voy a decir luego que ordenemos la comida.-

Cuando el mesero se retiró con el pedido, Michelángelo se dirigió a Soledad.

-Mi querida Soledad. Quiero que te quites las bragas que llevas y las pongas prolijamente extendidas sobre uno de los platos que nadie ocupará.-

-¡Aayyy!!!Me da vergüenza sacarme las bragas y ponerlas sobre el plato. Pero si usted quiere…, voy al sanitario, me saco las bragas y las traigo.-

-No Soledad, te las quitas aquí y las pones sobre el plato.-

-Soledad enrojeció de vergüenza. Era una puta, pero sacarse las bragas en el salón comedor y ponerlas en el plato, era demasiado, pero obedeció. Con disimulo se bajó las bragas hasta los tobillos, se las quitó completamente y las puso estiradas sobre un plato.

-Muy bien Soledad. Así me gusta que me obedezcas. Ahora lo harás tú Julieta.-

La joven también enrojeció aunque suponía que ella también iba a tener que hacerlo. Una vez con las bragas en las manos las puso sobre otro plato.

-Imaginarás Pilar que estoy esperando lo mismo de ti.-

Sin decir palabra, se quitó la prenda y la colocó sobre el último plato libre que quedaba en la mesa.

-Bien, ahora a disfrutar del almuerzo en tan buena compañía. Tres putas y sus tres bragas.-

Poco después llego el mesero con la comida. Grande fue su sorpresa cuando vio tres platos ocupados por sendas bragas. Miró a Michelángelo y una sonrisa de dibujó en su rostro.

Los parroquianos que pasaban al lado de la mesa mencionada, no dejaban de mirar asombrados las bragas sobre los platos y observaban a las tres jóvenes con gesto de desaprobación. Finalizado el almuerzo, el Comendatore les indicó que se pusieran las bragas y se dirigieron a la casa. Allí les presentó a María, la criada que atendía las necesidades de la casa y Magdalena, la cocinera.

-María, ahora tendrás un poco de más de trabajo ya que deberás atender también a estas jovencitas, pero estoy seguro que te darán poco trabajo.-

-Sí señor, haré lo que me indique. Las tres habitaciones para ellas ya están listas para ser ocupadas.-

-Bien chicas, vamos para allá.-

Las tres habitaciones destinadas a las nuevas habitantes eran espaciosas y bien iluminadas. Estaban muy cerca de la habitación principal que ocupaba Michelángelo.

-Dejen sus cosas y vengan las tres a mi habitación. Quiero pasar revista a sus cuerpos.-

Una vez en la habitación, Michelángelo les indicó que se desnudaran, cosa que las tres comenzaron de inmediato. Minutos después los tres cuerpos femeninos mostraban sus atributos a quién sentía una fuerte erección anticipándose a lo que sobrevendría.

-Si no me equivoco, Julieta, tu especialidad es la mamada. ¿Puedes demostrarlo frente a tus hermanas?-

Julieta se inclinó sobre la verga enhiesta y, a pasar de su tamaño, la engulló totalmente dentro de su boca, mientras con la lengua acariciaba el glande que dejaba escapar unas gotas de semen pastoso. Los labios rodeaban el falo y el movimiento de entrada y salida hacía que éste se endureciera más y más. Bastante antes de llegar a correrse le indicó que cesara de chuparla.

-¿Es Pilar la que le gusta recibirla por el culo?- preguntó el hombre.

-Sí señor. Soy yo la especialista en ser sodomizada. Será un honor sentir ser empalada por el culo por usted.-

-¡Qué formal! "Será un honor sentir ser empalada por el culo por usted". Puedes decir "Me gusta que me rompan el culo".-

-Como usted diga señor. Me gusta que me rompan el culo. Una verga grande como esa me lo abrirá muy bien.-

-Así está mejor. Ponte en posición para ser penetrada por el culo.-

Pilar se inclinó hacia delante, separó los glúteos y dejó su culo listo para ser penetrado.

-Por favor, póngame un poco de vaselina porque tengo el culo apenas abierto. Así entrará más adentro.-

Michel (como se hacía llamar Michelángelo) fue en busca de crema lubricante y untó la entrada. Poco después la verga se abría paso dentro de las tripas de Pilar. Allí tuvo algunos movimientos y caricias en la concha pero ninguno de dos se corrieron.

-Ahora será el turno de darle un poco a Soledad. Veo su concha húmeda pero hasta ahora ¡nada!, solamente mirar cómo usaba a sus hermanas. Te la meteré por adelante y recibirás la leche adentro.-

Soledad se recostó en la cama y levantó y separó las piernas.

-¿Tienes algo para decir?-

-Michel, ¿puede meter su hermosa verga en mi concha y cogerme como la puta que soy?-

-Por supuesto. Esa concha joven es una invitación. Ya he descargado mi leche en ese coño cuando, a escondidas, tu madre te cedía a clientes especiales. Ahora eres adulta y espero que seas la puta que siempre conocí.-

-¡Por supuesto, Métala adentro!-

Poco después ambos se corrían en un ruidoso escándalo de jadeos y suspiros.

-Veo que has mantenido tus habilidades cogiendo. Es una verdadera satisfacción tener una puta como tú.-

-Muchas gracias Michel.-

-Bien ahora quiero dormir una siesta. Quiero que Julieta se quede aquí conmigo. Pilar y Soledad, pueden retirarse.-

-Desde mañana habrá un régimen y reglas claras a las cuales deberán ajustarse.-

Capítulo III. Las reglas.

Al día siguiente y luego que Julieta le practicara una felatio que llegó hasta descargar el semen en la boca de la joven, bajaron a desayunar y Michel repartió copias del Reglamento, que las jóvenes debían aprender de memoria. Dicho reglamento decía:

-Quiero que lo conozcan bien y lo estudien para que se cumpla en todas sus partes. Yo debo irme a atender mis negocios pero estaré al mediodía. Hoy quiero que cuando regrese a las 12 me esperen desnudas en el comedor.-

Las tres asintieron con la cabeza. Era evidente que el Comendatore no era tan considerado como parecía cuando se las cogía a escondidas de las autoridades por ser menores.

A las diez de la mañana se presentó en la casa Beatriz, la entrenadora que le daría clases de gimnasia.

-Soy Beatriz y estoy encargada de asegurar que sus cuerpos se mantengan siempre apetitosos para el Comendatore. Deberán hacer ejercicios para mantener esos culos muy firmes, las tetas turgentes y tengan elasticidad para que puedan adoptar distintas posiciones.-

De inmediato las tres debieron calzarse una ropa apropiada y comenzó la clase. Luego de casi una hora y media Beatriz dio por finalizada la misma y aseguró que todos los días volvería a la misma hora.

Las tres hermanas se apresuraron a tomar un baño, depilarse el coño, perfumarse y estar listas para las 12, hora en que regresaba Michel. A la hora indicada llegó sonriendo.

-¿Cómo están mis putas? ¿Hay hecho ejercicios esta mañana?-

-Sí, estuvo Beatriz para indicarnos los movimientos.- dijo Pilar.

-Quiero que sus culos estén siempre firmes, bien parados y que no se agranden demasiado. No me gustan los culos gordos de algunas putas, también por eso quise jovencitas.-

-No te preocupes. Nuestros culos se mantendrán firmes, como lo quieres y siempre listos para ser usados.-

-Bien, vamos a almorzar. Tengo ganas de meterle la polla por el culo a Pilar.-

-Michel, por supuesto mi agujero de atrás está listo para que lo uses y será, como siempre, un honor ser penetrada por ti.- respondió Pilar

Terminado el almuerzo Pilar siguió a Michel hasta su habitación.

-¿Quieres comenzar por mi culo o prefieres que primero te la chupe para que se ponga bien grande y dura y así me rompas el culo más fácil?-

-Sí, chúpala primero, pero quiero volcar la leche en tu culo.-

Pilar comenzó con una mamada y cuando la verga había adquirido buenas dimensiones presentó su trasero para ser penetrado.

-Te pondré un poco de vaselina. Todavía tienes un agujero muy apretado y va a dolerte mucho.-

Así lo hizo y luego lentamente le fue metiendo su polla en el estrecho agujero. Simultáneamente le acariciaba los pezones con ambas manos. Pilar se calentó tanto que antes de recibir la leche ya se había corrido. Luego lo hizo Michel.

En forma similar transcurrió una semana. Las tres putas se habían habituado e su nueva vida, pero ocurrió que una mañana Julieta pareció no satisfacer con su mamada las exigencias de Michel.

-Puta, sabes que no has hecho bien tu trabajo esta mañana.-

-No sé qué me ha pasado, pero es cierto, no me salió bien la mamada.-

-¿Recuerdas el punto 9 del reglamento?-

-Sí, ¿cómo me va a castigar?-

-Te llevaré a una parte de la casa que no conoces, el sótano. Allí tengo los elementos necesarios para castigarte.-

-¿Qué me va a hacer?-

-Ya lo verás. Te conduciré allí esposada y así desnuda como estás. Pon tus muñecas en la espalda.-

Julieta giró sobre sus talones y colocó sus brazos en la espalda. Momentos después las esposas se cerraban sobre sus muñecas. Michel la tomó de un brazo.

-Camina. Bajarás las escaleras con cuidado.-

Una vez en el sótano le colocó una mordaza en la boca que le impedía hablar y casi emitir sonido alguno.

-Tu boca será castigada por no chupar adecuadamente mi verga. Permanecerás amordazada hasta mañana. No tomarás alimento sólidos ni líquidos y pasarás las 24 horas encerrada en esa jaula.-

Julieta no pensaba que iba a ser tratada así. Se metió dentro de la jaula, que era de reducidas dimensiones. Luego sus tobillos fueron esposados a una de las barras de la jaula y las esposas de sus muñecas también atadas a una de las barras. Ahora Pilar estaba casi inmovilizada y amordazada. Poco después se cerraba la puerta del sótano y casi a oscuras y completamente en silencio quedó encerrada.

Cuando las otras dos putas preguntaron por Julieta, les fue informado que había sido castigada y que no la verían hasta el día siguiente. Ambas hermanas se inquietaron por Julieta, pero no podían hacer nada. El contrato y el reglamento así lo establecían.

Recién al día siguiente Julieta fue liberada. En tanto tiempo no había podido mantenerse sin orinar por la cual debió permanecer largo rato en un charco de pis. Luego que salió de la jaula, primero debió bañarse para luego ir a desayunar. No se hicieron comentarios al respecto hasta que Michel se fue y entonces las tres hermanas pudieron comentar lo sucedido.

Era de esperar que alguna cometiera algún error, real o imaginario, por los cual tanto Soledad como Pilar también fueron castigadas poco después.

Alrededor de un mes después de haber ingresado en la casa, Lupe, la madre de las trillizas, llamó a Michel pidiendo permiso para visitar a sus hijas.

-Pues ven cuando quieras. Te propongo que sea hacia última hora de la mañana así puedes conversar con las putas a solas y luego almorzamos todos juntos cuando yo regreso de mis ocupaciones.-

-Me parece una muy buena idea. ¿El miércoles estará bien?-

-Pues te esperamos el miércoles.-

El miércoles siguiente Lupe se encontró con sus hijas. Preguntó todo lo relativo a su comportamiento, tanto como putas, como habitantes de la casa, si creían que Michel estaba conforme y todo lo relacionado con su trabajo profesional para luego pasar a algunas cosas personales.

Luego llegó Michel y después de indicarles que se desnudaran completamente para mostrar sus cuerpos a su madre, se sentaron a almorzar. Las tres debieron permanecer desnudas durante la comida.

-Michel, ¿cómo se comportan las putas? ¿Hacen todo aquello que le pide? ¿Ha tenido que castigarlas? No veo marcas en sus cuerpos.-

-Son muchas preguntas. En general se comportan bien y siguen el reglamento que les he dado. Hacen todo lo que les pido, aunque algunas veces están sorprendidas porque es nuevo para ellas, pero se esfuerzan en hacerlo bien. En cuanto a los castigos, le informo que las tres debieron sufrir un castigo cada una en el tiempo que llevan aquí.-

-Julieta una mañana no hizo la mamada de la mejor manera, por lo que tuve que encerrarla un día en el sótano amordazada ya que su boca no trabajó bien.-

-¿Ese pequeño castigo por una mamada incorrecta? Usted Michel es muy benigno. Julieta es especialista en mamadas y le he enseñado muy bien cómo hacerlo. Hubiera merecido un castigo mayor.-

-Pilar recibió un castigo por no tener su ano limpio cuando la penetré. Era inconcebible. Por eso permaneció un día atada a una columna con un grueso falo en el culo.-

-Que no sean limpias es algo que no soporto. Yo les he enseñado que la higiene es fundamental en una puta. Estas chiquilinas no aprenden. Sólo con castigos corregirán su comportamiento. ¿Y Soledad, también fue castigada?-

-Sí. Soledad mintió diciendo que estaba todavía con la regla cuando ya no era así. A mí no me gusta cogerlas en el período, pero que mientan no lo acepto.-

-¡No puedo creer que Soledad mienta! Me están haciendo quedar mal ante el Comendatore, comportándose con unas putitas baratas y no aplicando todo lo que les enseñé. Esa no es manera de tratar a un cliente y mucho menos a un cliente como el Comendatore. ¿Qué castigo le impuso?-

-La até a una cruz de San Andrés giratoria, que daba vueltas impulsada por un motor, de manera tal que por momentos estaba cabeza abajo con las piernas separadas hacia arriba y la concha abierta. Entonces caía justo en el agujero una gota de jugo de limón que corría dentro de su vagina. Así estuvo 12 horas.-

-Me parece el mínimo castigo que merece por no querer recibirla por el coño. Una verdadera puta no hace semejante cosa. Espero que las tres hayan pedido perdón por lo que hicieron y se hayan esforzado para reparar el daño causado. Creo que si siguen así el Comendatore las enviará de vuelta a casa y saben lo que les espera por quejas de un cliente.-

-No exagere Lupe. Las putas ya se irán adaptando a todo. Apenas tienen 18. Usted sabe que si debo castigarlas, lo haré sin titubear.-

-Frecuentemente estas putas jóvenes necesitan que les calienten el trasero con una paleta. Así recordarán lo que les he ensañado, si es que quieren ser el día de mañana las mejores putas de la ciudad.-

Luego de platicar algo más, Lupe se retiró, prometiendo volver en algo más de un mes. Esperaba en esa oportunidad no tener ninguna queja de Michel y que no hubieran sido necesarias correcciones por su comportamiento.

Así prosiguieron algún tiempo más. No había necesidad de castigo alguno. Las tres cumplían sus funciones con verdadera dedicación cuidando todos los detalles que pudieran complacer a Michel, quien rigurosamente todos los meses pagaba a Lupe los servicios de sus hijas.

Michel se había acostumbrado tanto a la presencia de las tres, que ya casi no había horarios para nada. Las putas debían vestir solamente bragas y sostén, siempre transparentes, cuando estaban en la casa y Michel las cogía en el lugar y oportunidad que quisiera, desde alguno de los dormitorios hasta el jardín trasero de la casa. Frecuentemente durante el almuerzo, alguna de las tres debía permanecer debajo de la mesa para chupar el falo de Michel cuando éste indicara. Las tres habían adquirido habilidad para hacerlo en tan incómoda posición.

Sabían, además, que debían conservar el trabajo. Si el Comedatore echaba de la casa a alguna de ellas, su madre e instructora, se enojaría tanto que su futuro podía ser incierto. Así fueron perdiendo sus propios gustos y todos sus pensamientos estaban dedicados a ser las más apetecibles putas, no importando sus propios deseos. Todos sus pensamientos giraban en imaginar cómo agradar más a Michel. Tampoco querían ser sancionadas con castigos que, seguramente, serían muy superiores al recibido en el primer mes.

FIN