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Necesitaba Dinero (3 de 4)

en Sadomaso

Necesitaba Dinero (3 de 4) Verónica piensa en su presente y futuro

Ricardo Erecto.

 

La mañana del sábado se despertaron no muy temprano. Damián se interesó por el estado de Verónica.

-¿Has descansado bien?-

-Por suerte sí. Me siento mucho mejor. Creo que podré volver a mi casa.-

-Ya que es sábado y mañana domingo, puedes quedarte un día más para que te pueda atender. ¿Quieres que te pase más crema?-

-Sí, me ha hecho muy bien.-

Damián comenzó a pasar crema por todo el cuerpo de Verónica, incluso por la parte interna de los muslos y la misma concha.

-¡Qué agradable es sentir tus dedos en mi concha! Me gusta que me pases crema allí.-

-Me parece que eres un poco calentona.-

-¿Y tú no?-

-Bueno, siempre es un gusto acariciar tus intimidades.-

Así terminó su tarea y se levantaron para desayunar.

Verónica pasó casi todo el día acostada y cuando estaba levantada vestía solamente un short deportivo bastante suelto sin bragas para evitar el roce dela tela. Lasmarcas sobre su cuerpo se estaban diluyendo. A la noche y luego de acostarse ambos, Verónica comentó:

-Ya me siento bastante mejor y creo que mi concha ya está casi desinflamada ¿Quieres usarla?-

-Si no te duele que te penetre, será un gran gusto cogerte. A pesar de la mamada de ayer, me quedé con ganas.-

Mientras Damián comenzaba a acariciar las tetas y la concha de Verónica, ésta tomó la pija entre sus manos para acelerar la erección.

-¿Sabes Verónica? Quisiera metértela desde atrás.-

-Cuando me digas que quieres clavármela, me pongo en posición.-

Minutos después y ante una indicación, la muchacha se puso en cuatro, levantando el culo y ofreciendo su concha húmeda para ser penetrada. Damián la fue introduciendo lentamente por temor a causarle dolor. Cuando la tuvo toda adentro preguntó:

-¿Estás bien? ¿No te duele?-

-Para nada. Podemos empezar a movernos.-

Damián tomó los pezones y comenzó a apretarlos con suavidad, esperando las reacciones dela joven. Podíaseguir jugando con esa sensible parte, ya que Verónica en ningún momento acusó molestia. Así siguieron hasta alcanzar el orgasmo, que llegó primero a ella y luego a él.

Finalizado el polvo, Damián quería saber más respecto de lo sucedido en esa semana con su prima.

-¿Qué te hicieron el cuarto día?-

-Ese día lo dedicaron a perforaciones. ¡No te imaginas lo que es que te atraviesen un pezón con un alfiler! ¿Quieres que te cuente?-

-Sí cuéntame.-

-Me llevaron a una sala en la cual había como un a camilla ginecológica. Me acostaron y me levantaron y separaron las piernas. Luego con correas me inmovilizaron. Mientras tanto estaban filmando desde distintos ángulos.-

-Se acercó unos de los verdugos y luego de pasarme alcohol por los labios vaginales, abrió un alfiler de gancho (imperdible) y comenzó a atravesarme uno de los labios. Esos alfileres no tienen la punta muy afilada, por que debió empujar bastante hasta atravesar el primer labio. Yo gemía con desesperación por el dolor. Luego de atravesar un labio, comenzó a perforar el opuesto hasta que lo traspasó y luego cerró el alfiler. Así repitió la operación hasta que me colocó cuatro alfileres que cerraban el paso de mi concha. Entonces me dijo: “ahora no te podremos coger por la concha, tendremos que hacerlo por el culo”.-

-Me puso un espejo de manera que pudiera ver cómo me había quedadola raja. Aunquecon restos de sangre pude apreciar los cuatro alfileres cerrando el paso ala vagina. Tepodrás imaginar el dolor.-

-Si miras la vulva es posible que veas los lugares en los cuales los alfileres atravesaron los labios. Luego siguieron con las tetas. Comenzaron atravesando con una agujas los pezones y luego alrededor de  las areolas. Yo gemía del dolor pero, por supuesto, no hicieron caso a mis lamentos.-

-Lo siguiente fue ponerme un alfiler de gancho cerrando los labios de mi boca. Primero tomaron el labio inferior y empujaron hasta atravesarlo de afuera hacia adentro y luego el labio superior de adentro hacia fuera y finalmente cerraron el gancho. En ese momento realmente tuve miedo.-

Damián ya acusaba una nueva erección. El relato de Verónica lo había excitado, cosa que no escapó a la vista de la muchacha

-Se te ha parado otra vez. ¿Es por loe que te contado?-

-Aunque no me creas ni yo pueda creerlo, se me ha parado.-

-¿Quieres que te siga contando o prefieres que te la mame?-

-No, sigue contando.-

Yo estaba con perforaciones en la vulva, las tetas y la boca. ¿Qué más podían hacerme? Pues supieron qué más hacerme.-

-Como tenía las piernas muy levantadas, el ano quedaba expuesto. Entonces luego de pasar alcohol por el agujero del culo, clavaron dos agujas profundamente en el esfínter. En ese momento no puede contenerme y un chorrito de orina se escapó entre los labios vaginales. Además de la tortura, ahora era la humillación de mearme.-

-Así me tuvieron más o menos una hora, tiempo que usaron en darme algunos azotes en los muslos y el vientre. Pasado ese tiempo comenzaron a sacarme los alfileres y las agujas.-

-Damián, viéndote cómo tienes la polla, creo que te hubiera gustado ser el verdugo.-

-Prefiero tenerte para cogerte todas las veces que quiera.-

-Una cosa no inhibela otra. Quizáste gustaría tenerme para cogerme todas las veces que quisieras y al mismo tiempo, también castigarme todas las veces que quisieras.-

-No puedo aceptar ese pensamiento. Es cierto que me he calentado, pero de allí a hacértelo… No creo que no.-

-Damián, quiero dormir. ¿Me permites?-

-Por supuesto Verónica. Creo que ambos estamos cansados.-

El domingo transcurrió sin muchas novedades. Verónica se quedó hasta casi mediodía enla cama. Continuabarecuperándose de los castigos recibidos. Se levantó y luego de ponerse solamente unas bragas, preparó el almuerzo. Tenía muy buenos conocimientos de cocina. Luego del almuerzo Verónica se vistió y pidió a Damián que la alcanzara a su casa con el auto.

-¿Estás bien como para regresar a tu casa?-

-Sí Damián. Ya he abusado de tu hospitalidad. Puedo regresar a casa.-

-Aquí tienes el dinero que me entregaron en el estudio de filmación.-

-Descuenta lo que me has prestado. Solamente debo algo menos de dos mil, por lo que me queda mucho dinero todavía.-

-Ha sido un regalo lo que te he prestado. No lo quiero de vuelta. Quédatelo por si lo necesitas.-

-Gracias Damián. Un día de éstos te llamo para ver las fotos que me tomaste.-

-Lámame cuando quieras.-

Subieron al auto y Verónica se bajó en la puerta de su casa. Se despidió de Damián con un beso en la boca.

El viernes por la tarde, Verónica llamó a Damián a su oficina.

-Damián, quería conversar contigo. Tengo una consulta muy importante para hacerte.-

-Supongo que no querrás que te lleve otra vez a que te torturen.-

-No, no es eso, pero no quiero adelantarte nada.-

-Tanto misterio me preocupa. Ven a la oficina y salimos a cenar. Tengo un lugar en las afueras de la ciudad, muy tranquilo.-

-¿A qué hora quieres que esté allí?-

-A las 19:30. Dile a mi secretaria que yo te espero a esa hora. No vengas con ropa provocativa.-

Luego que se encontraron en la oficina subieron al auto y se encaminaron a las afueras.

-Estoy un poco intrigado por lo que me quieres consultar.-

-Luego lo hablamos. Quiero mostrarte unos papeles que traje en esta carpeta.-

Luego que ordenaron la cena, Verónica comenzó a hablar.

-Lo que voy a decirte lo he meditado mucho. Esta semana que estuve en casa no me despegué de mi computadora buscando en Internet información y he encontrado muchas cosas interesantes.-

-¿Sabes lo que es una esclava?-

-El esclavismo se abolió en este país hace muchísimos años.-

-No lo creas. Actualmente hay muchas mujeres que son esclavas de amos que cuidan y abusan de ellas. Muchas de ellas lo son forzadamente pero muchas otras lo son por propia voluntad.-

-No te entiendo a dónde quieres llegar.-

-Quiero… quiero… quiero se tu esclava.-

-¿Qué dices?-

-Eso, que quiero ser tu esclava.-

-No he tenido ni quiero tener esclavas a mi servicio.-

-Dime, ¿no me habías dicho que siempre quisiste cogerme y que tus amigos estaban calientes conmigo?-

-Eso en cierto.-

-¿No te has calentado cuando viste mi cuerpo cubierto de marcas producto del castigo que recibí una semana atrás?-

-Debo admitir que eso también es cierto.-

-Si me tomas como esclava podrás cogerme todas las veces que quieras, en el momento que quieras y en el lugar que quieras. Además podrás castigarme de igual forma, sin ninguna restricción. Las torturas que se te ocurran las podrás probar sobre mi cuerpo ¿Por qué privarte de ambas cosas si te satisfacen?-

-Entre otras cosas porque eres mi prima. Que me haya echado unos polvos contigo, con tu consentimiento, es una cosa y violarte y castigarte es otra.-

-Que sea tu prima no tiene nada que ver. Soy una mujer a la que deseas coger y castigar y esa mujer ofrece convertirse en una esclava para satisfacer tus deseos. No pienses que soy una mujer. Seré solamente una esclava.-

-Es una locura total. Además ¿Por qué crees que me gusta torturar mujeres?-

-Porque te has exitado cuando te conté cómo me castigaban. ¡Tienes alma de torturador de mujeres!-

-Eso es una locura y menos que una mujer se someta por propia voluntad.-

-De ninguna manera. Otras mujeres lo han hecho. Otros hombres se han convertido en sus amos y señores. ¿Por qué no podemos hacer lo mismo?-

-Con frecuencia salgo con otras mujeres y las llevo a casa para pasar un rato íntimo. Creo que no te gustaría que tú estés en una habitación y yo cogiendo con otra.-

-Una esclava obedece, no opina. Si su amo quiere cogerse a otra mujer, es obligación de la esclava promover ese hecho, no molestarse. Si llegara siquiera a pensar en sentirme celosa porque te coges a otra, deberás castigarme por tener malos pensamientos.-

-¿Y estarías dispuesta a desempeñar el papel de esclava? ¿A cambio de qué?-

-Solamente que me ofrezcas un lugar dónde dormir y alimento. Entre las cosas que encontré en Internet fue un modelo de contrato de esclavitud. Le hice algunas modificaciones y aquí traje una copia. Fundamentalmente dice que tú puedes hacerme absolutamente lo que quieras, excepto asesinarme. Ese hacerme lo que quieras incluye alquilarme, venderme, cederme, hacerme trabajar en la tarea que quieras, incluyendo, por supuesto, de puta o esclava. Cogerme, castigarme, torturarme de la manera que la desees, humillarme, tú o quién tú indiques, etc. En cuanto a mí, no tengo derecho a nada y solamente debo obedecerte y prestarme a todo lo que quieras hacer con mi cuerpo. Repito, no tengo derecho a nada. Incluso había una cláusula en la que hablaba de una palabra acordada para cuando la esclava quería detener el castigo, que la he eliminado. Solamente tú puedes detener el castigo cuando lo consideres necesario. Yo no tengo ese derecho.-

-Incluso he pensado que puedes despedir a la mucama que tienes y yo me ocuparé de las cosas de la casa mientras tú no estás y ponerme a tu servicio apenas así lo dispongas. Pienso que el ático sería un lugar adecuado para que me alojes allí e incluso puede ser  el lugar en el cual me castigues cuando así lo desees. Es bastante grande y aislado.-

-De los diez mil que he cobrado, me han quedado más de siete mil, dinero suficiente para comprar algunos instrumentos que puedas usar sobre mi cuerpo. Además puedes enviarme periódicamente al estudio de filmación para quedarte con algún dinero o hacerme trabajar de puta. El contrato dice que puedes hacer eso y mucho más.-

-Debo confesarte que me desconciertas con tu propuesta. Convertirte en mi esclava, poder cogerte cuando quiera, castigarte, etc. Insisto, me desconcierta. ¿Y si me canso de ti, qué hago?-

-Puedes venderme. Hay intermediarios que se ocupan de la compra-venta de esclavas, sobre todo para enviarlas al exterior. Te podrás desprender de mí y ganar algún dinero con mi venta. También alquilarme de forma permanente a una casa de putas.-

-¿Te imaginas tenerme atada y azotarme el culo hasta que quede rojo y luego cogerme sin que yo pueda oponerme? ¿Te imaginas tenerme suspendida de las muñecas mientras con un látigo marcas mi cuerpo mientras mis lágrimas corren por mis mejillas? ¿Te imaginas presentarme ante tus amigos desnuda y cubierta con las rayas del látigo?-

-Verónica, creo que vas muy lejos, aunque debo aceptar que se me está parando de solo pensarlo.-

-Es lo que te he dicho. Te gusta hacérmelo. Yo con gusto presto mi cuerpo y me someto a tu voluntad. Estoy sacando la sumisa que llevo adentro. ¿Por qué no aprovechar la oportunidad? Estoy segura que luego de unas semanas te animarás a más y podrás ser muy duro conmigo.-

-Todo esto es muy fuerte. Déjamelo pensar.-

-Si tú no aceptas esclavizarme, te pido por favor que busques alguien que quiera hacerlo. Quiero cambiar mi vida.-

-No tomes decisiones apuradas Verónica. Has vivido 22 años de una manera. Piénsalo bien.-

-Damián, ya lo he pensado y lo que más feliz puede hacerme es convertirme en tu esclava. Seguramente serás riguroso conmigo, pero eso me calienta. Te diría que tengo las bragas mojadas de mantener esta conversación. Aquí tienes copia del contrato que firmaré si aceptas. Por supuesto puedes agregarle las cláusulas que creas conveniente para someterme aun más.-

Damián se debatía entre lo que debería ser su comportamiento formal y el deseo que se estaba despertando de tener a su disposición a su prima Verónica. ¡Tenerla como esclava! ¡Cogerla y castigarla! ¡Qué buena combinación! Por un momento volvió a su mente la vista el cuerpo desnudo y severamente castigado de su prima solamente una semana atrás. Sí, efectivamente le hubiese gustado ser él el artífice de esas marcas en el cuerpo de Verónica.

Su prima notó que estaba sumido en pensamientos eróticos y deslizó con disimulo su mano al pantalón de Damián. Un cilindro duro estaba entre sus piernas.

-No te imaginas cómo me gustaría tener tu pija clavada en mi concha. Terminemos pronto la cena y vamos a tu casa y me la pones bien adentro. Será el último deseo que te pida. Luego serás tú el que des las órdenes.-

Apuraron la cena, Damián pagó la cuenta y salieron. Una vez en el auto, Verónica buscó algo en su bolso.

-Quiero que me lleves esposada. Las compré esta semana para regalártelas. Por favor ciérralas con mis brazos en la espalda.-

Damián abrió los ojos. Evidentemente Verónica ya tenía las cosas planeadas. Tomó las esposas y las cerró sobre las muñecas de Verónica, enla espalda. Llevósu mano debajo de la falda hasta alcanzar las bragas.

-¿Ves? Así puedes tocarme sin que yo pueda defenderme.-

-Veo que tienes las bragas mojadas. ¿Estás caliente?-

-Es lo que te he dicho en el restaurante y si me tocas mucho, creo que me corro aquí mismo.-

Damián puso el auto en marcha y partió raudamente hacia su casa. Él también estaba muy caliente y tenerla esposada…. agregaba un poco de morbo a la situación.

Llegaron a la casa y se dirigieron de inmediato al dormitorio. Le quitó las esposas para desnudarla de la cintura para arriba y se las volvió a colocar, nuevamente con los brazos enla espalda. Luegocomenzó a sacarle y el pantalón, quedando solamente vestida con las bragas.

-Todavía que quedan algunas marcas en las tetas.-

-También se nota amoratados los labios dela concha. Elcastigo del viernes pasado fue muy duro. Luego quiero que me des detalles del viernes.-

Comenzó a bajarle la bombacha, de muy reducidas dimensiones, hasta dejarla totalmente desnuda. La abrazó y comenzó a acariciarle el culo mientrasla besaba. Porsu parte Verónica también hubiese querido abrazarlo, pero las esposas se lo impedían. Concentró su atención en la boca y la lengua.

Poco después la depositó de espaldas en la cama y se dispuso a penetrarla. Mientras tanto Verónica debía mantener sus manos debajo del culo lo cual elevaba ligeramente la pelvis, haciendo más accesible la penetración, que no demoró en concretarse.

Damián comenzó en el movimiento  lentamente pero sin pausa, mientras notaba los movimientos de Verónica que se esforzaba por zafar de las esposas para abrazarlo, lo cual calentaba más a ambos. Finalmente ambos se corrieron y Damián se quedó sobre Verónica hasta que su pija se volvió completamente flácida. Había sido un polvo, mezcla con violación, como no había imaginado. Luego se acostó a al lado de Verónica y comenzó a acariciarle las tetas.

-Es agradable sentir tus manos en las tetas. No aprietes mucho porque todavía me duelen si lo haces. ¿Me vas a dejar esposada?-

-Sí hasta que me cuentes qué te hicieron el viernes pasado.-

Me llevaron a la sala de castigos, me ataron los brazos en la espalda y me pusieron una barra separadora de unos ochenta centímetros con tobilleras en las puntas que ajustaron sobre mis tobillos. Luego bajaron un cable desde el techo y lo unieron a la barra y comenzaron a levantarme, Quedando suspendida con la cabeza a un metro del piso. Hasta allí no imaginaba qué me iban a hacer.-

-Uno de los verdugos tomó una fusta y comenzó a azotarme en las tetas, pero en la parte de abajo (ahora estaban arriba y expuestas). No te puedo precisar cuántos fustazos recibí, pero fueron muchos. Dejaron de golpearme cuando ya estaban completamente amoratados y yo creía no resistir más.-

-Fue entonces que el verdugo cambió de instrumento para pasar a un látigo. Sí a un látigo con el que comenzó a azotarme enla concha. Luegocambió por una fusta para golpear más precisamente en el clítoris y finalmente unas disciplinas completaron los azotes en la concha.-

A estas alturas, ya Damián comenzaba a tener una erección, para satisfacción de Verónica. Era una clara señal que no le iba a disgustar tener una esclava en su casa.

Luego me bajaron de la posición en que estaba, me ataron las manos y comenzaron a elevarme de mis muñecas hasta que los pies quedaron en el aire, sin sustento. Permanecía con la barra separadora.

Siguió una sesión con un látigo de cola larga. Cada azote dado en la espalda, rodeaba todo  mi cuerpo dando una vuelta completa. No sé cuántos me dieron, pero tú has visto cómo tenía el cuerpo cuando me tomaste las fotos.-

-Nunca creí que una mujer pudiera resistir semejante castigo. Por eso te he dicho que no debería haberte dejado ir a ese lugar.-

-No volvamos sobre lo mismo. Yo lo había decidido y si hoy me encontrara en aquella situación, lo haría sin duda.-

-¿Tanto te gusta que te castiguen y te violen?-

-Ya te he dicho que me puse bastante cachonda cuando era torturada, a pesar del dolor y  mis gemidos. Hablando de cachondo, creo que te has calentado nuevamente. Está un poco dura.-

-Sí, tu relato me calentó un poco. Si usas tus habilidades de mamona, estaré en condiciones de correrme otra vez.-

-Te la mamo, pero córrete en mi boca. Quiero sentir el gusto de tu leche otra vez.-

Verónica, solamente con su boca y lengua, ya que continuaba con sus manos esposadas, comenzó a lamer la pija de Damián. Los movimientos de la lengua y boca de la muchacha eran de una verdadera experta logrando así una fuerte erección. Sus movimientos, por momentos rápidos, por momentos lentos, hicieron que luego de unos minutos la leche de Damián llenara su boca, que luego de saborearla, la tragó por completo.

-¿Te ha gustado la mamada?-

-Lo sabes hacer muy bien, incluso sin disponer de tus manos para ayudarte. Te consagraré Miss Mamona.-

-Me gustó hacértelo solamente con la boca yla lengua. Nonecesité mis manos.-

Ya era bastante tarde cuando decidieron tomar un baño y descansar. Le quitó las esposas y le permitió usar unas bragas para dormir, pero ninguna otra prenda. El sábado podían disfrutar de estar juntos todo el día.

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