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Siete mujeres para el guerrero

en No Consentido

Siete Mujeres para el Guerrero.

Dedicado a todas las lectoras de este foro que se calientan con los cuentos de No Consentido, Dominación Sumisión y Sadomaso, que son muchas y me lo han expresado reiteradamente

 

Habían tomado una ciudad. Sus habitantes estaban a merced del nuevo jefe, quien ordena a su ayudante que quiere las siete mejores mujeres de la ciudad.

-Consígalas como sea, pero en una semana quiero siete hembras, las mejores que habitan esta ciudad, para disfrutar de ellas.-

-¿Son para castigos continuos como otras veces? ¿Traemos las hijas y mujeres de las anteriores autoridades para que sean humilladas y castigadas en público?-

-No, esta vez quiero siete mujeres jóvenes, ni más ni menos, para gozar el sexo con ellas. Si obedecen no serán castigadas. Solamente quiero cogerlas.-

Con estas premisas salió el asistente en busca del material requerido por su jefe. Ya lo conocía y cuando decía "las mejores mujeres de la ciudad" se refería a jóvenes, de buena presencia y que nunca hubieran pensado en ser el juguete sexual de un guerrero, pero así estaban las cosas y era necesario poner manos a la obra.

Recorrió la ciudad ordenando que al día siguiente se reunieran en la plaza todas las mujeres entre 18 y 28 años para cumplir con un censo. Quien se negara a presentarse sería castigada en público.

Efectivamente al día siguiente se reunieron alrededor de 100 hembras que cumplían con la edad requerida.

Macuto, tal era el nombre del ayudante del guerrero, comenzó a llenar algunas fichas con datos de las encuestadas y al mismo tiempo iba haciendo una calificación de sus cuerpos. Su experiencia siempre le había servido para diferenciar lo bueno de lo regular y de lo descartable. Así hizo una primera selección de 11 mujeres a las que citó para el día siguiente en el palacio.

Para evitar cualquier sospecha, cuando recibió a las mujeres estaban presentes dos ayudantes femeninas que les indicaron a las recién llegadas que debían cambiarse de ropa, por otras de lujo que les sería suministradas. Era "para estar presentes en una próxima fiesta".

Sin dudarlo las 11 féminas se cambiaron luciendo entonces vestidos algo vaporosos a través de podían observarse las curvas y firmeza de las carnes de las mujeres. Maputo procedió a la calificación final, seleccionando las siete mujeres solicitadas. Tenían entre 18 y 24 años de edad.

Se les propuso entonces concurrir nuevamente al día siguiente a las seis de la tarde para tener una entrevista con el General Mustafá Chalve, nuevo responsable de la ciudad.

Puntualmente concurrieron las mujeres a la cita. Las hacían pasar separadamente y las conducían a una sala especialmente preparada para la ocasión. Colgaban desde el techo siete argollas. La primera en llegar fue amordazada y rápidamente de ataron las muñecas a las argollas, quedando sus brazos por encima de la cabeza. También colocaron unos grilletes en los tobillos. Quería gritar y soltarse de las ligaduras, cosa que le era imposible.

Momentos después arribó la segunda de las mujeres que también fue amordazada y atada de manera similar a la primera. Así fueron ingresando las siete, hasta que quedaron todas de igual forma. Terminada la tarea se retiraron todos excepto Macuto.

Minutos más tarde arribó Mustafá.

-He pedido a mi ayudante que eligiera las mejores siete mujeres de la ciudad para que me sirvieran. Por lo que puedo observar ha sido buena elección pero el veredicto final lo daré luego de ver sus cuerpos desnudos. Por favor Macuto quítele las ropas a la primera. Déjela solamente con la bombacha.-

El ayudante, con una tijera en la mano se acercó a la primera de las mujeres para cortarle la ropa y dejarla vestida solamente con las bragas. Ante la evidencia de las intenciones de Macuto comenzó a moverse e intentar rebelarse contra lo que iba a suceder, sin mayor éxito. Primero cortó la camisa dejándola con el sostén. Luego procedió a cortar la falda, vistiendo ahora solamente ropa interior y a continuación las tiras del sostén, mostrando las firmes tetas.

Mientras tanto las demás mujeres miraban horrorizadas lo que estaba ocurriendo, asumiendo que tarde o temprano serían ellas a las que les quitarían sus ropas.

Mustafá se acercó y magreó las tetas, luego palpó el culo y finalmente, de manera muy lenta, comenzó a bajarle la bombacha. La muchacha comenzó a llorar en silencio ya que presentía qué ocurriría después. El guerrero metió la mano entre las piernas para acariciar la concha. Había mucho vello en el pubis, habría que depilarla. Al finalizar la inspección de la primera joven, miró a Macuto y le guiño un ojo. Había elegido bien.

Pasó entonces a la segunda. El ayudante comenzó a cortar las prendas dejándola solamente con la bombacha. Mustafá repitió la operación de magreo del cuerpo de la joven. Le bajó las bragas y volvió a palpar el culo. Era muy firme y redondo. Un hermoso culo. Luego acercó sus dedos a la entrada de la concha. La joven se movía tratando de evitar el manoseo de su cuerpo, pero las ligaduras se lo impedían. A pesar de la mordaza algunos gemidos podían escucharse mientras las lágrimas brotaban de sus ojos en torrentes.

Luego de admirar y tocar el cuerpo a gusto pasó a la tercera. Era seguramente la más joven de todas y se resistía mientras era desnudada. Lo que más le llamó la atención de Mustafá eran las tetas. De poco volumen pero muy en punta, firmes y con unos pezones rojos y marcados. Casi parecía un cuerpo artificial hecho de algún material extraño, pero no, era una jovencita de carne y hueso.

Cuando comenzó a bajarle la bombacha ya sentía una erección importante. Acariciar ese culo, firme y redondo y esa concha que por alguna razón apenas se ocultaba con un escaso vello rubio. Sería un verdadero placer disponer de esta joven para sus caprichos.

Así completó la revisión de las siete que quedaron desnudas y con las bragas en los tobillos.

-Debo decirte Macuto que has hecho un gran trabajo. Son realmente ejemplares de primera calidad. Has interpretado mis deseos a la perfección. Quiero que dispongas las cosas para que sean depiladas tanto en el pubis como las zonas aledañas. Tú me entiendes a qué me refiero.-

-Aparte de éstas, ¿has elegido alguna para que te sirva a ti?-

-No, no lo consideré conveniente. Quizás en unos días me apropie de algún cuerpecito para disfrutarlo, pero sabe que me gustan más jóvenes, 17 o 18 y si es posible que sean vírgenes.-

-Creo que pides demasiado, pero debo reconocer que eres hábil para estas cosas. Cuentas con todo mi apoyo para lo que necesites en ese sentido.-

-Muchas gracias, señor.-

-Ahora llevarás a estas señoritas a las habitaciones de seguridad. Podrán vestir las pantaletas y una túnica y que permanezcan esposadas y con grilletes en los tobillos. Les quitarás las mordazas. Ésta la llevas a mi habitación que quiero comenzar a gozar de esta preciosura.-

La "preciosura" era justamente la tercera que había inspeccionado. La joven, Vivian, de 22 años, comenzó a sollozar con amargura. Sabía lo que le esperaba.

Macuto condujo a la joven hasta la habitación de Mustafá pero la dejó vestida solamente con las bragas y con las manos esposadas en la espalda, cerrando la habitación con llave. Una hora después entró Mustafá en la habitación. Vivian estaba sentada en la cama con evidentes signos de haber llorado.

-No es para llorar. Saber que voy a gozar de tu cuerpo y debes gozar tú también. Te quitaré las esposas y la bombacha para dejarte completamente desnuda, pero no intentes siquiera resistirte a mis deseos porque en ese caso la pasarás muy mal. ¿Me has entendido que debes complacerme?-

-Sí señor.-

Comenzó por quitarle las esposas y luego de sacarle la bombacha la recostó boca abajo sobre la cama. Acarició la espalda y bajó sus manos al culo. Vivian hizo un movimiento pero dejó hacer. Sabía que no podría resistirse. Mustafá separó los glúteos y observó el ano. Ya metería su pija también por allí. Deslizó un dedo hacia abajo para alcanzar la concha.

-Voltéate y queda boca arriba. Tus manos debajo del culo para que nada me moleste.-

El corazón de Vivian palpitaba con fuerza. Era la primera vez que se encontraba desnuda acostada en una cama y siendo magreada por el hombre que muy pronto la desvirgaría contra su voluntad. Ni siquiera tuvo fuerzas para llorar.

Mustafá le separó las piernas con las manos y la conchita de la joven apareció con todo su esplendor. Si bien los labios exteriores estaban hinchados, ambos ocultaban y cerraban el paso a la vagina, todavía virgen. Mustafá no pudo esperar más y se quitó la ropa. Una verga enhiesta y de buen tamaño asustó a Vivian.

-No me la clave. ¡Es muy grande y me va a destrozar!- imploró.

-¡Cállate y mantén las piernas separadas para que te la clave hasta el fondo! Lo haré despacio para que no te duela mucho al desvirgarte.-

Vivian cerró los ojos mientras separaba aun más sus piernas. Sintió el pene de Mustafá apoyado sobre los labios vaginales entreabiertos y luego como lentamente iba adentrándose hasta romper el himen. Hizo un gesto de dolor, parte por el desgarro y parte por la humillación de ser violada.

Mientras tanto Mustafá seguía metiendo y sacando su verga en la conchita que se iba lubricando y dilatando. Vivian mantenía sus manos debajo del culo y algunas lágrimas corrían por sus mejillas. De pronto Mustafá detuvo el movimiento y un abundante chorro se descargó en la vagina. La joven permaneció inmóvil con un sentimiento mezcla de miedo, enojo, angustia e impotencia.

Cuando la verga redujo su tamaño, el guerrero la retiró, indicándole a la joven que se lavara en el baño, mientras él hacía lo propio.

-Muy buena conchita para estrenar. Creo que te veré con frecuencia para gozarte. Volvamos a la cama que quiero magrear tu cuerpo y que luego me la chupes para ponerla en forma.-

-¿Por qué me tortura de esta forma? ¿Merezco ser tratada como una puta?-

-Primero, no es ninguna tortura, es simplemente cogerte. Tú no sabes lo que es una tortura y segundo no te trato como a una puta, quiero disfrutar de cuerpo, de tu concha y de tus tetas…-

-¡Me ha arruinado la vida! Siempre cuidé mi virginidad y ahora todos sabrán que Mustafá Chalve me ha cogido y me cogerá todas las veces que quiera.-

-Deberás aprender a gozar tú también cuando te penetro. Debes lograr un orgasmo intenso, pero esa es tarea tuya. Pero basta de discursos, comienza a mamarme y ponerla dura otra vez, que quiero cogerte de nuevo.-

Una vez en forma nuevamente Mustafá se colocó sobre Vivian y comenzó a penetrarla nuevamente, que quería evadirse, aunque fuera en pensamiento, de la situación en que le tocaba vivir. Poco después nuevamente sintió el líquido caliente corriendo por su vagina.

-Puedes lavarte. Llamaré a mi ayudante para que te conduzca a tu habitación. Por hoy es suficiente.-

Al día siguiente eligió otras de las mujeres que estaban en las habitaciones de seguridad. En esta oportunidad era una joven de 26 años, alta y de ojos negros. Muy buena figura, con un culo redondo y firme y piernas delgadas y largas. Llego a la habitación de Mustafá vistiendo la túnica y las bragas pero esposada ya que se resistía a ser usada como lo había sido su compañera de infortunio. De todas maneras ya estaba delante de Mustafá que la miraba con lasciva.

Le indicó que se volteara para quitarle las esposas. Así lo hizo la joven pero entes de quitárselas, Mustafá pasó sus manos por los senos palpándolos y apretándolos. Luego la liberó de la restricción.

-Ahora quiero que te quites la túnica y luego, lentamente, que te saques la bombacha.-

Comenzó a obedecer mientras su corazón latía con fuerza. No era la primera vez que iba a coger, pero nunca antes lo había hecho contra su voluntad y mucho menos mostrando el cuerpo de esa manera. Además el hecho de no tener vello que ocultara, aunque fuera parcialmente, su concha agregaba una cuota de vergüenza a sus sentimientos.

Una vez completamente desnuda, el hombre se acercó y comenzó a acariciarle el culo, luego las tetas y finalmente bajó sus manos hasta la concha, introduciendo el pulgar en el conducto vaginal.

-Tienes todo esto muy seco. ¿No estás excitada pensando en que te voy a coger?-

-¿Puedo estar excitada cuando seré violada?-

-Creo que sí, pero ese es asunto tuyo. Recuéstate y separa las piernas que quiero verte mejor el agujerito por cual meteré la verga.-

Esto superó lo que podía resistir y mientras separaba las piernas dejando ver su sexo en todo su esplendor comenzó a llorar en silencio.

Mustafá se ubicó encima de ella y comenzó a empujar. Las primeras gotas de semen actuaron como lubricante para facilitar la entrada. Casi de inmediato empujó con fuerza y la introdujo completamente. La joven emitió un apagado quejido.

Antes de correrse la sacó y la ubicó frente a la boca de la mujer.

-Chúpala y acaríciala con la lengua. Quiero sentir tu lengua jugando en la punta de la glande.-

Nunca se había metido una pija en la boca. Sabía que alguna de sus amigas lo hacían, pero siempre le había parecido repugnante. Ahora debía hacerlo. Con dudas abrió sus labios y lentamente se introdujo la glande en la boca. No pudo evitar una mueca pero Mustafá empujó para meterla más adentro. Poco después la estaba chupando como no había imaginado antes.

Cuando Mustafá sintió que podía venirse, la sacó de la boca de la joven y la enterró profundamente en la vagina. Unos pocos movimientos más hicieron que se corriera.

Quedó media hora más magreando el cuerpo de la joven hasta que decidió que volviera a la habitación de seguridad que tenía asignada.

De manera similar transcurrió la semana hasta que las siete mujeres fueron cogidas. Una vez más felicitó a Macuto por el buen material suministrado. Fue entonces cuando le solicitó que reuniera a las siete mujeres que quería hablarles. Así todas se ubicaron en fila, frente a Mustafá.

-Las he convocado luego que ha pasado una semana que ustedes se encuentran en este palacio. Lo primero es que se quiten las túnicas y las bombachas. Quiero verlas a todas denudas nuevamente.-

Las jóvenes, a regañadientes, se quitaron la poca ropa que cubrían sus cuerpos y quedaron desnudas frente a Mustafá.

-Ya no queda ninguna de ustedes que sea virgen por lo menos por la concha. Tampoco lo son por la boca ya que todas has recibido mi pija en la boca. Queda el agujero del culo sin penetrar. Esta semana, todas serán penetradas por atrás, quedando de esa manera todas listas para ser gozadas de diversas maneras.-

-Algunas novedades. Cuando ingresan a las habitaciones de seguridad y luego de cerrar la puerta, Quero que todas se coloquen el collar que desde hoy se encuentra en las mismas. Ese collar está unido a una cadena fija en la pared. Siempre que estén en la habitación, deben tener el collar puesto. Se lo sacarán solamente cuando están autorizadas a salir.-

-Quién no cumpla con esta regla, será severamente castigada.-

-Así como están depiladas ahora, dejando visible la concha, así estarán siempre. Si necesitan ayuda para afeitarse partes difíciles, díganselo a sus guardias.-

-Ustedes serán de uso exclusivo mío, esto quiere decir que nadie más que yo se las puede coger, que lo haré las veces y en los momentos que quiera. También podrá haber sesiones de sexo con dos o más mujeres.-

-Dada la importancia que le doy a la mamada, deben perfeccionarse para hacerlo muy bien. Por otra parte cada vez que acabe en sus bocas, deberán tragar el semen sin dejar caer ni siquiera una pequeña fracción. Deber ser un alimento efectivo en la dieta de ustedes.-

-El no cumplimiento de estas sencillas reglas, dará origen a castigos con la desobediente-

-Otro tema es el sexo anal. A fin de practicarlo, deberán mantener escrupulosamente limpio la zona a invadir y para facilitar la penetración, deberán dormir dos noches por semana con un consolador dilatador anal. ¿Alguna duda?-

Una de las jóvenes replicó: -No vamos a permitir que nos trate de esa manera. Ya bastante hemos sufrido con la violación a la que hemos sido sometidas. Ya se dio el gusto de usarnos como meras putas. ¡No aceptaremos ni sexo anal ni nada de lo que propone!-

-No es cuestión que acepten o no acepten. Las voy a coger todas las veces que quiera y si no aceptan de buena gana lo que quiero hacerles, serán castigadas.-

Varias de las mujeres hablan al mismo tiempo y parecen que se van a revelar. Ante el griterío entran al lugar no menos de veinte soldados que toman a las mujeres e impiden cualquier movimiento.

-Verán que n o tienen alternativa y si no lo hacen fácil, lo haremos por la fuerza. Ustedes están aquí para que yo goce de sus cuerpos. ¿Todavía no lo entienden? Por la insubordinación, recibirán cada una cinco azotes en el culo con una vara de mimbre.-

-Macuto, proceda a castigar a las siete en culo y luego las encierran en las habitaciones. Mas tarde a esa, me la traen a mi habitación.- Mustafá señaló a la joven que había replicado.

Mientras dos de los soldados sostenía a cada una de las jóvenes, Macuto procedía a marcar con la vara los culos de las muchachas. Otros soldados miraban divertidos la escena, aunque hubiesen deseado poder cogerlas en ese mismo momento.

Unas dos horas más tarde Macuto traía a la joven indicada con grilletes en los tobillos, esposas y cubierta con la túnica y las bragas.

-Señor, aquí le traigo a Zoraida, tal como me lo solicitó.-

-Ahora que te han calentado el culo, ¿estás más tranquila y vas a colaborar?-

-Nunca voy a colaborar. Me someterá a la fuerza.-

-Si no quieres otro calentamiento de culo, luego que Macuto te quite las cadenas, te desnudarás, y te acostarás de espaldas en la cama.-

Zoraida, pese a sentirse ultrajada, debió obedecer. Lentamente se acostó en la cama. Mustafá le ordenó que levantara las piernas ligeramente abiertas para observar los dos agujeros. Nuevamente la joven hizo lo que se le pedía. Se sentía más expuesta que nunca.

-Te haré la concha y el culo. Primero acariciarás con la lengua mi pija hasta que quede bien dura y luego se alojará en la conchita. Quiero una nena buena que me atienda.

La joven, en silencio, comenzó a chupársela y cuando estaba bien dura, Mustafá procedió a penetrarla. Sin mucho miramiento se la metió de un golpe. Ésta era la segunda vez que Mustafá la cogía pero su experiencia sexual anterior hizo que la arremetida fuera menos dolorosa.

La pija se había lubricado con el flujo de la propia Zoraida y entraba y salía sin dificultad. Fue entonces cuando decidió sodomizarla.

-Voltéate, pon el culo levantado y sepárate los cachetes. Voy a sodomizarte.-

-¡Por favor! ¡Por el culo no! Nunca me la metieron por atrás. Cójame por la concha pero no me rompa el culo.-

-He dado una orden. ¡Quiero cogerte por el culo! ¿Me has entendido?-

Sin mediar palabra, se arrodilló en la cama y con sus manos separó los glúteos, dejando el esfínter expuesto para ser penetrado. Unas gotas de vaselina lubricaron la entrada y Mustafá comenzó a empujar.

Zoraida comenzó a gemir. Solamente una noche había tenido puesto el dilatador anal y la penetración le resultaba dolorosa y humillante.

Finalmente la sintió toda adentro y el movimiento de entrada y salida. Todo indicaba que Mustafá estaba gozando cogiéndosela por el culo. De pronto sintió latir la pija y el líquido caliente que llenaba su recto.

-Eres un poco rebelde pero tiene un buen culo para coger. Puedes volver a tu habitación. Ya sabes cómo debes permanecer allí.-

Zoraida se retiró presurosa, se higienizó y se recostó en la cama, boca abajo. Le dolía el culo por los azotes y la sodomización. La joven se preguntaba por qué pudiendo disponer de su concha, Mustafá se la había metido por el culo. ¿Le gustaba más el culo que la concha? ¿Lo hacía para humillarla? ¿Era porque penetrarla por allí le iba a doler y era eso lo que quería Mustafá?

No tenía respuesta a tantas preguntas. Lo único que sabía es que estaba siendo tratada como una máquina de coger, sin importar nada de lo que ella pensara o sintiera. Quizás eso le dolía más que los azotes en el culo.

Para Mustafá cada una de las mujeres que poseía, tenía una habilidad diferente y un atractivo diferente. Una por las tetas firmes, otras por los labios vaginales siempre hinchados, otra por pezones duros y sobresalientes de la teta, otra por el culo redondo, otra por las piernas largas y bien torneadas, etc. Pero quizás la que más le gustaba en su conjunto era Vivian, y no por ser la más joven o la que desvirgó primero. Simplemente tenía algo que le atraía.

Por otro lado las siete mujeres que habían sido casi secuestradas y ahora sometidas a esclavitud sexual todo lo que les tocaba vivir era humillante. Desde tener que ponerse el collar al entrar en la habitación hasta usar solamente una bombacha y una túnica casi transparente, desde tener que estar dispuestas a ser cogidas cuando Mustafá lo dispusiese hasta ponerse el dilatador anal dos veces por semana, era una situación degradante, pero nada podían hacer.

Alguna vez que intentaron rebelarse, lo único que lograron fue ser castigadas. No les quedaba otra alternativa que someterse a la voluntad de Mustafá. La única esperanza era que se cansara de ellas o secuestrara otras mujeres y entonces las dejara en libertad. Era solamente una esperanza que rondaba la cabeza de las siete mujeres.

El guerrero dedicaba cada vez más tiempo a "sus" mujeres. Si bien en el comienzo gozaba de una por día, la frecuencia se incrementó y por su habitación llegaron a pasar tres por día. Las cogía en distintas posiciones y por distintos agujeros. Una visitante frecuente era justamente Vivian. Sus tetas pequeñas pero firmes y su culito redondo eran frecuente destino de las manos de Mustafá.

Pero él quería que desarrollara algunas habilidades adicionales. Una de sus fantasías era que Vivian, con las manos atadas en la espalda y suspendida de sus tobillos pudiera hacerle una fellatio y lograra tragar el semen. Era una apuesta difícil, pero lo intentaría. Lo primero era instalar una polea en su habitación

Comenzó manteniéndola por algunos minutos suspendida de sus tobillos hasta que pudiese mantenerse en esa posición por más tiempo. Cuando alcanzó los 15 minutos de resistencia, decidió que era el momento de hacer una prueba.

Así una mañana, y antes de desayunar, la llevó a la habitación y luego de atarle los brazos en la espalda la suspendió como lo había hecho antes. De inmediato se bajó los pantalones acercando la pija a la boca de Vivian, que comprendió de inmediato cuál era su tarea.

-Quiero que me chupes y acaricies con la lengua hasta que me corra en tu boca Y TE TRAGAS TODO, ¿entendido?-

Vivian ya tenía la polla en la boca pero respondió afirmativamente con un movimiento de cabeza. No le resultaba nada fácil entrar y lacar el viril miembro de su boca pero con la ayuda de su lengua y succiones sucesivas logró que Mustafá se corriera con un abundante chorro.

Vivian tragó gran parte de la leche pero algo cayo al suelo.

-Te he dicho que quería que te lo tragaras todo-

-No he podido señor. Prometo que la próxima vez lo haré mejor.-

-Crees que debo castigarte por haberme desobedecido.-

-Señor, he hecho el mayor esfuerzo para que en esta posición pudiera cumplir lo que me ha mandado. Déme otra oportunidad y no me castigue.-

Vivian explotaba de rabia por lo que estaba haciendo. Ninguna de sus palabras eran verdaderas ni sentidas, pero el instinto de supervivencia era superior.

-Por esta vez no te castigaré, pero debes esmerarte más.-

Mustafá hizo descender el cuerpo de Vivian y luego de quitarle las ligaduras de los tobillos, le indicó que se pusiera de pie. No pudo detener su impulso de tomarle los pezones y pellizcarlos suavemente.

Dos días más tarde nuevamente Vivian estaba con las manos atadas en la espalda y suspendida de los tobillos.

-Te doy otra oportunidad para que me demuestres que puedes hacerme acabar con tu boca y que no vuelques semen en el piso.-

-Si señor, lo haré.-

-Además quiero que repitas "soy una puta chupapija"-

-Soy… soy… soy una puta chupapija.-

-Con más convicción, puta.-

-Soy una puta chupapija.-

-Bien, comienza ya con tu tarea.-

Vivian comenzó la mamada. Hacía el esfuerzo para que Mustafá se corriera lo antes posible, para salir de tan incómoda posición. Logró su objetivo muy rápidamente y recibió un abundante chorro de semen en su boca que tragó sin dificultad.

-Muy bien puta, lo has logrado. Te dejaré unos minutos más colgada de los pies, te ves hermosa.-

Vivian, resignada permanece en silencio. Cuando la vista comienza a nublársele, Mustafá la baja y la deja acostada en el suelo, boca abajo. Mira con delicia el culo de la joven y con su dedo índice comienza a empujar para atravesar el esfínter.

-¿Te gusta que te meta el dedo en el culo?-

-Sí señor, me gusta que me meta el dedo en el culo.-

Mustafá sonríe satisfecho. Cree que esta doblegando la voluntad de la muchacha, pero en realidad ésta está fingiendo a fin de superar la situación.

Poco después es conducida a su habitación de seguridad.

Así pasan cuatro meses. El guerrero cada vez se ocupaba menos de sus asuntos militares y más de sus mujeres. Por su parte éstas habían perdido toda esperanza de libertad. Mustafá las trataba y así las llamaba delante de otras personas, como sus putas personales, e incluso en algunas oportunidades debieron quitarse la túnica que las cubría, debiéndose mostrar luciendo solamente diminutas bombachas.

Mustafá recibía una de sus mujeres por la mañana y otra a última hora de la tarde. Jugaba con ellas como si fueran mascotas, haciéndolas bailar, vestirse y desnudarse y por supuesto cogiéndolas. La visitante más frecuente era Vivian, que aparte de tenerla que mamar suspendida de sus tobillos, también era cogida tanto por la concha como por el culo, aunque este agujero era el menos frecuente usado.

Vivian a pesar de fingir su sumisión, siempre se rebelaba cada vez que debía atender al guerrero. Para ella era una violación no solamente cuando debía poner su cuerpo a disposición de Mustafá sino también de la manera que era tratada por todos los demás soldados aunque con ellos no cogiera.

Estudió varias veces como escapar de ese lugar, pero era más que imposible y si fuera recapturada no quería siquiera imaginar las consecuencias.

Zoraida también se sentía humillada y violada cuando era llamada a la habitación de Mustafá, pero sabía que era mejor aceptar la situación. Había escuchado alguna historia de unas mujeres que habían querido escapar de las manos de Mustafá dos años atrás y que habían sido torturadas de manera cruenta.

Las demás mujeres estaban en situación similar. No les quedaba alternativa que poner sus cuerpos al servicio del guerrero. Solamente una de ellas había llegado a gozar cuando Mustafá la cogía por la concha, pero apenas se corría en su interior, le ordenaba que se retirara.

Un año después de haber sido puestas a disposición de Mustafá, una comunicación oficial indicaba que el guerrero debía trasladarse a otra ciudad distante. Quedaba entonces la incógnita del destino de las siete mujeres. Llamó a su ayudante.

-Macuto, debemos viajar lejos de aquí. ¿Qué recomienda hacer con mis mujeres?-

-Creo que de las siete hay tres que gozan de su preferencia. Vivian, en primer lugar, Zoraida y Lucrecia en segundo lugar ¿Me equivoco?-

-No, la que más me gusta en Vivian. A Zoraida y Lucrecia las extrañaré un poco y a las demás nada.-

-Entonces puede llevarse con usted a Vivian para seguir gozándola-

-¿Y con las demás?-

-A las demás dejaremos en alguna casa de putas que encontremos en el camino, lejos de aquí. No nos debemos preocupar mucho por ellas. Seguro que serán buenas en la cama y todas son apetecibles.-

-Es una buena idea, así mis mujeres tendrán el futuro asegurado, aunque sea trabajando en un prostíbulo. En cuanto a Vivian será bueno tenerla siempre al alcance de la mano.-

-De la polla querrá decir.-

Así finalizaban las aventuras de las siete mujeres del guerrero.

FIN

 

 

 

 

 

 

Mustafá Chalve

Macuto, ayudante

Habitaciones de seguridad

Vivian

Zoraida

Mas de Ricardo

No Quiero Más Putas (II)

No Quiero Más Putas

El Viaje con Romy a Budapest

¿De Estudiante a Sumisa (18)FINAL

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¿De estudiante a sumisa?

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Sandra Raquel y Romy se Entrenan como Ponies.

Las Aventuras de Juli

Las Vacaciones de Julieta VIII

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Las Vacaciones de Julieta VI

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El Legado de Manuel Ocaña (7 de 7)

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Reflexiones de Ricardo Erecto

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Deportista Dominada (4 de 9)

Deportista Dominada (2 de 9)

Deportista Dominada (3 de 9)

Deportista Dominada (1 de 9)

Las Trillizas

De puta a esclava (4)

Las Hermanitas Gutiérrez (3)

Las Hermanitas Gutiérrez (4) y final

Las Hermanitas Gutiérrez (2)

Las Hermanitas Gutiérrez (1)

De puta a esclava (3)

La Religiosa (3)

La Religiosa (2)

La Religiosa (1)

Tradiciones

Captura y Venta de Esclavas (9: Final)

Captura y Venta de esclavas (8: El uso de Pilar)

Captura y Venta de Esclavas (7: Julieta se acost.)

Captura y Venta de Esclavas (6: El Castigo)

Captura y venta de Esclavas (5: La Humillación)

Captura y Venta de Esclavas (4: La Subasta)

Captura y Venta de Esclavas (3: Venta de Soledad)

Captura y Venta de Esclavas (1: La Captura)

Captura y Venta de Esclavas (2: El Sometimiento)

Consecuencias Inesperadas (3)

Consecuencias Inesperadas (2)

Consecuencias Inesperadas

De puta a esclava (2)

De puta a esclava

El Despertar de Julieta (2)

El Despertar de Julieta

El Marqués, Andrea y Cristina (3)

El Marqués, Andrea y Cristina (4)

El Marqués, Andrea y Cristina

El Marqués, Andrea y Cristina (2)

Suministro de Esclavas (3)

Suministro de Esclavas (1)

El Entrenamiento

Las Novicias

Sucedió en Veracruz. Investigación 3

Sucedió en Veracruz. Investigación 2

Sucedió en Veracruz. Investigación 1

Intimidades de un prostíbulo

Sucedió en Veracruz

Diana y Cecilia. amigas del Colegio (Final)

Diana y Cecilia. amigas del Colegio (5 de 6)

Diana y Cecilia. amigas del Colegio (4 de 6)

Diana y Cecilia. amigas del Colegio (2 de 6)

Diana y Cecilia. amigas del Colegio (3 de 6)

Diana y Cecilia. amigas del Colegio (1 de 6)

Informe del Sicólogo (8 - Final)

Informe del Sicólogo (7)

Informe del Sicólogo (6)

El Film

Informe del Sicólogo (5)

Informe del Sicóloga (4)

Informe del Sicólogo (3)

Informe del Sicólogo (2)

La Azafata (2)

Informe del Sicólogo

La Azafata

Servicio Doméstico

Salidas del Convento (11) Final

Salidas del Convento (10)

Salidas del Convento (9)

Salidas del Convento (8)

Salidas del Convento (7)

Salidas del Convento (6)

Salidas del Convento (5)

Salidas del Convento (4)

Salidas del Convento (3)

Salidas del Convento (2)

Salidas del Convento (1)

El Historiador (6)

El Historiador (5)

El Historiador (4)

El Historiador (3)

El Historiador (2)

El Historiador (1)

Empresa Internacional (1)

Empresa Internacional (2)

Ralph (3)

Ralph (2)

Ralph (1)

La Conferencia

Si quieres mejorar la nota

La Actriz

Transacciones Humanas

El Aviso

Las Chicas del Internado

La Sorpresa

El Viaje de Egresadas

Laura, la masoquista

Las Amigas de Sofía