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Sucedió en Veracruz. Investigación 1

en Sadomaso

Sucedió en Veracruz. Investigación I

Después de mi último libro «Influencia del Tango en la Segunda Guerra Mundial» que se vendieron muchos miles de ejemplares en Tanzania y Afganistán, quise tomarme un descanso e investigar sobre lo que me había contado Lauro y que narré en «Sucedió en Veracruz». Primero pensé en viajar a Nápoles para averiguar de Carmela y Nino pero deseché la idea. No me sería fácil dar con ellos entre otras cosas sin dominar el idioma.

Por otra parte en caso que lo lograra no sería sencillo que me contaran la historia de primera mano, en especial teniendo en cuenta la carta recibida y que mencioné en "Sucedió en Veracruz" de una tal Carmela.

Fue así que comencé a preguntar a los conocidos qué sabían de las prácticas sadomasoquistas y, para mi sorpresa, mucha gente sabía más cosas de las que yo me había imaginado. Algunos lo practicaban, otros hubieron querido practicarlo pero no se animaron y muchos otros se conformaban con videos y fotos. La gran mayoría de los hombres querían ser los dominantes y la gran mayoría de las mujeres consultadas, ser las dominadas.

Luego de preguntar, buscar en distintas guías y detectar varias publicaciones relacionadas con el tema, me enteré de la existencia de Mujeres Solitarias S.A. por las publicidades en una de las revistas especializadas, indicando que el titular era el señor Florindo Díaz Badul. Consideré entonces que lo mejor era ir directamente a la firma en cuestión y hablar con Florindo.

Fue así que me apersoné un miércoles luego de la hora del almuerzo y me presenté a la recepcionista, una agraciada joven vestida con pantalón y chaqueta de cuero negro con tachas doradas.

-Soy Ricardo Erecto, le decía mientras le alargaba mi tarjeta personal. Quiero hablar con el Sr. Florindo Díaz Badul.He visto los avisos en una de las revistas que ustedes hacen publicidad.-

Se dirigió a una puerta y luego de unos minutos regresó, invitándome a pasar.

-Mucho Gusto Sr. Erecto. ¿A qué debo su visita?-

-Soy escritor y quería informarme de las actividades de Empresas como la suya y otras informaciones que quizás Ud. tenga la bondad de suministrarme.-

-No tengo inconveniente, pero bajo ciertas premisas.-

-Dígame Ud. Sr Díaz.-

-Primero, que si Ud publica un libro con las investigaciones, nombre a mi Establecimiento como el más importante del País en su rubro.-

-Concedido Sr Díaz. Sin duda es la empresa de este tipo que hace más publicidad.-

-Segundo que se resguarde las identidades de las jóvenes que en este momento estás alojadas en el Establecimiento y de los clientes que han visitado el lugar.-

-Concedido también. La reserva y mantener la confidencialidad de las personas en un don que Dios me dio.-

-Finalmente no deben tomarse fotografías de ninguna parte del Establecimiento.-

-También estoy de acuerdo. Si me permite le haré algunas preguntas.-

-Adelante. Ya tengo ante mi vista la base de datos. Pregunte nomás.-

-¿Cuántas mujeres tienen en este momento?.-

-Tenemos alojadas 137, de las cuales 98 son para venta, 31 para venta o alquiler y 8 para alquiler. Las de venta son para transferencia definitiva, y las de alquiler se las cede al interesado por un tiempo, que no será menor a exactamente una semana, es decir 168 horas.-

-¿Cómo se efectúa la venta?-

Cada una tiene un precio de venta. Si alguna de las mujeres permanece mucho tiempo si ser vendida, entonces se procede a rematarla al mejor postor. La mayoría de las mujeres son propiedad de la Empresa y sólo unas pocas son dejadas en consignación a un precio dado. También efectuamos canjes, tomando alguna esclava como parte de pago. Con los dueños de las mujeres con los cuales no llegamos a un acuerdo por el precio al cual nosotros las compramos, son dejadas en consignación para su venta. En ese caso quién deja la joven en consignación debe abonar una cuota mensual de 400 dólares para solventar gastos de alojamiento y comidas y cuando se efectúa la venta debe abonarnos un 15 % de comisión.-

-¿Qué edades tienen las jóvenes?.-

-Nunca menos de 18 años que es lo legal. Hoy, la mayor de todas tiene 33 años, pero la gran mayoría tiene entre los 18 y los 25 años.-

-¿Alguna nacionalidad en particular?.-

-Hay de todos los países y orígenes. Tenemos rubias, morochas, pelirrojas, de tez blanca, mulatas, indígenas, negras, etc. Por eso cuando un cliente quiere comprar alguna joven puede especificar qué es lo que quiere. ¿Quiere hacer una prueba?-

-Me encantaría, pero debe quedar claro que no voy a comprar nada.-

-No importa, Hagamos de cuenta que Ud está interesado en la compra de una esclava. Dígame, ¿Entre qué edades la prefiere?. ¿Tez de la piel?.-

-18 a 21 años, mulata.-

-¿Estatura, medidas, virgen o no, etc.?-

-1 metro sesenta de altura, 83 centímetros de busto 55 de cintura y 92 de cadera, 53 kilos. Puede no ser virgen.-

Florindo tecleó varias cosas en su computadora y, luego de buscar en la base de datos me dijo.-

-Aquí tengo a Marita, 19 años, 1 metro sesenta y dos centímetros, 88 de busto, 56 de cintura y 89 de cadera. 57 kilos, tez morena, su abuelo era negro y los demás familiares blancos. Ojos pardos. Es virgen.-

-Veo que es un buen sistema de búsqueda.-

-Una vez seleccionada se le presenta al cliente. La llamaré para que la conozca. Ya sabe que lo hago sin compromiso alguno.-

-En ese caso acepto que me la presente.-

-Atención Marita, Presentarse en la sala uno.- dijo a través de un micrófono. Nos movimos a la sala de al lado. Momentos después golpeaban la puerta.

-Adelante!- dijo Florindo. Se abrió la puerta y se presentó una hermosa joven que vestía una pollera y una remera. Casi de inmediato y sin indicación alguna comenzó a desnudarse. La última prenda que se quitó fue una bombacha de muy reducidas dimensiones, mostrando un hermoso cuerpo lustroso y de formas impecables. Casi de inmediato comenzó a dar vueltas sobre sí misma para mostrarme su cuerpo desde distintas ángulos. Tenía unas tetas muy firmes y un culito respingón. Era una delicia verla. Su coño depilado apenas mostraba algunos vellos en el pubis.

-Acuéstate en la camilla para que el señor pueda observarte mejor.- ordenó Florindo. De inmediato la joven se acostó boca arriba en una camilla y encogió y separó las piernas para que quedara a la vista su vulva y su ano.

-Ábrete los labios para una mejor observación.- volvió a ordenar Florindo, mientras Marita cumplía el pedido. Me acerqué para palparle las tetas y tocar sus pezones. Luego a una indicación mía se dio vuelta para que pudiese observar su culo.

-Quizás el señor te compre. ¿Serás una esclava que obedecerás todas las órdenes de tu dueño?-

-Sí señor, podrá castigarme a su gusto si ese es su deseo. Sé que ese será mi destino y lo acepto.-

-Suficiente.- dije. -Puedes vestirte.- Se vistió rápidamente y luego de pedir permiso, salió del lugar.

-¿Qué le ha parecido Ricardo?-

-Muy bien. Se la ve muy obediente y resignada a mostrarse ante un extraño. ¿Cómo logra semejante comportamiento?-

-Persuasión y castigos. Si aceptan su condición con persuasión, tanto mejor. Si no algunos castigos les hacen comprender que deben obedecer y que no hay salida posible.-

-Marita es virgen. ¿Cómo les enseñas todas las cosas sexuales?-

-Los videos nos ayudan mucho. Varios de ellos son comprados, usted sabe que en el mercado hay de todo. Otros son filmados aquí mismo. Así aprenden a hacer una felatio, recibirla por el culo o ser desvirgadas. También pueden observar y tocar algunas vergas en erección, pero nunca son penetradas.

¿Cómo llegan hasta aquí?-

-Deben mostrarse muy obedientes, porque en caso contrario tendrían alguna penitencia. En cuanto a cómo llegan aquí, es de diversas maneras. La mayoría de las veces las traen parientes o amigos que quieren encaminar su comportamiento o porque necesitan dinero, pero a veces se presentan por su propia voluntad y ceden lo que pagamos por su compra a algún pariente, amigo o institución de bien público. Las traen o llegan y me preguntan cuánto estoy dispuesto a pagar por ella. Yo la miro, las hago revisar por nuestro médico y luego ofrezco un precio. La gran mayoría de las veces llegamos a algún acuerdo. Pago y la joven se queda aquí para ser vendida. La diferencia entre compra y venta por supuesto es nuestra ganancia. Es un trabajo similar a una concesionaria de autos. Tenemos autos nuevos (como Marita) o autos usados como alguna otra que puedo mostrarle.-

-Dos preguntas:¿ Cuántas jóvenes puede alojar aquí? Y qué castigos les administran por no ser obedientes?.- pregunté.

-Vamos por partes. Aquí tenemos ochenta habitaciones dobles que pueden alojar 160 jóvenes. Las comidas son por autoservicio y tenemos 28 menúes diferentes. 14 para el mediodía y 14 para la noche. En total hay 20 baños con lo cual nunca están congestionados. En cuanto a los castigos tenemos tres salas, que lo invito a visitar ahora mismo. Creo que dos de ellas están ocupadas por dos chicas que esta mañana se negaron a limpiar las habitaciones.-

Nos dirigimos hacia la sala 1. Allí, atada a una cruz de San Andrés había una joven amordazada que había recibido seis fuertes azotes con una caña en el culo. Las marcas eran bien visibles. Observé su cara. Las lágrimas se habían secado sobre su rostro. Ante la pregunta de Florindo si había aprendido la lección, movió la cabeza afirmativamente. Luego si quería ser torturada otra vez, movió la cabeza negativamente.

Luego nos dirigimos a la sala 2. Allí estaba una joven colgada de las muñecas y los tobillos simultáneamente con sus piernas separadas mostrando su vulva que estaba ocupada por un vibrador. Tenía claros signos de haber recibido algunos azotes en su concha antes de la introducción del vibrador. No estaba amordazada y cuando entramos vi. en su mirada, el temor de continuar siendo castigada. Florindo le separó las nalgas para que yo pudiese observar su esfínter. Estaba rojo ya que hasta allí había llegado el castigo.

Finalmente pasamos a la sala 3. Allí, amarrada a algo similar a un sillón ginecológico había una hermosa joven rubia. Tenía sus ojos vendados. Sus pezones estaban apretados por sendas pinzas cocodrilo de las cuales partían cables que terminaban en un aparato electrónico. En su concha tenía introducido algo, que no veía excepto una pequeña esfera metálica de la cual partía otro cable que iba al mismo aparato.

Me explicó, y lo pude comprobar momentos después, que el dispositivo cada minuto producía una descarga eléctrica de un segundo. Justamente en ese momento se produjo la descarga. Todo el cuerpo de la rubia se estremeció que apenas gimió.

-Como este es un castigo entre se concha y sus tetas se lo aplicamos a quién haya cometido una falta grave. Ella insultó a uno de los ayudantes del establecimiento. La tendremos así por unas ocho horas. Ya lleva dos soportando las descargas.-

Luego dirigiéndose a la joven le preguntó si volvería a insultar al personal y si creía que merecía el castigo.

-No señor, no volveré a insultar al personal. Creo que este castigo me lo merezco. Las descargas que siento en la concha son terribles. Aaahhhhhh.-

Justamente en ese momento recibió otra descarga.

-Todos los castigos que impliquen meterles cosas en el culo o las concha son, lógicamente, para las que no son vírgenes.-

-¿Cuántas mujeres vende por año?-

-Alrededor de 150. Es decir que en promedio están menos de un año antes de ser transferidas. Como le dije antes hacemos dos remates anuales con las chicas que llevan más de un año sin ser vendidas. Por suerte no son más de cuatro o cinco por año.-

-¿Qué hacen con estas mujeres los compradores? ¿Son hombres o también mujeres que compran otras mujeres? ¿El médico, sólo las revisa una vez?-

-Los compradores generalmente son amos sadistas que castigan duramente a las sumisas que compran, pero ese es asunto de ellos. Sé que es así porque cuando las traen para dejarlas en parte de pago, suelen traer marcas de los castigos recibidos. También son compradas por prostíbulos para renovar o aumentar su oferta de putas. Algunas mujeres también compran sumisas, son con tendencia lésbica y también suelen castigarlas. En cuanto a nuestro médico las revisa al ingresar, luego les pone un D.I.U. para asegurarse que no se embaracen y mensualmente se las revisa para asegurarse su buen estado de salud.-

Volvimos a la oficina de Florindo. Allí me mostró, en la pantalla de su computadora, fotos de todas las mujeres que ocupaban su establecimiento. Aprovechando el ofrecimiento que me había hecho anteriormente y observando una joven de unos 23 años que me impresionaba, Sarita, que no era virgen, le pregunté cuánto costaba y si podía revisarla como antes había hecho con Marita.

-Por supuesto, ya la llamo. La vendo en sesenta y dos mil dólares.-

Momentos después una rubia espectacular comenzaba a desnudarse para mostrarme su cuerpo. Acercó sus pechos para que los palpara (eran muy firmes) y luego se acostó en la camilla. Flexionó la cintura y separó las piernas mostrando un conducto vaginal muy húmedo y apetecible. Un vello muy suave quería, infructuosamente, ocultar el tesoro que tenía entre sus piernas. Como ya había sido penetrada, probé mi dedo índice en su interior, que estaba completamente húmedo. Era una hembra de lo mejor.

Le indiqué que se diera vuelta. Con sus manos separó las nalgas para hacer más visible el ano y los labios de la vulva. Quedé impresionado. Le puse una mano sobre el pecho para notar las pulsaciones de su corazón. Latía normalmente por lo que entendí que esta era una situación a la cual estaba acostumbrada. Levantó sus piernas y las separó ligeramente y con sus dedos separó los labios de la vulva para mostrarme mejor sus intimidades. Finalmente le indiqué que se vistiera y se retirara.

-Realmente Florindo, creo que tiene muy buen material. Debo confesarle que nunca imaginé que semejantes jóvenes pudieran estar a la venta. ¿Ellas saben lo que les puede ocurrir cuando sean vendidas?. Esto es, terminar torturadas por un amo severo o trabajando de putas en un prostíbulo?-

-Por supuesto que lo saben. Aceptan su destino y estoy seguro que algunas lo desean vehementemente. Ud que es escritor debe conocer muchas historias que a veces parecen salidas de la imaginación, pero son más verídicas de lo que los lectores lo suponen. En este mundo pasan muchas cosas que no imaginamos. Le diré una cosa más. Ud me ha caído bien. ¿No quiere cogerse Sarita? Se la cedo por un rato sin costo. Arriba tenemos una habitación para estas ocasiones.-

-Realmente se lo agradezco pero será en otra oportunidad. Ahora no tengo ganas de cogerme a esta hermosa criatura.-

-Si no la he vendido cuando vuelva, estará a su disposición. Creo que no durará mucho en el establecimiento, Tiene muy buen cuerpo y está a un precio muy bueno, pero si viene pronto, seguramente la encontrará.-

-Florindo, le agradezco todo lo que me ha contado. Seguiré averiguando algunas cosas y ya lo volveré a molestar para que me cuente más cosas de este mundo desconocido para mí. Siempre me he movido entre historiadores, filósofos, escritores y periodistas. Como le he dicho esto es todo nuevo para mí.-

-Hasta pronto, Ricardo. Espero verlo seguido.-

Debo reconocer que salí bastante confundido de la entrevista. Debía poner en orden mis ideas, hacer algunas notas y luego preparar más preguntas para hacerle a Florindo. Su ofrecimiento de cederme a Sarita para acostarme con ella, no era despreciable aunque no cuadraba con mis costumbres. Seguí buscando en la red, en los avisos clasificados de los diarios, los anuncios de las revistas y en las guías telefónicas. Hice algunos llamados telefónicos y me percaté que Florindo era verdaderamente un caballero.

Escuché tantas groserías que concluí que era mejor no visitar ciertos lugares. Mi sorpresa fue mayor cuando encontré un lugar que se especializaban en «mujeres-potrancas». Algo así como Pony-girls en inglés. Decidí visitarlo para interiorizarme de qué se trataba. El establecimiento estaba ubicado en una chacra a unos 200 kilómetros de la ciudad, tomando por la ruta siete. ¿Habrán elegido la ruta siete por alguna cábala?.

Quedamos citados para el jueves por la mañana, por lo que me levanté muy temprano para llegar al lugar a las 9 de la mañana. En la entrada había un cartel que decía «PONYGIRLS FACTORY». Vaya uno a saber por qué tenía un nombre en inglés. Luego me enteré.

Me recibió Stephen Gordon, dueño de la «chacra», un inglés que había llegado a la Argentina hacía unos diez años. En su despacho había cuados de mujeres tirando carros. Otras en establos tal como yeguarizos. Ante mis preguntas comenzó a explicarme. -Aquí entrenamos jóvenes mujeres como potrancas. Son útiles para arrastrar carruajes, para organizar carreras y para todo aquello en que se puedan usar yeguarizos. Es una buena manera de humillarlas. Para que vea cuán útiles y dóciles son podemos salir a pasear por el campo en un sulky tirado por un par de ellas.-

Dicho esto se levantó y ordenó que prepararan un carruaje con Gata y Tetona. Luego me explicó que eran los nombres de las ponies. Gata porque tenía cara de felina y Tetona, por sus pechos de generosas dimensiones. Poco después subimos a un carruaje donde dos mujeres, con apretados corsés en sus cinturas, las muñecas atadas a la cintura, un freno en sus bocas y unas botas como calzado, estaban unidas a la vara del mismo. Aparte de los arneses indicados no tenían puestas otras prendas, por lo que su concha depilada era muy visible, como luego lo comprobé, lo mismo que sus tetas, cuyos pezones lucían sendas argollas.

Steve levantó el látigo que hizo sonar alternativamente en ambos culos. Las dos ponies salieron al trote, mientras Steve manejaba las riendas. Yo estaba particularmente sorprendido por la fuerza en las piernas de estas mujeres y por la aceptación de tan degradante condición. Así debieron trotar más de dos kilómetros al cabo de los cuales estaban jadeantes y transpiradas. Nos detuvimos y bajamos del carruaje y fui a examinar a las jóvenes. Pude observar que sus conchas también estaban anilladas, por lo que pregunté el motivo.

-Las anillas de las tetas sirven para castigarlas si no se portan bien y en los días de fiesta, les colgamos cencerros para llamar la atención. En cuanto a las de las conchas, se pueden colgar pesos o dominarlas fácilmente cuando se resisten a cumplir alguna tarea.-

Miré los ojos de Tetona. No se la veía que sufriera la humillación a la cual estaba siendo sometida. Me daba la impresión que lo aceptaba como algo normal. Estaba totalmente sometida a la voluntad de Steve a pesar del maltrato que recibía. No podía hablar porque el freno que tenía en su boca le trababa la lengua. Miré con detenimiento su culo y su espalda. Tenía varias marcas del látigo. Seguramente la habían castigado cuando estaba atada a algún carro. Steve desató a Tetona y le preguntó:¿Crees que mereces un castigo por cómo te has comportado? Para mi sorpresa Tetona asintió con la cabeza. De inmediato Steve la ató a un árbol y empuñando el látigo comenzó a castigar su vientre, el culo, la espalda y las tetas sin piedad. Luego de unos minutos cesó el castigo. Tetona se arrodilló y besó los pies de Steve.

Luego dirigiéndose a Gata le repitió la pregunta. Gata también contestó afirmativamente, pero en este caso Steve le quitó el corsé dejando todo el cuerpo de Gata expuesto al látigo. Más de 30 azotes cayeron sobre su cuerpo. Marcas rojas resaltaban sobre su blanca piel. Abundantes lágrimas salían de sus ojos. Una vez terminado el castigo, Gata también se arrodilló y besó los pies de Steve.

-Tengo que azotarlas para que queden bien domadas. Cuando volvamos a la chacra las voy a torturar con la picana en la concha. Eso las estimula mucho y ayuda a que obedezcan sin resistirse.-

Por mi parte no podía creer lo que estaba viendo. Yo pensaba que todo esto estaba prohibido y cuando me enteré que había llegado el Juez del pueblo, supuse que me vería en problemas. Sin embargo, el Juez saludando afectuosamente a Steve le preguntó. ¿Para cuando cree que estas dos putas estarán bien domadas y podrán servirme?

-Creo que en dos o tres semanas ya estarán listas. Posiblemente mañana será la yerra para dejarlas marcadas para siempre. De vuelta al establo voy a torturarlas con la picana. ¿Quiere venir así va practicando?-

-Me parece una buena idea- dijo el Juez. -Vamos que las quiero ver sufrir un poco para que sepan quién manda aquí.-

Así regresamos de inmediato al establo. Primero Tetona fue amarrada a una mesa con las piernas separadas y su sexo expuesto. Steve tomó la picana y comenzó a aplicársela en la concha sin consideración. Tetona, ahora sin el freno en su boca, gemía con desesperación. El juez alentaba a Steve.

-Más, más en esa concha. Quiero que se retuerza del dolor. Steve, dele más corriente.-

Finalmente consideraron que era suficiente. Observé con detenimiento la parte castigada. Estaba roja y muy hinchada. Ahora era el turno de Gata.

También fue amarrada a la mesa. Le colocaron unas pinzas con cables a los pezones y con otra punta electrificada comenzaron por el vientre y bajaron a la concha. Gata quería contener los gritos pero le era imposible. Las puntas electrizadas recorrían una y otra vez el clítoris y se introducía parcialmente en la vagina. El castigo duró más de media hora. Al finalizar el Juez comentó.

-Muy buen trabajo Steve. Cuando me mande estas putas a mi quinta, envíeme también una picana. Las voy a torturar sin compasión y prepárame uno de esos látigos feroces con que he visto que a veces las castiga. No se podrán imaginar lo que les espera a estas dos yeguas.-

No pude decir nada. Tenía un nudo en la garganta. Sin saludar me fui y regresé de vuelta a Buenos Aires y mientras manejaba no podía sacar de mi retina los cuerpos desnudos de las dos jóvenes mientras eran torturadas delante del Juez de Paz.

Unos días después decidí volver a Florindo en Mujeres Solitarias. Me atendió de inmediato y le relaté lo que había visto unos días antes en el establecimiento de campo.

-Lo que no entiendo Florindo es cómo esas mujeres llegaron a esa situación y parecen estar felices de su condición.-

-Es que es así. De lo contrario no serían esclavas sumisas. Te propongo algo. Aquí tienes la lista de todas las mujeres que tenemos en venta en este momento. Elige una cualquiera y luego de examinarla, interrógala acerca de su condición y todo lo que tú quieras.-

Acepté de inmediato y pedí que viniera Ashley Taylor, una joven de 20 años, de origen inglés. Unos minutos después se presentó y, como era habitual, comenzó a desnudarse. Cuando se sacó la bombacha observé que estaba totalmente depilada. Luego de mostrar su cuerpo, se acostó en la camilla para que la examinara más detenidamente. Su pubis, como dije, sin sombra de vello, era extremadamente suave. Toda su piel era de una tersura indescriptible. Unos pezones prominentes invitaban a la caricia. Luego de observarla y tocar algunas de sus partes, comencé el interrogatorio.

-¿Sabes para qué estás aquí?-

-Si señor, para ser vendida como esclava.-

-¿Sabes cuáles serán tus obligaciones como esclava de quién te compre?-

-Complacerlo en todo lo que requiera. Seguramente me castigará todos los días para su propio placer.-

-¿Cómo has llegado aquí?.-


-Me vendió mi cuñado. Cuando mi hermana se casó, me llevaron a su casa para que los ayudara en las tareas.

Aproximadamente al mes de estar allí, una noche mi cuñado vino a mi habitación y dijo que quería cogerme. He sido educada en una familia que a los hombres de la casa siempre se les obedecía, por lo cual me puse a su disposición. En ese momento todavía conservaba mis agujeros sin estrenar, pero si mi cuñado quería usarlos, no me podía negar.

Fue así que primero tuve que chupársela un poco y luego me la metió en la concha. Sentí un poco de asco tenrer que meterme la verga en la boca pero lo acepté. Luego me dolió cuando me la clavó en la concha. Antes de irse me dijo que no lo había hecho bien pero que confiaba en que aprendería a hacerlo mejor y me anunció que la próxima vez me la metería por el culo, por lo cual debía hacerme una enema para el día siguiente.

Así lo hice y apenas me había metido en la cama entró mi cuñado, me desnudó y me la metió primero en la concha, luego en la boca y finalmente me la metió por el culo. ¡Que dolor al dilatar el ano! Nunca pensé que me dolería tanto la primera vez. Luego de correrse, volvió a decirme que no lo había hecho bien.

Fue entonces que comencé a preguntar a mis amigas, leer revistas y buscar información de cómo coger y cómo complacerlo. Todas las veces que cogíamos terminaba diciéndome que no había satisfactorio. Así estuvimos unos dos meses, en los cuales además de cogerme, me castigaba por no hacerlo como él quería. A veces participaba también mi hermana en los castigos, luego que mi cuñado me cogiera.

Al cabo de ese tiempo ambos me dijeron que esa situación debía terminar ya que no aprendía a coger como mi cuñado quería.

Dos días después me despertó en la mañana y me dijo que me vistiera que en vista de los pobres resultados en la cama, me iba a vender. Subimos al auto y me trajo hasta aquí.

Me ofreció en venta al señor Florindo y luego de desnudarme y analizar las cualidades de mi cuerpo, discutieron el precio. Fue larga la negociación ya que si bien mi cuñado admitía que no sabía coger, servía como esclava para ser torturada. Finalmente cerró trato y pasé a ser propiedad del Mujeres Solitarias S.A. con las obligaciones lógicas, de someterme a las reglas del lugar.


-¿Te gustaba ser tratada de esa manera?-

-Al principio no, pero me acostumbré y viendo la cara de feliz de mi cuñado cuando me cogía y a veces me torturaba, me sentía feliz. Pienso que luego de esas sesiones en que era duramente castigada, mi hermana tendría una divertida velada de sexo con él. Como le dije. en ocasiones mi hermana también participaba de mis torturas. Cuando alguien me compre, también gozará castigándome y eso me hará feliz sabiendo que mi cuerpo satisface a mi dueño.-

-¿Cuál era el castigo más frecuente y por qué?-

-Le responderé primero por qué. Creo que simplemente porque les gustaba verme sufrir y torturarme y no tanto por no saber coger. En cuanto al castigo más frecuente en realidad había dos. El primero era colgarme de las muñecas o los tobillos (en este caso cabeza abajo), con las piernas separadas para dejar mi sexo expuesto y con una vara o látigo flagelaba todo mi cuerpo. Si estaba colgada de los tobillos mi pobre concha sufría la visita del látigo sin piedad. El otro castigo que también me aplicaba con frecuencia era luego de atarme los brazos en la espalda, tener mi cuerpo levantado pero apoyado en una cadena que pasaba entre mis piernas. Así todo mi peso se descargaba en mi concha, sobre los eslabones de la cadena, que no era muy gruesa y se incrustaba sin piedad.-

-Recuerdo otros castigos que quizás no eran frecuentes pero sí inolvidables por lo doloroso. Me ataban a un caballete boca abajo con lo cual dejaba el culo expuesto. Mientras mi hermana me mantenía separadas las nalgas para que el esfínter quedara a la vista de mi cuñado, éste clavaba agujas todo alrededor del agujero. Iba penetrándolas lentamente. El dolor era insoportable pero como generalmente tenía una efectiva mordaza en la boca, todo el castigo transcurría en silencio. En una oportunidad me pincharon con 30 agujas que dejaron clavadas por varias horas mientras permanecía atada al caballete.-

-Todos estos castigos se desarrollaban en la intimidad de la casa y luego que mi cuñado me cogiera y aparte de los tres, nadie más sabía qué me hacían, hasta que en una oportunidad, una sola, en que prepararon para torturarme, llegaron unas amigos de mi cuñado. Sin cambiar los planes me azotaron, me pincharon las tetas y me introdujeron un consolador en la concha y otro en el culo y así permanecí hasta que se fueron. Debí escuchar todo tipo de insulto y humillaciones por parte de los presentes, aunque ninguno de ellos tocó mi cuerpo, excepto, por supuesto, mi cuñado y mi hermana.-

-Todo lo que me has contado, ¿te hacía feliz?-

-Me hacía feliz pensando en la felicidad de mi cuñado y mi hermana.-

-¿Por lo que me has contado te trajeron acá?-

-No lo sé exactamente pero creo que fueron dos cosas. Por un lado se estaban cansando de mi cuerpo y por otro necesitaban dinero. Cuando Mujeres Solitarias me compró, para luego venderme, pagó bastante dinero y al contado.-

-¿Sabes que quién te compre volverá, seguramente a torturarte, violarte, humillarte y degradarte?-

-Sí, ya lo dije y lo sé y eso es lo que estoy esperando. Preferiría que fuera un hombre y no una mujer. Por lo que se las mujeres suelen ser más crueles pero los hombres cuando manejan el látigo lo hacen más fuerte y con más firmeza. Por otro lado si me compra un varón sería frecuentemente violada, cosa que me complace. ¿Ud me comprará? Creo que podría ser muy cruel conmigo, pero que me cogería frecuentemente.-

-No soy de comprar esclavas. ¿Conocías este mundo de castigos y penitencias?-

-Algo, porque una tía mía era frecuentemente castigada y torturada por mi tío. Recuerde que soy de ascendencia inglesa y en algunas comunidades esto es frecuente. Es cierto que nunca pensé en ser torturada como lo fui y como seguramente lo seré cuando tenga nuevo dueño. He hablado con algunas chicas que están aquí como parte de pago dejadas por algún amo y me han contado las torturas que han sufrido. Seguramente es emocionante.-

Debo confesar que estaba cada vez más y más sorprendido de lo que había visto y escuchado. Ella estaba feliz de ser tratada de esa manera. Ahora también entendía un poco más a Gata y Tetona. Ashley insistió en mostrarme mejor sus intimidades y me invitó, con permiso de Florindo, a que le introdujera un dedo en la vagina para que comprobara cuán mojada estaba. Aproveché la oportunidad. Estaba realmente húmeda y parecía un conducto estrecho. También observé con detenimiento el pubis. Había pequeñas pero muchas marcas lineales, muestra inequívoca de los azotes que había recibido en esa zona. Los labios exteriores de su concha también tenían marcas.

-Ves Ricardo- comentó Florindo luego que Ashley se había retirado, -que conocías muy poco de este mundo de sumisión. Hay gustos para todo. Podríamos llamar a muchas de las chicas y todas te responderían más o menos lo mismo.-

Asentí con la cabeza y me retiré a meditar. Si bien me era difícil comprender todo esto, ya me estaba acostumbrando a ver el cuerpo de jóvenes desnudas que eran azotadas o lo habían sido. Pensando nuevamente en Carmela (de La Historia de Lauro) entendía que no era tan improbable que lo que me habían contado tuviera más visos de realidad que de fantasía de lo que yo pensaba.

Unos días después de lo acontecido me llamó Florindo por teléfono para invitarme a una fiesta privada que daba uno de sus asiduos clientes. -Será una reunión en su casa. Verás varias esclavas y el motivo será darle la bienvenida a una des chicas que vendí hace unos días. La bienvenida será algún castigo especial que Rómulo, mi cliente, tiene preparado para ella.-

Estuve indeciso si aceptar la invitación o no. Me costaba estar tranquilamente mirando mientras una jovencita era castigada por puro placer. Sin embargo tendría oportunidad de ver el comportamiento de otras esclavas en esas circunstancias como así también la de los dueños de las mismas. Finalmente acepté.

Llegamos algo tarde, alrededor de las nueve treinta de la noche, cuando la ceremonia iba a comenzar. Había unos ocho hombres con sendas esclavas a sus pies. Todas estaban desnudas, varias esposadas y con grilletes y todas con un collar en su cuello unido a una correa. Había otros invitados (hombres y mujeres) que estábamos solos. En el centro de la estancia había una tarima con un poste redondo de 30 centímetros de diámetro. Unos minutos después entró Rómulo trayendo una joven encadenada. La ubicó de espaldas al poste y la ató firmemente.

-Se procederá a leer el veredicto- dijo con voz grave.- Será flagelada y sometida a otros castigos en todo su cuerpo a modo de bienvenida a esta casa donde, posteriormente, será cruelmente torturada y humillada.-

A continuación procedió a amordazarla y empuñando el látigo con firmeza comenzó a descargar golpe tras golpe sobre el cuerpo de la joven, que se retorcía entre las ligaduras. Poco después, todo su cuerpo, desde las tetas hasta la pantorrilla estaba con gruesas marcas rojas debido al castigo recibido. Estimo que fueron más de cincuenta azotes que Rómulo aplicó con toda su fuerza. Era fácil observar las lágrimas de la esclava.

Terminado esa parte del castigo le colocó unas pinzas en los pezones y conectándolas por medio de cables a un aparato, comenzó con descargas eléctricas sobre sus tetas. Podían escucharse los gritos ahogados de la esclava a través de la mordaza. Finalmente le introdujo un enorme vibrador en la vagina que la hizo estremecer mientras cesaba el pasaje de corriente entre sus pezones. Minutos después, y luego de retirarle las pinzas de las tetas, comenzó a clavar agujas en la areola. Había pasado más de una hora cuando finalmente finalizó el castigo pero la joven debió permanecer atada al poste. Todos aplaudieron y felicitaron a Rómulo por la excelente esclava que había comprado y el castigo de bienvenida aplicado.

Un señor que estaba sentado muy cerca mío y que había concurrido con una esclava, dirigiéndose a ella le dijo:
-Esto me ha excitado mucho. Puta, prepárate porque a nuestro regreso voy a torturarte durante toda la noche.-

-Si mi Amo. Estoy ansiosa por servirlo. Me alegra que esté pensando en mí. ¿Usará el aparato nuevo que ha comprado?-

-Seguramente.-

-¡Pobre mi conchita!. ¡Cómo va a quedar! Estoy ansiosa por volver a casa!-

Luego, dirigiéndose a mi de dijo: ¿No cree que ha sido un castigo muy suave?. Realmente esperaba de Rómulo algo más contundente, como otras veces lo he visto hacer. Sin embargo me he puesto de humor para castigar a mi esclava.

Por mi parte no contesté, aunque quizás y para no contradecirlo, asentí con un leve movimiento de cabeza.

Estaba claro que todos los días tenía cosas para sorprenderme. No podía entender acabadamente las expresiones de la esclava, pero en fin, evidentemente soy un novato en estas cuestiones.

Unas semanas más tarde tenía algunas preguntas más y me dirigí nuevamente a Mujeres Solitarias S.A. para hablar con Florindo. La secretaria me comunicó que estaba con una persona, pero le comunicaría mi presencia. Unos minutos después me invitaron a pasar al despacho del titular de la empresa.

-Ricardo, te presento a Rolando, que es titular del Colegio de Niñas Esclavas.- me dijo Florindo.

Luego de los saludos, Florindo me comentó muy escuetamente de qué se trataba el Colegio, pero le cedió la palabra a Rolando para que él mismo me lo explicara.

-Florindo me ha dicho que Ud está haciendo una investigación sobre las esclavas, las castigadas, las Pony girls y otras variedades de mujeres sumisas.-

-Efectivamente.- dije. -Me estoy informando de todo aquello que tenga que ver con la dominación y sumisión. Pero su colegio, ¿no es uno religioso?-

No precisamente Sr Ricardo. El Colegio es de Niñas Esclavas pero no dedicadas a la religión sino a los hombres. Le explicaré que hacemos y qué ensañamos en nuestro Colegio.-

El relato, si bien no fue grabado para asegurar la exactitud, creo que se ajusta bastante a la realidad.

-Nuestro colegio recibe niñas desde los 15 años recién cumplidos hasta justo antes que cumplan los 17 que es la edad mínima permitida para vender chicas. En el curso se las instruye en todas aquellas artes de la sumisión a varones exclusivamente y todo está orientado para satisfacer los caprichos de los hombres.-

-La chicas ingresan y lo primero que se les enseña es anatomía masculina y femenina. Tenemos modelos de plástico y muchos videos para que conozcan su cuerpo y al que deberán servir. Se evita en todo momento que se toquen entre ellas o hagan comentarios obscenos.-

-Se le va infundiendo la necesidad de las penitencias para lo cual deben permanecer sentadas y calladas por largo rato. Se les enseña todo lo relativo al sexo y cómo dar placer. Distintas posiciones para el coito. Ninguna de las niñas es castigada por sus profesores ni deben quitarse la ropa o mostrar sus prendas interiores y mucho menos mostrar las partes íntimas.-

-Luego deben conocer todos los instrumentos que serán usadas sobre ellas, desde una simple esposa o mordaza hasta los aparatos más sofisticados. Se les enseña cómo se usan para que cuando los vean, en una sesión de sumisión en la cual sean las protagonistas, ya conozcan cómo deben ubicarse para ser castigadas.-

-Hacia el final del curso se pasan muchos videos en los cuales aparecen mujeres siendo castigadas, torturadas, humilladas, etc. La repetición de las escenas las acostumbra y las prepara para la función que deberán cumplir. Se insiste mucho en el castigo de los genitales ya que consideramos una parte que será usada y abusada con mucha frecuencia. Muchas horas pasan frente a los videos. Tenemos algunos de castigos muy duros, desde electricidad hasta marcas con hierros calientes. Otros videos de humillaciones, debiendo posar desnudas mostrando sus intimidades en lugares públicos.-

-También deben estudiar historia, especialmente de la Edad Media con un máximo detalle de los instrumentos usados y los distintos castigos y torturas que se aplicaban a las mujeres. Se dan detalles del uso de líquidos irritantes en las distintas partes del cuerpo así como las marcas que pueden dejarse en la piel con diversos instrumentos. Sin embargo todo esto es teórico, ya que ninguna de las niñas sufre el menor rasguño en su paso por el Colegio. Cuidamos mucho el prestigio de la Institución.-

-Cundo termina el curso, ¿qué destino tienen estas niñas?- pregunté.

-Están disponibles para ser vendidas en lugares como éste o en el mercado internacional. Sabemos que alrededor de un 70% de nuestras alumnas terminan como esclavas en Europa o el norte de África. Menos de un 10 % en otros países vecinos y el resto dentro de nuestras fronteras. La mayoría dentro de las fronteras son esclavas de hombres que las tienen ya sea como juguetes personales o como forma de mostrar su importancia. Muy pocas son compradas por prostíbulos. Suelen ser caras para ellos, excepto para Castigos S.A. que es un prostíbulo dedicado exclusivamente para hombres que quieren luego de gozar de las putas, torturarlas cruelmente. En el mismo lugar dispones de las cámaras de torturas para los clientes. Ellos sí pueden afrontar los pagos que implican las compras de nuestras alumnas.-

-¿Cuántas alumnas asisten a los curso?- inquirí.

-Unas treinta por curso. El curso es de dos años. El primero con chicas de quince años y el segundo con chicas de dieciséis, es decir que se reciben anualmente treinta. Apenas cumplen diecisiete se ponen de inmediato en venta. Tenemos el orgullo de decir que nuestras ex alumnas se venden en el término de dos meses como máximo. Son muy buscadas. Justamente Florindo tiene una joven egresada nuestra que ha sido traída por su tío hace tres días.-

-Ricardo, ¿quieres interrogarla?. La llamo para ti. Eso sí, Rolando deberá dejarnos solos.- Comentó Florindo.

-Yo ya me iba. Ha sido un gusto conocerlo Sr. Erecto. Cuando guste pase por nuestro Colegio.-me invitó Rolando.-

Florindo llamó a Herminia, una joven que había cumplido la edad mínima hacía sólo 25 días. Pocos minutos después se presentó una joven cuyo cuerpo se podía imaginar a través del fino vestido que usaba.-

-Herminia, desnúdate para mostrar tu cuerpo al Sr. Quiere admirar todas tus dotes e interrogarte y quizás te compre.- Ordenó Florindo.

Herminia no pudo evitar el rubor y comenzó a desnudarse. Era la primera vez que un posible comprador quería evaluarla. Se quitó la camisa, luego los zapatos, a continuación la pollera. Se detuvo quedando en bombacha y corpiño.

-Herminia, eso no es lo que hemos enseñado. Desnúdate o tendré que castigarte- ordenó Florindo.

Herminia se aflojó el corpiño y lentamente se lo quitó. Dos hermosas tetas, muy firmes y con unos pezones erectos se mostraron a nuestra vista. Luego se bajó la bombacha y se la quitó totalmente. Ahora sí quedaba desnuda. Le indiqué que se diera vuelta. Un culito redondo, también muy firme y muy blanco apareció ante mis ojos. Era una hermosa figura. Le acaricié las nalgas para comprobar si eran tan firmes como parecían. Luego le indiqué que se volteara nuevamente y le apreté ligeramente sus pechos.

Finalmente le indiqué que se acostara en la camilla boca abajo. Le separé las nalgas para observarles el ano. Luego debió darse vuelta, boca arriba para que libremente abriera las piernas y pudiera observar su sexo. No lo noté húmedo. Le separé los labios exteriores y observé un conducto vaginal muy estrecho. El pelo del pubis era muy suave y podía observarse que naturalmente casi no tenía vello en las piernas.

Acto seguido pasé a interrogarla.

-Quizás te compre Herminia. ¿Te gustaría ser mi esclava?.-

-Señor, estoy aquí para ser vendida como esclava. Ese es mi destino. Obedeceré todas sus órdenes y dispondré mi cuerpo para su satisfacción en todo momento.-

-Mira que a mis esclavas las trato con dureza. Te penetraré por todos tus agujeros y te castigaré sin piedad.-

-Sí señor. Para eso es que Ud. compra una esclava. Espero servirlo adecuadamente.-

Aun conociendo la respuesta pregunté: ¿Has sido torturada alguna vez?

-Nooo! Nunca me han torturado. Además soy virgen. Ningún hombre me ha penetrado.-

-¿Pensarás en escapar si no te tengo encadenada?-

-No señor. Soy una esclava sumisa. Si me escapara, estaría indicando que no he aprendido nada en el Colegio de Niñas Esclavas. Gozaré sentirme encadenada pero no para no escaparme sino porque ello gustará a mi dueño. Estoy segura que sentir una cadena alrededor de mi cuello que me sujete será algo muy excitante.-

-¿Qué tortura te gustaría que fuera la primera que te aplicara apenas te compre? -

-La que al señor le cause más placer. Como no he sido torturada no puedo decir cuál me gustaría más pero aquella que satisfaga a mi dueño será la que más me gusta. Como Ud. comprenderá tampoco he sido penetrada por ninguno de mis agujeros. Es posible que mi señor goce penetrándome primero y luego castigándome en la concha. Por lo que he aprendido si bien es doloroso ser castigada en la concha esto también satisface a los dueños de las esclavas.-

-Y si te ordeno trabajar de puta en la calle, ¿cómo te comportarás?-

-Como una puta callejera. Respetaré siempre su voluntad y gustos y haré lo que me ordene con verdadero orgullo.-

-Bien Herminia. La entrevista ha finalizado. Vístete y vuelve al lugar dónde estabas.-

Una vez que se vistió y se retiró del recinto Florindo, con una enorme sonrisa me preguntó.

-¿En algún momento pensaste en comprar esta esclava? Te vi muy interesado y es la primera vez que examinas con detalle a una de nuestras chicas. ¿Te gustaría tener a Herminia en tu casa?-

-Francamente no. Debo reconocer que todo esto me resulta mucho más familiar que al principio pero creo que no estoy preparado para tener una esclava en casa. Lo que sí debo reconocer es la naturalidad con que hablaba de ser castigada y complacer a su dueño. No presentaba el menor rencor hacia su tío que la dejó aquí para su venta.-

Nos despedimos y nuevamente me fui a mi estudio a meditar en todo lo había visto y oído. Me puse a escribir de inmediato para no olvidar nada importante.

Lo relatado hasta aquí es un adelanto, un informe previo de mis investigaciones. Sin duda es un tema que llevará mucho tiempo sacar conclusiones valederas. Por ahora veo que «sólo sé que no sé nada». Los próximos pasos será buscar en Internet información sobre esclavas, ventas, arrendamientos, equipamientos y otros instrumentos usados en estos casos.

Continuará

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