miprimita.com

Negro y Blanco XIII

en Dominación

Cuando Eduard aparcó el coche y antes de que el chófer saliera la vio salir a ella. Aun a través de la mampara la había oído gritar, y como Eric le había dicho esa chica se parecía más a él de lo que le gustaría. Quizá no era tarde, y viendo el gesto de entusiasmo y su sonrisa mirando la casa en mitad de… ¿Iba descalza? ¡Qué coño hacía ahí descalza! Tenía que estar doliéndole horrores, y aun así la vio avanzar sin esperar a nadie. Se pasaba por el forro el protocolo, eso ya lo había comprobado en la reunión de presentación. Había salido del salón de actos directa, y por lo que había visto después en las grabaciones Eric tenía motivos de sobra para haberla hecho entrar en las vacaciones de la élite de esa manera. Era su viva imagen de joven, y seguramente él mejor que nadie lo entendía. Salió del coche cuando Eduard le abrió la puerta y esperó al grupo. Megan ya se había ido corriendo tras ella, así que estaría bien vigilada aunque...

- ¿Bloom está segura con ella?- Ya le habían informado de cómo la trataba, era su vía de escape, pero ahora que empezaba a aflorar lo peor no se podían fiar.

- Lori amor, corre con ellas. Llévalas arriba y si pasa algo ven a buscarme en seguida, vamos.- Seel echó a correr de inmediato hacia el interior de la casa, y en cuanto las demás emprendieron camino se rezagó junto a Eric sin quitarles la vista de encima. Sobre todo a Jo. Menudo error había cometido dejándola a sus anchas. Y a Eric casi le había dado un infarto de saber con quién la había dejado. Tenía que leer los informes a fondo otra vez, desde luego.- Tenía razón.- Asintió. Él estaba centrado en la nueva, seguro que no podía pensar otra cosa ahora mismo.

- ¿Terror nocturno?-  Freixas negó suspirando.

- Lo recuerda.- Entraron en el hall y hasta que las chicas no avanzaron un poco más no volvió a hablar.- Necesito saber qué hay en su mente cuanto antes, Krum, pero si hubieras visto la sonrisa que…- Frunció el ceño.

- Si te afecta no deberías seguir.- Eric le dirigió una mirada que conocía bien.

- No me afecta. Te estoy diciendo que la presiones.- Levantó las manos dándose por vencido con el tema. No pensaba discutir con él.- Yo no voy darle cuartel tampoco, conmigo funcionó. No es siquiera consciente de lo que hace cuando la ira la ciega, te lo puedo asegurar.- Le miró el brazo. Ya, les había visto forcejear en la pista, y la grabación de la pelea con su hermanastra era clara, tanto como su conducta.- Sólo yo puedo sacarla de ese estado ahora mismo, ten cuidado porque su mente te odia.-Le dirigió una sonrisa despectiva.-Don prepotente perfecto.- Hijo de…

- Mejor ve tú mismo a por ella, Freixas.- Que se largara de una vez, le estaba poniendo de mala leche y no era el momento.

Asintió sin más y salió corriendo. No era la primera persona que veía con ese tipo de trauma, y estaba claro que iba a tener que vigilar a Freixas aunque dijese que no le afectaba. Recordar el terror, el dolor y la ira siempre afecta, y verse tan claramente reflejado en esa chiquilla iba a ser duro. Quizá era lo que necesitaba también para ser mejor aún en su trabajo, no le cupo duda alguna. Vio cómo subía las inmensas escaleras que daban al segundo piso tras sus pasos y se dirigió a la sala principal donde las demás curioseaban ya el palacio al que las habían traído.

 

Inspeccionó la siguiente. Otra enorme habitación con sofás, una cama, chimenea… Para nada era como Le Rosey. Todo parecía mucho más amplio, y se asomó al balcón sintiendo la cálida brisa que le llevaba el olor a mar. Increíble, aún no podía asimilar que estuviese ahí. Ni tampoco todo lo que había pasado, se recordó. ¿Quién era ahora?

- Lil.- Megan estaba detrás de ella.- ¿Te gusta?- Volvió a mirar hacia el mar, a la orilla, pero no podía sacarse de la cabeza ahora mismo lo que le había hecho.

- ¿Qué parte? ¿La de que me traicionas o la de que me metes en la élite depravada de Le Rosey?- Se lo dijo en Español aun sabiendo que la entendería a medias. Se le daba fatal pero ya no estaban en Francia. Podía hacer lo que quisiera.

- Lo siento, de verdad. Pero necesitabas ayuda Lil, y la necesitas. Como todas.- ¿Ayuda? Se dio la vuelta y la observó con odio, cerrando los puños.

- No necesito nada, menos de una zorra traidora como tú. Muérete y déjame en paz de una vez, no te necesito.- La pasó de largo sin mirarla, viendo a esa otra chica en la puerta.- Y tú qué miras.- Fijo que ni la entendía, y en cuanto vio que daba un paso atrás y echaba a correr por el pasillo se fue sin mirar atrás a la siguiente estancia.

Esta era diferente, y el frío mármol del suelo blanco como toda la casa daba paso hacia una cama enorme al final de la estancia. Si tenían que elegir cuarto ese era el suyo. Se asomó al balcón viendo las mismas vistas que antes. Perfecto. ¿Tenía baño? Echó un vistazo a la habitación contigua. Genial, lo tenía todo, y la bañera era enorme. Vio los agujeros que tenía dentro. ¿Jacuzzi? ¡Joder!

- ¡Lilian!- Dio un repullo escuchando su voz y se asomó por la puerta del baño. Sus pasos se acercaban.- ¡Lilian!- Volvió a repetir más fuerte. Parecía enfadado, y tragó despacio cerrando la puerta con… Mierda, no había pestillo.- ¡Ven aquí!- Ni de coña iba. ¿Ya se había chivado? Si no habían pasado ni… El pomo bajaba, y se echó contra la puerta con el corazón en un puño levantándolo.- ¡Sal de ahí, ahora!- El empujón casi le pudo pero consiguió asegurar las plantas de los pies contra el frío mármol. ¡Iba a entrar!

- ¡Déjame!- No pudo aguantar su fuerza y trastabilló un par de pasos hasta darse la vuelta y verle en la entrada. Su mirada la hizo temblar como un flan.

- Ven, aquí, ahora.- Negó, negó en rotundo dando varios pasos atrás. Miró el balcón abierto un instante.- Ni se te ocurra.- Iba a por ella, y su primer impulso fue correr pero no tardó en darle alcance antes de llegar a su objetivo. La levantó por la cintura y a pesar de patalear un par de veces retorciéndose no la soltó.- ¡Estate quieta!- Lo hizo con el pulso acelerado.- Cálmate y explícame ahora mismo lo que has hecho.- Tragó despacio la bola que se le había hecho en la garganta.-Qué le has dicho a tu amiga.

- ¡No es mi amiga, es una traidora!- Volvió a patalear, pero en el momento que empezó a caminar con ella a cuestas dejó de luchar.

- Vas a ver lo que hacen tus palabras, nena. Estás pasándote de la raya.- Salieron del cuarto a zancadas y la soltó en el suelo cogiéndola de la mano. No se atrevió a tirar en dirección contraria por puro miedo.- Mira lo que has hecho.- Dio un seco tirón de su mano y de dos traspiés entró en la habitación que acababa de dejar. Esa chica rubia, Lori, cantaba en una esquina acuclillada. Y junto a ella Megan hecha un mar de lágrimas, encogida.- ¿Te parece bien el dolor que le estás causando?- Se quedó paralizada. Nunca había visto a Megan llorar por nada en todos esos meses, ella era fuerte. ¿O no?-¡Contesta!- Encogió el cuello del grito.- ¿Te parece bien hacerle eso?

- No.- Murmuró con un hilo de voz sin atreverse a darse la vuelta.- Pero…

- ¿Pero?- La giró acechándola con esa fría mirada llena de ira.- Ahora te voy a decir lo que va a pasar. Vas a disculparte.- Se puso a su altura.- Vas a callarte.- La acercó a él de un movimiento brusco.- Y vas a aceptar tu castigo sin rechistar.- ¿Castigo?- La volvió a girar y le dio un ligero empujón adelante. Megan la observaba, igual que esa chica que sólo sabía cantar. Bajó la mirada al suelo blanco de mármol con los puños apretados.

- Lo siento.- Dijo en Español, sintiendo que si no lo hacía así perdía la batalla.

- Otra vez.- Tomó aire cruzándose de brazos.

- Lo siento.- Murmuró en inglés. Ya está, ya lo había…

- Bien, siguiente paso. Sígueme.- Se dio la vuelta viéndole salir de la habitación. No quería ir, no.- Andando, nena, vamos.- Dio un paso, seguido de otro. Y con el tercero cogió ritmo siguiéndole pasillo adelante sin apartar la vista de sus pies. ¿Castigo? Nunca la habían castigado que recordara, ni siquiera en Le Rosey. Pero él no la ignoraba, y ahora…- Entra ahí.- Levantó la vista y vio una habitación tan oscura como blanca era el resto de la casa. Negó. No, ahí no.- He dicho entra.- Le levantó el rostro y sus ojos azules fríos como el hielo la paralizaron.- Vamos.- La soltó y como antes, un paso tras otro, se adentró en esa habitación sin luz con él siguiéndola.- Una luz se encendió levemente, y la habitación que apareció ante ella le robó el aire de los pulmones. Todo era oscuro, incluso las sábanas de una enorme cama redonda en el centro de la habitación.- Ponte de rodillas en el suelo.- Miró sus pies un instante y lo hizo.- Abre las piernas.- Las… Lo hizo insegura.- Más.- Estaba incómoda. Y sin bragas, se recordó con un extraño pálpito en un momento así. ¿Qué iba a hacer con ella?- Ahora me voy a sentar allí.- Señaló la cama y tragó despacio otra vez ese maldito nudo.- Y cuando pienses el porqué voy a castigarte vendrás a decírmelo. Hasta entonces ni te muevas. Y silencio.- Sus pasos se alejaron de ella y vio cómo se sentaba en la cama y la miraba fijamente. Bajó la vista al negro.

En menos de dos minutos de silencio se dio cuenta de que aparte de estar incómoda, tenía miedo. Uno que nunca había sentido así, y la imagen de Megan llorando no la dejaba en paz. ¿Qué le había dicho exactamente? Ni siquiera recordaba las palabras concretas, pero… La había traicionado, ¿no? Ahora estaba… En España. Con él. Frunció el ceño e instintivamente miró atrás un instante. Tampoco había tenido que pedirle disculpas nunca, ¿seguiría llorando?

Suspiró un ins… La luz se apagó. Empezó a respirar deprisa mirando alrededor sin ver nada.

- Eric.- Susurró, pero nadie contestó. ¿Había vuelto a caer? No, nonono.- ¡Eric!- Se levantó en la oscuridad, y como si no hubiera despertado miró con los ojos desorbitados a todas partes.- Por favor…- Sollozó nerviosa buscando la puerta. No había, esta vez no había ninguna. El frío de suelo le terminó de atacar los nervios.- ¡Por favor, quiero salir! ¡Por favor!- Se encogió en el suelo en silencio y lloró.- ¡Sácame de aquí!- Estaba sola, otra vez. Lo había perdido todo, otra vez lo había hecho. Ella tenía la culpa de que se fueran, sólo ella.- Eric…por favor…- Sus ojos verdes llenos de lágrimas la miraron.- Megan…- Muertos, sin vida alguna. Te quiero, mi amor.- Mamá…

La luz se encendió, lo vio en el reflejo del mármol negro, pero no podía moverse. No podía. Se encogió aún más en el suelo, hecha un ovillo con esa voz en mente, con esas palabras. Escuchó pasos. No, no vengas, te haré daño. Lo haré tarde o temprano. Y te irás, como todos.

- Shhh, ya nena, calma. Estoy aquí.- La levantaba del suelo, la cogía. Y la llevó paso a paso sin que pudiera moverse aún. La luz la cegó un instante, pero en cuanto pudo ver y sus ojos la miraron con tristeza se escondió en su olor. En su calidez.- Ahora nena, te voy a decir lo que vamos a hacer.- Escuchó en silencio, completamente quieta mientras avanzaban.- Vas a disculparte.- Susurró.- Vas a venir conmigo.- Sí, con él.- Y vamos a ir directos al blanco.- Asintió. Y lo hizo varias veces aferrada a su camisa.- Lori nena, prepara la bañera.

En cuanto la soltó en el suelo y vio esos ojos verdes llenos de lágrimas se abrazó a ella. No estaba sola, estaba ahí. No se había ido.

- Lo siento, Megan.- Sí la necesitaba, con toda su alma.

- Y yo.- Escuchó que decía con la voz quebrada. Le había hecho daño, mucho. Se lo habían hecho mutuamente pero no podía permitirse perder a una amiga por algo que en definitiva la había sacado de su pesadilla. 

- Bien, eso es.- Estaban los tres, y cuando miró y vio su sonrisa rodeada de pelo rubio en esa inmensa habitación blanca no lo dudó. En casa, con ellos. 

Mas de Sildhara

Quintaesencia: La Ninfa de Maebe (V)

Quintaesencia: La Ninfa de Maebe (III)

N&B; 2010: Armonía (Justo castigo)

N&B;: Diario, Verona G.(30)

N&B;: Diario, Rosalie W. (21)

N&B;: Diario, Rosalie W. (19)

N&B;: Diario, Verona G.(21)

N&B;: Diario, Verona G.(20)

N&B;: Diario, Verona G.(19)

N&B;: Diario, Rosalie W. (17)

N&B;: Diario, Verona G.(17)

N&B;: Diario, Verona G.(16)

N&B;: Diario, Rosalie W. (15)

N&B;: Diario, Rosalie W. (14)

N&B;: Freixas, el Amo.(11)

Negro&Blanco;: La Élite (6)

Especial N&B;: Juego (III)

N&B;: Diario, Rosalie W. (13)

N&B;: Diario, Rosalie W. (12)

Negro&Blanco;: La Élite (5)

N&B;: Diario, Verona G.(15)

N&B;: Diario, Megan B.(10)

N&B;: Diario, Megan B.(9)

N&B;: Diario, Rosalie W. (11)

N&B;: Diario, Verona G.(14)

N&B;: Freixas, el Amo.(10)

N&B;: Diario, Rosalie W. (10)

N&B;: Diario, Rosalie W. (9)

N&B;: Freixas, el Amo.(9)

N&B;: Diario, Rosalie W. (8)

N&B;: Freixas, el Amo.(7)

N&B;: Freixas, el Amo.(8)

N&B;: Diario, Rosalie W. (7)

Negro&Blanco;: La Élite (4)

N&B;: Diario, Rosalie W. (6)

Negro&Blanco;: La Élite (3)

Negro&Blanco;: La Élite (2)

N&B;: Diario, Rosalie W. (5)

N&B;: Freixas, el Amo.(5)

N&B;: Diario, Rosalie W. (4)

N&B;: Freixas, el Amo.(5)

N&B;: Diario, Rosalie W. (3)

N&B;: Diario, Rosalie W. (1)

N&B;: Freixas, el Amo.(4)

N&B;: Diario, Rosalie W. (2)

N&B;: Freixas, el Amo.(3)

N&B;: Freixas, el Amo.(1)

N&B;: Freixas, el Amo.(2)

Negro&Blanco;: La Élite (1)

N&B;: Diario, Megan B.(8)

N&B;: Diario, Verona G.(12)

N&B;: Diario, Verona G.(13)

N&B;: Diario, Megan B.(7)

N&B;: Diario, Verona G.(10)

N&B;: Diario, Verona G.(7)

Especial N&B; XXX: Juego (I)

N&B;: Diario, Megan B.(4)

Negro y Blanco XXV

Negro y Blanco XIX

Negro y Blanco XX

Negro y Blanco III

Negro y Blanco IV

Negro y Blanco I

Negro y Blanco II