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Negro&Blanco;: La Élite (6)

en Dominación

Equipos

Rose Armer

 

Despertó cuando sintió que le desataba las muñecas y vio al Amo de Megan, su Señor, sonreír. ¡Ya había terminado su aislamiento! Se le aceleró la respiración cuando sus manos la tocaron, llevándose las lágrimas de pura felicidad que le cayeron por el rostro mientras la desanclaba de ese sofá. No la habían tocado en días. Había recibido dos comidas, dos cenas contando la de esa misma noche y un desayuno. La luz era tenue, y aun así tuvo que parpadear varias veces cuando se intensificó poco a poco.

- Dime porqué.- Murmuró su Señor cogiéndole el brazo, masajeando el músculo con las manos untadas en algo resbaladizo.- Porqué te hiciste esto Rose.

- Quería…- Tuvo que pensarlo mientras se aclaraba la garganta. Hacía mucho de ese fugaz pensamiento que le había hecho esconderse con el diario de la nueva sumisa en esa misma habitación.- Quería su atención, Señor.- La ayudó a sentarse y se colocó tras ella, masajeando sus hombros.

- Así no, cielo, ¿queda claro?- Asintió de inmediato.- Si quieres mi atención, deberás seguir la normativa a rajatabla, sin errores a partir de ahora.- Volvió a asentir. Escucharle hablar esos días sin que le hiciesen caso, escuchar el sufrimiento de Jo sin sentir más que ansia por ser ella la que estuviera en su lugar… No, nunca más.- Como haya próxima vez te aislaré por completo una semana, ¿entendido?- Asintió sollozando mientras le acariciaba y masajeaba cada músculo dolorido con lentitud.

Hasta que llamaron a la puerta. Intentó levantarse pero no pudo, además el Señor se lo impidió y él mismo fue a abrir indicándole que continuara ella con esa rutina tras permanecer atada tanto tiempo, moviendo las articulaciones lentamente. Mantuvo la vista baja, no volvería a fallar ahora aunque no pudiera levantarse para recibir a Eric, su otro Señor. Le escuchó y se quedó atenta a su voz mientras empezaba a moverse despacio.

- Esto no es ni meramente normal, Krum. Mira lo que ha escrito.- Aún embotada de sueño y dolorida de sus ataduras se miró las muñecas durante ese silencio, las marcas.

- Te defiende.-  Escuchó decir al Señor Krum riendo.

- Hasta ahora.- El Señor Eric parecía enfadado.- He entrado en la habitación y ni siquiera me ha mirado, no se ha dado ni cuenta de que estaba a su lado. Seguía hablando con Megan y con Lori como si yo no existiera.

- ¿Y te extraña? Acaba de enterarse, dale espacio. Es una chica muy…- Dio en ligero repullo al golpe que escuchó.

- Maldito seas, me la estás jugando Krum, no creas que no me doy cuenta.- No se atrevió a mirar, pero sí notó su corazón bombear con fuerza ante el tono del Señor Eric. Uno que usaba cuando se enfadaba de verdad.

- Haz el favor de controlarte. Hasta ella se ha dado cuenta de que no estamos haciendo las cosas bien y acaba de llegar, Eric.- Otro golpe.

- Ya, y ahora qué. Me ignora, y a ti te quiere lejos no, lo siguiente.- Un suspiro, no supo de cuál de los dos.-Esto lo tenemos que solucionar entre los dos esta misma noche, si dejo que lo piense estamos perdidos. Su ira va a reventarnos en la cara y con motivo, no pienso castigarla por estallar hoy, no puedo, es...- Estaba muy, muy enfadado.

- Para ella es importante conocernos, ¿no?- Escuchó sus pasos y los del Señor Eric mientras se masajeaba el cuello.- Es una gran idea esta vez, para todos menos las Veteranas y Jo. Hoy no.- Eso que oía era papel.- Que nos conozca.

- ¿De Megan?, para variar.- Otro suspiro.- No veo que una Noche de Sumisas nos ayude.

- Bueno, pues que sea algo grupal, una ronda de presentaciones en el ambiente que ella prefiera. Donde se sienta más cómoda.- Más pasos hasta ver los pies del Señor ante ella.- Princesa, ¿te gustaría salir?- Asintió de inmediato.- Pues cuando estés preparada y hagas tus estiramientos ven al cuarto de Eric.- Dijo mientras se marchaba.

En cuanto escuchó la puerta levantó la cabeza e hizo sus estiramientos con rapidez sin querer pasar un segundo más sola. Le encantaban las actividades en grupo y por lo que el Señor Krum le había dicho a Jo esa tarde cuando le daban la comida el Señor Eric había salido de la casa incluso. Y se lo había perdido por ser mala, por robar. Miró el albornoz que había dejado a su lado y se lo puso de inmediato saliendo al resplandeciente pasillo que le entrecerró los ojos. Siguió la pared con la mano viendo que no era la única que se dirigía a esa habitación. Ante ella iban las gemelas, y cuando entraron en la habitación del Señor Eric vieron a todos quietos, de pie en la terraza. Se quedó junto a las gemelas en posición uno con la vista clavada en el suelo escuchando a la nueva hablar de cosas que no entendió. No se callaba un solo instante.

 

-Equipos-

 

Continuó explicándole a Lori las reglas básicas del juego de cinco contra cinco, las puntuaciones más importantes, que por mucho que creyeran los más adictos no se trataba sólo de acumular muertes. Eso era lo de menos, lo importante en ese juego era que de los tres posibles caminos al nexo del equipo contrario, con tres torretas de defensa cada uno de ellos, se pudieran proteger haciendo un equipo decente y tirar las contrarias hasta destruir el nexo del otro equipo. Continuó por los datos más simples de la partida que ahora llevaba a cabo, en la que acababan de destruir la primera torre contraria del camino de abajo, mientras veía cómo el que debería estar cubriendo el camino central al nexo de su equipo era aniquilado por el jugador que iba por la jungla del otro equipo y su contrincante en el camino central. Ya estamos. Siempre que jugaba le tocaba alguien así, no había manera de hacer un buen equipo.

-          Es que no se puede ser más…- Escribió en el chat del grupo lo idiota que era por no comprar guardianes de visión por si eso sucedía y continuó.- Los hay mancos y los hay directamente que juegan con los codos.- Bufó matando al último minion de… Eso no se lo había explicado.- ¿Ves los muñequitos que van en fila? Son minions, los matas y los tuyos avanzan, te dan dinero por ello y puedes comprar mejoras de equipo en la tienda, que es este tío gordo de tu base.- Manejó al personaje llevándolo hacia el camino central. El compañero que debía estar en el medio era malísimo, al final les iban a tirar la primera torre.- Mierda de mancos…- Puso en el chat si era por lag o qué, que defendiese su torre.- Al final por uno se va todo al cuerno.- Y encima el jugador de jungla de su equipo iba peor que el del equipo contrario. Un nivel por debajo. Eso tampoco se lo había dicho.- El objetivo es llegar a nivel 18, con el mejor equipo posible, sin morir demasiadas veces porque eso sube las estadísticas de ataque del contrario y les da dinero. Cuando se juega bien, claro, porque si este…- Apretó los dientes cuando volvió a pasar. Cuando ese semejante inútil que tenían jugando en medio volvió a caer en la trampa y murió.- Capullo…

Le explicó el error que estaba cometiendo ese jugador con el equipo que se estaba comprando, pues si bien era de ataque a distancia esos no eran los objetos adecuados. Les acabaron por tirar la torre central mientras escuchaba murmullos a su espalda a los que hizo caso omiso. Igual que a la risa de Megan. Que la llamara enganchada y lo que le diera la gana, ahora mismo estaba feliz, en su salsa. Ahí se manejaba como nadie, y ese maldito jugador manco no le iba a fastidiar la primera partida que jugaba en días. Se hizo con su puesto y cuando vio la oportunidad le explicó a Lori lo que era un gankeo. Básicamente pillar desprevenido a uno de los jugadores de la otra línea y comérselo con papas. Simple y efectivo.

- Em… Lil.- Escuchó la voz de Megan y miró directamente el reloj. Las diez menos diez.

- Aún no es la hora.- Que no le jodieran ese tiempo libre. Estaba pasándoselo bien y a pesar de todo iban ganando. Tiró la torre central con el compañero con el que había jugado en el camino de abajo y chilló entusiasmada.- Se van a cagar…- A partir de ahí iba a ser mucho más fácil.- Mira, los muy idiotas creen que me van a pillar.- Le dijo a Lori regodeándose cuando su personaje se hizo invisible y los jugadores contrarios pasaron a su lado sin verla.- Pringaos…

Siguió por explicarle los bufos, las ventajas de matar a los bichos de la jungla y lo que estos aportaban a las estadísticas de personaje, igual que matar al dragón, que aportaba dinero al grupo, o el varón, un bicho feísimo pero que era un puntazo a la hora de dar una clara ventaja a tu equipo contra el otro como le enseñó. Hoy necesitaba ganar, y siguió jugando y despotricando, riendo y cagándose en los muertos del manco de su equipo hasta que lo consiguió aplaudiendo y riendo, viendo el nexo del equipo contrario destruido al fin.

- Y así es como se juega a…- Miró a su derecha, al hueco que debería estar ocupando Lori y donde estaba Krum en su lugar mirándola atentamente con la cabeza apoyada en una mano.

- Es increíble.- Miró a su otro lado, donde debería estar Megan y Eric la observaba con la misma cara de pasmo.- Dime una cosa, Lilian. ¿Nos has escuchado llamarte siquiera?- Se giró hacia Krum otra vez con el corazón acelerado y negó. La verdad es que no.

- Sólo a Megan, pero…- Rozó su reloj y este se iluminó. ¡Eran las once casi! Se quedó sin aire mirando a Eric.- Es… es que…- Bajó la mirada a esa pantalla que ponía Victoria. Se le acababa de pasar el tiempo volado, no era la primera vez, pero ahora estaba en el PRE, en la terraza con su Amo y…

- Frikiiiii.- Dijo Megan desde su espalda a su oído, burlándose, y cerró el portátil encarándola, poniéndose en pie con los brazos en jarras viendo que iba envuelta en un albornoz. Como ellos. 

- A ti te pasa lo mismo cuando lees y nadie te dice nada.- Pero se acordó.- Aunque ahora ya sé porqué te quedas tan pegada a los libros, so cochina.- La sonrisa de Megan se convirtió en una carcajada que Krum coreó a su izquierda.

- Oye oye, vamos, controlemos esos brotes, ¿eh?- Le miró de soslayo, a él y a Eric que también se levantaba a su derecha. Y entonces lo pensó. ¿Qué hacía Krum ahí? Le miró con desconfianza mientras entraba en la habitación y se dirigía con Megan al baño riendo y charlando.

- Ey…- La caricia en su mejilla le levantó la vista a la de Eric, que le medio sonreía.- Hoy va a ser algo distinto, haremos una rueda de presentación entre todos para que te sientas más a gusto y nos conozcamos mejor, ¿de acuerdo?- Miró al ordenador cerrado en la mesa de la terraza antes de asentir. Se acabó el tiempo libre totalmente.

Le siguió al baño y se quedó paralizada viendo que no sólo estaban Krum y Megan de extras, sino también las gemelas y Rose sonriendo junto a Lori, que la saludaba entusiasmada desde el jacuzzi tan desnuda como el resto. Dio un paso atrás al palpitar enloquecido y topó con el cuerpo de Eric. ¿¡Es que no iban a parar nunca!?

- Conocernos cómo.- Fue lo único que consiguió decir cuando le masajeó los hombros escuchando su ‘calma nena’ en un susurro a su oído.

- Vamos a hablar, sólo hablar. Tranquila.- Le besó la sien y la abrazó contra él dándole la vuelta, mirándola con ternura.- Por hoy vamos a dejar los protocolos de lado y charlaremos como personas normales.- Miró de reojo el jacuzzi lleno de gente desnuda y le levantó una ceja haciéndole reír.- Bueno, cada uno es como es, mi musa.

La empujó levemente para que diera el primer paso hacia ese jacuzzi, pero viendo que desanudaba el albornoz miró a otro lado con el pálpito paralizándole cada músculo. Se suponía que ella tenía que hacer lo mismo, seguro, quitarse el vestido y entrar en el jacuzzi. No podía, no con Krum ahí. Negó sin mirarles.

- No puedo.- Murmuró, y en el momento que lo hizo sintió que Eric le cogía la mano.

- Pues vestida por ahora, nena.- Tiró de ella y aunque no miró a nadie acabó en el jacuzzi sentada entre Krum y Eric mientras escuchaba las risitas de las otras chicas sin levantar la vista. Vestida y todo aún, les daba igual, pero ya estaba dentro y rodeada.

- Vale, quién quiere empezar.- Levantó la vista de los millones de burbujitas cuando escuchó a Krum a su izquierda.- Megan, ha sido idea tuya, ¿por qué no empiezas tú?

- Guay.- Miró de soslayo a su amiga. ¿Idea suya el qué? ¿Qué la metiesen ahí?- Me conoces poco por desgracia.- Le decía a ella y por el tono la estaba tachando de antisocial. Sabía que no se había interesado nunca por sus actividades o gustos, habían hablado más bien poco.- Nací en Los Ángeles, mi padre le dio mi custodia al PRE y Krum me ayudó con mi problema el verano pasado.- Y lo decía tan sonriente. Bueno, normal, estaba enamorada.- ¿Quieres saber algo más de mí?- Se encogió de hombros mirando a las burbujas otra vez, sabiendo lo que habría bajo ellas tanto a un lado de su cuerpo como al otro. Se encogió un poco más negando.

- Vamos Lil, colabora un poquito, así no va a servir de nada que hagamos esto.- Krum le puso los rizos tras la oreja, que se soltaron de forma inmediata.- ¿Qué tal si nos cuentas un poco sobre ti? Todos queremos conocerte algo mejor, Lilian.- Eric le puso la mano en el hombro, y rezó sin verla porque fuese la de Eric hasta que el ligero masaje se lo verificó. Suspiró nerviosa, no sabía qué decir ahora, se sentía observada, rodeada.

- Nena, mírame.- Levantó la vista a la suya, a su sonrisa.- ¿Prefieres que dejemos esto para otro momento y sigamos con la rutina normal?- Abrió los ojos pasmada. La rutina normal implicaba… Negó y él sonrió, acariciándole la mejilla y besándola despacio, rozando sus labios, su mejilla.- Venga cobardica, sólo tienes que decir algo sobre ti, no es tan difícil.

- Nací en Barcelona.- Murmuró quedamente. El resto se resumía rápido.- Y ahora estoy aquí, metida en un jacuzzi con gente desnuda.- Eric reía, Krum también, y el resto lo hizo a coro durante unos segundos.

- Bueno, es un paso.- Eric la achuchó contra él. ¿Y ahora otro? Suspiró nerviosa.

- Vamos a hacerlo más fácil.- Dijo Krum a su lado.- El último que responda plantea una pregunta para el siguiente.- ¿Cómo un juego?- Megan, hazle una pregunta a Lilian, pongámosle las cosas fáciles, ¿eh, cariño? Tenéis que jugar en equipo y apoyaros.- Vio cómo la besaba y ella sonreía asintiendo.

- ¿Eres una friki, Lil?- Levantó la mirada que había mantenido en las burbujas esperando la pregunta, directamente a sus ojos verdes. A su sonrisa de picardía. ¿Eso era jugar en equipo?

- No más que tú, Meg.- Por lista. Suspiró el aire caliente que la envolvía sintiendo las burbujas incluso por debajo del vestido blanco, pegado a su cuerpo completamente.- Y deja de picarme. Eso no ayuda al ‘equipo’.- Al final había acabado donde querían, y aunque la hubieran dejado jugar la partida hasta el final una victoria era insuficiente. Quería más.

- Lo damos por válido.- Dijo Krum a carcajadas a su lado.- Te toca preguntar, Lilian.- Y con el recochineo con el que dijo su nombre supo porqué no la había llamado princesa, ni cielo, ni nada de lo que solía hasta ahora. Ya había leído su diario.

Le miró a los ojos fijamente con esa pregunta que tenía en mente desde que leyó sus respuestas, las mismas en las que no dejaba de tirarle los trastos sin parar. Por más que fueran cinco sumisas y ellos dos Amos ganaban. La rabia le pudo, sabiendo lo que ahora sabía del PRE.

- ¿Quieres a Megan de verdad aunque seas un mujeriego?- Su sonrisa se borró, como la de Megan a su lado, mirándole a él de reojo antes de bajar la vista a las burbujas.

Eso por picarla. Sonrió cuando Eric empezó a reírse a carcajadas a su lado pero sólo tuvo que levantarle una ceja. Él también le esquivó la mirada y dejó de reír, no como todas ellas, incluida Lori. ¡Toma, combo doble! Punto para las sumisas.

- Más que a nadie en este mundo.- Volvió a los ojos de Krum, a su expresión seria y fija en ella con esos ojos cristalinos atravesándola. Ups…- Me toca.- Dijo mientras cogía a Megan por la cintura y la sentaba entre sus piernas, abrazándola. Apartó la mirada de la sonrisa de Megan con el pulso acelerado. Ella no estaba en el bando de las sumisas, sino de las fans de Krum.- ¿Quieres que Lilian se quite el vestido, Rosi?- Miró a la susodicha sin aire y a Krum sonreírle con malicia. Megan se rió a carcajadas. ¡Pero será capullo! Rosi asintió sonriendo levemente y dejándola atónita. ¿¡Pero no eran un equipo!?- Dile por qué, cielo.

- Porque es preciosa y no debería avergonzarse de su belleza.- El corazón le latió tan fuerte que lo escuchó por encima del ruido del jacuzzi. ¡Por Dios! Bajó la  vista hasta casi darse con la barbilla en el pecho escuchando sus risas roncas a ambos lados. Le pasaba por provocar a ese tipo de persona, tendría que haberlo visto venir. Mierda.

- Doy la respuesta más que por válida, gracias nena.- Dijo Eric a su derecha besándole la cabeza, acariciándole la cara, acercándola a él lentamente hasta que a la siguiente pregunta de Susi a Eric él directamente le contestó.- Lo sé, es que mi musa es tímida Su, tú mejor que nadie sabes lo que se siente.- Miró a Rosi otra vez, que acababa de preguntar por qué ella iba vestida y ellas no. Esto no era un equipo.- ¿Puedes desnudarte cariño?- La pregunta de Eric era para ella. Se encogió un poco más.- Vamos Lil, es injusto para ellas que tú estés vestida aún.- Le tomó su tiempo pero sabía que era verdad. Tenía razón de una forma extraña, pero la tenía. Punto para los Amos.

Se llevó las manos lentamente al borde del vestido y se lo sacó con ayuda de Eric por la cabeza, encogida y cubierta por las burbujas que le llegaban a las axilas con la mano de Krum en un hombro y la de Eric en el otro, escuchando la respuesta de Lori a su pregunta. ¿Puedes cantar? Todos rieron, incluso Lori antes de empezar a cantar esa melodía sobre Eric que había cantado la noche anterior, recordándole el momento en Narnia. Qué daría por poder encerrarse ahí ahora, sin nadie más que esa sensación que le palpitaba en el cuerpo y la voz de Lorena. 

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