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N&B; 2010: Armonía (Justo castigo)

en Dominación

Armonía

30 de Julio de 2010, Aveyron (Francia)

¡Léelo en el blog! Noche 11: Armonía


La lista que volvió a repasar antes de seguir con el siguiente le pareció menos insultante esta vez, pero aun así no podía dejar pasar esos errores y lo sabía. Observó a Rosalie desde la butaca en la que estaba sentado, de rodillas sobre el colchón, con la respiración aún agitada por su última consecuencia. La mirada clavada en las sábanas. Las gráficas de temperatura indicaban un aumento poco usual, pero hacía mucho que esta situación no se daba, e igualmente nunca habían utilizado ese prototipo anal gemelo al suyo. Podía ser la causa de esa excitación que ya había previsto al saber de su amplia sensibilidad cutánea.

- Siguiente.- El efecto de su voz tras la pausa produjo picos en la gráfica, movimiento en sus gestos faciales. La presión aumentó ligeramente sobre el prototipo.- Flores.- Víktor no había llegado a realizar esa orden, esperaba su confirmación como con el resto de cambios que Rosalie había realizado y volverían a su lugar. Aunque no todos.

- Para su…- Levantó la mirada de la lista directamente hacia ella.- Madre.- Esto era interesante. Sabía que no debía hablar si no le hacía una pregunta directa, ya era la sexta vez que cometía ese error.

- ¿Acaso deseas el castigo, mi dama?- Todos los parámetros de la gráfica enloquecieron ante la pregunta.- No mientas.- Tardó unos segundos en los que vio claramente en sus gestos la duda. Pero asintió lentamente, sacándole la sonrisa. Levantándole de su asiento.- Ya veremos.- Estaba más que preparada para el siguiente nivel entonces.

Fue dispuesto a escoger el material adecuado no sin antes activar la fase tres de vibración de ambos prototipos, notando visiblemente su tensión corporal. La agitación de su pulso y respiración a la que se acercó llamado silenciosamente por esos ojos oscuros y abiertos fijos en las sábanas bajo ella, en el esfuerzo de sus labios por contener los sonidos de la nueva sensación que vivía y disfrutaba su cuerpo. Él apenas notaba una ligera diferencia, ella lo sentía tremendamente más. El avance había sido desmesurado en su ausencia, su nivel de aceptación en cuanto a la información clasificada estaba muy por encima de lo que había imaginado a pesar de la sensibilidad que cualquier detalle provocaba en ella. Dejó la tablet bajo su profunda mirada sobre el colchón.

- Elige tu fase, mi dama. Vuelvo en seguida.- Le besó la mejilla anhelando sentir ese calor que desprendía. No. Antes el justo castigo.

Salió de la habitación intentando ignorar la visión del prototipo de espacio de seguridad que aún permanecía en la sala. Y ese vídeo que había revisado con ella hablándole... Directo a por el material que había pedido para la ocasión aun no estando convencido de que estuviera preparada por completo, notó la bajada de intensidad en su propio prototipo con una sonrisa. No lo estaba. Abrió el maletín eligiendo algo que ya hubieran usado con anterioridad para afincar su confianza. Y dada la duración que iba a tener esta vez la sesión iban a ser necesarios los elementos más suaves. Sin embargo no podía permitir que buscara esos castigos, a la larga le iba a traer problemas, pues si en un principio los temía lo suficiente como para no realizar sus errores con el propósito de ser castigada, estando ya en proceso de ser castigada sí buscaba aumentar la intensidad fallando deliberadamente. Interesante para él, pero contraproductivo para ella. Demasiado joven aún. Cogió la cubitera y todos los elementos incluyendo algo que pondría a prueba esa actitud que podría convertirse en su peor enemigo si no le tenía el suficiente respeto a esas llamadas de atención. Aún le quedaban tantos elementos por ver y sentir, tantas sensaciones que experimentar, que no era consciente de lo que… Se le paralizó el pensamiento notando su prototipo vibrar muy por encima del nivel cinco. Quizá un ocho. Corrió a la habitación viéndola postrada en la cama, incapaz de contener los temblores de su cuerpo. Los gemidos. Rió a carcajadas de su propia elección y no lo dudó un instante. Empezaban. Se dio prisa en colocar la parte baja del arnés de tiras afelpadas que mantendría el prototipo en su interior, ajustándolo con algo más de presión de la necesaria.

- Es…pera…- Quitó la tablet de su alcance antes de que cambiara la fase a una de menor intensidad.- Ahhh...

- Ha sido tu decisión, mi dama.- Le susurró con gusto, sabiendo que desde ese mismo instante ya se estaba arrepintiendo.- Tus decisiones. Ahora las consecuencias.

- Se…Ahhh- Estiró las piernas, se dejó caer en la cama. Buscó cómo quitarse el arnés.

- Calma.- Incluso él empezaba a respirar con prisa, y exactamente eso tenía que darse ahora para que entendiese su error más evidente. Intentar abarcar más de lo que podía sin estar preparada para ello.

Pronunció a medias su nombre varias veces mientras unía sus manos a la espalda, añadiendo la parte de arriba de ese arnés y conectándolo con las cintas al arnés que acogía su cintura, que recorría su entrepierna estrechamente. Aún no veía las consecuencias a moverse de esa manera para intentar controlar una situación que se le escapaba de las manos, pero lo iba a ver con total claridad. Ajustó la pelota de goma a su boca en el momento que movió las piernas intentando hacer un esfuerzo más por sobrellevar la sensación que su cuerpo no podía contener, obteniendo lo contrario a lo que deseaba, pues la cinta que le recorría la entrepierna le produjo sin duda un angustioso roce al que se paralizó sin aliento. La incorporó volviendo a posicionarla de rodillas.

- Quieta Rosi.- Negó y chilló. Gimió con fuerza mordiendo la bola de goma. Necesitaba elementos suspensorios para que mantuviera la posición, pero esa habitación no estaba preparada. Ni Rosi tampoco. Vio el miedo en sus ojos.- ¿Quieres parar?- Asintió de inmediato. No, un poco más, o no habría servido de nada.- Tú has elegido la intensidad, mi dama. ¿Te arrepientes de tu decisión?- Volvió a asentir. A gemir. Y a él le costó centrarse cuando se desplomó entre sus brazos, haciendo contacto con su cuerpo, maldiciéndolo por no permitirle sentirla. La abrazó contra él aferrando sus nalgas con una mano mientras con la otra alcanzaba la tablet, activando la fase diez de ambos prototipos, a lo que Rosi gritó y se tensó apretando las nalgas, haciéndole reír cuando la tumbó sobre la cama junto a él.

- ¡¡Mmmph!!- Le retiró el pelo de la oreja, mordiendo el lóbulo.

- Tus decisiones nos afectan a ambos, Rosi.- Se revolvió un instante. Estaba al límite.- Y a diferencia de ti, yo estoy más que preparado para ello. Jamás vuelvas a hacer algo así sin estar preparada para afrontar las consecuencias, mi dama, ¿entendido?

- ¡¡Mmphiiiiiiiiiiiii!!- Tensó todo su cuerpo contra él y fue el momento de detener el programa, de quitar la bola de goma que siguió mordiendo varios segundos más antes de relajarse, de volver a abrir los ojos. De sollozar con la respiración agitada como había previsto que sucedería por haberla desbordado de esa manera, pero era necesario.- Seúl…- La besó ansioso de una continuación a su propio anhelo de más.

- ¿Sigues queriendo que te castigue?- Negó en rotundo acercándose a él.- Maravilloso mi dama. Muy bien.

Comenzó a deshacer sus ataduras, aflojándole el arnés de la cintura lo suficiente para sacar el prototipo anal ovalado y metálico que dejó a un lado. Iniciando la fase doce para él a la que su cuerpo respondió. A la que Rosi le miró con pasmo mirando el prototipo que acababa de sacar de ella moverse sobre el colchón. Mantuvo su rostro en esa dirección viendo el sudor que impregnaba su piel, la musculación de su cuello palpitar enloquecida. Llevó su mano al centro de su ser que era el mismo infierno hecho carne y su mirada volvió a centrarse en él con esa expresión que tanto disfrutaba ver en ella. Sabiendo que la estaba midiendo, consciente de su propia excitación, llegó mentalmente a un punto de miedo hacia sus propias predilecciones. La consecuente incertidumbre que sin duda se planteaba sobre si llegaría a darle lo que quería, lo que anhelaba.

- Hoy no, mi dama.- Vio la confusión aflorar y miró el reloj que marcaba las diez y doce minutos.

Aún quedaba mucho tiempo para el final de la sesión, si es que llegaban a ella, y esta vez iba a ir tremendamente despacio con cada detalle dada la excitación a la que ya había llegado. Incluso para él fue decisivo el bajar la intensidad del prototipo anal que permanecía en fase doce. Lo bajó a la mitad. Empezaban de nuevo, y esta vez estaría más que atenta por lo que pudo comprobar en cuanto se levantó de la cama y le ordenó permanecer de rodillas de nuevo. Obedeció de inmediato aunque costosamente. Bajó la mirada pero su cuerpo temblaba visiblemente, y la reacción en su mirada a la visión de ese arnés sobre su pecho le hizo sonreír una vez más mientras cogía las abrazaderas de control remoto metiéndolas en la cubitera y se sentaba con calma en la butaca. Volviendo a la lista en el momento que un inesperado pitido del comunicador que había dejado encima de la mesa rompió el silencio, lo que significaba que algo de lo que había ordenado para tener ese momento con su dama no iba como deseaba. Y no solo para él, también para Freixas, pues su alumna y señora había salido de la habitación dispuesta a dar inicio a la clase que León se había empeñado en mantener dentro del horario. Los juegos. Ni dos minutos después avisaron de su regreso a la habitación a hombros de Freixas. Dio el aviso a Roswell y dejó el comunicador a un lado mirando a su dama. Estaba más tranquila, mucho más.

- Bien, Rosi. Mandaremos esas flores.- Junto con un arsenal de vigilancia para esa habitación de hospital como León y él habían acordado. Y volvería a poner vigilancia en la habitación de castigos que ahora ocupaba con Freixas, dado el inesperado cambio.

Aunque él jamás hubiera permitido algo así con la infiltrada, el acercamiento de Rosalie no había sido del todo inapropiado, los vídeos que había visto demostraban de su habilidad como Ama y una educación que no se esperaba de alguien de su posición. Y aun así era incomprensible su comportamiento, pues había tratado a Rosalie como una superior, respetado su cargo. Un Ama más incongruente que ninguno de los alumnos que ya había en esa casa, pero a la que estudiaría más detenidamente que antes dados los hechos. Igual que la inesperada reacción de Verona a las faltas verbales de Rosi, la fugada había avanzado considerablemente bajo su tutela. Caótico pero efectivo. Tanto que ya estaba planteándose empezar sus clases de expresión escrita y verbal, no solo de movilidad. Para eso quería la opinión de Lauren y Ruth, aunque la realidad que había encontrado al despertar era muy distinta de la que esperaba. Sobre todo con Eric y ese comportamiento que Krum clasificaba como el de siempre. Empezaba a no estar tan de acuerdo con ese término, ni con la decisión de León de haberle dado la completa tutela de la fugada. Pero la espera que le estaba dando de margen a Rosalie era ya suficientemente amplia y había calmado tanto su respiración como la tensión de su cuerpo que vio perfectamente en sus gestos que pensaba. Mucho. Era el momento de empezar de nuevo, esta vez con esa otra parte. Los aciertos.

- Empezamos.- Esos puntos de la lista eran sumamente importantes, aunque constituyeran una proporción demasiado equilibrada con los errores. Se levantó de la butaca dispuesto a compensar…

- No.- Se quedó paralizado al encogimiento de su cuerpo.- Lo he entendido, Amo, por favor. No.- Miró el prototipo que seguía sobre la cama, el suyo, que aún vibraba. Got…

- Rosi.- Tan sensible… La abrazó contra él notando el temblor de su cuerpo, el calor y el sudor que la envolvían a través de las palmas de sus manos, de sus labios. Quitó el arnés de su cuerpo con movimientos lentos sabiendo que no podía estar a su nivel, aún no. Ni mucho menos. Y aun así…- No llores mi dama, se acabó.- Le aseguró poniendo fin a la sesión antes de tiempo, incluso para sí mismo.

Metiéndola en la ducha sin separarla de su cuerpo. No notaba el tacto de su piel en algunas zonas, no sentía ese calor, pero sí la presión que ejercía sobre él esa debilidad en ella. Lo mucho que cambiaba su parecer verla tan afligida y arrepentida de sus errores. Pero no podía olvidar las recompensas, y a pesar de los muchos errores que ya había pagado y pagaría a lo largo de esa semana de primeriza, dio rienda suelta a su propio anhelo de ella abriendo el grifo a una temperatura óptima para su dama. La que su cuerpo debería mantener establemente y no lo hacía. Variaba tanto como ese carácter de fortaleza y debilidad que tan arbitrariamente traspasaba su dama.

- No ha sido un comportamiento adecuado, lo sabes, ni a la altura de las circunstancias al completo.- Víktor había intercedido más de lo considerable a su posición por ello.- Y aun así…- Buscó la palabra adecuada, el término que expresase lo que producía en él lo que había visto. Lo que había hecho sin tener una preparación previa.- Mi digna reina.

Caótica, desmesuradamente. Vengativa sin prever a las consecuencias, joven e inexperta. Y aun así autoritaria, con ciertos momentos de altivez propios de su cargo sin perder los modales, tomando decisiones que traspasaban su nivel de confianza. En eso le llevaba una gran ventaja, León no había errado en esa conclusión. Ni en la de mantener sus preferencias y ciertos cambios mientras no afectasen a la productividad de las colmenas. Ese anexo a su propio protocolo era la base de su mayor logro ahora mismo. Con los cambios oportunos, pero increíblemente eficaz. Caótica, pero digna. Levantó su rostro hacia él. Y tan hermosa…

- Qué deseas, Rosi. Dímelo.- Su mirada fue eco de un sinfín de pensamientos.- Te concederé algo cada noche por tus aciertos, mi dama. Una cosa.- Le aclaró para saber hacia dónde se iban ahora mismo sus preferencias.

- Hoy si, Amo.- Murmuró abrazándose a su cuerpo. Got… Rió a carcajadas ante las pocas duda sobre lo que prefería. Seguía sorprendiéndole su determinación.- ¿Como yo quiera?

Sabía lo que eso significaba para él. No, no estaba dispuesto a cederle ese poder en absoluto, acababa de demostrar que no sabría qué hacer con él. Que no estaba a su altura en ese aspecto. Tenía mucho que saber aún por más que su intuición no fuese mal encaminada.

- Hoy sí.- Accedió sabiendo que igualmente y exactamente por el mismo motivo no podría aguantar mucho más de lo que ya había soportado.- Pero vas a tener que especificar qué quieres para que consienta, Rosi, si es que eso es viable.- Aunque lo supiera, sabía que no lo diría.

No estaba preparada para saberlo siquiera, mucho menos para expresarlo. Quería más, aunque seguramente esta noche no se atrevería a una intensidad demasiado alta. Volvería atrás por miedo en busca de algo conocido. Algo que sin duda sería su punto débil, por lo que ya sabría a qué atenerse en un futuro de llegar otra vez a los mismos términos.

- Sólo…- Levantó su rostro de nuevo para que no le escondiera su evidente titubeo.- Lo normal, Amo.- Rió y la besó. Lo normal…

- ¿Qué es normal para ti?- Su nerviosismo volvió a acelerarle la respiración.- Dime.

- Como…- Fue el momento de tomar asiento, y lo hizo sin soltar su mano, observándola bajo la ducha y cómo esta caía por su cuerpo.- Como la…- La miró fijamente, esperando esa salida y el error en su perspectiva.- Primera Vez.- Sonrió un instante.

- Eso Rosi, fue algo entre tú y yo como pareja. Ahora soy tu Amo.- Sabía perfectamente qué estaba pensando, y su ligera tensión le dio una ligera pista de la rabia que le daba esa realidad.- ¿Deseas cambiar tu petición, mi dama?- Asintió de inmediato.- Qué.

- Sé mi pareja esta noche, Seúl, por favor.- Sonrió ampliamente y asintió a su petición.

- Bien.- Cogió el jabón indicándole que se sentara sobre sus piernas.- Así será, mi amor.

Por ahora no podía franquear esos límites, ni él exigir más de lo que estaba dispuesta a soportar. Estaba bastante seguro de que no cometería errores esta vez en una larga temporada, y aunque lo hiciera inconscientemente no buscaría sobrepasar sus propios límites otra vez sin estar preparada para ello. Eso era un avance importante. Igual que expresar sus preferencias cuando todo lo que creía saber sobre sí misma daba un paso más allá de lo tolerable para ella. Lo más interesante de todo es que sus peticiones no se alejaban de él, por lo que sabía que su elección de una fase ocho, seguramente para comprobar su propia resistencia, había sido un error. Notando bajo sus manos y en sus gestos corporales la calma que ahora tenía sobre sus piernas llevó las caricias hacia su centro como compensación a su indudable valor. Su iniciativa y, sobre todo, esa parte que ella ansiaba por encima de cualquier cosa desde hacía mucho tiempo y que ahora podría recibir también como recompensa a su propio control. El placer de una manera que disfrutarían, merecían y deseaban ambos.

 

¡¡ COMUNICADO IMPORTANTE PARA LOS SEGUIDORES DE N&B !!

La Élite tiene blog, de manera que los capítulos que suba a TR serán sólo los de contenido estrictamente sexual.

La trama de historia la podréis encontrar en la página del blog: http://negroyblanco.megustaescribir.com/

Junto a algunas ventajas más:

 

- Capitulos organizados por orden de lectura

 

- Editados y corregidos, por lo que se entienden mucho mejor.

Además llevan algunas sorpresas incluídas ya que el blog 

permite enlazar videos, imágenes, etc...

 

- Subiré antes al blog que a TR, sobre todo los que 

se tratan de continuar la historia del personaje.

 

- Habrá escenas extras y capítulos que no subiré a TR, 

además de otros detalles como fichas de personajes, etc.

 

- Podréis compartir cada capítulo favorito en los medios,

comentar y hacerme llegar vuestra opinión al correo.

 

sildhara@gmail.com

o enteraos de las subidas mediante facebook

https://www.facebook.com/sildhara.wheel.5

 

¡A disfrutarlo, que es gratis!

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bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.

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