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N&B;: Diario, Megan B.(9)

en Dominación

Noche 10: Pruebas.

 15 de Agosto, 2012. (Venecia-Italia)

Entró en la sala redonda y acristalada sabiendo perfectamente que la observaban. Todos esos invitados que habían llegado y a los que había servido durante el día estarían tras los cristales, Krum se lo había avisado. Esa era la Valoración que tendría que realizar como primeriza para pasar a ser sumisa. Se quedó en posición uno en esa tarima repasando mentalmente lo que tendría que hacer a cada orden, las posiciones. Pero había ensayado algo en las clases de baile clásico que Eric supervisaba siempre que podía, pues Seúl a veces no podía quedarse pendiente de Rosalie y ella también hacía danza mientras Lori les tocaba al piano. La idea le había entusiasmado, como a ella ayudado a recordarlas. Sólo hasta la diez, no tenía por qué hacer más pero... Tomó aire mirando a sus pies en ese sumo silencio. Como una actuación, sólo eso, le dijo a su voz interior intentando tranquilizarla y que no se centrara en lo que habría tras los cristales. Escuchó el ruido de pasos a su espalda pero no se movió un solo centímetro sabiendo que era Krum.

- Desnúdate.- ¡Lo sabía! Llevó sin tardanza las manos a esa capa blanca que le cubría hasta la cabeza, descubriéndose el recogido simple que se había hecho en lugar de la trenza. Eso para el final. Deshizo los lazos desde su cuello hasta la cintura dejando caer la tela sin un solo gesto que expresara el inicio de cabreo de su subconsciente.- Preséntate oralmente.- Bien, otro logro para el bote.

- Me llamo Megan Bloom, tengo catorce años y nací en Los Ángeles, California. Mis actividades favoritas son la lectura, el violín y la danza clásica.- Volvió a hacerlo en francés, después en alemán. Un detalle que había añadido por cuenta propia para ganarse el favor de Prodochev, para agradecerle que aceptara la ficha y los consentimientos por pasos además del apartado de exclusión. Eso era un logro brutal.

- Bien princesa, ahora las posiciones.- Tomó aire.

Inició la posición dos poniendo los brazos tras la nuca y separando las piernas, siempre manteniendo la vista baja. Tres segundos de pausa. Apoyó las rodillas en el suelo y bajó los brazos a los lados para la posición tres, la de presentación, y los volvió a poner tras la nuca arqueando la espalda y levantando un poco la cabeza, pero no la vista. Y en esos tres segundos de pausa tomó aire otra vez. Empezaba el baile. Arqueó totalmente la espalda dando una voltereta lenta hacia atrás hasta quedarse a cuatro patas y esperó tres segundos para arquear la espalda de nuevo elevando el trasero y la cabeza, mirando al suelo. Un, dos, tres. Deslizó el cuerpo hacia el suelo a la posición siete apoyándose en los codos y como toque levantó el trasero desde esa posición un instante. Una de las variantes de la siete de regalo antes del siguiente baile. Tomó algo de impulso y sin mover los brazos levantó las piernas plegadas y juntas por encima de su cabeza abriéndolas lentamente y manteniendo la posición esos segundos. Terminó de dar esa trecha rodando hacia atrás dejando sus pies tocar el suelo, levantando un poco su cuerpo para poder cambiar la cabeza de posición hasta la nueve. Rodillas flexionadas y abiertas, bocarriba, con las manos tras la nuca y el cuerpo relajado sobre el suelo. Después de los segundos de pausa realizó la variante, arqueando la espalda hasta su máximo y esperando. Un, dos, tres. La diez, la postura del misionero, simplemente tumbada sobre el suelo con las manos tras la nuca y espatarrada, con sus variantes flexionando las rodillas, otra levantando las piernas juntas y abriéndolas lentamente. Todo despacio, con sus pausas. Y podría haber parado pero continuó como Eric le había sugerido. Siempre ir un poco más lejos de lo que se espera de ti.

Lo hizo ayudándose de sus brazos apoyados en el suelo, levantando y arqueando la espalda, y esperó tres segundos más para la posición doce haciéndose un ovillo con las piernas flexionadas y elevando aún más el trasero sujetándose los riñones. Apenas podía respirar bien así, pero contó tres y usó su posición actual para dar otro impulso rodando hacia adelante lo largo de su espalda, apoyando los pies y levantando su cuerpo con los brazos haciendo el puente, la trece. Y después de contar tres plegó los brazos y con toda la fuerza que le dieron sus piernas acabó de pie con un abanico vertical, con el cuerpo inclinado noventa grados, piernas abiertas y las manos tras la nuca. La catorce y tres segundos después tomó aire para lo siguiente. Lo más difícil después de hacer la quince, simplemente apoyando las manos en el suelo con el cuerpo doblado por la mitad y las extremidades estiradas. Un, dos, tres. Allá va. Lo más despacio que pudo para que fuese un movimiento limpio acabó haciendo el pino con las piernas cerradas. Sin apoyo era difícil, cuestión de equilibrio, pero lo tenía. Abrió las piernas estiradas lentamente hasta lo máximo que pudo aguantando la respiración por el esfuerzo sin perder de vista el suelo esos tres segundos hasta poder volver a apoyar los pies, regresando a la posición uno. Y el toque final, con el que se soltó el moño que se había hecho con una coleta, dejando su pelo caer liso hasta la cintura. Lo acababa de clavar, y tomó aire despacio con una ligera sonrisa. Krum estaría flipando detrás suya, seguro que no esperaba que llegara hasta la dieciséis. Ni las trechas.

- Bien. Sígueme.- Dio media vuelta y siguió sus pasos saliendo de la habitación, y en cuanto cerró la puerta tras ella la empotró contra la pared con fuerza, haciéndole cerrar los ojos por el brusco movimiento con el que se dio en la cabeza.- ¡Qué cojones ha sido eso!- Le miró atónita a esos ojos fríos como la escarcha y su gesto de enfado, uno como hasta ahora no había visto.- ¡¡Contesta!!- La zarandeó e hizo lo mismo que se subconsciente. Chilló de miedo intentando soltarse.

- ¡¡Krum, basta!!- Miró a Eric con las lágrimas a punto de salir y en cuanto la soltó  corrió hacia él y se escondió detrás sollozando. No lo entendía.- Ya está nena, cálmate, lo has hecho muy bien.- ¿¡Sí!? ¡¡Y por qué coño está cabreado!! No la miraba a ella, sino…

- Has sido tú, la has…- Vio cómo le daba un golpe a la pared con el puño.- ¡¡Te mato!!-Le vio ir directo hacia Eric a zancadas y ni siquiera lo dudó, se puso delante y le miró fijamente, frenando su avance.- Apártate Megan, ya.- Negó a su furia rotundamente olvidando que fuese su Amo ahora mismo.

- No sé qué mierda os pasa a los dos, pero ya vale.- Llevaban lanzándose puyas los diez días que había estado ahí.- ¡Lo he hecho perfecto, joder! Eric me dijo que te gustaría, que lo hiciese bien y…- Krum dejó de mirarla a ella y a punto estuvo de avanzar pero volvió a golpear, a patear la pared gritando.

- ¡Me acaba de joder, estúpida! ¡A ti y a mí!- Les dio un empujón y le vio salir de allí a paso rápido sin aire. Sin entender nada. Pero su cuerpo reaccionó a su ira y sus insultos con lágrimas, haciéndole sentir un dolor que conocía, un ansia que casi había olvidado.

- Calma ne…- Se apartó de él en cuanto sintió que le rozaba el hombro, liberando la voz de su subconsciente por completo.

- ¡Déjate de calmas, masajes y de llamarme nena!- Vio su gesto de asombro y cogió aire entre lágrimas.

¡¡Qué mierda acaba de pasar!! Se apoyó contra la pared, sintiéndola fría contra su cuerpo desnudo y se encogió. Pasó un rato sin escuchar nada después de que Eric se fuese de allí, sólo a sí misma y su llanto. Lo único que entendía era que acababa de hacer lo que Eric le había aconsejado y que eso había enfadado a Krum. El porqué no lo entendía. Ni que la insultara a ella, ni que… Sollozó rellenando ese mar de dudas que ni siquiera le permitía pensar.

- Es una prueba para él, Megan.- La voz ronca de acento árabe le levantó la vista, viéndole acuclillado ante ella, tendiéndole un albornoz.- Y has pasado la tuya con creces, es lo que debe importarte ahora mismo.- Negó sin pensarlo dos veces.

- Me importa que me grite, que me odie sin motivo.- Murmuró, y aun sabiendo que no le iba a llamar Gran Amo ahora siguió.- Si lo he hecho tan bien qué acaba de pasarle, León, no lo entiendo.- Cogió el albornoz de sus manos y se abrazó a él sollozando de nuevo, ocultando la cara.

- Le quieres.- Lloró sin remedio.- Bueno, es evidente lo que le pasa pajarito.- Volvió a levantar la vista viendo su sonrisa. Una que no avecinaba nada bueno.- Has dejado impresionados a los demás y eso sólo dificulta que te pueda tener para él en un futuro.- Frunció el ceño sin comprenderlo aún. ¿Por qué iba a dificultar en nada eso?

- Siempre igual, no decís lo importante, todo secretos.- Reventó, sabiendo que había algo que no le habían contado, seguro. Algo gordo.- Y ellos se odian a morir ahora.- Se rió en sus narices y la cogió por los brazos.

- No, ahora no. Son los rescoldos de antiguas heridas princesa, vamos.- Ayudó a su cuerpo a levantarse, poniéndole el albornoz.- Vuelve a ser buena y baja esa mirada, hasta ahora has esquivado los castigos de forma ejemplar.- Le tendió un pañuelo que se sacó de la chaqueta.- No querrás empezar hoy con Krum en este estado, te lo puedo asegurar.- Y sin perder la sonrisa la llevó a la habitación donde estaba Lorena junto a las gemelas, dejándolas solas como habían hecho antes de la prueba.

Para cuando Lorena consiguió calmarla y ella explicarles lo sucedido la cara de cada una de ellas reflejó un estado que ella sentía por dentro. Susi la miraba preocupada, Vivian con una ceja levantada y Lorena simplemente hacía lo de siempre cuando algo así pasaba. Le esquivaba la mirada y volvía a su mudez. Se quedaron en silencio hasta que Eric fue a por las gemelas, era su turno de pasar la prueba y por petición especial no harían juntas. Sino Susan no pasaba, eso estaba más que claro. En cuanto la puerta se cerró miró a Lorena y ella le devolvió la mirada tomando aire.

- Es por dinero.- Susurró su voz. La de verdad, no esa que usaba siempre y que apenas se podía oír.- Los Amos y Amas han venido a veros para valorar vuestras aptitudes y aportar un fondo a vuestro nombre, para asegurar que seguís en la Élite.- Lo pensó un momento pero seguía sin tener sentido. Si no había fondo no seguía en la Élite, o… No.

- ¿Y qué más?- Seguía guardándose algo, aún no la miraba de continuo con sus ojos grises reflejando la pena que le daba saber ciertas cosas.- Lori…- La miró.- Por favor.

- Le odiarás si te lo digo.- Observó atentamente su carita. Nunca le había dicho algo así antes, ni siquiera cuando le consiguió sacar el problema de Eric.- Pregúntale.- Le susurró esa vocecita y supo que no le contaría nada más. Volvía a ser Lorena, esa Lorena muda que pasara lo que pasara no se inmutaría. Que sonreiría y cantaría para no pensar más.

Para cuando Janet fue a por ella y recorrió los pasillos con la mirada baja sentándose a la mesa en silencio con las demás no tenía apetito alguno, y no comió casi nada siguiendo a Janet hasta la habitación cuando se lo ordenó. Y entró cogiendo aire como casi siempre, pero esta vez completamente diferente. No de excitación o nervios, sino aterrada al igual que su subconsciente ante la única pregunta que le rondaba la mente ahora y a la que dio vueltas toda la noche sin que él regresara. Ese dinero que los Amos y Amas dan para que siga en la Élite… Si no puede follar conmigo y debo consentir para que así sea… ¿Es una reserva para…?

Se le aceleró la respiración pensando en el manual y fue directa al ordenador a verificarlo.

Primer Nivel o primeriza: Seguirá las órdenes de su Amo en cada momento, comenzando el adiestramiento hasta llegar al Nivel de Obediencia aceptado por el PRE (Véase apéndice, página 25). Estarán a cargo de una Veterana y serán iniciadas por una sumisa de confianza.

Eso era lo que acababa de hacer, la prueba de obediencia hasta pasar al nivel dos. A ver…

Segundo Nivel o Sumisa Apta: Tras las pruebas correspondientes de Expresión Oral, Expresión Corporal, Obediencia, Protocolo, Imagen y Autonomía, se decidirá una Valoración Final para saber si la candidata es apropiada. De no ser así continuará en el Primer Nivel hasta entonces.

Apropiada para llegar al Nivel tres, lo que significaba que habría dado consentimiento para hacerlo. ¿Entonces qué significaba la ‘Valoración’, dinero? ¿Por eso ponían un fondo ahora, para hacerse una especie de reserva para ese momento? Juntó las piezas del rompecabezas viendo que encajaba y su subconsciente le contestó con un tono sumamente serio. Exacto.

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