miprimita.com

N&B;: Diario, Rosalie W. (10)

en Intercambios

10 de Junio de 2010, Francia (Aveyron)

Se sentó a la mesa con la vista baja, con Sarah a un lado y esa mujer, Ruth, al otro. Ya sabía perfectamente las normas en esa casa, había pasado un mes entero junto a Valeria. Miró de reojo a León cuando empezaron a contarle su escenita con Seúl en Alemania, y se rió a carcajadas hasta la parte en la que ella había destrozado los teclados. Se quedó mirando esa lista de normas que el profesor de Le Rosey le había pasado. Lista de normas del PRE, se titulaba, pero no eran otras que las normas de Seúl algo cambiadas. Bastante. Aunque no supiera lo que significaban esas siglas, sí el silencio que se hizo a su alrededor.

- Rosi, ven pajarito.- Se levantó de su asiento con esa hoja en la mano y fue hasta la cabecera de la mesa, desde donde León la llamaba.- ¿Sabes a qué te envía Seúl hoy?

- No señor.- La verdad. Nada de mentir a León. Nunca. Vio sin levantar la vista que apartaba lo que tenía delante hasta dejar la mesa de madera despejada por completo.

- Porque has fallado preciosa. Túmbate.- Lo había visto alguna vez, los castigos de León.

- Rompió la...

- Silencio cariño, ya.- Apretó la hoja de normas donde lo ponía y se tumbó sobre la mesa bocabajo apoyando los codos sabiendo que si no se iba a enfadar de verdad.- Mejor. A ver qué tienes ahí, léenoslo a todos.- Miró esa hoja centrándose en ella y no en todos los murmullos a su derecha mientras sentía que le levantaba el borde de la falda del vestido blanco.- ¿Pero qué es esto?- Dijo riendo, dando un ligero tirón de la braga con liguero que llevaba debajo.- Este Seúl… ¿Cuántas cosas te ha comprado este mes?- Ni siquiera lo sabía.

- No lo sé señor, muchas.- Cientos, pero eso era lo único que se había llevado. Eso y a Demonio, que se había quedado con los niños más pequeños en otra sala.

- ¿Y no te parecieron suficiente muestra de cariño?- Negó. ¿Por qué?- Se lo dijo. No cuando cada una de ellas implicaba que no eran para ella, sino para él. Ninguna, ni siquiera Teufel. Se lo había dado por llevarle la contraria un poco más. Lo único realmente suyo en esa casa eran sus libros.- Bueno, es un hombre ocupado y tu punto de vista. Vamos a aprender a ver otro ahora mismo. Lee.- Normativa de PRE, comenzó.

- Obedecer cada orden de inmediato.- Recibió la primera cachetada en la nalga derecha con la que dio un respingo.

- Fallaste. Siguiente.- Fue a por la siguiente frase con la respiración acelerada.

- Mantener el silencio en todo momento a no ser que se te pida lo contrario, y de ser así responde con una educación óptima.- Otra, y esa algo más contundente que la primera.

- Añade las de Seúl a tu lista, cielo, no se te olviden. Sigue.- Ni siquiera pudo pensarlas ahora, sólo se centró en leer la tercera escuchando el murmullo de esa cantidad de gente a la que estaba expuesta mientras se llevaba la reprimenda de León.

Continuó diciendo ‘No llevar ropa interior’, con lo que sintió cómo le rompía la única que tenía, dejándola medio desnuda delante de toda la mesa. El papel tembló en sus manos antes de continuar. ‘La sinceridad en tus actos y palabras es una obligación’.

- Fallaste.- No pudo evitar levantar la mirada viendo a ese hombre de pelo largo y ojos oscuros ante ella. El azote que le dio León esta vez lo sintió mucho más y cerró los ojos apretando los dientes.

- ¿Qué norma te impuso Seúl sobre tu disposición, pajarito?- Bajó la vista a esa hoja, donde ponía ‘Estar siempre dispuesta para tu Am@’.

- Sólo para él, señor.- Perdió el aliento cuando sus dedos lo comprobaron con un ligero roce.

- Bien, muy bien.- Le acarició la nalga que había estado azotando.- ¿Alguna norma más que debamos saber de tu Amo respecto al sexo?- Asintió, y en el momento que lo hizo Lauren le levantó la barbilla.

- Cuales.- Estaba a punto de llorar, lo sabía. Tragó y lo dijo bajando la mirada, esquivando la de ese hombre que le sujetaba el mentón.

- No gemir, no masturbarme, no permitir que nadie más me toque.- Le miró fijamente a él y se hizo el silencio.

- Eso es una chorrada, León.- Escuchó decir a una voz femenina en algún punto de esa mesa.- ¿Te prohíbe a ti también el muy canalla?- Lauren no la observaba a ella, pero no por ello dejó de pensarlo. Y a tí, por suerte para mí.

- Mantendremos lo de no gemir por ahora, es su derecho escucharte.- Murmuró León a su oído.- Pero te masturbarás si se te pide, y dejarás que te toque quien yo decida. Le llamaremos ahora para avisarle de los cambios.- Mierda. Y le había despedido con una bordería, con lo que se cabreaba.- Él también debe pagar sus errores, ¿no?- Los comensales rieron quedamente.- ¿Te ha castigado este mes?- Negó.- ¿Y cuántas veces te ha tomado?

- Ninguna señor.- Ya no podía más, que la dejase en paz. No quería contestar a esas cosas delante de toda una mesa de desconocidos que reían a carcajadas. Sollozó.

- Shhh… Tranquila pajarito, todo tiene arreglo.- Le besó la sien y Lauren le rozó la mejilla, apartándole el pelo de la cara. No… él no…- ¿Baños calientes?-Asintió despacio.- ¿Duchas frías?-Sí.- ¿Te has corrido con él?- Asintió intentando liberarse de esa mano que le sostenía la barbilla sintiendo que le caían las lágrimas ya de pura vergüenza.- Bien, vamos. Repasa la lista en la cena y añade lo que Seúl te haya dicho.

- Espera León. Seguro que te comentó algo acerca de esas lagrimitas alguna vez.-  Miró a ese hombre que la soltaba sonriente. Y asintió frenando el llanto de inmediato apretando los dientes. Mierda de macho alfa...- ¿Qué?

- Que si él no puede verlas, no llore.- La mesa entera rió a carcajadas, o al menos los que iban de traje. Esa regla no la había vuelto a repetir desde el primer día. ¿Esas contaban? Ya ni siquiera se acordaba de todas ellas, no como antes. Sólo del alemán. Se dio cuenta del error tarde y le miró a los ojos con la respiración acelerada por el miedo.- Señor.

- Ve con él, pajarito, Lauren sabrá mejor que nadie si se te olvida alguna norma de Seúl. Le tiene calado.- Y se levantó siguiendo las indicaciones de León, que no dejaba de reír, sentándose sobre las piernas de Lauren y secándose las lágrimas. Mierda, no quería estar ahí. Quería irse ya a dormir, a lo que fuera. La estaba besando el hombro joder...

Le ofreció un bolígrafo mientras volvían a colocar el mantel y los platos sin poder obviar tensarse cuando la abrazó contra él. Le fue diciendo esas reglas que ya sabía o había escuchado en algún momento salir de la boca de Seúl el último mes. No está permitido salir sin permiso, mantente quieta si te lo piden, la vista baja… Pero añadió otras que no estaban en su memoria, como correrse cuando se lo ordenaran, no antes. Satisfacer en todos los sentidos, le susurró rozándole el cuello con el aliento. Permanecer al lado de tu señor, pendiente a sus deseos, dijo rozándole los muslos con ambas manos. Ser un ejemplo de vitalidad y sensualidad, le mordió el lóbulo haciendo que se encogiera y sus manos fueron directas a su entrepierna, la cual cerró  con los muslos por puro instinto sin aire. Aun así sus manos calientes la midieron.

- Hmmm…Eso lo aprendiste bien, qué lástima.- No estaba lubricada, no podía estarlo. No con él ni para él. Le caía mal, realmente mal. La dejó en paz cuando escuchó que la mesa cesaba la conversación. Y un ruido de tacones de acercó por su espalda sin que levantara la vista del papel. La silla frente a ella resonó en ese silencio.

- Mi reina, estás preciosa.- Tuvo que hacer un esfuerzo inhumano por no mirar escuchando a León hablar en inglés, leyendo esa norma una y otra vez.

- Mira qué hermosa leona, Rosi.- Le susurró quedamente Lauren al oído y no lo dudó.

¿¡¡VALERIA!!? La miró con la boca abierta hasta darse cuenta. No, no lo era. Parecía tener su edad, aparte de una mala uva impresionante con Jamima sonriente sobre ella.

- Pero esto…- Le había atado una cinta azul a la niña, como hacía Valeria cuando no se estaba quieta.- ¿Ha sido traviesa?- Se quedó atenta a su asentimiento con cara de odio. ¿Era inglesa? León rió.- Será cosa de familia.- Y el resto le hizo coro. ¿¡Quién era, su hermana gemela malvada o algo así!? Su gesto cada vez era más serio mirando fijamente el plato vacío ante ella.- ¿Qué deseas comer, mi amor?- Miró a León directamente con unos ojos rasgados que conocía, pero su mirada no expresaba el más mínimo cariño hacia él.- Ya veo… Entonces lo que yo elija tendrá que ser.

No volvió a bajar la mirada en toda la cena, observando a esa chica comiendo y metiéndole a Jamima la comida en la boca cada vez que decía algo. Ella ni siquiera tenía plato, sin embargo de tanto en tanto Lauren ponía ante ella el tenedor y comía lo que le ofrecía sin perderla de vista. Callada mientras toda la mesa hablaba sobre proyectos, pajaritos problemáticos… Se centró en esa conversación cuando nombraron a La Dama de la Rosa, la cual supo de inmediato quien era. Ruth, era ella. Observó a esa mesa sin saber a cuantos más abría enviado las cartas de Valeria sin saberlo. Sin entender lo que ponían, pues por lo que escuchaba ahora era un lenguaje clave entre ellos. Pajaritos y demonios, lecciones y niveles. Cuando hablaron del PRE León intervino, mencionando una Élite que daría comienzo en Inglaterra el mes siguiente cuando la construcción acabase. Brindaron por ellos, Verona y León. Ese era su nombre, también italiano como Valeria.

- Seréis las primeras en formar parte como primerizas.- Le estaba diciendo a ella, y miró a esa chica que no decía nada, que estaba mirando el plato que había acabado sin cambiar el gesto con Jamima cabeceando de sueño sobre ella.- Proponed Veteranas.

Empezaron a discutirlo, y al menos conocía a dos de las que acabaron eligiendo. Moona y Sarah. Janet fue la tercera, pero a esa no la conocía. Además de nombrar un par de sumisas de las que ni siquiera tenía idea quienes eran, empezaron a hablar de un paso y ofertas para esa noche. No entendía nada, seguía sin entenderlo. Y aún tenía hambre pero el plato ya estaba vacío. Además de sed, no había bebido nada.

- Umla…- Miró a Jamima sentada encima de esa chica rubia.- ¿Podemos irnos ya?

- Tohfa.- León llamó a su madre, que ahora era parte del servicio e iba vestida con un delantal que apenas llegaba a tapar el resto de su figura. La niña empezó a llamarla, y se hizo la misma pregunta que expresó León riendo.- ¿Umla?- Le cogió la mano besándola y vio el semejante anillo que tenían en ella. ¡¡Se habían casado de verdad!!

- Umi, la.- Murmuró esa chica con odio y él volvió a reír, besando su mano otra vez. Qué borde de mierda, si Jamima era un encanto de cría.

- Eres…- León le hizo una caricia en la mejilla.- Vamos, siéntate conmigo mi reina.-No se movió, le miró malamente.- Hazlo.- Se levantó y sentó en sus piernas.- Bien, lo estás haciendo muy bien mi amor.- La besó y ella pareció asombrarse, tensándose.

- Je veux dormir.- Vaya tono, además hablaba francés fatal.- S’il vous plait.- Sí, inglesa. Y borde hasta para decir por favor. ¿Nadie le iba a decir nada?

- No mi reina, hoy no.- Le besó la mejilla.- Tenemos invitados importantes.- Les dirigió una mirada a los comensales de reojo.- Te presentaré como es debido cuando terminemos la cena, están deseando conocerte mejor, Verona.- La tal Verona les miró a todos desconfiada, incluso a ella. La gemela malvada de Valeria pero con su edad. ¿La iba a presentar a toda esa gente como Seúl hizo con ella? Eso fijo que no, León era diferente. No lo haría por mucho que ella se portara mal. Era su reina.

Volvió a ignorarles mirando a la nada y dejó de observarla. No entendía por qué esa chiquilla era ahora la reina. No parecía muy dispuesta a serlo, ni a cambiar la cara de cabreo que acabó por ignorar ella también escuchando la conversación de nuevo.

- Hablando de presentaciones…- Miró de reojo a ese profesor de Le Rosey de ojos claros y repeinado.- Vamos a tener un demonio cabreado esta noche, León. Mucho.

- Su última oportunidad y un antiguo pago por su error con Tohfa. Díselo.- Lauren rió quedamente a su espalda.- Sarah, que se preparen ya todas.- Vio a Sarah levantarse de su asiento e ir directa a por esa chica.- Ve mi amor, obedécela.- Le dijo en inglés a la tal Verona

- Tú estarás conmigo esta noche, encanto.- No…- Veremos si bufas o gimes cuando te folle. ¿Quieres?- Negó y él rió, como León. Siguió a esas mujeres cuando Lauren la levantó de sus piernas por la cintura y casi estuvo tentada de correr cuando le pellizcó la nalga.

Avanzó a paso rápido hacia los pisos inferiores donde antes a Valeria le gustaba bajar cuando se encontraba mejor y veían las clases de danza árabe de otras chicas, de las demás mujeres de León. Pero esa nueva reina rubia que de pie le sacaba una cabeza a Sarah y casi dos a ella llevaba un paso militar incluso con los tacones… Parecía más un sargento que una reina. Se acercó a Sarah y le cogió la mano, mirándola de soslayo.

- Obedece. No les des la satisfacción de poder castigarte otra vez.- Bajó la mirada a esas escaleras, y no volvió a levantarla hasta que vio lo que se tenía que poner. Uno de esos cinturones con moneditas y dos trozos más de tela. Sin parte de arriba.

- Sarah…- No quería bailar, no sabía. Ni tampoco salir así, menos si iba a estar con ese melenas de mierda. Un macho alfa en toda regla, prepotente. Le odiaba de verdad, no le gustaba en absoluto.- No quiero ir con él.

- Silencio.- Ella empezó a cambiarse también, poniéndose la misma ropa pero de otro color. El suyo era rosa y malva, el de Sarah verdoso.- Sabes las normas Rosi, cúmplelas. Lauren no es el peor de la sala, te lo puedo asegurar. Tienes suerte.- Una mierda suerte. Tenía un maldito gilipollas esperándola. Y un demonio alemán que la había mandado allí. Y León...

Cuando vio todo lo que le ponían a esa chica y cómo la trataban a pesar de sus malas maneras dejó de sentir miedo para empezar a sentir envidia. Parecía una estatua, tan dorada, tan enjoyada. Sin embargo cuando Sarah le dio una de las pesadas bandejas que casi todas llevaban y empezó a darle cerezas se quedó atónita, viendo que las escupía, o que se las comía. Pero no hacía maldito el caso. ¿Y a ella no la iban a castigar? ¡¡Los malditos platos pesaban y no era la única que lo llevaba, joder!! Podía parecerse a Valeria, pero para nada era como ella. Las miraba con odio a todas, incluso a Sarah cuando al fin se quedó con la maldita cereza en la boca y ella le hizo un gesto de cariño. No lo entendía. Esa borde de mierda no podía ser la reina de León, pero cuando le tocó salir yendo directa hacia Lauren con la vista fija en el plato y vio desde lejos cómo ella también salía y le escupía a León se quedó atónita. Era una cría por muy alta que fuese y a cualquiera la habrían azotado por mucho menos, pero en vez de eso se reían. Si Seúl… ¡¡Qué dices tarada!!

- Rosi. Quién te ha dicho que puedes mirar.- Bajó la vista al plato en sus piernas del que Lauren cogía un racimo de uvas.- Dáselo a Vanesa y ven.- Entendió que era la chica rubia de ojos verdes que tenía al lado y le pasó el plato, yendo de rodillas hasta donde él estaba sentado poco más adelante.- Te quedaban bien las perlas, una lástima que hayas decidido fallar.- Hijo de…Vio la mano que se acercaba a su cuello, que recorrió con un dedo todo su pecho en línea recta hasta su ombligo, intentando no apartarse o darle un manotazo.- Muy mona, ahora mírame.- Levantó la vista a esos iris oscuros de pestañas largas.- Entero.- Iba sin camisa, y el pelo lacio y castaño le cubría los pezones. Tenía un tatuaje en el ombligo de un sol.- Bésame.- Volvió a sus ojos, a esa sonrisa que ahora le mostraba de superioridad. Y por un momento se planteó no hacerlo, pero se adelantó y le rozó los labios con los suyos.- He hablado con Seúl personalmente.- Dijo a la vez que la estrechaba por la cintura entre sus brazos, besándole el canal entre sus pechos.- Te ha dejado a mi cuidado, así que ahora yo soy tu Amo. ¿Te parece un castigo?- Asintió cerrando los ojos. Cabrones de mierda…- Bien, entonces empieza por mostrarme tus buenos modales. Luego sírveme una copa y veamos el espectáculo.

Lo hizo centrándose en no chillar, en no largarse de allí y tirarle la jarra en la cabeza por más ganas que tuviera de estampársela en la frente. Le sirvió el vino y se sentó entre sus piernas cuando se lo indicó viendo el baile, mirando de reojo a esa chica que hacía lo mismo que ella pero entre los brazos de León y sin perder el gesto de odio en ningún momento. Volvió al baile, al fuego, y perdió la mirada en él intentando ignorar los ligeros besos y caricias de Lauren en su piel, bebiendo de la copa que le ofrecía lo mínimo. Si pensaba emborracharla la llevaba clara, ese truco ya lo había empleado Seúl con ella en una de las noches que estaba de buen humor, y acabaron bebiendo champagne en la bañera. Ni siquiera se acordaba de la conversación que tuvieron entonces, sólo de la ducha fría que le quitó todo y su risa la mañana siguiente cuando no podía ni escuchar a Teufel sin que le molestara la cabeza. No quería pero… Bebió de esa copa tres veces más cuando se lo ofreció y dio varios tragos. Si no se acordaba de esto, mejor. 

Mas de Sildhara

Quintaesencia: La Ninfa de Maebe (V)

Quintaesencia: La Ninfa de Maebe (III)

N&B; 2010: Armonía (Justo castigo)

N&B;: Diario, Verona G.(30)

N&B;: Diario, Rosalie W. (21)

N&B;: Diario, Rosalie W. (19)

N&B;: Diario, Verona G.(21)

N&B;: Diario, Verona G.(20)

N&B;: Diario, Verona G.(19)

N&B;: Diario, Rosalie W. (17)

N&B;: Diario, Verona G.(17)

N&B;: Diario, Verona G.(16)

N&B;: Diario, Rosalie W. (15)

N&B;: Diario, Rosalie W. (14)

N&B;: Freixas, el Amo.(11)

Negro&Blanco;: La Élite (6)

Especial N&B;: Juego (III)

N&B;: Diario, Rosalie W. (13)

N&B;: Diario, Rosalie W. (12)

Negro&Blanco;: La Élite (5)

N&B;: Diario, Verona G.(15)

N&B;: Diario, Megan B.(10)

N&B;: Diario, Megan B.(9)

N&B;: Diario, Rosalie W. (11)

N&B;: Freixas, el Amo.(10)

N&B;: Diario, Verona G.(14)

N&B;: Diario, Rosalie W. (9)

N&B;: Freixas, el Amo.(9)

N&B;: Diario, Rosalie W. (8)

N&B;: Freixas, el Amo.(8)

N&B;: Freixas, el Amo.(7)

N&B;: Diario, Rosalie W. (7)

Negro&Blanco;: La Élite (4)

N&B;: Diario, Rosalie W. (6)

Negro&Blanco;: La Élite (3)

Negro&Blanco;: La Élite (2)

N&B;: Freixas, el Amo.(5)

N&B;: Diario, Rosalie W. (4)

N&B;: Diario, Rosalie W. (5)

N&B;: Freixas, el Amo.(5)

N&B;: Diario, Rosalie W. (2)

N&B;: Diario, Rosalie W. (1)

N&B;: Freixas, el Amo.(4)

N&B;: Diario, Rosalie W. (3)

Negro&Blanco;: La Élite (1)

N&B;: Freixas, el Amo.(1)

N&B;: Freixas, el Amo.(2)

N&B;: Freixas, el Amo.(3)

N&B;: Diario, Megan B.(8)

N&B;: Diario, Verona G.(12)

N&B;: Diario, Verona G.(13)

N&B;: Diario, Megan B.(7)

N&B;: Diario, Verona G.(10)

N&B;: Diario, Verona G.(7)

Especial N&B; XXX: Juego (I)

N&B;: Diario, Megan B.(4)

Negro y Blanco XXV

Negro y Blanco XIX

Negro y Blanco XX

Negro y Blanco XIII

Negro y Blanco IV

Negro y Blanco III

Negro y Blanco II

Negro y Blanco I