Noche 7: Batalla.

12 de Agosto, 2012. (Venecia-Italia)

Cada noche lo mismo. Era como si se activara una lucecita de ‘on air’ y empezase el Programa de verdad. Tomó aire sentada en esa hamaca de la piscina al lado de Krum, completamente desnuda. Durante el día iban vestidas, más o menos podía llamarlo su logro personal, y todas realizaban las actividades que les ordenaban siguiendo el horario hasta después de la cena, donde empezaba el festival de desnudos, gemidos,  juegos… Y ella leyendo por bocazas, por pedir actividades personalizadas para cada una. No debía levantar la vista del libro, ya se lo había advertido. Pero la lectura no era tan interesante, sinceramente, por más que hubiera sido un regalo del Gran Amo. Como quería que le llamasen todas excepto Verona. Ya las conocía, sobre todo por las fichas de Krum. Aunque no hablaran mucho al menos de vista sí sabía distinguirlas, ya que durante las actividades estaban juntas. Incluso a esas gemelas que estaban con Eric y también eran primerizas como ella. Además de una nueva sumisa, Rosalie, que había llegado el día anterior con un hombre que daba pavor, un Alemán de nariz aguileña, pelo oscuro y ojos grises llamado Seúl Prodochev. Ese Amo que no se separaba de Krum, hablando en su idioma.

- Ven cielo.- Dejó el libro de ‘Las mil y una noches’ a un lado y sin que le tuviera que señalar nada se sentó entre sus piernas con la vista baja. Y él continuó hablando con ese hombre mientras le acariciaba la espalda. - Preséntate.

- Sí Amo.- Pudo ver a la chica de pelo corto arrodillada al lado de ese hombre, poniéndose de igual manera ante él. La pobre llevaba una hora ahí. No fallaría, no después de la tremenda cagada que había visto cometer a Vivian y el castigo que le habían impuesto delante de todas la noche anterior por negarse a que su hermana se presentara a ese hombre. La pobre Susi aún temblaba cuando pasaba a su lado, siempre escondida tras su gemela. Pero estaban con Eric, y según Krum no podían estar mejor.

Ya lo había hecho el día anterior, pero esta vez no estaba tan segura de que estuviera lubricada. Llevaba más de una hora centrada en ese rollazo de libro mientras el resto se divertía en la piscina con el ‘Gran Amo’ y Eric. Ni siquiera le había permitido acercarse a él en todo ese rato pero sólo tenía que pensar con rapidez en un momento concreto. Las noches con él, la sonrisa. Y cuando sintió esa mano fría de dedos largos tocarla intentó no tensarse por todos los medios a su minucioso examen, recorriendo el contorno de sus labios, pellizcándolos levemente, abriéndolos. Sin tener que rozar apenas la entrada a su vientre le escuchó hablar y a Krum responder en Alemán mientras ese hombre retiraba la mano. Ya le había dicho que aprendería idiomas, pero si era como hasta ahora había aprendido francés… Su subconsciente aún estaba conmocionado desde que Janet se había empeñado en que si no hablaba correctamente francés en esa misma semana pasaría un rato con el Gran Amo para aprenderlo perfectamente. Y se había puesto las pilas sin dudarlo empezando a traducir el manual a cada minuto que tenía libre, los Pasos por Nivel de Sumisión. Su subconsciente chilló histérica.

- Ve con él princesa.- Se levantó de esa posición, pero la otra chica no. ¿Sólo ella? Siguió al Amo Alemán un paso por detrás como decía el Manual con un ligero resquemor. Era la primera vez que se separaba de Krum por la noche.

- ¡Eric!- Frenó en seco, como él.- Tráelas.- A quién… ¿A las gemelas?- Susan.- Oh, oh…

- No está preparada Seúl, aún no.- Y en cuando echó a andar le siguió. ¿¡Para qué!? Lo odiaba, el tejemaneje que se traían sin pies ni cabeza entre ellos, sin que supiesen nada. Sería mucho más fácil si les dijesen las cosas claramente.- Megan ven.- Se dirigió hacia él.- Mírame.- Y lo hizo viendo sus ojos azules centrados en ella.- ¿Has tenido alguna idea más, nena?- Lo pensó. Krum le había dicho que cualquier cosa que ayudara a mejorar la organización del PRE debía comunicarla si se le ocurría.

- Sí señor.- Una bastante grande. Le hizo un gesto como Krum para que hablase.- Fichas personalizadas semanales para las valoraciones, las sugerencias y los consentimientos por pasos.- Lo mismo que le había planteado a Krum esa mañana. Llevaba casi una semana ahí traduciendo los Pasos por Nivel de Sumisión, el Manual. Y las cosas cada vez eran más duras, más serias. Si tenían que consentir que fuese paso por paso, no sólo la parte importante, el Nivel 3. Incluso Krum ya estaba redactando los Niveles de una forma algo menos impactante como le había pedido.

- ¿Y sabes lo que significa eso nena?- Le señaló a ese hombre a dos pasos de ella, al Alemán que la miraba fijamente. Negó.- Que tienes un problema.- Acarició su mejilla antes de agacharse y darle un beso en la me…- No hables, gimas, llores… O no parará.- Susurró tan quedamente a su oído que le puso los vellos de punta.

En cuanto Eric dio media vuelta volvió a mirar al suelo, a seguir a ese hombre. Pero ahora con un terror que le recorría cada músculo. ¡¡SI HUBIERAS CERRADO ESA BOCAZA, JODER!! Una semana entera evitando castigos a diestro y siniestro y ahora… Miró sus pies descalzos avanzar por el pasillo de madera pulida con su histérica subconsciente haciéndose eco a cada paso. Y en cuanto abrió una puerta a su derecha dio cuatro pasos y esperó, como decía el manual.

- Tres.- Dijo esa voz fría en francés. Se puso de rodillas de inmediato como si fuese a presentarse. Escuchó la puerta cerrarse y sus pasos avanzar por la habitación ante ella, una silla rechinar, ¿un tecleo? Sí, Krum se pasaba horas igual. Al ordenador, sobre todo cuando se le ocurría algo después de ‘inspirarse’.- Ven.- Sabía lo que tenía que hacer. Levantarse, acercarse y quedarse a su lado en posición uno. Escuchó una impresora funcionando, sacando una hoja tras otra.- ¿Te apellidas Bloom, cierto?- Asintió una vez, viendo que la silla se giraba.- Tres.- Volvió a ponerse de rodillas otra vez.- ¿Te gusta el regalo del Gran Amo?- Negó ligeramente, sabiendo que debían ser sinceras hasta joderse a sí mismas si hacía falta. Era como Eric lo había expresado el segundo día durante los primeros juegos con él, Lori y las gemelas. Sinceras hasta que duela.- ¿Y el Gran Amo?- Negó. ¡¡PUES ESTO TE VA A DOLER FIJO, SUBNORMAL!!- ¿Y yo?- Tragó. Y negó.- Lista, mucho. Levanta y ven.- Le siguió hasta la habitación contigua, una de piedra gris oscura, como pizarra.- Bocabajo, apoyada en los codos. Seis, ¿verdad?- Negó y él rió. Esa era la siete.- Arriba.- Le señaló una plataforma rectangular de esa piedra a un metro del suelo, en mitad de la sala.

Se tumbó despacio pues la piedra estaba helada, y después de llevar una hora en el ambiente de la piscina, peor fue la sensación. A pesar de seguir con la vista baja mirándose las manos e intentar tranquilizarse sus pasos alrededor suyo mientras le escuchaba pasar hojas cada vez la crispaba más.

- Un Manual no es mala idea.- Le escuchó decir, y su voz le pareció hielo puro. Pero al escuchar un ligero pitido y sentir las gotas frías que empezaron a caer sobre ella se estremeció.- Ni las actividades personalizadas. No todas sois iguales.- Otro pitido y el goteo se convirtió en un chorro suave, helado.- Esta tiene gracia, ropa por seguridad para el exterior, por si os vieran pasear desnudas. Y personalizada, para que las novatas podáis saber quién es quién. Muy lista.- El pitido precedió a la presión, que hizo que cerrara los ojos y tensarse. ¡Joder que fría está!- Fichas de consentimiento…- El pitido fue largo y la presión aumentó sobremanera en seis puntos distintos a lo largo de su cuerpo haciéndole apretar los dientes para no chillar.- No lo tengo tan claro.

Varios segundos después todo paró, y temblando sobre esa roca sintió que le levantaba la barbilla, que esos ojos grises de iris pequeños la escrutaban con una seriedad impenetrable. Su respiración se fue calmando cuando volvió a mirar los papeles que tenía en la mano. No quiso mirarlo, no a ese miembro que se mantenía erecto ante ella a escasos veinte centímetros.

- Valoraciones semanales, sí. Sugerencias, puede.- Volvió a atravesarla con la mirada apretándole la mandíbula un poco más.- ¿Aún quieres dar consentimiento por semana para cada paso?- Asintió aprisa, temblando todavía. ¡¡Hasta que duela!! Y rió de una forma que avecinaba exactamente eso. Dolor.- Tres.- Se arrodilló y separó las rodillas.

Esta vez no pudo reprimir el movimiento de su cuerpo ni el ahogado chillido entre sus labios cuando los chorros a presión salieron desde abajo, dando de pleno con su entrepierna. Y como Eric le había advertido no paró. Esta vez no fueron segundos sino al menos un minuto en el que tuvo que soportar con los ojos cerrados y los labios sellados ese chorro a presión ahí, helado, gélido como un iceberg. Miró a la piedra bajo ella cuando la tortura terminó, sin aire.

- Tu primer aviso.- Estaba a punto de llorar. ¡¡No, no llores!! ¡¡¡No parará!!!- Mañana quiero un ejemplo de esa maravillosa ficha preparada a primera hora. Reza porque me encante, criatura.- Le pellizcó la mejilla.- Ahora largo.- Salió de ahí lo más aprisa que pudo, y en cuanto abrió la puerta se lo encontró de frente con un albornoz preparado como el que ya llevaba él. Con una sonrisa.

- Eric…- Se abrazó a él llorando, dejando salir el miedo y temblando aún.

- Shhh… Ya está nena, calma.- La envolvió con el albornoz.- No te rindas cariño.- Susurró quedamente a su oído.- Es una gran idea, a Lori le encanta. Y a las gemelas más.- Le raspó la mejilla al darle un beso, secándole las lágrimas.- Vamos, juguemos un ratito. Lorena está preocupada por su chica.- Se dejó llevar por él pensando en Krum. ¿Por qué lo había permitido?

- ¿Eso era un castigo?- Murmuró al cabo del rato mientras caminaban a paso lento por ese pasillo.- ¿Señor?- Y Eric se frenó en seco.

- No nena, es la forma que tiene Krum de fortalecerte.- Eso no tenía mucha lógica.- Ni siquiera puede hacerlo él mismo de lo que te quiere.- Eso sí pero… Miró a Eric de soslayo y la sonrisa que le dedicaba.- No sois los únicos con ese problema en este barco, cariño.- Lo decía por él y Lori. Lo sabía perfectamente.

No podía jugar, no tenía tiempo esa noche. Ni ganas. Se quedó con ellos un rato hasta entrar en calor, hasta dejar de temblar de esa manera mientras Lori cantaba a su lado en la bañera del cuarto de Eric. Pero Janet no tardó en ir a buscarla, y cuando entró en la habitación que compartía con Krum escuchó el tecleo. Uno que se detuvo de inmediato cuando Janet cerró la puerta dejándoles solos como cada noche.

- Adelante princesa, ven.- Se desató el albornoz y lo colgó tras la puerta antes de ir hacia allí, a sentarse sobre sus piernas.- Mira la pantalla.- Lo hizo, viendo esa hoja explicativa con todos sus nombres.

CURSO 2011-2012:

 1º Preparatoria: Megan Bloom

2º Preparatoria: Lorena Seel, Gemelas Lou. (Repetidoras)

1º Especialización: Allegra Green, Verona Green (Repetidora), Rosalie Withmore.

2º Especialización: Janet Loette

Durante el curso 2011-2012:

Eric Freixas: Gemelas Lou, Verona Green, Lorena Seel. (Le Rosey, Francia)

Seúl Prodochev: Rosalie Withmore, Allegra Green (Le Rosey, Francia)

Krum Steller: Janet Loette (California, EEUU)

Verano en Italia:

Primerizas: Megan Bloom, Gemelas Lou

Sumisas: Verona Green, Rosalie Withmore

Veteranas: Allegra Green, Janet Loette, Lorena Seel (S. Avanzada)

-Am@s-

Eric Freixas: Gemelas Lou y Lorena Seel

Krum Steller: Megan Bloom, Janet Loette

Seúl Prodochev: Rosalie Withmore, Verona Green, Allegra Green

*Postgrado*

Graduación de Allegra Green: Postgrado con Yaoi en Japón. (Tokio)

Graduación de Janet Loette: Sale del Programa.

*Invitados Especiales*

Ousam Guennouni (Amanda V. y Sarah C.)

Janet sale del Programa, se repitió mentalmente mientras Krum la abrazaba y le besaba el cuello lentamente. Va a la universidad, a estudiar leyes. Cambió el archivo al que estaba mirando, viendo que ya había terminado de redactar los Pasos por Nivel de Sumisión. Y frases como ‘Técnicas no agresivas’ e ‘Intensidad elegida por consenso Am@-sumisa’ la relajaron un poco. Pero también había otras, como ‘Este punto excluye el consentimiento directo’.

- ¿Cuál es el Paso en el que estás, cielo?- Señaló el 2-2. No pensaba pasar de ahí por ahora. Y él le señaló un párrafo al final de las reglas generales.

En caso contrario, es decir, si la sumisa desea llegar a Nivel 3, deberá haber pasado al menos hasta el Nivel 2; Paso 3 para ello pasando la debida valoración de su vínculo con el Am@ y formalizando por escrito su consentimiento.

- ¿Sigues estando en el dos?- Cerró los ojos un instante, intentando acallar a la histérica de su subconsciente que le gritaba a voz en grito. ¡¡NI SE TE OCURRA LOCA!!

- Sí Amo.- Pero esta vez estaba más que de acuerdo con ella. Seguía temblando por dentro, y el siguiente nivel incluía elementos como ‘Barras Separadoras y/o Mordaza.’ Y  ‘Electroestimulación y variantes.’ Por más que pusiera lo de ‘Intensidad elegida por consenso Am@-sumisa’. Hoy no.

- Ya…- ¿Es que no iban a hablar lo que había pasado? ¿No le iba a decir nada?- Tienes deberes princesa. Ponte a ello, ahora vengo.- Lo hizo, abriendo el archivo del Manual que ya estaba traducido en su mayor parte. Y abriendo el de las fichas personalizadas que tenían ahora con las valoraciones de cada una.

Lo sabían todo de ellas básicamente, y viendo el apartado de ‘enfermedades relevantes’ pensó en las suyas mirándose la muñeca. Ya se había cerrado la herida por completo, pero la marca seguiría ahí toda su vida. ¿Pasaría lo mismo con el PRE? Abandonar el Programa… ¿Y cómo se olvida lo que has hecho hasta irte? No se abandona, le dijo su subconsciente, nunca. Cerró los ojos antes de ponerse a lo que tenía que hacer con todo lujo de detalles y la mejor presentación posible sin añadir muchos cambios. Hasta que repasando los Niveles llegó a las Técnicas Extra y añadió un apartado más antes de acabar. ‘Exclusión personal para’. Lo ponía en las reglas generales, no era nuevo.  

Si se desea excluir el Nivel 3, la sumisa también deberá firmar por escrito tal decisión, igual que el Am@. En caso de querer abandonar el programa será el psicólogo quien tenga la última palabra al respecto para hacerlo definitivamente en ambos casos.

Su subconsciente rió irónica ante el planteamiento. ¿Excluir el nivel 3? Hazlo si puedes. Seguramente tengan ‘Advertencias’ más que de sobra para quitarte la idea de la cabeza. Pero si tenían que dar consentimiento a cada elemento y paso habría algo que no les gustaría hacer nunca, seguro. Las Técnicas Extra, el 3-3… Su subconsciente ya estaba temblando en una esquina cuando Krum volvió y puso ante ella un paquete envuelto. ¿Un regalo? Se acuclilló a su lado.

- Ábrelo cielo.- Lo hizo poco convencida de su finalidad hasta que vio tres libros de su autora favorita, libros que no había visto nunca antes. Pero frunció el ceño.- Dime.

- ¿El rapto de la bella durmiente, Amo?- Las tapas no tenían ilustraciones, ninguna, ni siquiera había un resumen en la parte de atrás. Abrió el primero confusa.

- Será más interesante que ‘Las mil y una noches’, te lo aseguro.- Se rio, le besó el cuello y escuchó su voz en un susurro mientras sus manos la levantaban para sentarse otra vez con ella encima.- ¿Estás mejor preciosa?- ¡Al fin! Asintió levemente.

- Pero no me voy a rendir.- Susurró mirando ese apartado que acababa de incluir.- Amo.

- Ya… Lo sé mi niña, lo sé.- Y sus manos se internaron por debajo de su vientre, acercándola a su cintura, haciendo que notara su erección bajo el pantalón de pinza.

Consiguió darle a guardar antes de que la levantara de ese asiento, llevándola directamente a la cama, soltándole la trenza con el pelo que aún mojado se pegó a su espalda mientras estaba en la posición cinco. La que más le gustaba a él, a cuatro patas con la espalda arqueada y la vista al frente. La mantuvo a pesar de lo que sintió, el roce de su miembro internándose entre los muslos que mantenía juntos con fuerza una y otra vez, rozándola, empujándola a dar el paso mientras el movimiento de sus manos la hacía gemir de puro placer. Como cada noche.