04 de Agosto, 2012. (En algún punto del Atlántico)

Ya no aguantaba más. Después de leer casi cinco horas seguidas, escribir dos, empezar a desesperar por la mierda de película que estaban poniendo en la pantalla y escuchar su música un rato necesitaba moverse de ahí, de ese agobiante asiento. Además la comida estaba asquerosa, ni siquiera se la había podido terminar. Miró de nuevo por la ventana, al manto de nubes, cambió la canción del Mp3, le dio un sorbo al… Sí, eso colaría. Le dio un ligero toque en el hombro a ese hombre que no había dejado de escribir ni un momento. Ni la joven a su lado tampoco. La observó de reojo y antes de que dijese nada se puso un dedo en la boca volviendo a lo que estaba haciendo. ¡Una mierda!

- ¡Necesito mear!- Masculló sin emitir sonido apenas y sus ojos se clavaron en ella. Negó sin más.- Quiero, mear, Amo.- Su mano le tapó la boca de repente y se acercó a ella.

- Princesa, si no te callas ahora mismo va a ser un vuelo movidito.- Le susurró secamente al oído y volvió a su asiento sin perderla de vista durante un instante.

¿Ni para mear? Se cruzó de brazos bufando cuando vio que escribía de nuevo ignorándola, volviendo a mirar por la ventana. Pasó un rato hasta que de verdad le dieron ganas y empezó a mover la pierna nerviosa. ¿Y ahora qué? ¡Si no la dejaba salir de ahí se iba a mear encima! Y esa chica estaba al otro lado como para pedírselo a ella. Espera. ¿Por qué tenía que pedírselo? Había dicho callada, no quieta. Se desabrochó el cinturón, y en cuanto lo hizo él dejó de escribir. No hizo ni el intento de levantarse a pesar de la mesa que tenía ante ella con los restos del almuerzo que su mano se puso sobre su hombro.

- Janet, acompaña a la princesita al servicio.- ¡Por fin!- De paso dale tu regalo de bienvenida.- ¿Regalo? Miró a la morena de pelo rizado que sonrió levemente asintiendo y cogiendo su diario, plegando las mesas para dejarle paso. En cuanto se levantó del asiento y fue a pasar por delante de él recibió una ligera patada en el pie que le hizo caer sentada sobre sus piernas.- Cuidado cielo, no tropieces.- Le susurró sintiendo su erección y sus manos en la cintura por debajo de esa falda, recordándole que no llevaba bragas. Aparte de otras tantas cosas. Asintió y se levantó aprisa de ahí con el corazón en un puño. Joder, qué tío más...

Avanzó con esa chica detrás hasta el servicio y esperó en silencio a que quedara uno libre de los dos que había. ¿Iba a quedarse esperándola también? Joder… Entró en el primero que pudo aprisa con ella detrás. ¿Pero qué…? Le hizo un gesto de silencio antes de que saltara y cerró el pestillo.

- Hazlo.- ¿Sabía hablar su idioma? Era la primera vez que…- Hazlo o volvemos ya.- Miró la taza de metal y le colocó papel higiénico para sentarse. Aun así estaba fría de narices y no era muy agradable mear con ella delante. Mientras lo hacía Janet empezó a pasar páginas de su diario hasta dar con una y le tendió el librito abierto.- Mi regalo, apréndetelo.

Cogió el diario con el ceño fruncido y empezó a leer lo que ella había escrito.

Normas de tu Amo:

1. Seguir las normas a rajatabla a no ser que se especifique lo contrario.

2. No existe la ropa interior.

3. No tienes voz ni voto en nada si no se te exige opinión.

4. Educación ante todo. Mide tus palabras ante tu Amo si te pide que te expreses.

5. Acatar las órdenes de inmediato.

6. Satisfacer cada deseo de tu Amo, incluso si no te lo pide directamente.

7. Protocolo:

    7.1- Preséntate como es debido si se te exige. Si no, espera que lo exija.

    7.2- En caso de pausa, mantén la posición de espera.

    7.3- Respeta la cadena incluso entre tus compañeras. Las Veteranas son tus Maestras.

    7.4- Sigue los horarios impuestos para cada actividad y participa en todas ellas.

    7.5- Si eres primeriza, mantén la vista baja y el silencio si no se te ordena lo contrario.

8. Completa tu diario con tus dudas y experiencias con la mayor sinceridad posible.

9. Prohibido masturbarse si no se te exige.

10. En lugares públicos, mantén la discreción de la forma más adecuada.

11. Si eres primeriza, debes seguir las órdenes de cada miembro del PRE teniendo en cuenta que tu Amo está por encima de cualquiera.

12. La sinceridad en tus actos y palabras es una obligación.

13. Estar siempre dispuesta para tu Amo.

14. Las primerizas duermen con su Amo únicamente.

15. Los horarios serán impuestos por el Amo: Comidas, actividades, aseo, etc. Hacer las necesidades personales queda sujeto a la estricta voluntad de tu Amo.

16. Imagen:

    16.1- Si eres primeriza, debes llevar trenza. En caso de tener el pelo corto, coleta. 

           *En caso de no poder cumplir esta norma de ninguna manera cualquier elemento que retire el pelo completamente de la cara servirá.

    16.2- Si eres primeriza, deberás ir descalza siempre que sea posible.

    16.3- Los uniformes para los distintos momentos y actividades serán obligatorios.

    16.4- La higiene personal es primordial y la sumisa seguirá los gustos estéticos de su Amo rigurosamente.

17. Las actividades grupales son una actividad obligatoria.

18. Respeta la normativa de otros Amos si no entran en conflicto con el tuyo. En ese caso seguir la normativa 11.

Colapsó. ¿Otros Amos? ¿¡Qué se lo aprendiera!? ¿¡¡Si había más de cincuenta!!?

-Dudas-

Salió del servicio seguida de Janet mirando ese diario negro que había cerrado sin dar crédito a lo que acababa de leer, y cuando vio la amplia sonrisa de ese hombre al que se acercaba refrenó el paso. Pero ahí estaba esa chica a su espalda para darle un ligero empuje. Se sentó en su asiento con ese librito en las manos sin ‘tropezar’ esta vez. No sabía qué preguntar primero, pero tenía tantas dudas que en cualquier momento tendría que reaccionar. Cuando saliera de su asombro.

- Te veo atónita, princesa. Toma, escribe.- Y otro cuaderno apareció en sus manos.

El suyo. Cuando lo abrió vio sus preguntas respondidas y unas cuantas más que le hacía a ella. Le pasó el bolígrafo y le miró de reojo antes de leer qué mierda era un Amo, aunque básicamente le había quedado claro con las mil y un normas del diario de Janet.

1. Amo: No es ninguna mierda, cuida tu vocabulario. Un Amo es a quien perteneces de todas las formas posibles. Al que debes obedecer de ahora en adelante, acatando todas sus normas.

¿Pertenecerle? Ni que fuese un móvil. ¿Dónde estaría el suyo? Bufó sabiendo la respuesta, poniéndose los cascos de Mp3 y su música.

2. He parado porque aún te falta mucho para llegar a agradarme de forma sexual y por tu actitud no merecías que hiciera que te corrieras en ese momento.

Le observó de reojo pero ahora charlaba con Janet en francés. Continuó sintiendo el corazón aún acelerado. Estaba loco, completamente. Se acababa de montar en un avión a Italia con un tarado mental y su… ¿Sumisa?

3. Sumisión es lo que vas a hacer a partir de ahora, un arte. Uno que realizarás y aprenderás para mí como primeriza siguiendo cada normativa y orden que yo imponga. Si necesitas una definición más específica, sumisión significa que me entregas tu voluntad y la ligas a mis deseos por encima de los tuyos. El Manual está en proceso. Gran idea cielo, sigue así.

P.d.t: Si te sirve de consuelo no pienso  que seas una puta, en absoluto. Las putas cobran por su trabajo guste o no y no suelen tener ni mucha higiene ni mucha educación. Tú sin embargo no vas a recibir más de lo que mereces en ningún momento, lo que implica que por base tendrás  una instrucción digna, una educación de primera y una calidad de vida excelente. Eres mi sumisa, una primeriza, y el PRE te proveerá de lo necesario para que llegues a ser Veterana con el debido tiempo como primeriza, luego sumisa y por último Veterana, como la señorita Loette.

Volvió a mirar a esa chica de pelo negro y rizado, de ojos oscuros. Janet Loette. Continuó.

Contesta sinceramente a lo siguiente:

1. ¿Tienes miedo? Escálalo del 1 al 10.

¿Miedo? No, flipaba, que era muy distinto. Pero en el fondo… Puso un 3.

2. ¿Estás enfadada? Escálalo del 1 al 10.

Sí, empezaba a estarlo. Bastante. Porque no entendía nada. Un 6.

3. ¿Tienes ansiedad por beber ahora mismo? Escálalo del 1 al 10.

Ya lo creo. Se bebería un tanque si con ello lograra entender qué coño estaba pasando. Un 9.

4. ¿Te sientes traicionada? Escálalo del 1 al 10.

El tema de su custodia le abofeteó la mente. Un 10.

5. ¿Estás excitada o nerviosa? Escálalo del 1 al 10.

¿Ambas? Espera… ¿Excitada de qué manera? La pregunta siguiente le respondió y puso un 3.

6. ¿Qué opinas del sexo?

Que soy menor y esta pregunta sobra. Tomó aire intentando centrarse, recordar su experiencia. Es una mier… No, eso tampoco podía ponerlo. Lo tachó. Es privado, ¿y tú?

7. ¿Y del dinero?

Eso lo tenía clarísimo. Un puto problema, tanto si tienes mucho como si tienes poco.

8. ¿Crees que podrás llegar a ser buena sumisa?

Miró el diario de Janet con la inmensa normativa. Sinceramente, no.

9. ¿Vas a obedecer las normas?

¿La 8 no respondía a la 9? Puso igualmente No, son demasiadas y no veo por qué.

10. ¿Crees que tienes otra opción?

¿La tenía? No quiso pensarlo ahora, empezaba a ponerse nerviosa, así que puso Sí y punto.

11. ¿Te han castigado alguna vez?

Miró la pregunta con la boca abierta y luego a él, que seguía en su animada conversación con Janet, ignorándola. Acababa de responderle a la 8, 9 y 10 de un plumazo. ¡Qué retorcido eres!

12.   ¿De qué manera? ¿Te gustó? Escálalo del 1 al 10.

¿Estás de coña? De ninguna manera voy a responder. Escala tú el nivel de locura al que has llegado para preguntarle esto a una menor. Fue a la pregunta 2 y tachó el 6 poniendo un 11 en su lugar.

13.   A continuación hazme saber tus dudas respecto a la normativa.

Cogió el diario de Janet directamente con el cabreo y empezó punto por punto. No se iba a dejar ni mijita sin preguntar. Si tanto le gustaba la sinceridad que se fuese preparando. Y como ya había comprobado más de una vez, la intuición de su Mp3 captó su estado de ánimo y versionó el momento con un tenso duelo de violines. Ni siquiera se dio cuenta de que habían llegado hasta que notó que aterrizaban y levantó la vista del largo escrito que llevaba y vio su sonrisa fija en ella. Sus ojos cristalinos atravesarla y su mano rozándole el muslo, subiendo despacio hasta perderse por debajo de su falda, donde la dejó un instante mientras desabrochaba con la otra su cinturón.

- Ya estamos, princesa.- Le besó la mejilla, quitándole los cascos. El Mp3. El boli. Todo.

Empezó a guardar sus cosas mientras ella miraba por la ventana las increíbles vistas de Roma volviendo a esas preguntas iniciales mentalmente. Pregunta 5, un 10. Ambas.