Tengo que decirte adiós... comprenderás.
El tiempo nos envolvió en su denso manto de mediocridad y el te amo obvio, el me duele la cabeza y las salidas por asuntos de negocio, hasta dejarnos sin visión de lo nuestro, de aquello que nos había unido frente al altar de los deseos, de cara al dios del amor y sus promesas de eterno.
Sabemos que hicimos lo posible para salvarlo, pero no bastaron los intentos, no alcanzaron a cubrir tanto sol con sus pequeñas manos que ya no sabían de caricias, y caímos junto a él, por el barranco de la rutina, el desencanto, los besos sin ganas, la obligación del papel y la firma.
Cuesta abajo y tras golpear su débil existencia contra las filosas estalactitas de las ganas de irnos, cada uno por su lado, pero irnos... murió el amor para siempre, en la lastima mutua por la situación de una vida con casa, auto, hijos, perros y solo eso.
No ves acaso que nuestras sonrisas se dibujan sobre el entristecido tul de estos rostros, que ya no soñamos, no hablamos, no proyectamos, que solo la costumbre y el que dirán nos ata al pie de esta relación con futuro pero sin contenido... vacía, inerte, muerta en el fondo de un acantilado.
No ves que lo que antes era pecho contra pechos, ingle contra ingle, ardiente guerra de sexos, es hoy paz de espaldas, silencio de cama. Murieron las jornadas de lujuria, de morbo exaltando entre las sabanas, de lenguas traviesas, de dulces humedades, de bocas tapadas para no gritar el éxtasis vivido.
No ves acaso que estamos esperando que alguno de los dos cargue con todo el coraje necesario para decir adiós.
Hasta aquí hemos de llegar, no pienso hacer un solo paso más en este camino sin extremos, de arboles secos y luces en huelga, de pozos como abismos y ausencia de lunas. Me rehuso a los silencios en la cena, en las cuales solo el cuchillo conversa con el plato, me niego rotundamente a inmolarme el corazón por el amor a nuestros hijos.
¿Para que seguir hiriendonos?. ¿Para que oscurecer cada vez mas lo que fue tan blanco?. ¿Para que el suplicio de sentir lastima en donde antes solo amor se sentía?.
Si, es cruel, es doloroso ver como caen a modo de hojas muertas los días que juntos construimos de cara a un futuro que llegó y no es ni parecido al que soñamos. Es cruel, es penoso, mirar hacia atrás y ver mas tumbas que flores. Que duro comprobar que la eternidad del amor es solo el instante de su promesa.
Por eso debo decirte adiós... veras... esas lagrimas que hoy descienden turbias desde tus dulces ojos regarán a los latidos de tu corazón y harán crecer a otro amor, uno que te haga sentir lo que sentíamos al decir SI frente a la vida y a dios, uno que te lleve a la luna cada noche, entre sus brazos, entre sus piernas.
Te lo prometo, no mereces menos.
Gracias por haberme amado, tu presencia me ha convertido en un hombre mejor... sin ti la luna siempre sería el satélite natural de la Tierra y el amor, solo una palabra de dos vocales y dos consonantes. Gracias por todo lo que me diste... adiós... y no olvides pagar la luz y el teléfono, de lo contrario sabrás lo que es una carta documento.